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Lecciones de Dios a Israel.
Actuando así, enseñaste a tu pueblo
que el justo debe ser filántropo
y diste a tus hijos esperanza plena,
pues tras el pecado das lugar al arrepentimiento.
(Sabiduría 12, 19) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Times New Roman ;;

12. Castigo de los Gánameos.
1 Porque en todas las cosas está tu espíritu incorruptible, 2 y por eso corriges con blandura a los que caen, y a los que pecan los amonestas, despertando la memoria de su pecado, para que, libres de su maldad, crean, Señor, en ti. 3 Y porque aborrecías a los antiguos habitantes de tu tierra santa, 4 que practicaban obras detestables de magia, ritos impíos, 5 y eran crueles asesinos de sus hijos; que se daban banquetes con la carne y sangre humanas, y con la sangre se iniciaban en infames orgías. 6 A esos padres, asesinos de seres inocentes, determinaste perderlos por mano de nuestros padres, 7 para que recibiese una digna colonia de hijos de Dios esta tierra, ante ti la más estimada de todas. 8 Pero a éstos, como a hombres, los perdonaste, y enviaste tábanos como precursores de tu ejército, para que poco a poco los exterminaran. 9 No porque fueras impotente para someter por las armas los impíos a los justos o para de una vez destruirlos por fieras feroces o por una palabra dura; 10 pero, castigándolos poco a poco, les diste lugar a penitencia, no ignorando que era el suyo un origen perverso, y que era ingénita su maldad, y que jamás se mudaría su pensamiento. 11 Que era semilla maldita desde su origen, y no por temor de nadie dilataste el castigo de sus pecados. 12 Pues ¿quién te dirá: Por qué haces esto, o quién se opondrá a tu juicio, o quién te llamará a juicio por la pérdida de naciones que tú hiciste, o quién vendrá a abogar contra ti por hombres impíos? 13 Que no hay más Dios que tú, que todo lo cuidas, para mostrar que no juzgas injustamente. 14 Y no hay rey ni tirano que te pueda pedir cuenta de tus castigos. 15 Siendo justo, todo lo dispones con justicia y no condenas al que no merece ser castigado, pues lo tienes por indigno de tu poder. 16 Porque tu poder es el principio de la justicia, y tu poder soberano te autoriza para perdonar a todos. 17 Sólo si no eres creído perfecto en poder, haces alarde de tu fuerza, confundes la audacia de los que dudan de ella. 18 Pero tú, Señor de la fuerza, juzgas con benignidad y con mucha indulgencia nos gobiernas, pues cuando quieres tienes el poder en la mano.

