Yahvé protege al forastero,
sostiene al huérfano y a la viuda.
(8c) Yahvé ama a los honrados,
(9c) y tuerce el camino del malvado.
(Salmos 146, 9) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)
Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: pi“el
Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: pi“el
Este himno a Dios, creador del universo y defensor del pobre, contrapone la fe en el hombre (3s) con la fe en Dios (5-10). Comienza con una introducción (1s) y a lo largo de la segunda estrofa desfilan «doce» bellísimos títulos divinos. Es una fe operante, que da paso a la esperanza. Nada podemos esperar del ser humano; por muy poderoso que sea, es incapaz de salvar (3); es tan efímero como nosotros. Dios, por el contrario, tiene recursos para todo. Tenerlo como protector es una auténtica dicha (5). Es el Dios fiel y justo, eterno y duradero, sus proyectos no son caducos, porque su amor es eterno. Muestra la fidelidad de su amor con todos los que son débiles y pudieran buscar su salvación en los poderosos. Quienes están en situación de inferioridad por causa de otros (oprimidos, hambrientos y cautivos) o por enfermedad (ciegos y desfallecidos) o por circunstancias de la vida (emigrantes, huérfanos y viudas) se benefician de la fidelidad amorosa de Dios. También a los justos llega el amor de Dios. La realidad divina suscita una reacción alborozada: «Alabad al Señor» (¡Aleluya!). El discurso programático de Jesús en la sinagoga de Nazaret (cfr. Luc_4:17-22) actualiza la temática de este salmo. Los proyectos humanos pueden ser ambiciosos y desafiantes; no por ello anularán el proyecto divino. Si confiamos totalmente en Dios, si de verdad creemos en Él, podemos orar con este salmo.