Ver contexto
Si hambre tuviera, no te lo diría,
porque mío es el orbe y cuanto encierra.
(Salmos 50, 12) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

אִם‎(אִם)

Hebrew|ʔim-|if

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H518] [a.du.af] [111]
[אם] [GES499] [BDB525] [HAL544]

אֶ֭רְעַב‎(רָעֵב)

Hebrew|ˈʔerʕav|be hungry

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H7456] [t.di.aa] [2183]
[רעב] [GES7410] [BDB8165] [HAL8083]

לֹא‎(לֹא)

Hebrew|lō-|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

אֹ֣מַר‎(אָמַר)

Hebrew|ʔˈōmar|say

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H559] [a.ea.aa] [118]
[אמר] [GES535] [BDB564] [HAL587]

לָ֑ךְ‎(לְ)

Hebrew|lˈāḵ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

כִּי‎(כִּי)

Hebrew|kî-|that

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3588] [k.bg.aa] [976]
[כי] [GES3481] [BDB3883] [HAL3852]

לִ֥י‎(לְ)

Hebrew|lˌî|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

תֵ֝בֵ֗ל‎(תֵּבֵל)

Hebrew|ˈṯēvˈēl|world

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8398] [j.ah.ak] [835h]
[תבל] [GES8359] [BDB9204] [HAL9124]

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

מְלֹאָֽהּ‎(מְלֹא)

Hebrew|mᵊlōʔˈāh|fullness

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4393] [m.bz.ac] [1195b]
[מלא] [GES4310] [BDB4809] [HAL4726]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Salmo 50 (Vg 49): El Culto Aceptable a Dios.
E sta composición salmódica es, por su contenido, muy afín al de la predicación profética: se rechaza el formalismo externo del culto cuando va desprovisto de un espíritu de compunción y de fidelidad a la Ley, con sus preceptos relativos a los derechos de Dios y del prójimo 1. El salmo se divide en tres partes: a) preludio: el poeta describe una teofanía de Yahvé, que se manifiesta en su majestad aterradora para destacar más la urgencia de cumplir lo que va a comunicar (1-6); b) el culto formalista externo no tiene valor si no va acompañado de sentimientos religiosos internos, respetando los derechos de Dios (7-15); c) deben guardarse, ante todo, los preceptos de justicia y caridad con el prójimo (16-23).
El estilo es el de los oráculos profetices, haciendo hablar al propio Dios. La introducción recuerda la teofanías del Sinaí, que quedaron como modelo literario estereotipado para describir las terroríficas apariciones del Dios de Israel 2. Se apostrofa a los cielos y a la tierra, se interroga, amenaza, todo lo cual está dentro del estilo característico de los profetas. Es, pues, este salmo una composición didáctico-profética. El salmo anterior, 49, era un eco del sabio, mientras que éste lo es de los profetas; conforme al método característico sapiencial, el autor se dirige a todos los pueblos; aquí, según el característico método profético, se dirige al pueblo de Yahvé 3. La doctrina versa sobre los deberes hacia Dios y hacia el prójimo, conforme a la distribución general del Decálogo. Ya a Samuel se había dicho que Dios prefiere la bondad a los sacrificios, y la obediencia a los holocaustos.4 La doctrina del salmo se relaciona con lo expuesto en Isa_1:11s y Miq_6:6s. Esta verdad aparece después en la literatura sapiencial5. El valor de los sacrificios es inferior a los deberes morales, y, sobre todo, aquéllos no tienen valor sin el cumplimiento de éstos.
En el título el salmo se atribuye a Asa/, que era músico de David 6. Como hay cierta dependencia literaria respecto de los grandes profetas, hemos de suponer que es posterior al rey-poeta; así, puede ser eco cíe la predicación profética del siglo VIII al VI a.C. No pocos críticos prefieren rebajar la época de composición a los tiempos posteriores al destierro babilónico en razón de algunos supuestos arameísmos7.

