Ver contexto
Pues ahora yo comienzo a herirte,
a devastarte por tus pecados.
(Miqueas 6, 13) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

גַם‎(גַּם)

Hebrew|ḡam-|even

Part-of-speech: adverb
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1571] [c.ck.ab] [361a]
[גם] [GES1466] [BDB1671] [HAL1690]

אֲנִ֖י‎(אֲנִי)

Hebrew|ʔᵃnˌî|i

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H589] [a.eg.aa] [129]
[אני] [GES567] [BDB598] [HAL620]

הֶחֱלֵ֣יתִי‎(חָלָה)

Hebrew|heḥᵉlˈêṯî|become weak

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: hif‘il


[H2470] [h.cn.aa] [655]
[חלה] [GES2407] [BDB2688] [HAL2684]

הַכֹּותֶ֑ךָ‎(נָכָה)

Hebrew|hakkôṯˈeḵā|strike

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: unknown
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: infinitive (construct)
Verbal stem: hif‘il


[H5221] [n.dk.aa] [1364]
[נכה] [GES5139] [BDB5736] [HAL5628]

הַשְׁמֵ֖ם‎(שָׁמֵם)

Hebrew|hašmˌēm|be desolate

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: unknown
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: infinitive (absolute)
Verbal stem: hif‘il


[H8074] [v.ea.aa] [2409]
[שמם] [GES8030] [BDB8834] [HAL8770]

עַל‎(עַל)

Hebrew|ʕal-|upon

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5921] [k.bg.ac] [1624p]
[על] [GES5848] [BDB6471] [HAL6395]

חַטֹּאתֶֽךָ‎(חַטָּאת)

Hebrew|ḥaṭṭōṯˈeḵā|sin

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2403] [h.bu.af] [638e]
[חטאת] [GES2340] [BDB2610] [HAL2609]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



6. Reprensión de Israel por sus Transgresiones.
Los c.6-7 constituyen una nueva sección, y en ellos se expresa, de modo dramático, la interpolación de Yahvé a su ingrato pueblo por sus iniquidades. La requisitoria de Yahvé recuerda a Israel su olvido de los antiguos beneficios conferidos al salir de Egipto. Yahvé dirige sus quejas contra Israel, que puede aplicarse al reino del norte, con Samaría por capital (y en este caso el oráculo sería anterior a la destrucción de Samaría, 721 a.C.) o a las doce tribus de Jacob en general.

Querella de Yahvé con Israel (1-5).
1 Oíd, pues, lo que dice Yahvé: ¡Levántate, queréllate contra los montes y que oigan tu voz los collados! 2 ¡Oíd, montes, la querella de Yahvé; prestad oído, cimientos de la tierra! Porque tiene Yahvé querella con su pueblo y va a altercar con Israel. 3 ¿Qué te he hecho yo, pueblo mío? ¿En qué te he molestado? ¡Respóndeme! 4 Porque yo fui quien te hizo subir de la tierra de Egipto, te redimí de la casa de la servidumbre y mandé a tu frente a Moisés, Aarón y María. 5 Acuérdate, pueblo mío, de qué pedí a Balac, rey de Moab, y qué le respondió Balaam, hijo de Beor, desde Sitim hasta Guilgal, para que reconozcas las justicias de Yahvé.

