Ver contexto
Es plata de ley la lengua del justo,
el corazón del malvado es ganga.
(Proverbios 10, 20) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

כֶּ֣סֶף‎(כֶּסֶף)

Hebrew|kˈesef|silver

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3701] [k.cm.ab] [1015a]
[כסף] [GES3597] [BDB4012] [HAL3977]

נִ֭בְחָר‎(בָּחַר)

Hebrew|ˈnivḥor|examine

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: nif‘al


[H977] [b.bg.aa] [231]
[בחר] [GES965] [BDB1044] [HAL1059]

לְשֹׁ֣ון‎(לָשֹׁון)

Hebrew|lᵊšˈôn|tongue

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3956] [l.cd.ab] [1131a]
[לשון] [GES3887] [BDB4326] [HAL4282]

צַדִּ֑יק‎(צַדִּיק)

Hebrew|ṣaddˈîq|just

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6662] [r.ar.ae] [1879c]
[צדיק] [GES6600] [BDB7273] [HAL7203]

לֵ֖ב‎(לֵב)

Hebrew|lˌēv|heart

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3820] [l.ai.ac] [1071a]
[לב] [GES3722] [BDB4153] [HAL4111]

רְשָׁעִ֣ים‎(רָשָׁע)

Hebrew|rᵊšāʕˈîm|guilty

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7563] [t.et.ab] [2222b]
[רשע] [GES7514] [BDB8283] [HAL8196]

כִּ‎(כְּ)

Hebrew|ki|as

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[k.ab.aa] [937]
[כ] [GES3392] [BDB3788] [HAL3764]

מְעָֽט‎(מְעַט)

Hebrew|mᵊʕˈāṭ|little

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4592] [m.cx.ab] [1228a]
[מעט] [GES4505] [BDB5026] [HAL4940]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Segunda Parte.
Primera Colección de Proverbios de Salomón (10:1-22:16).
E sta segunda parte comprende, como quedó dicho en la introducción, 373 sentencias que el mismo texto atribuye a Salomón, del que indudablemente son en su mayoría, según dejamos indicado al estudiar el autor del libro.
Las sentencias versan sobre los más variados temas y se refieren a las más diversas facetas de la vida humana. No tienen conexión lógica alguna entre sí generalmente. Cada una tiene sentido por sí misma y forma un todo sin relación con la sentencia que le precede o sigue. De ahí la dificultad de hacer una división en perí-copas atendiendo a su contenido doctrinal. Sin embargo, es preciso hacer alguna división en perícopas con el fin de facilitar la lectura. Observaremos la idea o ideas más salientes en cada grupo de sentencias y la propondremos como título a la perícopa, que naturalmente incluirá más de una vez sentencias que nada o poco tienen que ver con él.
La finalidad de esta parte viene a coincidir con la de la primera y se complementan. La introducción del autor exhortaba al estudio y amor de la sabiduría. Las sentencias de Salomón presentan las enseñanzas concretas de la sabiduría, cuyo conocimiento y práctica aseguran la vida larga y feliz tantas veces prometida en la primera parte a los verdaderos amantes de la sabiduría. En ellas se oponen con frecuencia el sabio y el necio, el justo y el impío, el rico y el pobre y, en general, la virtud y el vicio, con sus respectivas recompensas. Se refieren a los más variados estados, oficios y facetas de la vida humana. Las hay éticas, económicas e incluso de orden político. Las de los capítulos 10-15, en paralelismo antitético; las de los 16-22, en paralelismo sintético, por regla general.


10. El Justo y el Impío.

Diversos efectos de la justicia y la impiedad (10:1-10).
1El hijo sabio es la gloria de su padre; el hijo necio, la tristeza de su madre. 2No aprovechan las riquezas mal adquiridas, mas la justicia salva de la muerte. 3Yahvé no dejará hambrear al justo, pero dejará insaciados los apetitos del malvado. 4La mano perezosa empobrece; la diligente enriquece. 5El que en estío recoge es hombre inteligente; el que duerme al tiempo de la siega se deshonra, 6 Bendiciones sobre la cabeza del justo; pero la lengua del impío encubre violencias. 7 La memoria del justo será bendecida; el nombre del impío será maldito. 8 El hombre sensato acepta el mandamiento, pero el lenguaraz lo resiste. 9 El que anda en rectitud va seguro; el que va por sendas tortuosas va a la ruina. 10 El que guiña los ojos acarrea malaventura; el que reprende con franqueza origina la paz.

