El día en que grité, me escuchaste,
aumentaste mi vigor interior.
(Salmos 138, 3) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal
Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal
Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Acción de gracias del creyente (1s), de los reyes (4-6) y para el futuro (7s). El creyente que entona su acción de gracias se halla en un pueblo extranjero, lejos del santuario y rodeado de dioses. Su mirada se dirige al Templo lejano y su fe es firme: se postra en dirección al santuario y da gracias a Dios aun encontrándose entre otros dioses (1-2a). Los motivos son clásicos: el amor y la fidelidad de Dios (2b) y la invocación escuchada (3). Supone el poeta que los oráculos de Dios se oyen en todo el mundo. Al escuchar la Palabra de Dios, los reyes de los pueblos darán gracias a Dios y reconocerán su singular grandeza, que consiste en que el Excelso mira al humilde (4-6). El orante no sabe cómo será su propio futuro. Está seguro, sin embargo, de que si los peligros son grandes, la mano de Dios es salvadora y su amor es eterno. Dios no puede abandonar la obra de sus manos. La acción de gracias tiene futuro. Oramos con este salmo para dar gracias a Dios por su actuación a favor nuestro y de nuestro pueblo.