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hijo de Serug, hijo de Ragáu, hijo de Fálec, hijo de Eber, hijo de Salá, (Lucas 3, 35) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 03

III. PREPARACIÓN A LA ACTIVIDAD PUBLICA DE JESÚS (3,1-4,13)

Una vez más se ven contrapuestos Juan y Jesús. Juan lleva a cabo su misión (3,1-20); se muestra la preparación de Jesús para su obra (3,21-4,13); Jesús es hijo de Dios, nuevo Adán, que opta decididamente por la voluntad de Dios.

Aquí, como en la historia de la infancia, se muestra que Jesús sobrepuja a Juan, pero ahora se añade algo nuevo. Juan lleva a cabo la última preparación para el tiempo de la salud, que está en puertas, pero él no pertenece todavía a este tiempo. Jesús está equipado para realizar el tiempo de la salud. Juan concluye su obra, Jesús comienza la suya. La actividad de Juan se cierra según la exposición de Lucas antes del relato del bautismo de Jesús, con el que comienza la actividad pública de Jesús. Lucas preferirá volver una vez más sobre lo narrado, antes que ligar la actividad de Jesús y la de su precursor. Con Juan termina el tiempo del preanuncio y de la promesa, y con Jesús comienza el tiempo del cumplimiento.

1. EL BAUTlSTA (3,1-20).

a) El comienzo (Lc/03/01-06).

En una hora bien determinada de la historia del mundo, en una situación que reclama liberación, en una zona del gran imperio romano (3,1-2), comienza la preparación para el tiempo de la salud por Juan (3,3-6).

1 En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y de la Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, 2a durante el sumo sacerdocio de Anás y de Caifás...

La historia de la salvación transcurre dentro del ámbito y del acontecer de este mundo, pero sin identificarse con lo que nosotros llamamos historia del mundo o historia universal. La aparición y actuación de Juan es el preludio inmediato del acontecimiento salvífico que se inicia con la venida del Mesías. Las indicaciones cronológicas se hacen en el estilo de la Biblia. Ahora comienza historia sagrada. Análogamente indica Oseas el tiempo en que recibió la palabra del Señor: «Palabra de Yahveh dirigida a Oseas, hijo de Beri, en tiempos de Ozías...» (Hos_1:1).

El tiempo de la salvación comienza el año 15 del reinado del emperador romano Tiberio (14-37 d.C.), es decir, el año 28/29 de nuestra era. Entonces era Poncio Pilato procurador de Judea (26-36); Herodes Antipas, tetrarca de Galilea (4 a.C. 39 d.C.); su hermano Elipo, tetrarca de Iturea y de la Traconítide, que están situadas al norte y al este del lago de Genesaret (4 a.C. 34 d.C.). Lisanias era tetrarca de Abilene al noroeste de Damasco, en el Antilíbano (Lisanias murió entre el 28 y el 37 d.C.). Las indicaciones de Lucas se han visto confirmadas por inscripciones y por historiadores antiguos. Además de las autoridades civiles se indican también las religiosas: el sumo sacerdote en funciones José Caifás (18-36 d.C.), junto al que gozaba de gran prestigio su suegro Anás, que le había precedido en el cargo.

Si Lucas hubiese querido únicamente fijar el tiempo, un dato hubiera sido más que suficiente. El primero, que es el más claro y más determinado. ¿Por qué, pues, añade los otros? Con ellos se trata de presentar las condiciones políticas y religiosas, el ambiente espiritual en que se cumplen las promesas de Dios. Palestina está bajo dominio extranjero. El soberano del país es el emperador Tiberio, del que los historiadores romanos trazaron -con razón o sin ella- el retrato de un soberano desconfiado, cruel, amigo del placer (Cf. TÁCITO, Anales Vl, 51). La parte meridional del país, Judea y Samaria, es desde el año 6 a.C. provincia romana. El gobierno del procurador Poncio Pilato era, según el parecer de los judíos, inflexible y sin consideraciones; se le achaca venalidad, violencia, rapiña, malos tratos, vejaciones, continuadas ejecuciones sin sentencia judicial y una crueldad sin limites e intolerable (FLAVIO JOSEFO, Bellum Iudaicum II, 169-177; FILON, Leg. ad Gaium 299-305). Los soberanos de la casa de Herodes eran idumeos, soberanos por la gracia de Roma. Los dos sumos sacerdotes se dieron maña para conservar largos años su posición mediante ardides diplomáticos. Se comprende que se suspire por el rey de la casa de David. También Zacarías aguardaba la liberación de las manos de todos los que nos odian (1,71).

El ámbito geográfico que delimita Lucas con sus indicaciones es el campo de acción de Jesús. En éste se desarrolla la historia sagrada: en Galilea y en Judea, al norte del lago de Genesaret. El imperio romano se había anexionado más o menos rigurosamente estas regiones. Por su parte, Jesús no traspasará sino muy raras veces los límites de Palestina, pero su mensaje conquistará toda la gran extensión sujeta a la soberanía del emperador romano Tiberio. Los Hechos de los apóstoles describen la carrera victoriosa de la palabra de Dios que había comenzado en Palestina.

2b...la palabra de Dios fue dirigida a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. 3 Y él fue por toda la región del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados.

La palabra de Dios fue dirigida a Juan, como sucedía a los profetas del Antiguo Testamento. El Bautista reanuda la acción de los grandes enviados de Dios del tiempo anterior y enlaza con la tradición profética, no con la literatura apocalíptica soñadora y fantástica, con la sabiduría humanística, con los rigorismos legalistas farisaicos, con tradiciones teológicas rabínicas ni con esperanzas de reinados propias de ambientes zelotas. La palabra de Dios lo llama, le confiere su ministerio y es la fuerza que domina su vida. «Llegóme la palabra de Yahveh, que decía: Antes que te formara en las entrañas maternas te conocía... irás a donde yo te envíe y dirás lo que yo te mande... Mira que pongo en tu boca mis palabras. Hoy te doy sobre pueblos y reinos poder de destruir, arrancar, arruinar y asolar; de levantar, edificar y plantar» (Jer_1:4-10).

El campo de acción del Bautista es toda la zona del Jordán, la región de la depresión meridional del Jordán. En esta región es predicador itinerante. Su campo de acción es reducido; Jesús, en cambio, actuará en toda la región de Palestina. Los apóstoles llevarán más allá de este espacio, al mundo entero, la palabra de Dios. El ámbito de la palabra crece; ésta tiende a llenarlo todo...

Juan es pregonero; va por delante de su Señor y anuncia lo que va a suceder. El mensaje que él anuncia es el bautismo de conversión y perdón de los pecados. La conversión es el prerrequisito; con ella se vuelve el hombre hacia Dios, reconoce su realidad y su voluntad, se aparta de sus pecados y los reprueba; en esto consiste esencialmente la conversión y el arrepentimiento.

El bautismo, la inmersión en el Jordán, acompañada de una confesión de los pecados (Mar_1:5), sellará esta voluntad de conversión y al mismo tiempo otorgará el perdón de los pecados por Dios. Al que se convierte le da la certeza de que su conversión es valedera y es reconocida por Dios y consiguientemente tiene capacidad para salvar del juicio venidero. El que ha recibido el bautismo se halla pertrechado y preparado para formar parte del nuevo pueblo de Dios de los últimos tiempos. Desde luego, una cosa se requiere: que la conversión sea sincera y vaya acompañada de un cambio de vida. Lo que así anuncia Juan es algo nuevo y grande. Va a iniciarse lo que tanto se había esperado: Dios cumple sus promesas.

4 Como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, haced rectas sus sendas. 5 Todo barranco será rellenado, y todo montículo y colina serán rebajados; los caminos tortuosos se enderezarán y los escabrosos se nivelarán. 6 Porque toda carne ha de ver la salvación de Dios.

El profeta Isaías ve en una visión una espléndida procesión a través del desierto. Dios, el Señor, va en cabeza de su pueblo, que retorna en caravana de Babilonia a la patria. Una voz se levanta en el desierto por el que avanza la comitiva e invita a preparar un camino real. Esta palabra dirigida a los que regresan a la patria se entiende ahora en forma nueva. La voz del que clama en el desierto es Juan. El Señor -el Mesías- viene, y con él su pueblo. La preparación del camino se entiende en sentido religioso-moral; se llama a penitencia, conversión y retorno a Dios, bautismo de penitencia para el perdón de los pecados. Obra verdaderamente gigantesca: trazar un camino por el desierto; transformar los corazones. Toda carne ha de ver la salvación de Dios. El tiempo de la salvación está alboreando. Dios lo prepara para «toda carne», para todos los hombres. Va a cumplirse el anuncio profético de Simeón: Una «luz para iluminar las naciones» (Mar_2:32). El predicador de penitencia y conversión, el precursor Juan tiene una misión para todos los tiempos. Hay que preparar con penitencia un camino a la salvación del Señor.

b) Predicación del Bautista (Lc/03/07-17)

Juan predica. Como predicador de penitencia exhorta a la conversión (Mar_3:7-9): como predicador moral invita apremiantemente a la renovación de la vida (Mar_3:10-14), y como profeta anuncia al que va a venir (Mar_3:15-17). Su mensaje echa mano de los temas de los profetas: la conversión, la amenaza con la cólera de Dios, la urgencia de hacer obras y de llevar frutos de penitencia, la exhortación al comportamiento social, la destrucción de la seguridad de la salvación de Israel como pueblo y como nación, el anuncio del Mesías.

Predicación de penitencia (3,7-9).

7 Decía, pues, a las muchedumbres que acudían para que las bautizara: Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir del inminente castigo? 8a A ver si dais frutos propios de conversión.

Al hombre se le hace difícil cambiar verdaderamente de vida. Para poder evitarlo recurre a ritos y ceremonias sagradas, se pone bajo la protección de una comunidad que pasa por santa, difiriendo la conversión para más tarde. A todas estas posibilidades cierra Juan la puerta. ¿Qué quedará, pues?

El recurso a ritos sagrados. Las gentes se dirigen en masa al desierto, quieren bautizarse, se dejan sumergir en las aguas, pero la cosa no pasa de ahí. Nada de pensar en cambiar de vida. Juan los increpa: ¡Raza de víboras, engendro del demonio! Su vida pone al descubierto que hacen las obras del demonio, el pecado; como le imitan, son sus hijos, su engendro.

Cosa buena es el bautismo, pero debe inducir a reformar la vida. Juan formula normas conocidas, fáciles de entender, pero difíciles de reducir a la práctica: «No puede pasar por justo el que encubre la obstinación de su vida y, siendo hijo de las tinieblas, (sólo) mira hacia el camino de la luz», como se dice en Qumrán (1QS III, 3). «La conversión y las buenas obras son como un escudo que protege de los castigos», dicen los rabinos (Aboth IV, 11).

Nadie puede escapar a la sentencia de condenación. «Es como quien huyendo del león diera con el oso; como quien al refugiarse en casa y poner su mano sobre la pared fuera mordido por la serpiente» (Amo_5:19). Lo único que salva es la reforma de la vida, la nueva vida con nuevas obras.

8b No comencéis a decir en vuestro interior: Tenemos por pudre a Abraham. Os aseguro que poderoso es Dios para sacar de estas piedras hijos de Abraham.

Refugiarse en la seguridad nacional de la salvación, «en la santa comunidad de los elegidos»... El judío rehuye la reforma personal de la vida, fiándose de su descendencia de Abraham. Dice: «Un circunciso no va al infierno.» Aunque sea pecador, incrédulo y rebelde contra los mandamientos de Dios, se le dará el reino eterno, porque tiene por padre a Abraham. Al fin y al cabo, Dios no puede dejar de cumplir sus promesas a Abraham y a su descendencia... Cierto que Dios es fiel a sus promesas, pero ahora surge una nueva filiación de Abraham, que no depende de la comunidad de sangre, sino que es suscitada y creada por Dios. Dios puede sacar de las piedras del desierto hijos de Abraham. Estos tendrán los sentimientos que se esperan de los hijos de Abraham, éstos harán las obras que quiere Dios.

9 Ya está aplicada el hacha a la raíz de los árboles. Y todo árbol que no da fruto bueno será cortado y arrojado al fuego.

¡La conversión para más tarde! El tiempo apremia. La conversión no sufre dilación. El hacha ya está aplicada a la raíz del árbol, que va a ser cortado. De un momento a otro se levanta en el aire, se deja caer de golpe y... el árbol se derrumba. Juan anuncia que ya son inminentes la venida del Señor y el juicio.

El juicio es tiempo de recolección. En la recolección se recogen los frutos. El tiempo de recolección es tiempo de decisión. El árbol que no da frutos buenos se corta y se echa al fuego. El próximo juicio de Dios recogerá los frutos de la vida. El que no pueda aportar nada, incurrirá en sentencia de condenación, caerá en el fuego del infierno.

Predicación a las diferentes clases sociales (3,10-14).

10 Entonces la gente le preguntaba: Pues ¿qué tenemos que hacer? 11 él les respondía: El que tenga dos túnicas dé una al que no la tiene; y el que tenga alimentos, haga otro tanto.

La verdadera conversión mueve siempre a hacer esta pregunta: Pues ¿qué tenemos que hacer? La predicación de san Pedro tocó los corazones de los oyentes, que decían: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?» (Act_2:37). La pregunta por las obras es la que pone el sello al valor de la conversión.

Las obras en que se manifiesta la reforma de vida y la verdad de la conversión son las obras de sincero amor al prójimo, la partición con los demás de lo que se tiene. «El que tiene dos túnicas dé una al que no la tiene...» Juan no exige que se dé la única que se tiene. No exige a las multitudes que realicen sublimes actos de heroísmo, sino misericordia y amor al prójimo con obras, sentimientos sociales.

12 Llegaron también unos publicanos para bautizarse y le preguntaron: Maestro, ¿qué tenemos que hacer? 13 él les contestó: No exijáis más de lo que tenéis señalado.

Los publicanos (*) encarnan codicia y avidez de poseer, falta de honradez, traición al propio pueblo, estando como estaban con frecuencia al servicio de un régimen extranjero. Tampoco ellos están excluidos del camino de la salvación, no están borrados. Toman en serio la invitación a la penitencia y están dispuestos a cambiar de vida. Con esto se ha logrado lo principal.

