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Nada sirven riquezas el día de la ira,
pero la justicia salva de la muerte.
(Proverbios 11, 4) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

לֹא‎(לֹא)

Hebrew|lō-|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

יֹועִ֣יל‎(יָעַל)

Hebrew|yôʕˈîl|profit

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il


[H3276] [j.cf.aa] [882]
[יעל] [GES3170] [BDB3538] [HAL3505]

הֹ֖ון‎(הֹון)

Hebrew|hˌôn|abundance

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1952] [e.bc.ab] [487a]
[הון] [GES1875] [BDB2098] [HAL2098]

בְּ‎(בְּ)

Hebrew|bᵊ|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

יֹ֣ום‎(יֹום)

Hebrew|yˈôm|day

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3117] [j.ay.aa] [852]
[יום] [GES3012] [BDB3361] [HAL3338]

עֶבְרָ֑ה‎(עֶבְרָה)

Hebrew|ʕevrˈā|anger

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5678] [p.ah.ag] [1556d]
[עברה] [GES5629] [BDB6222] [HAL6141]

וּ֝‎(וְ)

Hebrew|ˈû|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

צְדָקָ֗ה‎(צְדָקָה)

Hebrew|ṣᵊḏāqˈā|justice

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6666] [r.ar.ac] [1879b]
[צדקה] [GES6603] [BDB7278] [HAL7207]

תַּצִּ֥יל‎(נָצַל)

Hebrew|taṣṣˌîl|deliver

Part-of-speech: verb
Gender: feminine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il


[H5337] [n.ev.aa] [1404]
[נצל] [GES5255] [BDB5854] [HAL5747]

מִ‎(מִן)

Hebrew|mi|from

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4480] [m.cl.aa] [1212]
[מן] [GES4398] [BDB4898] [HAL4822]

מָּֽוֶת‎(מָוֶת)

Hebrew|mmˈāweṯ|death

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4194] [m.be.ab] [1169a]
[מות] [GES4115] [BDB4586] [HAL4516]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



11. Diversas Sentencias Sobre la Justicia y la Misericordia.

La justicia salva, la impiedad lleva a la ruina (11:1-8).
1 La balanza falsa es abominable a Dios, mas la pesa cabal le agrada. 2 Detrás de la soberbia viene la deshonra, con la modestia va la sabiduría. 3 La integridad guía al hombre recto; la propia malicia es la ruina del pérfido. 4 De nada sirven las riquezas el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte. 5 La justicia del justo le allana el camino; el malvado cae por su misma malicia. 6 La justicia del justo le salva; los fraudulentos son cogidos en sus propios pecados. 7 A la muerte del impío perece su esperanza, y la confianza del malvado queda burlada. 8 El justo es librado de la tribulación, pero el impío entra en ella en lugar de él.