La requisitoria es tierna y dramática. Enfáticamente se invita a los montes y collados a ser testigos de esta querella contra la ingratitud de Israel para que lo transmitan a las generaciones futuras. Los montes y collados representan aquí a la nación israelita, a la que Yahvé va a llamar a litigio. De ahí la expresión queréllate contra los montes del v.1. La tierra de Israel era casa particular del Dips de Israel. Las transgresiones del pueblo elegido la habían maculado, y por eso se invita al profeta a pedir cuenta a los accidentes geográficos de la tierra santa por antonomasia.
Con acento tierno, Dios se presenta a su pueblo como inocente. Durante toda la historia no ha hecho sino acumular beneficios. Jamás le ha inferido mal: ¿en qué te he molestado? (v3). Es el grito de un corazón lacerado por la ingratitud de un pueblo que no ha comprendido los beneficios recibidos desde que empezó a formarse como nación: yo te hice subir de la tierra de Egipto (v.4). En la peregrinación azarosa por el desierto, Yahvé les dio un guía en Moisés y unos consejeros en Aarón y María 1.
Y poco antes de entrar en Canaan, las bendiciones sobre Israel se volvieron a repetir por boca de Balaam, falso profeta contratado por el rey de Moab, Balac, para maldecir al pueblo israelita acampado en la estepa moabita 2. La expresión desde Sitim hasta Guilgal parece aludir a la protección especial de que fue objeto Israel desde que terminó su peregrinación por el desierto (cuya última etapa fue Sitim) hasta que entró en Canaán, al otro lado de Ganaán, acampando en Guilgal 3.
Yahvé guió, pues, a Israel desde las estepas del Sinaí hasta la tierra de promisión, colmándole de bendiciones y protegiéndole contra todo evento. Aquí se recuerdan estos beneficios para hacer resaltar la ingratitud del pueblo elegido: para que reconozcas las justicias de Yahvé, es decir, su generosidad para con Israel. Toda la historia del pueblo elegido es un trenzado de hechos providenciales, a veces espectaculares, en favor de los descendientes de Jacob; son las justicias de Yahvé, prontas a proteger al pueblo que había de ser el vehículo de transmisión de las promesas salvíficas sobre la humanidad entera.

Israel, dispuesto a aplacar la ira de Yahvé (6-7).
6 ¿Con qué me presentaré yo ante Yahvé y me postraré ante el Dios de lo alto? ¿Vendré a El con holocaustos, con becerros primales? 7 ¿Se agradará Yahvé de los miles de carneros y de las miríadas de arroyos de aceite? ¿Daré mis primogénitos por mis prevaricaciones, y el fruto de mis entrañas por los pecados de mi alma?

El profeta, ante las exigencias y reconvenciones de Yahvé, enojado por tanta ingratitud, presenta al pueblo preocupado por dar satisfacción a su Dios. Pero en su simpleza no se le ocurre sino apelar a los medios tradicionales de culto externo: holocaustos a base de miles de carneros con abundantes oblaciones de aceite (v.6). En realidad, los sacrificios como tales, si no van acompañados de la compunción del corazón y el arrepentimiento de los pecados, no tienen ningún valor. Por eso, aunque se multiplicaran por miles los carneros y por miríadas los arroyos de aceite (expresiones hiperbólicas para recalcar más la idea de impotencia en cuanto a la expiación), Yahvé no habría recibido satisfacción alguna4.
Y aunque entregaran sus primogénitos, sus seres más queridos, fruto de sus entrañas, no aplacarían al Dios enojado. No es que aquí el profeta admita los sacrificios humanos como lícitos (jamás en la Biblia son considerados como lícitos; al contrario, los hagiógrafos expresan el horror por los sacrificios de niños entre los cananeos y moabitas), sino que hiperbólicamente el profeta indica que ni la entrega a Dios de lo más querido, como son los hijos, serviría para satisfacer a la ira divina. Dios quiere, ante todo, de su pueblo la entrega íntima de su corazón. Es la enseñanza que a continuación va a proclamar el profeta.

Yahvé, intransigente con las injusticias de los. israelitas (8-16)
8 ¡Oh hombre! bien te ha sido declarado lo que es bueno y lo que de ti pide Yahvé: hacer justicia, amar el bien y caminar en la presencia de tu Dios. 9 La voz de Yahvé interpela a la ciudad (sabiduría es temer tu nombre): Oye, tribu; oye, asamblea de la ciudad 5: 10 ¿Voy a perder de vista la casa del impío 6, los tesoros de iniquidad y el detestable efá escaso ? 11 ¿Voy a perdonar a pesar de las balanzas falsas y de las bolsas de pesas fraudulentas? 12 Por haberse llenado sus ricachos de violencias y haber hablado falsamente a sus habitantes, llevando en su boca una lengua mendaz, 13 por eso me he puesto yo también a herirte y a devastarte a causa de tus pecados. 14 Comerás y no te saciarás, y el hambre te roerá las entrañas; apartarás, pero no lo librarás, y lo que librares, yo lo daré a la espada. 15 Sembrarás y no cosecharás; pisarás la aceituna, pero no te ungirás con su óleo; el mosto, pero no beberás su vino,16 Has guardado los mandatos de ómrí y todas las obras de la casa de Acab, y has andado según sus consejos para que yo te entregue a la devastación y dé tus habitantes al escarnio. Llevaréis, pues, sobre vosotros el oprobio de mi pueblo.

