Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
3. Los Sacrificios Pacíficos o Eucaristicos.
1
Quien ofreciere un sacrificio pacífico, si lo ofreciere de ganado mayor, macho o hembra, sin defecto lo ofrecerá a Yahvé. 2
Pondrá la mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará a la entrada del tabernáculo de la reunión; y los sacerdotes, hijos de Aarón, derramarán la sangre en torno del altar. 3
De este sacrificio pacífico ofrecerá a Yahvé en combustión el sebo que envuelve las entrañas y cuanto hay sobre ellas, 4
los dos ríñones, con el sebo que los recubre, y el que hay entre los ríñones y los lomos, y el que hay en el hígado sobre los ríñones, 5
y lo quemarán los hijos de Aarón en el altar, encima del holocausto puesto sobre la leña encendida. Es sacrificio de combustión de suave olor a Yahvé. 6
Si lo que ofrece es ganado menor, macho o hembra, en sacrificio pacífico a Yahvé, lo ofrecerá inmaculado. 7
Si es cordero, lo presentará ante Yahvé, 8
pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará ante el tabernáculo de la reunión. Los hijos de Aarón derramarán la sangre en torno del altar. 9
De este sacrificio pacífico ofrecerán a Yahvé en combustión la cola toda entera, que se cortará desde la rahadilla; el sebo que envuelve las entrañas y cuanto hay sobre ellas, 10
los dos ríñones, el sebo que lo recubre y el que hay entre ellos y los lomos, y la redecilla del hígado sobre los ríñones, 11
El sacerdote lo quemará sobre el altar. Es alimento de combustión a Yahvé. 12
Si ofreciera una cabra, la presentará a Yahvé, 13
pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará a la entrada del tabernáculo de la reunión, y los hijos de Aarón derramarán la sangre en torno del altar. 14
De la víctima se tomará, para ofrecer oblación de combustión a Yahvé, el sebo que cubre las entrañas y cuanto hay sobre ellas, 15los dos ríñones, con el sebo que los recubre, y el que hay entre ellos y los lomos, y la redecilla del hígado sobre los ríñones. 16
El sacerdote lo quemará sobre el altar, alimento de combustión de suave olor a Yahvé. Todo el sebo pertenece a Yahvé. 17
Esta es una ley perpetua para vuestros descendientes dondequiera que habitéis. Vosotros no comeréis ni sebo ni sangre.
Esta segunda categoría de sacrificios llamados
pacíficos1 tenía un carácter de acción de gracias (por eso se les llama también
eucarísticos)
o de cumplimiento de un voto. Eran también como sacrificios de reconciliación con la divinidad, de forma que restablecían las plenas relaciones de
paz y de benevolencia por parte de Dios. Era un sacrificio de
comunión con la divinidad y entre los fieles.
Se distingue este sacrificio del
holocausto en que las víctimas podían ser machos o hembras, y sobre todo en que la víctima no era quemada totalmente sobre el altar, sino las partes grasas, quedando el resto para los sacerdotes y oferentes. Son por ello considerados como sacrificios menos perfectos que los holocaustos, que eran símbolo del total desprendimiento en beneficio de la divinidad. Por otra parte, suelen ser sacrificios
privados. Sólo se registra un sacrificio
pacifico público: el del día de Pentecostés2. Tenían por ello un carácter
voluntario, pues sólo se prescribe como obligatorio en el caso del cumplimiento del voto del nazareato3.
El ceremonial distingue según que la víctima sea una res mayor, un cordero o una cabra. Pero en los tres casos se ofrecía la sangre a Yahvé, que era derramada en torno del altar, y las partes grasas, que eran quemadas sobre el altar. Era un sacrificio de combustión, de suave olor a Yahvé (v.5). La carne se repartía: el sacerdote tomaba una parte como emolumento de su función, y el resto lo llevaba el oferente, que debía consumirlo en el lugar santo4.
Los sacrificios
pacíficos, sacrificios perfectos, eucarísticos, saludables, traen la dicha y la prosperidad. El ceremonial era semejante al del holocausto. El oferente pondrá sus manos sobre la cabeza de la víctima y la degollará a la entrada del tabernáculo de la reunión, y los sacerdotes, hijos de Aarón, derramarán la sangre en torno del altar. Pero, a diferencia del holocausto, en que se consume todo por el fuego, en el
pacífico se ofrecerá en combustión el sebo que envuelve las entrañas, los dos ríñones con su sebo.