Continuando el pensamiento del capítulo anterior, afirma el autor del libro que Dios ama las cosas, porque en todas ellas está su espíritu incorruptible, creador y conservador, que infundió el hálito vital que conserva la vida de sus criaturas. Y ello es otro motivo por el que Dios castiga suavemente a los pecadores y no los destruye y aniquila, para que, reflexionando con la gracia interna de Dios sobre su pecado, se arrepientan y crean en ti con una fe acompañada de la enmienda de la vida l. Esta fue la conducta seguida por Dios con los egipcios; y el mismo procedimiento siguió el Señor con los cananeos - pueblo idólatra y cruel en su culto -, que ocupaban la tierra prometida a los hebreos. Dios lo castiga, también por medio de Israel, con mano dura, pero misericordiosa, y esto no por debilidad, sino para darles tiempo a que se arrepientan de sus abominaciones.
Los cananeos, pobladores de la tierra santa, se habían hecho más aborrecibles a los ojos de Yahvé que los egipcios. Se daban a la adivinación, a la magia y a otras abominaciones reprobadas por Dios en el Deuteronomio 2, ritos impíos, vergonzosos, en honor de Baal, Astarté, y crueles hasta llegar a ofrecer en holocausto, al dios Moloc, a sus hijos en las grandes calamidades y en las fiestas del dios. Las excavaciones han demostrado que los cananeos sacrificaban niños incluso con ocasión de la primera piedra de un templo, de una muralla, de una casa 3. Dios prohibió a los israelitas imitar esta conducta bajo pena de muerte4; no obstante la cual, cayeron a veces en tan repugnante práctica idolátrica 5. No están de acuerdo los exegetas en la interpretación del inciso del í.5 alusivo a la antropofagia, dado que nunca se afirma en la Biblia tal práctica en los cananeos ni ha sido tal dato confirmado por la arqueología. Unos lo toman en su sentido literal, dado que al sacrificio seguía el banquete con la carne de las víctimas 6. Otros ven una hipérbole para expresar sencillamente la inmolación de víctimas humanas. La terminación del í.5, si nuestra lección es la auténtica7, aludiría a las iniciaciones de las religiones de los misterios o las parangonaría a los cultos cananeos orgiásticos en honor de Baco.
Dios determinó exterminar a los cananeos por medio de los israelitas como ministros de su justicia, que debían vengar sus abominaciones (v.6) 8, con el fin de que aquella tierra de Palestina, distinguida por Dios con las apariciones de los patriarcas y que un día sería escenario de la vida y pasión de la Sabiduría encarnada, recibiese en sus fronteras una colonia de hijos de Dios. Su propietario es Yahvé y los israelitas, sus hijos, como miembros del pueblo por El escogido.
Pero también el castigo de los cananeos estuvo temperado por la misericordia; en lugar de exterminarlos de un modo fulminante, les enviaste tábanos que los exterminaran poco a poco. En el éxodo, Dios dice a Moisés que enviará tábanos ante el pueblo que pondrán en fuga a los habitantes de Canaán y que los hará desaparecer poco a poco para que no quede desierta la tierra, y lo realizó bajo Josué 9.
Al ejecutar el exterminio poco a poco, el Señor, que pudo aniquilarlos en un momento por las armas o por medio de fieras, sin temor a nadie, pues es soberano absoluto de todos, pretendía darles tiempo para que se arrepintiesen de sus abominables maldades y creyeran en Yahvé, Dios verdadero, Señor de Israel. Y esto, no obstante la gran dificultad y poca esperanza que ofrecían los cananeos, raza maldita y perversa desde su origen 10, a quien las costumbres paganas bárbaras y salvajes habían endurecido tanto en la maldad y el crimen, que le resultaría sumamente difícil el arrepentimiento y cambio de vida; de tal dificultad hay que entender el v.10, no de una imposibilidad absoluta; de lo contrario, no tendría explicación la actitud de Dios.
Con la respuesta a las cuatro preguntas que formula en el v.12 da las razones profundas de la conducta divina en su castigo y misericordia para con los cananeos, y en primer lugar nadie puede pedir cuentas a Dios, pues no hay superior por encima de El que cuide de las cosas, ni rey o tirano alguno. Todos son criaturas suyas, pues El ha hecho al pequeño y al grande y es El quien cuida de todos 11. Siendo uno de los atributos divinos la justicia, Dios jamás condena a quien no lo merece 12; hacerlo sería indigno de su poder, que es absoluto, y no precisa, para salir airoso, cometer injusticias, las cuales, por lo demás, arguyen debilidad y pecado. Existe entre los atributos divinos una especie de circumincesión o una compenetración recíproca, que resulta de la naturaleza misma de Dios, que es acto puro, en virtud de la cual no puede un atributo hacer lo que contradice al otro. El poder de Dios, como raíz de todo derecho, es, por lo mismo, principio y fundamento de la justicia; procede, por lo demás, de su divinidad, que es perfectísima y santísima, sumamente conforme con la ley eterna y la recta razón, por lo cual será principio y fundamento de la más auténtica justicia. Y también de la misericordia, como Señor supremo, puede perdonar a todos, pues a nadie tiene que rendir cuentas de sus actos, y la justicia no excluye la misericordia.
Sólo en dos clases de personas hace el Señor ostensión de su poder y castiga con dureza: a aquellos que no creen en su poder, como el faraón y los egipcios, y a quienes, conociendo al Señor, no le temen, como los judíos apóstatas y los paganos a que alude San Pablo en Rom_1:20-32. Para con los demás, aunque es el Señor de la fuerza y la puede aplicar en el momento que le plazca, obra con benignidad y con paciencia, difiriendo el castigo en espera de su conversión.

