Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
34. Las Fronteras de la Tierra de Promisión.
U na vez más se nos dan los límites
ideales de la tierra prometida. Se dan muchos detalles geográficos, algunos de los cuales no son fácilmente identificables. Mirados en sus líneas generales, estos límites son: el desierto por el mediodía, el Mediterráneo por el occidente; por el norte, la cordillera del Líbano y Antelíbano, y el Jordán con el lago de Genesaret y el mar Muerto al oriente. Son los mismos confines que señalará Ezequiel en su reconstrucción ideal de la tierra de los hebreos en la nueva teocracia1, en los tiempos de la restauración mesiánica. De hecho, algunos territorios, como los costeros, no fueron sometidos a Israel sino en el siglo II antes de Cristo, con la toma de Jope por Judas Macabeo2. Lo mismo las fronteras septentrionales y orientales son mucho más amplias que las históricas aun en los tiempos más gloriosos de la monarquía israelita. Estos límites
ideales y deseables aparecen varias veces en la Biblia3,
y aquí se consignan en el estado de esperanza, como gran ilusión para el pueblo escogido.
Límites de la Tierra de Canaán (1-12).
1
Yahvé habló a Moisés, diciendo: 2
Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, he aquí el territorio que será vuestra parte: la tierra de Canaán según sus fronteras: 3
del lado meridional irá por el desierto de Sin a lo largo de Edom. Vuestra frontera meridional arrancará del extremo del mar de la Sal, a oriente; 4
se inclinará al sur, por la subida de Aqrabim; pasará por Sin, llegando hasta el mediodía de Cadesbarne, y continuará por Jasar-Adar, pasando por Asemón, 5
y desde Asemón irá hasta el torrente de Egipto, para morir en el mar. 6
Por frontera occidental tendréis el mar Grande, que por este lado os servirá de confín. 7
El límite septentrional será: a partir del mar Grande le trazaréis por el monte Hor; 8
del monte Hor le llevaréis hasta la entrada de Jamat, llegando a Sédala, 9
y continuará por Zifrón, para terminar en Jasar-Enán; éste será vuestro confín septentrional. 10
La frontera oriental la llevaréis desde Jasar Enán a Sefama; u bajará de Sefama a Ribla, al este de Aín, descendiendo de aquí al oriente hasta el mar de Kineret, 12
y, llegando hasta el Jordán, seguirá a lo largo de éste, para morir en el mar de la Sal. Esta será vuestra tierra y las fronteras que la rodearán.
La designación de
Canaán aparece en las cartas de Tell Amar-na (s.XV a.C.) y en los textos fenicios, pero no en los documentos oficiales asirios, que la llaman Amurra, o país de los amorreos, y
Palastu (Filistea). En los textos egipcios suele ser llamada
Retenu y
Haru, y algunas veces
Kinaji. Los hebreos adoptaron este nombre
(Kenaan)
al hablar de su futura tierra de promisión. Los moradores de esta región son llamados
cananeos o
amorreos, aunque prevalece la primera denominación. En realidad, la población de Canaán era muy mixtificada, pues, además de estos dos pueblos, existían los
jéteos o hititas,
joritas o jorreos-jurritas, más los restos de una raza legendaria presemítica de supuesta estatura gigantesca, a la que se atribuían las construcciones megalíticas:
refaim, zumzum-mim, anaquim, etc.4 La frontera meridional de Canaán, según la indicación bíblica, limita de oriente a occidente, del límite sur del mar Muerto (mar de la Sai) (v.3)5; pasa por la subida de
Aqrabim, o del os escorpiones (el actual
naqb es-Safa)6, por el desierto de Sin, e inclinándose por el sudoeste llega a
Cadesbarne, a la actual
ain-Quedeis; continúa por
Jasar-Adar (la actual
Ain-Que-deiratt)
, pasando por
Asamón (el actual Queseime?)7, que son tres oasis cercanos, llegando hasta el torrente de Egipto, o
Wady el Aris, llamado torrente de la estepa en
Amó_6:14, y en los textos asirios
najal Musur (torrente de Egipto), equivalente al hebreo
najal Misrayim8. La frontera
occidental es el
mar Grande, o Mediterráneo (v.6), el mar más grande conocido de los hebreos, los cuales nunca fueron aficionados a la vida marinera9. La frontera
septentrional parte del Mediterráneo, sin señalar lugar preciso; pasa por el
monte Hor (v.8), que es distinto del cercano a Edom 10, y por unos es identificado con
Amana, cerca del gran Hermón11, y por otros con
djebel Akkar, en la parte septentrional del Líbano. Según la primera interpretación, la frontera partiría de
nahr el-Qasimiyeh, al norte de Tiro, y continuaría hacia el oriente en línea recta. Esta frontera se acerca a los límites históricos de Israel en los tiempos davídicos y de Salomón. Otros prefieren ponerla
idealmente más arriba, junto a la
entrada de Jamat (v.8), la actual
Hema, sobre el Orontes, al norte de Homs, o, según otros, la entrada meridional entre el Líbano y Antelíbano, la
Beqa', valle por el que se desembocaba en
Jamat, en la Alta Siria.