No es sólo el sabio quien goza de su sabiduría, ni el necio únicamente quien sufre las consecuencias de su necedad. Son los padres los primeros en cosechar los frutos de una buena o mala educación de los hijos. Se trata en los dos esticos del padre y de la madre; la formulación de la sentencia presente es debida a que la gloria de los hijos repercute más bien en la del padre, mientras que las desgracias afectan más al corazón de la madre, como más sensible y delicado.
La sentencia del v.2 sobre las riquezas y la justicia está de acuerdo con la doctrina tradicional del Antiguo Testamento acerca del premio y del castigo, los cuales tenían lugar, según ella, en esta vida. Las riquezas mal adquiridas, aunque de momento procuren un triunfo o bien temporal, muchas veces no aprovechan en esta vida, unas porque la ley las hace volver a su legítimo dueño, otras porque la venganza humana las arrebata; no falta cuando una muerte prematura impide gozar de ellas. La vida virtuosa, en cambio, libra al justo de la perdición a que lleva la impiedad 1, porque el justo está bajo la protección del Señor 2; por lo cual se es bastante rico cuando se es pobre con la justicia, y se es demasiado pobre cuando se es riquísimo con la iniquidad (Grimotti). La lección que se desprende es que hay que poner más interés en vivir una vida virtuosa que en procurarse riquezas. El lenguaje del v.3 sobre la satisfacción e insatisfacción de los deseos del justo y del malvado, respectivamente, tiene parecido con la bienaventuranza cuarta de San Mateo3 y la imprecación correspondiente de San Lucas 4. Pero el sabio se mueve todavía en un ambiente meramente humano, y su máxima se refiere a los deseos de una vida feliz en la que no le falte con que saciar las más elementales necesidades de su naturaleza, deseos que verá saciados el justo e insatisfechos el impío. Describiendo el salmista la providencia de Yahvé sobre el hombre virtuoso, exclama: Fui joven y ya soy viejo, y jamás vi abandonado al justo, ni a su prole mendigar el pan5; mientras que de los impíos afirma que serán exterminados, y la posteridad de los malvados, tronchada 6. Los cristianos, con la visión más profunda de las cosas que nos ha traído la revelación neotestamentaria, sabemos que Dios ha puesto en nuestro corazón un deseo innato de felicidad de dimensiones ultraterrenas. Dios saciará esos deseos en el justo, porque El mismo se constituye en el objeto supremo de su felicidad y lo hará plenamente feliz en la patria. El impío, por el contrario, verá insatisfechos sus deseos de felicidad, porque quedará privado en el más allá de Dios y también de aquellas cosas terrenas en las que él buscaba su felicidad, y que no hacían otra cosa más que excitar un deseo cada vez mayor de la misma que ellas no podían jamás plenamente llenar.
Los versos siguientes, en que se recomienda la diligencia en el trabajo, contienen un antiguo axioma popular que se encuentra en todas las literaturas. Dice relación a la vida agrícola, que los judíos cultivaron en Palestina desde la ocupación de la tierra prometida. No a los que duermen, no a los ociosos, sino a los vigilantes se prometen los premios, y para el trabajo está preparada la recompensa, dice San Ambrosio 7. Los autores de vida espiritual ven aquí una amonestación a trabajar a su debido tiempo, sin dejar pasar las ocasiones propicias para santificarse. Aplicado a las diversas edades del hombre, se recomendaría el trabajo en la juventud para proveer a la vejez; el estudio de la sabiduría y la práctica de la virtud en los años jóvenes, para asegurar una vejez llena de honor y estima.
Diversa suerte espera a la memoria del justo y a la del injusto. Aquél es en vida bendecido por Dios 8 y por los hombres, los cuales después de su muerte lo elogiarán. Conservar después de aquélla un buen nombre era, naturalmente, una de las mayores aspiraciones de un buen israelita, privados como estaban de la revelación sobre una supervivencia feliz en el más allá. Del piadoso rey Josías escribe Ben Sirac que su nombre es como perfume oloroso, y su memoria, dulce como la miel a la boca y como música en banquete. 9 La memoria del impío, en cambio, será maldita, porque todos le aborrecerán y maldecirán. De Antíoco Epífanes dice el autor del libro primero de los Macabeos que su gloria se volvería en estiércol y gusanos. Hoy se engríe, pero mañana no será hallado, porque se habrá vuelto al polvo y se habrán disipado sus planes.10 Por eso el hombre sensato acepta las instrucciones de la sabiduría; pues aunque su cumplimiento le suponga muchas veces abnegación y sacrificio, le confiere beneficios materiales en esta vida y una gloria que perpetúa su buen nombre en la posteridad. El insensato de labios no es capaz de llevar a la práctica los consejos de la sabiduría sobre el buen uso de la lengua y resiste, por lo mismo, a sus instrucciones sobre este particular.
La seguridad que en el v.9 se promete a los justos dice referencia al orden humano: el hombre honrado que cumple con sus deberes para con todos y a nadie hace mal, puede marchar tranquilo por el camino de su vida, sin temor a la ley o a la venganza de los hombres. El que anda por sendas tortuosas, cuando menos lo piensa, se encuentra con el castigo de aquélla o tiene que sufrir las consecuencias de ésta. El autor tiene, sin duda, en su mente la providencia de Dios sobre los justos y pecadores, que actúa a través de los factores humanos. Una de las cosas propias de quienes maquinan el mal es el guiño de ojos 11, que revela doblez de ánimo, en distinción a la sencillez y nobleza de la mirada franca. El sabio opone los efectos saludables de una reprensión bien hecha, que conduce al arrepentimiento y cambio de conducta. Cerrar los ojos ante un comportamiento malo no es obrar conforme a los principios de la sabiduría, que enseña repetidas veces la conveniencia y necesidad de la correcion.

