Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 49 (Vg 48): El Enigma de la Providencia.
E n este salmo didáctico-sapienciai se plantea el gran problema de la retribución en esta vida: ¿Por qué prosperan los impíos, mientras los justos llevan vida dura y miserable? Este problema es el tema central del libro de Job y de algunos otros salmos, como el 39, 73, 90 Y 139- La solución está en los caminos misteriosos de la Providencia, que son inescrutables al humano entendimiento. Al hombre, por tanto, no le queda sino acatar estos misteriosos designios divinos y procurar, con todo, amoldarse a las exigencias de su Ley.
El autor del salmo es un moralista de la escuela de los sabios, que insiste en el hecho de que las riquezas no acompañan al impío a la otra vida. Por otra parte, tiene seguridad de que
el justo triunfará sobre el impío y que Dios le premiará su virtud (v.1s) librándole del
seol, o morada de los muertos (v.16). El estilo sentencioso con que se expone el tema tiene muchas afinidades con el del libro de los Proverbios. El salmo puede dividirse en dos partes, cada una de ellas con dos estrofas, precedidas de un preludio (1-5). Las dos secciones del salmo (v.6-12 y 14-20) se cierran con un estribillo (v.13 y 21) que predica la caducidad de las riquezas humanas. El estilo sapiencial y sus analogías de expresión con el salmo 73 hacen pensar que el salmo 49 es de composición tardía, no anterior al siglo III a.C. l
Preludio: invitación a prestar atención (1-5).
1
Al maestro de coro. Salmo de los hijos de Coré 2
. 2
¡Oíd esto, pueblos todos! ¡Prestad oído todos los moradores del orbe: 3
plebeyos y nobles, ricos y pobres juntamente! 4
Mi boca va a proferir (sentencias) sabias, y la meditación de mi corazón, (palabras) sensatas. 5
Tenderé mis oídos al proverbio, y al arpa expondré mi enigma.
Con todo énfasis, el poeta pide atención a sus oyentes, pues va a dilucidar un problema difícil y a aportar luz a un misterio. Sus palabras se dirigen a los
pueblos todos, porque va a tratar de un interrogante que angustia a todas las conciencias: el problema de la justa retribución y compensación en esta vida por las buenas o malas obras realizadas. Por ello, el tema de su discurso es de interés general para todos los
moradores del Universo. La literatura sapiencial se caracteriza por abordar problemas humanos en toda su universalidad; así, en el libro de Job se plantea con crudeza el problema de la ecuación entre la virtud y la prosperidad en esta vida, y en el libro del Eclesiastés se aborda la realidad de la variedad de las cosas y quehaceres humanos, analizando las inquietudes del hombre sin restricción de fronteras ni razas. El salmista se sitúa en la misma perspectiva universalista:
trata del misterio de la Providencia en la vida de los seres humanos como tales, prescindiendo de su pertenencia o vinculación a Israel.
Los críticos resaltan la analogía literaria de este preludio y la introducción al libro de los Proverbios 3 y el exordio del discurso de Elihú en el libro de Job4. En
Miq_1:2 encontramos también una introducción enfática y solemne similar a la del salmo: ¡Escuchad, pueblos todos!.5 El salmista especifica su auditorio
(plebeyos y nobles, ricos y pobres...),
para insinuar el matiz cíe su discurso. En el contexto del salmo,
rico viene a ser sinónimo de impío, y
pobre equivalente a justo. La experiencia dice que los impíos se enriquecen, mientras los justos llevan vida pobre y despreciable6. Ahora el salmista quiere probar con sus sentencias sabias y sus palabras sensatas que, en el fondo,
la felicidad está al lado del justo, aunque ahora le toque sufrir, pues a la hora de la verdad tendrá la rehabilitación plena, mientras que el impío tendrá que dejar sus riquezas después de la muerte sin compensación alguna. Con todo, su exposición tendrá mucho de
enigma. El salmista va a exponer, pues, de modo
proverbial y enigmático su solución al problema (v.5), inteligible sólo al que tenga perspicacia mental 7.
