Ver contexto
El que guarda la ley es un hijo inteligente,
el que anda con juerguistas deshonra a su padre.
(Proverbios 28, 7) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

נֹוצֵ֣ר‎(נָצַר)

Hebrew|nôṣˈēr|watch

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: construct
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H5341] [n.ey.aa] [1407]
[נצר] [GES5261] [BDB5860] [HAL5751]

תֹּ֭ורָה‎(תֹּורָה)

Hebrew|ˈtôrā|instruction

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8451] [j.di.af] [910d]
[תורה] [GES8419] [BDB9268] [HAL9185]

בֵּ֣ן‎(בֵּן)

Hebrew|bˈēn|son

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1121] [b.ca.aa] [254]
[בן] [GES1052] [BDB1189] [HAL1201]

מֵבִ֑ין‎(בִּין)

Hebrew|mēvˈîn|understand

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: hif‘il


[H995] [b.bo.aa] [239]
[בין] [GES982] [BDB1062] [HAL1076]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

רֹעֶה‎(רָעָה)

Hebrew|rōʕˌeh|deal with

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H7462] [t.dl.aa] [2186]
[רעה] [GES7416] [BDB8174] [HAL8092]

זֹֽ֝ולְלִ֗ים‎(זָלַל)

Hebrew|ˈzˈôlᵊlˈîm|be lavish

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H2151] [g.bl.aa] [554]
[זלל] [GES2094] [BDB2339] [HAL2352]

יַכְלִ֥ים‎(כָּלַם)

Hebrew|yaḵlˌîm|humiliate

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il


[H3637] [k.bp.aa] [987]
[כלם] [GES3528] [BDB3936] [HAL3905]

אָבִֽיו‎(אָב)

Hebrew|ʔāvˈiʸw|father

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1] [a.ae.ab] [4a]
[אב] [GES4] [BDB4] [HAL11]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



28. Justicia e Impiedad, el Mal Principe, Riquezas y Pobreza.

El justo y el impío. La observancia de la Ley (28:1-9).
1 Huye el malvado sin que nadie le persiga, mas el justo va seguro como cachorro de león. 2 Por los delitos de una tierra son muchos sus gobernantes, pero con uno inteligente y prudente dura largo tiempo. 3 El perverso que oprime a los pobres es un torbellino huracanado, que no da pan. 4 Los que abandonan la ley alaban al impío; los que la guardan le hacen la guerra. 5 Los malvados no conocen la justicia, pero el que busca a Yahvé lo sabe todo. 6 Mejor es el pobre que anda en integridad que el rico de perversos caminos. 7 El que guarda la ley es hijo prudente; el que se acompaña de glotones es vergüenza de su padre. 8 El que con usura y crecido interés aumenta sus caudales, para el que se apiada de los pobres lo allega. 9 Es abominable la oración de aquel que se aparta de la ley.

