SALMO 101 (100)
Espejo de príncipes
De David. Salmo.
Cantaré al amor y a la justicia,
para ti tañeré, Yahvé;
(Salmos 101, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: pi“el
Este salmo ha sido llamado «espejo de príncipes» o discurso de la corona. El príncipe heredero o el joven monarca anuncia las líneas programáticas de su gobierno. La vida ejemplar que se propone es, en definitiva, una canción al amor y a la justicia del Señor. Con su vida coreará el perfecto proceder del Señor (1-2a). Quien se propone cuanto dice en el programa no es más que un vasallo, que invita al Soberano a que le visite: «¿cuándo vendrás a mí?» (2b). La conducta del príncipe o del monarca será íntegra (2c), semejante a la del Señor. No soportará a los idólatras ni a los fabricantes de ídolos (3); su corazón íntegro no tolerará junto a sí un corazón perverso (4); acabará con los difamadores y con los arrogantes (5), también con los malvados y con los malhechores (8); sus servidores serán los leales y quienes proceden honradamente (6), no los engañadores ni los mentirosos (7). Sueña con una ciudad ideal, en la que no quepan los malvados ni los malhechores, por ser la ciudad del Señor (8). Jesús vino a servir y quiso rodearse de servidores (Mar_10:41-45), a la vez que proclamó la bienaventuranza de los pobres y de los perseguidos (Mat_5:3. 10). Éste en un buen salmo para afrontar nuestras responsabilidades en la Iglesia y en la sociedad.