La prosperidad de los impíos es sólo transitoria (6.-13)
6
¿Por qué he de temer los días de desventura, cuando la iniquidad de los que pisan mis talones me cerca 8
, 7
los que confían en su opulencia y se glorían de la abundancia de sus riquezas? 8
Nadie puede rescatar al hombre de la muerte, nadie puede dar a Dios su rescate; 9
pues muy caro es el precio de rescate de la vida, y ha de renunciar por siempre 10
a continuar viviendo indefinidamente sin ver la fosa 11
Pues verá cómo los sabios mueren, desaparecen juntamente el necio y el exulto y dejan a otros sus haciendas. 12
Las tumbas son sus casas para siempre, sus moradas de generación en generación, aunque dieron sus nombres a las tierras. 13
Pero el hombre no perdura en su esplendor 10
, es semejante a las bestias, que perecen. El salmista sale al paso de los justos que vacilan en sus caminos al contemplar la prosperidad de los malvados y la propia miseria. En realidad, los fieles a la
Ley divina están constantemente hostilizados por los que viven fuera de toda ley, los cuales van
pisando los talones del justo, poniéndole añagazas y haciendo ostentación de su
opulencia y
riquezas, para hacerle ver que el único modo de medrar en la vida es no tener escrúpulos religiosos y morales (v.7) 11. Pero, en realidad, su presunción se basa en un supuesto falso, ya que sus riquezas bastarán para
rescatarle de la muerte, pues Dios es el único dueño de la vida y de la muerte y no permite que se rescate por dinero su vida; las mayores riquezas no son suficientes para servir de
rescate de la vida de un hombre 12. Según la legislación mosaica, en determinados casos se podía
redimir y rescatar la vida con dinero i3. Pero nadie puede creer que ha de continuar
viviendo indefinidamente, pues el precio del
rescate de su vida es tan caro, que no hay dinero suficiente para librar de la muerte. La experiencia muestra que todos,
sabios o
necios, mueren. Al sabio de nada le sirven sus conocimientos para librarse de la muerte; al final, su suerte es como la del
necio o ignorante 14, pues tiene que dejar a otros sus
haciendas y contentarse con sus
tumbas como
moradas permanentes 15. Aunque anteriormente hubieran dado sus
nombres a las tierras que poseían, ahora tendrán que contentarse con dar nombre a un sepulcro, a unos pies de tierra.
Esta es la gran realidad de la muerte, que evapora todas las falsas ilusiones de la vida. Es inútil que el hombre espere
perdurar en su esplendor y triunfo, pues al fin desaparece como las
bestias, que perecen (v. 13).
Contraposición de la suerte final de los impíos y de. los justos (14-21)
14
Tal es el camino de los que confían en sí mismos, y el fin de los que se complacen en su boca 16
. Selah. 15
Como rebaño son echados al seol, la muerte los pastorea, los justos los dominan. A la mañana, su figura se desvanece en el seol, lejos de su morada 17
. 16
Pero Dios rescatará mi alma de las manos del seol, pues me tomará. Seláh. 17
No temas, pues, cuando un hombre se enriquece y se acrecienta la gloria de su casa. 18
Porque a su muerte nada se llevará consigo, ni le seguirá su gloria. 19
Aunque se haya halagado durante su vida: Te alabarán porque te trataste bien18
, 20
tendrá que irse a la morada de sus padres para no ver jamás la luz. 21
El hombre en esplendor no perdura, y se asemeja a las bestias, que perecen.
Los autosuficientes, que creen que no deben confiar sino en sus riquezas, olvidándose de Dios, tendrán un fin desastroso, pues serán visitados por la mano justiciera de Dios, que les enviará la
muerte; ésta los gobernará y
pastoreará su
rebaño en la región tenebrosa del seol, la morada de los muertos. Esta personificación de la
muerte es irónica: los impíos, que no han querido someterse al gobierno paternal de la Providencia divina, serán tratados como
rebaño destinado al matadero y
pastoreado por la muerte. En una noche desaparecen, y a la
mañana su
figura se desvanece. Los
justos, en cambio, despiertan triunfantes sobre los opresores caídos (v.1s): ha pasado la
noche de la opresión para venir la
mañana de la liberación19; es el alborear (
mañana)
del día justiciero de Yahvé del que habla el profeta: He aquí que viene el día ardiente como horno, y serán entonces los soberbios y los obradores de iniquidad la paja, y el día que viene la prenderá fuego... Mas para vosotros, los que teméis mi nombre, se alzará un sol de justicia que traerá en sus alas la salud..., y pisotearéis a los malvados, que serán como polvo bajo la planta de vuestros pies... 20
El salmista supone que, en el día de la manifestación justiciera de Yahvé sobre los pecadores, los justos
