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pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. (Lucas 11, 22) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 11





4. LA NUEVA ORACIÓN (11, 1-13).

Hasta 13,22 no se vuelve ya a hablar del viaje. En el relato del viaje están intercaladas enseñanzas de Jesús. Jesús trae el nuevo mensaje del Padre y del Espíritu Santo, y con ello una nueva oración (11,1-13); se anuncia a sí mismo como nuevo portador de salud, que es ciertamente otro y enseña de manera distinta de lo que habían imaginado los dirigentes en Israel (11, 14-54); el seguimiento de este Mesías cobra nueva y propia forma, de la que se habla en un conjunto de palabras y sentencias de Jesús (12,1-53). El nuevo tiempo que aporta Jesús exige a todos la conversión (12,54-13,21).

a) La oración de los discípulos (Lc/11/01-04)

1 Un día estaba él orando en cierto lugar. Cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.

Por lo regular ora Jesús en la soledad (Mar_1:35; Luk_5:16; Mat_14:23; Mar_16:46.), en un monte (Mar_6:12; Mar_9:28.29), separado de sus discípulos (Mar_9:18). No se nos dice cuándo y dónde oró Jesús en el caso presente; la mirada no debe distraerse de lo esencial: la doctrina sobre la oración.

Juan Bautista había enseñado a orar a sus discípulos. La oración había de corresponder a la novedad de su predicación, había de ser un distintivo que uniera a sus discípulos entre sí y los separara de los demás. También los discípulos de Jesús quieren poseer una oración que fluya de la proclamación del reino de Dios y esté marcada por el hecho salvífico, cuyos testigos han venido a ser ellos. La palabra de Jesús abría nuevas perspectivas, creaba nuevas esperanzas, anunciaba una nueva ley. ¿No deberá también transformar la oración? La oración es la expresión de la fe y de la esperanza, de la vida religiosa.

2 él les dijo: Cuando vayáis a orar, decid: Padre, santificado sea tu nombre; venga tu reino.

La oración (*) comienza con la invocación: Padre, abba. Así habló Jesús en la oración a Dios (Mar_14:36), así podían también hablar a Dios sus discípulos (Gal_4:6; Rom_8:15). Jesús introduce a sus discípulos en su relación con Dios. La invocación abba, padre querido, empalma quizá con oraciones de los niños judíos. Un judío no osaba nunca decir la palabra abba hablando con Dios; caso que llamara a Dios Padre se servía de la palabra ab o abi (padre mío), que no pertenecía al arameo corriente, sino que estaba tomada del lenguaje solemne de la oración en la liturgia. La palabra abba ilustra la singularísima relación de Jesús con Dios. El tiempo de la salvación aporta también esto: «Yo me preguntaba: ¿Cómo voy a contarte entre mis hijos y a darte una tierra escogida, una magnífica heredad, preciosa entre las preciosas de todas las gentes? Pensaba yo que me llamarías «Padre mío» y no volverías a apartarte de mí» (Jer_3:19). «Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mat_5:9).

Santificado sea tu nombre. Estas palabras no son deseo, sino ruego. Se invoca a Dios rogándole que santifique su nombre. Mediante la fórmula impersonal se atrae la atención más al obrar de Dios que a la persona del orante. El ruego es expresión de un anhelo ilimitado de la santificación definitiva del nombre divino. El nombre es Dios, en cuanto él mismo se revela, Dios en su obrar salvífico, Dios para nosotros. Dios se santifica cuando mediante la revelación de su poder se manifiesta como el completamente otro. «Yo santificaré mi nombre grande, profanado entre las gentes, profanado por vosotros en medio de ellas, y sabrán las gentes que yo soy Yahveh, dice el Señor, Yahveh, cuando yo me santificare a sus ojos por causa de vosotros» (Eze_36:23). Dios se santifica cuando mediante la revelación de su misericordia se manifiesta como Padre, cuando se revela a los pequeños y los convierte en niños pequeños, cuando alborea el reino de Dios.

Venga tu reino. La petición de que sea santificado el nombre es preparación para esta otra petición. La petición de que venga el reino es la verdadera petición del padrenuestro, así como la doctrina del reino de Dios ocupa el centro de la predicación de Jesús. El reino de Dios es el señorío de Dios. Cuando Dios se posesione de su reino, cuando imponga su señorío, quedará vencido Satán y habrá comenzado el tiempo de salvación. Esta revelación ha aparecido ya en Jesús. El «año de gracia del Señor» ha llegado ya (Eze_4:19). Los discípulos son llamados dichosos porque están viendo lo que con tanta ansia habían aguardado los profetas y los reyes (Eze_10:23 s). Sin embargo, Jesús enseña a orar y a pedir que venga el reino, el señorío de Dios. Lo que ha traído Jesús es tiempo de salvación pero a su vez no es sino comienzo de lo que ha de venir. Lo que es el reino se puede ver por lo que Jesús trajo con su vida; la vida de Jesús es, en efecto, la manifestación de la salud en un determinado lugar en el transcurso de la historia de la salvación. La magnificencia de lo que ya se ha descubierto hace que sea tanto más ardiente el ruego de que venga el reino de Dios. El reino vendrá cuando venga Jesús mismo. El ruego de que venga el reino se identifica con el ruego de que venga Jesús. «Ven, Señor nuestro», Marana tha (1Co_16:22).

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* La oración que enseña Jesús a sus discípulos se nos ha transmitido en dos formas, en la forma de Mat_6:9-13, y en la de Luk_11:2-4. Cada uno de los evangelistas la reproduce según la fórmula que en su tiempo se usaba en una u otra de las comunidades cristianas que ellos conocían. Ambas formas son copia fiel, aunque no literal, de la oración de Jesús. La forma de Mt es más solemne, formalmente más acompasada, más litúrgica; la de Lc es más breve y personal. Es de suponer que ésta se aproxima más a la forma originaria, pues se propendería más bien a alargar que a acortar el texto venerando.

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3 Danos cada día nuestro pan cotidiano; 4 y perdónanos nuestros pecados, pues también nosotros perdonamos a todo el que nos debe; y no nos lleves a la tentación.

Los discípulos viven en el período intermedio entre el tiempo de salvación, inaugurado por Jesús, y su segunda venida. En este tiempo intermedio están todavía oprimidos por la angustia de la existencia, por la culpa y por la tentación. Cuando se inicie plenamente el tiempo de salvación con la venida de Jesús, pasará toda angustia y toda aflicción. Así también estas peticiones de la segunda parte del padrenuestro son, en definitiva, peticiones de que venga el reino de Dios.

Danos cada día nuestro pan cotidiano. El pan significa todo lo necesario para la vida en la tierra. Pedimos el pan, porque es un don de Dios. «En gracia, amor y misericordia da él (Dios) pan a toda carne, porque su gracia permanece eternamente... él da de comer y provee a todos, y otorga bienes a todos, y prepara manjares para todas sus criaturas. Seas alabado, Señor, que nos alimentas» (oración judía para antes de las comidas). El discípulo pide nuestro pan, el pan que tanto necesita el hombre, él y la comunidad; no ora en la estrechez del yo, sino en la amplitud de los hijos del Padre. El pan cotidiano es el pan necesario para cada día. El discípulo sólo pide lo necesario. «No me des pobreza ni riqueza, dame aquello de que he menester» (Pro_30:8). Cada día: El discípulo ha de confesar cada día ante el Padre su necesidad y pedirle cada día su pan cotidiano. Debe orar incesantemente (Pro_18:1).

Perdónanos nuestros pecados. El discípulo sabe que es pecador. Aun cuando lo haya hecho todo, no es todavía más que un siervo inútil (Pro_17:10). Tiene que confesar: Tenga Dios misericordia de mí (Pro_18:13). E1 pecado es en la Biblia desobediencia contra Dios: «Contra ti solo he pecado» (Psa_51:6). Por eso también sólo por Dios puede ser perdonado. Dado que el tiempo de salvación proclamado por Jesús, es tiempo de perdón y de misericordia, por eso podemos pronunciar con confianza esta petición. Precisamente en el Evangelio de Lucas, el gozo de Dios en perdonar es rasgo incomparable y sumamente característico de la proclamación del reino de Dios por Jesús.

Jesús proclamó: Perdonad y seréis perdonados (Psa_6:37). Quien perdona a su hermano puede esperar que también Dios le perdone a él. La voluntad de perdonar al hermano es condición de la misericordia de Dios en el juicio. Los discípulos son tales si están penetrados de la misericordia del Padre. «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Psa_6:36). Por eso, cuando el discípulo pide perdón de sus pecados, añade: pues también nosotros perdonamos a todo el que nos debe. El que peca contra otro se carga con una deuda que tiene que saldar. Tiene que reparar, restituir. Esto lo hace perdonando a los que se han hecho culpables contra él.

No nos lleves a la tentación. En la explicación de la parábola del sembrador habla Lucas de algunos quo durante algún tiempo creen, pero luego decaen en el tiempo de la tentación, cuando irrumpen tribulaciones y persecuciones por la palabra de Dios (Psa_8:13). La tentación es amenaza para la fe, peligro de apostasía. La petición brota del conocimiento de la propia debilidad y de la prepotencia del mal. Las tres peticiones de liberación de la miseria humana son también confesión de esta miseria. El hombre que confiesa su miseria ante Dios, tiene la promesa de que le alcanzará el reino de Dios. Bienaventurados los pobres, los hambrientos, los que lloran... El padrenuestro es la oración de aquellos en quienes ha alboreado y alborea el reino de Dios.

La entera existencia humana se presenta a Dios como una existencia angustiosa. El presente: danos cada día; el pasado: perdónanos; el futuro: no nos lleves a la tentación. El reino de Dios produce una gran mutación, y ésta tiene su garantía en Dios, que se santifica y muestra su poder, que, como abba, es Dios para nosotros.

b) El amigo importuno (/Lc/11/05-08).

5 Y les añadió: Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo y acude a él a medianoche para decirle: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha llegado de viaje a mi casa, y no tengo qué ofrecerle; 7 y que el otro desde dentro le responde: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos en la cama; no puedo levantarme para dártelos. 8 Os digo que, aunque no se levante a dárselos por ser amigo suyo, se levantará al menos por su importunidad y le dará cuantos necesita.

En Palestina se viaja con frecuencia de noche, porque durante la noche hace fresco. Cada día, antes de la salida del sol, la mujer cuece el pan (en forma de delgadas tortas) para el consumo del día; por eso no hay allí panaderías. Tres panes son la comida para una persona. En las pequeñas aldeas se sabe quién tiene pan de repuesto. Atender al huésped es un deber sagrado. El hombre al que se pide el favor se disgusta. Se le llama «amigo», pero él no responde en los mismos términos. La casa sólo tiene una habitación. La puerta está atrancada con una gran viga. De lecho sirve una estera que se extiende por la noche. Los niños duermen con los padres. Abrir por la noche es muy fatigoso y ruidoso: todos tienen que levantarse. No sin razón se habla varias veces de levantarse. El decir «no puedo» significa: no tengo gana.

Al fin no tendrá más remedio que levantarse y dar lo que le pide el amigo. Jesús da la razón de ello: Si ya no por la amistad, al menos por la molestia y la importunidad. No por amor al vecino, sino por amor al descanso nocturno. Así somos los hombres. Y Dios ¿cómo es? Si el discípulo reflexiona sobre su propio comportamiento, se le ocurrirá cómo se comportará Dios con él. Como el amigo, después de todo, acaba por atender al amigo que le pide con insistencia e importunidad, así Dios también escucha al que le pide sin cejar, importunamente. Un doctor de la ley dice: «El importuno vence al Maligno, ¡cuánto más al Dios todo bondad!». Se ha prometido que será escuchada la oración perseverante y confiada, que no cede aunque no sea escuchada inmediatamente. Dios es bondadoso: no hay hombre que se le pueda comparar. Da no sólo lo que se le pide, sino todo lo que uno necesite. De esta manera procedió también Jesús con la mujer cananea (Mat_15:21 ss) y con el ciego de Jericó (Mat_18:33 ss).

c) Certeza de ser escuchados (Lc/11/09-13)

9 Pues bien, yo os digo: Pedid y os darán; buscad y encontraréis; llamad y os abrirán. 10 Porque todo el que pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, le abren.

Jesús asegura que Dios escucha la oración. Al pedir responde el recibir, al buscar el encontrar, al llamar el abrir. Dios no se muestra sordo al hombre, no se le esconde. Dios ama a los hombres.

El que ora pide, busca y llama. El hombre recurre a Dios como pobre, como extraviado, como sin hogar. El que se sabe y se siente pobre, extraviado, sin hogar, halla el camino de la oración y de Dios. El bien que, según la predicación de Jesús, puede saciar todas las ansias del hombre, que ocupa el centro de todas las promesas, es el reino de Dios. La primera condición para entrar en el reino de Dios es la confesión de la propia pobreza. En la oración se abre el reino de Dios.

En este pasaje no se dice qué es lo que se pide, qué es lo que se busca, por qué y dónde se llama. Lo importante es la actitud de pedir, de buscar, de llamar. Todo el que adopta esta actitud halla lo que pide, lo que busca y lo que desea cuando llama. La oración pone al hombre en la actitud de conversión, lo hace consciente de la propia insuficiencia, le hace poner su esperanza en Dios. La oración convierte al hombre en un hombre que, por razón de su consciente pequeñez, espera ser agraciado con lo mayor.

