Ver contexto
Porque despreciaron el saber
y no escogieron el temor de Yahvé,
(Proverbios 1, 29) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

תַּ֭חַת‎(תַּחַת)

Hebrew|ˈtaḥaṯ|under part

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8478] [w.an.aa] [2504]
[תחת] [GES8442] [BDB9295] [HAL9212]

כִּי‎(כִּי)

Hebrew|kî-|that

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3588] [k.bg.aa] [976]
[כי] [GES3481] [BDB3883] [HAL3852]

שָׂ֣נְאוּ‎(שָׂנֵא)

Hebrew|śˈānᵊʔû|hate

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H8130] [u.bq.aa] [2272]
[שנא] [GES8083] [BDB8895] [HAL8834]

דָ֑עַת‎(דַּעַת)

Hebrew|ḏˈāʕaṯ|knowledge

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1847] [j.au.ae] [848c]
[דעת] [GES1754] [BDB1970] [HAL1985]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יִרְאַ֥ת‎(יִרְאָה)

Hebrew|yirʔˌaṯ|fear

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3374] [j.df.ac] [907b]
[יראה] [GES3258] [BDB3639] [HAL3606]

יְ֝הֹוָ֗ה‎(יהוה)

Hebrew|[ˈyhôˈāh]|YHWH

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3068] [e.az.ae] [484a]
[יהוה] [GES2969] [BDB3312] [HAL3292]

לֹ֣א‎(לֹא)

Hebrew|lˈō|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

בָחָֽרוּ‎(בָּחַר)

Hebrew|vāḥˈārû|examine

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H977] [b.bg.aa] [231]
[בחר] [GES965] [BDB1044] [HAL1059]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



1. Primeros Avisos y Exhortaciones.

Prologo.

Título, autor y finalidad (1:1-7).
1 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel, 2 para aprender sabiduría e instrucción, para entender sensatos dichos, 3 para alcanzar instrucción y discreción, justicia, f equidad y rectitud; 4 para dar prudencia a los inexpertos, perspicacia y circunspección a los jóvenes. 5 Oyéndolos el sabio crecerá en doctrina y el entendido adquirirá destreza 6 para entender las sentencias y los dichos agudos, las palabras de los sabios y sus enigmas. 7 El principio de la sabiduría es el temor de Yahvé; son necios quienes desprecian la sabiduría y la disciplina.