El Hablar del Justo y del Impío. Riquezas y Pobreza (10:11-21).
11 Fuente de vida es la boca del justo, pero la boca del malvado encubre la violencia. 12 El odio enciende las contiendas, mientras que el amor encubre las faltas. 13 En los labios del prudente se halla la sabiduría; para las espaldas del insensato es la vara. 14 El sabio esconde su ciencia; la boca del necio anuncia la ruina, 15 La hacienda del rico es su fortaleza; la indigencia del pobre es su desaliento. 16 La ganancia del justo es para la vida; la del impío, en vicios se le va. 17 Va por senda de vida el que acepta la corrección; el que no la acepta va por camino falso. 18 El de ojos mendaces encubre el odio; el que esparce la difamación es un necio. 19 En el mucho charlar no falta el pecado; el que refrena sus labios es sabio. 20 Plata acrisolada es la boca del justo; el corazón del impío no vale nada. 21 Los labios del justo guían a muchos; el necio muere por falta de conocimiento.

Contrapone el sabio primero los efectos de las palabras del justo y las que salen de la boca del malvado. Las primeras son rúente de vida feliz dichosa, en cuanto que señalan el camino para conseguirla. Las segundas, por el contrario, son fuente de mal y desgracia para los demás, en cuanto que encubren las violencias del corazón que a su tiempo causará dicho mal. La boca del justo comenta A Lapide es una fuente pura de agua, porque profiere con sencillez y sinceridad los sentimientos de su corazón, nada finge, no oculta nada; en cambio, la boca del impío encubre y oculta la iniquidad que maquina su corazón, y que, presentado el momento propicio, llevará a cabo, con el consiguiente daño para su prójimo 12. Pone en paralelismo después uno de los efectos del odio con una de las cualidades del amor: aquél vierte su veneno sobre su prójimo con palabras y a veces acciones que engendran disensiones y contiendas; el amor, en cambio, ve las faltas ajenas, pero las excusa ante los demás, y si esto no es posible por la evidencia innegable de aquéllas, las encubre con su silencio 13. San Pedro cita este verso y lo aplica, rebasando su sentido, a los pecados propios 14.
Volviendo al pensamiento del primer verso, da la razón por la que los labios del justo hacen el bien: poseen la sabiduría, que es la que señala los principios que han de regular la vida para que ésta sea feliz. El insensato no comprende esos principios o no está dispuesto a llevarlos a la práctica. Solamente el castigo es capaz de hacerlo obrar cuerdamente 15. Pero el sabio, que a su debido tiempo sabe hablar, sabe también esconder su ciencia (v.14), callando cuando las circunstancias así lo aconsejan. Dice un proverbio inglés que la palabra es plata, pero el silencio oro. El necio, en cambio, no sabe callar; habla sin reflexión, y en su mucho hablar no puede faltar la crítica, el juicio temerario, con que hace mal a los demás y a sí mismo (v.19).