11 Pues ¿hay entre vosotros algún padre, que, si su hijo le pide un pescado, en lugar de un pescado le dé una serpiente? 12 O, si pide un huevo, ¿le dará un escorpión? 13 Y si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta más razón el Padre que está en el cielo dará Espíritu Santo a los que le piden?

Es inconcebible que un padre no responda con cosas buenas a los ruegos de su hijo. Tanto más habrá que decir esto de Dios. Los hombres son malos, Dios es bueno. Si un padre de la tierra es bueno con su hijo que le pide, ¡cuánto más habrá de serlo Dios! Al fin y al cabo, el padre no se burla de su hijo necesitado, no le hace un mal juego, no comete con él un atentado criminal. Dar una piedra en lugar de pan es una burla, dar una serpiente en lugar de un pescado es un mal juego, dar un escorpión en lugar de un huevo es un atentado criminal. Un padre no abusa del desvalimiento de su hijo pequeño, que no sabe distinguir todavía (a la vista) entre una piedra y un pan, entre un pescado parecido a una serpiente (por ejemplo, una anguila) y una serpiente, entre un escorpión apelotonado y un huevo. Precisamente porque el niño es pequeño e indefenso, le prodiga el padre todo cuidado y cariño.

El buen don que da el Padre al que le pide, es el Espíritu Santo. Este don lo envía el Padre desde el cielo. El Espíritu Santo es el presente celestial. Por el actúa Jesús. Convierte a los discípulos en lo que deben ser. Toma su pensar y su obrar bajo su dirección. Por él cumplen ellos la voluntad de Dios. Según Mateo, da Dios cosas buenas (/Mt/07/11), los bienes de salvación; según Lucas el Espíritu Santo. El don que se da a los discípulos que viven en el período intermedio entre el tiempo de salvación de Jesús y su venida al fin de los tiempos, es el Espíritu Santo. éste es el don salvífico en el tiempo de la Iglesia. Para poder alcanzarlo se necesita la oración.

Hay estrecha conexión entre oración, Padre (abba) y Espíritu Santo. Lo nuevo que enseña Jesús sobre la oración está relacionado con su proclamación del reino de Dios. Es Padre de todos los hombres, lo es para todo el que ora. Pero esto nuevo está relacionado también con el carácter del tiempo de salvación; éste es un tiempo que lleva la impronta del Espíritu Santo. El portador de la salvación está ungido con el Espíritu Santo, su potente obra es causada por el Espíritu; su don, que contiene todos los demás dones, es el Espíritu Santo. La oración está sostenida por el Espíritu Santo, y como oración así influida por el Espíritu, está marcada por la confianza en el Padre. «El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad. Porque no sabemos cómo pedir para orar como es debido; sin embargo, el Espíritu mismo intercede con gemidos intraducibles en palabras» (Rom_8:26).

5. EL MESÍAS Y SUS ADVERSARIOS (Rom_11:14-54)

a) El más fuerte (Lc/11/14-28)

14 Estaba él expulsando a un demonio que era mudo; y apenas salió el demonio, comenzó a hablar el mudo, de suerte que las gentes se admiraron. 15 Pero de entre ellas algunos dijeron: Es por arte de Beelzebul, príncipe de los demonios, por quien éste arroja los demonios. 16 Había también otros que, paRa tentarlo, reclamaban de él una señal venida del cielo.

Nos hallamos ante el hecho escueto de la curación de un poseso. El demonio ha salido del poseso, y éste, que era mudo, comienza a hablar. Jesús ha expulsado al demonio. A éste se le llama mudo porque se creía que la enfermedad del poseso respondía a la naturaleza del demonio que la había causado. La curación por Jesús despierta la admiración de las gentes. ¿Cómo es esto posible?, se preguntan. ¿Quién es Jesús, que tiene poder para arrojar a los demonios?

La curación es un hecho incontrovertible. ¿Cómo se ha de explicar? La admiración y extrañeza del pueblo abre un camino para la fe: Jesús obra con el poder de Dios, es el Mesías. En Lucas no se formula esto, pero antes de que asomen tales aserciones surge ya la crítica. Jesús no obra por el poder de Dios, sino por el poder del príncipe de los demonios, al que se daba el nombre de Beelzebul. Precisaba alejar al pueblo de Jesús. Contra la fe en el Mesías, que se está fraguando, se formula esta objeción: Jesús no produce la señal esperada, que lo habría de acreditar como Mesías, la señal del cielo, como detener el sol o la luna, o una señal de los astros. Las expulsiones de demonios y las curaciones milagrosas no se valoraban como tales señales. A Jesús se le mide con patrones humanos preconcebidos, se prescribe a Dios lo que tiene que hacer, cómo ha de convencer a los hombres.

17 Pero él penetró sus pensamientos y les dijo: Todo reino dividido en bandos queda devastado, y una casa se derrumba sobre otra. 18 Si, pues, Satán está dividido contra sí mismo, ¿cómo subsistirá su reino? Porque estáis diciendo que yo arrojo los demonios por arte de Beelzebul. 19 Pero si yo arrojo los demonios por arte de Beelzebul, ¿por arte de quién los arrojan vuestros hijos? Por eso ellos mismos serán vuestros jueces.

Jesús posee el don de escudriñar los corazones, y así conoce los pensamientos de sus críticos. Como se ve, Lucas no pone el menor empeño en conciliar las diferentes tradiciones que él combina en el texto: los críticos expresan sus opiniones; Jesús conoce sus pensamientos. Lucas utiliza los fragmentos de tradición para formular enseñanzas importantes, no para presentarnos cuadros bien ajustados.

Se refutan las críticas formuladas contra las expulsiones de demonios, que constituyen el punto central de todos los relatos de curaciones. Como los demás milagros de Jesús, no son magia, no son artilugios practicados con la ayuda del demonio. La primera razón de esta verdad la toma Jesús de una reflexión sobria y serena. Los demonios constituyen un reino, la contrapartida del reino de Dios. No es de creer que el príncipe de los demonios combata contra su propio reino... Esto sería una guerra civil, y las guerras civiles aniquilan los reinos, acaban con las gentes y destruyen las ciudades.

Jesús toma otra razón de la práctica del exorcismo judaico. Vuestros hijos, hombres del pueblo, expulsan demonios. Esto lo intentaban con oraciones, palabras y fórmulas de conjuro que se hacían remontar a Salomón. Hay, pues, otros medios de expulsar los demonios sin recurrir a la ayuda de Beelzebul. Jesús defiende su propia revelación con consideraciones tomadas de la experiencia humana y religiosa.

También nosotros tenemos el deber de recurrir a todas las consideraciones que nos suministra la experiencia humana, la ciencia y la vida religiosa, para tratar de refutar las críticas contra los hechos de la revelación. La revelación no está en contradicción con la razón ni con las leyes de la vida humana y del mundo.

20 Pero si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

Jesús expulsa los demonios con la virtud de Dios. El dedo-de-Dios es símbolo de la fuerza de Dios. Cuando Moisés provocó las plagas de Egipto, decían los adivinos do los egipcios: «El dedo de Dios está aquí» (/Ex/08/15). A Dios le basta con mover su dedo para que surjan obras imponentes. El cielo es obra de los dedos de Dios (Psa_8:4). El triunfo sobre el señorío de Satán con el poder de Dios que actúa en Jesús, muestra que ha llegado ya el reino de Dios. Este está ya presente, aunque todavía no se ha desarrollado plenamente. Se ha inaugurado ya el tiempo de la salvación, el reino de Dios ha reportado ya la victoria sobre el reino de Satán. De ello son señal las expulsiones de demonios.

21 Mientras un hombre fuerte y bien armado está guardando su palacio, sus bienes están seguros. 22 Pero cuando venga contra él otro más fuerte y lo venza, le quitará las armas en que confiaba y repartirá el botín. 23 Quien no está conmigo, está contra mí; y quien conmigo no recoge, desparrama.

La acción del Mesías se concibe como una guerra. La lucha se entabla entre Satán y el Mesías. Se toma de los hechos bélicos una imagen. Hay un palacio, una fortaleza guardada por un hombre fuerte. Este está armado de pies a cabeza, con coraza, yelmo, escudo y lanza. Todo está en seguridad. Viene uno más fuerte y ataca. El fuerte queda vencido. Se le quitan las armas. Todo lo que se encuentra, se toma como botín y se reparte. La segura posesión ha terminado. La idea fundamental de la parábola está en el contraste entre los bienes, que están seguros y el botín que se reparte. Esto tiene también lugar en las expulsiones de demonios. Satán dominaba en paz; ejercía su señorío sobre los hombres y nadie podía suplantarlo. Ahora ha cambiado todo. Las expulsiones de demonios muestran que Satán tiene que entregar su botín, los hombres a quienes dominaba. Está por tanto vencido. Jesús podía decir en tono triunfal: «Yo estaba viendo a Satán caer del cielo como un rayo» (Psa_10:18). Según Lucas, esta victoria tuvo ya lugar en la lucha entablada en la tentación del desierto (Psa_4:13). Las palabras repartirá el botín traen a la memoria el oráculo de Isaías: «Mi siervo libra a muchos de la culpa y carga con nuestras iniquidades. Por eso yo le daré por parte suya muchedumbres, y recibirá muchedumbres por botín; por haberse entregado a la muerte y haber sido contado entre los pecadores» (Isa_53:11 s). De todos modos, si se hubiese aludido expresamente a este pasaje, no se habría omitido la muerte que arrebata aún mejor botín a Satán. El reino de Dios se inició cuando Jesús comenzó su actividad, se profundizó cuando murió en la cruz y resucitó, se establecerá plenamente cuando Jesús venga en su gloria. Pero en la medida en que se va estableciendo el reino de Dios, se va derrumbando el poderío de Satán.

El combate mesiánico fuerza a cada cual a optar por Cristo o contra Cristo. No tolera neutralidad. La necesidad de tomar partido se expresa en un proverbio que procede de la guerra civil romana (*). El que no toma partido por Jesús, es contrario suyo. A esto se añaden unas palabras tomadas de la vida pastoril. El pastor que no recoge las ovejas, las desparrama. «Y así andaban desparramadas mis ovejas por falta de pastor, siendo presa de todas las fieras del campo» (Eze_34:5 s).

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* Cf. el comentario a 9,50.

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24 Cuando el espíritu impuro sale del hombre, vaga por los desiertos buscando reposo, y, al no encontrarlo, dice: Me volveré a la casa de donde salí. 25 Y al llegar a ella, la encuentra barrida y arreglada. 26 Entonces va, toma consigo otros siete espíritus peores que él, entran en la casa y se instalan allí, y resulta que la situación final de aquel hambre es peor que la de antes.

El demonio expulsado se comporta como un hombre que ha sido echado de su casa. Jesús no ofrece una psicología de Satán, ni tampoco una exposición de las ideas del pueblo sobre las maquinaciones de los demonios, si se exceptúa la convicción de que el desierto es el lugar donde habitan los demonios. El relato tiene carácter de parábola. El que ha escapado al señorío de Satán, no por ello debe creerse inexpugnable y completamente seguro.

El estado final de una persona que se ha convertido puede, si no persevera como tal, ser peor que el estado anterior a la conversión. La antigua Iglesia tomó muy en serio esta verdad. La carta a los Hebreos pone en guardia contra la apostasía en términos que podrían ser mal interpretados, pero que el autor se permite usarlos para mostrar la tremenda gravedad del caso: «Realmente, a los que ya una vez fueron iluminados, gustaron el don celestial, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, gustaron la buena palabra de Dios y los portentos del siglo futuro, pero vinieron después a extraviarse, es imposible renovarlos otra vez llevándolos al arrepentimiento» (/Hb/06/04-06).

27 Mientras él estaba diciendo estas cosas, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y dijo: Bienaventurado el seno que te llevó y los pechos que te criaron. 28 Pero él contestó: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan.

¿Qué es lo que salva de la recaída? ¿Qué es lo que preserva del nuevo señorío de Satán? Bienaventurado el seno que te llevó. La alabanza de la madre se dirige al Hijo. La felicidad y el honor de una mujer está en los hijos que ha engendrado y criado. La mujer del pueblo -no llevada de la crítica, como algunas otras- está sumamente impresionada por la grandeza de Jesús. Jesús vence el poderío de Satán y trae la salvación. La gloria del hijo se extiende también a su madre.

Sí, bienaventurada. A la madre de Jesús hay que llamarla bienaventurada. Pero esta alabanza pronunciada por la mujer podría también interpretarse falsamente. La sola maternidad corporal no es la razón de la bienaventuranza. Más bien hay que llamar bienaventurado al que escucha la palabra de Dios y la guarda. Oír, guardar y seguir la palabra de Jesús, la palabra anunciada por él, eso es lo que preserva de recaer bajo el dominio del demonio.

María escuchó, creyó y guardó la palabra de Dios. Hay que felicitarla porque es madre de Jesús, vencedor de los demonios y portador de salvación, pero todavía más porque escuchó la palabra de Dios y la guardó.

b) La señal (Lc/11/29-36).

