Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
2. Anuncios de castigo.
Invectivas contra los ricos desaprensivos (1-5).
1 Ay de los que en sus lechos maquinan la iniquidad para ejecutarla al amanecer, porque tienen en sus manos el poder! 2 Codician campos, y los roban; casas, y se apoderan de ellas; y hacen violencia al dueño y a su casa, al hombre y a su heredad. 3 Por tanto, así dice Yahvé: He aquí que yo estoy maquinando contra esta estirpe un mal del que no podréis librar vuestros cuellos, y no andaréis ya erguidos, porque es el tiempo de la desventura. 4 En aquel día se compondrá una sátira sobre vosotros y se cantará una elegía, diciendo: Hemos sido destruidos por completo. ¡Se ha mudado la suerte de mi pueblo! ¡Cómo arrebata para no devolver y reparte nuestros campos! 5 Ya no tendrás quien por suertes distribuya lotes en la comunidad de Yahvé. Como su antecesor Amos, el profeta Miqueas se levanta contra los abusos de las clases pudientes. El castigo que Yahvé va a enviar está justificado, porque están conculcadas las elementales normas de convivencia social. Los adinerados no piensan sino en maquinar la iniquidad para ponerla por obra cuanto antes (
al amanecer),
oprimiendo a las clases débiles de la sociedad. Nada llena su codicia: campos, casas, heredades. (v.2).
Pero Yahvé no se duerme, y también El está
maquinando un mal contra esa
estirpe inicua. Vendrá la invasión asiría, y entonces los pudientes de Israel no volverán a andar
erguidos y altaneros (v.3), porque van a ser humillados por la
desventura, en la que perderán todas sus posesiones. Es la hora de la prueba, en que tendrán que oír la sátira irónica:
Hemos sido destruidos. Se ha mudado la suerte de mi pueblo (v.6).
La prosperidad de Israel era sólo aparente, y ahora es el invasor el que
arrebata para no devolver, y reparte sus
campos, tan codiciados. Ya no habrá quien distribuya los lotes por suertes al modo tradicional (v.5).
La hora de la justicia vindicativa de Dios (6-11).
6 ¡No vaticinéis! ¡No vaticinen respecto de esto! ¡El oprobio no (nos) alcanzará! 2 7 No se dice la casa de Jacob: ¿Se ha acortado la paciencia de Yahvé? ¿Dónde están sus obras? 3¿Mis palabras no están plenas de bondad para los que caminan en rectitud? 8 Pero vosotros ayudáis al enemigo contra mi pueblo. Delante de Salmanasar arrebatáis el botín de guerra a los que confiados van su camino. 9Arrojáis a las mujeres de mi pueblo de su querido hogar y arrebatáis para siempre de sus hijos mi gloria. 10 Levantaos y echad a andar, que no es tiempo de holganza. Por su inmundicia será atormentado con horrible tormento. 11 No profetiza falsamente el hombre inspirado. Yo te profetizo el vino y la bebida embriagadora de que rebosa este pueblo. Miqueas hace frente a los falsos vaticinios de los profetas mendaces que anuncian prosperidades al pueblo:
¡No vaticinéis.! Se creían al abrigo de toda adversidad política:
el oprobio no nos alcanzara (v.6). Muchos autores creen, sin embargo, que el profeta trae aquí las protestas del pueblo contra los anuncios tristes proclamados por Miqueas:
¡No vaticinen.! El oprobio no nos alcanzara, y, en ese caso, parece lógica la ilación del pensamiento del í.7: ¿Se
ha acortado la paciencia de Yahvé? ¿Dónde están sus obras? El pueblo judío se creía al abrigo de toda catástrofe nacional, confiando en la tradicional protección de Yahvé. La historia mostraba que su Dios había sido muy paciente con las pasadas generaciones; no iba, pues, a cambiar ahora de proceder.
Más bien el texto parece sugerir que el auditorio de Miqueas está consternado ante sus amenazas, y se pregunta si Yahvé no ha cambiado de conducta, pues en tiempos anteriores había ayudado y perdonado a su pueblo conforme a su paciencia, pero ahora sí son verdad las amenazas de Miqueas: ¿Se
ha acortado la paciencia de Yahvé? ¿Dónde están sus obras o manifestaciones de perdón otorgadas anteriormente? El profeta proclama que Yahvé no ha cambiado en su proceder,
sino que da a cada uno conforme a su conducta moral: ¿Mis
palabras no están plenas de bondad para los que caminan en rectitud? Es bueno para los que siguen las sendas del bien.