Siempre fue la balanza una de las cosas que más se prestaron al robo y a la inmoralidad en los negocios. Y ésta constituye un obstáculo para las buenas relaciones sociales. Por eso, los profetas y los autores sapienciales recomiendan en ellas la justicia y la equidad, recomendación entonces doblemente necesaria, por el no fácil control legal de las pesas y medidas y por la codicia que siempre caracterizó a los judíos.
Son muy distintos, constata el sabio, los efectos de la soberbia y los de la humildad. En la parábola del fariseo y el publicano, Jesucristo dejó plasmados los sentimientos que una y otra suscitan en el Señor. De la misma manera, los hombres detestan y aborrecen al orgulloso, mientras que sienten algo especial por el alma sencilla y humilde. La soberbia deshonra, la humildad granjea honor y estima.
Los versos 3-6 contraponen la conducta y suerte distintas del justo y del impío. El primero vive una vida virtuosa, la cual hace prósperos sus caminos 1 y le salva de todos los peligros que acechan la vida del malvado, librándole de la muerte prematura repentina, violenta, con que, cuando menos lo piensa, se encuentra aquél. El impío será víctima de su propia malicia, que lo expone al castigo de la ley y a la venganza de su prójimo; con frecuencia encuentran aquél cuando cometían su maldad, pagando caramente su delito. En el día de la ira, en que Dios castigará a los impíos sus propios pecados, de nada servirán las riquezas; en el día de rendir cuentas, la única carta de recomendación son las buenas obras dictadas por la sabiduría. Con la muerte del impío, afirma el sabio, perece su esperanza, y su confianza queda burlada (v.6); ello daría a entender que la del justo no concluye con la muerte, y, en consecuencia, el sabio afirmaría que espera una suerte distinta al impío y al justo más allá de la muerte. Pero no precisa la naturaleza de esa diferencia. ¿Se refiere a la buena o mala fama que dejan uno y otro después de su muerte entre quienes los conocieron o al premio y castigo de la otra vida? Más veces hemos indicado que el autor de los Proverbios no conoció, con claridad al menos, la distinta retribución ultra-terrena; si la hubiera conocido, hubiera hecho uso de tan importante doctrina repetidas veces en su libro, como la mejor base para recomendar una vida moral recta. Entrevio que no podía esperar idéntica suerte a ambos, pero nada supo precisar sobre su naturaleza 2.
El último verso de la perícopa presenta la solución de los sabios al hecho tantas veces contemplado del bueno que sufre y el malo que triunfa, y que parece desmentir la tesis tradicional de la recompensa en esta vida. La aflicción del justo, dicen ellos, dura poco, para dar en seguida paso al gozo y la alegría; mientras que el triunfo del impío cede muy pronto a la humillación, como ocurrió en los casos de Mardoqueo y Aman, de Daniel y sus delatores, quienes, como Aman, hubieron de sufrir el castigo y humillación que preparaban a los justos. Naturalmente, la solución no era plenamente convincente, pero en el estadio de la revelación en que vivieron no pudieron ir más allá. Fue precisa la revelación posterior para descorrer el velo que ocultaba los misterios de la retribución ultra-terrena.

El bien público la fianza la mujer prudente (11:9-16).
9 El impío con su boca arruina al prójimo; los justos con su sabiduría se salvan. 10 La prosperidad del justo alegra la ciudad, y cuando perecen los impíos hace fiesta. n La bendición del justo engrandece la ciudad; la boca del impío la abate. 12 El insensato desprecia al prójimo, pero el prudente se calla. 13 El chismoso descubre los secretos; el hombre fiel lo encubre todo. 14 Donde no hay gobierno va el pueblo a la ruina; en la abundancia del consejo está la salvación. 15 Andará en ansiedad el que sale fiador de otro; el que rehuye la fianza vivirá tranquilo. 16 La mujer prudente es gloria de su marido; trono de deshonra es la mujer que aborrece la justicia. Los perezosos carecen de bienes, pero los laboriosos adquieren riquezas.

