Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Los firmantes de la alianza (10:1-28).
1
Por todo esto, nosotros hacemos hoy una fiel alianza y la escribimos, signada por nuestros príncipes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes. 2
Los que firmaron con sus sellos fueron: Nehemías el gobernador, hijo de Helcías; Sedecías, 3
Serayas Azarías, Jeremías, 4
Pasjur, Amarías, Malaquías, 5
Jatús, Sebanías, Maluc, 6
Jarín, Meremot, Obadías, 7
Daniel, Guinetón, Baruc, 8
Mesulam, Abías, Miyamín, 9
Maasías, Bilgai y Semeyas. Estos sacerdotes. 10
Levitas: Josué, hijo de Azanías; Binuí, de los hijos de Jenadad; Cadmiel 11
y sus hermanos; Sebanías, Odias, Quelita, Pelayas, Jonán, 12
Mica, Rejob, Jasabías, 13
Zacur, Serebías, Sebanías, 14
Odias, Baní y Beninu. 15
Cabezas del pueblo: Paros, Pahat Moab, Elam, Zatu, Baní, 16
Buní, Azgab, Babai, 17
Adonías, Bigval, Adim, 18
Ater, Je-jisquía, Azur, 19
Odias, Jasum, Besai, 20
Jarif, Anatot, Nebaí, 21
Magpías, Mesulam, Jezir, 22
Mesezabeel, Sadoc, Jadúa, 23
Pelatías, Janán, Ananías, 24
Hoseas, Jonanías, Jasub, 25
Halojes, Pilja, Sobeo, 26
Rejum, Jesabna, Maaseas, 27
Ajías, Janán, Anán, 28
Maluc, Jarim, Baana. La expresión corriente para la alianza es
karath berith =· cortar la alianza, aludiendo a la ceremonia de dividir una víctima en el acto de contraer una alianza (
Jer_34:18). El escrito donde estaba la alianza antes de firmarse se plegó y se puso el sello en la parte exterior, llamándose por lo mismo
hatum, como en Jeremías (
Jer_32:11-14)·junto al sello pusiéronse las firmas (
Jer_32:10-14). En el texto griego no figura Nehemías entre los firmantes. Firman veintiún sacerdotes, cuyos nombres reaparecen en 12:1-7; de los levitas (9:4-5; 11:22-24; 12:8-9) firman diecisiete.
Juramento del pueblo (10:29-40).
29
Y el resto del pueblo, los sacerdotes y los levitas, porteros y cantores, los netineos y todos los que se habían apartado de los pueblos de la región, volviendo a la Ley de Dios, sus mujeres, sus hijos y sus hijas y todos cuantos tenían conocimiento y discreción, 30
se adhirieron a sus hermanos, sus príncipes, y convinieron en la protestación y el juramento de andar en la Ley de Dios, que dio por mano de Moisés, su siervo, y guardar y cumplir los mandamientos de Yahvé, nuestro Señor, y sus juicios y preceptos; 31
de no dar nuestras hijas a los pueblos de aquella tierra, ni tomar sus hijas para nuestros hijos; 32
de no comprar nada en día de sábado, en día santificado, de las mercaderías y comestibles que en sábado trajesen a vender los pueblos de la tierra; de liberar la tierra el año séptimo y remitir toda deuda. 33
Impusimos, además, por ley la carga de contribuir cada año con un tercio de siclo para la obra de la casa de nuestro Dios, 34
para los panes de la proposición, para la ofrenda perpetua y para el holocausto continuo, el de los sábados, el de los novilunios y el de las solemnidades, para las santificaciones y sacrificios expiatorios por Israel y para toda la obra de la casa de nuestro Dios. 35
Echamos también suertes entre los sacerdotes, los levitas y el pueblo, sobre la ofrenda de la leña, y para traerla a la casa de nuestro Dios en tiempos determinados cada año, para quemarla sobre el altar de Yahvé, nuestro Dios, según está prescrito; 36
de traer cada año las primicias de nuestra tierra y las primicias de los frutos de nuestros árboles a la casa de Yahvé, así como los primogénitos de nuestros hijos y de nuestras bestias, como está escrito en la Ley; 37
y de traer los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios; 38
de traer las primicias de nuestras masas y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, del vino, del aceite, a los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra a los levitas; y de que recibirían los levitas las décimas de nuestras labores en todas las ciudades. 39
De que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas cuando los levitas recibieran el diezmo, y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro; 40
pues a las cámaras han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite, y allí han de estar los vasos del santuario y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores, no abandonando la casa de nuestro Dios.
Con juramento obligáronse a no contraer matrimonios mixtos (v.31), a no comerciar en sábado (
Exo_31:12-14;
Exo_23:12;
Deu_5:12; v. 18:3), no admitiendo la mercancía de los pueblos del país (13:16). Se juramentaron a guardar el año sabático, dejando la tierra en barbecho (
Exo_23:10;
Lev_25:2-7;
Deu_15:2), a no exigir la deuda (v.32;
Deu_15:1-6), a pagar la contribución al templo por valor de un tercio de siclo, en vez de medio (
Exo_30:11-16;
Exo_38:26), dada la condición económica precaria en que se hallaban. Con ello contribuían a sufragar los gastos de los panes de la proposición (
Lev_24:5-8), la ofrenda perpetua (
Exo_29:38-42;
Num_28:3-8), el holocausto perpetuo (
Exo_29:38-42;
Num_28:3-8), los sacrificios del sábado (
Num_28:9-10), de los novilunios (
Num_28:11-15), de las fiestas
Num_28:16-29) y expiatorios (
Lev_4:13-21;
Lev_16:21-34). El edificio del templo necesitaba continuas reparaciones (Esdr 3:8; 6:22), que todos se comprometen a sufragar. De la misma manera se obligan a procurar la leña para el sacrificio (
Lev_6:5-13;
Jos_9:27; Esdr 2:43), a hacer la ofrenda de las primicias del campo (
Exo_23:19;
Deu_26:2-10), de los árboles (
Num_18:12;
Lev_19:23;
Deu_8:8). Debían consagrarse a Dios los primogénitos de los hombres, que se rescataban con cinco siclos de plata. Rescatábanse asimismo los primogénitos de los animales inmundos (
Exo_13:11-16;
Exo_34:19-20;
Lev_27:27;
Num_18:15-19). Los primogénitos de los animales mundos eran ofrecidos en sacrificio. Otra de las obligaciones a que se obligaron fue a pagar los diezmos a los levitas (
Num_18:20-24), a los que pertenecía toda décima de la tierra (
Lev_27:30). Reforzando las prescripciones del código sacerdotal (Lev c.27 y Núm c.18), que, según Malaquías, el pueblo había olvidado (3-
Lev_8:11), toma Nehemías la decisión de obligar a que lleven a Jerusalén, en los almacenes, todos los diezmos destinados a los levitas, que entregarán a los sacerdotes la parte que se les debe.
En esta solemne asamblea pusiéronse los cimientos del judaísmo. Autoridades y pueblo sellan y firman un documento con el cual se comprometen con juramento a observar en adelante todo cuanto prescribe la Ley de Moisés. Debe considerarse Esdras como el segundo legislador del judaísmo. En el continuo estudio de la Ley llegó él a penetrar en su espíritu y a actualizarla sin quitarle la paternidad mosaica.