El profeta declara, en nombre de Dios, que para agradar a Dios hay que atender sobre todo a la práctica de las virtudes morales. La expresión ¡oh hombre! bien te ha sido declarado lo bueno puede aludir a las exigencias de la ley natural, conocidas por el hombre como tal, o a la predicación de los profetas anteriores, como Amos y Oseas7, que tanto habían inculcado pocos años antes, en el reino de Samaría, el cumplimiento de los deberes naturales con los desvalidos y desheredados: hacer justicia, amar el bien y caminar en la presencia de Dios (v.8). Este es el gran programa que exige Dios de los israelitas, y no puede ser sustituido por las prácticas meramente externas de culto en orden a agradarle.
Precisamente por no haber sido fiel a estos preceptos, Yahvé va a-interpelar a la ciudad (probablemente Samaría) (v.8). La frase sabiduría (o cordura) es temer tu nombre es como un paréntesis doxológico, que puede ser de un redactor posterior. La requisitoria de Yahvé se dirige directamente a la tribu y asamblea de la ciudad, es decir, a todo el reino del norte, y en particular a los habitantes de Samaría. Los términos de acusación están en parte tomados de Amos y de Oseas, quienes con toda crudeza habían condenado los procedimientos fraudulentos de los ricos en la explotación de los pobres 8.
Yahvé no puede pasar por alto las transgresiones elementales de la justicia social: ¿Voy a perder de vista la casa del impío? (v. 10). Sus tesoros de iniquidad, e.d., amontonados con los procedimientos más inicuos e injustos, están clamando por la intervención de la justicia divina. Yahvé no puede aprobar las fraudulencias que se realizan en las transacciones, reduciendo el efá (medida de áridos equivalente a unos 39 litros). La corrupción es general, y, por eso, las balanzas falsas y las pesas fraudulentas están a la orden del día. Todo es violencia y falsía. La ira divina tiene que descargar necesariamente en defensa de los derechos de la justicia conculcada. Vendrá la devastación, traída por el invasor asirio.
Y el profeta vuelve a recordar el vaticinio siniestro de Oseas: comerás y no te saciarás (v.14) 9. De nada les servirá a los israelitas el comer, pues no lograrán satisfacer sus necesidades, y, aunque pretendan salvar algo de la catástrofe, al fin todo quedará en poder del enemigo: apartarás (parte de tus bienes e hijos para salvarlos), pero no lo librarás, porque todo será entregado por Yahvé a la espada. Tampoco lograrán cosechar lo que sembraron (v.15). Sus trabajos serán totalmente estériles 10: pisarás la aceituna, pero no te ungirás con su óleo. Todo quedará en poder del implacable invasor. Y todo ello como castigo de sus iniquidades.
Los habitantes de Samaría no han hecho sino imitar la pésima conducta de sus antepasados: Has guardado los mandatos de Omrí y las obras de la casa de Acab (v.16). Omrí (885-874), padre de Acab (874-853), había fundado la ciudad de Samaría y es el fundador de una dinastía. Dejó fama de impío y de tirano n, lo mismo que su hijo Acab, el gran perseguidor del profeta Elias. Miqueas, en este fragmento, echa en cara a los moradores del reino del norte el haber seguido los malos ejemplos de los dos reyes impíos. Por eso Yahvé los entregará a la devastación. Es el anuncio solemne de la ruina de Samaría, que tuvo lugar el 721 a.C., y que aquí tiene caracteres de maldición: llevaréis sobre vosotros el oprobio de mi pueblo. La frase va dirigida contra los individuos del reino del norte, que han de participar del oprobio o maldición que recaerá sobre todo el pueblo como colectividad, la nación condenada a la ruina.