Juan no les exige que renuncien a la profesión de publicanos. Deben renunciar a enriquecerse fraudulentamente. El derecho les permite exigir un determinado suplemento sobre el tipo de impuestos prescrito por el Estado. Por eso les dice Juan: «No exijáis más de lo que tenéis señalado.» Jesús procederá más tarde de manera análoga con el publicano Zaqueo. A pesar de las murmuraciones de los judíos entró en casa de éste rico jefe de publicanos. Zaqueo mismo quiere restituir lo que ha adquirido con fraude y quiere repartir sus bienes con los pobres. Jesús le dice: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa; pues también éste es hijo de Abraham» (Act_19:1-10).

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* Los publicanos o cobradores de tributos, pero no eran funcionarios del Estado, sino simples particulares a quienes se cedía en arrendamiento este servicio o empleados de éstos. Nota del traductor.

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14 También unos soldados le preguntaron: Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer? Y les respondió: No hagáis extorsión a nadie ni lo denunciéis falsamente; sino contentaos con vuestra paga.

Los soldados son probablemente mercenarios del ejército de Herodes Antipas. A los judíos les estaba prohibido el servicio militar. Por eso estos mercenarios serían gentiles. La eficacia de la predicación del Precursor va más allá de los límites del judaísmo... La pregunta de los soldados presupone extrañeza. Y nosotros ¿qué...? Pero toda estrechez se ha superado. «Toda carne ha de ver la salvación de Dios.»

Los pecados propios de la profesión de los soldados son robo con violencia, extorsión con falsas denuncias, abuso de la fuerza. La raíz de tal proceder está en la codicia. Hay que dar de mano a los excesos. En lugar del ansia de enriquecerse hay que contentarse con la paga.

A pesar de la inminencia del severo juicio, no se exige nada extraordinario. No hay que cambiar la profesión: ni siquiera la profesión de soldado o de publicano. También Pablo proclama a pesar de la proximidad del tiempo final: «Por lo demás, que cada uno viva según la condición que el Señor le asignó, cada cual como era cuando Dios le llamó. Esto es lo que prescribo en todas las Iglesias» (1Co_7:17). Tampoco se exigen especiales prácticas ascéticas: no se exige entrar en la secta de Qumrán, ni formar parte de la comunidad de los fariseos, ni adoptar la rigurosa ascética del Bautista (Mar_1:6). Juan sigue la predicación profética: «¿Con qué me presentaré yo ante Yahveh y me postraré ante el Dios de lo alto? ¿Vendré a él con holocaustos, con becerros primales? ¿Se agradará Yahveh de los miles de carneros y de las miríadas de arroyos de aceite? ¿Daré mis primogénitos por mis prevaricaciones, y el fruto de mis entrañas por los pecados de mi alma? ¡Oh hombre! Bien te ha sido declarado lo que es bueno y lo que de ti pide Yahveh: hacer justicia, amar el bien, humillarte en la presencia de tu Dios» (Mic_6:6-8).

Proclamación mesiánica (Mic_3:15-17).

15 Como el pueblo estaba en expectación, porque todos pensaban en su corazón acerca de Juan si no sería el Mesías...

La predicación del Bautista hace crecer en el pueblo la expectación de la próxima venida del Mesías. Se va extendiendo la idea de si Juan será el Mesías. En ciertos ambientes se presentaba al Bautista como el salvador enviado por Dios (Cf. Joh_1:6-8.15.19 ss). La historia de la infancia ha puesto ya deliberadamente a Juan y a Jesús en la debida relación querida por Dios. Juan es grande, pero Jesús es el mayor, Juan es profeta y preparador del camino, pero Jesús es el Hijo de Dios y el que reina en el trono de David para siempre.

16 Juan declaró ante todos: Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de las sandalias; él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

Jesús es el más fuerte. Juan se reconoce indigno de prestar a Jesús el más humilde servicio de esclavos. Los esclavos debían soltar al amo las correas de las sandalias; una persona libre tenía esto por indigno de su condición. ¿Quién es Juan al lado de Jesús? El gran Bautista reconoce la grandeza de Jesús.

La fuerza de Jesús se manifiesta en su obra. Juan bautiza sólo con agua; Jesús, en cambio, con Espíritu Santo y fuego. El Mesías da el Espíritu Santo prometido para los últimos tiempos, y lo da con la mayor profusión a los que están prontos a convertirse; en cambio, a los que no quieren convertirse les aporta el fuego, el fuego del juicio. Jesús ejecuta la sentencia de salvación o de condenación.

Juan bautiza solamente con agua. Su obra es preparación para los acontecimientos escatológicos; ella misma no es acontecimiento escatológico.

17 Tiene el bieldo en la mano para limpiar su era y para recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará en fuego que no se apaga.

Jesús es el juez del fin de los tiempos. El labrador de Palestina lanza con una pala contra el viento el trigo que después de trillado está mezclado con la paja en la era. El grano, que pesa más, cae al suelo, mientras que la paja es llevada por el viento. Así limpia la era, separando el trigo de la paja para recogerlo después en el granero. La paja se quema. El Mesías viene a juzgar, separa a los buenos y a los malos, lleva los buenos al reino de Dios y entrega los malos al fuego inextinguible de la condenación. Tiene ya el bieldo en la mano. Este «ahora» del tiempo final hace que el anuncio de Juan descuelle por encima de todos los anuncios de los profetas.

c) Fin del Bautista (Lc/03/18-20)

18 Con estas y otras exhortaciones anunciaba el Evangelio al pueblo.

El relato de la actividad de Juan contiene sólo una parte de ésta. Las exhortaciones de Juan son buena nueva, Evangelio. Juan es mensajero de gozo, que anuncia la suspirada salvación de los últimos tiempos. Por esto es su mensaje de gozo. Lo que Jesús anuncia y trae no es perdición, sino salvación. También la predicación de penitencia de Juan está al servicio de la salvación, y por esto es Evangelio, buena nueva. La historia de Juan es comienzo del Evangelio (Cf. Mar_1:1; Act_10:36 s).

19 Pero Herodes, el tetrarca, a quien Juan reprendía por lo de Herodías, la mujer de su hermano, y por todas las maldades que había cometido, 20 a todas ellas añadió también ésta: que encerró a Juan en la cárcel.

Juan no silenció la palabra de juicio de Dios ni siquiera ante el poderoso señor de la región. Herodes Antigas no observa las leyes del matrimonio, comete crímenes y es asesino de profetas (cf. Mar_6:17 s).

El Bautista recapitula en su obra y en su suerte lo que hicieron y sufrieron los profetas, y lo sobrepasa. Está situado en la inmediata proximidad del gran día del juicio y de la salvación.

Con su cautiverio queda suspendida la acción del Bautista. La voz que clama en el desierto enmudece en la fortaleza de Maqueronte. La época de las predicciones y de las promesas llega a su fin, y comienza la época de la realización. Entre el Bautista y Jesús hay una profunda fisura en la historia de la salvación: «La ley y los profetas llegan hasta Juan; desde entonces se anuncia el Evangelio del reino de Dios» (Mar_16:16). «Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo» (Act_1:5; Act_11:16). En la Iglesia no debe enmudecer la voz de Juan, puesto que prepara la venida de Jesús, que todavía ha de manifestarse al fin de los tiempos.

2. PREPARACIÓN DE JESÚS PARA SU MISIÓN (,13).

a) Bautismo de Jesús (Lc/03/21-22)

21 Mientras se bautizaba todo el pueblo y Jesús, ya bautizado, estaba en oración, se abrió el cielo, 22 y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo: Tú eres mi hijo; hoy te he engendrado (*).

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* En Lc es doble la tradición del texto de la voz del cielo; 1) como en Mc y Mt: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me he complacido»; o bien: «Este es mi Hijo amado, en quien me he complacido» (Mat_3:17; cf. Isa_42:1); 2) v. supra, conforme a Psa_2:7. Parece ser que se ha acomodado el texto de Lc a Mt-Mc.

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El bautismo de Jesús sólo se menciona de paso; se halla en segundo término. La proclamación divina que glorifica a Jesús ocupa el primer plano del relato. Dios se manifiesta después del bautismo, pero este hecho va precedido de una triple humillación. Jesús es uno del pueblo, uno de tantos que acude a bautizarse; se ha convertido en uno cualquiera. Jesús recibe el bautismo de conversión y penitencia para el perdón de los pecados como uno de tantos pecadores. Ora como oran los hombres que tienen necesidad de ayuda. El bautismo de penitencia y la plegaria preparan para la recepción del Espíritu. Pedro dice: «Convertíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Act_2:38). El padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan (Luk_11:13). El Espíritu Santo es enviado y opera mientras se ora.

La triple humillación va seguida de una triple exaltación. El cielo se abre sobre Jesús. Se espera que en el tiempo final se abra el cielo que hasta ahora estaba cerrado: «¡Oh si rasgaras los cielos y bajaras, haciendo estremecer las montañas!» (Isa_64:1). Jesús es, el Mesías. En él viene Dios. él mismo es el lugar de la manifestación de Dios en la tierra, el Betel neotestamentario (cf. Joh_50:51), donde se abrió la puerta del cielo y Dios se hizo presente a Jacob (Gen_28:17).

El Espíritu Santo descendió sobre Jesús. Vino en forma corporal, en forma de paloma. Según Lucas, el acontecimiento del Jordán es un hecho que se puede observar. La paloma desempeña gran papel en el pensamiento religioso. El Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas cuando comenzó la obra de la creación. La imagen de esta representación la ofrecía la paloma que se posa sobre sus crías. La voz de Dios se comparaba con el arrullo de la paloma. Si se buscaba un símbolo del alma, elemento vivificante del hombre, se recurría a la imagen de la paloma, considerada también como símbolo de la sabiduría. De ahora en adelante, el Espíritu de Dios hace en Jesús la obra mesiánica, que causa nueva creación, revelación, vida y sabiduría.

Jesús, como engendrado por el Espíritu, posee el Espíritu (1,35). Lo recibirá del Padre cuando sea elevado a la diestra de Dios (Act_2:33), y ahora lo recibe también. El Espíritu no se da a Jesús gradualmente, pero las diferentes etapas de su vida desarrollan cada vez más la posesión del Espíritu. Dios es quien determina este desarrollo.

La voz de Dios declara a Jesús, Hijo de Dios. Como es engendrado por Dios, por eso es ya su Hijo (Act_1:32.35). Después de su resurrección se le proclama solemnemente como tal: «Dios ha resucitado a Jesús, como ya estaba escrito en el salmo segundo: Hijo mío eres tú; hoy te he engendrado» (Act_13:33). La voz del cielo clama aplicando a Jesús este mismo salmo que canta al Mesías como rey y sacerdote. En el «hoy» de la hora de la salvación lo da Dios a la humanidad como rey y sacerdote mesiánico. A esta hora miraban los tiempos pasados, a ella volvemos nosotros los ojos.

b) El nuevo Adán (Lc/03/23-28)

23 Tenía Jesús, al comenzar, como unos treinta años y era, según se creía, hijo de José...

Jesús estaba equipado mesiánicamente desde lo alto, pero también desde abajo estaba pertrechado con todo lo que humanamente lo capacitaba para su misión. Al comienzo de su actividad pública tenía unos treinta años. A los treinta años estaba el sacerdote capacitado para el ministerio (Num_4:3); a esa edad fue elegido José en Egipto para su alta misión (Gen_41:46); David fue elevado al trono (2Sa_5:4), Ezequiel recibió la vocación profética (Eze_1:1). Cuando comenzó Jesús su ministerio, que abarca la realeza, el sacerdocio y el profetismo, había alcanzado la plenitud de la edad requerida. Había pasado ya el tiempo del crecimiento y del fortalecimiento.

Para el alto ministerio que asume Jesús se requiere un origen legítimo y un auténtico árbol genealógico. Esto lo recibe de José, su padre legal. José no es el padre natural, sino que como tal era tenido por la opinión pública. El misterio de la concepción virginal permanecía oculto. Dios da a Jesús todo lo que necesita para que los hombres no puedan hallar en él motivo justificado de escándalo.

24 ...hijo de Elí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melquí, hijo de Janay, hijo de José, 25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Naúm, hijo de Eslí, hijo de Nagay, 26 hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Seméin, hijo de Josec, hijo de Yodá. 27 hijo de Joanán, hijo de Resá, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Nerí, 28 hijo de Melquí, hijo de Adí, hijo de Cosam, hijo de Elmadam, hijo de Er, hijo de Jesús, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat, hijo de Leví, 30 hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonam, hijo de Eliaquím, 31 hijo de Meltá, hijo de Mená, hijo de Matatá, hijo de Natam, hijo de David, 32 hijo de Jesé, hijo de Jobed, hijo de Booz, hijo de Sala, hijo de Naasón, 33 hijo de Aminabad, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Esrom, hijo de Farés, hijo de Judá, 34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré, hijo de Nacor, 35 hijo de Seruc, hijo de Ragáu, hijo de Falek, hijo de éber, hijo de Sala, 36 hijo de Cainam, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lam_100:37 hijo de Matusalém, hijo de Henoc, hijo de Jéret, hijo de Maleleel, hijo de Cainam, 38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.

Lucas no dio la clave para la mejor inteligencia de la tabla genealógica, como lo había hecho Mateo con su observación de las tres series de catorce generaciones cada una (1,16), pero él también la utiliza para formular aserciones soteriológicas sobre Cristo. El árbol genealógico de Lucas no se remonta sólo hasta Abraham, como en Mateo, sino que continúa hasta Adán y su creaci6n por Dios. Jesús es el Mesías de los judíos, pero también el Salvador del mundo. Está en relación, no sólo con David y Abraham, sino también con Adán. Por él se cumplen las promesas hechas a Abraham y a David; en él son bendecidos todos los pueblos. él es el rey Mesías, cuyo reino no tiene fin, pero también el padre y patriarca de la nueva humanidad (Cf. Rom_5:14-21; 1Co_15:22.45-49).

El árbol genealógico de Lucas es incompleto, como lo es también el de Mateo. Ahora bien, ¿por qué se hizo precisamente esta selección que se registra en el árbol genealógico? La tabla genealógica de Lucas contiene once veces siete miembros: tres veces siete van de Jesús a Zorobabel; tres veces siete, de Salatiel a David; dos veces siete, de David a Isaac, y tres veces siete, de Abraham hasta Adán. Los períodos están separados por etapas importantes de la historia de la salvación: la cautividad de Babilonia, la monarquía, la elección, la creación. Jesús es cumplimiento y meta de la historia de nuestra salud.

Los jefes de los once grupos son: Dios, Henoc, Sala, Abraham, Admin, David, José, Jesús, Salatiel, Matatías, José. Según el esquema del apocalipsis de las «doce semanas» (*), el tiempo final comienza con la duodécima semana del mundo. Jesús comienza el tiempo final. Aunque estas explicaciones puedan parecernos a nosotros un juego ocioso, los antiguos veían expresadas en ellas verdades profundas. A nosotros nos importa el enunciado de la verdad no el camino por el que se llegó a él.