El í. 1 presenta los efectos psicológicos de la conducta del impío y del justo. Al malvado, su conciencia le testifica su mal proceder, y hasta cuando en realidad nadie le persigue, su imaginación ve por doquier acusadores y teme el castigo de Dios, que ve sus malas acciones. Del impío dice Elifaz que en sus oídos suenan siempre gritos de espanto; en tiempo de paz se ve asaltado por el devastador; no espera poder substraerse a las tinieblas, siempre espera el golpe de la espada. 1 Es cobarde la maldad dice el autor del libro de la Sabiduría y da testimonio contra sí misma, y siempre sospecha lo más grave, perturbada por su conciencia. 2 El justo, en cambio, camina a través de la vida seguro como cachorro de león. Es éste el más fuerte de los animales, y, confiado en su fuerza, ante nadie retrocede 3. El justo está bajo la protección del Altísimo, que le protege contra todos los peligros. El salmo 91 contiene un precioso canto a la providencia de Dios sobre los justos.
El sentido del v.2, cuyo texto no es seguro4, parece ser el siguiente: cuando en un país se conculca la justicia y reina la impiedad y el crimen, se suceden con rapidez los gobernantes, que han de convertirse en tiranos si quieren mantener el orden y no ser derrocados al día siguiente. La historia del reino de Israel presentaba en algunas de sus páginas un buen comentario a esta sentencia. En cambio, cuando un gobernante sabio e inteligente promueve con su legislación el bien común y castiga debidamente a los transgresores, promueve la paz y prosperidad, que aseguran la estabilidad de su gobierno. Con frecuencia los profetas y los sabios recriminan duramente la conducta del malvado, rico o gobernante, que oprime a los pobres. Aquí es comparado al torbellino huracanado, que no da pan (v.3). El agua torrencial destruye las cosechas y priva al hombre de los frutos de la tierra. Quien oprime al pobre le priva de los escasos medios con que de por sí cuenta para asegurarse un digno sustento5.
El sabio presenta la diversa actitud de quienes cumplen la ley y de quienes la abandonan frente al impío. Estos lo alaban, porque tienen causa común con ellos, y al defender su conducta pretenden justificar la suya. Los justos, por el contrario, le hacen la guerra en su afán por destruir la maldad, celosos del triunfo de la justicia. La ley podría referirse a la ley mosaica, en cuyo caso aludiría a los judíos, que en el período griego apostataron de ella; pero es más probable que el sabio la tome en un sentido más amplio, comprendiendo las enseñanzas de los profetas, de los sabios y de los sacerdotes. Existe una relación íntima entre nuestro modo de obrar y nuestra manera de pensar. Al que obra mal, su maldad le atrofia el sentido moral, pierde la delicadeza de sentimientos para percibir la belleza del bien y termina por estimar únicamente el mal, en que se envuelve cada vez más. Mas el que busca a Yahvé en orden a conocer su voluntad y ponerla en práctica, tiene un instinto especial para descubrir lo que agrada a Dios y lo que le es desagradable. San Pablo decía que el hombre acostumbrado a estimar las cosas conforme a los criterios humanos, no percibe las cosas del Espíritu de Dios. Por el contrario, el hombre espiritual sabe juzgar de todas las cosas en su relación con la salvación y se regula no por los principios de la sabiduría humana, sino por las enseñanzas del Espíritu Santo 6.
El v.6, que afirma la preferencia por el pobre que es justo sobre el rico que no anda en justicia, es una vacante Deu_19:1. Los sabios no consideran, sin más, la pobreza como una maldición, sino sólo cuando aparta de Dios, ni a la riqueza como una bendición si no lleva a El. Lo que en realidad tiene valor es la virtud, y si va unida a la pobreza, es preferible sobre la riqueza, con la que se asocia la impiedad. En consecuencia, es sabio el hijo que guarda la ley, el cual será gloria para su padre, que podrá sentirse orgulloso de la educación dada a su hijo 7. Pero el que se pasa la vida con glotones derrochará la hacienda de su padre en banquetes y quedará reducido a la miseria 8, lo que redundará en afrenta del padre, a quien se tildará de mal educador. El Deuteronomio describe el castigo de lapidación a que los padres podrían verse obligados a exponer a sus hijos rebeldes y desenfrenados 9.
La ley mosaica prohibía la usura 10. únicamente se permitía exigir interés por lo prestado al extranjero n. Advierte aquí el sabio que los frutos de la usura vendrán a parar a manos de quienes se apiadaron de los pobres. Dios hace con frecuencia que las riquezas de los usureros vengan a parar, por muy diversos caminos, a manos de quienes practican la caridad para con los pobres, con lo que castiga a aquéllos y hace que lo que fue arrebatado a los pobres vuelva otra vez a sus manos 12. Lo que en 15:8 afirmó el sabio sobre el sacrificio, lo aplica aquí a la oración: es abominable a los ojos de Dios la oración del impío (V.9). Se trata, evidentemente, no de la oración humilde del pecador que se arrepiente de su pecado y ruega al Señor le conceda su gracia, sino la del que, manteniendo su afecto al pecado y permaneciendo en él, ora al Señor con sus labios. Los libros sagrados afirman con frecuencia la necesidad de la rectitud moral para que la oración y el sacrificio sean gratos a Dios 13.

Los justos y los impíos. La confesión de los. pecados. El mal príncipe. El trabajo (28:10-19).
10 El que extravía a los rectos de la buena senda caerá en su propia sima, pero los perfectos heredarán el bien. 11 El rico es sabio a sus propios ojos, pero el pobre inteligente sabe sondearle. 12 Cuando prevalecen los justos, hay gran gloria; pero cuando se alzan los impíos se esconden los hombres. 13 El que oculta sus pecados no prosperará; el que los confiesa y se enmienda alcanzará misericordia. 14 Bienaventurado el hombre que persevera en el temor, pero el de duro corazón caerá en la desventura. 15León rugiente y oso hambriento es un mal príncipe a la cabeza de su pueblo. 16 Un príncipe insensato multiplica las extorsiones, pero el que aborrece la rapiña alarga la vida. 17 El hombre que derrama sangre corre al sepulcro sin que nadie le socorra. 18 El que anda en integridad será salvo; el que va por senderos tortuosos, en alguno caerá. 19 El que labra la tierra tendrá pan abundante; el que se va con los ociosos se hartará de pobreza.