Las amenazas proclamadas por el profeta son consecuencia de sus pecados, que reclaman justicia. Las clases dirigentes expolian al pueblo, y en ello no hacen sino adelantarse al despojo que va a realizar Salmanasar con su ejército; en esto son auxiliares del conquistador asirio:
Ayudáis al enemigo contra mi pueblo. Delante de Salmanasar arrebatáis el botín de guerra a los que confiados van su camino (v.8)4, es decir, al pueblo sencillo, que camina confiadamente, sin dobleces en la vida y sin esperar que los magnates se aprovechen de su posición para expoliarlos. Esta conducta contribuirá a que Yahvé envíe el terrible castigo al invasor asirio, que llevará cautivos a los israelitas:
Arrojáis a las mujeres de mi pueblo de su querido hogar (v.9), y, con ello, sus hijos serán privados de la
gloria de Yahvé, pues no podrán considerarse hijos de Israel en su patria, con el privilegio de asistir a los cultos del Dios nacional. Yahvé había prometido su protección y bendición a su pueblo, pero ahora llega el castigo por sus pecados, y las próximas generaciones se sentirán huérfanas de su Dios, lo que constituía su
gloria. El castigo es tan inminente, que el profeta invita a sus oyentes pecadores a ponerse en marcha hacia el exilio antes de que llegue de hecho:
Levantaos y echad a andar. (v.10). Toda la tierra de Israel está contaminada con la
inmundicia del pecado, que va a ser castigado con
horrible tormento5. Por ello, el profeta hace una llamada a sus corazones: él es
profeta y, como tal,
no profetiza falsamente 6. No puede ocurrir que uno que esté
inspirado de Dios pueda anunciar algo falso, y, por tanto, deben atender a la profecía de Miqueas que anuncia el despliegue de la ira divina:
yo te profetizo el vino y la bebida embriagadora de que rebosa este pueblo. Supone el profeta que Yahvé va a dar a beber del cáliz embriagador de su ira 7.
Es la hora de su justicia punitiva. Nadie puede librarse de ella, a menos que se cambie de vida. Estas profecías conminatorias son siempre condicionadas.
La intervención salvadora de Yahvé (12-13).
12 Yo te reuniré, Jacob, todo entero; yo reuniré los restos de Israel, yo los congregaré corno ovejas en el aprisco, corno rebaño en medio del pastizal, y, llenos de espanto, huirán ante el desastre8. 13 Irá delante de ellos el que rompe la marcha; irrumpirán y traspasarán la puerta y saldrán por ella, y delante de ellos marchará su rey, y a su cabeza Yahvé. Estos versos han sido diversamente interpretados. Muchos autores ven aquí un anuncio del retorno glorioso del exilio, con Yahvé a la cabeza. Quizá sea mejor considerarlos como continuación de la amenaza anterior. El profeta acaba de conminarlos para que se lancen a la huida antes de que llegue la catástrofe. Ahora parece anunciarles que el mismo Yahvé les ayudará a abrirse paso en la huida. Yahvé los va a reunir como un rebaño en su aprisco para emprender la huida todos juntos bajo su protección. Probablemente la frase es irónica: Yahvé siempre los había congregado para salvarlos, pero ahora es para mandarlos al destierro, si bien en ello hay un sentido de salvación, pues es el único modo de librarse de la muerte.
El profeta describe a Israel como un rebaño que va tras el macho cabrío:
ira delante de ellos el que rompe la marcha (v.13); es el
rey o jefe político, que debe abrir la marcha en la huida. La frase
y a su cabeza Yahvé es considerada por muchos autores como glosa. Pero bien puede ser de Miqueas, que, para anunciar la inminencia de la catástrofe,
presenta a Yahvé ayudando a su pueblo a salvarse en su trágica huida. Como dijimos antes, este fragmento es considerado por muchos como el anuncio del retorno glorioso del exilio, al estilo de
Isa_52:12. Así, Condamin cree que debe colocarse después
Deu_4:7.
1 Así según un ligero cambio propuesto por Hoonacker. Cantera: Como es arrebatada de mí (la porción de mi pueblo). Entre los apóstatas nuestros campos son repartidos. 2 Así según la
Bib. de Jér. . ~ 3 La
Bib. de Jér.: ¿La casa de Jacob será maldita? ¿Yahvé ha perdido la paciencia? ¿Es éste su modo de obrar? 4 La traducción es según la reconstrucción de Hoonacker. El verso es oscuro. La
Bible de Jérusalen: Vosotros os levantáis como enemigos contra mi pueblo. Al que es irreprochable le quitáis el manto; a quien se cree en seguridad le infligís desastres de guerra. 5 La última parte es traducida por la
Bib. de ér,: Por causa de nada conseguís con extorsiones una prenda aplastante. 6 Verso oscuro. Cantera: Si yo fuera un hombre que corriese tras el viento y mintiera falsedades, yo te predicaría de vino e hidromiel, y ése sería el profeta adecuado para este pueblo. La traducción de la
Bib. de Jér. es parecida a ésta. Según ella, el sentido sería que el profeta apropiado para Israel sería el que halagara sus pasiones y caprichos. 7 Cf.
Isa_14:14;
Isa_29:95;
Jer_25:16.27;
Jer_49:12;
Hab_2:16;
Zac_12:2. 8 Así según la reconstrucción plausible de Hoonacker. El TM parece decir: producirán gran tumulto por la gente. La Bibíe
de Jér. propone esta lectura corregida: No tendrán temor de nadie.