Ver contexto
Quien maltrata a un padre y expulsa a una madre,
es un hijo infame y sinvergüenza.
(Proverbios 19, 26) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

מְֽשַׁדֶּד‎(שָׁדַד)

Hebrew|mᵊˈšaddeḏ-|despoil

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: construct
Verbal tense: participle
Verbal stem: pi“el


[H7703] [v.bg.aa] [2331]
[שדד] [GES7660] [BDB8436] [HAL8355]

אָ֭ב‎(אָב)

Hebrew|ˈʔāv|father

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1] [a.ae.ab] [4a]
[אב] [GES4] [BDB4] [HAL11]

יַבְרִ֣יחַ‎(בָּרַח)

Hebrew|yavrˈîₐḥ|run away

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il


[H1272] [b.dc.aa] [284]
[ברח] [GES1168] [BDB1343] [HAL1349]

אֵ֑ם‎(אֵם)

Hebrew|ʔˈēm|mother

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H517] [a.dx.ab] [115a]
[אם] [GES500] [BDB526] [HAL545]

בֵּ֝֗ן‎(בֵּן)

Hebrew|ˈbˈēn|son

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1121] [b.ca.aa] [254]
[בן] [GES1052] [BDB1189] [HAL1201]

מֵבִ֥ישׁ‎(בֹּושׁ)

Hebrew|mēvˌîš|be ashamed

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: hif‘il


[H954] [b.ax.aa] [222]
[בוש] [GES939] [BDB1019] [HAL1034]

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

מַחְפִּֽיר‎(חָפֵר)

Hebrew|maḥpˈîr|be ashamed

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: hif‘il


[H2659] [h.et.aa] [715]
[חפר] [GES2571] [BDB2879] [HAL2862]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



19. Amistades, Prudencia, Misericordia, Corrección.

El verdadero amigo. Sentencias varias (18:24-19:7).
24 Hay amigos que sólo son para hacer compañía, pero los hay más afectos que un hermano. 19 1Mejor es el pobre que anda en sencillez de corazón que el de labios perversos y fatuo. 2 Ya el carecer de reflexión no es cosa buena, pero el que además es precipitado en el obrar la yerra. 3 La necedad del hombre tuerce sus caminos, y luego le echa la culpa a Yahvé. 4La riqueza allega muchos amigos, pero al pobre sus amigos lo abandonan. 5 Testigo falso no quedará sin castigo, y el que esparce la mentira no escapará. 6 Al dadivoso le hacen muchos la rueda; todos son amigos del que da. 7 Al pobre aun sus hermanos le aborrecen, ¡cuánto más le dejarán los amigos! El que cultiva demasiadas amistades, lo pagará, como el que corre tras lo que no está a su alcance.