Lecciones que de lo dicho se infieren (Rom_12:19-27).
19 Por tales obras enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser bueno, y diste a tus hijos buenas esperanzas de que das tiempo de penitencia de los pecados. 20 Porque, si a los enemigos de tus hijos y reos de muerte los castigaste con tantos miramientos e indulgencia, dándoles tiempo y espacio para arrepentirse de su maldad, 21 ¿con qué circunspección juzgarás a tus hijos, cuyos padres recibieron de ti juramentos y alianza de buenas promesas? 22 Pues corrigiéndonos a nosotros, azotas mil veces más a nuestros enemigos, para que, cuando nosotros juzgamos, conozcamos tu bondad y, al ser juzgados, esperemos misericordia. 23 Pues a los injustos, que pasan la vida en la insensatez, los atormentaste por sus propias abominaciones. 24 Cuando mucho más se extraviaron por los caminos del error, teniendo por dioses los más viles animales, engañados a manera de niños insensatos. 25 Y por esto, como a niños sin juicio, les enviaste un castigo de burla; 26 y los que no se corrigieron con amonestaciones de burla, sufrieron un castigo digno de Dios, 27 pues fueron castigados por medio de aquellos mismos que tenían por dioses, y por ellos mismos azotados, al ver que aquel que antes se negaron a reconocer por Dios era el Dios verdadero, que echó sobre ellos la suprema condenación.

Descrito el castigo de los egipcios y cananeos, temperado por la misericordia, el autor saca una doble conclusión para los israelitas: la primera, que ellos, santos por su vocación, deben ser buenos con todos los hombres incluso con sus enemigos, a imitación de Dios, que ama a todos, incluso a los que le han ofendido con los pecados, con lo que se mostrarán hijos del Padre, que está en los cielos 13. La segunda, que, si algún día prevaricaran, pueden esperar que Dios se mostrará con ellos no menos misericordioso y clemente que con los egipcios y cananeos. Si castigó con benignidad a los egipcios, que resistieron tanto a su poder, y a los cananeos, que se degradaron con un culto inmoral y cruel, ¡con cuánto mayor motivo castigaría con misericordia a sus hijos los israelitas, la viña escogida descendiente de los patriarcas, con quienes Dios hizo juramento y alianzas! 14
Y en verdad hay una gran diferencia entre el castigo de Dios a los israelitas y a los otros pueblos: aquél es el del padre que amonesta y corrige a sus hijos, éste el del juez que castiga con toda severidad a los pecadores degradados en sus maldades, pero sin olvidar su misericordia. Ello es una lección para los israelitas. Cuando ellos, como instrumentos de Dios, hayan de ejecutar justicia para con los demás, recordarán la bondad del Señor y juzgarán con misericordia; de este modo, al ser ellos juzgados, tendrán un título más ante la misericordia de Dios, conforme a la enseñanza de la Sabiduría encarnada: Con el juicio con que juzguéis seréis juzgados y con la medida que midiereis se os medirá. 15
El autor vuelve de nuevo a los egipcios, llamados aquí injustos en oposición con el apelativo de justos que dio a los hebreos (V.9) para poner de relieve otra vez el plan justo y misericordioso del castigo de Dios. Los egipcios fueron muy lejos en sus aberraciones idolátricas, llegando a dar culto a los animales más viles y repugnantes 16, procediendo como niños sin juicio. Por eso, Dios, en lugar de hacer alarde de su poder omnipotente, les envió un castigo de burla. De hecho, las primeras plagas fueron un castigo irrisorio, destinado también a mofarse de ellos, o más bien de sus dioses, que no podían detener el castigo que se ejecutaba con los mismos seres a quienes adoraban. Sólo ante su obstinación frente a las nueve primeras plagas, Dios les envió un tremendo castigo, no ya irrisorio, sino digno de su poder y de su justicia: la muerte de los primogénitos. Al ser castigados por seres idénticos a aquellos que tenían por dioses, descubrieron la acción del Dios verdadero 17, pero sin rendirse a la petición del caudillo escogido para su pueblo. Por eso Dios tuvo que enviar la plaga de la muerte de los primogénitos; sólo entonces el faraón permitió la salida de los hebreos. Y como después, arrepentido, saliese con su ejército en su persecución para volverlo a la servidumbre, el Señor sepultó su ejército bajo las aguas del mar Rojo.
La doctrina de esta perícopa sobre la misericordia de Dios nos coloca por encima de la revelación del Pentateuco, en la que el amor no se eleva todavía sobre la ley del tallón, promulgada varias veces por el Señor y mandada aplicar por El en diversas ocasiones, y nos acerca a la moral evangélica, que manda la misericordia y bondad con todos, incluso con los mismos enemigos. Comienza a perfilarse con claridad el universalismo evangélico.