Introducción: teofanía de Yahvé, que viene a juzgar. a Israel (1-6)
1 Salmo de Asaf. El Dios de dioses, Yahvé, habla, convoca a la tierra desde el levante al poniente. 2 Desde Sión, dechado de hermosura, Dios se mostró esplendoroso. 3Viene nuestro Dios, y no en silencio; le precede un fuego devorador, en su derredor cruje furiosa tempestad, 4 Convoca desde arriba a los cielos y a la tierra para juzgar a su pueblo: 5 ¡Reunid a mis piadosos, que sellaron con un sacrificio mi alianza! 6 Que los cielos promulguen su justicia, porque es Dios el que juzga.

En esta teofanía de Yahvé se le presenta viniendo del centro de la teocracia, Sión, y mostrándose en su majestad fulgurante como en el Sinaí 8. Es presentado a los lectores de modo sobrecogedor para conseguir un efecto psicológico de temblor: la misma tierra es invitada a comparecer ante el Juez soberano, Yahvé, Dios de dioses. Los nombres de la divinidad se acumulan para impresionar más a los destinatarios: Yahvé es, bajo este nombre, el Dios vinculado a los destinos de Israel como colectividad nacional; con su nombre de Elohim, que traducimos por el genérico de Dios, dice relación a toda la obra de la creación y a toda la humanidad. El mismo Dios de la alianza- Yahvé- es el Creador y Soberano de la historia humana 9. Como tal, está por encima de todos los supuestos dioses de las gentes. Para el salmista, el Dios nacional Yahvé es la realidad suprema de las cosas, que ahora se le manifiesta para juzgar al pueblo elegido por sus infidelidades. Su morada oficial en la tierra es Sión, a la que se califica como aechada de hermosura, es la delicia de toda la tierra de Sal_48:3 10. En 1Ma_2:12, el templo es llamado nuestra beldad y nuestra gloria. Yahvé habita en el templo, sobre los querubines 11, y de esa morada oficial sale ahora, revestido de majestad y fulgor, a juzgar a su pueblo prevaricador. Y convoca a toda la tierra en toda su latitud desde el levante al poniente para que sea testigo de este juicio que va a hacer sobre el pueblo elegido.
La manifestación de Dios no es en silencio, sino ruidosa en extremo, pues lleva por escolta el fuego abrasador y la furiosa tempestad, sembrando el terror por doquier 12 y barriendo con sus rayos a todos los que se opongan a su paso. El profeta Habacuc describe así la teofanía de Yahvé: Su majestad cubre los cielos, y la tierra se llena de su gloria. Su resplandor es como la luz: de sus manos salen rayos, con que vela su poder. Delante de él va la mortandad, y a su zaga el azote. Si se detiene, hace temblar la tierra, y si mira, conmueve las naciones. Los montes eternos se resquebrajan, se abajan los eternos collados, sus antiguos caminos13. Pero el salmista no hace venir a Yahvé del Sinaí, como es ley en esta literatura cíe teofanías, sino del propio templo de Jerusalén, para mostrar que, si bien mora en medio de ellos y los gobierna plácidamente, como mansamente descienden las aguas de Siloé 14, cuando llega el momento de la justicia, sale de su templo a castigar a los transgresores.
Por exigencias de su naturaleza tiene que vivir en una atmósfera de santidad, y por ser el Santo de Israel no puede tolerar habitar en medio de un ambiente de infidelidad religiosa 15. Los cielos y la tierra deben ser testigos de su intervención judicial, pues toda la creación debe apercibirse de las exigencias de su justicia ultrajada; y, en concreto, los cielos y la tierra han sido testigos de las defecciones de Israel a través de la historia 16. El poeta, en un arranque oratorio, invita a la naturaleza muda a asistir al juicio contra el pueblo pecador. En el cántico de Moisés 17 se toma a los cielos y a la tierra como testigos de las acusaciones que el profeta va a lanzar. Isaías invita también a los cielos y a la tierra a escuchar las palabras de Yahvé, ya que su pueblo no quiere escuchar 1S. El salmista da a los cielos y a la tierra.categoría de jueces, pues cita a los acusados ante ellos y les pide que den sentencia conforme a las exigencias de Dios (v.6).
Como a jueces, pide a los cielos y a la tierra que hagan comparecer a los piadosos que sellaron con un sacrificio la alianza (v.5), es decir, a los israelitas, que, como tales, están teóricamente vinculados a Dios y son objeto de su especial providencia y protección. Desde los tiempos del Sinaí, Israel quedó obligado a su Dios, y sus deberes quedaron sancionados por el sacrificio de la alianza 19. Esta práctica se repitió a través de las nuevas generaciones: los sacrificios del templo eran como una reiteración implícita de la alianza y de sus obligaciones. En el Libro de la alianza se sancionó la práctica ritual de los sacrificios como expresión de reconocimiento de la soberanía del Dios de Israel 2°. Yahvé aquí, en el salmo, recuerda este rito para hacer ver la obligación que tienen los israelitas de cumplir sus preceptos, que formaban parte esencial de la alianza sellada con el sacrificio.
El poeta pone de nuevo por testigos a los ciélos para que den su veredicto (promulguen su justicia...) sobre la conducta infiel de los que se habían comprometido con una alianza solemne sellada con sacrificios. Los cielos son la morada por excelencia de la divinidad, y, por tanto, aparecen asociados al Dios que juzga, el único que en realidad puede dar un veredicto de justicia (v.6).

