SALMO 138 (137)
Himno de acción de gracias
De David.
Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
por haber escuchado las palabras de mi boca.
En presencia de los ángeles tañeré en tu honor,
(Salmos 138, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: pi“el
Acción de gracias del creyente (1s), de los reyes (4-6) y para el futuro (7s). El creyente que entona su acción de gracias se halla en un pueblo extranjero, lejos del santuario y rodeado de dioses. Su mirada se dirige al Templo lejano y su fe es firme: se postra en dirección al santuario y da gracias a Dios aun encontrándose entre otros dioses (1-2a). Los motivos son clásicos: el amor y la fidelidad de Dios (2b) y la invocación escuchada (3). Supone el poeta que los oráculos de Dios se oyen en todo el mundo. Al escuchar la Palabra de Dios, los reyes de los pueblos darán gracias a Dios y reconocerán su singular grandeza, que consiste en que el Excelso mira al humilde (4-6). El orante no sabe cómo será su propio futuro. Está seguro, sin embargo, de que si los peligros son grandes, la mano de Dios es salvadora y su amor es eterno. Dios no puede abandonar la obra de sus manos. La acción de gracias tiene futuro. Oramos con este salmo para dar gracias a Dios por su actuación a favor nuestro y de nuestro pueblo.