El prólogo de los Proverbios presenta el título, autor y finalidad del libro, cuestiones que fueron tratadas en la introducción. Respecto de la finalidad, el autor acumula expresiones para ponerla más de relieve con su doble aspecto, especulativo: aprender sabiduría, destreza, discreción; y práctico: alcanzar instrucción y disciplina, justicia, probidad y rectitud. A lo expuesto antes al hablar de ella sólo nos resta añadir aquí la significación concreta de los términos enumerados. Sabiduría es el conocimiento de los principios y normas contenidos en las sentencias de los sabios que enseñan a conducirse con éxito, también en los negocios y empresas de la vida, pero sobre todo en el orden moral, por el cumplimiento de la ley de Dios. Aquellas enseñanzas se encuentran a veces encerradas en sentencias enigmáticas, con el fin de excitar más la atención de los oyentes, para cuya captación hace falta no poco ingenio y destreza, que los sabios deberán enseñar también a sus discípulos. Pero no basta esto, la vida es muy compleja y se presentan con frecuencia situaciones difíciles y delicadas; se precisa entonces clarividencia para distinguir lo verdadero de lo falso, lo bueno de lo malo, y prudencia para una acertada aplicación de los principios de la sabiduría a la vida práctica, lo que se obtiene mediante la sensatez y discreción. La instrucción designa las disposiciones morales, la educación y disciplina que se obtienen mediante la corrección de la naturaleza viciada (19:18; 29:15-17), y que capacitan para conducirse en la vida conforme a los postulados de la sabiduría, cuyo cumplimiento exige vencimiento propio 1. El fin práctico moral es expresado con tres términos que bien pudieran ser sinónimos para significar la perfección moral que persiguen los consejos de la sabiduría. En caso contrario, justicia designaría el cumplimiento de la ley moral en general; la probidad diría relación a las costumbres de acuerdo con dicha ley, y la rectitud indicaría las acciones rectas, en oposición a los caminos torcidos de los malvados.
Los v.4-6 manifiestan quiénes pueden aprovecharse de las enseñanzas del libro. La sabiduría no es patrimonio de unos cuantos, sino que todos pueden sacar fruto de sus consejos. Los faltos de experiencia, expuestos a todos los peligros 2 y a ser seducidos por los malvados, aprenderán la prudencia, que los hará cautelosos ante ellos. Los jóvenes, faltos de reflexión, encontrarán las normas que los librarán de las imprudencias, que los conducen tantas veces a la ruina moral. Los mismos sabios crecerán en sabiduría con las consideraciones de las máximas del libro y se capacitarán más y más para penetrar los enigmas. El verbo hebreo léqah, que traducimos por adquirir destreza (v.5), significa el arte de dirigir una nave; bella metáfora para indicar cómo escuchando los consejos de la sabiduría se adquiere habilidad y destreza para conducirse con acierto en el triple mar tempestuoso del mundo, de nuestro corazón y de la vida humana.
El prólogo concluye estableciendo el principio de la sabiduría. Tal honor corresponde al temor de Yahvé. No se trata del mero temor al castigo, que impulsa a no obrar el mal por el temor a la pena, sino ese temor reverencial del hijo para con su padre, del alma santa para con su Dios, que en el fondo es más amor que temor; es la piedad para con Dios, que lleva al culto, al cumplimiento de sus mandatos. Así, el temor de Yahvé es principio de sabiduría, porque crea esa disposición subjetiva, básica y fundamental que lleva a escuchar y poner en práctica las enseñanzas de la sabiduría, que son para el israelita enseñanzas de Dios. Y será a la vez parte principal de la misma, porque entre las exigencias de una auténtica sabiduría estarán en primer lugar los que miran a Dios, la piedad y religiosidad en que aquél viene a consistir 3. Se añade una afirmación que por la frecuencia con que se repite y explana en el libro merece ser colocada en su prólogo: la necedad de los que desprecian la sabiduría. Se trata, como dice Clemente de Alejandría, no tanto de los que niegan a Dios con la boca cuanto de los que lo niegan con los hechos, es decir, de los impíos más que de los ateos. En este verso de oro escribe Umbreit , la filosofía del Oriente se separa netamente de la de Occidente. El sabio (hebreo) alcanza la sabiduría por medio de la religión, mientras el sabio del Occidente busca llegar a la religión por medio de la sabiduría. Se puede explicar así este verso: sólo el hombre religioso puede llegar a ser sabio.4 La sabiduría bíblica está íntimamente unida a la religión y a la moral.

1 El término hebreo mtísar corresponde a un término egipcio que designa la educación de los niños. Cf. duesberg, Les scribes inspires p.8i y 302. 2 22:3; 27:12. 3 Cf. O. Loretz , II meglio della sapienza e U timore de Jahvé (Pro_1:7 : ye'shtt = il meglio in luce yocis Mari): Bib Or 2 (1960) aioss. 4 Citado en Girotti , / Sapienziali (M. Sales -g. Girotti , La Sacra Bibbia VI; Turín 1928) p.ió.


Primera Parte.
Exhortación al Estudio y Practica de la Sabiduría (1:8-9:18).