Los sacrificios externos solos no son aceptos a. Dios (7-15)
7 ¡Oye, pueblo mío, que te hablo yo; que testimonio contra ti, oh Israel! Yo soy Elohim, tu Dios. 8 No te reprendo por tus sacrificios ni por tus holocaustos, que están siempre ante mí. 9 No tomaré becerros de tu casa, n1 Machos cabríos de tus apriscos; 10 porque mías son todas las bestias de la selva y los miles de animales de los montes. 11Yo conozco todas las aves de los cielos 21, y todo lo que en el campo se mueve me pertenece. 12 Si tuviera hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y cuanto lo llena. 13 ¿Como yo acaso la carne de los toros? ¿Bebo acaso la sangre de los cabritos? 14 Ofrece a Dios sacrificios de alabanza y cumple tus votos al Altísimo. 15 E invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me glorificarás.

Como en los oráculos proféticos, Yahvé pide aquí atención a sus palabras, enunciando su contenido general 22. Dios es aquí el acusador y el juez, como en el exordio anterior los cielos y la tierra eran a la vez testigos y jueces. En los esquemas literarios son posibles estas aparentes anomalías jurídicas, porque los autores juegan con diversos planes de enfoque del tema, y según el matiz de cada uno dramatizan el desarrollo de las ideas. Así, enfáticamente, Yahvé se presenta como el Dios nacional de Israel, con lo que insinúa sus derechos a ser atendido, no sólo como Creador, sino como plasmador en la historia de la conciencia nacional israelita dentro de una organización teocrática solemnemente sancionada con una alianza. Yahvé habla aquí a Israel como colectividad histórica, como pueblo elegido con una misión concreta. Por eso testimonia contra su conducta; Yahvé es, pues, a la vez testigo, acusador, fiscal y juez 23.
Su requisitoria empieza con la declaración de que no se queja por la falta de sacrificios ofrecidos, que diariamente están ante El (v.8). En la legislación se imponían ciertos sacrificios como homenaje a Yahvé, pero en el supuesto de que estos actos de culto externo incluyeran la obediencia a sus mandatos. Ahora los israelitas cumplen sólo la primera parte: la ofrenda de sacrificios. Por ello no les reprende bajo este aspecto, sino por la falta de religión interior y de moral. Mañana y tarde se ofrecían sacrificios en el templo 24, y esta práctica subsistió hasta la destrucción del recinto sagrado y aun después de su reconstrucción.
Pero este cumplimiento de la Ley en lo referente a los sacrificios es lo menos importante en la apreciación divina, ya que Yahvé no tiene necesidad de nada, pues de El son todas las bestias y animales del campo. Los sacrificios, unos eran públicos y otros de devoción privada. En los holocaustos se quemaba toda la víctima en el altar, y por ello eran los más perfectos 25. Al lado de éstos estaban los pacíficos y los expiatorios por el delito y por el pecado 26. Los israelitas, por su cuenta, hacían sacrificios de diversa índole según las circunstancias lo reclamaran. Aquí Yahvé supone que los israelitas cumplen normalmente con sus obligaciones sacrificiales particulares, aparte cíe los sacrificios públicos el cotidiano por la mañana y por la tarde, y otros en los novilunios y fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos , que ofrecía oficialmente la clase sacerdotal en nombre de la nación 27. El salmista no concreta el tipo de sacrificios a que alude, pero no interesa para resaltar la idea general de que Dios no se queja del incumplimiento de la obligación de ofrecer sacrificios (v.8).