El ejemplo ejerce un poderoso influjo sobre los demás para el bien o para el mal. Con frecuencia, por medio de él, el impío aparta al justo del recto sendero. Quien tal hiciere, afirma el sabio que caerá en su propia sima 14. El mismo se prepara el duro castigo que merece quien aparta a los justos de Dios, haciéndose digno de su ira. Los que perseveraren, añade en un tercer estico el texto hebreo, heredarán el premio de su fidelidad. En 2:21 se prometía al justo la herencia de la tierra prometida, símbolo de la patria celestial. El rico, fascinado por la superioridad que le dan las riquezas sobre los demás, se cree incluso más sabio que ellos. Las riquezas ensoberbecen y el orgullo ciega. El pobre que tiene inteligencia, libre de esas pasiones que nublan el espíritu y pervierten el juicio, fácilmente descubre las necedades a que a veces lleva al rico su ceguera.
El v.12 pone de relieve la importancia de la justicia para la vida social. Cuando están en el poder los justos, impera aquélla; cada uno cumple con sus deberes sociales, el bien goza de libertad. Ello trae la bendición de Dios, y con ella la paz, el orden, la prosperidad. Pero, cuando dominan los malvados, reina la impiedad, que ellos amparan y favorecen. Los hombres de bien, cuya conducta es una condenación para los impíos, comienzan a ser molestados, y tienen que ocultarse si no quieren perder su vida o terminar en la prisión. La historia, especialmente la de nuestro tiempo, está llena de ejemplos que confirman la sentencia del sabio 15. A continuación, el sabio señala las dos condiciones que ha de poner el hombre que quiera alcanzar la misericordia de Dios: la confesión de sus pecados hecha a Dios, al estilo de la del salmo 106, en que el pueblo confiesa al Señor su rebeldía 16, que tenía que ir acompañada del arrepentimiento sincero. No bastaba la simple enumeración de los pecados que tenemos en el libro de los muertos de los egipcios o en los rituales babilónicos. Las mismas condiciones que exigiría el Precursor y Jesucristo para entrar en el reino de los cielos 17.
Otra vez los diversos efectos del temor de Dios, que. conduce a la sabiduría, y, en consecuencia, a sus frutos, y del endurecimiento del corazón, que hace insensible a las enseñanzas del sabio y poco menos que imposible la conversión a Dios, por lo que sufrirá el castigo de sus pecados, que le llevarán a la desventura 18. Dos imágenes ponen de manifiesto lo que para su pueblo es un mal príncipe. La del león rugiente puede expresar la tiranía y violencia con que suele gobernar el mal príncipe, siempre receloso de que alguien pueda maquinar su ruina 19. La del oso hambriento, su codicia de dinero y riquezas, que lo lleva a gravar de impuestos a los subditos. El que aborrece estas cosas y busca el bienestar y prosperidad de los subditos, gozará de la larga vida prometida a los justos y reinará muchos años sobre ellos20. El v.1y expresa la suerte del homicida: su condición es tan execrable, que marcha hacia el sepulcro sin que nadie le preste socorro. Se alude seguramente a la ley del talión: el que derramare la sangre humana, por mano de hombre será derramada la suya 21. Dondequiera que el pariente más próximo del muerto, que se constituía en vengador de la sangre, encontrase al asesino, le podía dar muerte. Para librar de esta venganza al homicida involuntario se establecieron las ciudades de refugio, donde quedaba a salvo de ella 22. Otros interpretan de los remordimientos de conciencia que persiguen al homicida y le hacen huir errante y fugitivo, llevando consigo por doquier la maldición de Dios, como Caín después de dar muerte a su hermano Abel 23. Los dos últimos versos repiten pensamientos muy conocidos ya. El 18 expresa el diverso fin que está reservado al justo y al impío24. El 19 recomienda la diligencia, esta vez en el cultivo de la tierra, sin el cual ésta no dará sus frutos y su dueño se verá sumido en la miseria. Labra tus propios campos escribe Amen-en-ope , y encontrarás lo que necesitas, recibirás los panes de tu era.25