Las malas compañías (1:8-19).
8 Escucha, hijo mío, las amonestaciones de tu padre y no desdeñes las enseñanzas de tu madre, 9 pues serán corona de gloria en tu cabeza y collar en tu cuello. 10 Hijo mío, si los malos prentenden seducirte, no consientas. 11 Si te dicen: Ven con nosotros, pongamos asechanzas a la vida ajena, tendamos a placer lazos contra el justo, 12 traguémoslos vivos, como el seol; enteros, como los que bajan al sepulcro; 13 tendremos toda suerte de riquezas, henchiremos nuestras casas de despojos; 14 tendrás tu parte como todos nosotros, no habrá más que una bolsa para todos. 15 No te vayas con ellos, hijo mío; ten tus pies muy lejos de sus sendas, 16 porque corren sus pies al mal y se apresuran a derramar sangre. 17 Pues en vano se tiende la red a los ojos de las aves aladas. 18 Con ello acechan a la propia vida y traman su propio daño. 19 Ahí lleva siempre la rapacidad; es un vicio que acaba por matar al que lo tiene.

Uno de los mayores obstáculos para seguir los consejos de los sabios son las malas compañías. Nada como ellas lleva al desprecio práctico de sus enseñanzas. El sabio comienza sus exhortaciones intentando remover tal obstáculo. Para ganarse la atención de sus lectores y disponer su ánimo a seguir sus advertencias, se dirige a ellos con la solicitud de un padre y el afecto de una madre. Hay aquí una implícita recomendación de la obediencia a los padres, muy en su lugar después de la del temor de Dios5. Dos bellas comparaciones ponen de relieve los frutos de esa docilidad: más todavía que los adornos exteriores, la educación y rectitud moral causan agrado en los ojos del alma y suscitan profunda admiración en los demás.
En seguida el autor presenta el lenguaje y artificios con que los malvados intentan ganar a los incautos para su causa. Lo pone en boca de una banda de salteadores, ávida de riquezas, que para realizar sus designios no dudan en poner asechanzas a la vida ajena. Bandas de este género debieron de existir casi siempre 6, y la parábola del samaritano hace suponer que existían en tiempo mismo de Jesucristo en Palestina 7. El incauto a quien va dirigida la invitación no tiene nada que temer; las asechanzas son tendidas a personas indefensas, que serán sorprendidas sin posibilidad alguna de resistencia,, En sus expresiones queda también plasmada la rabia que el malvado siente contra el justo, que con su vida recrimina su conducta y el ansia que siente por hacerlo desaparecer 8. Se enriquecerán en un momento y luego podrán darse una vida alegre y placentera. El participará en la misma medida que los demás. No habrá entre ellos distinciones. Los frutos de una acción colectiva superarán a los que individualmente podrían cada uno obtener.
Frente a la invitación de los malvados, el sabio hace una paternal exhortación a su discípulo a que la rechace de lleno y se mantenga siempre alejado de tales gentes. Un doble motivo debe impulsarlo a ello: los malvados, con tal de realizar los propósitos a que su codicia los impulsa, no retroceden ni ante el mismo crimen 9 y con su conducta acechan a su propia vida, pues no es raro que, al ir a tomar su codiciada presa, sean ellos tomados en el lazo y paguen a caro precio sus fechorías, de las que antes o después terminan por ser víctimas. El v.17 presenta una especie de proverbio cuya interpretación más probable es que en vano se tiende la red a la vista de las aves, pues habiéndola visto, no se acercan a ella, y el cazador queda burlado; así, el inexperto amaestrado por el sabio, que ha puesto ante sus ojos las consecuencias a que le expone el aceptar la invitación de los malvados, rehuirá la compañía de quienes le llevarían a la perdición 10.

