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Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. (Lucas 4, 32) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 04

c) Tentación de Jesús (Lc/04/01-13)

1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y, en el Espíritu, era guiado por el desierto 2a durante cuarenta días, siendo tentado por el diablo.

Jesús está lleno del Espíritu. Posee el Espíritu, no «con medida» (Joh_3:34), como los profetas, sino en toda su plenitud. Por eso está también plenamente bajo la guía de Dios (Joh_4:14). Lleva a cabo su peregrinación y su acción en armonía con el Espíritu que actúa en él, y con la virtud del mismo. El bautismo remite a la tentación y viceversa.

Jesús es guiado por el desierto en el Espíritu. En la extensión del desierto, vacía de hombres, nada le separa de Dios. Allí busca el silencio de la oración (5,16) y el trato a solas con el Padre. Como Hijo de Dios se deja guiar en el Espíritu. «Todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, éstos son hijos suyos» (Rom_8:14).

Jesús no es impelido al desierto por el Espíritu (Mar_1:12), sino que él mismo va. No es conducido por el Espíritu, sino que se deja guiar en el Espíritu. El Espíritu no actúa en él a la manera, digamos, como actuó en los jueces, en un Otoniel (Jdg_3:10), en un Gedeón (Jdg_6:34), en un Jefté (Jdg_11:29). Sobre ellos vino el Espíritu, los pertrechó para una gran obra y volvió a abandonarlos cuando ésta se vio cumplida. En Jesús actúa de otra manera. No es arrastrado por el Espíritu, sino que él mismo dispone del Espíritu. Jesús no posee sólo un don transitorio del Espíritu, sino que lo posee establemente, siempre, como nacido que es del Espíritu; por esto obra siempre en él y puede también comunicarlo a su Iglesia (Luk_24:49; Act_2:33).

La permanencia en el desierto duró cuarenta días. Durante este tiempo fue tentado por el diablo. Las tres tentaciones que se relatan hacen el efecto de ilustraciones de la constante lucha secreta con los adversarios. Jesús anuncia la soberanía de Dios y la aporta; con ello se ve también llamado a desplegar su mayor energía el adversario de la soberanía de Dios. Juntamente con el reino de los demonios se subleva contra la obra de Jesús que es causa de su destrucción.

2b No comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Díjole entonces el diablo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4 Pero Jesús le contestó: Escrito está: No de sólo pan vivirá el hombre.

Jesús, lleno y penetrado del Espíritu, vive sin comida ni bebida. Pasados los días del ayuno, tiene hambre. E1 diablo se sirve del hambre como tentación. Como diablo, como detractor que es, quiere trastornar las buenas relaciones entre Dios y Jesús, éste es siempre su plan. El tentador toma pie de la voz de Dios en el bautismo: Al fin y al cabo eres Hijo de Dios. Tú tienes poder ilimitado, con una palabra de autoridad puedes saciar tu hambre.

La réplica de Jesús pone de manifiesto en qué está la tentación: No de sólo pan vivirá el hombre. No se trata sólo de guardar y conservar lo terreno. Las palabras de la Escritura que cita Jesús están tomadas del libro del Deuteronomio (Act_8:3). Con estas palabras hace Moisés presente a su pueblo su maravilloso mantenimiento por Dios en el desierto: «él te afligió, te hizo pasar hambre, y te alimentó con el maná, que no conocieron tus padres, para que aprendieses que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de cuanto procede de la boca de Yahveh» (de lo que proviene de la palabra del Señor). Mediante el hambre hubo de ser educado el pueblo de Dios en la confianza en Dios y en la obediencia.

Jesús es Hijo de Dios; tiene plenos poderes. Si ahora su Padre le deja sufrir hambre, quiere llevarlo a la confianza y a la obediencia, pero no quiere que haga uso para su ventaja personal del poder que tiene como Hijo de Dios. Jesús es Hijo de Dios, pero en abatimiento, en humillación y en obediencia, es Mesías, pero a la vez siervo de Dios. El camino que conduce a la gloria mesiánica no es el del despliegue de poder, sino el de obedecer y de servir, el de escuchar y aguardar toda palabra que salga de la boca de Dios.

5 Y llevándole hacia una altura, le mostró en un momento todos los reinos del mundo. 6 Y le dijo el diablo: Te daré todo este poderío y el esplendor de estos reinos, porque me ha sido entregado, y se lo doy a quien yo quiera. 7 Si te postras, pues, delante de mí, todo eso será tuyo. 8 Pero Jesús le respondió: Escrito está: Adorarás al Señor tu Dios y a él solo darás culto.

El diablo aparece aquí como príncipe de este mundo ( Joh_12:31), como «dios de este mundo» (2Co_4:4), como antidiós pero en su soberbia debe al mismo tiempo confesar su dependencia. Todo esto me ha sido entregado... por Dios. No tiene plenos poderes propios, sino un poder que le ha sido transmitido, no es Dios, sino «mona de Dios». Conforme a la revelación, no hay otro Dios, Dios no tiene igual, él es el único: a él solo adorarás, a él solo darás culto.

En un abrir y cerrar de ojos presenta el tentador, como por encantamiento, ante los ojos de Jesús todos los reinos del mundo y su esplendor. ¡Un espejismo! Lo lleva a lo alto. ¿Dónde? ¿Lo eleva en éxtasis? Satán hace la misma oferta que Dios: «Tú eres mi Hijo, hoy te he engendrado yo. Pídeme y haré de las gentes tu heredad, te daré en posesión los confines de la tierra» (Psa_2:8; cf. Luk_3:22). También aquí resuena veladamente: Si eres Hijo de Dios.

Con el esplendor y la gloria que pone Satán ante los ojos de Jesús, pero que de hecho sólo es engaño y apariencia, quiere apartarle de Dios, hacerle abandonar a Dios, inducirle a negar la profesión fundamental de fe y la raíz de la vida religiosa de su pueblo. Al tentador opone Jesús la palabra de la Escritura: «Adorarás al Señor tu Dios y a él solo darás culto» (Deu_6:13). Jesús mantiene en pie la soberanía de Dios. él es siervo de Dios, no siervo de Satán.

9 Lo llevó luego a Jerusalén, lo puso sobre el alero del templo y le dijo: Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; 10 pues escrito esta. Mandará en tu favor a los ángeles para que te guarden cuidadosamente; 11 y también: Te tomarán en sus manos, no sea que tropiece tu pie con una piedra. 12 Pero Jesús le respondió: Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios.

El alero del templo es quizá un mirador que sobre el muro exterior del templo sobresalía sobre la calle. Allá es conducido Jesús. Se le invita a arrojarse abajo para hacer prueba de la protección de Dios que le está asegurada por la palabra misma de Dios (Psa_91:11), para cerciorarse de su elección, de su filiación divina, del poder que tiene de Dios y cerca de Dios.

Jesús descubre lo que significa tal requerimiento: tentar a Dios. Se trata de abusar de la protección prometida y así tentar a Dios, forzarle a intervenir en su favor. Jesús quiere servir a Dios, no servirse de él, disponer de él, quiere obedecerle, no sometérselo...

La tentación en el alero del templo de Jerusalén es la última según Lucas. Los caminos de Jesús llevan a Jerusalén; él tiene la mira puesta en Jerusalén (9,51). Allí muere y allí es glorificado, allí se humillará como siervo de Dios, será obediente hasta la muerte. Allí experimentará la protección de Dios en la forma más acabada, pues Dios le resucitará y exaltará. él no provoca esta exaltación protectora de Dios, sino que la aguarda.

Las tentaciones de Jesús son tentaciones mesiánicas. El adversario de la soberanía de Dios quiere hacer caer al Hijo de Dios, que ha sido ungido por Dios y es ahora armado para su obra mesiánica. Con todos los medios diabólicos: con compasión hipócrita, con artilugios y magia, trastocando la Sagrada Escritura quiere inducirlo a desobedecer a Dios. Las tres tentaciones repiten tres veces que Jesús se mantuvo obediente. En su calidad de segundo Adán es tentado como lo fue el primero. El primero falló, el segundo sale victorioso. «AI igual que por la desobediencia de un solo hombre la humanidad quedó constituida pecadora, así también por la obediencia de uno solo la humanidad quedará constituida justa» (Rom_5:19).

Las tentaciones de Jesús continúan en sus discípulos (cf. 22,28 ss). También la Iglesia vive en medio de estas tentaciones. Jesús levanta los ánimos cuando son tentados los discípulos, pues él también fue tentado. él muestra cómo hay que vencer las tentaciones: mediante la Sagrada Escritura, que es profesión de fe, oración y fuerza, la «espada del Espíritu» (Eph_6:17).

13 Y acabadas todas las tentaciones, el diablo se alejó hasta un tiempo señalado.

La acción de Jesús comienza con la victoria sobre el demonio. El tiempo de la salud, que es inaugurado por Jesús, es un tiempo en que se ve encadenado el demonio. Jesús dice: «Yo estaba viendo a Satán caer del cielo como un rayo» (Eph_10:18). No tiene ya poder hasta un tiempo señalado. El tiempo de Jesús es un tiempo exento de Satán. Donde actúa Jesús, tiene que retirarse el demonio; la victoria sobre el tentador se obtiene mediante la fiel adhesión a Jesús.

Pero sólo hasta un tiempo señalado suspende Satán las tentaciones de Jesús. Al comienzo de la historia de la pasión se lee: «Satán entró en Judas» (Eph_22:3). Los enemigos de Jesús tienen poder sobre él, porque se inicia el poder de las tinieblas (22,53). En tanto no había llegado su hora, era intangible para sus adversarios ( Luk_4:30; Joh_7:30.45; Joh_8:59). Jesús es clavado en la cruz por los príncipes de este mundo, pero precisamente con esta muerte que él acepta obediente como siervo de Dios que es, vence la soberanía de Satán (Cf. 1Co 2.6; Joh_12:31).

14 Por la fuerza del espíritu, volvió Jesús a Galilea.

La actividad mesiánica debía comenzar en Galilea, según el designio de Dios. En Galilea recibió Jesús la vida. En Galilea comienza el camino de su preparación mesiánica, en Galilea comienza también su obra mesiánica. El Espíritu Santo le ha dado la existencia, el Espíritu le dirige al Jordán y por el desierto; también el Espíritu le guía cuando lleva a cabo su obra mesiánica. Una obediencia humilde y la virtud del Espíritu Santo nos revelan el misterio de la acción de Jesús.

Parte segunda

ACTIVIDAD DE JESÚS EN GALILEA 4,14-8,50

I. COMIENZOS DE LA PREDICACIÓN (4,14-6,16).

Pedro dijo al centurión Cornelio: «Vosotros conocéis lo que ha venido a ser un acontecimiento en toda Judea, a partir de Galilea después del bautismo que Juan predicó: Jesús de Nazaret, cómo Dios lo ungió con Espíritu Santo y poder, y pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la región de los judíos...» (Act_10:37). Lo que aquí se resume en pocas frases acerca de la actividad de Jesús, es ilustrado en el evangelio. Tres veces comienza Lucas (Act_4:14; Act_5:12; Act_6:1) y tres veces cierra la actividad de Jesús con llamamientos de testigos 5,1 ss; 5,27 ss; 6,12 ss).

1. PRESENTACIÓN (4,14-5,11).

a) Epígrafe (Lc/04/14-15)

14 Por la fuerza del espíritu, volvió Jesús a Galilea, y las noticias sobre él se difundieron por toda la región.

En el Jordán es Jesús «ungido con Espíritu Santo y con poder»; por la fuerza de este Espíritu comienza su acción, como había comenzado su vida por la virtud del Espíritu. El Espíritu lo dirige a Galilea; allí había comenzado su vida. El ángel había sido enviado por Dios a una ciudad de Galilea (1,26). En Galilea comienza también su acción. En la despreciada «Galilea de los gentiles» brota la salvación por la virtud del Espíritu. La acción en virtud del Espíritu causa admiración y fama, que se extiende por toda la región circundante. El Espíritu extiende ampliamente su acción; su virtud quiere transformar el mundo, santificarlo, ponerlo bajo la soberanía de Dios. La acción que comienza en Galilea se extenderá hasta los confines de la tierra. Cuando Jesús haya alcanzado en Jerusalén la meta de su actividad que comienza en Galilea, partirán los discípulos en la virtud del Espíritu, y la noticia de Jesús llenará el mundo entero.

15 Enseñaba en las sinagogas de ellos, con gran aplauso por parte de todos.

La primera actividad de Jesús consiste según Lucas en enseñar, según Marcos en proclamar al modo de un pregonero: «Se ha cumplido el tiempo; el reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la buena nueva» (Mar_1:14 s). Lucas piensa: con la venida de Jesús está ya presente el tiempo de la salvación: Jesús no lo proclama como pregonero, sino que enseña lo que es y lo que aporta este tiempo de salvación.

Las sinagogas con su liturgia semanal de la palabra y de oración son el sitio indicado para la actividad docente de Jesús. Su doctrina es también exposición de la Escritura; ahora se cumplen las predicciones y promesas proféticas. Los apóstoles procederán como Jesús cuando lleven al mundo la palabra de Dios, comenzando por las sinagogas proclamarán el cumplimiento de las promesas (cf. Act_13:16-41).

En todas partes adonde llega la fama de Jesús, comienza su glorificación; su fama tiene por eco sus alabanzas. El espacio adonde se extenderá su fama será el mundo entero; todos, todos literalmente, le glorificarán. El Espíritu de Dios no descansa hasta que «toda lengua confiese que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre» (Phi_2:11). La palabra de Dios se lanza a la carrera para la glorificación de Dios.

b) En Nazaret (Lc/04/16-30)

16 Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según lo tenía por costumbre entró en la sinagoga el día de sábado y se levantó a leer. 17 Le entregaron el libro del profeta Isaías; lo abrió y encontró el pasaje en que estaba escrito: ...