Se intercalan dos sentencias respecto de las riquezas. Dice el sabio que el rico tiene en ellas su fortaleza. Ellas le proporcionan un cierto bienestar, le permiten hacer frente a las adversidades de la vida y le. proporcionan fácilmente amigos en quien confiar. La indigencia, por el contrario, frecuentemente desalienta al pobre, que no tiene tal vez lo necesario para su sustento; que se encuentra muchas veces solo frente a las adversidades de la vida, a que no puede siempre hacer frente; que se ve con frecuencia expuesto a injurias, desprecios y vejaciones. Todo lo cual lo vuelve tímido y de ánimo apocado. En seguida el autor constata los beneficios y los perjuicios que ellas reportan al sabio y al necio respectivamente. Aquél hace un recto uso de ellas, que incluso le permiten poder darse al estudio de la sabiduría y conseguir sus frutos, mientras que el impío las emplea en mantener vicios a que quizá no hubiera llegado si hubiera carecido de riquezas, y que lo llevan a la ruina moral y, frecuentemente, física 16.
Una norma de sabiduría que evita desviarse del recto sendero que lleva a la vida feliz es la corrección. El sabio se somete con gusto a ella, venga de Dios por medio de tribulaciones, o se trate de advertencias de los sabios; pero el necio la desprecia, porque, como dice Clemente de Alejandría, la reprensión es como una operación quirúrgica de las afecciones del alma que el necio es incapaz de resistir 17. Una de las cosas difíciles de corregir y que arguyen necedad e insensatez son los sentimientos de odio que anidan en el corazón. El sabio se fija en el v.18 en dos actitudes que aquél provoca: palabras mentirosas, bajo las cuales se oculta con el fin de hacer un daño mayor; es más peligroso el enemigo que simula amistad que el que se declara abiertamente tal; y la difamación, que hiere en uno de los bienes más estimados, como es el buen nombre. Si, pues, quieres ser sabio escribe San Beda , no escondas odio en lo recóndito de tu corazón ni profieras con tu boca calumnia alguna, sino que tu corazón esté lleno de amor y tu boca de verdad.18
Los tres últimos versos de la perícopa insisten en la importancia del buen uso de la lengua. Quien se pasa la vida charlando, difícilmente evita los pecados de lengua (v.14). Por ello, el salmista oraba: Pon, ¡oh Yahvé! guarda a mi boca, centinelas a las puertas de mis labios.19 El hombre prudente es comedido en sus palabras y, antes de hablar, piensa lo que va a decir. Es imposible advierte A Lapide al hombre débil y caduco prestar a cada una de sus muchas palabras circunspección y moderación precisas, como le es imposible vivir y obrar durante muchos días sin incurrir en el vicio y el pecado (24:16) 20. Los autores de vida espiritual siempre recomendaron el silencio como condición indispensable de vida espiritual. Las palabras del sabio son comparadas a los más preciosos metales por el bien que hacen a los demás, instruyéndolos en el camino de una vida feliz, mientras que los pensamientos que abriga el corazón del necio no valen para nada positivo, porque está ausente de ellos la sabiduría, y como la necedad es en los Proverbios un defecto moral que se confunde con la impiedad, el necio se hace a sí mismo un mal moral y físico, que es el castigo de no seguir los dictámenes cíe la sabiduría 21.