Invitación de la sabiduría. Consecuencias para quienes la rechazan (1:20-33).
20 La sabiduría está clamando fuera, alza su voz en las plazas. 21 Clama encima de los muros, en las entradas de las puertas, en la ciudad, y va diciendo: 22 ¿Hasta cuándo, simples, amaréis la simpleza, y, petulantes, os complaceréis en la petulancia, y aborreceréis, necios, la disciplina? 23 Volveos a mis requerimientos: Yo derramaré sobre vosotros mi espíritu y os daré a saber mis palabras. 24 Pues os he llamado, y no habéis escuchado; tendí mis brazos, y nadie se dio por entendido; 25 antes desechasteis todos mis consejos y no accedisteis a mis requerimientos; 26 también yo me reiré de vuestra ruina y me burlaré cuando venga sobre vosotros el terror. 27 Cuando sobrevenga como huracán el terror, y como torbellino os sorprenda la ruina; cuando sobrevenga la adversidad y la angustia, 28 entonces me llamarán, y yo no responderé; me buscarán, pero no me hallarán, 29 por haber despreciado la sabiduría y no haber seguido el temor de Yahvé, 30 y no haberse agradado de mis consejos y haber menospreciado mis requerimientos. 31 Comerán el fruto de sus obras y se hartarán de sus consejos. 32 Porque ese desvío llevará a los simples a la muerte, y la prosperidad de los necios los perderá. 33 Pero quien me escuche vivirá tranquilo, seguro y sin temor de mal.

Concluida la anterior advertencia sobre las malas compañías, el autor, personificando la sabiduría en una hermosa prosopopeya que recuerda las formas de elocuencia de los profetas, la presenta haciendo ella misma una ardiente invitación a seguir sus consejos, poniendo en seguida de manifiesto las consecuencias de no seguirlos con docilidad. La sabiduría se nos presenta haciendo su llamamiento en todas partes, en las plazas de la ciudad, encima de sus muros, a sus puertas, ante las que se extiende una explanada capaz de agrupar numerosos oyentes. La ley natural impresa en el corazón humano, la voz de la conciencia, las continuas gracias actuales con que Dios ilumina el entendimiento y mueve la voluntad, son transmisoras de esa voz de la sabiduría que es la voz de Dios. Se deja oír en todas partes donde uno quiera escucharla.
A tres clases de personas clama la sabiduría: a los simples, inexpertos susceptibles de instrucción; a los petulantes, que hacen mofa de la religión y de la moral, despreciando cínicamente sus postulados, y a los necios, que, aborreciendo la sabiduría y la disciplina, se han hecho insensibles a la ley moral y viven al margen de ella. A todos invita a seguir sus amonestaciones, prometiéndoles una abundante profusión de su espíritu. La frase derramaré mi espíritu (v.23), que tan frecuentemente se pone en boca de Yahvé en el Antiguo Testamento n, aplicada aquí a la sabiduría, es una expresión paralela a la que le sigue, y significa en este contexto que la sabiduría comunicará a quienes escuchan su voz la inteligencia y la rectitud moral para entender sus enseñanzas y ponerlas en práctica.
La sabiduría manifiesta a continuación su juicio sobre quienes se hacen sordos a su llamamiento: se reirá de su ruina y se burlara de ellos (v.26). Se trata de una expresión antropomórfica, con la que el autor, expresándose a la manera humana, indica cómo son dignos de burla y escarnio quienes antepusieron sus caprichos y placeres a los mandatos de la sabiduría, y afirma que los castigará la ira justa y severa de Dios, el cual no se alegra del mal ni del castigo del pecador, sino que se complace en su justicia, atributo tan divino como la misericordia. San Gregorio dice que el reírse de Dios es no querer compadecerse de la aflicción humana 12, lo que ocurrirá extinguido el tiempo de la misericordia y el perdón. Y San Bernardo exclama: ¿Qué es lo que hemos de pensar que agrada a la sabiduría en la ruina del impío? No otra cosa que las justísimas disposiciones y el irreprensible orden de la Providencia. Y aquello que agrada a la sabiduría tiene que agradar también a todos los sabios.13
El castigo es descrito al estilo profetice, haciendo intervenir a los elementos o fenómenos violentos de la naturaleza. La angustia que llevarán consigo abrirá los ojos de los impíos, y clamarán entonces a la sabiduría no por odio al pecado y la culpa, sino para verse libres del desastre en que han incurrido. Pero será ya tarde 14, comerán el fruto de sus obras 15. Lo que cada uno sembrare, eso recogerá al final. Los que vivieron en pecado, rehusando su conversión, despreciando la ley de Dios, obrando sin consideración alguna a la religión, sembraron obras de muerte y recogerán como fruto la perdición. Quienes, por el contrario, siguieron los consejos de la sabiduría, gozarán de la paz y tranquilidad, bienes tantas veces prometidos por Dios al pueblo israelita en su posesión de la tierra prometida si perseveraba fiel a sus mandamientos. El premio y el castigo son propuestos con esa indeterminación propia de los autores sapienciales, que ignoraban la retribución del más allá. Es claro se trata en la perícopa de una mera personificación de la sabiduría, sin referencia alguna por parte del autor a la segunda Persona.