En una ciudad de Galilea llamada Nazaret (Phi_1:26) fue concebido Jesús, fue criado, llegó a ser hombre y hubo de comenzar su obra según la voluntad del Espíritu. Sus comienzos recibieron la impronta de esta ciudad, que carecía de importancia y era incrédula, que se escandalizó de su mensaje y trató de quitarle la vida. Sus comienzos son comienzos de la nada, de la incredulidad, del pecado, de la repulsa... Y sin embargo comenzó.

Jesús comenzó por lo que era usanza consagrada en la liturgia de la sinagoga, el sábado, en el orden del rito observado en el culto. «Nació bajo la ley» (Gal_4:4), como lo ha mostrado el relato de la infancia. Su tiempo es tiempo del cumplimiento de todas las predicciones y promesas. La historia de la salvación no destruye lo comenzado, sino que lo lleva a su perfección última.

En la liturgia del sábado se recitaban oraciones y se leía la Sagrada Escritura. Los libros de la ley (los cinco libros de Moisés) se leían en forma continuada, los libros proféticos estaban dejados a la libre elección. Todo israelita varón tenía el derecho de ejecutar esta lectura y de añadirle una exposición, unas palabras de exhortación. Como señal de que quería hacer uso de tal derecho se levantaba de su asiento. Jesús se puso en pie. Con esto comienza el ritual de la lectura de la Escritura, que la rodea como un marco, como el engaste rodea a la piedra preciosa. Lucas describe hasta los últimos detalles del ceremonial: le fue entregado el libro del profeta Isaías; él lo abrió. Acaba la lectura, enrolló el libro, lo entregó al ayudante y se sentó. Jesús se amolda al ritual. La Escritura contiene la palabra de Dios; por eso merece respeto y se debe tratar santamente.

El pasaje que leyó estaba tomado del libro del profeta Isaías. Jesús lo halló, no casualmente, sino bajo la guía del Espíritu Santo, con el que estaba ungido y en cuya virtud obraba. Isaías era el profeta de los que aguardaban en tiempos de Jesús. María lo oyó en la anunciación, Simeón se inspiró en él, el Bautista reconoce por él su misión, con él reanimaban las gentes de Qumrán. También Jesús expresa su misión por medio de él.

18 El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió para anunciar la buena nueva a los pobres; me envió a proclamar libertad u los cautivos y recuperación de la vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos, 19 a proclamar un año de gracia del Señor.

Las palabras son de Isaías 61,1s. Sólo se ha cambiado una línea. «A poner en libertad a los oprimidos» (Isa_58:6) está en lugar de «para sanar a los de corazón quebrantado». Con esta modificación queda muy bien articulado todo el pasaje. La primera y la segunda línea hablan de dotación con el Espíritu y de encargo recibido de Dios; las otras cuatro líneas hablan de la obra del portador de la salvación. La primera y la última línea y las dos del medio se corresponden; la primera y la última hablan del anuncio y del mensaje, las del medio, de la actividad salvífica del Señor. El portador de salvación actúa de palabra y de obra, es salvador y mensajero de victoria.

La salvación se dirige a los pobres. El tiempo de salvación que anuncia el profeta es un año de gracia, como el año del jubileo, del que se dice: «Santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis la libertad por toda la tierra para todos los habitantes de ella. Será para vosotros jubileo, y cada uno de vosotros recobrará su propiedad, que volverá a su familia» (Lev_25:10. Restauración del orden divino).

20 Enrolló luego el libro, lo entregó al ayudante y se sentó. En la sinagoga, todos tenían los ojos clavados en él. 21 Entonces comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura escuchado por vosotros.

A la lectura de la Escritura sigue la instrucción (Act_13:15). Está comprendida en una frase lapidaria de gran fuerza y énfasis. Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura. En cabeza de la frase está el «hoy» (Cf. Luk_2:11; Luk_19:5.9; Luk_23:43; 2Co_3:14; Hab_4:7), al que habían mirado los profetas, en el que se cifraban los grandes anhelos: ahora está presente. Mientras pronuncia Jesús estas palabras, se inicia el suspirado año de gracia. El tiempo de salvación es proclamado y traído por Jesús. Es lo increíblemente nuevo de esta hora. Las piadosas usanzas y las palabras de la Escritura, que eran promesa tienen ahora cumplimiento.

Escuchado por vosotros. Que ha comenzado el tiempo de salvación y que ya está presente el portador de ella, es algo que sólo se puede saber mediante la audición de este mensaje; no se ve ni se experimenta. El mensaje exige la fe, la fe viene de oír, es respuesta a una interpelación.

La predicción que ahora se cumple es el programa de Jesús, que no lo ha elegido él mismo, sino que le ha sido prefijado por Dios. él es enviado por Dios; por medio de él visita Dios mismo a los hombres. Hoy ha tenido lugar la visita salvadora, que no se debe desperdiciar.

Jesús actúa de palabra y de obra, enseñando y sanando. El tiempo de gracia ha alboreado para los pobres, los cautivos y los oprimidos. Precisamente el Jesús del Evangelio de san Lucas es el salvador de estos oprimidos. El gran presente que hace Jesús es la libertad: liberación de la ceguera del cuerpo y del espíritu, liberación de la pobreza y de la servidumbre, liberación del pecado.

En tanto mora Jesús en la tierra, dura el apacible y suspirado «año de gracia del Señor». En él tenían puestos los ojos las gentes antes de Jesús, hacia él vuelve la Iglesia los ojos. Es el centro de la historia, la más grande de las grandes gestas de Dios. En el gozo y en el esplendor de este año queda sumergido lo que Isaías había dicho también sobre este año: «Para publicar el año de perdón de Yahveh y el día de la venganza de nuestro Dios» (Isa_61:2). El Mesías es ante todo y por encima de todo el que imparte la salvación, y no el juez que condena.

22 Y todos se manifestaban en su favor y se maravillaban de las palabras llenas de gracia salidas de su boca, y decían: ¿Pero no es éste el hijo de José?

Jesús había crecido en gracia ante Dios y ante los hombres (Isa_2:52). Ahora se hallaba en pie ante ellos el que, venido al final del tiempo de la preparación, había sido ungido con el Espíritu y había comenzado a cumplir su misión. La gracia de Dios había llegado a su plena eclosión. Todos se manifestaban en su favor, testimoniando que sus palabras expresaban la gracia de Dios y suscitaban la gracia de los hombres. «La gracia salvadora de Dios se ha manifestado a todos los hombres» (Tit_2:11). «Dios estaba con él» (Act_10:38). Esta es la primera impresión y la primera vivencia de quien conoce a Jesús. Así lo experimentaron Nazaret y Galilea, como lo experimentan todavía hoy los niños, los que están exentos de prejuicios o los que ansían la salvación, cuando se acercan al Evangelio de Jesús. Sin embargo, en el momento siguiente, surge el escándalo: ¿Pero no es éste el hijo de José? Lo humano de su existencia es ocasión de escándalo, su palabra, que era estimulante se hace irritante. Se acoge con aplauso el mensaje, pero se recusa al portador de la salvación contenida en el mensaje. De lo humano, en que se revela la gracia de Dios, nace la repulsa. El hombre se exaspera porque un hombre pretende que se le escuche como a enviado de Dios.

La patria de Jesús lo recusa, porque es un compatriota y no acredita su pretensión de ser salvador enviado por Dios. Mucho más escándalo suscitará su muerte. El mismo escándalo suscitan los apóstoles, la Iglesia y quienquiera que siendo hombre proclama el mensaje de Dios.

23 Entonces él les dijo: Seguramente me diréis este proverbio: Médico, cúrate a ti mismo; haz también aquí, en tu tierra, todo lo que hemos oído que hiciste en Cafarnaúm. 24 Y añadió: Os lo aseguro: Ningún profeta es bien acogido en su tierra.

Los nazarenos quieren una señal de que Jesús es el salvador prometido. Una vez más asoma la exigencia de signos. El hombre se sitúa ante Dios formulando exigencias: exige que Dios acredite la misión de su profeta en la forma que agrada al hombre. Ahora bien, ¿se ha de inclinar Dios ante el hombre? Dios da la salud, pero sólo al que se le inclina con obediencia de fe y aguarda en silencio. Dios exige la fe, el sí con que se reconozcan sus disposiciones. Pero los nazarenos no creían, no tenían fe (Mar_6:6).

Es que Jesús, según el modo de ver humano, debía acreditarse también en su patria con milagros, como los había hecho en Cafarnaum. El médico que no puede curarse a sí mismo se juega su prestigio y destruye la confianza y la fe que se había depositado en él. ¿De qué le sirve su capacidad si ni siquiera se la sabe aplicar a sí mismo? Los nazarenos desconocen a Jesús porque juzgan con criterios puramente humanos. Jesús es profeta y obra por encargo de Dios. Su modo de obrar no está pendiente de lo que exijan los nazarenos; él no emprende lo que le aprovecha personalmente, sino únicamente lo que Dios quiere que haga.

Las sugerencias de los nazarenos eran las sugerencias del tentador. Los nazarenos desconocen a Jesús porque no reconocen su misión divina.

25 Os digo de verdad: Muchas viudas había en lsrael en tiempos de Elías, cuando el cielo se cerró a la lluvia durante tres años y seis meses, de suerte que sobrevino una gran hambre por toda la región: 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a Sarepta de Sidón, a una mujer viuda. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue curado. sino Naamán, el sirio.

El profeta no obra por propia decisión, sino conforme a la disposición de Dios que lo ha enviado. Acerca de los dos profetas Elías y Eliseo dispuso que no prestaran su ayuda maravillosa a sus paisanos, sino a gentiles extranjeros. Jesús no debe llevar a cabo los hechos salvíficos en su patria, sino que debe dirigirse a país extraño. Dios conserva su libertad en la distribución de sus bienes.

Los nazarenos no tienen el menor derecho a formular exigencias de salvación por ser compatriotas del portador de la misma y por tener parentesco con él. Israel no tiene derecho a la salvación por el hecho de que el Mesías es de su raza. La soberanía de Dios, que Jesús proclama y aporta, salva a los hombres objeto de su complacencia. La salvación es gracia. Elías (*) y Eliseo hacen en favor de extranjeros los milagros de resucitar muertos y de curar de la lepra. Jesús resucitará a un muerto en Naím (Mar_7:11 ss) y librará de la lepra a un samaritano (Mar_17:12 ss). Lo que decide no son los vínculos nacionales, sino la gracia de Dios y el ansia de salvación, acompañada de fe. Jesús comienza por anunciar el mensaje de salvación a sus paisanos, pero una vez que éstos lo rechazan, se dirige a los extraños. Pablo y Bernabé dicen a los judíos: «A vosotros teníamos que dirigir primero la palabra de Dios; pero en vista de que la rechazáis y no os juzgáis dignos de la vida eterna, nos dirigimos a los gentiles» (Act_13:46 s).

Jesús reanuda la acción de los grandes profetas. La impresión que dejó Jesús en el pueblo se expresa así: «Fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo» (24.19). Por medio de Jesús visita Dios misericordiosamente a su pueblo, como lo había hecho por medio de los profetas. Pero la suerte de los profetas es también la suerte de Jesús.

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* Según 1Ki_18:1 no llegó la sequía a los tres años; de tres años y medio habla también Jam_5:17. Se redondean los números como en la literatura judía.

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28 Cuando lo oyeron, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de indignación; 29 se levantaron y lo sacaron fuera de la ciudad, y lo llevaron hasta un precipicio de la colina sobre la que estaba edificada su ciudad, con intención de despeñarlo. 30 Pero él, pasando en medio de ellos, se fue.

El que se presenta como profeta debe acreditarse con signos y milagros (Deu_13:2 s). Jesús no se acredita. Por esto se creen los nazarenos obligados a condenarlo y a lapidarlo como a blasfemo. El castigo por blasfemia se iniciaba de esta manera: el culpable era empujado por la espalda desde una altura por el primer testigo. La entera asamblea se constituye aquí en juez de Jesús, lo condena y quiere ejecutar inmediatamente la sentencia. Se anuncia ya el fracaso de Jesús en su pueblo. Es expulsado de la comunidad de su pueblo, condenado como blasfemo y entregado a la muerte.

En este caso, sin embargo, Jesús escapa al furor de sus paisanos. No hace milagro alguno, pero nadie pone las manos sobre él. No ha llegado todavía la hora de su muerte. Dios es quien dispone de su vida y de su muerte. Ni siquiera la muerte de Jesús puede impedir que sea resucitado, que vaya al Padre, que viva y ejerza su acción para siempre. Jesús abandona definitivamente a Nazaret y emprende el camino hacia los extraños. No los paisanos, sino extraños serán los testigos de las grandes obras de Dios por Jesús. Dios puede sacar de las piedras del desierto hijos de Abraham.

Lo sucedido en Nazaret fue puesto por Lucas en cabeza de la actividad de Jesús. Es la obertura de la acción de Jesús. Se insinúan en ella numerosos motivos, que luego se registran y se desarrollan en el Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles...

c) En CAFARNAÚN (Lc/04/31-44)

31 Bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea. Y los sábados se ponía a enseñarles. 32 Y se quedaban atónitos de su manera de enseñar, porque su palabra iba revestida de autoridad.