1 Cf. Exo_15:208. 2 Cf. Núm 22ss. 3 Cf. Num_22:1; Jos_3:1; Jos_4:19; Joe_4:18. 4 Sobre las víctimas para los holocaustos véase Exo_12:5; Lev_9:3; Num_15:27. 5 Así siguiendo el texto griego. 6 Así según una reconstrucción de Hoonacker. La Bib. de Jér.: ¿Puedo yo soportar una medida falsa? Cantera: ¿Puedo soportar la casa del impío.? 7 Cf. Amo_5:14.21; Ose_6:6. 8 Cf. Amó_8:5-6. 9 Cf. Ose_4:1 o. 10 Cf. Amo_5:11. 11 Cf. 1Re_16:31; 1Re_18:18; 1Re_22:26.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VI.

1 Gods controuersie for vnkindnesse, 6 for ignorance, 10 for iniustice, 16 and for idolatry.
1 Heare yee now what the Lord saith, Arise, contend thou [ Or, with.] before the [ Isa_1:2.] mountaines, and let the hilles heare thy voice.
2 Heare yee, O mountaines, the Lords controuersie, and ye strong foundations of the earth: for the Lord hath a controuersie with his people, and he will pleade with Israel.
3 O my people, what haue I done vnto thee, and wherein haue I wearied thee? testifie against me.
4 For I brought thee vp out of the land of [ Exo_12:51; Exo_14:30.] Egypt, and redeemed thee out of the house of seruants, and I sent before thee Moses, Aaron and Miriam.
5 O my people, remember now what [ Num_22:5; Num_23:7.] Balak king of Moab consulted,

[Gods controuersie with his people.]

and what Balaam the sonne of Beor answered him from [ Num_25: ] [ Jos_5: ] Shittim vnto Gilgal, that yee may know the righteousnesse of the Lord.
6 Wherewith shall I come before the Lord, and bow my selfe before the high God? shall I come before him with burnt offerings, with calues [ Hebrew: sonnes of a yeere.] of a yeere olde?
7 Will the Lord be pleased with thousands of rammes, or with tenne thousands of riuers of oyle? shall I giue my first borne for my transgression, the fruit of my [ Hebrew: belly.] body for the sinne of my soule?
8 Hee hath [ Deu_10:12 .] shewed thee, O man, what is good; and what doeth the Lord require of thee, but to do iustly, and to loue mercy, and to [ Hebrew: humble thyselfe to walke.] walke humbly with thy God?
9 The Lords voice cryeth vnto the citie, and [ Or, thy name shall see that which is.] the man of wisedome shall see thy Name: heare ye the rodde, and who hath appointed it.
10 [ Or, is there yet vnto euery man an house of the wicked? etc.] Are there yet the treasures of wickednesse in the house of the wicked, and the [ Hebrew: measure of leannesse.] scant measure that is abominable.
11 [ Or, shall I be pure with, etc.] Shall I count them pure with the wicked balances, and with the bag of deceitfull weights?
12 For the rich men thereof are full of violence, and the inhabitants thereof haue spoken lies, and their tongue is deceitfull in their mouth.
13 Therefore also will I make thee sicke in smiting thee, in making thee desolate, because of thy sinnes.
14 Thou shalt eate, but not be satisfied, and thy casting downe shall be in the midst of thee, and thou shalt take holde, but shalt not deliuer: & that which thou deliuerest, will I giue vp to the sword.
15 Thou shalt [ Deu_28:38 ; Hagg. 1.6.] sow, but thou shalt not reape: thou shalt tread the oliues, but thou shalt not anoint thee with oile; & sweet wine, but shalt not drinke wine.
16 For [ Or, he doth much keepe the, etc.] the statutes of [ 1Ki_16:25-26 .] Omri are kept, and all the workes of the house of [ 1Ki_16:30 , etc.] Ahab, and ye walke in their counsels, that I should make thee a [ Or, astonishment.] desolation, and the inhabitants thereof an hissing: therefore yee shall beare the reproch of my people.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Las maldiciones del pacto cumplidas sobre Jerusalén

Este oráculo de juicio consiste en discurso (9), acusación (10-12) y sentencia (13-15). El v. 16 repite la acusación (16a) y la sentencia (16b).