La dicha del virtuoso (10:22-32).
22 La bendición de Dios es lo que enriquece; nuestro afán no le añade nada. 23 Hacer el mal es para el necio cosa de juego, y lo es para el sensato ser sabio. 24 Sobre el impío vendrá lo que él se teme, mas el justo verá colmados sus deseos. 25 Como pasa el huracán deja de ser el impío, mas el justo permanece para siempre. 26 Como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos, así es el haragán para quien le manda. 27 El temor de Yahvé alarga la vida, mas los años del impío serán abreviados. 28Se cumplirá la esperanza del justo, pero se desvanecerá la del impío. 29El camino de Yahvé es la fortaleza del perfecto, pero es el terror de los malhechores. 30 El justo no vacilará jamás, pero el impío no durará sobre la tierra. 31 En la boca del justo florece la sabiduría, pero la lengua del impío será cortada. 32 Los labios del justo están llenos de gracia; la boca del impío, de perversidad.

La prosperidad, afirma el sabio, es fruto de la bendición de Dios, atribuyendo directamente a Yahvé lo que en la primera parte del libro se atribuía a la sabiduría. La sentencia que sigue no intenta afirmar la inutilidad de nuestros esfuerzos, sino la necesidad de que el Señor los bendiga para que fructifiquen. Un suceso inesperado los inutiliza a veces cuando su éxito parecía seguro. El salmista lo afirmó en el tan conocido: Si Yahvé no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. 22
La costumbre llega a facilitar las cosas de un modo sorprendente. Y así, para el malvado llega un momento en el que el hacer el mal es cosa de juego e incluso de placer 23, mientras que para el justo la práctica de la virtud viene a ser algo' inherente a su naturaleza y su normal y alegre actividad. Sin embargo, el malvado no goza de perfecta y continua paz, y, por más que se esfuerce en apartar su imaginación del presentimiento del castigo, no lo logra más que a ratos. San Juan Crisóstomo escribe que de la misma manera que el que camina de noche siente miedo aunque nadie haya que se lo infunda, así los que pecan no pueden vivir confiados y tranquilos aunque nadie los arguya de sus pecados.24 Y, en efecto, el impío puede pecar contra Dios, pero por poco tiempo; como el huracán, que pasa veloz, así el malvado es arrebatado por la tempestad de la justicia divina 25. El justo, por el contrario, verá satisfechos sus deseos de una vida feliz, que gozará durante largos años, porque, protegido por Dios, está seguro frente a las adversidades. Sobre si aquí, y después en 11:7.23, el sabio piensa en el más allá, es dudoso. Cierto que le debía resultar muy difícil de concebir el que todo pudiera terminar con la muerte, sin un más allá feliz junto a Dios para el justo y un castigo para el malvado, que pasó los días de su vida gozándose en el mal; pero nunca los sabios de los Proverbios lo afirmaron expresamente, ni siquiera plantean el problema contra la tesis tradicional de la retribución en este mundo, como el libro de Job.
En la máxima suelta del v.26 constata el sabio la impresión o efecto que en quien le manda produce la actitud del perezoso: irrita y se hace intolerable como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos. Lo que ocurría sobre todo entre los judíos, especialmente activos entre los orientales. El v.27 expresa una idea repetida muchas veces en nuestro libro, tres veces en esta misma perícopa 26, y se funda en la creencia de que el justo y el impío obtienen en esta vida el premio y castigo, respectivamente, de sus obras. Aquí la vida larga se atribuye al temor de Yahvé, principio de la sabiduría, por carecer del cual el impío verá abreviados sus días 27.
Los versos siguientes (28-30) continúan la oposición entre el justo y el impío. Primero frente a la esperanza que todo ser humano abriga de ser feliz, que verá cumplida el justo, porque se funda en una vida virtuosa, que asegura la protección de Dios, mientras que se verá desvanecida en el impío, porque se basa en las cosas terrenas, que, además de no contener la verdadera felicidad, pasan rápidamente. Segundo, frente al camino de Dios o cumplimiento de su voluntad; el que lo sigue se hace agradable a Dios, que se convierte en su fortaleza inexpugnable; el malhechor, naturalmente, teme, porque, al no seguirlo, sabe que se expone al castigo de Dios, que no podrá eludir. De ahí que el justo vivirá por siempre tranquilo, mientras que el impío no durará mucho sobre la tierra. Yahvé había prometido la firme y estable posesión de la tierra siempre que los israelitas fuesen fieles en la observancia de la ley, y les había amenazado con arrojarlos de ella si abandonaban el camino de la justicia. La posesión de la tierra vino a ser sinónimo de la más alta bendición de Yahvé, como el arrojarles de ella signo de su más profunda indignación contra el pueblo escogido.
Los dos últimos versos insisten en los conceptos ya expresados en el capítulo sobre el hablar del justo y del impío. Mientras que los labios del justo profieren cosas sabias, que se escuchan con complacencia, los del impío profieren necedades e incurren en los pecados de lengua, por lo que merecen ser destruidos, como el árbol que produce frutos malos y perjudiciales.