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* Desde el siglo II a.C. se comenzó en algunos ambientes a calcular el «fin», es decir, la fecha del comienzo de la época mesiánica. A este objeto algunos dividieron en períodos el curso de la historia. 4Esd (que fue escrito después de la destrucción de Jerusalén el año 70): «EI mundo ha perdido ciertamente su juventud; los tiempos se aproximan a la vejez. La historia del mundo esta ciertamente dividida en doce partes; ha llegado hasta la décima y hasta la mitad de esta décima. Quedan todavía dos después de la mitad de esta décima parte».

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)


38 (A) La predicación de Juan Bautista (3,1-20). Esta sección se divide en cuatro partes. Lc 3,1-6 describe la llamada de Juan a preparar el camino del Señor. En 3,7-14, presenta cómo la gente sencilla y los marginados se preparan para el advenimiento del Señor. Lc 3,15-18 subraya la diferencia entre aquel que prepara el camino del Señor y el Mesías. En 3,19-20, concluye su presentación de Juan.

39 No podemos desarrollar detalladamente la investigación sobre el Juan histórico. Los elementos fundamentales que habría que tener en cuenta serían el testimonio independiente de Josefo (Ant. 18.5.2 §116-19), que comenta la gran influencia que Juan tuvo sobre la gente, y la hipótesis de J. A. Fitzmyer (FEL, II, 298-304), sobre la relación de Juan con los esenios de Qumrán, quienes también se aplicaron a sí mismos la cita de Is 40,3, vivían en el desierto y realizaban ritos lústrales. Nuestro objetivo consiste en analizar cómo Lucas adaptó las tradiciones sobre Juan a su proclamación de la buena nueva de Jesucristo. Cf. VV. Wink, John the Baptist in the Gospel Tradition (SNTSMS 7, Cambridge 1968) xii.

40 La adaptación lucana de las tradiciones sobre Juan está controlada por su cristología y contiene los siguientes elementos. El ministerio de Juan, como el de Jesús, se ubica en la matriz de la historia mundial y religiosa, con todos sus aspectos positivos y negativos (3,1-2). Juan es el profeta de Dios (3,2), pero no pertenece al período de la promesa, sino que inaugura el período del cumplimiento (Hch 1, 22; 10,37), cuya figura central es Jesús. Juan termina su preparación (1,80) y se convierte en un predicador itinerante que prepara el camino de Jesús, cumpliendo así la profecía anunciada por Dios: la de Gabriel (1,15-17), la de su padre Zacarías (1,76-79) y la de Isaías (3,4-6). En esta perspectiva, Dios es quien dirige el ministerio de Juan (como también el de Jesús). Como en el caso de Jesús, también el ministerio de Juan se dirige a todos (3,7-14). Juan no es Jesús, no es el Mesías (3,15-17). Su bautismo, que prepara para el camino de Jesús, debe completarse, lógicamente, con el camino de Jesús (Hch 18,25-26), la fe en él y el don del Espíritu (Hch 19,3-5). Juan sufrirá una muerte violenta (3,19-20; 9,7-9) por causa de su predicación; una suerte similar aguarda a aquel cuyos senderos prepara.

41 Lucas presenta a Juan como un modelo para sus Iglesias. Al igual que él, también ellas preparan a la gente para recibir a Jesús, pero no son el Mesías. También ellas son pioneras al llevar a otros hasta las fronteras de la fe en Jesús. Dondequiera que se anuncie la historia de Juan como parte de la buena nueva, se suscitará el arrepentimiento para que también la gente se prepare para el advenimiento del Señor Jesús. Cf. Wink, John the Baptist (? 39 supra) 113-15.

42 1-2. Estos versículos, construidos como una larga oración periódica en griego, constituyen un elegante comienzo del relato lucano sobre la influencia de Juan en la historia mundial. Pero justo por debajo de la superficie de esta exquisitez literaria hallamos la trágica realidad de la respuesta negativa a la palabra de Dios y a sus mensajeros. Tiberio César. El año quince de Tiberio César puede corresponder a los meses de agosto y septiembre de los años 28 ó 29 d.C. (cf. FEL, II, 306). Pondo Pilato: Bajo Poncio Pilato (prefecto de Judea desde el 26 al 36 d.C. [? Historia, 75:168]), la autoridad romana llevará a efecto la crucifixión de Jesús. Lucas presta una atención suplementaria a Pilato en 13,1; 23,1-6.11-13.20-24.52; Hch 3,13; 4,27; 13,28, recalcando su relación con la muerte de Jesús, el mensajero de Dios. A continuación, Lucas menciona a dos hijos de Herodes el Grande. Tras su muerte se deshizo todo el enorme poder que había tenido. Los romanos dividieron su reino y lo repartieron entre sus hijos (?Historia, 75:163-66). Herodes tetrarca: Se trata de Herodes Antipas (4 a.C.-39 d.C.). Lucas tendrá mucho que decir sobre él, pero nada bueno: 3,19; 9,7.9; 13,31; 23,7-15; Hch 4,27. Ni Juan ni Jesús escaparon bien de las manos de Herodes. Filipo (4 a.C.-34 d.C.) y Lisanias, cuya fecha e identidad son totalmente oscuras (cf. FEL, II, 309-10), completan la lista de estos insignificantes gobernantes. Anás: Entre los gobernantes religiosos, Anás fue sumo sacerdote desde el 6 al 15 d.C.; Caifás, su yerno, lo fue del 18 al 37 d.C. Al igual que los anteriores gobernantes, estos dirigentes tenían cierta autoridad porque Roma lo consentía. Mediante una completa analepsis o «flashback» en 20,5, Lucas nos cuenta que los sumos sacerdotes rechazaron el bautismo de Juan. Su oposición a Jesús fue mucho más hostil: 9,22; 19,47; 20,1.19; 22,2.4.52.66; 23,4.10.13; 24,20. Igual de hostil fue su reacción a la predicación de sus seguidores: Hch 4,1.6.23; 5,17.21.24.27; 7,1; 9,1.14.21; 22,5.30; 23,2.4.5.14; 24,1; 25,2.15; 26,10.12. A este desolador escenario de reacciones de la humanidad a los mensajeros de Dios, Dios envía a Juan, hijo de Zacarías (cf. 1,5-25.57-80), para inaugurar el nuevo tiempo de gracia del evangelio. La palabra misericordiosa de Dios no permitirá que la perversión humana sea la última palabra en la historia de la salvación. En términos que recuerdan la vocación de Jeremías (Jr 1,1), describe Lucas la vocación de Juan, en el desierto: Aunque Lucas no explote el rico simbolismo del «desierto» como éxodo de la esclavitud hacia la vida nueva, relaciona frecuentemente el desierto con Juan (cf. 1,80; 3,4; 7,24). Si los esenios de Qumrán habitaban en el desierto aguardando la salvación de Dios, el hecho de que Juan ejerciera su ministerio también en el desierto podría ser otro dato a favor de la influencia que tuvo Qumrán en el Juan histórico. Véase el comentario sobre 3,4.

43 3-6. En este pasaje, el evangelista ha vestido a Juan con su ropaje teológico, que en parte es original y en parte ya se encontraba en Marcos. 3. toda la región: A diferencia del Bautista marcano, pero muy parecido al Jesús, Pablo y Bernabé lucanos, el Juan de este evangelio es un predicador itinerante. Jordán: Aunque se necesitara agua para el bautismo, no por ello se justifica obligatoriamente la elección del río Jordán. ¿Encontramos, tal vez, en este dato una tradición histórica de que el bautismo de Juan estaba relacionado con la idea de una renovación de la alianza antes de que el pueblo cruzase el Jordán para entrar en la «tierra prometida»? arrepentimiento: Es decir, apartarse del pecado y cambiar de conducta moral, perdón de los pecados: La imagen procede de la cancelación de las deudas económicas y de la liberación de la esclavitud o de la cárcel. Cf. 5,31-32. Aunque Lucas mantiene el lenguaje «tradicional» sobre Juan en su función como bautista, pone su propio sello en el contenido de su predicación. Lucas intensifica la relación de Juan con el bautismo: es llamado «el bautista» en 7,20.33; 9,19; la misión que recibe de Dios se sintetiza como «bautismo de Juan» en 7,29; 20,4; Hch 1,22; 10,37; 18,25, y «bautismo de arrepentimiento» en Hch 13,24; 19,4. Pero el contenido de la predicación del Bautista en el v. 3, aun cuando tiene las mismas expresiones que hallamos en Mc 1,4, delata la presencia de la teología lucana. De hecho, las expresiones «arrepentimiento» y «perdón de los pecados» se encuentran entre las más apreciadas por Lucas para especificar lo que Jesucristo había conseguido para la humanidad (cf., p.ej., 24,47). Aunque Lucas separa claramente el bautismo de Juan del bautismo cristiano en 3,16 y Hch 18,25-19,5, los vincula estrechamente «porque lo que predica Juan inaugura el tiempo de Jesús» (FEL, II, 313). 4. está escrito: Juan está cumpliendo la promesa de Dios de un nuevo éxodo, un nuevo exilio de la muerte y del pecado, que será consumado por Jesús, cuyo camino prepara. Tengamos en cuenta que los esenios de Qumrán también se aplicaban el texto de Is 40,3: preparaban el camino para el Señor viviendo en el desierto, estudiando la ley y separándose de los indeseables (cf. 1QS 8,13-14). En cambio, aunque también se encontrara en el desierto, Juan no se dedicaba al estudio de la ley, y, por otra parte, aceptaba a todos al bautismo. Mientras que en Is 40,3 (LXX) leemos «preparad el camino de nuestro Dios», en Lucas encontramos «preparad su camino», una clara referencia a la preparación del Bautista del camino de Jesús, un cambio que comparte con Mc 1,3.

44 5. enderezad sus sendas: Tanto esta expresión como las otras similares del v. 5 son metafóricas; deben interpretarse en el sentido de un cambio radical en el estilo de vida personal. Cf. Marshall, Gospel 136-37. Este versículo de Is 40,4 no se encuentra en Mc 1,3. 6. En esta cita de Is 40,5 resuena el tema lucano de la universalidad; no se encuentra en el paralelo marcano 1,3. Sobre este tema, cf. 2,31-32. salvación: cf. comentario sobre 2,10.

45 7-9. Estos versículos constituyen una fuerte prueba de la existencia de Q, puesto que 60 de las 64 palabras de Lc son idénticas a las 63 palabras de Mt 3,7-10. Este ejemplo de la predicación escatológica de Juan muestra que él no entendía el arrepentimiento como adopción de su modo de vida: vida en el desierto (1,80; 3,2.4; 7,24), renuncia a las bebidas alcohólicas (1,15; 7,33), oración y ayuno (5,33; 11,1). 7. muchedumbre: Donde Mt 3,7 dice «fariseos y saduceos», Lucas dice «muchedumbre». Dos breves observaciones. En Lucas son intercambiables «muchedumbre» (ochloi) y «pueblo» (laos). Cf. 3,15; 7,29; Conzelmann, TL 231-32; n. 54; P. S. Minear, NovT 16 (1974) 86. Mediante la técnica literaria de la analepsis o «flashback», Lucas nos dirá en 7,30 y 20,5 que los fariseos y los sumos sacerdotes, respectivamente, rechazaron el bautismo de Juan. En este punto de su relato, Lucas quiere centrarse en los que aceptaron el bautismo de Juan, ira: Juicio divino que hará frente al mal del mundo. 8. Los vv. 10-14 ofrecerán ejemplos de comportamiento propios del arrepentimiento. Abrahán: cf. comentario sobre 1,54-55. El reconocimiento de las relaciones de Dios con la humanidad no florece sobre el suelo de la arrogancia. Dios cumplirá sus promesas a Abrahán de forma inesperada. 9. hacha: Otra enérgica imagen de la situación contemporánea escatológica sobre la que predica Juan.

46 10-14. Estos versículos son propios de Lucas. Manifiestan claramente su teología y Sitz im Leben. Los que buscan el arrepenti(-)miento no son los dirigentes religiosos (cf. 7,30; 20,5), sino judíos sencillos y, sobre todo, aquellos que se encontraban en los márgenes de la sociedad: publícanos y soldados. Se trata del mismo tipo de gente que responde positivamente a la predicación de Jesús. Con esta catequesis bautismal, Lucas recuerda a sus iglesias que, al igual que Juan y Jesús, deben estar abiertas para encontrar lo mejor fuera de los modos de vida normalmente aceptados. Cf. P. VV. Walaskay, «And so we carne to Rome» (SNTSMS 49, Cambridge 1983) 28-32. 10. ¿qué tenemos que hacer?: Esta pregunta vuelve a repetirse en los vv. 12 y 14. La encontramos dos veces más en el evangelio: 10,25 y 18,18, cuando un maestro de la ley y un gobernante, respectivamente, piden a Jesús una respuesta seria sobre lo que deben hacer para heredar la vida eterna, y reciben respuestas diferentes. En Hechos encontramos tres veces la misma pregunta; y en los tres casos, el bautismo cristiano forma parte de la respuesta: 2,37 (el pueblo judío tras la predicación de Pedro en Pentecostés); 16,30 (el carcelero gentil de Filipos); 22,10 (el fariseo y perseguidor Pablo, a quien el Señor Jesús para en su camino a Damasco).