9 El discurso tiene dos partes. Primera, Miqueas ordena Escucha (o He aquí). La voz de Jehovah proclamará a la ciudad (Jerusalén). En un aparte a Dios, Miqueas añade: él salvará a los que temen su nombre. Segunda, Dios se dirige a la gente. El v. 9 bien puede leerse: Escucha, oh tribu y la asamblea de la ciudad.

10-12 La acusación de la deshonestidad comercial también se desenvuelve en dos etapas: Dios, usando la primera persona, acusa directamente a sus ciudadanos de usar falsas medidas (10) y pesas (11), y luego, hablando de la elite de la ciudad en tercera persona, los acusa de hablar falsamente en los tribunales (12). 10 La primera parte del versículo dice de hecho: ¿Perdonaré el bato injusto? Se trata de la medida de líquidos, en paralelo aquí con el efa (la medida de áridos), cada una de las cuales era una décima de homer o 22 litros (medio bushel). Si Dios fuera a exonerar a los mentirosos y tramposos, sería cómplice de ellos. El apoya las pesas y medidas justas (Lev. 19:35, 36; Deut. 25:13-16; Eze. 45:10) y considera que la medida escasa ... es detestable (eso es, que traerá el juicio de Dios, no bendiciones). 11 El tampoco va a justificar las balanzas de impiedad y ... pesas fraudulentas. La injusticia por parte de la elite de Israel (2:1, 2; 3:1-4) se había extendido tanto a través de toda la nación de modo que Dios tenía que entenderse con toda la comunidad. 12 Sus ricos se han llenado de explotación ... sus habitantes han hablado mentiras (eso es, ellos abusan de los que no tienen poder en los tribunales, con falsas acusaciones y juicios injustos; véase 2:1, 2; cf. Salmos 27:12; 55:11; 58:1, 2).

13-15 Dios, pues, pronuncia la sentencia que corresponde al crimen. 13 El texto realmente dice: En cuanto a mí, voy a enfermarte [singular, eso es, al individuo pecador], no dice he comenzado. Arruinarte significa devastar físicamente. 14 Dios ahora especifica la enfermedad que arruina: Tú comerás, pero no te saciarás; tú serás golpeado por la disentería. Llegarás a estar de parto, pero no darás a luz, y aunque tuvieras un hijo yo lo entregaré a la espada. Los desastres advertidos en las maldiciones del pacto ahora son ejecutados (cf. Lev. 26:26; Deut. 28:15, 18). 15 Además, perderán sus cosechas, también de acuerdo con las maldiciones del pacto (Lev. 26:16; Deut. 28:40, 51). Las maldiciones repetidas funcionan como un código para capacitar a Israel para interpretar estos horrores como provenientes de Dios, quien les había advertido de antemano de las consecuencias de abandonar el pacto.