Bondad y equidad. Las riquezas de prisa. adquiridas. La reprensión. Piedad filial. Caridad con el pobre (28:20-28).
20 El hombre fiel será muy bendecido; el que de prisa se enriquece no lo hará sin culpa. 21 No es bueno tener acepción de personas, y por un pedazo de pan se peca. 22 El malo se apresurará a hacerse rico, y no ve que le vendrá la pobreza. 23 El que reprende hallará después mayor gracia que aquel que lisonjea con la lengua. 24 El que roba a su padre o a su madre y dice que no es falta, es digno compañero de bandidos. 25 El hombre codicioso suscita litigios, el que en Dios confía se sacia. 26 El que en sí mismo confía es un necio, el queanda en sabiduría será salvo. 27 El que da al pobre no tendrá pobreza, el que aparta de él sus ojos tendrá muchas maldiciones. 28 Cuando están en auge los impíos, se esconde el hombre; mas, cuando son destruidos, se multiplican los justos.

El hombre que procede con verdad y nobleza en sus negocios y es fiel a su palabra, será bendecido por Dios, que se los hará fructificar, y alabado por los hombres, que pregonarán su honradez. No así quienes se enriquecen con rapidez, lo que no suele conseguirse sin emplear medios ilícitos, cuyo castigo es muchas veces la pobreza y miseria mismas. Los que quieren enriquecerse escribe San Pablo caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas, que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina, porque la raíz de todos los males es la avaricia 26. Uno de los males que cita después el sabio (v.26) es el de suscitar litigios. El ávido de riquezas va más allá de lo justo, y provoca no sólo litigios, sino hasta guerras, que traen después la pobreza y la miseria. Acto seguido, el autor recomienda poner la confianza en Dios, que bendice con una vida feliz y riquezas estables a los justos 27.
Con frecuencia los sabios condenan la acepción de personas, que lleva a cometer injusticias. Constata aquí cómo a veces una insignificante dádiva es suficiente para que se quebrante gravemente la justicia. Frecuentemente también ha recomendado el sabio la reprensión y ha condenado la adulación. De momento agrada más a nuestro amor propio la lisonja; después caemos en la cuenta de que quien corrigió nuestros defectos fue quien en realidad nos ayudó a caminar por el sendero de la sabiduría, que lleva a la verdadera felicidad. Quien la rehuye y se endurece en sus vicios y pecados, añade después, sufrirá un castigo repentino, cuya naturaleza el autor no determina. No rara vez vemos que quienes rechazaron las advertencias que les fueron hechas pagaron con su misma vida su temeridad 28.
Quien maltrata a los padres, ha dicho ya el sabio, es un hijo infame y deshonroso 29. Quien les roba, dice aquí, es comparable a un bandido, que no tendrá inconveniente en robar a los extraños. Dada la expresión dura que emplea el sabio, parece se trata del hijo que, después de haber sucedido a sus padres en los bienes, les niega los alimentos necesarios para la vida, con lo que los reduce a la miseria y tal vez acelera su muerte. Tal actitud supone un pecado grave contra la piedad filial. Jesucristo declaró no conforme con el cuarto mandamiento la conducta de aquellos que presentaban como ofrenda a Dios lo que pudiera ser necesario a sus padres 30. También se recomienda bajo una forma estimulante la caridad para con el prójimo. Quien la practica obtendrá la bendición de Dios sobre sus bienes. La experiencia confirma cuántas veces quien más da, más tiene 31. El insensible ante las necesidades del pobre oirá las maldiciones por parte de éste, que llegarán al cielo, como testifica Ben Sirac 32, y arrancarán de Dios el castigo por no haber tenido misericordia para con él. El v.28 reproduce más explícitamente la idea del v.12, cuyo sentido recoge la perícopa siguiente.

1 Job 15:21-22. 2 17:10. 3 30:30. 4 Los LXX traducen: Por culpa de los violentos surgen las discusiones, pero el hombre inteligente las aplaca. 5 El TM dice en aa: un hombre pobre que oprime al débil. Idea extraña al libro. Los LXX leen: el hombre rico... 6 1Co_2:14-15. 7 10,1; 1Co_27:11. 8 23:21. 9 21:20-21. 10 Exo_22:24; Lev_25:36-37; Deu_23:19. 11 Deu_23:19-20. 12 13:22. 13 Cf. 15:8.29; 21:27. 14 26:27. 15 11:10-?? . 16 Sal_32:5; 1Re_8:50. 17 Mat_4:17; Me 1:4-6; 1Jn_1:1 18 2:21-22. 19 19:12. 20 Algunos creen que príncipe es glosa (rompe el ritmo) debida a un escriba que interpretó este dístico por el precedente. En este supuesto se opondrían en el verso la avaricia y la liberalidad. 21 Gen_9:6. 22 Exo_21:12-13; Deu_19:1-13. 23 Gen_4:12. 24 10,9. 25 G.6; Pritchard, o.c., p.422. 26 1 Tím 6:9. 27 3:5-8; 11:25; 16:20. 28 29:1; 6:15; 12:1; 13:18; 15:5.10; 28:14. 29 19:26. 30 Me 7:11-13. 31 11:24-25. 32 5:5-6.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXVIII.