1 Gal s,6b. - 2 I8.QSS. - 3 S. R. Driver, Modern Research as illústrating the Bible (Londres 1909) p.so.67-73; Vingent, Canaán d'aprés l'exploration recente (París 191-4) p.50-51.116-117.188-204; Barrois, artículo Canaán en DBS t.i 0.1015-1017; W. Corswant, Dict. d'Arch. biblique (Neu-chátel-París 1956) a la palabra Sacrifice $.265-267. - 4 Lev_20:2. - 5 2Re_23:10; Isa_57:5; Jer_7:31; Jer_19:5; Eze_16:20; Eze_23:37; Sal_105:37-38. - 6 Lev_26:29; Deu_28:53; Jer_19:9. - 7 Se dan diversas lecciones vanantes. La diversidad proviene de que no existe en griego el término ìõóôïôèåßá (åê ìÝóïõ ìõôáèåßáò óïõ). La mayor parte de los críticos, después de Gornely, leen 'åê ìÝóïõ ìõ$ôÜò ìéÜóïõ: en medio de un coro de bacanales, en medio de infames orgías. La Vulgata traduce ìõóôáèåßá: sacramentum, que habría que entender del culto divino o de la tierra santa. Algunos traducen: bebían la sangre en medio de tu tierra santa. Cf. A. jadrijevic, Notae ad textum Sap 12:3-7: VD 22( 1942) 117-21. - 8 Exo_22:23.33; Num_33:51-56; Deu_7:1-2- 9 Exo_23:28; Deu_7:20; Jos_24:12. - 10 Cam fue maldecido por Noé, su padre, por la irreverencia cometida contra él. Cf. Gen_9:2-5. -Gen_11 6:7; Ts 45:9; Dan_4:32; Job_9:12; Rom_9:20. - 12 Un buen número de manuscritos presentan la lección: ipsum qui non debet puniri condemnas et exterum aestimas a tua virtute (condenas a quien no debe ser castigado y lo estimas ajeno a tu virtud). En ella apoyaba Calvino su tesis de la reprobación antes de todo pecado. Pero tal lección tiene en contra todos los códices griegos y la misma Vulgata, y es del todo improbable en un contexto en que se afirma la justicia de Dios, que excluye toda arbitrariedad e injusticia en sus decisiones (lesétre). - 13 Mt 5:44-45 - 14 Gen_15:5.18; Gen_22:16.18; Exo_24:9. - 15 Mat_7:2. -Mat_16 15:18-19. - 17 Exo_8:4; Exo_9:27; Exo_10:16-17; Exo_12:3T.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XII.