Los impíos causan daño a su prójimo con sus labios, dándose a críticas y murmuraciones, levantando calumnias que turban la paz y confianza entre los conciudadanos, llevando a los incautos, con sus consejos, por caminos de perdición. Pero los justos, con la clarividencia y prudencia que les da la sabiduría, se salvan de las asechanzas y peligros que los malos les tienden.
No sólo quienes con él conviven, sino toda la ciudad experimenta el influjo benéfico del hombre virtuoso. Cuando éste prospera, no se encierra egoísticamente en su felicidad, sino que hace a los demás partícipes de su dicha, de sus bienes. El impío, en cambio, con la actitud antes descrita, destruye la paz y armonía entre los habitantes de la ciudad, originando entre ellos divisiones, que abaten su prosperidad, por lo cual se siente aliviada cuando la muerte pone fin a sus calumnias y detracciones.
Es distinta la conducta del hombre insensato y la del prudente respecto de los defectos del prójimo (v.12). Aquél adopta una actitud de desprecio, que está dictada por la soberbia y que lo declara falto de juicio, pues con ella se hace odioso a los demás y se crea enemigos. El prudente, en cambio, sabe ver y callar; prefiere tener que arrepentirse del silencio a tener que hacerlo de las palabras. Lo mismo ocurre con el calumniador y el leal en relación a los secretos; el primero, habituado a levantar calumnias y a hacer daño con su lengua, es incapaz de guardar un secreto, antes o después lo manifestará. El hombre fiel sabe guardar las confidencias que se le hacen, como también encubrir con su silencio los defectos de los demás. Ahikar tiene también un precioso consejo a este propósito:
¡Oh hijo mío! si tú oyes una palabra, no la reveles a nadie y no digas nada de aquello que tú ves.3
El v.14 constata las consecuencias que para un pueblo tiene la falta de un buen gobierno, y hace una interesante observación a los gobernantes: el secreto para un buen gobierno está en la sabia elección de los consejeros. Un hombre, por muy inteligente que sea, no puede abarcar por sí solo la complejidad de problemas que lleva consigo el gobierno de una nación. La advertencia vale sobre todo para nuestros tiempos, en que un conjunto de factores políticos y económicos hace extremadamente difícil la dirección de los pueblos y exigen a su frente gobernantes inteligentes y muy sabios consejeros. Por lo demás, los autores sapienciales ponen muchas veces de relieve el valor de los consejos sabios4. El v.16 recoge una experiencia universal sobre la ansiedad y preocupación que crea la fianza ante la duda de si el acreedor será fiel o no, de la que se ve libre quien no fía a los demás. En 6:1-5 señaló la conducta a seguir respecto de ella 5.
Concluye la perícopa con un verso de cuatro esticos. Los dos primeros se refieren a la mujer, los otros dos al hombre, y señalan a ambos la conducta a seguir en orden a un hogar feliz. La mujer agraciada, sobre todo por su prudencia y discreción en el hablar, por sus virtudes morales y también por sus cualidades domésticas 6, consigue gran honor ante sus familiares y círculo de amistades. Su conducta y su honor repercuten en bien y gloria de su marido, que se sentirá contento y feliz de su elección. El marido, por su parte, deberá con su laboriosidad proporcionar al hogar los medios de subsistencia que aseguren un relativo bienestar y tenga lejos de él los inconvenientes que la pobreza lleva consigo7.

Sentencias varias (11:17-23).
17 El misericordioso se hace bien a sí mismo; el de corazón duro a sí mismo se perjudica. 18 El impío hace ganancias vanas; el que siembra justicia de verdad gana, 19 El que sigue la justicia va a la vida; el que va tras el mal corre a la muerte. 20 Los de corazón malo son abominables a Yahvé; los de perfectos caminos le son gratos. 21 Más pronto o más tarde, no quedará impune el malvado, pero la prole del justo escapará. 22 Anillo de oro en jeta de puerco es la mujer bella, pero sin seso. 23 El deseo del justo es sólo el bien, pero el impío no puede esperar más que ira.

Comienza la perícopa con una sentencia sobre la misericordia, a la que siguen unas sentencias sueltas sobre los respectivos premios que-sufrirán los justos y los impíos. El que es misericordioso para con los demás se hace bien a sí mismo, porque Dios, a su vez, tendrá misericordia para con él, conforme lo enseñó Jesucristo en la quinta bienaventuranza 8, y los mismos hombres, movidos por su ejemplo, practicarán la misericordia para con él cuando de ella precisare. Pero el duro de corazón para con los demás, a sí mismo se hace mal, porque el Señor hará un juicio sin misericordia a quien no la tuvo con los demás 9, y los hombres le pagarán con la misma moneda que de él recibieron.
Volviendo a las comparaciones entre el justo y el impío, el sabio afirma la vanidad de las ganancias del primero y la seguridad del premio del que practica la justicia. Cierto que el malvado a veces prospera en sus negocios, pero su prosperidad es ilusoria; se vendrá abajo cuando menos lo espera. El que cumple con los mandamientos de Dios tiene garantía segura de la recompensa, porque cuenta con el favor de Yahvé 10. Aquél es abominable a los ojos de Yahvé 11; el segundo le es grato 12. Dios, infinitamente santo, no puede complacerse más que en los que imitan su santidad siguiendo el camino de la virtud, y tiene que resultarle sumamente detestable toda malicia e iniquidad. En consecuencia, antes o después, ambos recibirán el premio y el castigo, respectivamente, de sus obras. Como siempre, el autor afirma el hecho de la retribución, que, como no siempre se verifica en esta vida, debió de intuir la del más allá, pero no determina su naturaleza 13.
El v.22 presenta una sentencia dura, pero expresiva como la que más. La mujer dotada de cualidades físicas, pero privada de las intelectuales y morales, es, dice el sabio, como anillo de oro en hocico de puerco, o, como dice otro proverbio antiguo, belleza sin bondad, pendientes de oro en las orejas de un asno. El anillo en la nariz era uno de los adornos de la mujer en el Asia occidental y en muchas tribus bárbaras y semicivilizadas 14. El autor estima más el juicio y la virtud en la mujer que la belleza física, que con el tiempo se marchita.