Jesús rechaza las exigencias de signos, de señales (11, 29-30), llama a la conversión (11,31-32), expone la necesidad de ser iluminados por la fe (11,33-36). Jesús no se da a conocer por señales del cielo; él mismo es el signo o la señal que presupone iluminación interna para ser reconocida.

29 Crecía la muchedumbre cada vez más, y él se puso a decir: Esta generación es una generación perversa; pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. 30 Porque así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así también lo será el Hijo del hombre para esta generación.

Jesús se pronuncia acerca de la exigencia de señales. Ha crecido todavía la muchedumbre que se apiña en torno a Jesús. La razón más profunda de la exigencia de señales, el no contentarse con lo que Cristo ha hecho con poder y para asombro del pueblo, es la desobediencia a la palabra de Dios, que anuncia Jesús. Lo primero que hay que hacer es convertirse, reformarse interiormente. Sólo el que escucha y acepta de buena gana la palabra de Jesús, está capacitado y pronto para captar las señales que hace Dios por Jesús como señales de que se ha inaugurado ya el reino de Dios. Cuando Jesús explicó las curaciones ante los discípulos de Juan como signos del tiempo de salvación, dijo, amonestando a los oyentes: «Bienaventurado aquel que en mí no encuentre ocasión de tropiezo» (7,22s). Jesús no realiza en Nazaret las señales que se le exigen, porque sus compatriotas no creen (4,23 ss). Jesús se ve en la necesidad de decir a la multitud que pide signos: Esta generación es una generación perversa, porque no quiere creer.

A esta generación incrédula dará Jesús una señal: la señal de Jonás. Jonás fue tragado por el pez, que al tercer día lo devolvió de nuevo. Como quien ha sido devuelto a la vida es presentado por Dios a los ninivitas como señal para que se conviertan. Como lo fue Jonás para los ninivitas, también Jesús será señal para esta generación perversa e incrédula. Jesús resucitará y retornará como Hijo del hombre para celebrar juicio. Cuando aparezca en poder y gloria, nadie podrá dejar de reconocer que Dios le ha dado todo poder. En realidad, esto no será ya entonces señal o signo que conduzca a la fe y a la salvación, sino signo que condenará la incredulidad. Con esta señal previno Jesús a sus adversarios en el juicio ante el sanedrín: «Pues sí, lo soy (el Mesías, el Hijo del Bendito); y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo entre las nubes del cielo» (Mar_14:62). El Hijo del hombre es la señal que aparecerá en el cielo, a cuya aparición se golpearán el pecho todas las tribus de la tierra (Mat_24:30).

31 La reina del sur comparecerá en el juicio con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. 32 Los habitantes de Nínive comparecerán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron ante la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

Los contemporáneos de Jesús están endurecidos contra la sabiduría y la llamada de Dios a la conversión. Por eso sólo se les da la señal que los ha de condenar en el juicio final. Jesús mismo, que obra con el poder de Dios, sería señal suficiente que podría conducirlos a la fe; pero no quieren creer en él. Los gentiles, la reina del Sur, los hombres de Nínive, acusarán a los contemporáneos y compatriotas de Jesús cuando comparezcan con ellos en el juicio final. La reina de Saba buscó y acogió con avidez la sabiduría de Salomón (lRe 10,1), los ninivitas tomaron en serio la predicación de penitencia de Jonás (Jon_3:5). Israel se hizo culpable ante Dios de haber rechazado a Jesús y de haber exigido señales. Las obras salvíficas que Dios realiza exigen buena voluntad, fe, aceptación. Repudiarlas es culpa. Lo que el pueblo necesita es la conversión, la imitación de la reina del sur y de los ninivitas, que aceptaron de buena voluntad la sabiduría y la predicación de penitencia.

Las palabras de Jesús son también revelación de sí mismo. Jesús es más que el sabio Salomón, más que Jonás, profeta y predicador de penitencia. Es maestro de sabiduría y profeta que sobrepuja a los más grandes maestros de sabiduría y profetas; es el maestro de sabiduría y profeta de los tiempos finales. La sabiduría de la vida que él anuncia es la última sabiduría de Dios; la voluntad de Dios que proclama, es voluntad de Dios que decide, de cuya aceptación dependen la salvación y la ruina final.

33 Nadie enciende una lámpara y la pone en un lugar escondido o debajo del almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz.

Jesús es la señal que ha dado Dios al mundo. él es la luz del mundo (Joh_8:12), no escondida por Dios, sino puesta por él a la vista de todos y presentada de tal forma que ilumine a los hombres. La palabra y la obra de Jesús fueron proclamadas en toda la tierra de los judíos, con sabiduría y poder fueron el asombro de todos. Mediante la misión de Jesús y la manera de presentarlo hizo Dios todo lo necesario para que pudiera reconocerse el resplandor de su luz, su divina misión de maestro de sabiduría y de profeta de los últimos tiempos. La revelación de Jesús está adaptada al hombre de tal manera que éste pueda alcanzar el conocimiento de la sabiduría de Dios y venir con ella a convertirse.

34 La lámpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está iluminado; pero cuando está enfermo, también tu cuerpo queda en tinieblas. 35 Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea tinieblas.

¿A que se debe que los contemporáneos de Jesús no reconozcan la luz que él es, no crean en él, no acepten y sigan su palabra? Esto no se debe a deficiencias de la luz, sino a que los contemporáneos son malos. La culpa está en el hombre, no en Dios o en Jesús.

El cuerpo del hombre se concibe aquí como una casa. Los ojos son las ventanas, que dejan que penetre la luz en la casa, de modo que el cuerpo entero quede iluminado. Cuando el ojo está enfermo, cuando no ve distintamente o ve doble, todo resulta oscuro. Del modo de ser del hombre depende el que la luz se reconozca o no como tal. Jesús sólo es reconocido como el maestro de sabiduría y predicador de conversión en los últimos tiempos, si el interior del hombre es sencillo, si su corazón y todo su ser está entregado sencillamente a Dios; entonces puede aceptar la luz que Dios ha encendido en Jesús. En cambio, el que se constituye a sí mismo en centro, el que no da razón a Dios, sino que se hace él mismo medida y criterio de todo, no tiene órgano para percibir la voluntad de Dios que se revela en Jesús.

Mira, no sea que la luz que hay en ti sea tinieblas. El hombre ha sido creado para la verdad de Dios. Tiene en sí luz, tiene fuerza para reconocer la revelación de Dios como tal. «La luz de Yahveh es el espíritu del hombre» (Pro_20:27). Se requiere la solicitud del hombre, para que esta luz no se convierta en tinieblas. El hombre recibe luz porque Jesús apareció como portador de luz, pero él debe ser receptivo para la luz.

En las bienaventuranzas mostró Jesús cómo se ha de conservar la receptividad. «Bienaventurados vosotros, los pobres...», «¡Ay de vosotros, los ricos...!»

36 Por consiguiente, si tu cuerpo entero es luminoso, sin que tenga parte alguna obscura, todo él resplandecerá, igual que cuando la lámpara te ilumina con su resplandor.

El que en su interior no pone ningún impedimento a la luz que envía Dios por Jesús, aquel cuyo cuerpo es todo luz, ése es iluminado por Jesús como por un relámpago, ése es penetrado de luz por la abundancia de su revelación.

Jesús es luz, luz radiante, él comunica la abundancia de la sabiduría divina, él aporta la revelación del tiempo final, que es la plenitud de todas las revelaciones de los profetas. No solamente da la revelación, sino también el conocimiento de que Dios se revela en él. «Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiere revelarlo.» Jesús es señal que se acredita ella misma como señal, como el relámpago se da á conocer como tal por su brillo. Estas palabras de Jesús acaban llenas de promesas. Cuando la luz de Jesús se apodera del hombre, éste se ve penetrado e inundado de luz.

c) El verdadero Maestro de la ley (Lc/11/37-54).

Los fariseos y los escribas ejercían poderosísimo influjo sobre el pueblo. Se creían ser los verdaderos sucesores de los profetas y de los maestros de sabiduría. Pero no lo son ellos, sino Jesús; en efecto, presentan como voluntad de Dios lo que no lo es: así, por ejemplo, en la cuestión de la pureza (11,37-41). Sobre los fariseos (11,42-44) y los escribas (11,45-52) respectivamente formula Jesús tres conminaciones amonestadoras. La conjura de los escribas y de los fariseos contra Jesús muestra cuán faltos están de sabiduría divina y de sentido para conocer la voluntad de Dios (11,53s). Palabras análogas a las que consigna Lucas se hallan también en Mateo. Ambos utilizan una tradición común. En Mateo se presenta el discurso como sentencia judicial y condenación; en Lucas todavía no se ha consumado la ruptura definitiva, y las palabras son una exhortación apremiante a la conversión. Mateo dejó el discurso para el final de la actividad pública de Jesús, Lucas la presentó como tema de conversación junto a la mesa.

37 Apenas terminó de hablar, un fariseo lo invita a comer en su casa; entró, pues, y se puso a la mesa. 38 El fariseo se extrañó cuando vio que no se había lavado antes de la comida. 39 Pero el Señor le dijo: De manera que vosotros los fariseos purificáis por fuera la copa y el plato, pero vuestro interior está lleno de rapacidad y malicia. 40 ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? 41 Dad más bien limosna de lo que tenéis, y todo lo vuestro quedará purificado.

Durante su camino es invitado Jesús a la mesa. La primera comida era la del mediodía, que procedía de la usanza romana. Importantes enseñanzas se refieren aquí como conversaciones habidas junto a la mesa. Los fariseos daban gran importancia a las prescripciones relativas a la pureza legal. Antes de comer había que lavarse las manos (Mar_7:2). La vajilla de comer y beber se limpiaba con un cuidado escrupuloso. Jesús no se atiene a la prescripción de lavarse las manos, de lo que se extraña el fariseo que lo había invitado. El que realmente quería pasar por religioso debía ante todo cumplir con las prescripciones de los fariseos sobre la pureza. De la crítica del comportamiento de Jesús toma él pie para hablar de la pureza delante de Dios.

¿Quién es puro delante de Dios? Los fariseos tenían por puro delante de Dios al que observa las prescripciones rituales de pureza, el que limpia el exterior del vaso y del plato. A Dios, en cambio, le importa la pureza moral, de la que los fariseos se preocupan muy poco. Vuestro interior está lleno de rapacidad y malicia. Cuando la conciencia está limpia de injusticia y de comportamiento inmoral, entonces es el hombre puro delante de Dios. Dios quiere una conciencia pura.

Por el hecho de preocuparse los fariseos por lo exterior, pero no por lo interior, descuidando así la conciencia, obran como insensatos, como gentes que no poseen la verdadera sabiduría, que no reconocen a Dios y lo descuidan. Los fariseos ponen la religiosidad en exterioridades, no en la conciencia del hombre. Dios no sólo hizo lo exterior, las cosas visibles, sino también lo interior, el corazón del hombre, la conciencia, por cuya calidad es como todo viene a ser bueno o malo (*), Por eso es un error y desconocimiento de la debida actitud para con Dios dar tanta importancia a la limpieza exterior de la vajilla, en lugar de pensar en la pureza moral del interior de la persona (**). Dios, creador de la conciencia, dispone también sobre ésta. Exige que el hombre se le entregue totalmente. La pureza del interior se obtiene con limosnas, con amor que se traduce en obras. Lo que hay en los vasos y en los platos, eso se debe dar como limosna; entonces será todo puro en vosotros. Lo que Dios quiere del hombre es un corazón puro; el corazón se purifica mediante el amor fraterno. La frase: Y todo lo vuestro quedará purificado, es precursora de la osada frase: Ama y haz lo que quieras. El amor cumple toda la ley.

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* Mat_23:25 s contrapone el interior y el exterior de las vasijas. Lc, en cambio, el exterior de las vasijas y el interior del hombre; Mt ofrece seguramente la forma originaria del texto.

** El versículo 40 es obscuro. Otros lo exponen así: Uno que ha preparado lo exterior, no ha preparado también su interior. Dio quiere que se prepare el interior, la conciencia; esto no se obtiene limpiando por fuera las vasijas, las manos...

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42 Pero ¡ay de vosotros, fariseos, que os preocupáis por el diezmo de la menta, de la ruda y de toda clase de hortalizas, y faltáis a la justicia y al amor de Dios! Esto es lo que había que practicar, y aquello no omitirlo. 43 ¡Ay de vosotros, fariseos, pues deseáis ocupar el primer asiento en las sinagogas y acaparar los saludos en las plazas! 44 ¡Ay de vosotros, que sois como sepulcros sin indicación alguna, sobre los cuales pasan los hombres sin saberlo!

En forma plástica, con un lenguaje tomado de la vida práctica, se expresan tres reproches formulados como conminaciones exhortatorias: los fariseos cumplen la ley con la mayor escrupulosidad en cosas pequeñas, pero la infringen cuando se trata de imperativos de importancia. Al exterior se muestran irreprochables, pero interiormente están muy lejos de cumplir verdaderamente la ley. Los reproches tienen un tenor muy general, y hasta es posible que hubiera fariseos que se guardaran de tales actitudes. Cuando se exige a una persona algo grande y difícil, como lo exigía sin duda la observancia de la ley mosaica, y cuando el hombre quiere influir en los otros, entonces se corre peligro de dar una sensación exterior de irreprochabilidad, aunque sin cumplir lo último de las prescripciones.

