Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Dios prueba a la familia de Elimelec (1:1-5).
1
Al tiempo en que gobernaban los jueces, hubo hambre en la tierra; y salió de Belén de Judá un hombre con su mujer y dos hijos, para habitar como extranjeros en los campos de Moab 2
Llamábase el hombre Elimelec; la mujer, Noemí, y los dos hijos, Majalón el uno y Quelyón el otro, efrateos, de Belén de Judá. Llegaron a la tierra de Moab y habitaron allí. 3
Murió Eli-melec, marido de Noemí, y se quedó la mujer con los dos hijos, 4
que habían tomado mujeres moabitas, una de nombre Orfa y la otra Rut. Permanecieron allí por unos diez años, 5
y murieron ambos, Majalón y Quelyón, quedándose la mujer sin hijos y sin marido.
Al tiempo en que gobernaban los jueces tuvo lugar la edificante historia, que un autor anónimo recogió de una tradición popular antigua. Había en Belén una familia compuesta del matrimonio .y dos hijos varones, que, acuciada por el hambre que siguió a una pertinaz sequía, vióse constreñida a emigrar a las altiplanicies de Moab, al otro lado del Jordán. Otras veces, idénticas causas provocaron el éxodo de la población, o bien hacia Egipto (
Gen_12:10; c.42-46), Guerar (Gen c.26), Siria (
1Re_17:7-24) o a la tierra de los filisteos (
2Re_8:1). Los cuatro componentes de la familia eran efrateos, es decir, miembros del clan Efrata que se instaló en Belén (
1Sa_17:12;
Miq_5:2;
2Cr_2:51;
2Cr_4:4). Al poco tiempo de vivir como extranjeros en los campos de Moab, murió el jefe de la familia, Elimelec. Después de su muerte, sus dos hijos, Majalón y Quelyón, tomaron por esposas a dos mujeres moabitas, Rut y Orfa respectivamente. Poco tiempo duró su vida matrimonial, por cuanto a los diez años de permanencia en Moab murieron ambos, quedándose Noemí sin hijos y sin marido. No reprueba el autor sagrado estos matrimonios con extranjeras ni tampoco insinúa que la muerte sobreviniera como castigo de este matrimonio.
Regreso a la tierra de Judá (2Cr_1:6-14).
6
Levantóse la mujer con sus dos nueras para dejar la tierra de Moab, pues había oído decir que había mirado Yahvé a su pueblo, dándole pan. 7
Salió con las dos nueras del lugar donde estaba y emprendió el camino para volver a la tierra de Judá. 8
Y dijo Noemí a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de vuestra madre, y que os haga Yahvé gracia, como la habéis hecho vosotras con los muertos y conmigo. 9
Que os dé Yahvé hallar paz cada una en la casa de su marido. Y las besó. Alzando la voz, pusiéronse a llorar, 10
y le decían: No; nos iremos contigo a tu pueblo. n Noemí les dijo: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de venir conmigo? ¿Tengo, por ventura, todavía en mi seno hijos que puedan ser maridos vuestros? 12
Volveos, hijas mías; andad. Soy ya demasiado vieja para volver a casarme. Y aunque me quedara todavía esperanza y esta misma noche estuviera casada y tuviera hijos, ¿ibais a esperar vosotras hasta que fueran grandes? 13
¿Ibais por eso a dejar de volver a casaros? No, hijas mías; mi pena es más grande que la vuestra, porque pesa sobre mí la mano de Yahvé. 14
Y, alzando la voz, se pusieron otra vez a llorar. Después Orfa besó a su suegra; pero Rut se abrazó a ella.
Un cúmulo de desgracias se habían abatido sobre Noemí. Había lido de Belén con las manos llenas y ahora veíase en el trance regresar a su patria con las manos vacías (
2Cr_1:21). Antes, aunque, poseída de bienes de fortuna, con un campo que no les daba ara vivir, tenía a su marido y a sus dos hijos; ahora carece de ambas cosas. Ella decide abandonar la tierra en que el Omnipotente la ha afligido.(
2Cr_1:21) y regresar a Belén para olvidar penas. Además habían llegado a sus oídos rumores de que Dios había mirado (con benevolencia) a su pueblo (
Gen_21:1;
Luc_1:68;
Luc_7:13), dándole pan. Allí, con sus compatriotas y parientes, le sería más fácil proveer a sus necesidades personales. Las dos nueras quedarían en libertad en casa de su madre para practicar su religión, contratar un segundo matrimonio y asegurar de este modo su porvenir. El texto hebraico dice: En casa de su madre, porque entre los hebreos cada mujer tenía su propia tienda (
Gen_24:67;
Gen_31:33;
Jue_4:16), en las cuales habitaban con las hijas. Noemí había formado sus planes sin comunicar nada a sus nueras hasta el día de la marcha. Pero era tanta la afección que las nueras sentían por su suegra, que decidieron acompañarla, lo cual significaba que se expatriaban voluntariamente. Noemí trató de convencerlas para que se quedaran, extendiéndose en una serie larga de consideraciones. De ella nada podían esperar ya, aludiendo a las leyes del levirato (
Deu_25:5-10); era, pues, mejor que se quedaran y que enderezaran la vida conforme a las leyes de sus connacionales. Orfa quedó convencida de su razonamiento; la besó y se volvió.