Los v.9-13 insisten sobre el hecho de que Dios no necesita víctimas sacrificiales, pues suyos son todos los vivientes que pueden servir para el altar. No se quiere condenar los sacrificios culturales del templo en el v.5 se afirma el valor de la alianza santificada por los sacrificios, y en los v.14 y 23 se recomiendan los sacrificios eucarísticos , sino destacar que son algo accesorio en comparación a las exigencias del código religioso y moral del Decálogo. La sustancia de la alianza del pueblo con Yahvé radica en el cumplimiento de las cláusulas de la misma en sus líneas esenciales ético-religiosas. Los israelitas creían que Yahvé estaba irritado con ellos porque no le ofrecían suficientes sacrificios que tuvieran la virtud de aplacarle, pero Dios sale al paso de esta conjetura, diciendo que no está irritado con ellos por falta de sacrificios, pues no los reprende sino por la falta de la entrega íntima y sincera del corazón 28.
Los espíritus simplistas creían que Yahvé tenía necesidad de las víctimas, como si tuviera hambre, como los seres humanos. Si así fuera, le bastaría echar mano de los animales de la selva, que le pertenecen (y. 12). Según los pueblos gentiles, sus divinidades tenían necesidad de alimentos materiales. El salmista reacciona contra esta concepción burda, que parece tenía eco en el pueblo, contagiado por los otros cultos idolátricos: los sacrificios no son alimento de Yahvé (v.13), sino un mero reconocimiento externo de su soberanía, pero en el supuesto de que la conducta moral vaya en consonancia con esta manifestación exterior de acatamiento a la soberanía divina 29. En ese supuesto, se invita a los israelitas a ofrecer sacrificios de alabanza o de acción de gracias, cumpliendo puntualmente los votos hechos al Altísimo (v.14). Esto supone en la perspectiva del salmista un reflejo de mayor interioridad del alma 30. En todo caso, aun sin sacrificios, Yahvé está dispuesto a ayudar a los suyos cuando le invocan en los momentos de angustia31; después de ser liberado de esa situación, debe glorificar a Yahvé, reconociendo sus beneficios. La panorámica del salmista es muy espiritualista, y, sin rechazar los sacrificios cruentos, no les otorga un valor talismánico para aplacar a Dios; al contrario, cree que hay otras manifestaciones religiosas más íntimas y aceptas al Altísimo.

Contra la hipocresía religiosa (16-23).
16 Pero al impío di cele Dios: ¿Quién eres tú para enumerar mis mandamientos y tomar en tu boca mi alianza, 17tú que aborreces la disciplina y echas a la espalda mis palabras? 8 Si ves a un ladrón, corres con él, y tienes tu parte con el adúltero. 19 Abandonas tu boca al mal, y tu lengua urde el engaño. 20 Sentado hablas contra tu hermano, y contra el hijo de tu madre esparces la calumnia. 2l Esto haces, y ¿voy a callarme? ¿Creíste que era yo como tú? Yo quisiera corregirte, poniendo esto ante tus ojos. 22 Entended, pues, los que os olvidáis de Dios, no sea que os destroce, sin que haya quien os libre. 23 El que me ofrece sacrificios de alabanza me glorifica; y a quien sigue el camino, le mostraré la salvación de Dios.