Sedada, quizá el actual
Serada, al sur del Líbano, cerca del Hermón.
Zifrón, quizá Sabarím, el actual
Jirbet-Sabariye, cerca de Serada.
Jasar-ÅçÜç, el actual
el-Hader, cerca de Haurán12. La frontera
oriental está constituida por el lago de Genesaret, llamado
Kineret13; el Jordán y el mar Muerto. Las localidades de empalme con la frontera septentrional son difíciles de identificar14.
La Comisión Distribuidora de la Tierra de Canaán (13-29).
13
Moisés dio esta orden a los hijos de Israel: Esta es la tierra que por suertes habéis de distribuir y que Yahvé ha ordenado dar a las nueve y media tribus; 14
porque la tribu de los hijos de Rubén y la de los hijos de Gad han recibido ya su heredad según sus familias, y la media tribu de Manasés ha recibido también la suya. 15
Estas tribus y la media tribu tienen ya su heredad al lado de allá del Jordán, frente a Jericó, al oriente. l6
Habló Yahvé a Moisés, diciendo: 17
He aquí los nombres de los que han de hacer la distribución de la tierra entre vosotros: Eleazar, sacerdote, y Josué, hijo de Nun. 18
Tomaréis también un príncipe de cada tribu para distribuiros la tierra. 19
He aquí los nombres de éstos: Por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Jefoné; 20
por la tribu de los hijos de Simeón, Samuel, hijo de Amiud; 21
por la tribu de Benjamín, Elidad, hijo de Kislón; 22
por la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buquí, hijo de Yoglí; 23
por los hijos de José: por la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Janiel, hijo de Efod; 24
por la tribu de los hijos de Efraím, el príncipe Quemuel, hijo de Seftán; 25
por la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe Elisafán, hijo de Parnaj; 26
por la tribu de los hijos de Isacar, el príncipe Paltiel, hijo de Ozán; 27
por la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ajiud, hijo de Salomí; 28
por la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael, hijo de Amiud. 29
Estos son aquellos a quienes manda Yahvé distribuir la tierra de Canaán entre los hijos de Israel.
Los v.13-15 son obra de un redactor que vive ya instalado en Palestina, pues se refieren a los territorios de Rubén, Gad y Manasés, con la frase
al lado de allá del Jordán (v.15). Refleja la época del tiempo de los jueces, y, como siempre, para legitimar ortodoxamente la distribución entre las tribus del territorio conquistado, se la atribuye a Moisés, creador del pueblo hebreo como colectividad nacional.
La
comisión distribuidora de la tierra prometida está presidida por el sumo sacerdote Eleazar y el jefe caudillo conquistador , Josué, e integrada por los jefes de cada tribu, como en la confección del censo del pueblo15. En Josué (c. 14-19) no se menciona para nada a esta comisión, sino que es el propio Josué quien distribuye el territorio por suertes para que la acaben de conquistar, lo que no todos pudieron conseguir. Esta
comisión es obra del autor
, que busca vinculación del pueblo a la clase sacerdotal en los momentos solemnes de su vida.
1
Eze_47:13-20. 2
1Ma_14:5. 3 Cf.
Gen_15:18;
Deu_1:7;
Deu_11:24; Jos 4 Véase Abel,
Géog. I 319. 5 Llamado de la sai por la gran salinidad de sus aguas (25 por 100), lo que, unido a sustancias sulfurosas, hace imposible la vida. De ahí la designación de mar Muerto que ha prevalecido. Las características de este mar son conocidas ya por Aristóteles, Pausanias, Diodoro de Sicilia. Véase San Jerón. : PL 47,472-473; Abel,
Géog. I 499. 6 Véase DB I 151-152. 7 Es la tesis de Abel, o.c., I 306: RB (1922) 63-70. 8 Cf. San Jerónimo,
In Is. 27,12: PL 24:313; Abel, o.c., I 301: RB (1922) 413. 9 Cf.
1Re_9:27. 10
Num_20:22. 11 Cf. RB (1895) 27-29. 12 Cf. Abel,
Géog. I 304. 13 Los rabinos han querido explicar el
Kineret por la forma de
arpa (kinor, Kinar) del lago. Generalmente se cree que el nombre proviene de una antigua localidad del noroeste del lago. Después del exilio se llamó Genesar (nombre de la llanura del oeste, que significa jardín del príncipe:
gan-hasar)
; de ahí Genesaret en el í. Ô., mar de Galilea, Tiberíades (Abel, o.c., I 494-498). 14 Véase Abel, o.c., I 4943. 15
Num_1:5-15; en la exploración de Canaán:
Num_13:2-17.