2 God did not destroy those of Canaan all at once. 12 If he had done so, who could controll him? 19 but by sparing them hee taught vs, 27 they were punished with their Gods.
1 For thine vncorruptible spirit is in all things.
2 Therefore chastnest thou them by little, and little, that offend, and warnest them by putting them in remembrance, wherin they haue offended, that leauing their wickednesse they may beleeue on thee O Lord.
3 For it was thy will to destroy by
the handes of our fathers, both those [ Or, ancient.] old inhabitants of thy holy land,
4 Whom thou hatedst for doing most odious workes of [ Or, sorceries.] witchcrafts, and wicked sacrifices;
5 And also those mercilesse murderers of children, & deuourers of mans flesh, and the feasts of blood;
6 With their Priests out of the midst of their idolatrous crew, and the parents that killed with their owne hands, soules destitute of helpe:
7 That the land which thou esteemedst aboue all other, might receiue a worthy [ Or, new inhabitance.] colonie of Gods children.
8 Neuerthelesse, euen those thou sparedst as men, and didst send [ Exo_33:2; Deu_2:22.] waspes forerunners of thine hoste, to destroy them by little and little.
9 Not that thou wast vnable to bring the vngodly vnder the hand of the righteous in battell, or to destroy them at once with cruel beastes, or with one rough word:
10 But executing thy iudgements vpon them by little and little, thou gauest them place of repentance, not being ignorant that they were a naughtie generation, and that their malice, was bred in them, and that their cogitation would neuer be changed.
11 For it was a [ Gen_9:25.] cursed seed, from the beginning, neither didst thou for feare of any man giue them pardon for those things wherein they sinned.
12 For who shall say, [ Rom_9:20.] What hast thou done? or who shall withstand thy iudgement, or who shall accuse thee for the nations that perish whom thou hast made? or who shall come to [ Or, in thy presence.] stand against thee, to be [ Or, a reuenger.] reuenged for the vnrighteous men?
13 For neither is there any God but thou, that [ 1Pe_5:7.] careth for all, to whom thou mightest shew that thy iudgement is not vnright.
14 Neither shall king or tyrant bee able to set his face against thee, for any whom thou hast punished.
15 For so much then as thou art righteous thy selfe, thou orderest all things righteously: [ Job_10:2.] thinking it not agreeable with thy power to condemne him yt hath not deserued to be punished.
16 For thy power is the beginning of righteousnesse, and because thou art the Lord of all, it maketh thee to be gracious vnto all.
17 For when men will not beleeue, that thou art of a [ Or, perfect.] full power, thou shewest thy strength, and among them that know it, thou makest their boldnesse manifest.
18 But thou, mastering thy power, iudgest with equitie, and orderest vs with great fauour: for thou mayest vse power when thou wilt.
19 But by such workes hast thou taught thy people, that the iust man should be mercifull, and hast made thy children to be of a good hope, that thou giuest repentance for sinnes.
20 For if thou didst punish the enemies of thy children, and the condemned to death with such deliberation, giuing them time and place, wherby they might be deliuered from their malice.
21 With how great circumspection diddest thou iudge thine owne sonnes, vnto whose fathers thou hast sworne, and made couenants of good promises?
22 Therefore whereas thou doest chasten vs, thou scourgest our enemies a thousand times more, to the intent that when wee iudge, wee should carefully thinke of thy goodnesse, and when we our selues are iudged, wee should looke for mercy.
23 Wherefore, whereas men haue liued dissolutely and vnrighteously, thou hast tormented them with their owne [ Or, abominable idoles.] abominations.
24 [ Sirach 11.13; Rom_1:23.] For they went astray very farre in the wayes of errour, & held them for gods (which euen amongst the beasts of their enemies were despised) being deceiued as children of no vnderstanding.
25 Therefore vnto them, as to children without the vse of reason, thou didst send a iudgement to mocke them.
26 But they that would not bee refourmed by that correction wherein he dallied with them, shall feele a iudgement worthy of God.
27 For looke, for what things they grudged when they were punished, (that is) for them whom they thought to be gods, [now.] being punished in them; when they saw it, they acknowledged him to be the true God, whome before they denyed to know: and therefore came extreme damnation vpon them.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10-19 A partir de Sab 10:1, y hasta el final del libro, la sabiduría se revela por medio de su intervención en la historia humana, desde los orígenes hasta la salida de Egipto (Sab 10:1-21; Sab 11:1-26; Sab 12:1-27 y Sab 16:1-29; Sab 17:1-21; Sab 18:1-25; Sab 19:1-22). Estas dos grandes meditaciones sobre el Éxodo, interrumpidas por una digresión sobre la idolatría (Sab 13:1-19; Sab 14:1-31; Sab 15:1-19), siguen un mismo esquema a partir de la oposición israelitas (justos salvados) - egipcios (impíos castigados).

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



5-6. Esta vívida descripción retorna y amplía los datos bíblicos sobre las abominaciones de los cananeos ( Deu_12:29-31; Deu_18:9-12; Sal_106:34-38).

7. "Colonia": esta es una expresión clásica de la lengua griega para designar a los inmigrantes radicados en un país extranjero.

27. "Todo el rigor de la condena", literalmente, "la última condena", es decir, el exterminio de los primogénitos ( Exo_12:29-30) y el hundimiento del ejército egipcio en el Mar Rojo ( Exo_14:26-28).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Los cananeos. De nuevo tenemos una explicación de los acontecimientos del pasado: el pecado de los cananeos (Éxo_23:28; Deu_7:11.20; Deu_18:9-12; Deu_20:18-20). La lógica seguida es idéntica a la del apartado anterior. El ejemplo resalta la misericordia de Dios en el castigo de los pecados para dar lugar al arrepentimiento.
La misericordia es una de las experiencias que más nos acercan a Dios. Supera a la justicia y comprende que el mundo y la vida están en sus manos.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sab_11:23

NOTAS

12:19 O «amigo del ser humano», a ejemplo de la sabiduría, Sab_1:6; Sab_7:23. Esta actitud corresponde al universalismo radical de los escritos de sabiduría y encontrará una expresión nueva en el NT, ver Mat_5:43-48.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sab_11:23

NOTAS

12:19 O «amigo del ser humano», a ejemplo de la sabiduría, Sab_1:6; Sab_7:23. Esta actitud corresponde al universalismo radical de los escritos de sabiduría y encontrará una expresión nueva en el NT, ver Mat_5:43-48.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— bondadoso: Lit. filántropo, amigo del ser humano. Este mismo adjetivo se aplica a la Sabiduría en Sab 1:6; Sab 7:23.

Torres Amat (1825)



[11] Gen 9, 25.

[23] Comienza una digresión sobre el falso culto.