1 1:19; 2:22. 2 1:33; 3:26; Sal 91. 3 5:6. 4 6:24. 5 37:25. 6 37:38. 7 Cf. Sal_123:1-3. 8 L.i De Cain 0.4. 9 49:1-2 10 2:62-63. El 6b, que traduce el TM, no se adapta a este lugar. Es posible que se perdiera el original y se le supliera con este estico, que puede estar tomado de i ib, donde cuadra muy bien con na. 11 16:30. 12 O.c., p.286. 13 17:9; 1Co_13:7. 14 1Pe_4:8; Stg_5:20. 15 10,21; Stg_15:7; Stg_19:23; Stg_26:3. 16 3:2.22; 11:4. 17 L.i Paedag. c.8; Cf. Heb_12:8. 18 Citado por A Lapide, o.c., p.295. 19Heb_141:3. 20 O.c., p.296. 21 3:18; 5:22-23. 22 Sal 127:1. Otros refieren 22b a Dios e interpretan: y ello no le supone esfuerzo alguno (Ôïí, Renard). 23 1:11-14; 2:12-14. 24 Apud Maxim., Serm. 26. 25 1:27. 26 v.25 y 30. 27 3:2; 4:10; Sal_55:24.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter X.

[From this chapter to the fiue and twentieth, are sundry obseruations of morall vertues, and their contrary vices.]

1 The Prouerbes of Solomon: [ Pro_15:20 .] A wise sonne maketh a glad father: but a foolish sonne is the heauinesse of his mother.
2 [ Pro_11:4 .] Treasures of wickednesse profit nothing: but righteousnes deliuereth from death.
3 [ Psa_37:25 .] The Lord will not suffer the soule of the righteous to famish: but he casteth away [ Or, the wicked for their wickednesse.] the substance of the wicked.
4 [ Pro_12:24 .] Hee becommeth poore that dealeth with a slacke hand: but the hand of the diligent, maketh rich.
5 Hee that gathereth in Summer, is a wise sonne: but hee that sleepeth in haruest, is a sonne that causeth shame.
6 Blessings are vpon the head of the iust: but [ Verse 11.] violence couereth the mouth of the wicked.
7 [ Psa_112:6 .] The memorie of the iust is blessed: but the name of the wicked shall rot.
8 The wise in heart will receiue commaundements: but a [ Hebrew: a foole of lips.] prating foole [ Or, shalbe beaten.] shall fall.
9 [ Psa_23:4 .] He that walketh vprightly, walketh surely: but he that peruerteth his wayes, shalbe knowen.
10 [ Pro_6:13 .] Hee that winketh with the eye, causeth sorrow: but a prating foole [ Or, shalbe beaten.] shall fall.
11 [ Pro_13:14 .] The mouth of a righteous man is a well of life: but violence couereth the mouth of the wicked.
12 [ 1Pe_4:8 ; 1Co_13:4 .] Hatred stirreth vp strifes: but loue couereth all sinnes.
13 In the lips of him that hath vnderstanding, wisedome is found: but a