Jesús quiere que la ley se cumpla enteramente, también en lo pequeño. Es necesario practicarlo. Según Jesús, el cumplimiento de la ley exige tres cosas: lo que es más importante en la ley debe cumplirse también en la vida como lo más importante; éste es el precepto de la caridad, del amor (10,27): el derecho del hombre y el amor a Dios. Estos son los dos mandamientos y los dos imperativos a que apuntan todos los demás. Lo que mueve al cumplimiento de la ley no ha de ser la vanagloria, sino la voluntad del Padre que está en el cielo. «Tened cuidado de no hacer vuestras obras delante de la gente para que os vean; de lo contrario no tendréis recompensa ante vuestro Padre que está en los cielos» (Mat_6:1). No basta con cumplir exteriormente la ley de manera irreprochable, sino que se exige la transformación interior del corazón conforme a la voluntad de Dios. La voluntad de Dios reclama la reforma del corazón. La ley debe escribirse en el corazón, de modo que el hombre quede penetrado y transformado por la voluntad de Dios hasta lo más íntimo de su ser. Jesús aporta el nuevo cumplimiento de la ley, del que habían hablado los profetas (Jer_31:33 s; Eze_36:26 ss).

Los fariseos buscan su seguridad en observar exteriormente con toda exactitud su propia interpretación de la ley; en atender a lograr la aprobación de las personas devotas y a evitar exteriormente con la mayor escrupulosidad todo escándalo. A ellos se les aplica la amonestación que dirigió Jesús a los discípulos: «¡Ay cuando los hombres hablen bien de vosotros! Porque de la misma manera trataban los padres de ellos a los falsos profetas» (Eze_6:26).

La salvación para los fariseos es la palabra de Dios pronunciada por Jesús, el profeta de los últimos tiempos. Si reconocieran a Jesús estarían salvos. Ahora bien, ésta es su fatalidad, que se justifican ante sí mismos y ante los hombres, pero no aceptan lo que les dice Jesús. La ley no sirve de nada si no alborea en una persona el reino de Dios mediante la palabra de Jesús. Como los fariseos no reconocen a Jesús como el verdadero legislador y maestro de sabiduría, por eso no cumplen tampoco la ley. Pasan por alto precisamente lo que consideran como el contenido vital de la ley. La verdadera relación para con Dios y el entero cumplimiento de la voluntad de Dios no puede verificarse sino por Jesús.

45 Un doctor de la ley le dice entonces: Maestro, diciendo tales cosas, nos ofendes también a nosotros. 46 Pero que echáis sobre los hombres cargas casi imposibles de llevar, pero vosotros no las tocáis ni siquiera con uno de vuestros dedos! 47 ¡Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas, a quienes mataron vuestros padres! 48 Con ello, vosotros sois testigos y solidarios de las acciones de vuestros padres, porque ellos los mataron, pero vosotros les edificáis sepulcros. 49 Por eso dijo también la sabiduría de Dios: Yo les voy a enviar profetas y apóstoles, de los cuales matarán a unos y perseguirán a otros, 50 para que se pida cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo: 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, asesinado entre el altar y el santuario. Sí, os digo que se pedirá cuenta a esta generación. 52 ¡Ay de vosotros, doctores de la ley, porque os llevasteis la llave del saber. Vosotros no entrasteis, y a los que estaban para entrar se lo impedisteis (Los versículos 53 y 54 no son textualmente seguros).

Los fariseos son los discípulos sumisos y crédulos de los doctores de la ley. Lo que estos enseñan lo ponen ellos en práctica en la vida. Los reproches contra los fariseos recaen también sobre los doctores de la ley. Estos se equiparan a los profetas y exigen que se los oiga como a estos, como a Moisés, como a la ley misma. «Están sentados en la cátedra de Moisés» (Mat_23:2). El doctor de la ley llama Maestro a Jesús, pero al mismo tiempo le reprocha que ofende a los doctores de la ley, que blasfema contra Dios cuando los critica. La intangible santidad de la ley le hace increíble que Jesús le ataque.

Al igual que contra los fariseos, también contra los doctores de la ley se formulan tres conminaciones. De la ley que Dios había dado para el bien y para la salvación de los hombres, hacen ellos una carga insoportable mediante su doctrina y exposición de la ley y mediante la cerca que ponen alrededor de la misma, pero ellos mismos saben muy bien esquivar las obligaciones mediante interpretaciones sutiles. A los profetas, que por razón de la palabra de Dios fueron asesinados por sus abuelos, les erigen monumentos, con los que quieren expresar que ellos no tienen nada que ver con aquellos hechos pasados, pero al mismo tiempo quieren matar al mayor de los maestros y de los profetas, a Jesús. Se arrogan el derecho exclusivo de explicar la Escritura y la voluntad de Dios, y de esta manera llevar al conocimiento de Dios y consiguientemente a la vida eterna, pero al mismo tiempo repudian a Jesús e impiden que otros lo reconozcan y así, mediante su mensaje y su obra, alcancen el conocimiento y la vida eterna.

Las conminaciones que afectan a los doctores de la ley tienen su razón más profunda en el repudio de Jesús. él puede decir de sí mismo: «Mi yugo es llevadero, y mi carga ligera» (Mat_11:29). él es el profeta de Dios, que compendia y sobrepasa la palabra de todos los profetas. él tiene la llave del conocimiento, porque él da el conocimiento. «Nadie conoce quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiere revelárselo» (Mat_10:22). La culpa más grave que pesa sobre ellos es que ellos mismos no reconocen a Jesús y además impiden al pueblo reconocerlo. Es grande la responsabilidad de los que ostentan la autoridad de Dios.

El segundo de los tres reproches ofrece una breve historia de las suertes de los que anunciaron la palabra de Dios. Los profetas la anunciaron y fueron asesinados. En la época de Jesús erigen los doctores de la ley monumentos a los profetas asesinados. Los sepulcros de Amós y Habacuc eran meta de peregrinación en los días de Jesús. Aparentemente son indicio de hasta qué punto por aquellos días se apreciaba la palabra de Dios y a los que la habían anunciado. ¿Pero qué sucedía en realidad? Jesús es más que profeta, y precisamente los que erigen monumentos a los profetas maquinan contra la vida de Jesús. Vosotros sois testigos de las acciones de vuestros padres, pero vosotros edificáis... Los doctores de la ley son testigos de cómo ahora se presenta un profeta de Dios, pero lo repudian y así se muestran solidarios de los asesinos de los profetas. Y sin embargo erigen monumentos... Quien no reconoce a Jesús como Mesías no puede comprender la revelación de Dios y la historia de la salvación.

¿Cómo es posible que sean repudiados los pregoneros de la palabra de Dios, que sea repudiado Jesús, el más grande de todos los profetas? La Escritura no investiga las razones psicológicas de los hombres, sino que se contenta con indicar la más profunda razón teológica: la sabia permisión de Dios. Lo predijo la sabiduría de Dios: la Sagrada Escritura. Como aconteció a los profetas del pasado, así está aconteciendo también a Jesús, y así acontecerá a los apóstoles enviados por Jesús. El hombre se rebela contra las exigencias de Dios. La historia de las revelaciones de Dios desde el principio hasta el fin da testimonio de que los hombres de Dios son entregados a la muerte. Al comienzo de la Biblia está la figura de Abel (Gén 1), que fue asesinado por su hermano, al final de la Biblia, que según el canon véterotestamentario se cierra con el libro de las Crónicas, está el asesinato de Zacarías (2Ch_24:20 s). Los manejos de los homicidas de los hombres de Dios van creciendo en impiedad y en brutalidad. Abel fue abatido en pleno campo, Zacarías entre el altar de los holocaustos y el templo, en un lugar de asilo. El punto culminante de esta historia de la resistencia contra la palabra de Dios será la muerte violenta de Jesús, que le aguarda al término de su viaje a Jerusalén.

La historia de Israel termina con la destrucción de Jerusalén. Esta catástrofe es explicada como castigo por el violento repudio de la palabra de Dios. Se pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas. La historia del mundo es la historia de la palabra de Dios entre los hombres. Todos los desmanes de los doctores de la ley tienen su raíz aquí: en que no pusieron como centro de todo la palabra de Dios, sino su propia sabiduría.

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Capitulo 11.

El Padrenuestro, 11:1-4 (Mat_6:9-13).
Cf. comentario a Mat_6:9-13.
1 Acaeció que, hallándose El orando en cierto lugar, así que acabó, le dijo uno de los discípulos: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñaba a sus discípulos. 2 El les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino; 3 danos cada día el pan cotidiano; 4 perdónanos nuestras deudas, porque también nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos pongas en tentación.

Mientras Mt incrusta el Padrenuestro en un contexto literario que no es el suyo, y adelanta cronológicamente la situación del mismo, Lc, sin precisar la topografía, da la razón del por qué Cristo enseña esta oración. Al terminar un día su oración, uno de sus discípulos le pidió que les enseñase a orar, como el Bautista hacía con sus discípulos (Luc_5:33).
La recensión de esta oración en Lc es mucho más breve que en Mt. Diversos problemas planteados a propósito de esta diferencia de recensiones se expresan en el Comentario correspondiente a Mt.
Lc omite, después de Padre, nuestro, posiblemente para evitar en sus lectores de la gentilidad la impresión de una oración limitada a un círculo judío, lo mismo que estás en los cielos, de formulación judío-rabínica. No trae el Hágase tu voluntad.1 Esto último por faltar en su fuente.
En la petición del perdón, Lc pone que se perdonen nuestros pecados (???????? ), mientras que Mt y Lc en la segunda vez ponen deudor (????????? ). Se pensó si Lc utilizaría este término para evitar a sus lectores un sentido de deuda pecuniaria. Sin embargo, son sinónimos, pues Lc sólo la modifica la primera vez, seguramente por variación literaria, y destaca que debemos perdonar a todo deudor.
Omite también la parte negativa del último versículo de Mt2. En Marción, seguido por San Gregorio de Nisa, en lugar de la petición Venga tu Reino, se lee: Que el Espíritu Santo venga sobre nosotros y nos purifique. Idea acorde con la teología de Lc. La recensión de Lc del Pater. supone una fuente distinta de Mt. Que la de éste sea litúrgica es muy posible. ¿También la de Le? La versión al arameo de las recensiones de Mt y Lc por K. G. Kuhn lleva a un tipo original de composición en verso.

Parábola del amigo importuno,Luc_77:5-13 (Mat_7:7-11).
Cf. comentario a Mat_7:7-11.
5 Y les dijo: Si alguno de vosotros tuviere un amigo y viene a él a medianoche y le dijera: Amigo, préstame tres panes, 6 pues un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo qué darle; 7 y él, respondiendo de dentro, le dijese: No me molestes, pues la puerta está ya cerrada, y mis niños están ya conmigo en la cama, no puedo levantarme para dártelos, 8 yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. 9 Os digo, pues: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá; 10 porque quien pide recibe, y quien busca halla, y al que llama se le abre. 11 ¿Qué padre entre vosotros, si el hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O, si le pide un pez, le dará, en vez del pez, una serpiente? 12 ¿O, si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Si vosotros, pues, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Evocada por la oración del Padrenuestro, Lc es el único que narra una parábola con un gran colorido oriental, para enseñar la perseverancia en la oración. Inesperadamente llega uno de viaje en la noche. No hay nada preparado (rasgo algún tanto irreal), por lo que va a casa de un amigo a pedir tres panes. Las casas pobres de Palestina sólo tenían una estancia, donde a la noche, echadas unas esteras, todos dormían. Este llamar e insistir no le trae más que complicaciones; los niños se van a despertar sobresaltados y luego no podrán dormir. Como puede, abre la puerta para resolver aquella situación enojosa. Y Cristo añade que, si no le da lo que pide por ser amigo, al menos se lo dará por importuno.
La finalidad de esta parábola, como se ve por la insistencia en llamar, es la perseverancia en la oración. Sin embargo, Lc pone a continuación, como una conclusión enfática, el pedid y se os dará. Y luego se describe la seguridad de la concesión por Dios de los bienes pedidos. Mt, en cambio, trae todas estas adiciones a la parábola en otro contexto, como pieza aislada (Mat_7:7-11). ¿Es que Lc, con esta inserción, pretende precisar el sentido de la parábola? Sería muy probable en este pasaje. La parábola no tiene en sí una estructura y finalidad definidas. Si Lc le yuxtapone este otro pasaje, con valoración independiente, lo une, sin duda, por razón de una afinidad lógica, por tratarse de temas de oración; primero coloca la oración, luego la perseverancia para obtener sus fines, y, por último, la seguridad de la bondad de Dios en la concesión de los bienes pedidos 3.
En Mt, Dios dará cosas buenas a quien se las pide; Lc lo formula de otra manera: dará el Espíritu Santo a quienes se lo piden. La redacción de Lc explícita el sentido primitivo de Mt. Como las cosas buenas, en esta perspectiva religiosa, son los bienes espirituales mesiánicos, Lc las ha sintetizado en lo que es el gran don mesiánico: la efusión del Espíritu Santo, dispensador de todo bien (Jua_7:38-39) 4, y tan propio de su teología (cf. Rom_8:23; 2Co_1:22; 2Co_5:5; Efe_1:13ss). Naturalmente, el pedir y recibir tiene un valor sapiencial.

