SALMO 110 (109)
El sacerdocio del Mesías
De David. Salmo.
Oráculo de Yahvé a mi Señor:
«Siéntate a mi diestra,
hasta que haga de tus enemigos
estrado de tus pies».
(Salmos 110, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: imperative
Verbal stem: qal
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal
Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: dual
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Salmo real, estructurado en un díptico: realeza (1-3) y sacerdocio (4-7). Cada tabla del díptico sigue el mismo modelo: oráculo (1 y 4) y comentario (2-3. 5-7). Los oráculos pueden ponerse en boca de un sacerdote o de un profeta de la corte. En el oráculo el Señor (Dios) comunica a «mi señor» (el rey) su rango casi divino: «Siéntate a mi derecha», y la asistencia que prestará al monarca en tiempos de guerra: hasta que los enemigos sean convertidos en estrado de los pies del rey de Judá. El comentarista añade cómo el rey de Judá extenderá los territorios de su reino. Para ello cuenta con la ayuda divina y también con la colaboración voluntaria de lo mejor del pueblo, el rocío [«flor» en la traducción] de la juventud. Cuando el rey aparezca majestuoso, «el día de la fuerza» (que puede ser la movilización o la vista militar, como acto previo al combate), contará con una juventud presta a enrolarse entre la tropa que sirve al rey desde el primer momento de su reinado: «Desde el seno de la aurora», que es símbolo de vida y de luz, alude a una nueva era. El segundo oráculo va dirigido también al rey, que es simultáneamente sacerdote, como lo era el rey jebuseo de Jerusalén. La dinastía davídica, asentada en Jerusalén, tiene las antiguas prerrogativas propias del rey cananeo de la ciudad. El salmista comenta el segundo oráculo vinculándolo con el primero. Ahora proclama ante Dios lo que ya se ha dicho: «Mi señor (el rey) está a tu derecha». Añade algo nuevo: de la relación que tiene el monarca con Dios dimana su fuerza casi divina; por ello, extermina enemigos, sentencia, amontona cadáveres, aplasta cabezas. Si su esfuerzo en el combate le lleva casi al agotamiento, un torrente providencial, del que bebe abundantemente, permite reponerse y proseguir la campaña. Son numerosas las citas de este salmo en el Nuevo Testamento. El versículo 1 aparece en los evangelios (cfr. Mat_22:41-46; Mat_26:64; Mar_16:19; Hch_2:34s; Rom_8:34, etc.). El versículo 4 en Heb_5:6.10; y sobre todo Heb 7. Podemos orar con este salmo evocando la conciencia política de la autoridad. Una lectura cristiana pide que el salmo sea despojado de la violencia. Cristo es rey y sacerdote, pero rey de «justicia, de amor y de paz»; sacerdote que entró en el santuario a través de su propia sangre, y nos ha abierto el camino de acceso al santuario. Oremos por el pueblo de Dios, que es un pueblo de reyes y de sacerdotes.
Jehová dijo a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.a
a Mat 22:44; Mar 12:36; Luc 20:42-43; Hch 2:34-35; 1Co 15:25; Efe 1:20-22; Col 3:1; Heb 1:13; Heb 8:1; Heb 10:12-13.