En esta sección segunda, el salmista considera las relaciones con el prójimo, como en la anterior se hablaba de las relaciones del israelita con Dios. El que hace caso omiso de los mandamientos de Dios no tiene derecho a hacer gala de ellos, repitiéndolos con hipocresía ante los demás (v.16). Ellos son las palabras de Dios, y la síntesis de su alianza 32. El salmista tiene en su mente a los que se dedican a estudiar la Ley divina, pero que hacen caso omiso sistemáticamente de ella; es el eterno divorcio del dogma y la moral en la vida práctica de una sociedad que padece inflación religiosa, como en la teocrática de Israel. El credo religioso impone una disciplina y modo de obrar en consonancia con los principios teóricos aceptados. En la sección anterior se reprobaba el formulismo litúrgico externo, vaciado de vida interior; ahora se declara la inconsecuencia del que hipócritamente hace gala de su religión y hace tabla rasa de los mandamientos divinos, y se enumeran las transgresiones contra los preceptos de la segunda tabla del Decálogo, relativos a los deberes con el prójimo 33: robo, adulterio, difamación... Ni se respetan las relaciones de sangre, pues se difama al hermano 34. ¡A tal estado de degeneración ha llegado la sociedad! Todo esto está clamando por la intervención justiciera de Yahvé, que no puede callarse (v.21). Dios no es un juez venal, que se deja comprar por dádivas los sacrificios , para cerrar los ojos a todos los desórdenes morales de los que hipócritamente invocan sus palabras. Ante todo están las exigencias de su justicia insobornable, y por eso tiene que corregir, declarando ante los ojos de los malvados su falsa conciencia. En consecuencia, si viven olvidados de Dios, su intervención punitiva terminará por destrozarlos, sin posibilidad de salvación. Aquí Dios es comparado a una fiera salvaje, que ataca a la presa y la desgarra despiadadamente 35. El salmista termina por declarar las dos condiciones necesarias para conseguir la salvación de parte de Dios: ofrecer sacrificios de alabanza o de acción de gracias (los sacrificios pacíficos, que iban seguidos de un convite de comunión con la divinidad) 36, y seguir el camino trazado por sus preceptos relativos a los deberes para con el prójimo (v.2s).

1 Cf. Isa_1:10-20; Jer_7:3-28; Ain 5:21. 2 Cf. Ex 9; Deu_33:3; Jue_5:4; Hab_3:3-6; Job_38:1; Job_40:6; Sal_18:8-13. 3 A. F. Kirkpatrick, o.c., 276. 4 Sam 15:22. 5 Cf. Pro_21:3; Eco_35:1-7; Sal_40:7; Sal_41:17s; Sal_69:31s; 15; Sal_24:25. 6 Cf. 2Cr_29:30 : se le considera como profeta. Los asuj'itas eran cantores y timbalistas leí templo (cf. 2Cr_35:15; Esd_2:41; Esd_3:10). Doce salmos se atribuyen a Asaf, de familia evítica. levítica. 7 Cf. E. Podechard, O.C., 229. 8 Cf. Exo_13:16s. 9 En Jos_22:22 encontramos la misma combinación de nombres divinos (cf. Deu_4:31; Gen_33:20; Gen_46:3; Deu_6:15; Deu_7:9). 10 Cf. Lam2,rs. 11 Cf. Sal_80:2. 12 Cf. Deu_4:24; Deu_9:3; Heb_12:29; Sal_58:10; Isa_29:5; Exo_19:16.18; Sal_18:8s; Sal_97:35. 13 Rab 3:4s. 14 Isa_8:6. 15 Cf. Is 6:2s. 16 Cf. Deu_4:26.32; Deu_31:28; Deu_32:1; Isa_1:2; Miq 1: Sal_2:6 :1-2. 17 Cf. Deu_31:28. i Isa_1:2. 19 Cf. Exo_24:53. 20 Cf. éxo_20:245. 21 El TM dice aves de los montes. Los LXX y antiguas versiones dicen aves del cielo, lo que se adapta mejor al contexto. 22 Cf. Isa_1:10; Isa_28:14; Isa_44:1; Isa_48:1; Isa_51:1; Jer_2:4; Miq_3:1; Gen_15:7; Exo_3:6. 23 Cf. 8éxo_50:9. 24 Cf. Num_28:35. 25 Cf. Lev 1:1s. 26 Cf. Lev 4:1 s. 27 Cf. Levó.is. 28 En la tradición popular se medía la piedad religiosa por el número de los sacrificios (cf. 2Sa_6:13.17; 1Re_8:5.62-65; 1Cr_15:2; 1Cr_16:1; Esd_6:17; Neh_10:33-40). 29 Cf. Sal_69:305; Ose_14:2. 30 Cf. Lev_7:16; Sal_61:7. 31 Cf. Sal_20:2. 32Cf. Exo_20:1 ; Deu_5:19. 33 Cf. Miq_7:6; Jer_9:4. 34 Gen_27:29. 35 Cf. Sal_7:3. 36 Cf. Lev_7:19-21.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Salmo 50. ¡perdonado con Una Advertencia!