El í. 1 hace un parangón entre la riqueza y la pobreza, declarando que, si aquélla va acompañada de la sencillez de corazón que enseña la sabiduría, es preferible a la riqueza que va asociada a la impiedad y engendra soberbia y avaricia, injusticias y corrupción. Los primeros y últimos versos de la perícopa se refieren a la amistad en su relación con las riquezas. Los frutos de aquélla son provechosos, pero hay tantos desengaños en torno a ella, que el sabio estima oportuno volver repetidas veces sobre tema tan importante y delicado. El rico que da generosamente de sus bienes, constata el autor, encuentra muchos amigos, pero advierte que la mayoría de las veces se trata de una amistad interesada, que no busca más que su provecho particular en ella; concluido éste hay quienes no tienen inconveniente alguno en llevar al antiguo amigo a la perdición. Al pobre, por el contrario, de cuya amistad no se puede obtener utilidad práctica alguna, hasta los mismos parientes le abandonan, porque les resulta incluso odioso l. Cierto que hay amigos fieles aun en las más adversas circunstancias y son como verdaderos hermanos que se escogen 2. Pero fue el ejemplo y la invitación de Jesucristo, que llevó a la práctica las repetidas exhortaciones de Yahvé en el Antiguo Testamento al amor y protección de los pobres y afligidos, lo que arrancaría de sus riquezas y comodidades a cientos y millares de almas que consagrarían su vida a atender a los pobres con un amor y un desinterés que sólo El ha sabido infundir en los corazones. En la segunda parte del v.7, según la reconstrucción que del texto hace Nácar-Colunga3, concluye con un consejo práctico: no te procures demasiadas amistades, pues muchas te defraudarán; es preferible pocos amigos y seguros en toda contingencia.
Para obrar bien son precisas dos cosas: reflexión, para que el entendimiento descubra el camino a seguir, y la serenidad o prudente calma, para que la voluntad venza al ímpetu de las pasiones. Quien obra sin aquélla, fácilmente caerá en imprudencia; pero, si además es precipitado para obrar, entonces el error es seguro. La advertencia vale también para el orden espiritual, en el que la verdad y la inteligencia han de ir por delante del celo4. Hasta dónde puede llegar la insensatez del necio, lo pone de manifiesto el siguiente dato de experiencia: hay quienes después de haber incurrido por su culpa en el pecado y la ruina echan la culpa a Dios, como causa primera que dirige las segundas. Y es que hay necedad que se confunde con la soberbia y el amor propio, y quien cae en estos vicios se ama demasiado a sí mismo para reconocerse culpable de sus yerros. También quienes pretenden excusarse con falsas razones de temperamento, educación, tentación violenta y cosas semejantes, echan a Dios, en cierto sentido, la culpa de sus faltas. Ben Sirac rechaza de lleno tal manera de pensar, diciendo que Dios no puede hacer lo que El precisamente más detesta, que es el pecado 5. Nadie, por consiguiente escribe San Agustín , eche en su corazón la culpa a Dios, sino que se reconozca a sí mismo culpable quien peca. Al testigo falso y al mentiroso asegura el sabio (v.5) que no quedará sin castigo. Si fuere descubierto por el juez o la parte contraria, sufriría la ignominia que tal vicio lleva consigo y el castigo por parte de los hombres. Y aun en el caso de que no fuera descubierto, Yahvé no dejará sin castigo a quien viola uno de los preceptos de su ley 6.

Prudencia y necedad (19:8-15).
8 El que adquiere inteligencia se hace bien a sí mismo; el que guarda el entendimiento hablará bien. 9 El que en falso atestigua no quedará impune, y el que esparce la mentira perecerá. 10 No están bien al necio los deleites; cuánto menos a un esclavo mandar a príncipes! 11 La cordura del hombre detiene su cólera, y es honroso disimular una ofensa. 12Rugido de león es la ira del rey; su favor, como rocío sobre la hierba. 13 El hijo necio es el tormento de su padre, y gotera continua la mujer quisquillosa. 14 Casa y hacienda herencia son de los padres, pero una mujer prudente es don de Yahvé. 15 La pereza trae el sueño, y el haragán hambreará.