16 En un resumen Dios acusa a Jerusalén de seguir los pecados del infame Omri (1 Rey. 16:25) y de su hijo Acab que se hizo legendario por sus fraudes y extorsiones (1 Rey. 21). Por tanto, Dios los entrega a la ruina y a la afrenta (cf. Deut. 28:25).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Llamada a juicio - Compensación cúltica - Denuncias y amenazas. Dios llama a juicio a su pueblo; Él es el juez y el acusador, el acusado es el pueblo y los testigos son las montañas y las colinas del país (1s). El juez, Dios, comienza pidiendo al acusado, Israel, que haga memoria, que recuerde bien cuáles fueron las acciones de Dios contra el pueblo, para que ahora se comporte como un enemigo que cobra venganza (3-5). Israel sólo puede recordar las intervenciones amorosas de Dios en el pasado, que graciosamente optó por una masa de esclavos para darles la libertad y la vida y para que vivieran como humanos en una tierra dada por Él (3-5).
Mediante este recurso a la memoria, Israel reconoce que no ha correspondido en nada a las expectativas de Dios, admite su pecado y quiere resarcirlo, pero de una manera torpe y equivocada: ¿con cuál de los posibles sacrificios de expiación podré «aplacar» al Señor? (6s). Con ninguno, porque no es eso lo que el Señor pide. ¿De qué le sirven al Señor tantos sacrificios y holocaustos, si la perversión del corazón sigue intacta? Todo lo que el Señor espera es la práctica de la justicia y fidelidad a sus mandatos; lo que ya le había dado a conocer era lo que tenía que hacer (8). El versículo 9a es la respuesta del que ha estado equivocado y reconoce su error.
La segunda parte del capítulo (9b-12) explicita con más detalle las acciones contrarias a la justicia que el pueblo ha practicado. Es una manera de decirle al pueblo: «Cuando Dios esperaba de Israel unos frutos acordes con los beneficios de la salvación y de la libertad, miren lo que ha hecho». De ahí que el destino de Israel sea cosechar lo que él mismo sembró; sembró injusticia y pecado, ahora tendrá más injusticia y muerte para sí mismo (13-16). Se ve, entonces, que no se trata de una «venganza» de Dios, es el mismo hombre, el mismo pueblo que se autodestruye con obras contrarias al proyecto de Dios. Como quiera que todo el capítulo gira en torno a la idea de juicio, éste es el castigo, su propio castigo.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1-5. Este proceso judicial del Señor contra Israel es una de las páginas más conmovedoras de toda la Biblia. En un tribunal de proporciones cósmicas, el Señor dirige a su Pueblo una requisitoria apasionada, recordándole sus beneficios y preguntándole la razón de su ingratitud. Este pasaje ha sido incorporado a la liturgia del Viernes Santo.

1. El profeta es el encargado de abrir el proceso, llamando como testigo a toda la creación. Ver Isa_1:2; Sal_50:1-7.

5. Ver Núm. 22 - 24; Deu_23:6.

6-7. Estos versículos contienen la respuesta del pueblo, que espera aplacar la ira del Señor multiplicando sus ofrendas y sacrificios. En su incapacidad para comprender las exigencias morales de la Alianza, él piensa que los actos cultuales bastan para satisfacer las exigencias divinas. Ver nota Isa_1:11-17.

8. El profeta cierra el proceso, proponiendo un programa de vida que resume admirablemente toda la moral de los Profetas.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 6.5 De Sitim a Guilgal: Sitim fue el último lugar donde Israel acampó antes de cruzar el Jordán; Guilgal, el lugar de su primer campamento al oeste de ese río.

[2] 6.7 Si le ofrezco mi hijo mayor: El sacrificio del hijo primogénito, practicado a veces por los cananeos, estaba terminantemente prohibido en Israel (Lv 18.21; 20.2-5; Dt 12.31; 18.10; cf. 2 R 16.3; 21.6).

[3] 6.6-8 Estos vv. resumen la predicación moral de los profetas. Miqueas retoma así el concepto de justicia que se encuentra en Amós (Am 5.21-25), los conceptos de fidelidad y amor, en Oseas (Os 1--3) y los de fe y humildad, en Isaías (cf. Is 2.6-17; 7.8-9). Dios rechaza aquellos sacrificios que son prácticas puramente exteriores (cf. 1 S 15.22-23; Pr 21.3; Is 1.11-14; Os 6.6; Zac 7.9-10).

[4] 6.16 Cf. 1 R 16.23-34; 21.25-26.

Torres Amat (1825)



[1] Oigan los reyes y potentados. Pasaje clásico que resume el mensaje de los profetas.

[5] O de lo que contra ti maquinó. Num 22, 23-24.

[6] Responde el pueblo.

[15] Deut 28, 38; Ag 1, 6.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

6:13 «comienzo» versiones; «he hecho enfermar» hebr.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

6:13 «comienzo» versiones; «he hecho enfermar» hebr.