1 El término hebreo mtísar corresponde a un término egipcio que designa la educación de los niños. Cf. Duesberg, Les scribes inspires p.81 y 302. 2 22:3; 27:12. 3 Cf. O. Loretz, II meglio della sapienza e U timore de Jahvé (Pro_1:7 : ye'shtt = il meglio in luce yocis Mari): Bib Or 2 (1960) aioss. 4 Citado en Girotti, Sapienziali (M. Sales-G. Girotti, La Sacra Bibbia VI) (Turín 1928) p.16. 5 éxo_20:7-12; 6 Ose_6:8; Ose_7:1; Isa_1:23; Jer_7:6-11. 7 Luc_10:30. 8 Sobre el seol, cf. Introducción. Doctrina dogmática, p.g. 9 Deu_5:7-16; Deu_8:5. 10 Otros interpretan el proverbio: aunque los pájaros ven las recles que se tienden ante sus ojos, su ceguera y avidez les lleva a caer en ellas. De la misma manera, los malvados, llevados por la codicia y avíele? del botín, no reparan en las consecuencias a que se exponen: el castigo de Dios, frecuentemente por medio de las leyes sociales (Ôïí). 11 Dios derramó su espíritu sobre todo viviente (Gen_7:22; Num_16:22; Num_27:16; Sab_12:1), especialmente sobre los hombres (Gen_2:7; Job_33:4; Job_34:14), más peculiarmente sobre los caudillos (Exo_31:3; Jue_3:10; Sam 16:13), los profetas (Num_24:2; Ose_9:7; 2Re_2:15), sobre aquellos a quienes Dios confiaba una misión especial (Exo_31:3; Exo_35:31). Más que sobre otro alguno, sobre el Mesías (Isa_11:2; Isa_42:1). Y una gran efusión del Espíritu sería el anuncio de la venida de los tiempos mesiánicos (Joe_2:28-32; Hec_2:15-21). Cf. Renard, o.c., p.47-48; P. Van Imschoot, L'esprit de Yahweh, source de vie dans ? .: RB 32 (1935) 4815; Saesse el Esprit dans l'A.T.: RB 35 (1938) 233. 12 XI Moral. XX. 13 Sal 2:4. 14 Jn 34; 8.21. Job_28:1-11. 15 1:31-21.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter I.