Beneficencia (11:24-31).
24 Hay quien derrama y siempre tiene más; otro que ahorra más de lo justo y empobrece. 25 El benéfico se sacia, y quien largamente da, largamente tendrá. 26 Al que acapara el trigo le maldice el pueblo, sobre la cabeza del que lo vende caen bendiciones. 27 El que hace el bien, bienes se atrae; al que busca el mal le vendrá el mal. 28 El que en sus riquezas confía, caerá; los justos reverdecerán como follaje. 29 El que perturba su casa recogerá viento, y el necio será siervo del sensato. 30 El fruto del justo es árbol de vida; las almas de los perversos son arrebatadas antes de tiempo. 31 Si el justo tiene en la tierra su paga, ¡cuánto más el impío y el pecador!

Los primeros versos ponen de relieve los diversos efectos de la liberalidad y de la codicia. Dios bendice al que es generoso y caritativo para con los demás, verificándose muchas veces en ellos incluso aquello de que cuanto más dan, más tienen. Hay, por el contrario, quienes no piensan en otra cosa más que en ahorrar, privándose aun de lo necesario; sin embargo, jamás llenan sus arcas, porque el Señor no bendice sus trabajos y, sin su favor, éstos no pueden fructificar 15. Dad y se os dará, decía el Señor; una medida buena, apretada, colmada, rebosante, será derramada en vuestro seno.16
Una constatación tomada de la vida comercial ilustra el pensamiento anterior. Hay quienes, previendo tiempos de escasez, acaparan productos en sus graneros con el fin de, llegados aquéllos, obtener mayor lucro. El pueblo maldice tal conducta, que priva a los pobres tal vez de alimentos de primera necesidad; maldición que fue muchas veces escuchada por Dios, que castigó duramente a los monopolizadores 17. Alaba, en cambio, a quien liberalmente vende sus productos alimenticios y contribuye con ello a que nadie carezca de lo necesario. Seguramente que los negociantes judíos corrían este peligro en los grandes centros comerciales. Knaben-bauer, recogiendo la aplicación de los antiguos a los dones espirituales, escribe: Quienes los emplean en utilidad de los demás duplican los talentos que les fueron concedidos; mas quienes no hacen buen uso de ellos, sino que se abstienen de hacer el bien que por medio de ellos tenían que obrar, se hacen más pobres, según aquello de Cristo: al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado (Mar_4:25).18
Otra vez la vanidad de las riquezas. Quien en ellas pone su confianza creyendo que ellas pueden librar al malvado de la ira de Dios y del castigo de los hombres, se verá defraudado; tales riquezas no aprovechan al impío 19 ni lo libran en el día de la ira 20. Los justos, en cambio, que ponen su confianza en el Señor, son semejantes a las plantas que en todo tiempo conservan su verdor, y, aunque de momento fueren angustiados y pisoteados por los impíos, reverdecen como el follaje 21 y brillarán por sus buenas obras cuando los malos reciban su castigo. Idénticas afirmaciones contiene el salmo 52.
El v.29 advierte las consecuencias a que lleva la mala administración de la propia casa. Quien por negligencia o incapacidad no administra bien sus bienes verá sus recursos reducidos a la nada, y él mismo, si no quiere perecer en su miseria, se verá obligado a servir al hombre prudente que lleva una administración ordenada de su hacienda. Las obras del justo, afirma también el sabio, con el favor que obtienen de Dios, con las riquezas que honradamente consiguen, son, a semejanza del árbol del paraíso, fuente de vida tranquila y feliz 22, mientras que la injusticia y la impiedad aceleran la muerte 23. Los cristianos, iluminados por la revelación neo-testamentaria, sabemos que las obras del justo, con la gracia de Dios, merecen la vida eterna y plenamente feliz del cielo, y las del impío, que ofenden gravemente a Dios, el castigo del infierno 24. Tal vez algunos piensen que los pecados del impío puedan escapar al castigo divino. El sabio excluye toda posibilidad en el último verso de la perícopa al afirmar que ni el mismo justo se verá libre del castigo que merecen las infidelidades que también él comete 25, y de hecho la historia bíblica nos dice que Dios castigó severamente los pecados de sus más fieles servidores, como Moisés, Aarón, David. El inciso sobre la tierra es una constatación de que muchas veces en la tierra Dios castiga al justo por los pecados que hubiere cometido; prescinde del premio o castigo en el más allá, que ni excluye ni afirma 26.