El Poder sobre los demonios,Efe_11:14-26 (Mat_12:43-45). Cf. comentario a Mat_12:43-45.
14 Estaba expulsando a un demonio mudo, y así que salió el demonio, habló el mudo. Las muchedumbres se admiraron, 15 pero algunos de ellos dijeron: Por el poder de Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa éste los demonios; l6 otros, para tentarle, le pedían una señal del cielo. 17 Pero El, conociendo su pensamiento, les dijo: Todo reino dividido contra si mismo será devastado, y caerá casa sobre casa. 18 Si, pues, Satanás se halla dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Puesto que decís que por poder de Beelzebul expulso yo los demonios. 19 Si yo expulso a los demonios por Beelzebul, vuestros hijos, ¿por quién los expulsarán? Por esto ellos mismos eran vuestros jueces. 20 Pero, si expulso a los demonios por el dedo de Dios, sin duda que el reino de Dios ha llegado a vosotros. 21 Cuando un fuerte bien armado guarda su palacio, seguros están sus bienes; 22 pero si llega uno más fuerte que él, le vencerá, le quitará las armas en que confiaba y repartirá sus despojos. 23 El que no está conmigo, está contra mí, y el que conmigo no recoge, desparrama. 24 Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, recorre los lugares áridos buscando reposo, y, no hallándolo, se dice: Volveré a la casa de donde salí; 25 y viniendo la encuentra barrida y aderezada. 26 Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él y, entrando, habitan allí, y vienen a ser las postrimerías de aquel hombre peores que los principios.

Lc y Mt traen este pasaje. Pero, mientras Lc lo trae seguido, Mt lo trae desdoblado. En Lc se plantean ya al principio dos temas, y se los responde de seguida. En Mt el desdoblamiento responde a la separación de las dos preguntas.
Cristo expulsaba un demonio mudo, es decir, un enfermo al que su posesión le produce mudez. Pero también era sordo (Mt). Ante este hecho, realizado con autoridad propia, en Mt surge en las gentes la pregunta de si no será el Mesías. Lc sólo lo expresa con la admiración de las muchedumbres. Pero, ante esto, los fariseos (Mt), no negando los hechos evidentes, lo atribuyen a que Cristo tiene pacto con Beelzebul, príncipe de los demonios 5. La argumentación de Cristo fue definitiva. Si así fuese, Satanás destruiría su reino. Además, los exorcistas judíos condenaban esta insidia al expulsar los demonios. Pero, si es verdad que El los expulsaba en nombre de Dios, entonces que saquen la consecuencia: llegó el Reino de Dios. Pues ya está entablada la lucha entre el poder del Mesías y el poder de Satán. Por eso dice: si El los expulsa; no porque los expulsen ciertos exorcistas judíos. Y Lc añade otra consecuencia: si él es el Mesías, hay que recoger con él su enseñanza para entrar en el reino; si no, se desparrama fuera del mismo.
Luego pone la comparación del demonio errante que sale de un hombre y busca morada en lugares secos, es decir, desiertos, morada, según la creencia popular, de demonios. Al no hallar reposo, vuelve al lugar de donde partió, pero, al verlo bien preparado, sale en busca de otros siete espíritus peores que él número de plenitud , y así logran conquistarla y habitarla. Con lo que las postrimerías de aquel hombre vienen a ser peores que los principios. El sentido de esta comparación es discutido, por querer hacerlo alegoría, cuando es una simple comparación, aunque con algunos elementos alegorizantes. Mt la aplica expresamente a esta generación mala. Lc no, pero, aunque el contexto en que lo trae es literariamente distinto, conceptualmente es el mismo. Por eso ha de ser interpretada de la generación judía contemporánea de Cristo. Atar a Satanás es idea escatológica (Isa_24:22; Tob_8:3; Rev_20:2ss).
La expulsión de los demonios por Cristo prueba, como él dice, su mesianismo. El demonio desea no perder sus viejas conquistas, al ver los progresos que Cristo comienza a hacer en el pueblo, y toma la revancha. Por obra de los fariseos, que boicoteaban la obra de Cristo, viene a desorientar y apartar del ingreso en el reino de Cristo a gran parte de esta generación. Esto es, dentro de la imagen demoníaca comparativa, hacer que peores poderes demoníacos vuelvan a su casa, a esa generación de la que salieron. Y así las postrimerías de esa generación judía, separándose de Cristo, no ingresando en su reino y llevándole a la cruz, vinieron a ser peores que sus principios, que comenzaban con la luz de Cristo expulsando los demonios.

Elogio de la Madre de Jesús,Rev_11:27-28.
27 Mientras decía estas cosas, levantó la voz una mujer de entre la muchedumbre, y dijo: Dichoso el seno que te llevó y los pechos que mamaste. 28 Pero El dijo: Más bien dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan.

Pasaje propio de Lc. En el contexto, una mujer que oye esta refutación de Cristo, la aprueba, gritando al modo oriental, para bendecir a su Madre. La gloria de las madres son los hijos (Pro_23:24-25; Gen_30:13; Luc_1:58). Y la gloria de éstos redunda en las madres. Tal era la grandeza que esta mujer vio en Cristo, hasta acaso sospechar, como en otras ocasiones sospecharon, si no sería el Mesías (Mat_12:23; par.), que lo bendice al bendecir a su Madre. El Magníficat empieza a cumplirse. Lc que lo trae empieza a ver su cumplimiento.
Pero Cristo toma pretexto de las palabras de esta mujer para hablar en general de la grandeza de la maternidad natural, y decir que son más bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan. Porque, si la maternidad natural es gran dignidad, la palabra de Dios y su guarda hace ingresar en el Reino, con todo lo que esto significa.

Juicio sobre la generación presente. 11:29-32 (Mat_12:38-42). Cf. comentario a Mat_12:38-42.
29 Creciendo la muchedumbre, comenzó a decir: Esta generación es una generación mala; pide una señal, y no le será dada otra señal que la de Jonas. 30 Porque como fue Jonas señal para los ninivitas, así también lo será el Hijo del hombre para esta generación. 31 La reina del Mediodía se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y los condenará, porque vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y hay aquí algo más que Salomón. 32 Los ninivitas se levantarán en el juicio contra esta generación, porque hicieron penitencia a la predicación de Jonas, y hay aquí más que Jonas.

En Mt (c.12) se da como doble señal de Cristo: en el sepulcro (v.40) y de la conversión de Nínive a su predicación (v.41). En Mc no se da ningún signo (Mar_8:12); en Lc se da sólo como signo de penitencia a su predicación. Lc, a diferencia de Mt, que también trae este pasaje, ya puso al comienzo de la narración dos temas a los que va a responder con un intervalo literario. El primero fue que Cristo expulsaba a los demonios en nombre de Beelzebul, príncipe de los demonios. Pero otros, que Mt precisa como escribas y fariseos, le pedían, para tentarle, una señal del cielo. Admitida por ellos probablemente también esta solución diabólica, piden algo espectacular, al estilo del fuego que hizo bajar del cielo Elias (1Re_18:38ss), pensando en el fracaso de un prodigio de este tipo. Pero Cristo niega el signo a esta generación mala. Lc omite adúltera acaso por no entenderla sus lectores. Esta expresión está cargada de reminiscencias bíblicas. La generación en que aparecería el Mesías, al estilo de la del desierto, sería mala. Y, en lugar del signo, les anuncia un signo castigo.
A la predicación de Jonas, Nínive se convirtió. Y ante la sabiduría de Salomón, vino a oírle la reina del Mediodía, la reina de Saba (1Re_10:1). Ellos condenarán en el juicio (?? ?? ?????? ) probablemente aludiendo, con este término casi técnico, al juicio" postrero, a esta generación, porque aquí, es decir, en él, hay cosa mayor que la sabiduría de Salomón y el profetismo de Jonas. Es parte del climax con que Cristo va descubriendo quién es: mayor que reyes y profetas.
Esta divergencia de enfoque de los evangelistas sobre el signo de Jonas puede responder a tradiciones distintas o a interpretaciones distintas de los evangelistas 5, acaso por aludirse primitivamente sólo al signo sin matizar.

Cristo, luz del alma,1Re_11:33-36 (Mat_6:22-23).
Cf. comentario a Mat_6:22-23.
33 Nadie enciende la lámpara y la pone en un rincón ni bajo el celemín, sino sobre un candelabro, para que los que entren tengan luz. 34 La lámpara de tu cuerpo es tu ojo; si tu ojo es puro, todo tu cuerpo estará iluminado; pero, si fuese malo, también tu cuerpo estará en tinieblas. 35 Cuida, pues, que tu luz no tenga parte de tinieblas, 36 porque, si todo tu cuerpo es luminoso, sin parte alguna tenebrosa, todo él resplandecerá como cuando la lámpara te alumbra con vivo resplandor.

Este pasaje está aludiendo a Cristo. Da la razón de la mala acogida que tiene en el mundo farisaico. Es una mezcla de comparaciones y alegorías. El v.33 aparece utilizado más veces y en otros contextos (Luc_8:16; Mat_5:15), lo mismo que el v.34 (Mat_6:22-23).
La luz que se expone para que luzca es Cristo (Jua_8:12). La luz para el cuerpo es el ojo. Si éste no está enfermo (?????? = simple), el cuerpo del hombre goza del beneficio de la luz; si está enfermo, ciego, está en oscuridad.
En el orden moral ha de cuidarse la rectitud para que la luz de Cristo ilumine la vida moral. Si así se hace, todo el hombre moral gozará del beneficio de la luz de Cristo, como cuando la lámpara te ilumina con vivo resplandor. Pues el ojo es lámpara de tu cuerpo es sinónimo de corazón como conducta del hombre 6.
Esta ceguera farisaica (Jua_9:40-41), culpable, es la que les impide ver esta luz de Cristo-Mesías. Cuida, pues, que tu luz no tenga parte de tinieblas. Si la enunciación parece de tipo moralizante, su inserción a continuación del tema farisaico parece exigir también la concreción a este caso.
La repetición de las dos primeras sentencias en otros pasajes, lo mismo que la ausencia de la tercera (v.35-36) en Mt, y la falta de íntima unión entre el v.34 y el 35, sugiere que se trata de sentencias de Cristo, acopladas oportunamente aquí por el evangelista y posiblemente algo retocadas para su adaptación 7. El v.36 es propio de Lc.

Reprensión de fariseos y escribas,Jua_11:37-54 (Mat_23:1-36). Cf. comentario a Mat_23:1-36
37 Mientras hablaba, le invitó un fariseo a comer con él; y fue y se puso a la mesa. 38 El fariseo se maravilló de ver que no se había lavado antes de comer. 39 El Señor le dijo: Mira, vosotros los fariseos limpiáis la copa y el plato por defuera, pero vuestro interior está lleno de rapiña y maldad. 40 ¡Insensatos! ¿Acaso el que ha hecho lo de fuera no ha hecho también lo de dentro? 41 Sin embargo, dad en limosna hasta lo mismo que está dentro, y todo será puro para vosotros. 42 ¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la menta y de la ruda, y de todas las legumbres, y descuidáis la justicia y el amor de Dios! Hay que hacer esto sin omitir aquello. 43 ¡Ay de vosotros, fariseos, que amáis los primeros puestos en las sinagogas y los saludos en las plazas! 44 ¡Ay de vosotros, que sois como sepulturas, que no se ven, y que los hombres pisan sin saberlo! 45 Tomando la palabra un doctor de la Ley, le dijo: Maestro, hablando así nos ultrajas también a nosotros. 46 Pero El le dijo: ¡Ay también de vosotros, doctores de la Ley, que echáis pesadas cargas sobre los hombres, y vosotros ni con uno de vuestros dedos las tocáis! 47 ¡Ay de vosotros, que edificáis monumentos a los profetas, a quienes vuestros padres dieron muerte! 48 ¡Vosotros mismos atestiguáis que consentís en la obra de vuestros padres; ellos los mataron, pero vosotros edificáis! 49 Por esto dice la Sabiduría de Dios: Yo les envío profetas y apóstoles, y ellos les matan y persiguen, 50 para que sea pedida cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde el principio del mundo, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, asesinado entre el altar y el santuario; sí, os digo que le será pedida cuenta a esta generación. 52 ¡Ay de vosotros, doctores de la Ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia, y ni entráis vosotros ni dejáis entrar! 53 Cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle terriblemente y a proponerle muchas cuestiones, 54 armándole trampas para tomarle por alguna palabra de su boca.