Nazaret está situada sobre una colina, CAFARNAÚN a la orilla del lago. Jesús bajó. Una vez que ha sido repudiado por su ciudad natal, en la que se había criado, elige una ciudad extraña, CAFARNAÚN, como su nueva patria (Mat_4:13). La palabra de Dios parte de Galilea. No sin razón se llama a CAFARNAÚN ciudad de Galilea. En Galilea se reúnen los primeros discípulos, los testigos de la Iglesia; se los llama también «galileos» (Act_2:7). Los planes salvíficos de Dios alcanzan lo que quieren, aun a pesar del repudio de los hombres.

En CAFARNAÚN actúa Jesús de la misma manera que en Nazaret. Enseña el sábado en la sinagoga durante la liturgia e interpreta la Escritura en el nuevo sentido del cumplimiento actual de las promesas. Su enseñanza impone y causa asombro. La palabra de Jesús tiene poder, autoridad, pues Jesús habla en la virtud del Espíritu. La palabra de Dios es fuerza creadora. «La palabra de Dios es viva y operante» (Heb_4:12).

33 Había en la sinagoga un hombre que tenía espíritu de demonio impuro y que comenzó a gritar a grandes voces: 34 ¡Eh!. ¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús Nazareno? Yo sé bien quién eres: el santo de Dios.

A la palabra llena de autoridad se añade la acción poderosa. El espíritu que dominaba al poseso era un espíritu maligno, un demonio que vuelve impuros a los que domina. La imagen de los posesos que trazan los evangelistas no responde exactamente a la de enfermos mentales. Los malos espíritus ejercen influjo en los hombres. En los posesos se manifiesta a fin de cuentas cuál es el estado de] hombre sin redención.

El demonio no puede soportar la presencia de Jesús. El poseso, impelido por el mal espíritu, grita a grandes voces. Jesús de Nazaret, el «santo de Dios», y los espíritus impuros forman un contraste inconciliable. El tiempo de la salud que ahora se anuncia trae la ruina de los malos espíritus.

El mal espíritu hace una profesión de fe acabada: Jesús de Nazaret, el santo de Dios (Joh_6:69). El santo de Dios es el Mesías. «El que nacerá de ti será santo, será llamado Hijo de Dios» (Joh_1:35).

Jesús de Nazaret es llamado «el santo de Dios» por los ángeles del cielo y por los demonios del infierno. ¿Y por los hombres? «Dios lo exaltó, y le concedió el nombre que está sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en el abismo, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre» (Phi_2:9 ss). ¡Qué camino para que los hombres le confiesen!

35 Pero Jesús le increpó: Enmudece y sal de este hombre. Entonces el demonio, echándolo por tierra delante de ellos, salió de él, sin haberle causado ningún daño.

Las amenazas de Jesús tienen fuerza divina. «Las columnas del cielo tiemblan y se estremecen a una amenaza suya» ( Job_26:11). También los demonios tienen que inclinarse ante Jesús, que pronuncia contra ellos la amenaza de Dios.

La profesión de fe del demonio es rechazada. «La fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Más aún, alguno dirá: Tú tienes fe, yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré por las obras mi fe. ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios creen y tiemblan» (Jam_2:17-20). La profesión de fe debe ir acompañada de obras que agraden a Dios y de la alabanza de Dios.

El demonio se resiste, pero de nada le sirve su arrebato. No puede causar ningún daño. Lucas usa una expresión médica. Aprecia el alcance de lo que ha hecho Jesús. Jesús tiene fuerza sobrehumana. Una fuerza que sobrepuja incluso las fuerzas demoníacas. Dios obra por él, el santo de Dios, por el cual Dios se demuestra como el santo, el completamente otro, el poderoso.

36 Todos quedaron llenos de estupor y lo comentaban unos con otros diciendo: ¿Qué palabra es esta, que manda con autoridad y fuerza a los espíritus impuros, y salen? 37 Y su fama se extendía por todos los lugares de la comarca.

La acción poderosa de Jesús infunde asombro y respeto. Las gentes hablan sólo entre sí, «unos con otros». La emoción les impide hablar alto. La admiración, el asombro, el sobrecogimiento, el silencio respetuoso son pasos preparatorios para la fe, son el camino del reconocimiento de Dios y de su revelación.

Lo que se admira es la palabra. La palabra de Jesús tiene fuerza y autoridad, tiene poder divino. ¿Qué clase de palabra es ésta? Preguntar con asombro es el camino que lleva al conocimiento de Jesús.

La palabra poderosa halla eco. Su fama se extiende por todos los lugares de la comarca. La palabra tiende a extenderse, quiere llenar espacios cada vez mayores. El eco de la palabra de Jesús es la alabanza de Jesús por los hombres.

38 Salió de la sinagoga y entró en casa de Simón. La suegra de Simón se encontraba atacada de fiebre grande y le suplicaron por ella. 39 E inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y ésta se le quitó. Inmediatamente ella se levantó y les servía.

La enferma está acostada en una estera. Jesús se acerca como un médico a su cabecera. Se inclinó sobre ella. La misma palabra conminatoria que al demonio se dirige también a la fiebre. La palabra produce efecto. Inmediatamente sobreviene la curación. Nada puede oponerse a la palabra de Dios, pronunciada por Jesús.

La suegra de Simón, una vez curada, sirve a la mesa. Se organiza una comida, y la que ha sido curada la sirve. La enfermedad había desaparecido al instante y totalmente. En CAFARNAÚN, en casa de Simón, halla Jesús un nuevo hogar. «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica» (8,21). La casa de Simón se equipara a la sinagoga. Aquí, como allí, lleva a cabo la palabra de Dios las obras salvíficas. La palabra sale de la sinagoga y pasa a las casas de los hombres.

40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaron a él; entonces él les iba imponiendo las manos a cada uno y los curaba. 41 También los demonios salían de muchos, gritando así: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él les increpaba y no les permitía decir eso, porque sabían que él era el Mesías.

Expresamente se dice que Jesús es el Salvador de todos en todas las cosas. «Todos han de ver la salvación de Dios»: así lo había anunciado el Bautista. La gracia de Dios desborda en Jesús. A cada uno de ellos les iba imponiendo las manos. La curación se efectúa por la virtud del Espíritu al que Jesús poseía. La imposición de manos es comunicación de la fuerza que hay en él y que sana. A cada uno imponía las manos. Con esto se expresa la bondad de Jesús: se interesa por todos al interesarse por cada uno. Los demonios se resisten a Jesús. Gritando su nombre quieren desvirtuarlo. En la antigüedad se creía que se podía expulsar al demonio pronunciando su nombre. La magia del nombre que los hombres emplean contra los demonios, dirigen éstos contra Jesús. En la lucha que se desencadena entre Jesús y los demonios una vez que se ha iniciado el tiempo de salvación, sale Cristo triunfante, pese a todas las intentonas de los poderes diabólicos.

La grandeza de Jesús se muestra en el título de Hijo de Dios; se le da este título porque él es el Mesías (el Ungido). Cristo fue desde un principio ungido con el Espíritu, por lo cual se llama también Hijo de Dios (1,35). Pero Jesús no los dejó hablar. No quiere recibir la confesión de demonios. La confesión de que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías, el santo de Dios, se alcanzará por el camino de la muerte de Cristo (Phi_2:8 ss). La imposición de las manos y la palabra son las manifestaciones de poder del Espíritu que obra en Cristo.

42 Cuando amaneció, salió y se fue a un lugar desierto. Las multitudes lo andaban buscando; llegaron hasta él e intentaban retenerlo, para que no se alejara de ellos. 43 Pero él les dijo: También a otras ciudades tengo que anunciar la buena nueva del reino de Dios, pues para esto he sido enviado. 44 E iba predicando por las sinagogas de Judea.

Jesús no deja que le retengan en CAFARNAÚN. Su vida es una peregrinación. Dos veces se expresa esto. Marcos habla de la oración de Jesús en la montaña (Mar_1:35), Lucas gusta de referirse a la oración solitaria de Jesús; pero en esta ocasión renuncia Lucas a hablar de ello. Jesús camina sin demora. La palabra necesita extenderse. Jesús no permite que nadie ni nada le detenga.

Jesús no puede atarse a una ciudad. Tiene que caminar. Esta es su misión, tal es la necesidad que impone el designio divino. La palabra de Dios es para él un encargo que le impele a buscar amplios horizontes. Ni las ventajas personales ni las muchedumbres del pueblo deciden de su vida, sino únicamente la palabra, en último término Dios.

La acción de Jesús consiste en proclamar la buena nueva de que el reino de Dios está presente. Esta nueva debe llenar la tierra entera de los judíos. El campo de acción se extiende: de Nazaret a CAFARNAÚN y a la región circundante, de aquí a Judea, nombre con que se designa la tierra entera de Palestina. En todas las sinagogas resuena su mensaje, pero sólo en las sinagogas, en el pueblo de Israel. Sólo cuando sea exaltado, se verá enteramente libre de limites su proclamación.

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)



52 (D) Jesús, Hijo y Siervo de Dios, vence al diablo (4,1-13). Lucas, que basa su relato en Mc y Q, cambia el orden de las tentaciones y ubica la última en Jerusalén. Cuando Jesús esté sobre la cruz, en Jerusalén, volverá a encontrar tentaciones como las de 4,1-13 (cf.23,34b-39) y de nuevo las vencerá, a ellas y al mal, mediante su fe. Cf. J. Neyrey, The Passion According to Luke (TI, Nueva York 1985) 156-92. Las especulaciones sobre el final del tiempo incluían el elemento mítico de la derrota del diablo (AsMo 10,1; l Hen 69,29). Lucas manifiesta también este tipo de pensamiento en 10,17-20; 11,22; 22,3.53; Hch 10,38; 26,18, que son pasajes donde describe el ministerio de Jesús y de la Iglesia. Dado que 4,1-13 contiene este modo de pensamiento mítico, resulta difícil evaluar su historicidad. Es plausible que Jesús utilizase estos patrones de pensamiento apocalíptico de su época para hablar a sus discípulos de las pruebas a las que se vio enfrentada su fe, generadas por los conflictos que encontró en su predicación del reino. Además del mensaje cristológico que hay en ellas, Jesús, Hijo y Siervo, es el paradigma de la nueva humanidad que vence al mal mediante el Espíritu y la fe obediente, encontramos también un mensaje eclesiológico. La confianza y la fe en la bondad de su Dios y Padre, y en la palabra de Dios como el armamento más seguro en todo conflicto (cf. Ef 6,17), son un modelo para todos los cristianos, que también están dotados con el Espíritu Santo.

53 1. lleno de Espíritu Santo: Esta proposición aparece solamente aquí y en Hch 6,5 y 7,55 (Esteban) y 11,24 (Bernabé). Jesús es el modelo para los cristianos amenazados, del Jordán: Clara conexión con el bautismo de Jesús en el Jordán (3,21-22), en que se reveló como Hijo y Siervo, conducido por el Espíritu: El Espíritu, otorgado a Jesús en su bautismo, no lo conduce a la tentación, sino que es el poder que lo sostiene durante ella. Una parecida tradición bautismal puede hallarse tras Rom 8,14. en el desierto: Tal vez una referencia al desierto de Judá. En 8,29 y 11,24, el desierto es el lugar donde habitan los demonios. No parece percibirse ninguna referencia a la experiencia de desierto de Israel. 2. cuarenta días: En la tradición bíblica, «cuarenta» equivale a un periodo suficientemente largo de tiempo (cf. Jon 3,4). Pero es Mateo, no Lucas, quien evocará la experiencia de desierto de Israel (cf. Mt 4,2 y Éx 34,28) en su relato de las tentaciones de Jesús. En Lucas, Jesús no es ni un nuevo Moisés ni tampoco un nuevo Israel. tentado por el diablo: A diferencia de Mateo, que mezcla en su relato «Satán» y «diablo», Lucas se refiere al fiscal de Dios (cf. Job 1-2) considerado como diabolos. El destino de Jesús como Hijo y Siervo es desafiado por los riesgos y ambigüedades de la existencia humana cotidiana, no comió nada: No se trata de un ayuno penitencial. Tampoco hay referencia alguna a la experiencia de Israel en el desierto, en el que permaneció 40 años, no 40 días. El ayuno es símbolo de la plenitud de Espíritu que posee Jesús, y de su impotencia, contingencia y humillación ante un Dios omnipotente que, generosamente, da y mantiene la vida. Cf. J. F. Wimmer, Fasting in the New Testament (TI, Nueva York 1982). 3. si eres Hijo de Dios: Tanto aquí como en el v. 9, Jesús es llamado «Hijo de Dios», una clara referencia a su bautismo (3,22) y a «Adán, hijo de Dios» (3,28). Jesús, Hijo y Siervo de Dios, que cumple el plan de Dios en la creación y en la historia de Israel (3,23-38), es fiel al plan divino, mientras que ni Adán ni Israel lo fueron, esta piedra: Lucas, de forma más realista que Mateo, menciona sólo una piedra. No se imagina la transformación del desierto rocoso de Judá en una panadería. 4. no sólo de pan vive el hombre: Al estar sin alimentarse durante tanto tiempo, el ser humano Jesús está, obviamente, hambriento, y es vulnerable a la tentación del diablo. La respuesta de Jesús al diablo está tomada de Dt 8,3. Sus respuestas posteriores en los vv. 8 y 12 también están tomadas del Deuteronomio (6,13.16). Jesús combate al diablo con las armas de la palabra poderosa de Dios, tal como se hallaba en la madura reflexión de Israel sobre la experiencia del éxodo, donde aprendió la fidelidad a la promesa, la soberanía y la misericordia de Dios, y lo que se exigía al pueblo elegido de la alianza. Jesús, provisto con el Espíritu de Dios y capaz de proveerse alimento para sí mismo, confía en su Dios soberano y bondadoso, que le da la vida y el alimento. La obediencia de Jesús como Hijo, simbolizada en el ayuno, se expresa ahora verbalmente. Jesús confía en que su Padre lo sostendrá en todos los conflictos y pruebas. 5. llevándole: El texto no es claro. Parece que Lucas ha suprimido «montaña» y ha añadido «en un instante» para dar una visión más realista de la tentación. No hay montaña alguna desde la que Jesús pudiera haber visto todos los reinos de la tierra. Sólo podría verlos como «en un abrir y cerrar de ojos». 6. poder: El poder en sentido político (exousia) es característico de Lucas (cf. 20,20; 23,7). 8. está escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto: Jesús cita Dt 6,13. El diablo ataca el ayuno de Jesús desde otro ángulo. Remitiendo a la experiencia de Israel del celo de Dios por el pueblo elegido, Jesús verbaliza de nuevo lo que para él significa el ayuno: su Dios es el único sustento de la vida auténtica. Mediante su referencia al «poder político» en el v. 6, Lucas puede estar remitiendo también a una de las dimensiones de la servidumbre de Jesús. En 22,24-27, Jesús, obediente a la voluntad de su Padre, es el Siervo que manda a sus discípulos desechar el poder político como modelo de servidumbre. 9. Jerusalén: El orden lucano hace de ésta la última tentación. En Jerusalén, Jesús culmina su exodus (cf. 9,31) hacia Dios a través de la cruz, muerte, resurrección y ascensión, como obediencia a la voluntad y al plan del Padre. En Jerusalén, Satán se apodera de Judas (22,3); en Jerusalén, actúan poderosamente las potencias de la oscuridad (22,53). Hijo de Dios: cf. el paralelo del v. 3. De nuevo encontramos una referencia a 3,22 y 3,38.