Generall obseruations of impietie and religious integritie.
1 The [ Lev_26:36.] wicked flee when no man pursueth: but the righteous are bolde as a lyon.
2 For the transgression

[A wicked ruler.]

of a land, many are the princes thereof: [ Or, by men of vnderstanding and wisedome shall they likewise be prolonged.] but by a man of vnderstanding and knowledge the state thereof shall bee prolonged.
3 A poore man that oppresseth the poore, is like a sweeping raine [ Hebrew: without foode.] which leaueth no food.
4 They that forsake the law, praise the wicked: but such as keepe the Law, contend with them.
5 Euill men vnderstand not iudgement: but they that seeke the Lord, vnderstand all things.
6 [ Pro_19:1 .] Better is the poore that walketh in his vprightnesse, then he that is peruerse in his wayes, though he be rich.
7 [ Pro_29:3 .] Whoso keepeth the law, is a wise sonne: but he that [ Or, feedeth gluttons.] is a companion of riotous men, shameth his father.
8 [ Pro_13:22 ; Ecc_2:26 .] He that by vsurie and [ Hebrew: by increase.] vniust gaine increaseth his substance, he shall gather it for him that wil pity the poore.
9 He that turneth away his eare from hearing the law, euen his prayer shalbe abomination.
10 [ Pro_26:27 .] Who so causeth the righteous to goe astray in an euill way, he shall fall himselfe into his owne pit: but the vpright shall haue good things in possession.
11 The rich man is wise [ Hebrew: in his eyes.] in his owne conceit: but the poore that hath vnderstanding searcheth him out.
12 [ Joh_11:10 Ecc_10:6 and ver. 28.] When righteous men do reioyce, there is great glory: but when the wicked rise, a man is [ Or, sought for.] hidden.
13 [ Psa_32:5 ; 1Jo_1:9-10 .] He that couereth his sinnes, shall not prosper: but who so confesseth and forsaketh them, shall haue mercie.
14 Happy is the man that feareth alway: [ Rom_11:20 .] but he that hardeneth his heart, shall fall into mischiefe.
15 As a roaring lyon and a ranging beare: so is a wicked ruler ouer the poore people.
16 The prince that wanteth vnderstanding, is also a great oppressour: but he that hateth couetousnesse, shall prolong his dayes.
17 [ Gen_9:6 ; Exo_21:14 .] A man that doth violence to the blood of any person, shall flie to the pit, let no man stay him.
18 [ Pro_10:25 .] Whoso walketh vprightly, shall be saued: but he that is peruerse in his wayes, shall fall at once.
19 [ Pro_12:11 .] He that tilleth his land, shal haue plentie of bread: but he that followeth after vaine persons, shall haue pouerty enough.

[An euill eye.]

20 A faithfull man shall abound with blessings: [ Pro_13:11 ; Pro_23:4 ; 1Ti_6:9 .] but hee that maketh haste to be rich, shall not be [ Or, vnpunished.] innocent.
21 [ Pro_18:5 ; Pro_24:23 .] To haue respect of persons, is not good: for, for a piece of bread that man will transgresse.
22 [ Or, he that hath an euill eye, hasteth to be rich, ver, 20.] He that hasteth to bee rich, hath an euill eye, and considereth not that pouerty shall come vpon him.
23 [ Pro_27:6 .] He that rebuketh a man, afterwards shall find more fauour, then he that flattereth with the tongue.
24 Who so robbeth his father or his mother, and saith, it is no transgression, the same is the companion of [ Hebrew: a man destroying.] a destroyer.
25 [ Pro_13:10 .] He that is of a proud heart, stirreth vp strife: but he that putteth his trust in the Lord, shalbe made fat.
26 Hee that trusteth in his owne heart, is a foole: but who so walketh wisely, he shall be deliuered.
27 [ Deu_15:8 ; Pro_22:9 .] He that giueth vnto the poore, shall not lacke: but he that hideth his eyes, shall haue many a curse.
28 [ Pro_29:2 ; Pro_28:12 .] When the wicked rise, men hide themselues: but when they perish, the righteous increase.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