11. Juan no exige sacrificios ni la realización de prácticas ascéticas como el ayuno. Sus exigencias son mucho más radicales: la solicitud desinteresada por los propios hermanos y hermanas que sufren cualquier perjuicio. De nuevo, Lucas vuelve a pulsar la cuerda del justo uso de las posesiones materiales, anticipando en la predicación de Juan lo que Jesús posteriormente también predicará. Quienes comparten la mitad de su ropa son como Zaqueo, que da la mitad de sus bienes a los pobres (19,8). 12. publícanos: Resulta sorprendente que los publícanos se acerquen al bautismo de Juan, esp. por la poca seriedad ética que suscitaban; eran despreciados tanto por judíos como por gentiles. Una vez más, en Lucas, las expectativas normales y los prejuicios hondamente establecidos sufren un serio revés. También los publícanos responderán con ilusión a la predicación de Jesús: 5,27.29-30; 15,1; 19,2; cf. la parábola del fariseo y del publicano (18,9-14). 13. no exijáis más: El sistema de impuestos romano se aplicaba con grandes abusos, que Augusto intentó eliminar. Los altos ideales de la época de Augusto se reflejan en el consejo que da Juan a estos judíos que se dedicaban al cobro de los impuestos indirectos (aduanas, peajes, aranceles y otros impuestos) para los romanos. Cf. Walaskay, «.And so we carne to Rome» 29-30. 14. soldados: Es probable que estos soldados fuesen judíos al servicio de Herodes Antipas. Dado que ayudaban a imponer la voluntad de Roma en un país sometido, también eran despreciados. El hecho de presentarse al bautismo hace de ellos una encarnación de los temas lucanos de la inversión de expectativas y del amor de Dios hacia los despreciados. En el desarrollo de su relato evangélico, Lucas presentará otros dos soldados, centuriones por cierto, que responden de forma favorable a Jesús (7,1-10; 23,47). En Hechos, el primer gentil convertido es el centurión Cornelio (Hch 10-11). Estos pasajes dejan patente la visión positiva que Lucas tenía de la autoridad militar romana; pero, no obstante, cf. 20,25. Los consejos que da Juan a los soldados reflejan el ideal imperial de Augusto sobre cómo tenían que comportarse los militares. No parecen entrar dentro de la visión de Lucas la promoción explícita de reformas del sistema injusto de impuestos ni la objeción de conciencia. Sus diferentes respuestas a la pregunta ¿qué tengo que hacer? pueden indicar que «incluso la respuesta más clara nunca libera a nadie de la responsabilidad de preguntar siempre de nuevo y luchar por conseguir una respuesta. La simple obediencia a las instrucciones de Lc 3,13-14, por ejemplo, estaría garantizada dentro de un sistema de impuestos bien administrado y de un ejército disciplinado. Esto no debe despreciarse; es, con toda probabilidad, un fruto evangélico más de lo que pudiéramos sospechar. Pero no se identifica con el Evangelio. Sólo los corazones que han sido profundamente afectados por el Evangelio están abiertos a lo que Dios espera como posterior exigencia concreta tras las anteriores» (Schweizer, Good News 75-76).



47 15. el Mesías: Podría haber en este versículo un núcleo genuinamente histórico: «El comentario de Lucas implica que había judíos palestinenses que esperaban la llegada de un mesías, es decir, un agente ungido de Yahvé, enviado para llevar a cabo la restauración de Israel y manifestar el triunfo del poder y de la soberanía de Dios...» (FEL, II, 333). todos: Aquí y en el v. 16, esta expresión manifiesta el tema lucano del universalismo. 16. bautizo con agua: Juan es inferior a Jesús. Juan utiliza el agua como agente purificador; Jesús utilizará medios superiores para la purificación y la catarsis: el Espíritu Santo y el fuego. En Hch 2, Lucas mostrará cómo el fuego del Espíritu Santo realiza su obra en los seres humanos. uno más poderoso: Aunque la frase se refiere claramente a Jesús, su sentido preciso es elusivo. En el marco del relato lucano puede referirse a la temática de 11,20-22: Jesús es más poderoso que Juan en su oposición a los poderes del mal. Juan no es ni siquiera digno de realizar para Jesús la tarea de un esclavo: desatar la correa de sus sandalias (cf. Hch 13,25). 17. La imagen del bieldo que separa el trigo de la paja es del mismo tipo que la de 3,7 (ira) y 3,9 (hacha). Estas tres imágenes reflejan la visión del Juan histórico, y explican por qué en 7,18-23 pone Juan en cuestión el ministerio de Jesús y su forma menos radical de luchar contra el mal mediante curaciones, exorcismos, reconciliación y predicación a los pobres. 18. anunciaba la buena nueva: En la perspectiva de Lucas hay tantas semejanzas entre Juan y Jesús que para él Juan anunciaba también la buena nueva, inaugurando, así, el nuevo tiempo de la salvación.

48 19-20. Estos versículos forman una inclusio con 3,1. Herodes Antipas rechaza el anuncio de la buena nueva y encarcela a su predicador. La predicación del reino de Dios por Jesús encontrará la misma suerte, y a las iglesias de Lucas se les recuerdan las posibles consecuencias de la preparación del camino del Señor.

49 (B) El bautismo de Jesús (3,21-22). 21. todo el pueblo: Admiten su necesidad de responder al plan de Dios tal y como Juan expone en su predicación (cf. 7,29-30). Jesús también se bautizó y mientras oraba: Jesús se somete al bautismo para manifestar su solidaridad con la proclamación que hacía Juan del plan salvífico de Dios. El hecho de su bautismo, probablemente realizado por el mismo Juan, se expresa con una oración gr. en gen. absoluto. El dato de que Lucas haya quitado a Juan de la escena para encarcelarlo (3,19) antes de contar el bautismo de Jesús, confirmaría la visión tripartita lucana de la historia de la salvación (cf. Conzelmann, TL 42-49). Pero lo más correcto es explicar este dato de forma simplemente literaria. En sintonía con su estilo literario de eliminar a un personaje del escenario antes de la descripción de otra nueva escena (cf. 1,56), Lucas lo aplica a Juan. En la escena dejada vacante por Juan aparece Jesús, sobre quien desciende el don escatológico del Espíritu Santo. Es importante advertir que a Juan, el precursor de Jesús, se le encarcela por su ministerio. Lo mismo ocurrirá a aquel a quien Juan no es digno de desatar sus sandalias. Aunque muchas de las características del relato lucano del bautismo de Jesús son míticas y, por consiguiente, no dan la impresión de que Lucas presente en este caso a Jesús como modelo para el bautismo posterior de los cristianos, hay, sin embargo, una que sí es susceptible de esta interpretación: Jesús estaba en oración. En el evangelio, el ministerio de Jesús comienza con oración y termina con oración (24,46). Jesús ora en relación con las curaciones (5,16), antes de elegir a los Doce (6,12), antes de su predicción de la pasión (9,18), antes de su transfiguración (9,28-29) y antes de enseñar a sus discípulos cómo orar (11,1-2). Ora por Pedro (22,32). Ora una vez a su Padre en el monte de los Olivos (22,39-46), y dos veces desde la cruz (23,34.46). Como deja claro 11,13, la respuesta a su oración será el Espíritu Santo. Pero el Jesús orante no es sólo modelo para los cristianos, sino también el mediador de la salvación. La figura de Jesús orante es todo un símbolo de que su poder salvífico procede de Dios. En esta ocasión, este poder le viene a través del don divino del Espíritu. Además, la oración de Jesús como preparación para lanzarse a su misión en el Espíritu está en paralelo con la descripción del inicio misionero de la Iglesia en Hch 1,14; 2,1-13. Cf. L. Feldkámper, Der betende Jesús ais Heilsmittler nach Lukas (Veróffentlichungen des Missionspriesterseminar S. Augustin bei Bonn 29, St. Augustin 1978). el cielo se abrió: Este símbolo profético y escatológico indica que se trata de una revelación divina (cf. Ez 1,1; Is 64,1). Mientras que la audición de 3,22 es recibida solamente por Jesús, parece que la apertura del cielo (3,21) y el descenso de la paloma en forma corpórea (3,22) constituyen una teofanía visible para todos cuantos tuvieran los ojos de la fe. 22. Espíritu Santo: Según Jl 3,1-5, la venida escatológica de Dios a su pueblo se caracterizaría por una efusión del Espíritu creador y profético. Este Espíritu se coloca ahora sobre Jesús. En Hch 2,1-41, Lucas contará esta misma donación del Espíritu en Pentecostés, interpretándola mediante el discurso de Pedro, en el que utiliza la cita de Jl 3,1-5. Como muestran Hch 10,37-38 y Lc 4,16-21, el Espíritu sobre Jesús responde al cumplimiento de la voluntad de Dios: liberar a los esclavizados por Satán y anunciar la buena nueva a los pobres. Este relato de una nueva donación del Espíritu se relaciona con 1,35: Jesús no recibe ahora el Espíritu Santo porque no poseyera el don con anterioridad, sino porque Lucas está describiendo un nuevo estadio en el ministerio de Jesús. Cf. J. D. G. Dunn, Baptism in the Holy Spirit (Filadelfia 1970). forma corpórea: Esta proposición se encuentra solamente en Lucas y significa «realmente». como una paloma: Se ha demostrado que Lucas, al dirigirse a unos destinatarios helenis(-)tas, cambió la imagen judía marcana «descendiendo como una paloma» por la expresión «forma parecida a la de una paloma» (cf. L. E. Keck, NTS 17 [1970] 41-67; esp. 63). Aunque las posibles alusiones judías a Gn 1,2; 8,8 y Dt 32,11 no parecen ser convincentes como trasfondo interpretativo, da bastante que pensar el análisis de E. R. Goodenough sobre la naturaleza polivalente que poseía en la antigüedad: su docilidad, sus gorjeos parecidos a los dolores de parto, su alto vuelo (Jewish Symbols [Nueva York 1958] 8.27-46). La paloma simbolizaba los anhelos de amor, vida y unión con Dios de hombres y mujeres. Estas esperanzas se realizan ahora en Jesús, quien, por la acción del Espíritu, rompe las barreras que separaban a la gente de la vida y, resucitado de la muerte para estar a la derecha de Dios, enviará la vida del Espíritu prometido a quienes invoquen su nombre, tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco: Esta audición, una combi(-)nación del Sal 2,7 y probablemente Is 42,1, invita a Jesús, en cuanto Hijo y Siervo, a asumir el poder que era suyo desde su concepción (1,32.35). De este modo, en este punto del re(-)lato, cuando Jesús se dispone a viajar por Galilea para anunciar el reino de Dios con palabras y hechos, Lucas recuerda a sus lectores la identidad de Jesús. Más adelante, en la revelación de la filiación de Jesús en 9,35, Lucas volverá a recordar a sus lectores que Jesús, al comenzar su viaje de muerte y resurrección hacia Jerusalén, es el Hijo de Dios. En 3,22 y 9,35, Jesús no se convierte en alguien que no fuera anteriormente, pero los lectores reciben una información adicional sobre Jesús, el Hijo de Dios, y sobre el plan de Dios que ya conocían con anterioridad.

50 (C) Jesús, culminación del plan de Dios en la creación y en la historia de la salvación (3,23-38). Entre las genealogías de Lucas y Mateo (1,1-16) hay más diferencias que semejanzas. Las principales semejanzas son las siguientes: el linaje de Jesús se traza a través de José; aparecen los mismos nombres en el linaje entre David y Aminadab (3,31-33; Mt 1,3-5), así como también aparecen los mismos nombres en el linaje entre Esrom y Abrahán (3,33-34; Mt 1,2-3). Las diferencias principales son las siguientes: Lucas no hace una referencia explícita a las mujeres; remonta la ascendencia de Jesús hasta «Adán, hijo de Dios», mientras que Mateo la remonta hasta «Abrahán»; emplea un «orden ascendente» que comienza con Jesús y termina con Adán; Mateo, en cambio, utiliza un «orden descendente» que comienza con Abrahán y termina en Je(-)sús; Lucas coloca la genealogía después de su relato del bautismo de Jesús, mientras que Mateo comienza su evangelio con ella. Podemos explicar estas diferencias desde dos perspectivas. (1) Lucas ha hecho uso de una fuente del linaje davídico diferente de la Mateo. Esta fuente, que contiene 36 nombres exclusivos, completamente desconocidos para Mateo y el AT, utilizaba en su teología el sagrado número bíblico siete. Desde José hasta Dios hallamos siete grupos de once nombres. Jesús es la culminación de todo cuanto Dios ha realizado en la creación y en el pueblo elegido, puesto que se encuentra en el duodécimo lugar del último grupo de siete (cf. 4 Esd 14,11, como ejemplo de este tipo de especulación escatológica). En esta perspectiva, Dios disfruta del número 77, doblemente perfecto, y David del número 42 (seis veces siete). (2) Las genealogías fueron compuestas para diferentes finalidades: probar la identidad dentro de una tribu y el linaje de un rey o un sacerdote, certificando sus derechos; estructurar la historia en épocas diferentes; mostrar el carácter del descendiente recurriendo al carácter del antepasado. La genealogía lucana prueba claramente la identidad de Jesús como descendiente davídico y muestra que él estaba en sintonía con el plan de Dios, remontándose hasta la creación divina de la humanidad. Estas dos perspectivas clarifican la naturaleza de la genealogía lucana: no tiene la intención de presentar datos de archivo o recuerdos de familia, sino de anunciar quién es Jesús y su significado para la salvación de todos los hombres y mujeres.

51 23. al comenzar: Es una proposición importante pero difícil. Algunas referencias a arché y términos afines aparecen en 1,2; 23,5; Hch 1,1.22; 10,37. El significado del «comienzo» de Jesús no es simplemente cronológico (tras su bautismo) ni geográfico (en Galilea), sino específicamente teológico. Cf. E. Samain, «La notion de APXH dans louvre lucanienne», LEvangile de Luc (Fest. L. Cerfaux, ed. F. Neirynck, BETL 32, Gembloux 1973) 299-328. Jesús es el comienzo de la nueva humanidad escatológica de Dios, unos treinta años: Trein(-)ta es un número redondo, y parece indicar la edad en el que una persona se lanza a una fase importante de su vida (cf. Gn 41,46: José; 2 Sm 5,4: David), según se creía: Esta proposición vincula la genealogía con 1,26-38 y su contenido: Jesús nace de una virgen y, por lo tanto, de Dios. Esta sutil referencia muestra, una vez más, que Dios modifica el tradicional punto de vista patriarcal sobre las relaciones de Dios con la humanidad. José: En 1,27 se destacaba la ascendencia davídica de José. 31. Natán, hijo de David: En la genealogía de Mateo (1,6), solamente se cita a Salomón como el único descendiente de David; Lucas, en cambio, menciona al tercer hijo de David, Natán (cf. 2 Sm 5,14). Al igual que David, Natán no es el primogénito, pero es elegido para manifestar la libre elección y la gracia de Dios. El papel que tuvo David en el plan de Dios para la humanidad se mencionó previamente (1,32.69; 2,11). 34. Abrahán: cf. 1,54-55.72-73, donde se anuncia que lo que Dios estaba haciendo en Jesús era el cumplimiento de las promesas hechas a Abrahán. 38. hijo de Adán, hijo de Dios: Se pone de relieve el significado universal de Jesús para todos: hombres y mujeres, ricos y pobres, esclavos y libres. Mirando hacia atrás en la genealogía lucana, advertimos que el linaje que comenzó con Adán y se desarrolló a través de la historia de fidelidad e infidelidad de Israel ha llegado a su cumplimiento definitivo con Jesús. Como comienzo escatológico de Dios, Jesús es el primero de todos los que pertenecen a Dios, no por parentesco consanguíneo, sino por haber recibido el Espíritu Santo (cf. 3,21-22). Cf. BBM 64-69; W. S. Kurz, «Luke 3,23-38 and Greco-Roman and Biblical Genealogies», Luke-Acts (ed. C. H. Tal(-)bert, Nueva York 1984) 169-87.