los dominarán; es la misma idea del vaticinio profetice, expresada con menos radicalismo. Ante la perspectiva del profeta y del salmista, el día de Yahvé es el día de la manifestación de su justicia antes de la inauguración mesiánica. En
Sal_1:5 se dice que no prevalecerán los impíos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos, porque
conoce Yahvé el camino de los justos, pero la senda de los pecadores acaba mal. En efecto, el
camino de los que insensatamente
confian en si mismos (v.14) llevará a la perdición en la hora de la verdad,
que es la de la intervención justiciera de Yahvé. Entonces los impíos serán como un
rebaño destinado al sacrificio, a la
muerte, que será su pastor. 21
En cambio,
la situación del justo será muy diversa en la hora de la prueba definitiva, ya que Dios le
rescatará del seol, es decir, le liberará de la muerte afrentosa que espera a los impíos; en el momentó crítico de la manifestación justiciera, Dios le
tomará a sí (v.16). En cambio, los pecadores son presa, del
seol, donde
su figura se desvanece, pues es la región de las sombras, en la que los difuntos llevan una vida lánguida como en ectoplasma, sin el vigor físico que caracteriza a la corporal de la tierra 22. Al contrario,
los justos serán objeto de una particular providencia divina, pues serán preservados de la muerte que amenaza a aquéllos. La perspectiva es
escatológica, y parece aludir al juicio divino antes de la manifestación mesiánica y la implantación de la nueva teocracia, a la que sólo tendrán acceso los justos. Según
la mentalidad del A.T., Dios envía a los pecadores una muerte prematura, mientras que a los que le son fieles les otorga una vida larga 23. Según el salmista, las riquezas de los impíos no tendrán valor para
rescatar su vida a la hora de la muerte, mientras que las obras buenas
y la fidelidad del justo contribuirán a que Dios rescate su alma o vida (v.16)
de la muerte. En los salmos son corrientes las frases alusivas al
rescate de la vida del justo de una muerte inminente 24. En el momento crítico, Dios le
tomará para que no vaya a engrosar el
rebaño de los impíos, que están destinados a la muerte. En
Gen_5:24 se dice de Henoc que Dios le tomó, librándole de la muerte corporal. Quizá en las ansias de supervivencia del salmista haya una remota esperanza de ser preservado de la muerte de modo milagroso, pero en el contexto no hay indicios claros para esta suposición.
En el contexto no encontramos la expresión clara de la esperanza de supervivencia en la otra vida en intimidad con Dios, como se supone en el libro de la Sabiduría 25; ni menos la esperanza de resurrección; pero en las palabras del salmista hay unos deseos incoercibles de permanecer
viviendo a la sombra protectora de Yahvé, y, en este sentido, sus afirmaciones llevan el germen de la futura doctrina sobre la retribución en ultratumba, lo que es más verosímil suponiendo que el salmo sea de la época tardía sapiencial, cuando los problemas individuales privaban sobre los de la colectividad, conforme a la nueva vía abierta por Ezequiel sobre la responsabilidad personal 26. No obstante, si el salmista hubiera afirmado abiertamente la vida dichosa del justo después de la muerte, habría dado una solución más clara al problema de la desigualdad del impío y del justo en esta vida. Aquí parece que la compañía
y las buenas relaciones con Dios son la mejor garantía para el justo contra la muerte, al tener menos probabilidades de ser arrebatado en muerte prematura como el impío 27.
Consecuencia de esta doctrina es que no se debe tener envidia del que prospera en esta vida, pues sus riquezas no le servirán para después de la muerte, y más bien aceleraran el fin del que las posee si no vive según la ley divina (v.18). Es lo que declara el sabio en
Ecl_5:13 : Piérdense las riquezas...; como desnudo salió del seno de su madre, desnudo se tornará..., y nada podrá tomar de sus fatigas para llevárselo consigo...8 El vate latino refleja este mismo pensamiento:
Haud ullas portabis opes Acherontis acl undas: Nudus ad inferna, stulte, vehere, rate 29. Durante su vida se
halagaba a sí mismo, creyendo que había triunfado en ella al poder satisfacer sus caprichos y considerándose al abrigo del infortunio 30; pero llegará la hora de dejarlo todo, para ir a la
morada de sus padres, la región tenebrosa del
seol 31. Según la mentalidad viejotestamentaria, los difuntos se reunían por familias en la región de las sombras, imitando así de algún modo la vida anterior en la tierra 32; pero el
seol es una región de sombras y en ella no se
ve la luz (v.20). El que ha entrado en esta región oscura no podrá volver de nuevo a la vida luminosa de la tierra 33 El salmista termina repitiendo el estribillo de que el
esplendor del ser humano es transitorio, y al fin muere como las bestias (v.21).