1 The vse of the Prouerbes. 7 An exhortation to feare God and beleeue his word. 10 To auoyd the intisings of sinners. 20 Wisdome complaineth of her contempt. 24 She threatneth her contemners.
1 The Prouerbes of Solomon the sonne of Dauid, King of Israel,
2 To knowe wisedome and instruction, to perceiue the words of vnderstanding,
3 To receiue the instruction of wisdome, iustice, and iudgement & [ Hebrew: equities.] equitie,
4 To giue subtiltie to the simple, to the yong man knowledge and [ Or, aduisement.] discretion.
5 A wise man wil heare, and wil increase learning: and a man of vnderstanding shall attaine vnto wise counsels:
6 To vnderstand a prouerbe, and [ Or, an eloquent speach.] the interpretation; the wordes of the wise, and their darke sayings.
7 [ Job_28:28; Psa_111:10; Pro_9:10.] The feare of the Lord is [ Or, the principall part.] the beginning of knowledge: but fooles despise wisedome and instruction.
8 My sonne, heare the instruction of thy father, and forsake not the law of thy mother.
9 For they shall be [ Hebrew: an adding.] an ornament of grace vnto thy head, and chaines about thy necke.
10 My sonne, if sinners entise thee, consent thou not.
11 If they say, Come with vs, let vs lay wait for blood, let vs lurke priuily for the innocent without cause:
12 Let vs swallow them vp aliue, as the graue, and whole, as those that goe downe into the pit:
13 Wee shall finde all precious substance, wee shall fill our houses with spoile:
14 Cast in thy lot among vs, let vs all haue one purse:
15 My sonne, walke not thou in the way with them; refraine thy foot from their path:
16 [ Isa_59:7; Rom_3:15.] For their feete runne to euil, and make haste to shed blood.
17 Surely in vaine the net is spread [ Hebrew: in the eyes of euery thing that hath a wing.] in the sight of any bird.
18 And they lay wait for their owne blood, they lurke priuily for their owne liues.
19 So are the waies of euery one that is greedie of gaine: which taketh away the life of the owners thereof.
20 [ Hebrew: wisedomes, that is, excellent wisedome.] Wisedome crieth without, she [ Pro_8:1.] vttereth her voice in the streets:
21 Shee crieth in the chiefe place of concourse, in the openings of the gates: in the city she vttereth her words, saying,
22 How long, ye simple ones, will ye loue simplicitie? and the scorners delight in their scorning, and fooles hate knowledge?
23 Turne you at my reproofe: behold, I will powre out my spirit vnto

[Reward of fooles.]

you, I will make knowen my wordes vnto you.
24 [ Isa_65:12 ; Isa_66:4 ; Jer_7:13 ; Eze_8:18 .] Because I haue called, and yee refused, I haue stretched out my hand, and no man regarded:
25 But ye haue set at nought all my counsell, & would none of my reproofe:
26 I also will laugh at your calamitie, I wil mocke when your feare commeth.
27 [ Job_27:9 ; Isa_1:15 ; Jer_11:11 ; Jer_14:12 .] When your feare commeth as desolation, and your destruction commeth as a whirlewinde; when distresse and anguish commeth vpon you:
28 [ Micah.3.4.] Then shall they call vpon mee, but I will not answere; they shall seeke me early, but they shall not finde me:
29 For that they hated knowledge, and did not choose the feare of the Lord.
30 They would none of my counsel: they despised all my reproofe.
31 Therefore shall they eate of the fruite of their owne way, and be filled with their owne deuices.
32 For the [ Or, ease of the simple.] turning away of the simple shall slay them, and the prosperity of fooles shall destroy them.
33 But who so hearkneth vnto mee, shall dwell safely, and shall be quiet from feare of euill.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



La Sabiduría llama a los ingenuos, a los necios y a los confiados en sí mismos, a que presten atención si han de evitar un desastre

Los vv. 20, 21 personifican a la Sabiduría como una mujer profeta predicando en los lugares donde la gente se reúne en la ciudad del modo en que Israel estaba acostumbrado. Los vv. 22-33 registran lo que ella estaba diciendo, continuando con la figura de un profeta predicando, siendo ignorado (cf. Isa. 65), y luego no estando disponible cuando la gente quería consultarle (ver vv. 23, 24, 28). La figura del profeta ayuda a proporcionar la urgencia del llamado de la sabiduría a la gente que está en una situación crítica. Ella habla como si fuese demasiado tarde, como hacen los profetas a menudo para sacudir a la gente a responder antes de que sea verdaderamente demasiado tarde.

El principio (22) y el final (32, 33) resumen su lamento, su advertencia y su promesa. Amar y aborrecer (22) se muestran aquí como decisiones de la voluntad tanto como emociones, como sucede regularmente en Prov. y otros lugares en la Escritura.