La escena es el día del Juicio, habiendo sido convocada toda la tierra (1) para aparecer ante Dios. El pueblo del pacto en particular (4, 5) es llamado a comparecer ante el Juez divino (6). Son acusados en dos grupos: los que aman los ritos religiosos (8) pero descuidan la gratitud, obediencia y oración (14, 15), y los que que recitan la ley (16) pero no la cumplen (17– 21). El Salmo termina (22, 23) llamando a estos dos grupos a que se corrijan. La sección central (7– 21) tiene la misma forma del Culto del Pacto en Exo. 24:3– 8 donde el ritual del sacrificio y la sangre (vv. 4– 6) es seguido por la recitación de la ley (vv. 7, 8). Por ello, el Salmo es muy adecuado para un festival de renovación del pacto, ya que provee una estructura que facilita el autoexamen personal.

1– 6 El tribunal convocado. Cuando el Juez, los acusados y el lugar de la sesión han sido anunciados (1, 2), hablan por turno tres voces: que Dios viene para hablar (en juicio, 3); que viene como el Dios santo del Sinaí en el fuego y la tempestad (cf. Exo. 19:16– 18) y que el juicio está por comenzar en la casa de Dios (4; cf. 1 Ped. 4:17). Cuando ya el tribunal está en sesión, el Juez convoca a su pueblo (5, 6). 1 Jehovah, el Dios de dioses, en realidad: El Todopoderoso, Dios, el Señor. Esta triple fórmula aparece únicamente aquí y en Jos. 22:22 cuando las tribus transjordánicas fueron acusadas de apostasía y la usaron como una afirmación. En ese sentido concuerda con este Salmo donde se cuestiona la realidad de la lealtad. 3 No callará. El juicio no será un acto sin explicaciones donde el pueblo podría o no reconocerlo como obra de Dios. Todo se declarará abiertamente. 4 Cielos ... tierra (cf. Deut. 4:26; 1 Crón. 16:31; Sal. 69:34 s.; Isa. 1:2; Jer. 2:12). Aquí, el orden creado asiste como un testigo del demandante, habiendo observado silenciosamente todo lo ocurrido (ver 6). 5 Fieles. La palabra combina amados (por Dios) y consagrados (a Dios). Pacto ... sacrificio (Exo. 24:3 ss.). 6 Si los cielos han sido testigos de las faltas humanas (4), también lo han sido de la justicia divina y pueden afirmar la aptitud del Señor como Juez.

7– 21 La acusación. La convocatoria (7) va seguida de dos acusaciones (8– 15, 16– 21). El v. 7 está lleno de temas del éxodo: Pueblo mío trae a la mente Exo. 7:16, el pueblo escogido; Israel es el primogénito del Señor, el objeto de la redención (Exo. 4:22); Dios, el Dios tuyo, refleja Exo. 20:2, el título del Dios redentor.