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Capítulo 3 .

Ministerio del Bautista, 3:1-17 (Mat_3:1-6; Mar_1:1-6). Cf. comentario a Mat_3:1-6.
1 El año quintodécimo del imperio de Tiberio Cesar, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, tetrarca de Galilea Heredes, y Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de la Traconítíde, y Lisania tetrarca de Abilene, 2 bajo el pontificado de Anas y Caifas, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto, 3 y vino por toda la región del Jordán predicando el bautismo de penitencia en remisión de los pecados, 4 según está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. 5 Todo barranco será rellenado; y todo monte y collado, allanado; y los caminos tortuosos, rectificados; y los ásperos, igualados. 6 Y toda carne verá la salud de Dios. 7 Decía, pues, a las muchedumbres que venían para ser bautizadas por él: Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que llega? 8 Haced, pues, dignos frutos de penitencia y no andéis diciéndoos: Tenemos por padre a Abraham. Porque yo os digo que puede Dios sacar de estas piedras hijos de Abraham. 9 Ya el hacha está puesta a la raíz del árbol; todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.
10 Las muchedumbres le preguntaban: Pues ¿qué hemos de hacer? 11 El respondía: El que tiene dos túnicas, dé una al que no la tiene, y el que tiene alimentos, haga lo mismo. 12 Vinieron también publícanos a bautizarse y le decían: Maestro, ¿qué hemos de hacer? 13 Y les contestaba: No exigir nada fuera de lo que está tasado. 14 Le preguntaban también los soldados: Y nosotros, ¿qué hemos de hacer? Y les respondía: No hagáis extorsión a nadie, ni denunciéis falsamente, y contentaos con vuestra soldada.
15 Hallándose el pueblo en ansiosa expectación y pensando todos entre sí si sería Juan el Mesías, 16 Juan respondió a todos diciendo: Yo os bautizo en agua, pero llegando está otro más fuerte que yo, a quien no soy digno de soltarle la correa de las sandalias: él os bautizará en Espíritu Santo y en fuego. 1? En su mano tiene el bieldo para bieldar la era y almacenar el trigo en su granero, mientras quemará la paja con fuego inextinguible.

Lc, al estilo de los historiadores griegos, quiere situar la obra del Precursor en un enmarque geográfico-cronológico que sea orientador del mismo para sus lectores étnico-cristianos. Conforme al estilo de los profetas, fue dirigida la palabra de Dios a Juan para que comenzase su obra. Esto sucedió en el año 5 de Tiberio. Este corresponde al 781 de Roma, computándose a partir del 19 de agosto. Algunos pensaron si este cómputo se haría desde que Tiberio fue asociado al Imperio por Augusto (Collega Imperii), lo cual fue entre el 764-765 de Roma. Pero esta asociación no constituía a Tiberio verdadero soberano; sólo quedaba como tal Augusto. Las monedas prueban que Tiberio sólo tomó el título de emperador a la muerte de Augusto; y desde este año comenzaba su cómputo imperial. El año 15 de Tiberio va desde el 19 de agosto de 781 a 19 de agosto de 782 de Roma 1.
Es gobernador (????????????? ) de Judea, en nombre de Roma, Poncio Pilato, que gobernó desde el 26 al 36 de Cristo. También correspondía a su jurisdicción Samaría e Idumea. Tenía su capital en Cesárea del Mar.
Herodes Antipas era tetrarca de Galilea. La palabra tetrarca, en el uso vulgar, no significaba exactamente una cuarta parte de territorio, conforme a la etimología, sino era una forma de denominar a una autoridad menor 2. Era hijo de Herodes el Grande y Malthace. Y era tetrarca de Galilea y Perca. Gobernó desde el 750 de Roma, en que murió su padre. Su gobierno dura desde el 4 a.C. al 34 d.C.
Filipo, medio hermano de Antipas, hijo de Herodes el Grande y de su mujer Cleopatra, era tetrarca de Iturea y de la Traconítide. Pero su tetrarquía comprendía más regiones de menor importancia 3. Gobernó desde el 4 a.C. hasta el 34 d.C.
Lisania era tetrarca de Abilene, en el Antilíbano. Su existencia historie, que había sido puesta en duda, se ha confirmado por dos inscripciones encontradas en esta región, y que hablan del tetrarca Lisania reinando Tiberio 4. No se conocen las fechas exactas de su gobierno, excepto el dato general que proporciona la inscripción de su reinado bajo Tiberio.
Bajo el pontificado de Anas y Caifas. Anas fue sumo sacerdote del año 6 al 15 d.C., en que fue depuesto por Valerio Grato. Su yerno Caifas fue sumo sacerdote del 18 al 36 d.C., en que fue depuesto por Vitelio. Pero entre ambos hubo otros tres sumos sacerdotes. Si nombra a estos dos solos sumos sacerdotes es debido a que Caifas lo era en el tiempo en que se presentó el Bautista, y Anas, que ya no era pontífice en la hora de la aparición del Bautista, sin embargo, gozaba de un prestigio excepcional en Israel, hasta ser el mentor de la política judía. A los que habían sido sumos pontífices se los nombraba también con el título de pontífices o sumos sacerdotes.
Situado en este marco geográfico-cronológico, Lc relata que fue el momento de la aparición del Bautista. Juan aparece en el desierto, pero era un predicador volante. Lc, escribiendo para étnico-cristianos, omite la evocación judía que traen Mt-Mc sobre su vestido y alimento. Sólo destaca lo que era más característico de su apostolado: el bautismo de penitencia (????????? ) en remisión de los pecados. En la literatura griega clásica ???????? es el arrepentimiento después de cometida una mala acción. En los LXX casi siempre traduce a niham = entristecerse, conmoción interior por tristeza o piedad (Jer_18:8; Amo_7:3.6). Los traductores griegos posteriores del A.T. (Aquilas, Símaco), y la literatura helenística emplearon ???????? para traducir el hebreo shub = volverse, convertirse (Isa_31:6; Isa_53:7; Jer_18:8; Eze_33:12; Eco_48:15; C. Stuhlmueller, Ev.s.S.Luc [1972] p.326). Como los otros sinópticos, cita el pasaje de Isaías, más completo, pero también adaptado. Juan es la voz que clama en el desierto. Se presenta al modo de los antiguos profetas, que insisten en la conversión (shub). Probablemente el dar la cita completa es para acentuar el final universalista de la misma con la venida del Mesías: Toda carne verá la salvación de Dios.
Los discursos del Bautista, de valoración ética e intemporal, explicitando el fondo histórico de la predicación del mismo, son efecto de los destinatarios del evangelio de Lc y de su tendencia a desescatologizar.
La primera parte de la narración de Lc (v.7-9) es paralela a Mt. Pero Lc tiene propias tres consultas que le hacen al Bautista los que vienen a su bautismo. El tono de un judaísmo impersonalizado acusa bien los lectores de Lc. Estas consultas las hacen tres grupos.
Las muchedumbres, expresión redonda con la que indica grupos especialmente impresionados, dispuestos a una renovación verdadera, le preguntan qué han de hacer en concreto para prepararse al reino. La respuesta es la religiosidad verdadera: las obras que acusen un yahvismo verdadero. Era la predicación de los profetas: repartir vestido y alimento: las obras de misericordia. La frase evoca bien un pasaje de Isaías (Eco_58:7; cf. Hec_2:42ss).
También vienen a su bautismo grupos de publícanos. Estos eran especialmente odiados, sobre todo si eran judíos, como coautores de la opresión romana del pueblo teocrático. Tenían que cobrar los impuestos exigidos por la autoridad intrusa. Pero frecuentemente pagaban una cantidad alzada de antemano y luego ellos se resarcían en abundancia. Por eso les condena el abuso de estas extorsiones, engañando incluso a los más simples, con unas tarifas no siempre bien precisadas (cf. Luc_19:8-10).
Hubo también grupos de soldados. Los dependientes del procurador eran judíos. Estos estaban exentos allí del servicio militar. Podrían ser tropas de Antipas. Pero, por la censura que les hace, se pensaría (Lagrange, Plummer, I. de la Potterie) en soldados, incluso reclutados entre los judíos, como un cierto cuerpo policial, para prestar ayuda a estos publícanos. De ahí el pedirles que no hagan extorsión a nadie, en complicidad con publícanos. Como éstos podían denunciar las infracciones, y en complicidad con estos soldados, que no calumnien, ya que siempre tendrían un especial crédito oficial. Pero, además, que se contenten con vuestra paga. No eran infrecuentes las exigencias de las gentes de armas mercenarias exigiendo alzas de soldadas. Que se contenten con lo justo y que no apelen al abuso de su fuerza. La elaboración de estas exhortaciones es perceptible. Dentro del cambio de mente, de ser de la ???????? , interesaba destacar, a la hora de la composición de los evangelios, y ya antes en el kérigma, algunos abusos. Y éstos pueden ser eco de temas tratados por el Bautista o también, alguno, prestado por necesidad moral de la catequesis.
La figura del Bautista causó una fortísima conmoción en Israel. Hasta Joséfo se hace eco de ella, diciendo que Antipas temió la grande autoridad de aquel hombre. 5 Hubo un momento en que las gentes pensaron, ante aquella figura ascética y profética que anunciaba la llegada inminente del Reino, si él mismo no sería el Mesías (Luc_3:5ss; Jua_1:19ss). Es Lc, de los sinópticos, el único que da la razón de esta confesión de humildad del Bautista ante lo que era Cristo. El mismo Sanedrín de Jerusalén le envió una representación para que dijese si era él el Mesías (Jua_1:19-28). Y éste es el momento, tanto en los sinópticos como en Jn, en que el Bautista declara que él sólo es un esclavo, pues él no es digno de ejercer con El el oficio de los esclavos: descalzarle. Además, su bautismo es en agua, pero el del Mesías es en fuego. Probablemente la forma primitiva es ésta, en contraposición al bautismo externo de Juan. Por el fuego, purificador profundo, se decía en la ley, se ejercían las grandes purificaciones rituales. La forma Espíritu Santo, en oposición a fuego, puede ser ya original de Lc, pero posiblemente no lo fue en las primeras fuentes, sino sólo en fuego.
Como Mt, pone la alegoría de la era, con lo que declara la grandeza de Cristo en la obra de su Reino, como juez de los hombres, que da destinos eternos. Esta función de juez de los hombres en el Antiguo Testamento estaba reservada a Dios. Lc presenta, a la hora de la composición de su evangelio, a Cristo como Dios (Luc_3:6) 5.

Prisión del Bautista,Luc_3:18-20 (Mat_14:3; Mar_1:14; Mar_6:17). Cf. comentario a Mat_14:1-12
.
18 Muchas veces, haciendo otras exhortaciones, evangelizaba al pueblo. 19 Pero el tetrarca Herodes, reprendido por él a causa de Herodías, la mujer de su hermano, y por todas las maldades que cometía, 20 añadió ésta a todas las otras, encarcelando a Juan.

La prisión del Bautista por Antipas en Maqueronte tiene lugar mucho más adelante, cuando ya Cristo llevaba bastante tiempo de su público ministerio (Jua_3:22ss). Su prisión por Antipas fue debida a la censura del Bautista contra el adulterio del mismo (Mt-Mc), pero Lc añade que también le reprendía por todas las maldades que cometía. La predicación del Bautista, si tenía por tema central la preparación para la venida del Mesías, esto exigía una predicación, en muchos casos, concreta. Su acento y su poder, como los antiguos profetas, debió de llegar a Tiberias, en el palacio de Antipas, con la censura clara de su vida de disolución. Por todo ello encarceló a Juan. Lc ya no volverá a tocar este tema del Bautista, como lo hacen Mt-Mc y Jn. Sólo es citado, incidentalmente, una vez a otro propósito (Luc_9:7). Conforme a su método de eliminación, y para dejar cerrado este tema del Bautista, adelanta esta escena, para dejarla en este contexto lógico, al hablar del Precursor.

Bautismo de Cristo,Luc_3:21-22 (Mat_3:13-17; Mar_1:8-11).
Cf. comentario a Mat_3:13-17.
21 Aconteció, pues, cuando todo el pueblo se bautizaba, que, bautizado Jesús y orando, se abrió el cielo 22 y descendió el Espíritu Santo en forma corporal, como paloma, sobre El, y se dejó oír del cielo una voz: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.

Lc, como los otros sinópticos, relata el bautismo de Cristo muy brevemente. Destaca que éste tiene lugar cuando todo el pueblo se bautizaba. Pero la frase sólo tiene un sentido genérico: sucedió en esos momentos. Lc resalta que, cuando después de bautizado Cristo, estaba orando, tiene lugar la teofanía. Es tema característico de Lc. Suele destacar este aspecto de Cristo antes de tomar graves decisiones (cf. Luc_6:12; Luc_9:18; Luc_11:1; Luc_22:41; Luc_23:46). La proclamación de la voz del Padre, en esta perspectiva de Lc, tiene el sentido de la filiación divina 6. En algunos códices se añade el v.7b del salmo 2. Críticamente es interpolación. La exposición se hace en Mat_3:13-17, donde se expone la problemática actual sobre este tema.

Genealogía de Cristo,Mat_3:23-38 (Mat_1:1-17).
23 Jesús, al empezar, tenía unos treinta años, y era, según se creía, hijo de José, hijo de Helí, 24 hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melquí, hijo de Yanai, hijo de José, 25 hijo de Matatías, hijo de Amos, hijo de Nahúm, hijo de Eslí, hijo de Nagai, 26 hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semein, hijo de Josec, hijo de Jodá, 27 hijo de Yoanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri, 28 hijo de Melquí, hijo de Addí, hijo de Cossam, hijo de Elmadam, hijo de Er, 29 hijo de Jesús, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat, hijo de Leví, 30 hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonam, hijo de Eliaquim, 31 hijo de Melca, hijo de Menna, hijo de Mattata, hijo de Natán, hijo de David, 32 hijo de Jesé, hijo de Jobed, hijo de Booz, hijo de Sala, hijo de Naasón, 33 hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Esrom, hijo de Pares, hijo de Judá, 34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré, hijo de Nacor, 35 hijo de Seruc, hijo de Ragau, hijo de Falec, hijo de Eber, hijo de Sala, 36 hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec, 37 hijo de Matusalá, hijo de Enoc, hijo de Jaret, hijo de Maleleel, hijo de Cainán, 38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adam, hijo de Dios.