Los vv. 23-25 amplían luego el lamento: la gente no respondió y se privó de la sobreabundante provisión de la sabiduría. No estuvieron dispuestos a escuchar la reprensión y el consejo; lo negativo y lo positivo se complementan. Los vv. 26-28 a su vez amplían la advertencia con la que un profeta característicamente continúa su reprensión: la gente es amenazada con terror repentino y abrumada por la angustia. Los vv. exageran con el fin de comunicar este punto en un intento de sacudir a la gente a su buen sentido.

Los vv. 29, 30 y 31 repiten el modelo de 23-25 y 26-28. Ellos lamentan la negativa deliberada de la gente a decidirse por lo que es justo y a usar su libertad humana para inclinarse en obediencia a Dios (29; cf. vv. 22, 32 por el énfasis en responsabilidad y elección). Ellos advierten cómo tales decisiones humanas tienen sus resultados naturales comparables a la sensación de empacho que nos agobia cuando comemos demasiado (31).

La figura de la sabiduría como un profeta nos ayuda a señalar que la sabiduría habla por Dios y de Dios (ver más en cap. 8). Su enseñanza se deriva de la experiencia, pero no es una mera opinión humana. Dios está implicado en la actividad humana por medio de la cual la gente busca discernir la verdad que la vida misma puede enseñarle. La sabiduría misma enseña que el principal obstáculo al crecimiento en la percepción es uno moral, una indisposición a aprender verdades que incomodan. Ella también enseña que cuando uno está moralmente abierto a vivir por los discernimientos de la sabiduría ellos abrirán el camino hacia una vida exitosa y protegida. Aquí está la verdadera seguridad: contrasta la complacencia con la verdadera seguridad y tranquilidad (32, 33). Alternativamente el desastre vendrá, no meramente porque Dios lo envía sino porque es el resultado natural de ac ciones necias (31, 32). Estas son las promesas características de Prov.; el hecho de que no siempre resultan es el punto de partida de Job y Ecl.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Invitación a la Sabiduría. Con rasgos de profeta, la sensatez personificada llama en la plaza pública a los insensatos, a los necios e inexpertos, a los imprudentes e insolentes, a centrar su vida en función de una sola cosa: el respeto al Señor (29). Del discurso de la sensatez se desprende que la verdadera sabiduría está en el respeto al Señor; dicho respeto no es otra cosa que cumplir sus leyes y mandatos, única alternativa posible que evita la desgracia. La «tormenta» y el «huracán» (27) son símbolos de una vida que se vive sin perspectivas de plenitud. Saber vivir bien trae como consecuencia la serenidad, la tranquilidad y la seguridad ante los grandes males. El tono de este pregón está muy emparentado con el de Jeremías y en menor medida con el de Isaías. El objetivo no es tanto condenar cuanto llamar al recto juicio, a la sana vivencia y a la rectificación antes de que sea demasiado tarde (28).

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 1.7 Honrar: lit. el temor. El temor al Señor es la actitud del israelita que reconoce teórica y prácticamente las exigencias de Dios; es a la vez respeto, reverencia, amor y servicio fiel. Cf. Sal 112.1; Pr 9.10; Ec 12.13; Eclo 1.27-28.

[2] 1.7 El necio y el sabio aparecen frecuentemente contrapuestos en el libro de los Proverbios. Necios son los que desprecian la instrucción, (v. 22) y la corrección (Pr 12.1), dan rienda suelta a sus impulsos (29.11) y provocan discusiones inútiles (20.3).

[3] 1.20-21 Pr 8.1-3; Sab 6.12-16.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



4. Los "incautos" son los simples, sobre todo los jóvenes, que por su falta de experiencia y de madurez moral están más expuestos a las influencias perniciosas. A ellos se dirigen principalmente las advertencias de los sabios.

8. Ver 6. 20.

16. Ver Rom_3:15.

Torres Amat (1825)



[2] Corrección de costumbres. La sabiduría resume el ideal que el maestro desea para el discípulo.

[5] Para saber gobernarse.

[12] Prov 30, 14; Sal 14 (13), 4.