Inteligencia y prudencia son partes componentes de la sabiduría, y quienes las adquieren gozarán de los beneficios de ésta, que proporciona muchos en el orden físico y en el moral, por lo que el sabio recomienda su consecución. El v.6 repite literalmente el ?.5.
Hay dos contrastes que desdicen del habitual orden de cosas: los deleites en el necio, porque son frutos de sabiduría o porque no sabe hacer buen uso de ellos, y esclavo que mande a príncipe, cuando es a éste a quien toca mandar y a aquél obedecer. No rara vez consiguen riquezas quienes carecen de inteligencia y honradez, y en los tiempos en que escribió el autor no debía de ser raro que esclavos consiguiesen puestos de autoridad.
El v.11 hace una recomendación de sabor evangélico al aconsejar la represión de la cólera y el pasar por alto las ofensas, si bien media entre su espíritu y el que informa la evangélica una diferencia inmensa. En Proverbios predomina una mira humana e interesada: evitar la ira y discusiones, que pueden llevar a lamentables consecuencias, mientras que en el Evangelio es una exigencia del amor a Dios sobre todas las cosas, que se manifiesta en el cumplimiento de sus mandamientos y en el amor al prójimo como a sí mismo, lo que forma parte del primer precepto de la ley cristiana. Se muestra uno tanto menos sabio escribe A Lapide cuanto menos sabe practicar la virtud de la paciencia...; por lo que no dejarse llevar de la ira frente a las injurias ni indignarse ante ellas es máxima prueba de sabiduría.7
En aquellas sociedades antiguas en las que los reyes se arrogaban un poder absoluto que les permitía disponer incluso de la vida de sus subditos u otorgarles cuantas distinciones o beneficios tuviesen a bien, era vital el no incurrir en su ira y ganarse, por el contrario, su beneplácito. Tal vez por esto se repite la advertencia8. Ambas cosas son indicadas aquí con expresivas imágenes: la de la ira, con la del león que ruge hambiento, en cuyas garras será devorado quien en ellas caiga; la del favor, por la del rocío de una mañana de verano sobre la hierba agostada por el sol.
Dos cosas pueden hacer feliz al ser humano o serle motivo de continuas molestias y disgustos: los hijos y la mujer. El hijo que es necio deshonra con su conducta el nombre paterno, lo que proporciona al padre profundo pesar. Y la mujer quisquillosa se hace tan intolerable como el continuo y rápido gotear del agua de un tejado. Tres cosas resultan intolerables, dice un proverbio árabe: el gotear de la lluvia, la aspereza de la mujer y los chinches. La sentencia advierte al hombre la cautela con que ha de proceder en la elección de esposa y en la educación de sus hijos. Hay cosas que el hombre puede heredar de sus antepasados o adquirirlas con su sabiduría; pero una mujer prudente es un don de Dios (v.14). Las cualidades interiores que adornan el alma de una mujer y la hacen sabia y prudente en sus atenciones para con el esposo, en la educación de los hijos, en la administración de la casa, constituyendo con ello la alegría y felicidad del hogar, no se adquieren con dinero, sino que es, como afirmó en 18:22, un don de Dios, que guió al hombre en la elección de tal mujer.
Concluye con una recomendación de la diligencia. La pereza es compañera de la necedad, como la diligencia lo es de la sabiduría, y no le espera otra cosa más que el hambre, como afirma constantemente el sabio. Los Padres hacen aplicación de la máxima a la vida espiritual, en la que los efectos de la pereza son igualmente desastrosos. Después de referir muchos testimonios de los mismos, escribe A Lapide por su parte: Los que no quieren ejercitarse en actos de caridad, misericordia, oración, piedad, paciencia, contraen cierto sopor y desidia, que los hace inhábiles e ineptos para toda obra buena e incurren, además, en una penuria de gracia, consolaciones y todos los dones espirituales. 9

La misericordia. La corrección. El temor de Yahvé (19:16-23).
16 El que guarda el precepto, a sí mismo se guarda; el que menosprecia sus caminos morirá. 17 A Yahvé presta el que da al pobre; El le dará su recompensa. 18 Castiga a tu hijo, porque siempre hay esperanza; pero no te excites hasta destruirle. 19 El que mucho se aira pagará la pena, y más aún si muestra desprecio. 20 Escucha el consejo y acoge la corrección, para hacerte así sabio en lo futuro. 21 Muchos proyectos hay en la mente del hombre, pero es el consejo de Yahvé el que permanece. 22 La misericordia es al hombre provechosa, y mejor es ser pobre que mentiroso. 23 El temor de Yahvé lleva a la vida; el que de El está lleno no será visitado por la desventura.