La genealogía de Cristo es transmitida por Lc y Mt. Pero en ellos hay una gran divergencia. La de Mt comienza en Abraham, y la de Lc en José, para terminar con la creación de Adán. El primero es un orden descendente, y el segundo, ascendente. Pero la divergencia fundamental está en el encadenamiento de las personas que citan. De David a Abraham coincide con Mt. Pero entre los dos nombres de Aminadab y Esrom (Mt), Lc pone un nombre nuevo: Arní. Es notable que la lista de Mt está conforme a Paralipómenos (Mat_2:9-10). De Abraham hasta Adán es propio de Lc. Sin embargo, toma esta lista del Génesis (Mat_11:12-15), aunque introduce el nombre de Cainán, que no figura en el texto masorético de Génesis, aunque sí en los LXX. Pero en el resto de las listas sólo hay dos nombres comunes: Salatiel y Zorobabel. Esto ha planteado el problema, no tanto de la historicidad, con su valor especial, cuanto de la armonización de estas dos listas genealógicas. Y no deja de extrañar la omisión en Lc de personajes tan importantes como Salomón.
No solamente el intento del evangelista es histórico, sino que parte de las secciones de la genealogía están tomadas de las listas mismas bíblicas. Ni está el problema en las omisiones, que tanto Mt como Lc hacen de nombres, ya que las palabras engendrar y fue (hijo de, engendró a; Lc) pueden tener el valor de una ascendencia lejana, sino que el problema está en ver cómo se pueden armonizar dos genealogías de Cristo tan distintas.
Se ha propuesto que la genealogía de Mt es la de José, y la de Lc la de la Virgen. Sin embargo, las razones alegadas no son convincentes, y se dan interpretaciones violentas. Y, sobre todo, que está contra el ambiente, en el cual, tanto en la antigüedad judía como grecorromana, lo que se busca con las genealogías no es probar la filiación natural, sino la legal La antigüedad cristiana es firme en sostener en ambas genealogías la de José. Ni sería explicable que, siendo la genealogía de Lc la de María, no se la cite a ella en la misma.
Siguiendo a Julio Africano (c.400) 7, se ha propuesto que ambas genealogías se refieren a José. Y que la de Mt es la natural, y la de Lc es la de José, pero por razón de la ley del levirato (Deu_25:5ss). Según ésta, cuando una mujer se quedaba viuda y sin hijos, su cuñado debía tomaría por esposa para obtener descendencia. Así Helí (Mt) y Jacob (Lc) eran hermanos de madre. Como Helí muriese sin descendencia, Jacob tomó a su cuñada por esposa, y de este matrimonio nació José. Así Mt transmite la genealogía natural de José por Jacob, y Lc la legal, por efecto del levirato, de Helí. Han seguido esta opinión antes muchos. Pero tiene dos serios inconvenientes, aparte de ser una hipótesis. La ley del levirato afectaba los hijos de un mismo padre 8, y en esta hipótesis serían sólo de madre. Y habría que suponer lo mismo para otros varios casos de la genealogía. Lo cual parece forzado.
Otro tipo de solución, reconociendo que ambas genealogías son de José, es la hipótesis de la adopción. Así, Lc habla de la genealogía de José en cuanto le provenía por la adopción de Helí. Pero es muy problemática su existencia. Como caso particular de ésta se propone una forma especial de adopción: el yerno entra a formar parte de la familia del suegro, como hijo, si éste no tiene descendencia. Así, el padre de José sería Jacob (Mt); pero, al tomar José a María por esposa, siendo hija de Helí, José vino a ser considerado hijo de Helí. Así, Mt da la genealogía natural de José, y Lc la de José también, pero considerado como hijo legal de Helí, lo que, en realidad, era dar la genealogía de Helí.
Otra posición sostiene que las dos genealogías dan la ascendencia natural de José, pero vista con portada distinta. Mt, citando nombres célebres, seleccionados para que no rebasen el número de su cifra davídica, con objeto de probar su genealogía davídica, mesiánica. Lc, en cambio, citaría otros familiares, directos o colaterales, para llegar a una línea de universalidad.
Esto se confirmaría si la lista estuviese confeccionada con 72 nombres, símbolo de la universalidad. Del texto griego se pueden suprimir algunos nombres: dos en el versículo 24 y uno en el versículo 23, ya que Matat y Leví se repiten (v.24.29). Posiblemente se introdujeron por error de algún copista, pues faltan en varios autores antiguos; v.gr., códice C, Julio Africano, Eusebio, San Ambrosio. De los 74 nombres que restan, se pueden suprimir, por ser principio y término, los de Dios y Jesús. Así quedarían setenta y dos generaciones, que, según el Génesis, son el número total de pueblos simbólicamente sería universal a que da lugar la descendencia de Noé (Gen c.10). Sin embargo, no es evidente, pues en el Génesis hay oscilación con relación a esto, y unas veces se citan setenta (Deu_32:8; cf. Gen_46:27), y otras setenta y cinco, en el texto masorético (Hec_7:14)9.
Naturalmente el problema no está aún resuelto. Acaso por faltar en algunas listas genealógicas, o por haberse suprimido algunos nombres. Parece que no interesaba tanto la sucesión numérica exacta, cuanto nombres orientadores como piedras miliarias de la genealogía de Cristo. Y hasta en parte pueden ser un recurso literario (de relleno) para siglos de los que nada se sabía (cf. Gen c.5) o para prestigiar la propia ascendencia, v.gr. la ascendencia de los patriarcas (Stuhlmueller). La palabra ??? = Lc, o el ????????? = Mt, no exigen una ascendencia inmediata. Y hasta dados estos procedimientos semitas y el querer destacar la ascendencia davídica de Cristo, no habría inconveniente en que se hubiesen seleccionado o entremezclado, por razones diversas, genealogías de parentescos naturales, legales o adoptivos (W. J. Harrington). En esta genealogía de Cristo a Adán algunos autores (Lagrange, Hauck, Grundmann) creen percibir, no sólo la universalidad de la Salud, sino la influencia paulina de Cristo como el nuevo Adán (cf. Rom_5:14; 1Co_15:22.45-49).

1 Holzmeister, Chronologia Vitae Christi (1933) P.55-85. 2 Plut., Ant. 36; Tácito, Ann. XV 25. 3 Schürer, Geschichte. I P.427; Holzmeister, Hist. Aetatis í. Ô. (1938) P.77-80. 4 Savignac, Texte Complet De Vinscription D'abila A Lysanias: Rev. Bibl (1912) 530-540. 5 Josefo, Antiq. XVIII 5:2 . 5 H. Conzelman, Die Mitte Der Zeit. Studien Zur Theologie Des Lukas (1959); Sobre Una Posible Interpretación Distinta Del Bautismo En Agua, Fuego Y E. S., A. Salas, El Mensaje Del Bautista: Estbibl (1970) P.55-72 . 6 Nestlé, N.T. Graece (1945) H.L; G. O. Williams, The Baptism In Luke's Cospel Journal Of Theol. Studies (1944) 31-38; L. Legault, Lc Bapteme De Jesús (Spec. Luc_3:22; Jua_1:34, Etc.), Et La Doctrine Du Serviteur Souffrant: Sciences Eccl (Montreal 1961) 147-166 . 6 Vogt,Der Stammbaum Christi Bei Der Hl. Evangelisten Mattheus Undlukas (1907); Pous, Líber Generationis I. Ch.: Verb. Dom. (1925) 41-48. 7 Eusebio De C., Hist. Eccl.: Mg 20:89.100. 8 Strack-B., Kommentar. I P.886. 9 Hóphl-Gut, Intr. Spec. In N.T. (1938) P. 136-144; Prat, Genealogie, En Dict. Bibl. Iii 166-171; Holzmeister, Genealogía S. Lucae: Verb. Dom. (1943) 9-18; G. Ogg, The Age Of Jesús When He Taught (Luc_3:23a; Jua_2:20; Jua_8:57): New Test. Stud. (1958) 291-298).

Catena Aurea (S.Tomás de Aquino ,1269. Tr. Dr. D. Ramón Ezenarro, 1889)



Y el mismo Jesús comenzaba a ser como de treinta años; hijo, según se creía, de José, que lo fue de Helí, que lo fue de Mattat, que lo fue de Leví, que lo fue de Melkí, que lo fue de Janái, que lo fue de José, que lo fue de Mattatías, que lo fue de Amós, que lo fue de Nahúm, que lo fue de Eslí, que lo fue de Nangay, que lo fue de Maaz, que lo fue de Mattatías, que lo fue de Semeín, que lo fue de Joséc, que lo fue de Jodá, que lo fue de Joanán, que lo fue de Resá, que lo fue de Zorobabel, que lo fue de Salatiel, que lo fue de Nerí, que lo fue de Melkí, que lo fue de Addí, que lo fue de Cosam, que lo fue de Elmadam, que lo fue de Er, que lo fue de Jesús, que lo fue de Eliezer, que lo fue de Jorim, que lo fue de Matat, que lo fue de Leví, que lo fue de Simeón, que lo fue de Judá, que lo fue de José, que lo fue de Jonam, que lo fue de Eliaquim, que lo fue de Meleá, que lo fue de Menná, que lo fue de Mattatá, que lo fue de Natán, que lo fue de David, que lo fue de Jesé, que lo fue de Obed, que lo fue de Booz, que lo fue de Sala, que lo fue de Naassón, que lo fue de Aminadab, que lo fue de Aram, que lo fue de Esrom, que lo fue de Fares, que lo fue de Judá, que lo fue de Jacob, que lo fue de Isaac, que lo fue de Abraham, que lo fue de Tara, que lo fue de Najor, que lo fue de Serug, que lo fue de Ragáu, que lo fue de Falek, que lo fue de Eber, que lo fue de Sala, que lo fue de Cainam, que lo fue de Arfaxad, que lo fue de Sem, que lo fue de Noé, que lo fue de Lámek, que lo fue de Matusalén, que lo fue de Henoc, que lo fue de Járet, que lo fue de Maleleel, que lo fue de Cainam, que lo fue de Enós, que lo fue de Set, que lo fue de Adam, que lo fue de Dios. (vv. 23-38)

Orígenes, in Lucam, 28
Después de haber dicho que el Señor fue bautizado, expone su genealogía, no descendiendo de los superiores a los inferiores, sino subiendo desde Jesucristo hasta Dios; por lo que dice: "Y el mismo Jesús comenzaba", etc. Se dice que empezó entonces, cuando fue bautizado y recibió el misterio de la segunda generación, a fin de que tú destruyas también la primera natividad, y nazcas en la segunda generación.

San Gregorio Nacianceno, Orat. in sanct. lavacr
Debemos considerar quién es el que fue bautizado, por quién y cuándo. Fue bautizado por Juan el que estaba puro, y cuando ya había empezado a hacer milagros; para que de ahí aprendamos a purificarnos, a abrazar la verdad y a predicar con la perfección de la edad espiritual y corporal. La primera de estas lecciones se dirige a aquellos que reciben el bautismo, y no se preservan por medio de las buenas costumbres, pues, aunque la gracia del bautismo perdona los pecados, hay que temer la vuelta al mismo vómito. La segunda se dijo a los que se levantan contra los dispensadores del misterio, que los aventajan en dignidad. La tercera es para aquellos que, jóvenes y presuntuosos, creen que no hay edad requerida para la predicación y la doctrina. Se purifica Jesús, y tú menosprecias la purificación; es purificado por Juan, y tú te levantas contra el que te aconseja; tiene treinta años, y tú en la adolescencia enseñas a los ancianos. Citáronse los ejemplos de Daniel y otros semejantes, porque el culpable está siempre dispuesto a responder. Mas lo que raras veces acontece no es ley de la Iglesia; así como una sola golondrina no establece primavera.

San Juan Crisóstomo
O acaso, para cumplir toda la ley, aguardaba aquella edad que es capaz de todos los pecados, a fin de que no se dijese que destruía la ley quien no podía cumplirla.

Griego
Por esta razón viene Jesús a bautizarse cuando tiene treinta años, con el fin de manifestar que la regeneración espiritual produce hombres perfectos, según la edad espiritual.

Beda
También puede decirse que la edad de treinta años, 1 en la que fue bautizado el Salvador, insinuó también un misterio del bautismo; a saber: a causa de la fe en la Trinidad y el cumplimiento de los preceptos del Decálogo.

San Gregorio Nacianceno, Orat. in sanct. lavacr
Sin embargo, el niño debe bautizarse cuando la necesidad lo exija, porque es más útil santificarse sin sentirlo, que morir privados de ese signo. Pero se dirá: Jesucristo fue bautizado cuando tenía treinta años, siendo así que era Dios, y tú mandas que se anticipe el bautismo. Cuando dijiste Dios, has resuelto la dificultad. No le era necesario recibir el bautismo, pero tú que naciste en la corrupción te expones a una expiación grande, si mueres sin estar cubierto con el vestido de la incorrupción. Sin duda que es bueno guardar la limpieza del bautismo, pero vale más exponerse a mancharse algo que a ser enteramente privado de la gracia.

San Cirilo
Aun cuando Jesucristo carece de padre según la carne, algunos sospechaban que tenía padre; por lo cual prosigue: "Hijo, según se creía de José".

San Ambrosio, in Lucam, 3
Bien se dice "como se creía", porque en realidad no lo era; y se creía porque María lo había engendrado, (la que estaba desposada con José). ¿Cómo es que se describe la genealogía de José con preferencia a la de María (siendo así que María había engendrado a Jesús por obra del Espíritu Santo, y San José no tiene parte en la generación del Señor)? Podríamos dudar sobre esto, si la Sagrada Escritura no nos enseñase la preferencia que siempre da a la genealogía del marido, y especialmente aquí en que la genealogía de José y de María vienen a ser una sola, porque siendo José un varón justo, tomó ciertamente mujer de su propia tribu y de su misma patria. Y así en tiempo del célebre empadronamiento, subió San José, de la casa y de la familia de David, para empadronarse con su esposa María. La que desciende de la misma familia y de la misma patria viene a empadronarse, y da a entender de una manera clara que pertenece a la misma tribu y a la misma familia, de quien desciende su consorte. Por lo que explicando la generación de José el evangelista añade: "Que fue de Helí". Observaremos que San Mateo refiere a Jacob (que fue padre de José) que era hijo de Natán, y San Lucas dijo que José (con quien estaba desposada María) era hijo de Helí. ¿Cómo puede decirse que uno solo tiene dos padres, como pudieron serlo Helí y Jacob?