Este relato debe de estar compuesto por Lc, o por su fuente, de una manera convencional. La parte del banquete es propia de Lc, pero la diatriba contra los fariseos (v.39) primero, y luego contra los doctores (v.45), está también en Mt, pero en otro contexto completamente distinto. Es Cristo quien, ante las muchedumbres, pone al descubierto a escribas y fariseos; pero todo bajo esta doble agrupación, y luego, en la censura que les hace, Lc y Mt convienen en sólo cinco censuras; el resto son distintas: en Mt dos más y cuatro más en Lc. Esto hace ver que se quiere presentar un cuadro de censuras, recogiendo de la tradición un grupo de elementos que permitan demostrar el propósito del autor. En Lc mismo, el ponerse este cuadro de censuras en un banquete manifiesta que no es el lugar oportuno, y que, acaso con el pretexto de la censura interna del fariseo que lo invita, al ver que Cristo no se había lavado las manos, como era de ritual para ellos, agrupa este cuadro sobre la hipocresía farisaica, dándole una proyección mayor. Es un contexto lógico.
El uso rabínico de lavarse las manos, platos, hasta purificar los asientos para no contraer alguna impureza legal, no era precepto de la Ley, sino que procedía de la tradición de los antiguos rabinos. Este hecho de Cristo en este banquete, al que le había invitado un fariseo, probablemente con curiosidad o pretexto de espionaje, da lugar, literariamente al menos, a estas censuras de Cristo, pronunciadas varias de ellas en momentos distintos y sistematizadas ahora a este propósito. Lc denomina a Cristo en este pasaje el ?????? , el Señor, probablemente con el sentido de profesión de su divinidad que tenía la palabra en la primitiva Iglesia.
Los fariseos limpiaban la copa y el plato por fuera, pero por dentro están llenos de rapiña y maldad. Esto era hipocresía. Más puros hay que estar por dentro. Y Lc inserta aquí un logion famoso. Los fariseos han de purificar el alma con buenas obras. Y tomándose el tema en cuestión, les indica una de las obras más excelentes consideradas por los judíos: la limosna. Por eso, en lugar de toda externa purificación de la copa y el plato, que den en limosna lo que hay dentro (?? ?????? ) de ellos, es decir, que cíen al necesitado el alimento como limosna. Y así obtendrán pureza de rectitud. La Vulgata traduce: que lo que sobre (quod superest) lo den de limosna.
Mt dice en lugar paralelo (Mat_23:26) jugando con una evocación alegórica, que limpien también la copa por dentro. Lc pone que lo que está dentro que lo den de limosna. Es más lógico el pensamiento de Mt. Acaso sea por efecto de la fuente que hubiesen usado Mt y Lc. Pudo haber sido una confusión en la versión de dos palabras arameas afines: daki = limpia, y zakí = dad de limosna.
A la hipocresía farisaica se la describe en otros casos: la Ley exigía pagar los diezmos al sacerdocio, de lo que vivía (Num_18:21; Deu_14:22); lo que se interpretó incluso de cosas menores, como la menta, la ruda y todas las legumbres; pero ellos no practicaban la justicia, que era el amor a Dios.
Pretenden ser perfectos y ansian la ostentación de los primeros puestos en las sinagogas, que estaban delante de la tribuna del lector y mirando al pueblo, y los saludos de las gentes en la plaza, como a los maestros y perfectos por excelencia.
Les censura que son como sepulturas que no se ven. Mt los compara a sepulcros blanqueados, que son hermosos por fuera, pero por dentro tienen la podredumbre de la muerte. Pues se blanqueaban los sepulcros ante las fiestas de peregrinación, para que los peregrinos no los rozasen y contrajesen alguna impureza legal (Num_19:16). Pero aquí se presenta de otra manera. Son sepulcros que no se ven, como enterrados en un campo, y los hombres, sin saberlo, los pisan y contraen la impureza legal, que aquí es el veneno de su doctrina de boicot a Cristo.
Al llegar aquí, Lc introduce hablando a un doctor de la Ley, censurándole. No parece el banquete lugar apto para estas censuras; por eso podría ser la inserción aquí de otro elemento tomado de la tradición, de otro momento, o una introducción literaria.
Los doctores de la Ley interpretaban ésta con un rigorismo preventivo insoportable. Tales son los comentarios de los rabinos en el Talmud. Pero ellos no los cumplían.
Por aparecer religiosos, levantaban monumentos a los profetas a quienes sus antepasados mataron. Pero les saca una conclusión de lógica oriental: consienten en su muerte; aquéllos los mataron, y éstos los entierran. Es que en el fondo de esta afirmación, como se ve en el v.49, está prevista la muerte de Cristo y la persecución y muerte de los apóstoles y de los otros profetas del N.T. (1Co_12:29; Hec_15:32, etc.). Pero, como toda la historia de Israel estaba orientada al Mesías, a la muerte de éste experimentará Israel el castigo por toda la sangre derramada por esta causa: le será pedida a esta generación. 8 En Mat_23:32-39 está expuesto este tema con más desarrollo y matiz.
La Sabiduría de Dios no parece afectar directamente a Cristo. Al menos no es un término usual ni comprensible para los lectores. Puede ser una frase construida al modo de los oráculos de los profetas y hablar de los designios de Dios, ya que es la vieja Sabiduría de los sapienciales (cf. Luc_7:35). Es la providencia de Dios la que envió profetas y ahora apóstoles: correrán la misma suerte (Jer_7:25ss).
Por último, los censura porque se apoderaron de la llave de la ciencia religiosa. Sólo ellos dictaminaban lo que debía ser. Hasta tal punto, que daban más valor a los dichos y cuerpo de doctrina de sus doctores que a los mismos Libros Sagrados. Y así, ante el Cristo Mesías, por el boicot que le hacían, ni entraban ellos en el Reino ni dejaban entrar al pueblo. Tal era el ascendiente que tenían sobre el mismo.
Lc termina diciendo la reacción brutal de escribas y fariseos contra El, proponiéndole trampas para comprometerle con alguna de sus respuestas.
El complemento a este cuadro está en el Comentario a Mat_23:1-38.

1 Strack-B., Kommentar. I P.408-410; Bonsirven, Textes. 181 2 Dada La Importancia De Este Tema, Su Estudio Analítico Se Hace En Mat_6:9-13. 3 Vosté, Parabolae. (1933) Ii P.563-567; Frank, En Verb. Dom. (1922) 144-149. 4 Para Los Versículos Finales De Lc 11-13, Cf. comentara A Mat_7:7-11; M. Zerwick, Perseveranter Orare (Luc_11:5-13): Verb. Dom. (1950) 243-247. 5 Sama1n, L'accusation De Magie Contre Le Christ: Eph. Theol. Lov. (1938) 449-490. 5 A. Vótgle, Der Spruch Von Jonaszeichen, En Synoptische Studien (1953) 230-277; J. Howton, The Sign Of Joña, En Scottisch Journ. Of Theology (1926) P.288-304; M. Goguel, La Fot A La Résurrection De Jesús Dans Le Christianisme Primitif (1933) P.Lgoss; O! Cullmann, Dieu Vivant N.16 P.25ss. 6 Conny Eddund, En Rev. Bibl. (1943) P.603-605. 7 Benoit, L'oeil Lampe Du Corp: Rev. Bibl. (1947) P.362-364. 8 Sobre Zacarías, cf. 2Cr_24:19-22; J. Jeremías, Heiligengraber injesu Umwelt ( Mat_23:29; Lúe 11:47). (1958).

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)



128 (f) LOS DISCÍPULOS DE JESÚS Y LA ORACIÓN (11,1-13). Cf. Mt 6,9-13; 7,7-11; Lc 18,1-8. Lucas escribe un catecismo sobre la oración para cristianos gentiles cuyo conocimiento del Dios de Jesús y de la revelación del AT requiere profundización, y que, al mismo tiempo, necesitan aliento para perseverar en oración en medio de un ambiente hostil. Cf. J. Jeremías, The Prayers of Jesús (SBT 2/6, Naperville 1967) 88-89. 1. enséñanos a orar: El signo de una comunidad religiosa era tener una forma distintiva de oración. Este antiguo modo de identificación de una comunidad religiosa está en vigor incluso actualmente, p.ej., la consagración a María de los marianistas, o el «Te adoramos» de los franciscanos. El legado de Jesús del Padrenuestro a sus discípulos no sólo les enseña cómo orar, sino, esp., cómo vivir y actuar en cuanto seguidores suyos. 2. La forma lucana del Padrenuestro presenta cinco peticiones. Padre: Este rasgo distintivo de la oración de Jesús, es decir, su personal e individual relación con Dios como padre amante, protector, providente y clemente, encuentra también su expresión en 10,21; 22,42; 23,34.46. Mediante la misericordiosa revelación de Jesús a sus «pequeños», pueden éstos afrontar los males implícitos en tres de las cinco peticiones: la desunión que hay que transformar en comunión de comensaíidad; sus propios pecados y la maldad de los otros; el permanente peligro de la apostasía. santificado sea tu nombre: Que todos los males que profanan tu creación desaparezcan, esp. los que anidan en nuestros corazones, para que se manifieste el amor misericordioso que da testimonio en tu nombre, tu reino: Desde 4,14 hasta este momento, Lucas ha ido narrando en su evangelio la naturaleza del reino de Dios, que rompe los límites que separan a ricos y pobres, sanos y enfermos, hombres y mujeres, puros e impuros, santos y pecadores. Cf. comentario a 4,14-30. Que sea tu reino el que venga, y no sus vulgares imitaciones humanas. 3. pan: El significado del, por otra parte no muy atestiguado, adj. epiousios, que modifica a «pan», es altamente controvertido. Considerado desde la perspectiva del motivo lucano del alimento, el adj. se refiere, por una parte, al alimento necesario para mantener la vida, que es don gratuito de Dios, y, por otra, este «pan» no debe interpretarse de forma individualista, sino en cuanto compartido con los demás, pecadores incluidos, en las comidas de reconciliación, esp. las eucaristías. 4. pecados: La comunidad de Jesús, compuesta de pecadores, pide con total confianza el perdón a su Padre-Dios misericordioso. Los discípulos que se cierran a perdonarse entre ellos y a quienes pecan contra ellos no poseen la específica visión del Dios de Jesús, que es misericordioso con todos (6,35-36). tentación: Para Lucas, la tentación nunca tiene resultados positivos, como, p.ej., el fortalecimiento del carácter. La tentación es siempre mala. Los discípulos oran para que su infinitamente amoroso Dios los preserve de apostatar del camino cristiano. Cf. 22,39-46.

129 5-13. Encontramos en esta perícopa varías enseñanzas sobre la necesidad de perseverar en la oración. Se supone la misericordia y disposición de Dios para responder a las necesidades de sus hijos en el camino cristiano. Si un amigo ayuda a otro amigo, si un padre mantiene a su hijo, ¡cuánto no más cuidará Dios de los discípulos del Hijo de Dios, de Jesús! 13. Espíritu Santo: Mt 7,9 lee «cosas buenas». Para la teología de Lucas, las «cosas buenas» pueden acarrear problemas al discípulo, p.ej., 12,18-19; 16,25. Como respuesta a las oraciones de los discípulos, que quieren orar, vivir y actuar como lo hizo Jesús, Dios les otorga el don del Espíritu Santo tras la resurrección. «El don del Espíritu Santo resume todo cuanto se da a la comunidad de Jesús: alegría, fuerza, valentía para dar testimonio, y, por consiguiente, para vivir» (Schweizer, Good News 192). Cf. P. Edmonds, ExpTim 91 (1980) 140-43; E. LaVerdiere, When We Pray... (Notre Dame 1983).

130 (g) LAS CONTROVERSIAS DESCUBREN EL SENTIDO DEL CAMINO DE JESÚS (11,14-36). Lucas revela su maestría creando un pasaje unitario mediante la unión de fragmentos dispares, esp. los vv. 24-26 y 33-36, en torno a la controversia sobre la procedencia del poder soberano de Jesús. El resultado de su creatividad es un modelo que tiene la siguiente estructura: A (11,15) , B (11,16), A (11,17-28), B (11,29-36); los vv. 23-28, con su doble tema de la respuesta al poder curativo de Jesús y a su palabra, forman un puente entre A y B. Lucas manifiesta además su creatividad en el modo en que alterna en esta sección sus enseñanzas sobre cristología y discipulado. Lc 11,14-23 es paralelo de Mt 12,22-30 y Mc 3,22-27; Lc 11,24-26 de Mt 12,43-45; Lc 11,29-32 de Mt 12,38-42; Lc 11,33-36 de Mt 5,15; 6,22-23 (Lc 11,33 es un duplicado de 8,16). 14. estaba expulsando un demonio: El exorcismo se cuenta en un solo versículo. No se debate el hecho del exorcismo de Jesús. Lo que se pone en cuestión, más bien, es la procedencia del poder de Jesús y de aquellos que le siguen. 15. algunos: Notemos la generalización de la oposición. En la controversia de 11,37-54, los adversarios son los fariseos y los maestros de la ley. Belzebú: Probablemente significa «Señor del cielo». Lucas establece con este versículo la sección A de su modelo; la respuesta de Jesús a esta objeción aparecerá en los vv. 17-28. 16. otros: De nuevo, es importante advertir la generalización de la oposición, que, en este caso, pide una señal extraordinariamente poderosa. Lucas introduce así la parte B de su modelo; la respuesta a su petición se retrasa a los vv. 29-36. 17. Lucas acentúa la presciencia de Jesús. Cf. otros relatos de controversia en 5,22; 6,8; 7,36-50. 20. dedo de Dios: Referencia a Éx 8,15 (LXX). Lo que Dios hizo en el pasado, la liberación del pueblo de Dios de la opresión de la esclavitud, es continuado por Jesús, en cuyo ministerio se manifiesta el poder soberano de Dios. Cf. comentario a 4,14-43. 21-22. Lucas profundiza en su reflexión cristológica, y utiliza los símbolos de la riqueza (patio de un palacio, riquezas, confianza en la seguridad material) para caracterizar al hombre fuerte. Jesús, que es el fuerte (cf. 3,16), vence las fuerzas del mal. Cf. S. Légasse, NovT 5 (1962) 5-9. 23. el que no está conmigo, está contra mí: Lucas ataca con su tema del discipulado. Viviendo en un ambiente hostil, las comunidades lucanas son alentadas por el poder de Jesús sobre el mal y se les exhorta a seguir unidas a él y a su camino. 24-28. Los enigmáticos vv. 24-26 deben comprenderse en el contexto en el que el artista Lucas los ha colocado: La conquista del mal por Dios mediante Jesús no elimina la necesidad que tienen los discípulos de responder a la proclamación que Jesús hace de la palabra de Dios. Mantenerse en la escucha de la palabra de Dios es la ayuda que los discípulos necesitan para evitar caer de nuevo en las garras de lo demoniaco (cf. Grundmann, Lukas 240). Lucas contrasta las respuestas de los discípulos con las de los adversarios de los vv. 15-16. Los vv. 23-28 constituyen una transición hacia la parte final del modelo lucano (vv. 29-36, B).