54 10-11. está escrito: El diablo utiliza ahora las mismas armas de Jesús y cita la Escritura (Sal 91) en un intento de probar al Jesús en ayunas que Dios lo sostendrá igualmente si va por propia iniciativa a Jerusalén y realiza algo extraordinario. 12. no tentarás al Señor tu Dios: Obediente a la voluntad de Dios, Jesús cita Dt 6,16. De nuevo verbaliza Jesús el significado de su ayuno: El plan y la voluntad de Dios son categóricos, incluso aunque éstos impliquen el sufrimiento y la muerte ignominiosa del inocente Jesús en Jerusalén. 13. por un tiempo: El hecho de que el diablo se aparte de Jesús por un tiempo no significa que exista un periodo de inactividad diabólica entre las tentaciones y su llegada a Jerusalén (a pesar de lo que afirma Conzelmann, TL 50-51). En el desarrollo de su ministerio, Jesús seguirá encontrándose con las fuerzas del mal, que lo identificarán (4,41; 8,29), pero a las que vencerá. El conjunto 4,1-13 resulta así programático del ministerio de Jesús: Jesús, Hijo, Siervo y culminación humana del plan de Dios, superará la hostilidad a su misión mediante su fe obediente, y liberará a los hombres y las mujeres de la esclavitud del diablo (Hch 10,38).

55 (IV) Ministerio de Jesús en Galilea (4,14-9,50).
(A)Descripción previa del ministerio de Jesús en Galilea (4,14-15). por la fuerza del Espíritu: La proclamación del reino de Dios, con palabras y hechos, procede del Espíritu creador de Dios (cf. 3,21-22). a Galilea: Para Lucas no sólo tiene relevancia teológica Jerusalén (la ciudad del cumplimiento de la promesa de Dios), sino también Galilea. Galilea es el territorio donde Lucas comienza su descripción del significado del reino de Dios. Como J. Nützel ha observado (Jesús ais Offenbarer Gottes nach den lukanischen Schriften [FB 39, Wurzburgo 1980] 28-30) 4.14-44, esp. 4,43, presenta un potente sumario del ministerio de Jesús de la proclamación del reino de Dios en Galilea. Esta proclamación implica el cumplimiento de las promesas de Dios (4,16-30), el restablecimiento de la salud para hombres y mujeres, y la expulsión de demonios (4,31-44). Galilea es también el lugar donde convoca Jesús a los testigos de su ministerio (cf. Hch 1, 11; «hombres de Galilea»; 1,21-22: criterios para ser apóstol; 10,37-38: kerigma de Pedro sobre Jesús, cuya misión empezó en Galilea). Finalmente, Galilea es el lugar donde los discípulos no entienden ni la persona ni la misión de Jesús, pero se maravillan de sus poderosas acciones y disputan entre ellos sobre quién era el más importante (9,43-46). Una vez que sus ojos hayan sido abiertos por Jesús en su camino hacia la cruz (9,51-19,27), y por el Jesús crucificado y resucitado (24,45), comprenderán el papel de Jesús en el plan y voluntad de Dios, y ya no regresarán a Galilea (24,7, en contraste con Mc 16,7). Su viaje partirá desde Jerusalén en dirección hacia todas las naciones (24,47). Cf. R. J. Dillon, From Eye-Witnesses to Ministers of the Word (AnBib 82, Roma 1978) 37-38.

56 15. enseñaba: Lucas introduce uno de sus temas dominantes: la presentación de Jesús como maestro. En 14 ocasiones se predica de Jesús el vb. didaskein: 4,15.31; 5,3.17; 6,6; 11,1; 13,10.22.26; 19,47; 20,1.21; 21,37; 23,5; muchos de estos pasajes nos presentan a Jesús enseñando en la sinagoga y en el templo. A Jesús se llama didaskale en 13 ocasiones: 7,40; 8,49; 9,38; 10,25; 11,45; 12,13; 18,18; 19,39; 20,21.28.39; 21,7; 22,11. Y epistata 6 veces: 5,5; 8,24 (2 veces); 9,33.49; 17,13. Mediante este tema, Lucas subraya la autoridad que tiene Jesús para hablar al pueblo sobre Dios y su plan de salvación; también implica que, en cuanto maestro, tiene discípulos para quienes su proceder es normativo, sus sinagogas: Notemos que, con frecuencia, la cuestión sobre la identidad de Jesús se produce en una sinagoga, tanto en Lucas (p.ej., 4,16-30), como en Hechos (p.ej., 13,13-52). Mediante el motivo de la sinagoga, Lucas subraya que Jesús está en continuidad con las antiguas promesas de Dios. Pero también se producen persecuciones y hostilidades contra Jesús dentro de la sinagoga (p.ej., 4,16-30), y contra sus discípulos (p.ej., 12,11; 21,12; Hch 18,1-11). Jairo, un jefe de una sinagoga (8,41), acoge favorablemente a Jesús; otro, sin embargo, cuyo nombre desconocemos, le es claramente hostil (13,14). La comunidad lucana lucha por dialogar con sus hermanas y hermanos judíos sobre Jesús como aquel que cumple sus Escrituras comunes. La historia de Lc-Hch no es un relato ininterrumpido de los éxitos del camino de la palabra de Dios desde Galilea hasta Jerusalén, y desde aquí hasta los confines de la tierra. La cruz mitiga toda tendencia lucana a escribir una teología de gloria. Cf. Tiede, Pro(-)phecy and History.

57 (B) Jesús cumple las promesas de Dios a favor de todos (4,16-30). Este relato programático del ministerio de Jesús es un ejemplo fundamental del modo en el que Lucas ordena sus materiales de acuerdo con el principio teológico promesa -cumplimiento (cf. 1,1-4). Para la descripción de la predicación inaugural de Jesús, Lucas utilizó como una de sus fuentes Mc 6,1-6a, un pasaje que no describe el inicio del ministerio de Jesús. También utilizó materiales de la tradición en los vv. 23 y 25-27. Los vv. 17-21 y 28-30, que dejan traslucir motivos teológicos típicamente lucanos, proceden de su propia mano. Cf. FEL 425. 58 16. donde se había criado: Es importante, desde el principio, para la interpretación de la reacción de los habitantes en el problemático v. 22, que nos demos cuenta de que los compatriotas de Jesús en la oscura y diminuta Nazaret (cf. Jn 1,46) piensan que lo conocen totalmente, sinagoga: Parece que, durante el s. I d.C., el culto sinagogal del sábado consistía en el cántico de un salmo, la recitación del Shema Israel y las dieciocho bendiciones, una lectura de la Torá y otra de los Profetas, una homilía sobre el significado de estas lecturas, una bendición del presidente y la bendición sacerdotal de Nm 6,24-27. Es altamente controvertido si en esta época existía un ciclo trienal de lecturas, sábado: Éste es el primero de los seis incidentes provocados por la actividad de Jesús en día de sábado: cf. 4,31-37; 6,1-5; 6,6-11; 13,10-17; 14,1-6. Nos encontramos ante un relato programático para interpretar las actividades que Jesús realizaba en sábado: el sábado está subordinado a Jesús porque él es el cumplimiento escatológico de las promesas de Dios para el hambriento, el enfermo y el encarcelado. Cf. S. G. Wilson, Luke and the Law (SNTSMS 50, Cambridge 1983) 35. como era su costumbre: Lucas subraya la continuidad entre lo antiguo y lo nuevo; Jesús está en la línea de la mejor tradición de Israel.

59 17. encontró el pasaje: Nos hallamos ante la teología lucana de promesa-cumplimiento. Como el análisis de los vv. 18-19 dejará claro, este texto isaiano no se encontraba en ninguno de los rollos de la sinagoga. Es una composición artística, formada por la combinación de Is 61,1-2 e Is 58,6, que deja traslucir el colorido propio de la cristología lucana. 18-19. Este texto está formado por Is 61, la.b.d; 58,6d; 61,2a. En la cita de Is 61, que los esenios de Qumrán también se aplicaban (llQMelq), Lucas omite aquellos elementos que podrían espiritualizar el texto o restringir su focalización sobre el «verdadero» Israel. En este sentido, omite Is 61,1c: «a vendar los corazones rotos», y también Is 61,2b-3a: «(para anunciar) un día de venganza, para consolar a todos los que lloran, para darles a los afligidos de Sión gloria en lugar de ceniza». Añade Is 58,6, que se encuentra en un pasaje que describe el verdadero ayuno que Yahvé desea, referido a la liberación de los que estaban cargados de deudas. Cf. R. Albertz, ZNW 74 (1983) 182-206. Espíritu del Señor: Desde 1,35 y 3,22, el lector sabe que Jesús posee el Espíritu. Ahora se subraya la finalidad de ese don del Espíritu: beneficiar a los desgraciados por causas económicas, físicas y sociales, buena noticia a los pobres: Mediante su modificación de Is 61, esp. por la introducción de Is 58,6, Lucas muestra que el término «el pobre» no debe interpretarse metafóricamente como el «Israel necesitado», objeto del favor de Dios cuando acontezca la «nueva restauración». Lucas intensificará este mensaje universalista en los vv. 25-27. Como dejará claro el análisis de 6,20-26; 7,22 y 14,13.21, es en este contexto en el que debemos interpretar el sentido de «pobre», liberar a los encarcelados: Aveces, es(-)te aspecto del ministerio de Jesús parece cum(-)plirse en 13,10-17 y 23,39-43, pero resulta mucho mejor considerarlo como una referencia a los que están encarcelados a causa de las deudas. Jesús se dirigirá a los presuntos responsables de estos encarcelamientos en 6,35.37. La imagen del jubileo bíblico aparece también en la superficie de esta frase. El año jubilar se celebraba cada cincuenta años. En este año, los campos se dejaban en barbecho, las personas regresaban a sus casas, las deudas eran canceladas y los esclavos liberados. La imagen que subyace tras todo esto es la de la restauración, nuevo comienzo, fe en la soberanía de Dios, y la convicción de que las estructuras económicas y sociales debían reflejar el reino de Dios. Cf. S. H. Ringe, Jesús, Liberation, and the Biblical Jubilee (OBT, Filadelfia 1985); R. B. Sloan, The Favorable Year of the Lord (Austin 1977). En griego «liberar» se dice aphesis. La versión LXX de Lv 25,10 utiliza aphesis como traducción del hebr. «jubileo»; en Dt 15,1-11 (LXX), el año sabático es denominado aphesis (cf. además Éx 23,10-11). Que estas reflexiones sobre el jubileo eran contemporáneas de Lucas tiene una confirmación en Qumrán. En sus reflexiones sobre el final de los tiempos, los esenios relacionaban Is 61,1 con Lv 25,10-13 y Dt 15,2 (cf. llQMelq), e identificaban la «liberación» con la de los deudores durante el año jubilar. Aunque este trasfondo socioeconómico del jubileo está muy presente en todo este pasaje, no deberíamos pasar por alto que aphesis es también la palabra que Lucas utiliza para referirse al «perdón» (de los pecados), p.ej., 24,47. liberar a los oprimidos: Esta frase de Is 58,6 contiene también el término aphesis. El gr. thraud, tras el término «oprimidos», significa literalmente «romper en fragmentos» (como, p.ej., una roca). Én un sentido figurativo significa «romper», «oprimir espiritualmente». Cf. BAGD 363. Según Neh 5,1-10, es plausible que «oprimidos» se refiera a los oprimidos por las deudas y el encarcelamiento, para proclamar el año aceptable del Señor: Lucas ha cambiado el vb. kalesai (Is 61,2a LXX), «llamar», por kéryxai, «proclamar». Para Lucas, se trata de la proclamación de que Dios ha cumplido en Jesús las antiguas promesas. De nuevo aparecen las imágenes jubilares. En griego «aceptable» se dice dektos; este término volverá a aparecer en el v. 24, con referencia al tema del profeta «aceptado». El ministerio de Jesús es el único que Dios acepta, puesto que no limita sus palabras y acciones a su propio pueblo; su ministerio que no conoce límites será precisamente la razón por la que aquel pueblo no lo aceptará, ni a él ni sus palabras. Cf. D. Hill, NovT 13 (1971) 169.
60 21. hoy se ha cumplido esta escritura: La palabra «hoy» introduce un tema lucano importante (cf. también 2,11; 22,61; 23,43); no debería interpretarse como un dato referido al tiempo histórico de Jesús. Se trata, más bien, de una referencia al tiempo actual del cumplimiento (no obstante Conzelmann, TL 62; cf. Schweizer, Good News 89). Las primeras palabras del Jesús adulto, en Lucas, tratan del tema de la fidelidad de Dios a la promesa. 22. Este notoriamente problemático versículo exige que lo estudiemos palabra por palabra. Cf. F. Ó Fearghail, ZNW 75 (1984) 60-72. todos daban un testimonio favorable de él: No hay ninguna evidencia en Lucas ni en otro escrito del NT de que el vb. martyrein tenga un sentido negativo, es decir, de que hubiera que interpretarlo en el sentido de que daban testimonio contra él. Los datos de las inscripciones apuntan hacia el significado de «testimonio favorable emitido por la gente que vivía con la persona en cuestión». Este significado está apoyado por el v. 16: «donde se había criado», pero estaban asombrados por las palabras de salvación que salían de su boca: Los paralelos de Hch 14,3 y 20,24.32 sugieren que hoi logoi tés charitos debería traducirse no por «palabras de gracia o encantadoras», sino por «palabras de salvación». Dt 8,3 nos ayuda a explicar el sentido de «salían de su boca». En el Deuteronomio, se refiere a la palabra de Dios. Los habitantes están asombrados de que uno a quien conocen de toda la vida sea el mensajero de tal noticia, ¿no es el hijo de José?: La pregunta da las razones del asombro de los habitantes, y para los lectores se trata de una ironía, dado que ya conocen 1,32.35; 3,21-22; 4,1-13. 23. Como en 11,37-54, Lucas presenta a Jesús tomando la ofensiva contra quienes lo escuchan. Les acusa de su falta de fe en él como cumplimiento de las promesas de Dios, y de desear que realizara acciones poderosas solamente por curiosidad y para su propio beneficio.