La función del oferente es en este sacrificio la misma que en el holocausto, es decir, imponer las manos sobre la cabeza de la víctima y degollarla. También era oficio suyo separar el sebo, que se ofrecía a Yahvé5. A los sacerdotes únicamente tocaba recoger la sangre y derramarla en torno del altar, quemando las partes grasas sobre el altar. Es un principio:
No comerás el sebo de buey, de oveja ni de cabra. Quienquiera que comiera sebo de los animales que se ofrecen a Yahvé por el fuego, será borrado de su pueblo.6 La razón de tal principio es por ser las partes vitales y también más combustibles, y, por ello, las preferidas para ser quemadas sobre el altar.
Cuanto a las carnes comestibles de la víctima, se las llevaba el oferente después de haber dado al sacerdote como estipendio de su ministerio el pecho y la pata derecha7. Se hacía esto en una ceremonia muy significativa. El oferente, con los trozos de la víctima en las manos, hacía un movimiento hacia el altar, como si quisiera depositarlo en él, y el sacerdote tomaba esos trozos, como recibidos de Dios8. Ya se deja entender la razón de estas dos porciones: el pecho, que protege las partes más vitales de la víctima, y la pata derecha, la porción más sustanciosa. Los sacerdotes caldeos tenían también preferencia por esta porción del sacrificio. Todo lo demás se atribuía al oferente, el cual lo tomaba como cosa recibida de Dios. Según
1Sa_2:15, la porción del sacerdote la recibía éste de carne ya cocida.
Análoga a esta oblación era la de ganado menor. Lo característico de este sacrificio era el banquete de comunión celebrado en el santuario con las carnes de la víctima. Podemos decir que Dios mismo se convertía en anfitrión, que convidaba a sus fieles con aquellos mismos dones que de ellos había recibido. De aquí el carácter alegre de estos sacrificios, de los que más de una vez se podría decir lo que se lee en el éxodo: El pueblo se sentó luego a comer y a beber, y se levantó a danzar.9 El texto
suprimió casi totalmente el sacrificio
pacífico de las solemnidades públicas, dejándolas a la devoción privada, que los ofrecía en acción de gracias por un voto, de donde el calificativo de
eucarístico. El día de Pentecostés, en la solemnidad de las primicias, debían ofrecerse dos corderos en sacrificio pacífico10, y el nazareo, al terminar su voto, debía ofrecer un carnero11.
De las carnes consagradas por la inmolación no debía quedar cosa alguna para el día siguiente, a no ser que el sacrificio fuera en cumplimiento de un voto12.
En las grandes solemnidades nacionales, en que concurría a Jerusalén gran masa del pueblo, como en los días de David y de Salomón, el monarca mostraba su generosidad sacrificando hecatombes de sacrificios
pacíficos, que el pueblo se encargaba luego de consumir. Aquel acto celebrado ante Yahvé venía a estrechar más las relaciones del pueblo con su soberano y de ambos con Dios13. Por este carácter, digamos
familiar, del sacrificio
pacífico, el Deute-ronomio insiste tanto en recomendar la concurrencia al santuario central a ofrecer estos sacrificios, a los que invitarán con la familia a todos los necesitados: Buscaréis a Yahvé en el lugar que El elija entre todas las tribus para poner en él su santo nombre y hacer de él su morada; allí os regocijaréis en la presencia de Yahvé, vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas y el levita que está dentro de vuestras puertas, ya que no ha recibido parte ni heredad entre vosotros.14 En esta enumeración hemos de dar por incluidos al huérfano, la viuda y el forastero15.
1 En heb. se les designa
zebaj selámim, que se suele traducir por sacrificios
pacíficos, relacionando la última palabra con
salom (paz), que a su vez proviene de
salam: estar entero, completo, sano, salvo, en estado próspero y saludable. Así los LXX tradujeron de diverso modo: èõóßá óùôçñßïõ (sacrificio de salud); èõóßá åéñçíéêÞ ï ôùí åéñçíéêþí(***) (sacrificio pacífico). Flaviojosefotraduce: ????? ??????????? (sacrificio de acción de gracias); cf. A. Médébielle,
L'expiation dans ? Ancien et le N. Testament I p.45. En los textos de Ras Samra aparecen sacrificios llamados
slmm, que corresponden a los hebreos del Lev. Cf. Dhorme: RB (1931) p.40.41.46. En la inscripción fenicia de Marsella del siglo III a.C. aparece un sacrificio llamado
slm. Cf. M. J. Lagrange, o.c., p.395-398; A, Clamer, o.c., p.40. 2 Cf.
Lev_23:19. 3 Cf.
Num_6:14;
Num_6:17-18. 4
Lev_7:11-21. 5
Lev_7:295. 6
Lev_7:23;
Lev_7:25. 7
Lev_7:32;
Lev_7:34. 8
Lev_7:35s. 9
Exo_32:6. 10
Lev_23:19 11
Num_6:15;
Num_6:17-18. 12
Lev_7:153. 13
2Sa_6:18s;
1Re_8:623. 14
Deu_12:6-12. 15
Deu_16:11.