131 29. Lucas regresa al motivo de la petición de un signo, introducido ya en el v. 16. el signo de Jonás: Mt 12,38-42 no debe influir en la lectura de este pasaje, pues a Lucas no le interesa el motivo de la estancia de tres días de Jonás en el vientre de la ballena. Los vv. 30.32 dejarán claro que lo que le interesa es el signo de la proclamación de la palabra de Dios por Jonás, que está en sintonía con su insistencia en mantenerse a la escucha de la palabra de Dios proclamada por Jesús. 31. la reina del sur: cf. 1 Re 10. De nuevo, Lucas reflexiona sobre el significado de Jesús: su sabiduría es superior a la del legendario rey sabio de Israel, Salomón. 32. la predicación de Jonás: El poder de la palabra de Dios, proclamada por Jonás, se manifestó en la masiva conversión de los ninivitas. Ante Jesús, portavoz de Dios, nos encontramos con un poder superior. Lucas presenta como modelo de imitación para sus lectores gentiles y para todos los discípulos la generosa respuesta dada a la palabra de Dios por un pueblo no elegido. 33-36. Lucas ha soldado creativamente estos dichos sapienciales con su contexto para presentar cómo habría que responder a la palabra de Dios proclamada por Jesús. 33. para que los que entren vean el resplandor: Los discípulos, que anuncian a Jesús como luz, deben procurar que la luz brille para todo hombre y mujer que buscan el modo de salir de la oscuridad. 34. honesto... malvado: Los términos gr. haplous y poneros deben entenderse en sentido moral, al igual que la oposición entre «luz y tiniebla». Una respuesta honesta y generosa a la palabra de Dios conduce a toda persona a la bondad moral. 36. La predicación de Jesús y de la Iglesia hallarán una acogida favorable en aquellos corazones que buscan con sinceridad los caminos de Dios. Cf. Jn 3,19-21.

132 (h) LA LIMOSNA HACE PURO ANTE DIOS (11,37-54). En su viaje por el camino de Jesús, las comunidades cristianas encontrarán controversias internas y externas. Sobre el significado de «fariseos», ? 76-77 supra. Sobre el género literario del simposio, ?99 supra. Observemos la estructura: progresiva revelación de los invitados (primero los doctores de la ley en 11,45; escribas y fariseos en 11,54) y el incidente (el asombro, no expresado directamente, del anfitrión porque Jesús no se había lavado las manos antes de comer en 11,38 presenta la ocasión para que Jesús intervenga). El marco narrativo (11,30-32) en el que Lucas ha colocado este simposio explica su única anomalía, es decir, la descortesía de Jesús hacia su anfitrión que ensombrece su sabiduría. «Hay un invitado excepcional que, al menos desde la perspectiva del narrador, supera a sus adversarios y que es más sabio que Salomón» (E. Steele, JBL 103 [1984] 389). Esta perícopa encuentra un extenso paralelo en Mt 23. 39-41. En estos versículos encontramos un sutil juego sobre los significados del binomio interior/exterior: interior y exterior de las vasijas, y también de los seres humanos creados por Dios. 41. del interior: Puede tener tres significados: «dad lo que tenéis (alimento y bebida) como limosna»; «en cuanto que afecta al interior, dad limosna»; «dad limosna con todo el corazón» (cf. Marshall, Gospel 495). limosna: Excepto Mt 6,2-4, únicamente Lc-Hch menciona la limosna en el NT. Cf. también 12,33; 18,22; Hch 9,36-43; 10,2.4.31; 24,17. «Para Lucas, la limosna constituye una parte esencial de la ética cristiana. De nuevo volvemos a encontramos con el desafío que Lucas lanza a los que tienen para que compartan con los que no tienen» (Pilgrim, Good News to the Poor [?72 supra] 136; cf. también L. T. Johnson, Sharing Possessions [OBT, Filadelfia 1981]). Lucas impone a sus cristianos gentiles la práctica judía de la limosna, que en su cultura era casi totalmente desconocida, todas las cosas son puras: Para los legalistas de las comunidades lucanas, esta afirmación era revolucionaria: lo que purifica no es la práctica ritual establecida, sino la ruptura de límites para ayudar al necesitado. En 6,1-11 y 8,26-56, hallamos ejemplos del modo como Lucas ha tratado previamente el asunto de la pureza. 42. Es el primero de los tres «ayes» que Lucas dirige contra los fariseos, sin omitir aquello: Hay que darse cuenta de que Lucas no rechaza las prácticas consideradas obligatorias por los legalistas de su comunidad. «Al parecer, Lucas no tenía nada que objetar al estilo de vida fariseo en cuanto tal, incluyendo la obligación debida a todo el sistema legal; lo que les reprocha es únicamente el olvido de los mandamientos fundamentales, cuyo carácter central ellos mismos habían reconocido (Lc 10,25s)» (Wilson, Luke and the Law [?58 supra] 19). 45. doctores de la ley: Se presentan a los otros invitados, que, dentro del grupo de los fariseos, eran expertos en materias legales. También ellos recibirán tres «ayes». 48. vosotros construís sus mausoleos: El significado de este versículo no es totalmente claro, porque normalmente se construye un mausoleo con la laudatoria intención de honrar a una persona. Puesto que el contexto indica que los doctores de la ley son acusados de no haber escuchado a los portavoces de Dios, ni en el pasado ni tampoco en el presente, el v. 48 puede ser irónico: solamente honráis a los profetas muertos, no a los que viven; al erigir un mausoleo sobre ellos, os aseguráis de que están totalmente muertos y de que ya no os molestarán más. Vuestra construcción os honra, pero no estáis, con ello, más abiertos a escuchar a los portavoces de Dios que lo estuvieron vuestros antepasados. 49. profetas y apóstoles: Lucas se refiere a los portavoces cristianos de sus comunidades. 51. Abel... Zacarías: Parece existir un contraste implícito entre el primer libro de la Biblia (Gn 4,8-10) y uno de los últimos (2 Cr 24,20-22): En vuestra respuesta a la palabra de Dios proclamada por Jesús, recapituláis cuanto ha acontecido a lo largo de la relación de Dios con su pueblo. 52. la llave de la ciencia: En medio del fragor de la polémica, suena una nota positiva: los doctores de la ley de las comunidades lucanas poseen la llave de la ciencia. Cf. también v. 42. Sin embargo, su comportamiento les impide ponerla al servicio de ellos mismos y de los demás. 53-54. Se acrecienta la hostilidad de los dirigentes religiosos contra Jesús. Cf. también 6,11; 19,47; 20,19-20; 22,2.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XI.

[Aske, seeke, knocke.]

1 Christ teacheth to pray, and that instantly: 11 assuring that God so will giue vs good things. 14 He casting out a dumbe deuil, rebuketh the blasphemous Pharisees: 28 and sheweth who are blessed: 29 preacheth to the people, 37 and reprehendeth the outward shew of holinesse in the Pharisees, Scribes and Lawyers.
1 And it came to passe, that as he was praying in a certaine place, when hee ceased, one of his disciples said vnto him, Lord, teach vs to pray, as Iohn also taught his disciples.
2 And hee said vnto them, When ye pray, say, [ Matth 6.9.] Our Father which art in heauen, Halowed be thy Name, Thy kingdome come, Thy will be done as in heauen, so in earth.
3 Giue vs [ Or, for the day.] day by day our dayly bread.
4 And forgiue vs our sinnes: for we also forgiue euery one that is indebted to vs. And lead vs not into temptation, but deliuer vs from euill.
5 And he said vnto them, Which of you shall haue a friend, and shall goe vnto him at midnight, and say vnto him, Friend, lend me three loaues.
6 For a friend of mine [ Or, out of his way.] in his iourney is come to me, and I haue nothing to set before him,
7 And he from within shal answere and say, Trouble mee not, the doore is now shut, and my children are with me in bed: I cannot rise and giue thee.
8 I say vnto you, Though he will not rise, and giue him, because he is his friend: yet because of his importunitie, hee will rise and giue him as many as he needeth.
9 [ Mat_7:7 .] And I say vnto you, Aske, and it shalbe giuen you: seeke, and ye shal find: knocke, and it shalbe opened vnto you.
10 For euery one that asketh, receiueth: and he that seeketh, findeth: and to him that knocketh, it shalbe opened.
11 [ Mat_7:9 .] If a sonne shall aske bread of any of you that is a father, will hee giue him a stone? Or if he aske a fish, will he for a fish giue him a serpent?
12 Or if he shall aske an egge, will he offer him a scorpion?
13 If ye then, being euill, know how to giue good gifts vnto your children: how much more shall your heauenly

[Who are blessed.]

Father giue the holy Spirit to them that aske him?
14 And he was casting out a deuil, and it was dumbe. And it came to passe, when the deuill was gone out, the dumbe spake: and the people wondred.
15 But some of them said, [ Mat_9:34 ; Mat_12:24 .] Hee casteth out deuils through Beelzebub the chiefe of the deuils.
16 And other tempting him, sought of him a signe from heauen.
17 But he knowing their thoughts, said vnto them, Euery kingdome diuided against it selfe, is brought to desolation: and a house diuided against a house, falleth.
18 If Satan also be diuided against himselfe, how shall his kingdom stand? Because yee say that I cast out deuils through Beelzebub.
19 And if I by Beelzebub cast out deuils, by whom doe your sonnes cast them out? therefore shall they be your iudges.
20 But if I with the finger of God cast out deuils, no doubt the kingdome of God is come vpon you.
21 When a strong man armed keepeth his palace, his goods are in peace:
22 But when a stronger then he shal come vpon him, and ouercome him, hee taketh from him all his armour wherein he trusted, and diuideth his spoiles.
23 He that is not with me, is against me: and hee that gathereth not with me, scattereth.
24 [ Mat_12:43 .] When the vncleane spirit is gone out of a man, he walketh through drie places, seeking rest: and finding none, he sayth, I will returne vnto my house whence I came out.
25 And when hee commeth, hee findeth it swept and garnished.
26 Then goeth he, and taketh to him seuen other spirits more wicked then himselfe, and they enter in, and dwell there, and the last state of that man is worse then the first.
27 And it came to passe as hee spake these things, a certaine woman of the company lift vp her voice, and said vnto him, Blessed is the wombe that bare thee, and the pappes which thou hast sucked.
28 But hee said, Yea, rather blessed are they that heare the word of God, and keepe it.
29 [ Mat_12:38 .] And when the people were gathered thicke together, hee began to

[Ionas a signe.]

say, This is an euill generation, they seeke a signe, and there shall no signe be giuen it, but the signe of Ionas the Prophet:
30 For as Ionas was a signe vnto the Nineuites, so shall also the Sonne of man be to this generation.
31 The Queene of the South shall rise vp in the iudgement with the men of this generation, & condemne them: for shee came from the vtmost parts of the earth, to heare the wisedome of Solomon: and behold, a greater then Solomon is here.
32 The men of Nineue shall rise vp in the iudgement with this generation, and shall condemne it: for they repented at the preaching of Ionas, and behold, a greater then Ionas is here.
33 [ Mat_5:15 .] No man when he hath lighted a candle, putteth it in a secret place, neither vnder a [ See Mat_5:15 .] bushell, but on a candlesticke, that they which come in may see the light.
34 [ Mat_6:22 .] The light of the body is the eye: therefore when thine eye is single, thy whole body also is full of light: but when thine eye is euill, thy body also is full of darkenesse.
35 Take heede therefore, that the light which is in thee, be not darknesse.
36 If thy whole body therefore be full of light, hauing no part darke, the whole shalbe full of light, as when the bright shining of a candle doeth giue thee light.
37 And as he spake, a certaine Pharise besought him to dine with him: and he went in, and sate downe to meate.
38 And when the Pharise saw it, he marueiled that he had not first washed before dinner.
39 [ Mat_23:25 .] And the Lord said vnto him, Now doe ye Pharises make cleane the outside of the cup and the platter: but your inward part is full of rauening and wickednesse.
40 Yee fooles, did not he that made that which is without, make that which is within also?
41 But rather giue almes of such things [ Or, as you are able.] as you haue: and behold, all things are cleane vnto you.
42 But woe vnto you Pharises: for ye tythe Mint and Rue, and all maner of herbes, and passe ouer iudgement, and the loue of God: these ought yee to haue done, and not to leaue the other vndone.