Mar_1 3:6. 2 En el TM falta la antítesis que esperaríamos entre la suerte del justo y la del impío. La presenta, en cambio, la versión de los LXX, que leen: cuando muere el hombre justo, su esperanza no es destruida, pero el deseo del malvado perece. Toy opina que esta versión está redactada por un escriba griego que conoció ya la doctrina de la inmortalidad del alma y diversos destinos de ultratumba (o.c., p.223). 3 ñau, Histoire et sagesse d'Ahikar l'Assyrienne (París 1909) p.155. 4 12:15; 13:10; 15:22; 20,18; 24:6; Eco_37:7-14. 5 Cf. también 17:18; 22:26. 6 31:10-31. 7 El TM sólo presenta loa y lód. El sentido de la comparación sería que la prudencia de la mujer consigue gloria para su marido, de la misma manera que los laboriosos obtienen riquezas. 8 Mat_5:7. 9 Stg_2:13. 10 1:32-33; 2:21-22. 11 3:22. 12 8:35. 13 La expresión que la Vulgata traduce manas in manu ha resultado enigmática a los intérpretes. A Lapide menciona hasta 12 interpretaciones. Significa, como en asirio, en verdad o tarde o temprano (Renard, Dyson, Hamp). 14 Gen_24:22; Jue_8:24; Isa_3:21; Job_42:11. Cf, Lañe, Manners and Customs ofthe ModernEgyptians Apéndice A. 15 Sal_127:1. 16 Lev_6:38. 17 Eco_4:5-6. 18 Citado en ??., Commentarius in Proverbia (París 1910) p.82. 19 10:2. 20 11:4. 21 Job 14:17; Isa_66:14. 22 3:14-18. 23 1:10-l8. 24 El TM dice en 3ob: el sabio conquista las almas, cuyo sentido sería: el sabio con sus consejos, con su ejemplo, arrastra y atrae a los demás ante el éxito en sus acciones. Es preferible la versión de los LXX, que pone antítesis con 303. La Bib. de Jér.: los malvados serán arrebatados prematuramente. 25 24:16. 26 Los LXX traducen: Si el justo a duras penas se salva, ¿dónde comparecerá el impío y el pecador? que cita San Pedro en i 4:18. La Bib. dejer.: si el justo recibe aqui abajo su salario, ¡cuánto más el malvado y el pecado!

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Rectitud y perversidad. La palabra justos (o sus sinónimos: íntegros o rectos) se menciona 13 veces en esta sección, la palabra perversidad (o sus sinónimos) 12, lo cual es una concentración sin paralelo en todas las Escrituras. Cada expresión aparece 21 veces más en los caps. 10-13, lo cual enfatiza más el tema de esta sección, la naturaleza y premio de la rectitud y la perversidad.