San Gregorio Nacianceno
Dicen algunos que solamente hay una sucesión desde David hasta José, pero que se expone con diversos nombres por cada uno de los evangelistas. Pero esto lo dicen de un modo absurdo, porque el principio de esta genealogía se encuentra en los dos hermanos, que son Natán y Salomón, de donde descendieron diferentes generaciones.

San Eusebio Cesarea, Historia Ecclesiastica, 1,6
Penetremos más en la inteligencia de estas palabras. Si habiendo afirmado San Mateo que José es hijo de Jacob, San Lucas afirma que es hijo de Helí, en ello podía haber alguna dificultad. Mas como afirmando San Mateo, San Lucas declara la opinión de muchos, no la propia, diciendo: "Según se pensaba", me parece que en esto no queda duda alguna. En efecto, había diversas opiniones entre los judíos acerca de Jesucristo, y todos decían que venía de David según las promesas que le habían sido hechas. La mayor parte decía que el Cristo descendería de David por medio de Salomón y de los otros reyes. Algunos se separaban de esta opinión, porque de ciertos reyes se refieren cosas enormes, y porque de Jeconías dijo Jeremías (Is 22) que de su descendencia ninguno se sentaría en el trono de David; cuya opinión menciona San Lucas, sabiendo que San Mateo refiere la verdad de la genealogía tal y como es. Y esta es la razón primera. Hay otra más profunda. San Mateo, como empieza su Evangelio escribiendo desde antes de la concepción de María y el nacimiento de Jesús según la carne, pone desde luego antes, como en toda historia, la genealogía según la carne, además sigue la genealogía descendiendo de los mayores, porque el Verbo de Dios, al tomar carne, descendía. San Lucas, por el contrario, parte de la regeneración por el Bautismo, y recorre otra sucesión de mayores, subiendo de los últimos a los primeros; omite los pecadores que San Mateo había nombrado (porque todo el que renace en Dios se hace extraño a sus mayores culpables, para ser hijo de Dios), y menciona a aquellos que habían vivido honestamente según Dios. Así se dice a Abraham: "Tú marcharás a tus padres" (Gén_15:15), no a tus padres según la carne, sino a tus padres en Dios, por la semejanza de su bondad. Así atribuye al que nace en Dios los mayores que son padres según Dios por la conformidad de la vida.

San Agustín, de quaestiones Novi et Veteri Testamenti, 56
O de otro modo, Mateo desciende a José de David por Salomón. Por el contrario, Lucas parte de Helí, que vivió en tiempo del Salvador, y sube por la descendencia de Natán hijo de David, y junta en una misma tribu a Helí y José, manifestando que uno y otro proceden de un mismo origen; y que así el Salvador es hijo no solamente de José, sino también de Helí. Por la misma razón que el Salvador se dice hijo de José, también se dice que es hijo de Helí y de todos los demás que pertenecen a la misma tribu. De aquí que dice el apóstol: "Cuyos padres, y de quienes es Cristo según la carne" (Rom_9:15).

San Agustín, de quaestiones evangeliorum, 2,5
Tres hipótesis pueden formarse sobre este pasaje del Evangelio. O un evangelista nombró al padre de José y otro su abuelo materno o alguno de los parientes mayores, o el uno era padre natural de José y otro por adopción, o según la costumbre de los judíos, cuando uno moría sin tener hijo, su pariente más cercano podía casarse con su viuda, cuyo primer hijo debía considerarse como el sucesor del que había muerto.

San Ambrosio
Se dice que Natán, (que descendía de Salomón) engendró a su hijo Jacob, y murió sobreviviéndole su mujer; la cual tomó Melchi por esposa, de la que nació Helí. Además Jacob, habiendo muerto Helí, su hermano, sin hijos, se casó con la mujer de él, y engendró a su hijo José, el cual, según la ley debía llamarse Jacob, porque la semilla del hermano difunto reponía la generación, según ordenaba la ley antigua.

Beda
O de otro modo, Jacob, tomando por mandato de la ley a la mujer de su hermano Helí, muerto sin hijos, engendró a José, hijo suyo según la naturaleza, pero, según la ley, hijo de Helí.

San Agustín, de questiones Novi et Veteri Testamenti, 2,3
Es muy probable que San Lucas haya contado el origen de adopción, porque no quiso decir que José había sido engendrado por aquel de quien había dicho que era hijo. Más fácilmente se dijo hijo de aquel por quien había sido adoptado, que se diría engendrado por aquél, de cuya carne no había nacido. Cuando dice San Mateo: "Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob" (Mat_1:2), y continuando con esta palabra engendró, hasta que dice el último: "Jacob engendró a José" (Mat_1:16), claramente expresa que habla de aquella paternidad y de aquel origen, por el cual José fue engendrado, no adoptado. Y aun cuando San Lucas hubiese dicho que San José descendía de Helí, ni aun así debe turbarnos la frase, porque puede muy bien decirse que el que adopta un hijo lo engendra, no con la carne, sino con la caridad. Con razón San Lucas tomó el origen según la adopción, porque creyendo en el Hijo de Dios, nos hacemos hijos de Dios por adopción, mientras que por la generación carnal el Hijo de Dios se hizo Hijo del hombre por nosotros.

San Juan Crisóstomo, in epistula ad Romam, 31
Como esta parte de Evangelio se compone de una serie de nombres, creen algunos que ninguna enseñanza preciosa se encuentra en ella. Para no caer en error, profundicemos el pasaje, porque de esos nombres se puede sacar un rico tesoro, puesto que son el emblema de muchas cosas; pues recuerdan la divina clemencia y las acciones de gracias de las mujeres, que, después de haber impetrado hijos, les imponían el nombre del don que habían recibido.

Glosa
Helí quiere decir Dios mío o el que sube ; el nombre de Mathat, significa el que perdona pecados ; Leví quiere decir añadido.

San Ambrosio
San Lucas nos podía nombrar muchos de los hijos de Jacob, para no aparecer divagando en una serie extraña a su genealogía. Sin embargo, no quiso omitir nombres antiguos de patriarcas, aunque en otros muy posteriores, como los de José, Judas, Simeón y Leví, que expresan cuatro géneros de virtudes. Judas es la figura profética del misterio de la pasión del Señor; José representa la santidad; Simeón el castigo del pudor ultrajado, y Leví el ministerio sacerdotal; y sigue: Que fue de Melchí, esto es, mi rey ; de Janna, esto es diestra; de José, esto es, que acrece (éste fue otro José); de Matatías, esto es, don de Dios ; de Amós, esto es, que carga o cargó ; de Nanen, esto es ayúdame ; de Nagge, esto es, mediodía o meridiano ; de Mahath, esto es, deseo ; de Mathathías, como arriba; de Semeí, esto es obediente ; de José, esto es, aumento ; de Judas, esto es, creyente ; de Joanna, esto es, gracia de Dios, misericordia de Dios ; de Resa, esto es, misericordioso ; de Zorobabel, esto es, príncipe o maestro de Babilonia ; de Salathiel, esto es, Dios mi petición ; de Neri, esto es, antorcha mía ; de Melchi, esto es, mi reino ; de Addí, esto es, robusto o violento ; de Cosan, esto es, previsor ; de Her, esto es, vigilante, vigilia ; de Jesús, esto es, Salvador ; de Eliezer, esto es, Dios mi ayuda ; de Joarim, esto es, Dios que exalta o exaltando ; de Mathat como arriba; de Leví, como arriba; de Simeón, esto es, oyó la tristeza o el signo ; de Judas, como arriba; de José, como arriba; de Joná, esto es, paloma o doliente ; de Eliachim, esto es, resurrección de Dios ; de Melcha, esto es, su rey ; de Menna, esto es, mis entrañas; de Mathathias, esto es, don ; de Natán, esto es, dio o dando.

San Ambrosio
Natán es el símbolo de la dignidad profética. Así vemos prefigurados los diversos géneros de virtudes en cada uno de los mayores de Jesucristo, el cual las reúne todas.
Sigue: "Que fue de David".

Orígenes, in Lucam, 28
El Señor, descendiendo al mundo, aceptó la condición de todos los pecadores, y quiso nacer de la estirpe de Salomón (como refiere San Mateo), cuyos pecados están escritos, y de los otros, de los cuales muchos obraron mal delante de Dios. Mas cuando asciende del bautismo, después de su segundo nacimiento (como refiere San Lucas), no nace por Salomón sino por Natán, el cual arguye al padre sobre la muerte de Urías y el nacimiento de Salomón.

San Agustín, retractationum libri, 1,28
Conviene advertir que fue un profeta del mismo nombre el que reprendió a David, para que no se piense que fue el mismo hombre, habiendo sido otro.

San Gregorio Nacianceno
A partir de David, la marcha de la genealogía es la misma según los dos evangelistas, por lo que sigue: "Que fue de Jessé".

Glosa
David se interpreta mano fuerte, Jessé incienso. Sigue: que fue de Obed, que significa servidumbre ; que fue de Booz, que significa fuerte ; que fue de Salmón, que es sensible o pacífico ; de Naasson que es augurio o serpentino ; de Aminadab, esto es, pueblo voluntario ; de Aram, que es derecho o excelso ; de Esrón, esto es, saeta ; de Jares, que es división ; de Judas, esto es, que confiesa, de Jacob, que es suplantador ; de Isaac, que es risa o gozo ; de Abraham, que es padre de muchas gentes o que ve pueblo.

San Juan Crisóstomo, in Matthaeum, 1
San Mateo, como que escribía para los judíos, no se propuso decir más que Cristo descendía de Abraham y de David, porque esto agradaba sobremanera a los judíos. San Lucas, por el contrario (como quien habla para todos), prosigue su relación hasta Adán, de donde sigue: "Que fue de Tharé".

Glosa
Que se interpreta exploración o nequicia ; que fue de Nachor, que es descansó la luz ; que fue de Larug, que es correa o quien tiene las riendas o perfección ; de Ragan, que es enfermo o que apacienta ; de Phares, que es el que divide o dividido ; de Heber, que es tránsito ; de Sale, que es el que quita ; de Cainan, que es lamentación o posesión de ellos.

Beda
Según el texto hebreo, el nombre y la generación de Cainán no se encuentran ni en el Génesis ni en las palabras de los días, pero se dice que Arphaxad fue el padre inmediato de Selaa (o Salé). Sabed, pues, que Lucas tomó esta generación de la Septuaginta, donde está escrito que Arphaxad, de edad de 135 años, engendró a Cainan, y que éste engendró a Selaa, a la edad de ciento treinta años.
Sigue: "Que fue de Arphaxad".

Glosa
Que significa que repara la devastación; que fue de Sem, que es nombre o nombrado; que fue de Noé, que es descanso.

San Ambrosio
El nombre del justo Noé no debía omitirse en las genealogías del Señor, a fin de que, desde su nacimiento, se viese que el fundador de la Iglesia había antes enviado un mayor de su raza para fundarla bajo la figura del arca. Que fue de Lamech.

Glosa
Que significa humillado o que hiere o herido o humilde; que fue de Mathusalém, que es emisión de la muerte o que es muerte y preguntó.

San Ambrosio
Los años de este patriarca se cuentan antes del diluvio, para que se vea que así como Cristo es el único, cuya vida no siente edad alguna, así también aparezca que no sintió el diluvio en sus mayores. Que fue de Enoch. Este es un indicio manifiesto de la santidad del Señor y su divinidad. Puesto que el Señor no sintió la muerte y subió al cielo, como este antepasado de su raza fue arrebatado al cielo. De este modo se ve con claridad que Cristo pudo no morir, pero que lo quiso para que su muerte nos aprovechase. Mas aquél fue arrebatado para que la malicia no mudase su corazón; pero el Señor (a quien la malicia del mundo no podía mudar) volvió con la majestad de su grandeza al punto de donde había venido.

Beda
Subiendo el hijo de Dios bautizado hasta Dios el Padre, pone bien en el grado septuagésimo a Enoch, el cual, evitada la muerte, fue trasladado al Paraíso; a fin de significar que aquéllos que son regenerados por agua y del Espíritu Santo en la gracia de la adopción de los hijos (después de la disolución del cuerpo) llegarán un día al eterno descanso. A causa del sábado, que es el día séptimo, el número setenta significa el reposo de aquellos que, con la ayuda de la gracia de Dios, observaron el Decálogo de la ley.

Glosa
Enoch significa dedicación; que fue de Jared, que es descendiente o continente; que fue de Malaleel, que es alabado de Dios o que alaba a Dios; que fue de Cainan, como arriba; que fue de Enós, esto es, hombre o que desespera o violento; que fue de Seth, que es posición o puso.

San Ambrosio
Seth, último hijo de Adán, se nombra para significar (en figura) las dos generaciones de pueblo, y que Cristo debe contarse en la segunda generación más bien que en la primera.
Prosigue: "Que fue de Adam".

Glosa
Que significa hombre, o terreno, o indigente; que fue de Dios.

San Ambrosio
¿Qué cosa más bella pudo acordar que empezar la santa genealogía por el Hijo de Dios y conducirla hasta el hijo de Dios? Creado primero en figura, nace después en verdad; hecho antes a su imagen, desciende por El la imagen de Dios a la tierra. También creyó San Lucas que debía referir el origen de Cristo a Dios, porque Dios es el verdadero generador de Cristo, o porque es su Padre, según la verdadera genealogía, o porque, según la regeneración del bautismo, El es el autor del don místico; y por eso no escribió desde luego su genealogía, sino después de haber explicado su bautismo, para mostrarlo Hijo de Dios (según la naturaleza y según la gracia). Además, ¿qué signo más evidente de su divina generación que esto, que hace decir al Padre, antes de escribir su genealogía: "Tú eres mi Hijo amado"?

San Agustín, de cons. Evang., lib. 2, cap. 4
Bastante demostró con esto que, al llamar a José hijo de Helí, no quiso decir engendrado sino adoptado por él; así como llamó a Adán hijo de Dios, no por generación, puesto que fue creado, sino porque fue constituido por gracia (que después perdió pecando) como hijo en el Paraíso.