61 24. ningún profeta es aceptado: Lucas nos remite al tema del «profeta rechazado», tanto aquí como en los vv. 25-27. Cf. también 6,22-23; 11,49-51; 13,34-35; Hch 7,35.51-52. Este tema destaca la compasión ilimitada de Dios al continuar enviando profetas a un pueblo rebelde. El modelo del tema del «profeta rechazado» se encuentra claramente en Neh 9,26-31: (1) rebelión y asesinato de los profetas; (2) castigo; (3) misericordia mediante el envío de nuevos profetas; (4) pecado y rechazo de los profetas. La primera parte de este modelo se encuentra en Lc 1-23; la segunda parte domina Lc 24 y el libro de Hechos. Precisamente por esto, el rechazo de Jesús en 4,16-30 no debería considerarse como la respuesta final que da Dios a Israel mediante Jesús. Cf. R. J. Dillon, «Easter Revelation and Mission Program in Luke 24,46-48», Sin, Salvation and the Spirit (Fest. Liturgical Press, ed. D. Durken, Collegeville 1979) 240-70. 25-27. Mediante las referencias a la misericordia de Dios a favor de personas necesitadas que no pertenecían al pueblo elegido, a través de los profetas Elías (1 Re 18,1) y Elíseo (1 Re 17,9), Lucas fundamenta su universalización de Is 61,1-2 en los vv. 18-19. Notemos también que la misericordia de Dios afecta por igual a hombres y mujeres.

62 28. todos se llenaron de ira: Su reacción es parecida a la del v. 22. Pero ahora ya saben con toda claridad, por los ejemplos de Jesús en los vv. 25-27, que el ofrecimiento de salvación de Dios mediante el profeta Jesús no está restringido exclusivamente a ellos. La gracia de Dios no está condicionada por nada. Ellos no son los «pobres de Dios» para exigir un tratamiento especial. 29-30. Jesús prosigue su camino hacia Dios de acuerdo con el plan divino, al que nada puede oponerse. La huida de Jesús apunta hacia la victoria de la Pascua. Cf. J. A. Sanders, «From Isaiah 61 to Luke 4», Christianity, Judaism and Other Greco-Roman Cults (Fest. M. Smith, ed. J. Neussner, SJLA 12, Lei(-)den 1975) 1.75-106; God Has a Storv Too (Fila(-)delfia 1979) 67-79; Int 36 (1982) 144-45.

63 (C) El reino de Dios restablece en su integridad a hombres y mujeres (4,31-44).
Esta sección, basada en Mc 1,21-39, es una unidad bien trabada. Lucas utiliza un conjunto de actividades de Jesús, que, inadecuadamente, aparentan ser un día típico del ministerio de Jesús, para crear un catecismo cristológico destinado a sus Iglesias. 31-37. Es el primero entre los muchos exorcismos que encontramos en Lc-Hch. Además del relato de curación en 4,38-39 y de la tempestad calmada en 8,22-25, donde se utiliza el término técnico para exorcismo epitiman (4,39 y 8,24, respectivamente), Lucas cuenta otros tres exorcismos; 8,26-29; 9,37-43a; 13,10-17. Sólo 13,10-17 es propio de Lucas; los otros proceden de Marcos. También habla Lucas de los exorcismos de Jesús en sus sumarios: 4,40-41; 6,17-19; 7,21; 13,32; Hch 10,38. Los dos primeros proceden de Marcos; el tercero, de Q; los dos últimos, de L. Los seguidores de Jesús son liberados de los demonios (8,1-3) o comparten su poder sobre el mal: 9,1-6.49-50; 10,17-20; Hch 5,16; 8,7; 16,16-18. Todos son propios de Lucas, excepto 9,1-6.49-50. En la perícopa de Q, 11,14-26, Jesús entra en controversia con los dirigentes religiosos sobre la cuestión del origen de su poder sobre el mal. Ni Lucas ni las tradiciones conocidas por él podían evitar poner de relieve que en Jesús Dios está liberando a la creación de aquellos poderes que la estrangulan. Llevan mucha razón quienes opinan que Lc 11,20 y Hch 10,38 son claves para entender todo cuanto Lucas dice sobre Jesús y el mal: Jesús manifiesta con sus exorcismos la naturaleza del poder de Dios; todo su ministerio puede describirse como liberación de todos aquellos que están oprimidos por los poderes del mal. Cf. W. Kirchschlágter, Jesu exorzistschen Wirken aus der Sicht des Lukas (Ósterreichische biblische Studien 3, Klosterneuburg 1981).

64 31. Cafamaún: Ya en 4,23 anticipó Lucas parte de lo que quería decir sobre este importante centro de comercio, que estaba localizado en la ribera noroccidental del mar de Galilea (? Geografía bíblica, 73:61). Lucas completará su relato en 7,1 y 10,15; este último versículo suena realmente amenazador. Cafarnaún tenía una población de unos 15.000 habitantes. Cf. L. J. Hope, What Are They Saying About Biblical Archaeology? (Nueva York 1984) 58-78, esp. 58. ciudad polis): Lucas tiende a situar las historias sobre Jesús y Pablo en las ciudades, que son los centros culturales, económicos, políticos y sociales de toda una comarca. enseñaba los sábados: cf. 4,14-15. 32. su palabra: Se refiere a su enseñanza. En la inclusio de 4,36 encontraremos una referencia a esta palabra sobre los espíritus impuros. La enseñanza de Jesús tiene tanto poder como un exorcismo. 33-34. sinagoga: Se hace explícito lo que estaba implícito en los vv. 31-32. Cf. 4,14-15. En torno al tema de la pureza se unen aquí tres conceptos: sábado, espíritu impuro y el Santo de Dios. Jesús limpia a un hombre de un espíritu impuro en el día que separa lo profano de lo sagrado porque se halla en íntima relación con Dios, la suma santidad. La relación de Jesús con Dios que hallamos aquí evoca 1,32-33.35; 2,11.30.49; 3,22-23; 4,1-13, y apunta hacia el énfasis cristológico de 4,41: Hijo de Dios y Mesías. 35. increpó: En griego epitiman, uno de los términos que Lucas utiliza para relacionar los materiales en 4,31-44; aparece de nuevo en 4,39.41. Se trata de un término técnico y «se refiere a la declaración de una palabra conminatoria por la que Dios, o su portavoz, someten a los poderes malignos. Forma parte de la terminología con la que se describe la derrota final de Belial y sus secuaces» (FEL 459). Jesús practica un exorcismo a un hombre con un espíritu inmundo en presencia de todos; en 4,38-39, lo practicará a una mujer con fiebre en una casa particular. Su poder de liberación afecta tanto a hombres como a mujeres, y no está limitado por espacios sagrados o profanos. Sobre el tema de las mujeres en Lucas, cf. comentario sobre 2,36-38. Lucas, en contraste con Mc 1,26, subraya el hecho de que, tras el mandato de Jesús, el espíritu inmundo carece de poder para hacer daño al hombre. 36. con autoridad: Dada la inclusio que forma con 4,32, en este versículo se pone de relieve el poder de la palabra de Jesús para restablecer en su integridad a los quebrantados por el mal. En contraste con Marcos, Lucas equilibra la actividad milagrosa de Jesús y su enseñanza, dándoles la misma importancia. Cf. P. J. Achtemeier, JBL 94 (1975) 547-62.

65 38-39. Simón: Lucas cuenta la llamada de Simón en 5,1-11, mientras que Marcos lo hace en 1,16-20; a éste le sigue el pasaje de la curación de la suegra de Pedro (Mc 1,21-39), que Lucas adelanta en esta sección. Se han dado dos razones para explicar el orden lucano; (1) Lucas, esp. en Hechos (p.ej., 8,4-12), desarrolla la tesis de que la fe y el discipulado surgen del encuentro con el milagro. En esta perspectiva, Simón, al ver el milagro que Jesús ha hecho por su suegra, está ya preparado para seguirle cuando lo llame. (2) Una de las técnicas literarias de Lucas consiste en mencionar previamente el nombre de un personaje en el relato y, posteriormente, ofrecer más detalles sobre él. Así, Lucas menciona anticipadamente a Bernabé en Hch 4,36-37, pero sólo rellenará este primer boceto en Hch 13. De igual modo, la primera mención que se hace de Pablo en Hch 7,58-8,3 es apenas un esbozo; pero, a partir de Hch 9, Pablo desarrollará un papel dominante en el relato lucano. una fiebre alta: Lucas intensifica la fiebre y, así, subraya el poder de la palabra de Jesús. La fiebre era muy temida en la antigüedad, por su rápida aparición y efectos perjudiciales, esp. el delirio. 39. inclinándose sobre ella: En contraste con Mc 1, 31 y Hch 28,8, Lucas no menciona el uso de las manos. En 4,40, sin embargo, pone de relieve la imposición de sus manos sobre el enfermo. Lo que aquí le interesa es poner en el centro de la escena el poder de la palabra de Jesús, increpó a la fiebre: De nuevo, utiliza Lucas el vb. epitiman, la palabra técnica para el exorcismo. La curación es inmediata. No se requiere ningún proceso para recuperar la fuerza; la suegra de Simón asume sus obligaciones sociales con total resolución.

66 40-41. Este sumario se parece al de 6,17-19; en ambos se integran los exorcismos de Jesús bajo el término más genérico de «curar» (therapeuein). 40. todos: Lucas subraya la compasión de Jesús por todos. 41. salían: Es la misma construcción gr. (exerchesthai apo) que Lucas emplea en 4,35 (dos veces) y 4,36; al mismo tiempo, es un recurso mediante el que unifica el conjunto 4,32-44. En contraste con Mc 1, 34, Lucas añade dos títulos cristológicos; Hijo de Dios y Mesías. Puede expulsar demonios precisamente porque tiene su origen en Dios (cf. 1,32-33,35) y porque es el agente ungido por Dios para la salvación. Desde el principio, los demonios saben quién es Jesús y lo que pretende. Sin embargo, a los hombres les costará el largo camino de la fe para valorar la función de la cruz en la vida del Mesías (cf. 24,26).

67 42-44. Estos versículos, esp. el v. 43, constituyen una importante recapitulación de 4,13-43; la primera misión de Jesús en Galilea. 42. Lucas pospondrá a 5,16 el hecho de la oración de Jesús, que hallamos en Mc 1,35. Cf. J. Dupont, RSR 69 (1981) 45-55, esp. 46. La respuesta que da la población de Cafarnaún a Jesús se encuentra en fuerte contraposición con la que recibió de los nazaretanos (4,16-30). ¿Pero es realmente así? Cf. 10,15. Tal vez, los habitantes de Cafarnaún no llegaron a creer en Jesús, no obstante los hechos portentosos que hizo para ellos. 43. reino de Dios: El relato lucano de 4,16-42 ofrece una definición descriptiva de este término. El gobierno de Dios significa la victoria sobre el mal para todos, para hombres y mujeres, para marginados y pobres, para ciegos y lisiados. Y este gobierno se realiza mediante la predicación y las acciones portentosas de Jesús, el Santo de Dios, el Hijo de Dios, el Ungido de Dios, he sido enviado: Observando lo que Jesús hace, podemos llegar a tener una visión clara de aquel que lo envía. El que le envía está también a favor de la vida y de la eliminación del mal. Además, es digno de toda confianza porque es fiel a sus promesas (4,16-21). 44. Judea: Esperaríamos leer «Galilea»; pero, en cuanto país de los judíos, Galilea formaba parte de la más extensa Judea. Cf. U. Busse, Die Wunder des Propheten Jesús (FB 24, Stuttgart 1977) 66-90.