La naturaleza de la rectitud es ser íntegro, correcto, ordenado y justo. Está así relacionada estrechamente con la palabra justo (p. ej. 11:3, 6, 11) una palabra que lit. significa rectitud (cf. 11:5). Estas dos palabras están íntimamente relacionadas con la palabra integridad, la cual lit. significa totalidad, o lo completo. También aparece en 11:3 y 5; veáse también 10:9 y nótese el contraste con la palabra perversidad.

La rectitud se expresa a sí misma en honestidad, justicia, simpatía (hasta con los animales) y verdad (10:2; 12:5, 10; 13:5). Se manifiesta en el hablar que es sabio, valioso, nutritivo y vivificante (10:11, 20, 21, 31). Trae bendición a la nación (11:11; 14:34). Diferentes dichos prometen que los justos mismos recibirán como recompensa liberación, bendición, satisfacción, realización, prosperidad, gozo, seguridad, dirección, plenitud de vida y favor con Dios y con otras personas.

La impiedad, en contraste, representa lo que por su naturaleza misma está privada de verdad y desarticulada, desviada y fuera de razón. Puede constituir perversión (10:9; 11:20). Puede implicar rebelión o contención (10:12); pecado (10:19); transgresión (12:13). Puede sugerir falta de cumplimiento a las normas que se esperan de nosotros (13:6). Puede ser presentada como desaviándose del camino correcto (10:17). Puede ser un asunto de astucia en proyectar el mal (10:23; 12:2). Puede sugerir aquello que trae problemas a otras personas tanto como a uno mismo (10:29). Puede denotar una perversa inversión de las cosas (10:31, 32; también la palabra distinta que se traduce traicioneros en 11:3, 6). Implica impiedad o profanidad, el abandono deliberado del camino de la religión (11:9).

Concretamente se expresa en la deshonestidad, engaño, deseos de derramar sangre, crueldad y rapacidad (10:2; 12:5, 6, 11, 12). Resulta en vergüenza y destrucción para la comunidad, y así en gozo por la muerte de la persona impía (11:11, 12; 13:5). Siendo su naturaleza opuesta a la de la justicia, también lo es su fruto: el ser expuesto, ruina, problemas, caída, caer en la trampa, ira, hambre, destrucción, frustración de esperanza, crecimiento de la violencia, descomposición de la memoria, realización de los temores, acortamiento de la vida, pérdida del hogar y la tierra y lo ilusorio de sus ganancia.

Los lectores modernos a menudo se encuentran intrigados ante las afirmaciones confiadas de Prov. respecto al carácter provechoso de la justicia. Puede no parecer cierto que la justicia librará de la muerte (11:4). Se pueden hacer varias observaciones acerca de esta dificultad. Primera, tanto como cualquier otro aspecto de Prov., la afirmación estaba aparentemente basada sobre la experiencia (cf. Sal. 37:25); no era un mero dogma teológico. Los lectores modernos que están intrigados por ella tal vez necesitan tomar más en cuenta la evidencia disponible de su experiencia personal de que la justicia tiene su recompensa.

Segunda, si se da el caso que las afirmaciones de Prov. resultan menos en nuestro mundo, ese puede reflejar la impiedad de él (p. ej. su injusta distribución de la riqueza). Prov. puede estar reflejando una sociedad que prestaba más atención en ver que los negocios y la vida de una comunidad operaban de una manera moral. De este modo nos reta a combatir la injusticia, por lo menos debido al peligro en que nos muestra estar a causa de nuestra impiedad.

Tercera, Prov. algunas veces generaliza; pero hay excepciones. El libro sabe que la vida es más complicada de lo que algunos dichos individuales impliquen (cf. 13:23; 30:1-4). Otros libros de Sabiduría, notablemente Job y Eclesiastés, ponen más énfasis sobre el hecho de que estas generalizaciones a menudo no funcionan. Las declaraciones generales y las excepciones necesitan ambas ser tenidas en cuenta.