[The good tongue.]

rod is for the backe of him that is voyd of [ Hebrew: heart.] vnderstanding.
14 Wise men lay vp knowledge: but the mouth of the foolish is neere destruction.
15 [ Pro_18:11 .] The rich mans wealth is his strong citie: the destruction of the poore is their pouertie.
16 The labour of the righteous tendeth to life: the fruite of the wicked to sinne.
17 He is in the way of life that keepeth instruction: but hee that refuseth reproofe, [ Or, causeth to erre.] erreth.
18 Hee that hideth hatred with lying lippes, and he that vttereth a slander, is a foole.
19 In the multitude of words there wanteth not sinne: but he that refraineth his lippes, is wise.
20 The tongue of the iust is as choise siluer: the heart of the wicked is little worth.
21 The lippes of the righteous feed many: but fooles die for want [ Hebrew: of heart.] of wisedome.
22 The blessing of the Lord, it maketh rich, and hee addeth no sorrow with it.
23 [ Pro_14:9 .] It is as a sport to a foole to doe mischiefe: but a man of vnderstanding hath wisedome.
24 The feare of the wicked, it shall come vpon him: but the desire of the righteous shalbe granted.
25 As the whirlewinde passeth, so is the wicked no more: but the righteous is an euerlasting foundation.
26 As vineger to the teeth, and as smoke to the eyes, so is the sluggard to them that send him.
27 [ Pro_9:11 .] The feare of the Lord [ Hebrew: addeth.] prolongeth dayes: but the yeeres of the wicked shalbe shortened.
28 [ Job_8:13 ; Job_11:20 ; Psa_112:10 .] The hope of the righteous shall bee gladnesse: but the expectation of the wicked shall perish.
29 The way of the Lord is strength to the vpright: but destruction shall bee to the workers of iniquitie.
30 [ Psa_125:1 ; Psa_37:22 .] The righteous shall neuer bee remooued: but the wicked shall not inhabite the earth.
31 The mouth of the iust bringeth foorth wisedome: but the froward tongue shalbe cut out.
32 The lips of the righteous know what is acceptable: but the mouth of the wicked speaketh [ Hebrew: frowardnesses.] frowardnesse.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Riquezas. Los dichos exponen la convicción de que la prosperidad es un fruto de trabajo duro (4), sabiduría (5), justicia (6, 16) y la participación de Dios (22). La negligencia traerá pobreza y vergüenza (4, 5), pero así lo hará también el ingenio que ignora lo correcto y lo malo (2). La necesidad interior y la intervención de Dios ambas hacen que las cosas resulten de esta manera (2, 3, 22). Al mismo tiempo hay un reconocimiento de los hechos acerca de la pobreza y la riqueza y sus ineludibles resultados (15).

La enseñanza de Prov. a menudo suscita en la gente dos cuestiones opuestas. La primera es que parece enseñar un evangelio de prosperidad para esta vida o una ética laboral protestante desequilibrada. Lo que Prov. está prometiendo en realidad es una buena cosecha que da a la persona justa ausencia de preocupaciones: una provisión abundante de las cosas necesarias de la vida, no una ostentosa provisión de sus lujos (¡un Cadillac sería una cosa diferente!). Jesús reafirma la promesa de la Escritura de que poniendo el reino de Dios y su justicia en primer lugar dará como resultado la provisión de todas las necesidades materiales (Mat. 6:33). Además, el llamado al trabajo diligente se ubica en el contexto de la sabiduría y la piedad, con la preocupación del desarrollo de la vida de la comunidad, que también corre a través de los Prov. Esto hace posible que su incitación no aliente una compulsiva y egoísta dedicación al trabajo.

La segunda cuestión, si es efectiva, será considerada en los comentarios sobre 10:23-11:11.

Notas. 2 Tesoros de impiedad son aquellos obtenidos impíamente. La impiedad y la justicia son así puestas en contraste en los vv. 2, 3 y 6. 16a La obra del justo es para vida muestra claramente que la frase para vida relaciona los vv. 16 y 17.