1
Cf. E. Püdechard, O.C., I 222. 2
Sobre el significado del título véase com, a
Sal_4:1;
Sal_42:1. 3 Cf. Prov 1:1s. 4 Cf.
Job_34:2. 5 Cf.
Miq_1:2. 6 En hebreo tenemos las expresiones
bene-'adam (hijo de hombre en general, el Üíèñù-Ôôüò del griego)
ybene-'ish (hijo de varón:'ÜíÞñ). La primera expresión designa a un hombre cualquiera, mientras que la segunda alucie a los de alta alcurnia. 7 Cf.
Isa_14:4; Jue I4:12s;
1Re_10:1. 8 La Bib. de Jér.r
la malicia me pisa el talón y me cerca. Orígenes leía aquba.v (espías) en vez de
aqebay (talones) del Tivl. 9 Texto oscuro. Las traducciones no concucrdan: Debe renunciar por siempre a vivir aún. ¿No vería al fin el sepulcro? NP: Nimio constat liberado animae eius, ñeque unquaní sufficiet ut vivat ultra in aeternum nec videat interitum. 10 Los LXX y Vg non intelligit. En este supuesto, el salmista quería insistir en que el hombre ciego por las riquezas es tan ininteligente como las bestias. 11 Cf.
Sal_12:36;
73:3-0. l2 Cf.
Job_33:23* 13 Cf.
Exo_21:30. 14 Lo:3 triiumu·. "Sabio·, oneció, insensato, son muy propios del libro de los Proverbio. 15 Cf.
Ecl_12:5;
Tob_3:6;
Isa_22:16. 16 Este verso es muy diversamente traducido, aunque el sentido general es claro:
Bib. de Jér.; Así van ellos: confianza en sí mismos; y detrás de ellos, a su voz, se acude. NP: Hace vía eorum, qui stulte confidunt, et hic finís eorum, qui sorte sua delectantur. 17 También este verso es oscuro, y las traducciones difieren:
Bib. de Jér.: a la mañana se desvanece su imagen; el.seol, hr aquí su morada. Así también el NP. Nuestra traducción coincide con la de (Jale·;. 18
Bib. de Jei.: *su alma, que en bu vida se bendecía (se te alaba de haber tenido cuidado de ti)...) Podechard: Si durante su vida se felicita su alma y la alaba por las satisfacciones que se da... 19 A. F. Kirkpatrick, o.c., 273- 20
Mal_4:1-3 21 Cf.
Isa_14:2;
Sal_104:36. 22 Cf. M. García Cordero, La vida de ultratumba según la mentalidad popular de los antiguos hebreos: Salmanticensis, 1 (1954) 343-364. 23 Cf.
Deu_5:16;
Deu_5:30,
Deu_5:16. 24 Cf?
Sal_30:4;
Deu_33:19s;
Deu_86:14;
Deu_103:5;
Deu_138:8; 139:49- 25 S ab3:17. 26 Cf. Ez 18:2s. 27 Los autores no convienen al determinar el sentido preciso del v.16, pues unos, como Konig, ven aquí la fe en la inmortalidad del alma y su reunión con Dios; Kittel cree que el salmista espera ser librado de la muerte, como Henoc, y ser llevado a Dios. Podechard admite la idea de la inmortalidad: La verdadera novedad del salmo respecto de los pecadores es que la morada perpetua en el seol les es exclusivamente reservada, en lugar de ser, corno antes, el patrimonio de todos los mortales. Para ellos se convierte en una prisión perpetua en razón de las privaciones que esta morada entraña: privación de todas las alegrías de la vida presente, de la riqueza, de los goces que procura, y, sobre todo, ausencia de toda esperanza de no volver a vivir y ver la luz. Mas para el justo, del que el salmista no es más que el tipo, es seguro que por una intervención divina será preservado del
seol y recibido junto a Dios. Es la revelación solemnemente anunciada en los vv.2-5.
(Le Psautier I 220). 28 Cf.
Job_1:21;
1Ti_6:7. 29
Propercio IV.5.I3. 30 Cf.
Deu_29:19;
Lev_12:19. 31 Compárese la conocida frase bíblica: fue a reunirse con sus padres (
Gen_15:15); reunirse con su pueblo (
Gen_25:7;
Gen_35:39;
Gen_49:29.33;
Num_20:24.26;
Deu_32:50;
Núm_27:13;
Deu_31:2). 32 Véase M. García Cordero, a.c., 3575. 33 Cf.
Sal_58:9;
Job_3:16;
Ecl_6:5.