Cuarta, el enfoque de Prov. en las generalizaciones tiene una preocupación teológica. Teológicamente debe al fin ser el caso de que el universo opera en una manera justa. Si no lo hace, el Juez de toda la tierra difícilmente ha arreglado correctamente sus asuntos

Quinta, otras partes de la Escritura resuelven el problema de la aparente injusticia de la vida en esta edad viendo a la justicia obrando en la edad venidera. Las afirmaciones difíciles de Prov. necesitan ser colocadas en aquel contexto, pero no por esto privadas de su fuerza. Ellas forman una parte importante del testimonio de la Escritura a la convicción de que Dios es el Señor de esta edad. La fe bíblica no es meramente un asunto de pastel en el cielo después de la muerte.

Notas. 10:26 Acerca del perezoso, ver sobre 24:30-34; cf. también el v. 4. El v. 26a sugiere que es una irritación. Aunque en su contenido el versículo no corresponde al contexto, en su forma corresponde al v. 25. 11:1 Toma una expresión de 10:32: Los labios del justo saben lo que agrada ... la pesa exacta le agrada. Acerca de lo que Dios abomina en oposición a lo que le agrada, ver sobre 15:8. 2 En este contexto lleva adelante el pensa miento de 10:31, 32 que el habla sabia o recta se une a la modestia; el habla impía o necia al orgullo y la desgracia. 4 El día de la ira es el día de la calamidad, cuando algo terrible sucede y cuando parece como si la ira de alguien hubiera descendido. La frase no implica que el evento realmente proviene de la ira de Dios (cf. Job 21:30). La muerte es similarmente repentina y prematura. 7 Aquí también tiene mejor sentido tomar el dicho como refiriéndose a la muerte repentina que frustra las expectaciones de la persona.

9-14 Palabras en la comunidad. El poder de las palabras para dar vida o destruir es reafirmado aquí (ver sobre 10:9-14), pero aquí especialmente palabras para la comunidad: nótense las alusiones a prójimo, ciudad y pueblo. En este contexto hay una razón particular para el ruido (10) y una nueva razón para afirmar la capacidad para mantener cerrada la boca (13).

Notas. 9 Librados proporciona un nexo retrospectivo con el v. 8; es el mismo verbo allí traducido es librado. 9b Sugiere que el versículo se refiere al perjurio más bien que al chisme. 11 La bendición parece ser la que ellos pronuncian más bien que la que ellos reciben (a juzgar por el paralelo en el v. 11b).

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XI.

[Of tale-bearers.]

1 [ Lev_19:36 ; Deu_25:15 ; Pro_16:11 ; Pro_20:10 ; Pro_20:23 .] [ Hebrew: ballances of deceit.] A false ballance is abomination to the Lord: but [ Hebrew: a perfect stone.] a iust weight is his delight.
2 [ Pro_16:18 ; Pro_15:33 ; Pro_18:12 .] When pride commeth, then commeth shame: but with the lowly is wisedome.
3 [ Pro_13:6 .] The integritie of the vpright shall guide them: but the peruersenesse of transgressours shall destroy them.
4 [ Pro_10:2 ; Eze_7:19 ; Zep_1:18 .] Riches profite not in the day of wrath: but righteousnesse deliuereth from death.
5 The righteousnesse of the perfect shall [ Hebrew: rectifie.] direct his way: but the wicked shall fall by his owne wickednesse.
6 [ Pro_5:22 .] The righteousnesse of the vpright shall deliuer them: but transgressours shall be taken in their owne naughtinesse.
7 When a wicked man dieth, his expectation shall perish: and the hope of vniust men perisheth.
8 [ Pro_21:18 .] The righteous is deliuered out of trouble, and the wicked commeth in his stead.
9 [ Job_8:13 .] An hypocrite with his mouth destroyeth his neighbour: but through knowledge shall the iust be deliuered.
10 When it goeth well with the righteous, the citie reioyceth: and when the wicked perish, there is shouting.
11 By the blessing of the vpright the citie is exalted; but it is ouerthrowen by the mouth of the wicked.
12 He that is [ Hebrew: destitute of heart.] void of wisedome, despiseth his neighbour: but a man of vnderstanding holdeth his peace.
13 [ Hebrew: hee that walketh being a talebearer .] A tale-bearer reuealeth secrets: but hee that is of a faithfull spirit, concealeth the matter.
14 [ 1Ki_12:1 .] Where no counsell is, the people fall: but in the multitude of counsellers there is safetie.
15 Hee that is suretie for a stranger, [ Hebrew: shalbe sore broken.] shall smart for it: and hee that hateth [ Hebrew: those that strike hands.] suretiship, is sure.
16 A gracious woman retaineth honour: and strong men retaine riches.
17 The mercifull man doeth good to his owne soule: but he that is cruell, troubleth his owne flesh.
18 The wicked worketh a deceitfull worke: but to him that soweth righteousnesse, shall be a sure reward.
19 As righteousnesse tendeth to life:

[A good woman.]

so he that pursueth euill, pursueth it to his owne death.
20 They that are of a froward heart, are abomination to the Lord: but such as are vpright in their way, are his delight.
21 Though hand ioyne in hand, the wicked shall not be vnpunished: but the seede of the righteous shall be deliuered.
22 As a iewell of golde in a swines snowt; so is a faire woman which [ Hebrew: departeth from.] is without discretion.
23 The desire of the righteous is onely good: but the expectation of the wicked is wrath.
24 There is that scattereth, and yet increaseth; and there is that withholdeth more then is meete, but it tendeth to pouertie.
25 [ 2Co_9:9 .] [ Hebrew: the soule of blessing.] The liberall soule shalbe made fat: and he that watereth, shall be watered also himselfe.
26 Hee that withholdeth corne, the people shall curse him: but blessing shall be vpon the head of him that selleth it.
27 [ Psa_7:17 ; Psa_9:16 ; Psa_10:2 ; Psa_57:7 .] He that diligently seeketh good, procureth fauour: but hee that seeketh mischiefe, it shall come vnto him.
28 He that trusteth in his riches, shall fall: but the [ Psa_1:3 ; Psa_92:13 ; Jer_17:8 .] righteous shall flourish as a branch.
29 He that troubleth his owne house, shall inherite the winde: and the foole shall be seruant to the wise of heart.
30 The fruit of the righteous is a tree of life: and hee that [ Hebrew: taketh.] winneth soules, is wise.
31 [ 1Pe_4:18 .] Behold, the righteous shalbe recompensed in the earth: much more the wicked and the sinner.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10:1-22:16 Nos encontramos aquí en otro mundo literario. Si en los caps. Pro 1:1-33; Pro 2:1-22; Pro 3:1-35; Pro 4:1-27; Pro 5:1-23; Pro 6:1-35; Pro 7:1-27; Pro 8:1-36; Pro 9:1-18 predominan el discurso y la instrucción, esta parte del libro está hecha de proverbios aislados. En ocasiones pueden aparecer, a lo sumo, racimos de sentencias con variaciones sobre un mismo tema.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

En línea con las enseñanzas deuteronomistas y proféticas, los sabios apuestan por un orden justo que sólo los seres humanos sabios, prudentes y honrados pueden ayudar a construir según el querer de Dios. La justicia es garantía de vida, puesto que la justicia es una dimensión esencial de Dios. El que es justo y honrado atrae bendición para su pueblo. Se trata, por tanto, de las consecuencias reales y concretas que sobrevienen cuando los miembros de la comunidad están empeñados en la búsqueda del bien, de la solidaridad, de la paz y de la justicia; entonces no puede sino cosecharse frutos buenos. En eso consiste la bendición de la que nos habla el texto.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_49:7-9 [Sal_49:6-8]; Job_21:30 = Pro_10:2

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_49:7-9 [Sal_49:6-8]; Job_21:30 = Pro_10:2

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Pro 10:2; Sal 49:6-7.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



14. Ver 15. 22; 24. 6.

31. Ver 1Pe_4:18.

Torres Amat (1825)



[21] Según el texto hebreoNo quedará sin castigo el malvado.

[26] A precio moderado y sin usura.

[31] 1 Pe 4, 18.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

TM añade v. Se sigue LXX → §194; §233.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



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Jünemann (1992)


4 b. Este vs. es interpolado.