La justicia, la sabiduría y la religión. Hemos notado que las secciones anteriores en los caps. 25-27 contienen vívidas metáforas. Ellas han hecho pocas referencias a la justicia e impiedad, o a Dios. En los caps. 28-29 el equilibrio es revertido, y regresan a asuntos de moralidad y teología. Hay muchas referencias a Dios (5), a la justicia (3, 8), a la impiedad (10), al mal/pecado (5), al mal en el sentido moral (2), a la integridad/inculpabilidad (2), a la perversidad (2), a la rectitud (3) y a otros asuntos semejantes.

Estos capítulos repiten así convicciones sobre la moralidad y la sabiduría que han aparecido en partes anteriores de Prov. La justicia y la impiedad reciben su recompensa (28:1, 10, 18), y aun cuando no sea así, la primera es preferible a la última (6). La sabiduría es la clave de la estabilidad del Estado (2), en tanto que a la inversa un gobernante opresor fracasa en su tarea más fundamental (3; la lluvia está designada para alentar las cosechas, pero puede hacer lo contrario). El tirano es un peligro tan grande para la gente como un animal salvaje enfurecido (15), y en su falta de discernimiento es también un peligro para sí mismo (16, 17). La gente reconoce así que es buenas nuevas cuando los justos triunfan y malas cuando los impíos prosperan (12, cf. 28; 29:2).

Estos capítulos se refieren también a la torah (ley). En general, torah significa enseñanza o instrucción; la enseñanza o instrucción del sabio (p. ej. 1:8; 13:14) o la de un profeta (p. ej. Isa. 8; 16). Pero en Prov. 28:4, 7, 9; 29:18, en el contexto de aquellos dichos morales y teológicos, los israelitas ciertamente entenderían torah como referencia a la ley de Moisés.

Generalmente en Prov. entendimiento o discernimiento son las cualidades personales diarias y las habilidades del sentido común que los sabios buscan enseñar (p. ej. 10:13; 19:25). Este sería el mo do natural de tomar las referencias al entendimiento y conocimiento en 28:2, 11, 16, 22; 29:19. En 28:5, sin embargo, el entendimiento o discernimiento es algo que depende de buscar a Dios, en oposición a ser una persona mala, y en el v. 7 el hijo inteligente no es meramente el que obedece a su padre sino el que guarda la torah (cf. 29:7, donde no entiende tal preocupación es lit. no entiende el conocimiento).

El entendimiento moral y religioso del conocimiento y el discernimiento en estos versículos proporciona también al oyente un nuevo contexto para entender aquellas palabras en otros lugares. Aun donde vienen en lo que parece a primera vista su sentido común (ver 28:2, 11; 29:19) tienen implicaciones espirituales y morales.

Es particularmente digno de notarse cómo la torah, impiedad, maldad, justicia y el buscar a Dios vienen juntos en 28:4, 5, con su cuadro de un mundo moral trastornándose cuando las personas ignoran la torah y no buscan a Dios. Integridad/inculpabilidad, perversidad, la torah, y discernimiento se juntan entonces en los vv. 6 y 7, donde el tema específico es las posesiones: riquezas y pobreza en el v. 6, des pilfarro de la riqueza en el v. 7 y el amontonamiento de ganancias excesivas en el v. 8. La torah, oración, integridad e inculpabilidad se unen similarmente en los vv. 9 y 10, y pecado, confesión, misericordia, temor y endurecimiento del corazón en los vv. 13 y 14.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Estos refranes giran en torno a la Ley, cuyo cumplimiento se subraya como la mejor alternativa para el ciudadano del postexilio. El final del dominio babilónico y el inicio de la dominación persa bajo el mando del rey Ciro son decisivos en la historia del pueblo judío. Esta época marca el inicio del judaísmo en sentido propio, es decir, cuando a la base de la conciencia judía se sitúa el cumplimiento estricto de la Ley contenida en los cinco primeros libros de la Biblia -la Torá-.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 28.13 Cf. Eclo 4.20; Lc 18.9-14; 1 Jn 1.9. También algunos salmos muestran la necesidad de reconocer y confesar los pecados para alcanzar perdón y paz (cf. Sal 32.3-5; 38.4-5,19).

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Pro_23:19-22

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Pro_23:19-22

Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009)

En hebreo su padre.

Torres Amat (1825)



[14] Job 9, 28.