8– 15 Formalismo ritual. Hace referencia a los que se deleitaban en hacer sacrificios (8) pero se equivocaban en el propósito de ellos, pensando que por su intermedio de alguna manera estaban enriqueciendo a Dios (9– 13), pero no vivían responsablemente ante Dios dándole acciones de gracias, obediencia y oraciones de fe (14, 15). 8 El Señor no reprochará lo que ha ordenado y en cuanto a lo que se refiere al material usado en sacrificio nada tiene que reprochar. El ritualista es siempre puntilloso. 9– 13 Pero caían en dos errores: que Dios necesitaba lo que ellos tenían (9– 11) y que Dios dependía de lo que ellos le daban (12, 13). Creían que la religión era el hombre llegando a Dios, sirviéndole, ministrándole; lo cual es el más profundo de los errores religiosos. 13 Las religiones paganas alrededor de Israel creían que sus dioses eran nutridos por los sacrificios que ellos ofrecían. Se comete el mismo error toda vez que el mero quehacer de la vida religiosa se convierte en algo importante en sí. 14, 15 Por el contrario, la religión verdadera es responder con gratitud (por su gracia, bondad, etc.), obedientemente (en cumplimiento del voto del pacto de guardar su palabra, Exo. 24:7), en oración (dependiendo de que él sea suficiente en cada dificultad) y con devoción (dándole el honor que él merece).

16– 21 Formalismo en las creencias. Es la expresión que define a las personas cuidadosas en decir todo muy correctamente (16), pero cuyas vidas contradicen lo que profesan (17– 21). Los acusa: detestas la palabra de Dios (17) y desobedecen sus mandamientos (18a [octavo mandamiento]), 18b [séptimo], 19 [noveno]); lo ofenden con su formalismo vacío en la iglesia, con su desobediencia intencional en su vida, con la falsedad en sus relaciones, la corrupción de su hablar y su falta de amor en el hogar. Y para remacharlo, edifican su teología sobre el silencio aguantador de Dios (21), creyendo que el Señor es moralmente tan indiferente como ellos.

22, 23 La advertencia. La misericordia divina aguanta. La sentencia merecida todavía es cosa del futuro y la puerta de la salvación permanece abierta (21– 23). 22 va dirigido a aquellos (16– 21) cuyas vidas desdicen su profesión. El problema de ellos no es que no tengan en cuenta la ley sino que os olvidáis de Dios como alguien presente con ellos, consciente de su conducta ofensiva, como el Santo, ordenando a su pueblo a ser como él (Lev. 19:2). 23 Va dirigido a aquellos (8– 15) cuya religión es meramente puntillosa: a ellos se les recuerda que la religión verdadera es sensible a lo que Dios ha hecho (cf. 14), y cuidadosa en su manera de vivir (23, el que actúa cuidadosamente en [su] camino [de vida]). Por último, el Salmo que empezara con Jehovah convocando a juicio (1– 6) termina con él ofreciendo salvación (23).

King James Version (KJVO) (1611)



Psalm L.

1 The Maiestie of God in the Church. 5 His order to gather Saints. 7 The pleasure of God is not in Ceremonies, 14 but in sinceritie of Obedience.
A Psalme [ Or, for Asaph.] of Asaph.
1 The mightie God, euen the Lord hath spoken, and called the earth from the rising of the sunne, vnto the going downe thereof.
2 Out of Sion the perfection of beautie, God hath shined.
3 Our God shall come, and shall not keepe silence: a fire shall deuoure before him, and it shalbe very tempestuous round about him.
4 He shall call to the heauens from aboue, and to the earth, that hee may iudge his people.
5 Gather my Saints together vnto mee: those that haue made a couenant with me, by sacrifice.
6 And the heauens shall declare his righteousnes; for God is iudge himselfe. Selah.
7 Heare, O my people, and I will speake, O Israel, and I will testifie against thee; I am God, euen thy God.
8 I will not reproue thee for thy sacrifices, or thy burnt offerings, to haue bene continually before me.
9 I will take no bullocke out of thy house, nor hee goates out of thy folds.
10 For euery beast of the forrest is mine, and the cattell vpon a thousand hilles.