[Key of knowledge.]

43 [ Mat_23:6 .] Woe vnto you Pharisees: for ye loue the vppermost seats in the Synagogues, and greetings in the markets.
44 Woe vnto you Scribes and Pharisees, hypocrites: for ye are as graues which appeare not, and the men that walk ouer them, are not aware of them.
45 Then answered one of the Lawyers, and said vnto him, Master, thus saying, thou reprochest vs also.
46 [ Mat_23:4 .] And he said, Woe vnto you also ye lawyers: for ye lade men with burdens grieuous to be borne, and ye your selues touch not the burdens with one of your fingers.
47 [ Mat_23:29 .] Woe vnto you: for ye build the sepulchres of the Prophets, and your fathers killed them.
48 Truely ye beare witnesse that ye allowe the deeds of your fathers: for they indeed killed them, and yee build their sepulchres.
49 Therefore also said the wisedome of God, I wil send them Prophets and Apostles, and some of them they shal slay and persecute:
50 That the blood of all the Prophets, which was shed from the foundation of the world, may be required of this generation,
51 [ Gen_4:8 .] From the blood of Abel vnto the blood of Zacharias, which perished betweene the Altar and the Temple: Uerely I say vnto you, it shall be required of this generation.
52 [ Mat_23:13 .] Woe vnto you Lawyers: for ye haue taken away the key of knowledge: ye entred not in your selues, and them that were entring in, ye [ Or forbade.] hindred.
53 And as he said these things vnto them, the Scribes and the Pharisees began to vrge him vehemently, and to prouoke him to speake of many things:
54 Laying wait for him, and seeking to catch something out of his mouth, that they might accuse him.

Catena Aurea (S.Tomás de Aquino ,1269. Tr. Dr. D. Ramón Ezenarro, 1889)



"Cuando un hombre valiente guarda armado la entrada de su casa, todas las cosas que posee están seguras. Pero si otro más fuerte que él le vence, le desarmará de todos sus arneses, en que tanto confiaba, y repartirá sus despojos. Quien no está por mí, está contra mí; y quien no recoge conmigo, desparrama". (vv. 21-23)

San Cirilo, in Cat. graec. ubi sup
Como era necesario por muchas razones rebatir las palabras de sus detractores, utiliza un ejemplo clarísimo, por medio del cual demuestra a los que lo quieran comprender que el príncipe de este mundo es vencido por el poder que El tiene, por eso dice diciendo: "Cuando el fuerte armado guarda su atrio", etc.

San Juan Crisóstomo, homil. 42, in Matth
Llama fuerte al diablo, no porque lo sea por naturaleza, sino dando a conocer su antigua tiranía, causada por nuestra debilidad.

San Cirilo, in Joan, lib. 10, cap. 11
Antes de la venida del Salvador usó de mucha violencia en el mundo robando los rebaños ajenos -esto es, los de Dios- y conduciéndolos, por decirlo así, a su propio redil.

San Teofilacto
Sus armas son los pecados de toda clase, en los que confía para prevalecer contra los hombres.

Beda
Llama su atrio 1 al mundo, porque está ocupado por la malicia (1Jn_5:19) teniendo en él todo poder hasta la venida del Salvador, como que descansaba en los corazones de los infieles sin contradicción ninguna, pero fue vencido por uno más fuerte en poder, Cristo, que al liberar a todos los hombres lo expulsó del mismo, por esto añade: "Pero si sobreviniendo otro más fuerte que él lo venciere", etc.

San Cirilo, ubi supra
Después que el Verbo del sumo Dios, dador de toda fortaleza y Señor de todas las virtudes, se hizo hombre, lo acometió y le quitó sus armas.

Beda
Sus armas son la astucia, el engaño y la torpeza espiritual; y sus restos son los hombres engañados por él.

San Cirilo, ubi supra
Porque los judíos que desde hacía tiempo habían sido seducidos por él por el error y la ignorancia acerca de Dios, han sido llamados por los Santos apóstoles hacia el anuncio de la verdad y ofrecidos a Dios Padre por la fe que prestaban al Hijo.

San Basilio, in Esai, 18
Distribuyó también sus restos, mostrando el fiel amparo de los ángeles para la salud de los hombres.

Beda
Jesucristo como vencedor distribuye los restos -lo cual es señal de triunfo-, porque conduciendo cautiva a la cautividad, repartió sus dones a los hombres; esto es, ordenando que unos sean apóstoles, otros evangelistas, otros profetas y otros pastores y doctores (Ef 4).

San Juan Crisóstomo, hom. 42, ut sup
Después pone la cuarta solución cuando añade: "Quien no está conmigo está contra mí". Como diciendo: yo quiero ofrecer los hombres a Dios y Satanás todo lo contrario. ¿Cómo, pues, el que no coopera conmigo, sino que disipa lo que es mío, puede estar conforme conmigo para arrojar a los demonios? Prosigue: "Y el que no recoge conmigo, desparrama".

San Cirilo, ubi supra
Como diciendo (Mat_12:45): Yo he venido a reunir a los hijos de Dios dispersados por el demonio; y el mismo Satanás, como no está conmigo, procura esparcir lo que yo he reunido y salvado. ¿Cómo, pues, ha de darme el poder el que combate todos mis designios?

San Juan Crisóstomo, hom. 42, ut sup
Pero si el que no coopera es adversario, mucho más lo es el que se me opone. Me parece que en esta alegoría alude a los judíos igualándolos con el demonio, pues ellos obraban contra El y dispersaban a los que El congregaba.

Notas
1. Por extensión se refiere a la casa.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



¿En alianza con el demonio? (ver Mat. 12:22-30, 43-45; Mar. 3:22-27). 14-23 Los fariseos pensaban que podían explicar la expulsión de demonios diciendo que Jesús había recibido poder del diablo (15). Otros pensaban que el asunto podía ser resuelto si Jesús aportaba una señal más clara de que tenía el respaldo de Dios (16).

Jesús respondió a la acusación del v. 15 diciendo que un reino o una casa dividida contra sí misma se destruirá. Entonces, ¿cómo Satanás, por otro nombre Beelzebul, podría promover la guerra civil en su propio reino? Más aun, el argumento podría bien volverse contra los enemigos de Jesús, ya que sus seguidores también expulsaban demonios. De hecho, esa acción era un acto de poder divino y una señal segura de que había llegado la era de la salvación de Dios. Alguien más poderoso que Satanás estaba en acción. En esa situación, negar apoyo a Jesús no era asumir una actitud neutral sino unirse a la oposición.

24-26 Hay diferentes opiniones sobre si este relato debe ser tomado simplemente en sentido lit. o como una parábola sobre el deterioro espiritual. Su punto central no es el de satisfacer la curiosidad sobre los demonios, sino advertir sobre el peligro de un arrepentimiento que sea meramente negativo. Una recaída puede llevar a un terrible peligro. Lo que se necesita es lo que Thomas Chalmers llamaba el poder expulsivo de un nuevo afecto.

27, 28 Mar. cuenta una historia diferente sobre los familiares de Jesús en este punto (Mar 3:31-35). Lucas ya la ha usado (8:19-21) y ahora da un episodio diferente con el mismo punto básico. La bendición más bien sentimental de la mujer sobre la madre de Jesús simplemente significa: ¡Si yo hubiera tenido un hijo como este hombre! Pero hay algo que importa mucho más, o sea escuchar y obedecer el mensaje de Dios que Jesús proclamaba (cf. 6:46-49).

Por tanto, Jesús está diciendo que la gente debería darse cuenta de que él estaba hablando palabras de Dios sin necesidad de señales maravillosas que las confirmaran; su aceptación prevendría el tipo de recaída que se describe en el v. 26.

Notas. 14 Cf. Mat. 9:32-34. 20 El dedo de Dios refleja Exo. 8:19 (cf. Sal. 8:3) y significa lo mismo que Espíritu de Dios (Mat. 12:28). 24 Los lugares secos son vistos como morada habitual de los demonios, pero ellos prefieren morar en los seres humanos.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



15. "Belzebul": ver nota Mat_10:25.

20. Ver Exo_8:15.

29-30. "Signo de Jonás": se refiere al "signo" que fue en sí mismo el profeta Jonás para los ninivitas, en virtud de su misión ratificada por la intervención divina (Jon. 2). Jesús es un "signo" para su Pueblo, a través de su misión confirmada con prodigios y milagros. La Resurrección es el mayor de esos milagros. Mateo ha acentuado este último aspecto, aprovechando la similitud entre Jesús en el sepulcro y Jonás en el vientre del pez. En Lucas el signo no es un episodio, sino las personas mismas, o sea, Jonás y Jesús, que son aceptados o rechazados, convirtiéndose así en un punto de referencia para el Juicio ( Exo_5:32).

31. "La Reina del Sur": ver nota Mat_12:42.

51. Ver nota Mat_23:35.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 11.2 Solo una cosa es necesaria: Algunos mss. dicen pocas cosas son necesarias, o más bien, una sola.

[2] 11.3 Padre o Abbá: palabra aramea que equivale a "papá".Véase abbá en el Índice temático.

[3] 11.4 Pr 30.8-9. Que necesitamos: Véase Mt 6.11 n.

[4] 11.9-13 Los que nos han hecho mal: lit. los que nos deben.

[5] 11.14 Jn 14.13-14; 1 Jn 3.21-22.

[6] 11.15 Mt 9.32-33.

[7] 11.16 Mt 9.34; 10.25. Beelzebú: Véase Mt 12.24 n.

[8] 11.20 Mt 12.38; 16.1; Mc 8.11; Jn 6.30.

[9] 11.30 La mano de Dios: lit. el dedo de Dios. Cf. Ex 8.19.

[10] 11.31 Jonás... Nínive: Jon 3.3-4.

[11] 11.32 1 R 10.1-10; 2 Cr 9.1-12.

[12] 11.33 El mensaje de Jonás: Jon 3.5.

[13] 11.38 Mc 4.21; Lc 8.16.

[14] 11.42 Mt 15.1-2; Mc 7.1-2.

[15] 11.50-51 Lv 27.30; Am 5.21-24.

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

Los adversarios de Jesús acuden ahora a una acusación muy grave: es el demonio quien actúa a través de Él. Jesús refuta esa acusación advirtiéndoles al mismo tiempo de su gravedad (cfr nota a Mt 12,22-37; Mc 3,20-30). Después, con una comparación, (vv. 24-26), llama la atención sobre el peligro en que se encuentran: ellos, por la acción de Dios con su pueblo, se habían visto libres del demonio, pero el rechazo obstinado a la acción de Dios que obra a través de Cristo les convertía en lugar adecuado donde el maligno podía multiplicar su actividad. En otros lugares del Nuevo Testamento (cfr Hb 6,4-6; 2 P 2,20-22; etc.) los escritores sagrados expresan su preocupación por los cristianos que llegan a una situación semejante.


Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)



Es incierta la identidad o la distinción entre este relato y el correspondiente de Mateo (Mat_12:22-30). A favor de la identidad puede alegarse la semejanza entre ambos pasajes; a favor de la distinción, la ceguera del endemoniado en Mateo y la diversidad del contexto. Pero ni unas ni otras razones son decisivas. Más fuerza tiene, a favor de la distinción, la repetición de milagros semejantes obrados por Jesús. Y una vez supuesta la repetición del milagro, es natural que los fariseos repitiesen su explicación diabólica y que el Maestro la refutase.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Jesús y Satanás. La lógica de Jesús no tiene réplica por parte de sus adversarios que, como ocurre en todas las controversias, son reducidos al silencio; el momento y las circunstancias son idóneas para que Jesús deje claro ante Él, nadie puede permanecer neutral, o se le acepta y se le sigue radicalmente, o simplemente no se le acepta.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10:38-13:21 La nueva referencia al camino señala el comienzo de la segunda etapa del mismo, que incluye una gran variedad de temas, a veces sin mayor conexión entre sí.

Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

δὲ WH Treg NA28 ] + ὁ RP
  • αὐτοῦ WH Treg RP NA28 ] – NIV

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

(Ver Isa 49:25).

Torres Amat (1825)



[14] Hacía mudo al poseso.

[18] Mat 12, 26.

[30] Jon 2, 1.

[31] 1 Re 10, 1; 2 Cro 9, 1.

[51] Gen 4 , 8; 2 Cro 24, 22.

iNT-CEVALLOS+ Interlineal Académico Del Nuevo Testamento Por Cevallos, Juan Carlos

[I νικήσῃ I] vence.