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Capitulo 4.

La tentación de Cristo, 4:1-13 (Mat_4:1-11; Mar_1:12.-13).
Cf. comentario a Mat_4:1-11.
1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto 2 y tentado allí por el diablo durante cuarenta días. No comió nada en aquellos días, y pasados, tuvo hambre. 3 Díjole el diablo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4 Jesús le respondió: No sólo de pan vive el hombre. 5 Llevándole a una altura, le mostró, en un instante, desde allí todos los reinos del mundo, 6 y le dijo el diablo: Todo este poder y su gloria te daré, pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy; 7 si, pues, te postras delante de mí, todo será tuyo. 8 Jesús, respondiendo, le dijo: Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás y a El sólo servirás. 9 Le condujo después a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; 10 porque escrito está: A sus ángeles ha mandado sobre ti para que te guarden 11 y te tomen en sus manos para que no tropiece tu pie contra las piedras. 12 Respondiendo, díjole Jesús: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. 13 Acabado todo género de tentaciones, el diablo se retiró de El hasta el tiempo determinado.

El relato de Lc es igual que el de Mt. Lc invierte sólo el orden de las dos últimas tentaciones de Mt, que en éste, por ser un orden más lógico, parece ser el primitivo. Probablemente Lc invierte el orden de las dos últimas tentaciones por razón de un climax místico y de simbolismo. Así, en Jerusalén triunfa por primera vez sobre Satán, y en Jerusalén, en el Calvario, triunfará definitivamente sobre él. Termina su relación diciendo que el diablo se retiró de él hasta el tiempo, temporalmente; pero, aunque falta el artículo, quiere señalar directamente la pasión, ya que, terminadas las tentaciones, Cristo comienza su vida pública 1.
Si en las tentaciones se lo presenta como el Mesías auténtico, profético, el triunfo triple sobre Satán lo presenta también como el Mesías vencedor contra Satán, en su lucha contra el reino. Pues si arrojo a los demonios con el Espíritu de Dios es que ha llegado a vosotros el reino de Dios (cf. Mat_12:28).
¿No será el fondo-núcleo-histórico una ida de Cristo al desierto a prepararse oración y penitencia como lo hizo en otros casos, varios registrados por los evangelios, para su misión pública de Salvador? Luego se lo presentaría como midrash en una Déute Vision, para hacer ver que él era el auténtico Mesías profético y no el desfigurado Mesías rabínico; el espiritual y ascético, y el vencedor de Satán en su lucha contra el reino. Así se lo presentaba ya en el pórtico de su vida pública como el Mesías auténtico. Para esta exégesis de una Deute Vision, cf. Comentario a Mat_4:1-11.

Cristo en la sinagoga de
? azaret,Mat_4:14-30 (Mat_4:12-17; Mat_13:53-58; Mar_1:14-15; Mar_6:1-6).
14 Jesús, impulsado por el Espíritu, se volvió a Galilea. Su fama corrió por toda la región; I5 enseñaba en las sinagogas, siendo celebrado por todos. 16 Vino a Nazaret, donde se había criado, y, según costumbre, entró el día de sábado en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. 17 Le entregaron un libro del profeta Isaías, y, desenrollándolo, dio con el pasaje donde está escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió para evangelizar a los pobres; me envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación de la vista; para poner en libertad a los oprimidos, 19 para anunciar un año de gracias del Señor. 20 Y enrollando el libro, se le devolvió al servidor y se sentó. Los ojos de cuantos había en la sinagoga estaban fijos en El. 21 Comenzó a decirles: Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír. 22 Todos le aprobaban, maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? 23 El les dijo: Seguro que me diréis este proverbio: Médico, cúrate a ti mismo; todo cuanto hemos oído que has hecho en Cafarnaúm, hazlo en tu patria. 24 El les dijo: En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su tierra. 25 Pero en verdad os digo también que muchas viudas había en Israel en los días de Elias, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y sobrevino una gran hambre en toda la tierra, 26 y a ninguna de ellas fue enviado Elias sino a Sarepta de Sión, a una mujer viuda. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Elíseo, y ninguno de ellos fue limpiado, sino el sirio Naamán. 28 Al oír esto se enojaron muchisimo los que estaban presentes en la sinagoga, 29 y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a la cima del monte sobre el cual está edificada su ciudad, para precipitarle de allí; 30 pero El, atravesando por medio de ellos, se fue.

Lc, después de las tentaciones de Cristo en el desierto, lo presenta en Galilea. Pero ya Cristo ha recorrido y evangelizado bastante, pues su fama se había difundido. En esa pincelada general destaca, como empalme de la narración siguiente, que enseñaba en las sinagogas.
El pasaje que se narra a continuación presenta un problema de cronología y de contenido, por referencia a las narraciones que se hacen de la predicación de Cristo en Nazaret. La segunda parte de Lc (v.22-24) viene a coincidir con los relatos de Mt-Mc.
Pero éstos ponen este episodio más tardíamente. Lc se diría que lo adelanta en la perspectiva literaria de su evangelio.
Lo que se nota entre la primera y segunda parte del relato de Lc es una oposición psicológica: en la primera lo aplauden y en la segunda lo quieren despeñar. Esto hace ver, junto con la ausencia de su primera parte en Mt-Mc, que no pudo pasar esto en un mismo momento. Por eso, la solución que admiten muchos autores es que Lc sitúa, acaso cronológicamente, una estancia de Cristo en Nazaret, posiblemente en la primicia de su venida, ya acreditado como taumaturgo, y donde tiene una acogida favorable. Y en otra segunda venida, acaso por celos de sus manifestaciones taumatúrgicas y ser discutido, y por el hecho mismo de ser de Nazaret, surgió el menosprecio y hasta la hostilidad contra El. Lc, por razón de su procedimiento de eliminación, no hace más que unir en una varias visitas de Jesús a Nazaret, para prescindir de presentarlo otra vez, retocando, para unirlas, varias escenas.
Según costumbre, en sus correrías apostólicas, no sólo asistía los sábados a las reuniones sinagogales, sino que también predicaba. Uno de los actos sinagogales consistía en la lectura de pasajes bíblicos y su explicación. Después de leer algún pasaje de la Ley, se leía uno de los profetas. El jefe de la sinagoga era quien designaba al que debía hacerlo. Después de leído, la misma persona u otra era invitada a comentarlo. Se hacía la lectura de pie, y el pasaje de los profetas, al menos en esta época, podía ser elegido libremente. Se hacía la lectura y explicación desde un puesto elevado 2.
El sábado fue Cristo invitado a hacer la lectura y explicación del pasaje de los profetas. Para ello se levantó. Lc dieron el libro de Isaías. Y por indicación previa, o por su deliberada intención, o por providencial casualidad, leyó un pasaje de Isaías (Mar_61:1ss). La cita de Lc responde a los LXX, suprimiendo los versículos 1-2 de Isaías e intercalando Lc, antes del 2, otro pasaje de Isaías (Mar_58:6): predicar a los cautivos la libertad. Tampoco estas palabras pertenecen al poema del Siervo de Yahvé. Es un profeta el que habla. A veces se ha presentado este pasaje como parte del poema del Siervo de Yahvé. Sin embargo, no reúne éste las características que tiene este poema (Isa_61:2b). El sentido literal del texto de Isaías es el de un profeta o mensajero que anuncia a Israel una serie de beneficios. El comienzo del mismo, que Lc omite (Isa_61:1), en que dice que Yahvé lo ha ungido, es frase que puede referirse a una misión o consagración profética 3. El significado de estas expresiones metafóricas es indicar una era de todo tipo de beneficios a Israel, que se sintetiza en la última frase: anunciar un año de gracia del Señor. Esta expresión alude al año jubilar de Moisés (Lev_25:10) y se expresa con ella todo el período de bendiciones que se inaugura con Cristo.
Después de leído en hebreo, y devuelto al hazzan, hace su comentario en arameo. La tensión que había en escucharle era muy grande. Y les dijo que hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír. Cristo se presenta como un mensajero de Dios, que trae la misión de anunciar grandes beneficios para Israel. Pero no se presenta explícitamente como el Mesías. Esto explica bien la acogida admirada de los oyentes. ¿Lo hubiesen aprobado si se presenta abiertamente como Mesías, conociendo ellos a sus padres? Se adivina la reacción ante ello. Tampoco el texto alegado era literalmente mesiánico; lo realizaría de hecho el Mesías, pero entonces sólo se veía en él un anuncio profético de Dios cargado de beneficios para Israel.
La segunda parte, con reacciones totalmente opuesta, debe de corresponder a otra estancia posterior de Cristo en Nazaret. Ya había corrido mucho su fama de taumaturgo, y hasta se debió de hablar pensando en su mesianismo. Esto es lo que hace extrañarse a la gente nazaretana que le escuchaba en la sinagoga. Lc reconocía sabiduría y prodigios. Pero ¿de dónde le venían, puesto que ellos conocían a sus padres y familiares? Acaso flotase ya en ellos no sólo la extrañeza aldeana de no concebir a uno de los suyos superior a ellos, sino que latiesen rumores de su mesianismo. Como el Mesías debería ser de origen desconocido, no podía conciliarse con el conocimiento que ellos tenían de sus padres (Jua_7:27.41; cf. Jua_7:3-6; Mat_12:23; cf. Mat_12:18-21).
Sin embargo, los milagros están en primer plano. El recoge la objeción latente con un proverbio popular. La puntuación del texto probablemente debe de ser otra, como parece exigirlo el movimiento psicológico del relato. El sentido de la puntuación parece ser éste: Y todos le alababan y admiraban la gracia de las palabras que salían de su boca. Lo que sigue: Y decían: ¿No es éste el hijo de José? como se ve en Mt-Mc, responde a un desprecio y ataque al mismo, lo que no se compagina con la reacción de las gentes que le escuchan por lo que acaba de decir; Lc, pues, ha yuxtapuesto dos relatos.
El proverbio del médico es ambiental. Se habían divulgado mucho sus milagros. La cita de haber hecho muchos milagros en Cafarnaúm pudiera llevar anejo el celo de pueblos rivales. Pero en el fondo de aquella argumentación late estrechez. Es lo que les responde con el otro proverbio, que ningún profeta es bien recibido en su patria.
Además va a notificarles el porqué de esto. El profeta obra en nombre de Dios los prodigios, sin que esté, por lo mismo, sujeto a las exigencias de los hombres. Tal fue el doble caso bíblico que les cita de Elias (1Re_17:18ss) y de Elíseo (2Re_5:1ss). Ambos profetas fueron a realizar milagros fuera del mismo Israel: uno para remediar un hambre devastadora va a casa de una viuda en Sarepta, en la región de Sidón, y el otro, para curar de lepra a Naamán, de Siria, a pesar de que la lepra era ordinaria en Israel.
Ante esto, la reacción de los oyentes fue de un hostil tumulto.
Veían a Israel pospuesto a gentes no judías, por profetas. Y este rechazo del pueblo escogido, que posiblemente interpretaron como una censura a ellos, les hizo abalanzarse sobre El y sacarle del pueblo para despeñarle. Acaso pudiese influir en ellos, en su excitación, una interpretación sobre los profetas que no lo probasen, que eran dignos de muerte (Dt c.13)4. El lugar señalado ordinariamente, situado a tres kilómetros, no es arqueológicamente admitido por tal. Ha de ser buscado en la misma salida del pueblo. Pero El, atravesando por medio de ellos, iba. Fue un acto de dominio de Cristo sobre la turba. ¿Acaso un reflejo sobrenatural de lo que él era? Lagrange destaca también cambios extraños de tipo semejante en revoluciones (cf. Ev. s. St. Lúe [1927] p.146). Juan, pendiente en su evangelio de la hora de Cristo, se complace en destacar esta grandeza de Cristo, que se impone (Jua_7:30.45-47; Jua_8:59). Si fue efecto de su grandeza sobrenatural, los nazaretanos se encontraron inesperadamente con el prodigio que pedían 5.

Cristo en la sinagoga de Cafarnaúm,Jua_4:31-37 (Mar_1:21-28). Cf. comentario a Mar_1:21-28.
31 Bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y les enseñaba los días de sábado, 32 y se maravillaban de su doctrina, porque su palabra iba acompañada de autoridad. 33 Había en la sinagoga un hombre poseído del espíritu de un demonio impuro que gritaba a grandes voces: 34 ¡Ah! ¿Qué hay entre ti y nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? Bien sé que eres el Santo de Dios. 35 Jesús le ordenó diciendo: Cállate y sal de él. El demonio arrojó al poseso en medio; salió de él sin hacerle daño.36 Quedaron todos pasmados, y mutuamente se hablaban diciendo: ¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y poder impera a los espíritus y salen? 37 Por todos los lugares de la comarca se divulgó su fama.