Comienza la perícopa poniendo de manifiesto, una vez más, los efectos de la observación de la ley divina, o más bien de las enseñanzas de la sabiduría, que propone bajo la idea de la vida larga y feliz bajo la protección de Yahvé10, y de la muerte, con que Dios o la misma justicia humana castiga a los transgresores 11. El v.17 -contiene una máxima de alto valor religioso: a Yahvé presta quien da al pobre, y El le dará su recompensa. Dios, que se constituyó en padre y protector especial de los pobres y desamparados, estima como dado a El lo que damos al pobre y se obliga a recompensar largamente el cumplimiento del deber natural de caridad que tenemos para con el necesitado. También Jesucristo declaró que consideraba como hecho a sí mismo lo que hiciéremos con los pobres y afligidos 12.
Siguen dos consejos respecto de la corrección que el sabio da al padre respecto de su hijo: aplicarla en la educación de su hijo aun en el caso de mayor indisciplina por parte de éste, pues siempre hay, especialmente en los años de la juventud, en que los vicios no están todavía profundamente arraigados, esperanza de enmienda; pero no con tal dureza que ponga en peligro la salud o vida del corregido. En Israel no tenía el padre poder sobre la vida de sus hijos; en caso de rebeldía digna de muerte, había de ser llevado a los ancianos de la ciudad, y todos los hombres de ésta aplicaban la pena 13. Después inculcará que se reciba con docilidad la corrección, declarando que conduce a la verdadera sabiduría, que consiste en la práctica de las virtudes y la huida de los vicios (v.20).
El texto del v.1g está corrompido, y resulta poco menos que imposible dar con la lección original. El sentido de la que escogemos es que quien se aira sufrirá la pena, porque aquélla le lleva a proferir insultos y calumnias, a causar daño a su prójimo y sufrir el castigo oportuno por parte de éste o de la autoridad que defiende sus derechos. Si en lugar de aceptarla con humilde resignación desprecia aquélla, las consecuencias pueden ser mayores, porque aquélla no disminuirá la pena impuesta, e incluso tal vez la aumentará 14.
La constatación del v.21 fue tres veces consignada en el c.16 15. La forma en que aquí se propone hace resaltar la inmutabilidad de los designios de Dios frente a los múltiples y efímeros de la mente del ser humano, inmutabilidad de los consejos de Dios y continuo fluctuar de los planes humanos, que la Sagrada Escritura recuerda frecuentemente 16; por lo cual el hombre ha de procurar invocar a Dios y pedir su luz y consejo para sus planes más bien que fiarse de su propia razón.
Otro verso difícil de interpretar es el 22, pues el texto masorético está corrompido, de tal modo que toda reconstrucción ha de ser conjetural. Los autores interpretan generalmente de la misericordia para con el prójimo, que consigue el favor de Yahvé; afirmación muy oportuna en un ambiente en el que la pobreza era considerada como ignominia, y las riquezas como bendición de Dios 17. Concluye recordando los frutos del temor de Dios: la vida larga llena de prosperidad, concedida por Dios como premio de la virtud a que aquél lleva o de la piedad misma para con Dios en que consiste.

Holgazanería. Corrección. Otras sentencias (19:24-29).
24 Mete el perezoso su mano en el plato, ni para llevársela a la boca la sacará. 25 Castiga al petulante, y se hará cuerdo el inexperto; reprende al sensato, y ganará en saber. 26 El que maltrata a su padre y ahuyenta a su madre es un hijo infame y deshonroso. 27Deja de escuchar la corrección, y te desviarás de los dictámenes de la prudencia. 28El testigo falso se burla de la justicia; la boca del impío se traga la iniquidad. 29Los castigos son para los petulantes, y los azotes para las espaldas de los necios.