6-14, 18-21, 31, 32 Palabras. Un propósito básico característico de los dichos de Prov. sobre las palabras es mientras menos, mejor (19). El escuchar es una señal y un medio de sabiduría; la lo cuacidad es lo opuesto (8, 10). Las palabras que hablan los justos y los sabios, sin embargo, serán valiosas y nutritivas expresiones de amor, capaces de disolver el poder del mal y hallar aceptación con las personas (11, 12, 20, 21, 32). Las palabras del locuaz o impío les traen problemas a ellos y a otros (6, 11, 13, 14, 21, 31), especialmente cuando surgen de malos sentimientos, y así producen disensión y engaño (12, 18). Aun más allá de la muerte las palabras dichas acerca de esos dos grupos continúan en contraste (7).

Notas. 6 La referencia a la boca sugiere que el proverbio advierte especialmente en contra de la impiedad en el habla (p. ej. engaño). 7 La forma de las palabras será bendita no implica recibirá una bendición (como en el v. 6; cf. con 11:26) sino será un ejemplo de bendición que viene a ser usado por las personas en sus oraciones por bendición (cf. Gén. 12:2). 8 Labios insensatos no es la misma palabra, sino la persona misma, como el burlador (ver sobre 1:1-7). 9 En tema es parte de 10:23-11:8, pero en su forma poética corresponde distintivamente a los vv. 8 y 10. 11a Fuente de vida presumiblemente significa que trae vida a él mismo. 12 La impiedad cubre la violencia (11), el amor cubre las faltas; el mismo verbo se usa en sentidos muy distintos. 13 El entendido habla con sabiduría y hace bien; el falto de entendimiento no lo hace.

23-27 Introducción. Los vv. 23-27 se parecen a los vv. 1-4: comienzan con otra invitación implícita a buscar sabiduría antes que insensatez, y siguen con ejemplos de los otros tres tipos principales de dichos que aparecen en la colección como un todo. Ellos nos invitan así a atesorar sabiduría (23) pero enfatizan su relación con la justicia (24, 25), el tema que corre a través de 10:23-11:11. El v. 26 agrega un ejemplo de una tercera clase de dicho que comenta directamente acerca de la vida. El v. 27 ubica todas estas preocupaciones en el contexto de la participación de Dios en los asuntos de la vida humana. De manera que el comienzo de esta sección conecta una vez más la vida, la sabiduría, la moralidad y la piedad.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10:1-22:16 Nos encontramos aquí en otro mundo literario. Si en los caps. Pro 1:1-33; Pro 2:1-22; Pro 3:1-35; Pro 4:1-27; Pro 5:1-23; Pro 6:1-35; Pro 7:1-27; Pro 8:1-36; Pro 9:1-18 predominan el discurso y la instrucción, esta parte del libro está hecha de proverbios aislados. En ocasiones pueden aparecer, a lo sumo, racimos de sentencias con variaciones sobre un mismo tema.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Podríamos enlazar esta serie de proverbios con el tema de las relaciones éticas y sociales. Dichas relaciones se deben fundar en el amor que « disimula las ofensas» (12) y que luego va adquiriendo una serie de matices o canales de transmisión y de difusión, simbolizados en los labios para expresar que se tienen que percibir en las relaciones con los semejantes. Los labios, es decir la boca, el canal de expresión de la interioridad de la persona, debe estar al servicio de la verdad y de la justicia, y esa es una manera de vivenciar el amor. La charlatanería es la antinomia de unos labios puestos al servicio del bien. El tema de la boca, los labios y la lengua aparece nuevamente en los versículos 31s con idéntico sentido.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. Ver 15. 20; 17. 25.

12. Ver Stg_5:20; 1Pe_4:8.

15. Ver 18. 11.

19. Ver Stg_1:19.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 10.12 El amor... las faltas: Cf. Pr 17.19; 1 P 4.8.

[2] 10.16 Pr 11.18; 12.28; Ro 6.23.

Torres Amat (1825)



[10] Prov 6, 3; Eclo 27, 25.

[12] 1 Cor 13, 4; 1 Pe 4, 8.

[15] 1 Tim 6, 17.