El pasaje tiene su paralelo en Mc; lo que sería más normal en Mc, da ciertas descripciones de matices: ante la orden de Cristo, el demonio arrojó al poseso, del grupo donde se encontraba, al medio de la sinagoga, probablemente delante de la tribuna donde Cristo exponía su doctrina; y agrega que el demonio salió sin hacerle daño. Todo esto tiende a demostrar el pleno poder de Cristo sobre el mundo demoníaco, lo que es presentarlo en su obra de Mesías.
En cambio, omite en el comentario de los oyentes lo referente a que exponía una doctrina nueva y revestida de autoridad (Mc), para decir sólo que se maravillaban de su doctrina, porque su palabra estaba acompañada de autoridad, omitiendo también que su enseñanza no era como la de los escribas (Mc), temas éstos demasiado locales, y que podrían desorientar en su valoración a los lectores de Lc.

Curación de la suegra de Pedro,Mar_4:38-39 (Mat_8:14-15; Mar_1:32-34). Cf. comentario
a Mat_8:14-15.
38 Saliendo de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con una gran calentura, y le rogaron por ella. 39 Acercándose, mandó a la fiebre, y la fiebre la dejó. Al instante se levantó y les servía.

La tradición de los tres sinópticos ha recogido este pequeño episodio. Probablemente influyó en ello la figura de Pedro. Lc es el único que al hablar de su enfermedad la diagnostica de una gran fiebre. Era un término técnico de la medicina de la época y usado probablemente por Lc a causa de sus aficiones médicas 6. Mientras Mt-Mc dicen que la cura tomándola de la mano, Lc destaca explícitamente la autoridad de Cristo, diciendo, sin el detalle de los otros, que mandó (????? '????? ) a la fiebre dejarla, haciéndose la curación súbita.

Nuevas curaciones,Mat_4:40-41 (Mat_8:16-17; Mar_1:32-34). Cf. comentario a Mat_8:16-17
.
40 Puesto el sol, todos cuantos tenían enfermos de cualquier enfermedad los llevaban a El, y El imponiendo a cada uno las manos, los curaba. 41 Los demonios salían también de muchos gritando y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero EL los reprendía y no los dejaba hablar, porque conocían que era el Mesías.

Los tres sinópticos traen este cuadro, aunque no en la misma perspectiva. Es como un clisé histórico con el que pretende cada uno, y a su propósito, de una pincelada, hacer ver la grandeza de Cristo. Mt ve en ello, conforme a su método, el cumplimiento mesiánico de una profecía de Isaías. Mc, ante la curación de endemoniados, dice que a éstos les prohibía hablar. Lc explica el porqué: los demonios salían también de muchos gritando y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. La expresión el Hijo de Dios, si no es una interpretación posterior cristiana (cf. Mar_1:1), ha de ser sólo sinónima de Mesías (v.41b). Pero él los reprendía y no los dejaba hablar, porque conocían que era el Mesías. La proclamación prematura de su mesianismo, interpretada erróneamente en aquel ambiente, como el Mesías nacionalista esperado, podría traer obstáculos a su obra, posibles tumultos teocráticos e intervenciones de Roma. Es la hora todavía del secreto mesiánico en su aspecto de repercusión social.
Por otra parte, la sospecha de que Cristo fuese el Mesías estaba en la estimación de muchas gentes (Mat_12:33ss).
Lc destacará también que las curaciones las hacía Cristo imponiendo las manos a cada uno. Es un signo más de su poder, en contraposición a las largas fórmulas de exorcismos que los judíos usaban para expulsar los demonios.

Cristo sale de Cafarnaúm,Mat_4:42-44 (Mar_1:35-38).
42 Llegando el día, salió y se fue a un lugar desierto; las muchedumbres le buscaban, y, viniendo hasta El, le retenían para que no se partiese de ellos. 43 Pero El les dijo: Es preciso que anuncie también el Reino de Dios en otras ciudades, porque para esto he sido enviado. 44 E iba predicando por las sinagogas de Judea.

Lc dirá que todo este trajín de las gentes por buscarle y traerle enfermos fue llegado el día, día natural con lo cual quiere indicar el fin del reposo sabático, por lo que ya les era lícito esto. Así Cristo, llegado el día, se había retirado a un lugar desierto. Hasta tal punto estaban subyugados por su obra benéfica, que le retenían para que no se partiese de ellos. Buscaban sus curaciones. Pero El se quedó allí para orar (Mc). Detalle curioso: lo omite Lc, que destaca el tema de la oración, y lo trae Mc. Mas, a la mañana siguiente, la gente vuelve a forcejear por estar con El, presionándole por medio de Simón y los que estaban con él, los apóstoles (Mc). Pero el plan del Padre estaba trazado. Tenía que ir a predicar la Buena Nueva por otros pueblos, aprovechando la oportunidad de la enseñanza sinagogal.
E iba predicando por las sinagogas de Judea. Mc pone que esta predicación, si el pasaje es absolutamente paralelo, en su perspectiva real o literaria, la hacía por Galilea. En Lc, esta lectura, aunque oscila, críticamente Judea es la lectura más probable 7. La expresión Judea puede equivaler a toda Palestina (Luc_1:5; Luc_6:17; Luc_7:17). Escribiendo para lectores no judíos, es posible que Lc hable vagamente de la geografía de Cristo, indicando así que, saliendo de allí, su predicación quedó entroncada en las sinagogas palestinenses 8. Lo que es comentario del universalista Lc a las palabras de Cristo, que transmite inmediatamente antes: Es preciso que anuncie el reino de Dios en otras ciudades, porque para esto he sido enviado. Es un relato de tipo sumario. El tema de enviado es tema joánico (Jua_4:34; Jua_5:23).

1 Osty, L'évang. S. St. Lúe, Enla Sainte Bibledejerusaíem(L948) P.18; Feuillet, Lc Recit Lucanien De La Tentation (Luc_4:1-13): Bíblica (1959) 613-631; Schnackenburg, Der Sinn Der Versuchungjesu Bei Den Synoptihen: Theol. Quartalsch. (1952) 297-326; J. Dupont, Les Tentatiow De Jesús Dans Le Recit De Lúe (Luc_4:1-13): Sienc. Eccl. 7 N.L. 2 MegüLam_4:4; Felten, Storia Dei Tempi Del ? . ? . (1932) IIi P. 113-115 3 Dennefeld, Les Granas Prophetes (1947) P.215-216. 4 Temple, The Rejection At Nazareth: C.B.Q. (1955) 229-242. 5 Holzmeister, Mons Saltus. Et Miraculum: Verb. Dom. (1937) 50-57; R. Schnackenburg, Zum Verfahren Der Urkirche Bei Jesusüberlieferung: Hist. Jes., P.493-453; J. Temple, The Rejection At Nazareth: The Cath. Bibl. Quart. (1955) 229-242; A. Finkel, Jesús Sermón At Nazareth (Luc_4:16-30; Luc_4:1963) 106-115; H. Conzel-Mann, Theology Of St. Luke 36-37. 6 Hobart, The Medical Language Of St. Luke (1882) P.Sss; L. Dufour, La Guenson De La Belle-Mere De S. Fierre: étude D'évangile (1965) 125-148; P. Lamarche, La Guerison De La Belle-Mere De Fierre Et Le Genre Litteraire Des évangiles: Nouv. Rev. Théol. (1965) 115-127. 7 Nestlé, N.T. Graece Et Latine, Ap. Crít. A Luc_4:44; Conzelmann, Die Mitte Der Zeit. (1959) 30-31. 8 Buzy, Lc Premier Sejour De Jesús A Cafarnaúm: Mélang. B. R. 411-419.

Catena Aurea (S.Tomás de Aquino ,1269. Tr. Dr. D. Ramón Ezenarro, 1889)



Y bajó a Cafarnaúm ciudad de la Galilea, y allí les enseñaba en los sábados. Y se maravillaban de su doctrina, porque era con autoridad su palabra. Y había en la sinagoga un hombre poseído de un demonio inmundo, y exclamó en alta voz, diciendo: "Déjanos ¿qué tienes tú con nosotros, Jesús de Nazaret? Conozco bien quién tú eres, el Santo de Dios". Y Jesús le increpó y dijo: "Enmudece y sal de él". Y el demonio, derribándole en medio, salió del cuerpo del endemoniado, y no le hizo daño alguno. Y quedaron llenos de espanto, y se hablaban los unos a los otros, diciendo: "¿Qué cosa es ésta?, porque con poder y con virtud manda a los espíritus inmundos, y salen": Y se difundía la fama de El por todos los lugares de la comarca. (vv. 31-37)

San Ambrosio
El Señor no abandonó Judea, ni excitado por la indignación, ni ofendido del crimen; antes al contrario, olvidándose de la injuria, no se acuerda más que de la clemencia (ora enseñando, ora curando) y así inclina a los corazones de aquel pueblo pervertido. Por lo cual sigue: "Y bajó a Cafarnaúm, ciudad de la Galilea", etc.

San Cirilo
Aun cuando sabía que eran desobedientes y duros de corazón, sin embargo, los visita como el buen médico visita a aquellos que se encuentran en la última enfermedad y se esfuerza por curarlos. Enseñaba sin temor en las sinagogas, según aquellas palabras de Isaías: "Nunca he hablado en secreto, ni en lugar oscuro de la tierra" (Isa_45:19). También disputaba en sábado con ellos, porque descansaban. Se admiraron de la grandeza de su doctrina, de su virtud y de su poder. Y prosigue: "Su doctrina los llenaba de asombro, porque hablaba con autoridad". Esto es, no de un modo blando, sino impulsivo e incitatorio a la salvación. Los judíos pensaban que Cristo era como alguno de los santos o de los profetas; y para que se formasen mejor opinión de El, excedía la medida de los profetas. No decía, pues: "Esto dice el Señor" (como acostumbraban a decir los profetas), sino que como Autor de la ley decía cosas que estaban sobre la misma ley, pasando de la letra a la verdad, y de las figuras a su cumplimiento espiritual.

Beda
La predicación de un doctor tiene autoridad cuando obra según lo que enseña; mas se desprecia al que desmiente con sus actos lo que predica.

San Cirilo
Por eso el Salvador del mundo hace alternar sus obras prodigiosas con su enseñanza. A los que no tienen inteligencia para comprender, los excita la manifestación de ciertas señales. De donde prosigue: "Y había en la sinagoga un hombre poseído del demonio", etc.

San Ambrosio
Dice que las obras de la divina medicina comenzaron el sábado, para enseñarnos que la nueva creación comienza donde la antigua había concluido; mostrando así que el Hijo de Dios no está sometido a la ley, sino sobre la ley, desde el principio. Oportunamente empezó a obrar prodigios en sábado para manifestar que El era el Creador, que había dado principio a todas las cosas, y que ahora continuaba la obra que El mismo había empezado; como si un obrero se propone renovar una casa, no empieza por los cimientos, sino por las partes superiores, de manera que comience por donde antes había concluido. Además empieza por las obras menores para llegar a las más grandes. Los santos pueden librar también del demonio (pero en nombre del Señor), mas sólo pertenece al poder de Dios mandar a los muertos que resuciten.

San Cirilo
Los judíos vituperaban la gloria de Jesucristo, diciendo: Este no arroja a los demonios, sino por Belcebú, príncipe de ellos (Mat_12:24). Para destruir este error, cuando los demonios se presentaban ante su invencible poder, y no podían tolerar el concurso de la Divinidad, gritaban. De aquí prosigue: "Y exclamó en voz alta diciendo: déjanos, ¿qué tienes tú con nosotros", etc.

Beda
Como diciendo: Deja un poco de maltratarme, porque tú no puedes estar conforme con nuestros engaños.

San Ambrosio
No debe mover a nadie que en este libro sea el diablo el primero que pronuncia el nombre de Jesús Nazareno; pues Cristo no recibió de él el nombre que el ángel trajo del cielo a la Virgen. Tal es la imprudencia del diablo, que usurpa el primero alguna cosa entre los hombres, y la lleva como nueva a los hombres para inspirar el terror de su poder. De donde prosigue: "Conozco bien quién tú eres, el Santo de Dios".

San Atanasio, in Cat. graec. Patrum
No le llamaba un Santo de Dios, porque entonces daría a entender que era como los demás santos, sino existiendo singularmente Santo, añadiendo el artículo. El es, pues, el Santo por naturaleza. Todos los demás se llaman santos, porque participan algo de El y, sin embargo, no decía esto porque lo conociese en verdad, sino que fingía conocerlo.

San Cirilo
Los demonios creían que por medio de esta alabanza inculcarían en Jesús el deseo de la vanagloria; proponiéndose que no les contrariase o los reprendiese por esto como recompensando así una gracia con otra gracia.

San Crisóstomo, hom 9, in ad Cor
También quiso el demonio trastornar el orden de las cosas, usurpar la dignidad de los apóstoles, y persuadir a muchos a que le obedeciesen a él.

San Atanasio
Reprimía, pues, su palabra, aunque confesaba la verdad, para que con la verdad no publicase también su iniquidad; y al propio tiempo, para acostumbrarnos a no cuidarnos de tales, aunque parezca que dicen la verdad. Porque es criminal que, teniendo la Escritura divina, nos dejemos instruir por el diablo. De donde sigue: "Y Jesús le increpó y le dijo: Enmudece, y sal de él", etc.