Más sentencias sobre la pereza y la corrección, Aquélla es gráfica e irónicamente presentada por el sabio. La imagen supone la costumbre del Oriente, en que todavía no se utilizaban utensilios, sino que cada uno tomaba con su mano los alimentos del plato. En realidad, la desidia puede a veces llegar a tal grado, que inutiliza las energías aun para las cosas más necesarias y fáciles. La corrección es un buen medio de educación y de progreso en la sabiduría conveniente y tal vez necesario a todos, si bien ha de ser distinta la manera como debe ser aplicada al necio y al sensato. A éste basta una mera advertencia para que modifique su conducta equivocada. Para el petulante, el único medio de corrección es el castigo, incluso corporal; le domina de tal modo la soberbia y la impiedad, que no valen para él razonamientos y consejos de ninguna clase. Tal vez ni aun aquél le hará entrar en razón, pero el simple e inexperto aprenderá de su castigo y se hará sabio.
Hay una conducta que el sabio proclama infame y deshonrosa: la del hijo que maltrata a su padre o ahuyenta a su madre (v.26). El primero de los mandamientos de la ley que miran al prójimo tiene por objeto garantizar la honra y derechos de los padres respecto de sus hijos, añadiéndose a su cumplimiento la promesa de una vida larga y feliz en la tierra como estímulo al mismo18. No hace alusión el sabio a los duros castigos que imponía la ley a los hijos que se conducían indignamente con sus padres 19, lo que indica no se aplicaban en aquel excesivo rigor en tiempos del autor del libro. El mismo sentido natural reclama esa honra y atención de los padres y condena toda infidelidad contra quienes nos dieron la vida y, en principio al menos, cuanto tenemos.
La expresión del v.27 tiene evidentemente un sentido irónico, ya que, tomado como suena, estaría en clara contradicción con las continuas enseñanzas del sabio sobre la corrección, cuyos saludables efectos de vez en cuando afirma expresamente. Constata en el siguiente el gusto y avidez con que algunos hacen el mal: hay testigos que mienten por el provecho particular que su mentira les puede reportar; pero los hay que se gozan y consideran alarde de habilidad haber burlado la justicia. Y hay también quienes hacen el mal como quien se toma un vaso de agua, pues les viene a ser como algo connatural 20.

1 14:20. 2 Edo 6:6-17. 3 A los dos esticos del v.7, el TH añade un tercero: quien busca palabras no las encuentra, que parece el segundo miembro de un verso perdido, cuya reconstrucción no es posible. 4 Rom_10:2. 5 15:11. 6 6:I9; 14:5.25; Exo_20:16. 7 O.c., t.2 p.12a. Cf. San Gregorio, 1.2 in Ez. hom.ai. 8 14.35; Exo_16:14-15; Exo_20:2; Eco_8:2-4. 9 O.C., t.2 p.232Cr_13:13. 10 Mat_6:12 11 Exo_21:12.15-17; Lev 20:2ss. 12 Mt 25:34-46. 13 Deu_21:18-21. 14 Dyson da como probable: El que da lugar a la ira pagará la multa; y si muestra desprecio (del tribunal), tendrá que pagar más. Otros traducen la segunda parte: si lo libras, deberás comenzar de nuevo (si lo libras de la multa o pena una vez, lo tendrás que librar otra y otra vez). La Bib. de Jér.:... si se le perdona, se aumenta su desgracia. 15 V.1.g.13. 16 Num_23:19; Mal_3:6. 17 11:17. 18 Exo_20:12; Eco_3:1-18. 19 Exo_21:15.17; Deu_21:18-21. 20 Job_15:16; Pro_6:19; Pro_14:25. 21 Sal 104:15. 22 Eco_19:2; Eco_30:31. 23 16:24; 19:12. 24 C.7; Pritchard, o.c., p.428 col.2. 25 17:14; 18:1; Stg_3:15. 26 6:6-11; 10:4.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XIX.

1 [ Pro_28:6.] Better is the poore that walketh in his integrity, then he that is peruerse in his lippes, and is a foole.
2 Also, that the soule be without knowledge, it is not good, and hee that hasteth with his feete, sinneth.
3 The foolishnesse of man peruerteth his way: and his heart fretteth against the Lord.
4 [ Pro_14:20.] Wealth maketh many friends: but the poore is separated from his neighbour.
5 [ Exo_23:1; Deu_19:16; Pro_6:9; Pro_21:28.] A false witnesse shall not be [ Hebrew: held innocent.] vnpunished: and he that speaketh lyes, shal not escape.
6 Many will entreate the fauour of the Prince: and euery man is a friend to [ Hebrew: a man of gifts.] him that giueth gifts.
7 [ Pro_14:20.] All the brethren of the poore doe hate him: howe much more doe his friends goe farre from him? hee pursueth them with words, yet they are wanting to him.
8 He that getteth [ Hebrew: an heart.] wisedome loueth his owne soule: he that keepeth vnderstanding shall find good.

[The kings wrath.]