Piedad filial de Rut (Deu_1:15-18).
15
Noemí le dijo: Mira, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a su dios; vuélvete tú corno ella. 16
Rut le respondió: No insistas en que te deje y me vaya lejos de ti; donde vayas tú, iré yo; donde mores tú, moraré yo; tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios; 17
donde mueras tú, allí moriré y seré sepultada yo. Que Yahvé me castigue con dureza si algo, fuera de la muerte, me separa de ti. 18
Viendo que Rut estaba decidida a seguirla, cesó Noemí en sus instancias.
El
amor que profesaba Rut a su suegra pudo más en ella que las ventajas que podía esperar si regresaba a su pueblo. Noemí insiste, pero ella porfía en acompañarla.
Mira, le dice,
tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a su dios. En estas palabras encontramos la idea antigua que cada pueblo tenía sus dioses, que ejercían sobre el mismo poder absoluto. No solamente el pueblo bajo de Israel, sino todos los Que no estaban en contacto íntimo con los medios estrictamente monoteístas, admitían la existencia r eal de los dioses extranjeros. Sin duda, Yahvé era el Dios de los padres, más poderoso que todos los dioses juntos de los pueblos vecinos, que aun en tierra extranjera defendía a los suyos; pero se creía que los dioses extranjeros estaban en su derecho de ejercer un poder incontestable sobre sus propios territorios l. A esta creencia alude Jeremías (
Deu_2:10). Rut, al acompañar a Noemí a su tierra, se obliga a trocar sus dioses por el Dios de Israel y a refugiarse bajo sus alas (
Deu_2:12).
Tu pueblo, dice a Noemí,
será mi pueblo y tu Dios sera mi Dios (
Deu_1:16;
Deu_2:12). Incorporándose a la familia de Noemí tiene derecho a ser sepultada en el sepulcro de los que desde ahora considera como sus padres (
Deu_1:17). Rut rubrica con un juramento imprecatorio su incorporación a la familia de Noemí, con todos sus derechos y obligaciones:
Que Yahvé me castigue con dureza si algo, fuera de la muerte, me separa de ti (
Deu_1:17). Cf.
1Sa_3:17;
1Sa_14:44;
1Sa_25:22;
2Sa_3:9.
Entrada de Noemí y Rut (2Sa_1:19-22).
19
Juntas hicieron el camino hasta llegar a Belén; y cuando entraron, toda la ciudad se conmovió al verlas, y las mujeres se decían: ¿Es és¿a Noemí? 20
Y ella les contestaba: No me llaméis más Noemí; llamadme Mará, porque el Omnipotente me ha llenado de amargura. 21
Salí con las manos llenas, y Yahvé me ha hecho volver con las manos vacías. ¿Por qué, pues, habríais de llamarme más Noemí, una vez que Yahvé da testimonio contra mí y me ha añigido el Omnipotente? 22
Así se volvió Noemí con Rut la moabita, su nuera, y vino de la tierra de Moab, llegando de los campos de Moab a Belén cuando comenzaba la siega de las cebadas.
Al entrar Noemí en Belén fue reconocida inmediatamente por sus compatriotas. Diez años había demorado su ausencia. De pronto circuló la voz entre el elemento femenino de que Noemí había regresado acompañada de una joven moabita. Toda la ciudad se conmovió al verlas llegar solas, sin que las acompañara ningún hombre. Además, los años y los sufrimientos habían hecho mella en el físico de Noemí, tanto que las mismas mujeres se decían:
¿Es ésta Noemí? queriendo significar: ¿Cómo llega tan necesitada y pobre, envejecida y sin marido e hijos y con una mujer moabita por compañera? Por la narración siguiente se deduce que las betlemitas acosaron a Noemí con preguntas sobre las incidencias de su vida en Moab y que ella hizo un elogio de la conducta de Rut. La alusión a su nombre, Noemí (que significa
mi graciosa),
en aquellas circunstancias desagradables le llegaba al alma. Para que entre su nombre y su condición actual hubiera correspondencia, prefería que la llamaran
Mará (
amargada, la cenicienta).
El Omnipotente (
Sadday)
la ha afligido. Reconoce Noemí que Dios la ha castigado, aunque no tiene conciencia de que haya pecado contra El. Pero, cuando Dios se ha comportado de esta manera, sus razones tendrá, pues es justo en su proceder. Noemí no se rebela contra la justicia divina.
Al final del capítulo se dice que las dos mujeres llegaron a Belén ndo comenzaba la siega de la cebada, es decir, hacia el mes de mayo. Esta aclaración no tiene otra finalidad que la de preparar la narración siguiente y acaso aludir a la rapidez con que se sucedieron los acontecimientos.