Teofilacto
Termina también la genealogía en Dios, para que sepamos que Cristo elevará a los padres intermediarios hasta Dios y los hará sus hijos; y para que igualmente se creyese que la generación de Cristo se verificó sin concurso de hombre, como si dijese: Si no creéis que el segundo Adán fue formado sin cooperación de hombre, venid al primer Adán, y hallaréis que Dios le formó de la tierra.

San Agustín, de cons. Evang., lib. 2, cap. 4
San Mateo quiso representar al Señor descendiendo a nuestra mortalidad, por eso refiere las generaciones, en el principio de su Evangelio, descendiendo desde Abraham hasta Cristo. San Lucas, por el contrario, no cuenta las generaciones desde el principio, sino desde el bautismo de Cristo; y no descendiendo, sino ascendiendo. En fin, para designar mejor al Pontífice que ha de borrar los pecados, parte del lugar en que San Juan da testimonio, diciendo: "He aquí el que quita los pecados del mundo" (Jua_1:29), y subiendo llega hasta Dios, con quien, limpios y purificados, nos reconciliamos.

San Ambrosio
Los evangelistas que siguieron el orden antiguo, no por eso discrepan de los otros. No hay que admirarse si en San Lucas se ven más generaciones, desde Abraham hasta Cristo, que en San Mateo, puesto que se concuerda en que no han seguido la generación por las mismas personas. Pudo suceder que unos hayan tenido larga vida, mientras que los de la otra genealogía hayan muerto jóvenes; del mismo modo que vemos ancianos vivir con sus nietos, al paso que otros mueren apenas tienen hijos.

San Agustín, de quaest. Evang., lib. 2, quaest. 6
Muy convenientemente San Lucas, comenzando desde el bautismo del Señor, cuenta setenta y siete personas, ascendiendo en su genealogía; pues así expresó nuestra ascensión hacia Dios, con quien nos reconciliamos por la remisión de los pecados, porque el bautismo remite todos los pecados que se significan por ese número. En efecto, once veces siete son setenta y siete. En el número diez está la perfección de la bienaventuranza; de donde es claro que la trasgresión de la decena representa el pecado, que por soberbia desea tener más. El número siete veces significa que esta trasgresión viene de la acción del hombre, porque el número tres significa la parte inmaterial del hombre, y el número cuatro el cuerpo. Sin embargo, la acción no se expresa en los números, cuando decimos uno, dos, tres, sino cuando decimos una vez, dos veces, tres veces; y así once veces siete expresa que la trasgresión viene de la acción del hombre.

Notas
1. O tres décadas.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter III.

1 The preaching and baptisme of Iohn: 15 His testimonie of Christ. 20 Herode imprisoneth Iohn. 21 Christ baptized, receiueth testimony from heauen. 23 The age, and genealogie of Christ, from Ioseph vpwards.

[Christ obedient, Iohns preaching, and baptisme.]

1 Now in the fifteenth yeere of the reigne of Tiberius Cesar, Pontius Pilate being Gouernour of Iudea, & Herode being Tetrarch of Galilee, and his brother Philip Tetrarch of Iturea, and of the region of Trachonitis, and Lysanias the Tetrarch of Abilene,
2 Annas and Caiaphas being the high Priests, the word of God came vnto Iohn the sonne of Zacharias, in the wildernesse.
3 [ Mat_3:1 .] And he came into all the countrey about Iordane, preaching the baptisme of repentance, for the remissio of sinnes,
4 As it is written in the book of the words of Esaias the Prophet, saying, [ Isa_40:3 .] The voyce of one crying in the wildernesse, Prepare ye the way of the Lord, make his paths straight.
5 Euery valley shall be filled, and euery mountaine and hill shalbe brought low, and the crooked shall bee made straight, and the rough wayes shall be made smooth.
6 And all flesh shal see the saluation of God.
7 Then said hee to the multitude that came forth to bee baptized of him, [ Mat_3:7 .] O generation of vipers, who hath warned you to flee from the wrath to come?
8 Bring forth therfore fruits [ Or, meet for.] worthy of repentance, and begin not to say within your selues, We haue Abraham to our father: For I say vnto you, that God is able of these stones to raise vp children vnto Abraham.
9 And now also the axe is laid vnto the root of the trees: Euery tree therefore which bringeth not foorth good fruit, is hewen downe, and cast into the fire.
10 And the people asked him, saying, What shall we doe then?
11 He answereth, and saith vnto them, [ Jam_2:15 ; 1Jo_3:17 .] He that hath two coats, let him impart to him that hath none, and he that hath meat, let him doe likewise.
12 Then came also Publicanes to be baptized, and said vnto him, Master, what shall we doe?
13 And he said vnto them, Exact no more then that which is appointed you.

[Iohns preaching, and baptisme. Christ his genealogie.]

14 And the souldiers likewise demanded of him, saying, And what shall we doe? And he said vnto them, [ Or, put no man in feare.] Doe violence to no man, neither accuse any falsely, & be content with your [ Or, allowance.] wages.
15 And as the people were [ Or, in suspence.] in expectation, and all men [ Or, reasoned or debated.] mused in their hearts of Iohn, whether he were the Christ or not:
16 Iohn answered, saying vnto them all, [ Mat_3:11 .] I indeede baptize you with water, but one mightier then I commeth, the latchet of whose shooes I am not worthy to vnloose, he shall baptize you with the holy Ghost, and with fire.
17 Whose fanne is in his hand, and he will thorowly purge his floore, and will gather the wheat into his garner, but the chaffe he will burne with fire vnquencheable.
18 And many other things in his exhortation preached he vnto the people.
19 [ Mat_14:3 .] But Herode the Tetrarch being reprooued by him for Herodias his brother Philips wife, and for all the euils which Herode had done,
20 Added yet this aboue all, that he shut vp Iohn in prison.
21 Now when all the people were baptized, [ Mat_3:13 .] and it came to passe that Iesus also being baptized, and praying, the heauen was opened:
22 And the holy Ghost descended in a bodily shape like a Doue vpon him, and a voice came from heauen, which said, Thou art my beloued sonne, in thee I am well pleased.
23 And Iesus himselfe began to be about thirty yeeres of age, being (as was supposed) the sonne of Ioseph, which was the sonne of Heli,
24 Which was the sonne of Matthat, which was the sonne of Leui, which was the sonne of Melchi, which was the sonne of Ianna, which was the sonne of Ioseph,
25 Which was the sonne of Matthathias, which was the sonne of Amos, which was the sonne of Naum, which was the sonne of Eli, which was the sonne of Nagge,
26 Which was the sonne of Maath, which was the sonne of Matthathias, which was the sonne of Semei, which was the sonne of Ioseph, which was the sonne of Iuda,
27 Which was the sonne of Ioanna, which was the sonne of Rhesa, which was the sonne of Zorobabel, which was

[Christ his genealogie.]

the sonne of Salathiel, which was the sonne of Neri,
28 Which was the sonne of Melchi, which was the sonne of Addi, which was the sonne of Cosam, which was the sonne of Elmodam, which was the sonne of Er,
29 Which was the sonne of Iose, which was the sonne of Eliezer, which was the sonne of Iorim, which was the sonne of Matthat, which was the sonne of Leui,
30 Which was the sonne of Simeon, which was the sonne of Iuda, which was the sonne of Ioseph, which was the sonne of Ionan, which was the sonne of Eliakim,
31 Which was the sonne of Melea, which was the sonne of Menam, which was the sonne of Mattatha, which was the sonne of Nathan, which was the sonne of Dauid,
32 Which was the sonne of Iesse, which was the sonne of Obed, which was the sonne of Booz, which was the sonne of Salmon, which was the sonne of Nasson,
33 Which was the sonne of Aminadab, which was the sonne of Aram, which was the sonne of Esrom, which was the sonne of Phares, which was the sonne of Iuda,
34 Which was the sonne of Iacob, which was the sonne of Isaac, which was the sonne of Abraham, which was the sonne of Thara, which was the sonne of Nachor,
35 Which was the sonne of Saruch, which was the sonne of Ragau, which was the sonne of Phaleg, which was the sonne of Heber, which was the sonne of Sala,
36 Which was the sonne of Cainan, which was the sonne of Arphaxad, which was the sonne of Sem, which was the sonne of Noe, which was the sonne of Lamech,
37 Which was the sonne of Mathusala, which was the sonne of Enoch, which was the sonne of Iared, which was the sonne of Maleleel, which was the sonne of Cainan,
38 Which was the sonne of Enos, which was the sonne of Seth, which was the sonne of Adam, which was the sonne of God.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Genealogía de Jesús (ver Mat. 1:1-17)

Pero antes tenemos un pasaje que bien podría colocarse como una nota al pie en un libro moderno. El árbol genealógico de Jesús tiene su razón de ser en que establece que él era legalmente un descendiente de David (cf. 1:27, 32, 69) por medio de su relación con José y también demuestra que era parte de la raza humana. No es para mostrar que Jesús era el hijo de Dios por descender de Adán, ya que eso sería aplicable a todos los descendientes de Adán. El hecho de que la genealogía sea indicada a través de José no es un argumento contra el nacimiento virginal (cf. 2:27 nota).

La genealogía difiere de la de Mat. Está en el orden inverso y va más allá de Abraham hasta Adán y de ese modo coloca a Jesús en un contexto más amplio que Mat. Pero sobre todo contiene una lista de nombres muy diferente y más larga entre David y Jesús; sólo dos nombres (Zorobabel y Salatiel) son comunes a ambas listas. Las dos dan la descendencia de Jesús a través de su supuesto padre José (según se creía, v. 23). La teoría de que Luc. realmente da la genealogía de María más bien que la de José es improbable. La teoría que pre senta menos dificultades es la de que Mat. da los descendientes de David por la línea real (es decir, quién era el heredero del trono en un momento dado) mientras que Luc. da la línea particular a la que pertenecía José. Aun así hay problemas y, careciendo de más información, los problemas de explicación y armonización con Mat. siguen sin solución.

Notas. 23 El hijo de no implica una relación padre-hijo estricta sin saltos sobre generaciones, del mismo modo eso puede decirse de Mateo cuando habla del padre de; ambos árboles familiares contienen esos saltos sobre las generaciones. En vez de Elí Mateo tiene Jacob. 24 Es incierto si Matat debe identificarse con Matán (Mat. 1:15). 27 Zorobabel fue el líder de la comunidad judía después del regreso del exilio en Babilonia. En cuanto a Salatiel, ver Hag. 1:1, pero en 1 Crón. 3:19 (texto heb., no la LXX) el padre de Zorobabel es Pedaías. De acuerdo con 1 Crón. 3:17 Salatiel era el hijo de Joaquín (helenizado como Jeconías en Mat. 1:12) y no de Neri; quizá tuvo lugar una adopción.31 Este Natán no es el bien conocido profeta sino un hijo de David (2 Sam. 5:14). 32 Desde este versículo en adelante los nombres concuerdan con los de la versión griega del AT, excepto en diferencias menores de deletreo. Ver Gén. 5:1-32; 11:10-26; Rut 4:18-22; 1 Crón. 1:1-34; 2:1-15; 3:5-19. 36 Cainán aparece en la LXX pero no en el AT heb.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. "Herodes": ver nota Mat_14:1.

4-6. Isa_40:3-5. Ver nota Mat_3:3.

10-14. Estos versículos destacan la universalidad de la Salvación y su aspecto social.

12. "Publicanos": ver nota Mat_5:46.

22. Ver Sal_2:7; Isa_42:1. "Como una paloma": ver nota Mat_3:16.

23-38. La genealogía de Lucas va de hijos a padres, y es más universal que la de Mateo, ya que se remonta hasta Adán, cabeza de toda la humanidad. La de Mateo, en cambio, va de padres a hijos, y llega solamente hasta Abraham, padre del Pueblo judío.



Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

Las genealogías en la Sagrada Escritura no tienen como finalidad ser un registro pormenorizado de los ascendientes de una persona, sino que indican más bien su pertenencia a un grupo determinado (cfr nota a Mt 1,1-17). Así como Mateo subraya el carácter mesiánico de Nuestro Señor, Lucas resalta su misión como Salvador de todo el género humano y su carácter sacerdotal. Santo Tomás, siguiendo a San Agustín, ve en la genealogía de Lucas la enseñanza del sacerdocio de Cristo: «San Lucas, no desde el principio, sino después del Bautismo de Cristo, narra la genealogía en orden ascendente, como señalando al Sacerdote que expía los pecados en el momento en que Juan Bautista dio testimonio de él diciendo: He aquí el que quita los pecados del mundo. Y, ascendiendo por Abrahán llega hasta Dios, con quien nos reconciliamos, una vez limpios y purificados» (S. th. 3,31,3 ad 3).


La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Genealogía de Jesús. Mientras Mateo en su genealogía de Jesús, arranca desde Abrahán con la intención de mostrar a un Jesús «propiedad» del pueblo judío poniéndolo además en línea con David, Lucas arranca en sentido contrario: empieza por José y retrocede pasando por David y por Abrahán para llegar hasta Adán y de ahí remontarse hasta el mismo Dios. En tal sentido, Lucas no encasilla a Jesús en el pueblo hebreo, en el exclusivo pueblo de la alianza; para Lucas, Jesús es el fruto de un designio divino mucho más amplio, mucho más universal, que tiene sí una concreción en un punto determinado de la historia, del tiempo y del espacio, pero cuya misión y sus efectos van a tener resonancias cósmicas y universales.

Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)



La genealogía de San Lucas, lo mismo que la de San Mateo, es la de José. La divergencia entre ambos evangelistas, en principio, es fácil de explicar. Uno de los dos, si ya no los dos, a la generación natural juntan la legal, en virtud de la ley del levirato, o tal vez también de la adopción. Lo que hasta ahora no se ha explicado satisfactoriamente es, en concreto, cuál de los dos, y en qué forma, se refiere a la generación legal.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 3.1 El año quince: 28 ó 29 d.C.

[2] 3.1 Flp 3.5-6; y cf. Mt 22.23-33; Hch 23.6-8.

[3] 3.4-6 Is 40.3-5; Bar 5.7.

[4] 3.12 Lc 7.29.Véase Cobradores de impuestos en el Índice temático.

[5] 3.19-20 Véase Mc 6.17-18.

[6] 3.21-22 Cf. también Jn 1.31-34.

[7] 3.22 Cf. Sal 2.7; Is 42.1.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*3:23-37 En esta genealogía, que no coincide con la de Mat 1:1-17 ni en la orientación general ni en algunos nombres concretos, Jesús es presentado como hijo de Adán y de Dios, hermano, por tanto, de todos los hombres.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *Gn 11:10

Torres Amat (1825)



[4] Is 40, 3.