9 [ Ver.5.] A false witnesse shall not be vnpunished, and hee that speaketh lyes, shall perish.
10 Delight is not seemely for a foole: much lesse [ Ecc_10:6 ; Pro_30:22 .] for a seruant to haue rule ouer princes.
11 [ Pro_14:29 .] The [ Or, prudence.] discretion of a man deferreth his anger: and it is his glory to passe ouer a transgression.
12 [ Pro_16:15 ; Pro_20:2 ; Pro_28:15 .] The kings wrath is as the roaring of a lyon: but his fauour is as dewe vpon the grasse.
13 [ Pro_10:1 ; Pro_15:20 ; Pro_17:21 ; Pro_17:25 ; Pro_21:9 .] A foolish sonne is the calamity of his father; and the contentions of a wife are [ Pro_27:15 .] a continuall dropping.
14 House and riches, are the inheritance of fathers; and [ Pro_18:22 .] a prudent wife is from the Lord.
15 Slouthfulnesse casteth into a deep sleepe: and an idle soule shall [ Pro_10:4 ; Pro_20:13 .] suffer hunger.
16 [ Luk_11:28 .] He that keepeth the commandement, keepeth his owne soule: but hee that despiseth his wayes, shall die.
17 [ Mat_10:42 ; Mat_25:40 ; 2Co_9:6-7 .] Hee that hath pity vpon the poore, lendeth vnto the Lord; and [ Or, his deed.] that which he hath giuen, will he pay him againe.
18 [ Pro_13:24 ; Pro_23:13 .] Chasten thy sonne while there is hope; and let not thy soule spare [ Or, to his destruction: or, to cause him to die .] for his crying.
19 A man of great wrath shall suffer punishment: for if thou deliuer him, yet thou must [ Hebrew: add.] doe it againe.
20 Heare counsell, and receiue instruction, that thou mayest be wise in thy latter end.
21 [ Job_23:13 ; Psa_33:10-11 ; Pro_16:1 ; Pro_16:9 ; Isa_46:10 .] There are many deuices in a mans heart: neuerthelesse the counsell of the Lord, that shall stand.
22 The desire of a man is his kindnesse: and a poore man is better then a lyar.
23 The feare of the Lord tendeth to life, and he that hath it shall abide satisfied: he shall not be visited with euill.
24 [ Pro_15:19 ; Pro_26:13 ; Pro_26:15 .] A slouthfull man hideth his hand in his bosome, and wil not so much as bring it to his mouth againe.
25 [ Pro_21:11 .] Smite a scorner, and the simple [ Hebrew: will be cunning.] will beware; and reprooue one that hath vnderstanding, and he will vnderstand knowledge.
26 He that wasteth his father, and chaseth away his mother, is a sonne that causeth shame, and bringeth reproch.
27 Cease, my sonne, to heare the instruction, that causeth to erre from the

[None is cleane.]

words of knowledge.
28 [ Hebrew: A witnesse of Belial.] An vngodly witnesse scorneth iudgement: and the mouth of the wicked deuoureth iniquitie.
29 Iudgements are prepared for scorners, and stripes for the backe of fooles.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10:1-22:16 Nos encontramos aquí en otro mundo literario. Si en los caps. Pro 1:1-33; Pro 2:1-22; Pro 3:1-35; Pro 4:1-27; Pro 5:1-23; Pro 6:1-35; Pro 7:1-27; Pro 8:1-36; Pro 9:1-18 predominan el discurso y la instrucción, esta parte del libro está hecha de proverbios aislados. En ocasiones pueden aparecer, a lo sumo, racimos de sentencias con variaciones sobre un mismo tema.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

En línea con el pensamiento deuteronomista sobre el respeto y la caridad con los padres (Deu_5:16), el maestro de sabiduría denomina «indigno e infame» (26) al hijo que es capaz de maltratarlos (cfr. Éxo_21:15. 17) y llama a los hijos para a que acepten gustosos la corrección, ya provenga de los mismos padres -primeros maestros y educadores- o de los sabios de la comunidad.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_21:17+; Pro_20:20; Pro_23:22; Pro_30:17

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_21:17+; Pro_20:20; Pro_23:22; Pro_30:17

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Pro 20:20; (ver Éxo 21:17).

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



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Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



5. Ver 19. 9.

12. Ver 20. 2.