Beda
El poseído es arrojado en medio de todos por permisión de Dios, a fin de que, manifestada la virtud del Salvador, invite a muchos para emprender el camino de la salvación. De aquí prosigue: "Y el demonio, derribándolo en medio", etc. Parece que lo que dice San Marcos: "Y agitándole con violencia el espíritu inmundo, y dando un gran grito, salió de él" (Mar_1:26) es distinto; a no ser que entendamos que con estas palabras: "Agitándole con violencia", San Marcos quiso decir lo mismo que éstas de San Lucas: "Arrojándole en medio de todos". Por eso cuando sigue: "Y no le hizo daño alguno", se entiende que aquella agitación de miembros, y aquella sacudida, no le hicieron daño, como de ordinario, cuando se amputan y arrancan algunos miembros. Con razón, pues, se admiran de una curación tan completa. Por lo cual sigue: "Y quedaron todos llenos de espanto" etc.

Teofilacto
Como diciendo: ¿Qué orden es esa que ha dado: "Sal de este hombre", y salió?

Beda
Los santos pueden ciertamente expeler a los demonios, (pero sólo en nombre de Dios), mas el divino Verbo ejerce este poder con autoridad propia.

San Ambrosio
En sentido místico, el poseído del espíritu inmundo en la sinagoga es el pueblo judío, que, atrapado en las redes del diablo, manchaba la pureza fingida del cuerpo con la suciedad interior del alma. Y ciertamente que tenía el espíritu inmundo, puesto que había perdido al Espíritu Santo; había entrado el diablo allí, de donde Cristo saliera.

Teofilacto
Debe saberse también que muchos están poseídos del demonio ahora; a saber: los que hacen lo que el demonio desea. Como los furiosos, que tienen el demonio de la ira, y así de los demás. Pero el Señor viene a la sinagoga cuando el alma del hombre está recogida, y entonces dice al demonio que la ocupa: "Enmudece". Y al punto, arrojándolo en medio, sale de él. No está bien que el hombre sea iracundo constantemente (porque es propio de las fieras), ni tampoco que carezca siempre de energía (porque esto haría creer que es insensible), por lo que conviene buscar un término medio, reprendiendo las malas acciones. Y así es arrojado el hombre en medio, cuando el espíritu inmundo sale de él.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter IIII.

1 The temptation and fasting of Christ: 13 He ouercommeth the deuill: 14 Beginneth to preach: 16 The people of Nazareth admire his gratious words: 33 he cureth one possessed of a deuill, 38 Peters mother in law, 40 and diuers other sicke persons. 41 The deuils acknowledge Christ, and are reproued for it: 43 he preacheth through the cities.

[Christ is tempted, He preacheth.]

1 And [ Mat_4:1 .] Iesus being full of the holy Ghost, returned from Iordane, and was led by the spirit into the wildernesse,
2 Being fourtie dayes tempted of the deuil, and in those dayes he did eat nothing: and when they were ended, he afterward hungred.
3 And the deuil saide vnto him, If thou be the Sonne of God, command this stone that it be made bread.
4 And Iesus answered him, saying, It is written, that man shall not liue by bread alone, but by euery word of God.
5 And the deuil taking him vp into an high mountaine, shewed vnto him all the kingdomes of the world in a moment of time.
6 And the deuil said vnto him, All this power will I giue thee, and the glory of them; for that is deliuered vnto me, & to whomsoeuer I will, I giue it.
7 If thou therefore wilt [ Or, fall downe before me.] worship me, all shalbe thine.
8 And Iesus answered and said vnto him, Get thee behinde me, Satan: for it is written, Thou shalt worship the Lord thy God, and him onely shalt thou serue.
9 And hee brought him to Hierusalem, and set him on a pinacle of the Temple, and said vnto him, If thou be the Sonne of God, cast thy selfe downe from hence.
10 For it is written, He shall giue his Angels charge ouer thee, to keepe thee.
11 And in their handes they shall beare thee vp, lest at any time thou dash thy foot against a stone.
12 And Iesus answering, said vnto him, It is said, Thou shalt not tempt the Lord thy God.
13 And when the deuil had ended all the temptation, hee departed from him for a season.
14 And Iesus returned in the power of the Spirit into Galilee, and there went out a fame of him through all the region round about.
15 And hee taught in their Synagogues,

[Christ is tempted, He preacheth.]

being glorified of all.
16 And hee came to [ Mat_13:54 .] Nazareth, where he had bene brought vp, and as his custome was, he went into the Synagogue on the Sabbath day, and stood vp for to reade.
17 And there was deliuered vnto him the booke of the Prophet Esaias, and when he had opened the Booke, he found the place where it was written,
18 [ Isa_61:1 .] The Spirit of the Lord is vpon mee, because hee hath anointed mee, to preach the Gospel to the poore, he hath sent mee to heale the broken hearted, to preach deliuerance to the captiues, and recouering of sight to the blinde, to set at libertie them that are bruised,
19 To preach the acceptable yeere of the Lord.
20 And he closed the booke, and hee gaue it againe to the minister, and sate downe: and the eyes of all them that were in the Synagogue were fastened on him.
21 And hee began to say vnto them, This day is this Scripture fulfilled in your eares.
22 And all bare him witnesse, and wondered at the gracious wordes, which proceeded out of his mouth. And they said, Is not this Iosephs sonne?
23 And hee said vnto them, Yee will surely say vnto me this prouerbe, Physition, heale thy selfe: Whatsoeuer wee haue heard done in Capernaum, doe also here in thy countrey.
24 And hee said, Verely I say vnto you, no [ Mat_13:57 .] Prophet is accepted in his owne countrey.
25 But I tell you of a trueth, [ 1Ki_17:9 .] many widowes were in Israel in the dayes of Elias, when the heauen was shut vp three yeres and sixe moneths: when great famine was throughout all the land:
26 But vnto none of them was Elias sent, saue vnto Sarepta a citie of Sidon, vnto a woman that was a widow.
27 [ 2Ki_5:14 .] And many lepers were in Israel in the time of Elizeus the Prophet: and none of them was cleansed, sauing Naaman the Syrian.
28 And all they in the Synagogue, when they heard these things, were filled with wrath,
29 And rose vp, and thrust him out of the citie, & led him vnto the [ Or, edge.] brow of the hill (whereon their city was built) that they might cast him downe headlong.

[The feuer healed.]

30 But he passing thorow the mids of them, went his way:
31 And came downe to Capernaum, a citie of Galile, and taught them on the Sabbath dayes.
32 And they were astonished at his doctrine: [ Mat_7:29 .] for his worde was with power.
33 [ Mat_1:23 .] And in the Synagogue there was a man which had a spirit of an vncleane deuill, and cryed out with a loud voice,
34 Saying, [ Or, away.] Let vs alone, what haue wee to doe with thee, thou Iesus of Nazareth? art thou come to destroy vs? I know thee who thou art, the Holy One of God.
35 And Iesus rebuked him, saying, Holde thy peace, and come out of him. And when the deuill had throwen him in the middes, hee came out of him, and hurt him not.
36 And they were all amazed, and spake among themselues, saying, What a word is this? for with authoritie and power hee commaundeth the vncleane spirits, and they come out.
37 And the fame of him went out into euery place of the countrey round about.
38 [ Mat_8:14 .] And he arose out of the Synagogue, and entred into Simons house: and Simons wiues mother was taken with a great feuer, and they besought him for her.
39 And he stood ouer her, and rebuked the feuer, & it left her. And immediatly she arose, & ministred vnto them.
40 Now when the Sunne was setting, all they that had any sicke with diuers diseases, brought them vnto him: and hee laid his handes on euery one of them, and healed them.
41 [ Mat_1:34 .] And deuils also came out of many, crying out, and saying, Thou art Christ the Sonne of God. And hee rebuking them, suffered them not [ Or, to say that they knew him to be Christ.] to speake: for they knewe that hee was Christ.
42 And when it was day, he departed, and went into a desert place: and the people sought him, and came vnto him, and stayed him, that he should not depart from them.
43 And hee said vnto them, I must preach the kingdome of God to other cities also: for therefore am I sent.
44 And hee preached in the Synagogues of Galile.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Jesús en Capernaúm (ver Mat. 8:14-17; Mar. 1:21-39). Desde la región montañosa Jesús descendió a Capernaúm sobre la ribera del lago. Una de sus principales actividades era enseñar en las sinagogas donde las congregaciones se reunían los sábados. Una persona poseída por un demonio hoy sería considerada como alguien que sufriera de una enfermedad mental o una discapacidad. Sin embargo, esto no es un diagnóstico completo de los que son descriptos en los Evangelios, algunos de los cuales tenían una sabiduría aguda de cosas desconocidas por la gente común. La presencia de los poderes malos y sobrenaturales no puede ser racionalizada y, así como los teólogos reconocen que el Espíritu Santo obra a través de las vidas de los hombres para su bien, también quizá podamos reconocer una actividad similar por parte de los malos espíritus. Este hombre tenía una visión sobrenatural de la personalidad de Jesús y el propósito de su ministerio. El Santo de Dios significa lo mismo que el Hijo de Dios o Cristo (41) y produce especialmente la oposición de Jesús, quizá co mo portador del Espíritu Santo, a todo lo que no lo fuera. Quizá el demonio confiaba en derrotar a Jesús usando su nombre -lo que era una antigua superstición, como en los cuentos de hadas- pero Jesús ordenó al demonio que dejara al hombre. La sanidad confirmó la impresión de la enorme autoridad que ya tenía la enseñanza de Jesús.

La enfermedad también debía estar sujeta a su poder.Una fuerte fiebre puede ser un término técnico médico. Jesús la reprendió casi como si fuera una persona. El detalle básico puede ser que él atacó el poder del mal que se demuestra en la enfermedad humana.

Una vez que el nuevo día judío hubo comenzado al ponerse el sol, se levantaron las restricciones para el trabajo durante el sábado, y los enfermos pudieron ser llevados a Jesús. Silenció los gritos de los endemoniados porque quería que la gente aprendiera por sí misma quién era él.

En la mañana abandonó deliberadamente a las multitudes. Luc. no menciona que Jesús estuvo en oración en aquel tiempo (como hace Mar. 1:35; pero ver 5:16). Su divina comisión era la de proclamar las buenas nuevas del reino de Dios (ver Mar. 1:15) en amplitud; no podía quedarse en un lugar y convertirse en el ídolo de una turba de admiradores. De modo que recorrió Judea (ver nota de la RVA), lo que aquí pue de querer decir toda Palestina, incluyendo Galilea, ya que Jesús no fue hacia el sur en Judea misma para un ministerio continuo sino más tarde.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. Ver nota Mat_4:1.

4. Deu_8:3.

8. Deu_6:13.

10-11. Sal_91:11-12.

12. Deu_6:16.

16. "Sinagoga": ver nota Mat_4:23. En las reuniones de la sinagoga no había predicador oficial. El jefe de la misma solía invitar a uno de los presentes a leer y explicar los textos sagrados.

18-19. Isa_61:1-2.

26. 1Re_17:7-16.

27. Ver 2 Rey. 5.

32. Ver nota Mat_7:29.

44. "Judea": se entiende aquí en el sentido amplio del término para indicar todo el territorio del Pueblo judío.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

El endemoniado de Cafarnaún. Hay un enfrentamiento verbal entre Jesús y el endemoniado, propiciado por el mismo espíritu inmundo, y hay que asumir que la hostilidad del espíritu inmundo se debe a las enseñanzas de Jesús y que dichas enseñanzas no son otras que las que ya había anunciado en la sinagoga de Nazaret: «la Buena Noticia a los pobres, la libertad a los cautivos, la vista a los ciegos, la liberación de los oprimidos y el año de gracia del Señor» (4,18s). Jesús se enfrenta con una entidad que sabe para donde va su enseñanza y, más aún, le reconoce la autoridad con que habla y su consagración por parte de Dios: «Sé quién eres: ¡el Consagrado de Dios!» (34); el demonio, que puede ser encarnado por cualquier creyente, también es capaz de declarar su fe, el demonio también conoce a Jesús y es capaz de definirlo como «enviado», «ungido», «Mesías» de Dios (34.41); pero, ¿será eso suficiente?, ¿no tiene que haber un cambio radical de vida desde el momento en que se conoce a Jesús y se escucha su palabra?

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*4:14-9:50 Primera parte de la catequesis lucana, centrada en Galilea y relativa a Jesús, Ungido de Dios y anunciador del evangelio del reino. En la primera de las siete secciones de que consta esta parte, (Luc 4:14-44; Luc 5:1-16), Jesús aparece como profeta, salvador, rechazado por muchos y fundador de los Doce.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Mat 7:28-29; Luc 2:47; Luc 4:36; Jua 7:46

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

Ya en los albores de la predicación de Jesús dos cosas llaman la atención a quienes le oyen: sus palabras van acompañadas de obras que manifiestan su poder (v. 32), y ellas mismas tienen potestad de hacer prodigios (v. 36). Éstas son las cualidades que tiene la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento, ya que Dios confirma su palabra con obras (cfr Ex 19,3-6) y con su palabra crea las cosas (Gn 1,3ss.).


Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 4.2 Cuarenta días: Cf. Dt 8.2-4.

[2] 4.4 Dt 8.3.

[3] 4.8 Dt 6.13.

[4] 4.10-11 Sal 91.11-12.

[5] 4.12 Dt 6.16.

[6] 4.18-19 Is 61.1-2 (gr.).

[7] 4.25-26 1 R 17.1,8-16; Stg 5.17.

[8] 4.27 2 R 5.1-14.

[9] 4.32 Cf. Mt 7.28-29.

Reina Valera (Sociedades Bíblicas Unidas, 1960)

Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.k

k Mat 7:28-29.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

autoridad...Mat 7:28-29.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Mar 1:22.

Torres Amat (1825)



[12] Deut 6, 16.

[17] Is 56, 1.

[25] 1 Re 17, 9.

[27] 2 Re 5, 14.