[Pay thy vowes.]

11 I know all the foules of the mountaines: and the wild beasts of the field are [ Hebrew: with me.] mine.
12 [ Exo_19:5; Deu_10:14; Psa_24:1.] If I were hungry, I would not tell thee, [ Job_41:2; 1Co_10:23; 1Co_10:26.] for the world is mine, and the fulnesse thereof.
13 Will I eate the flesh of bulles, or drinke the blood of goats?
14 Offer vnto God thankesgiuing, and pay thy vowes vnto the most high.
15 And call vpon mee in the day of trouble; I will deliuer thee, and thou shalt glorifie me.
16 But vnto the wicked God saith, What hast thou to doe, to declare my Statutes, or that thou shouldest take my Couenant in thy mouth?
17 [ Rom_2:21-22.] Seeing thou hatest instruction, and castest my words behinde thee.
18 When thou sawest a thiefe, then thou consentedst with him, and [ Hebrew: thy portion was with adulterers .] hast bene partaker with adulterers.
19 [ Hebrew: thou sendest.] Thou giuest thy mouth to euill, and thy tongue frameth deceit.
20 Thou sittest and speakest against thy brother; thou slanderest thine owne mothers sonne.
21 These things hast thou done, and I kept silence: thou thoughtest that I was altogether such a one as thy selfe: but I will reproue thee, and set them in order before thine eyes.
22 Now consider this, ye that forget God, lest I teare you in pieces, and there be none to deliuer.
23 Who so offereth praise, glorifieth me: and to him [ Hebrew: that disposeth his way .] that ordereth his conuersation aright, will I shew the saluation of God.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Primera parte de un pleito judicial entre Dios y el pueblo. Se abre el salmo con una teofanía, desde la que Dios convoca a la tierra de oriente a occidente (1-3) y se muestra dispuesto a juzgar (4-6). El pleito se desarrolla en dos momentos. El primero se centra en la inutilidad de los sacrificios (7-15), y el segundo en la moral violada (16-23). Dios es el juez. El juicio se celebra en la capital del reino: en Sión (2). Los testigos son cielo y tierra (4). Aparece el juez con toda su magnificencia y poder (3). El acusado es el pueblo de Dios (7). El juez no le reprocha su praxis cultual; pero es otro el sacrificio que Dios quiere: un «sacrificio de alabanza» (14.23); es decir que el acusado cumpla lo estipulado en la alianza. Pero he aquí que el pueblo de Dios es ladrón, adúltero, murmurador... No observa los mandamientos que atañen a la relación con el prójimo, mientras no tiene empacho en recitar los mandamientos divinos, que no tiene ante sí, sino a la espalda (16s). Si el acusado no se convierte, sufrirá un severo castigo (22). El pueblo, para gozar de la salvación de Dios, ha de enmendarse. La respuesta a esta requisitoria la dará el salmo siguiente. Quien ama a Dios y odia a su hermano es un mentiroso (1Jn_4:20), es un ateo. Mientras oramos con este salmo, escuchemos la pregunta siguiente: «Esto haces, ¿y voy a callarme? ¿Crees que soy como tú?» (21). Que suenen estas preguntas, y honremos a Dios con un sacrificio de alabanza, que pasa por la buena relación con el prójimo.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. En el primer libro de las Crónicas (15. 17-19; 16. 5-7) se menciona a "Asaf" como uno de los levitas que desempeñaron el oficio de cantores durante el reinado de David. Entre los levitas que volvieron del destierro había ciento veintiocho descendientes de Asaf ( Esd_2:41). La colección de los Salmos de "Asaf" incluye, además de este, otros Salmos (73 - 83).

2. Ver 48. 3.

3. Ver 18. 8-16; 68. 8-11; 77. 17-19; 97. 3-5.

4. Ver Deu_32:1.

5. Ver Exo_24:4-8.

6. Ver 96. 13; 97. 6; 98. 9.

8-15. Lo que se condena no es el culto como tal, sino la creencia de que este basta por sí solo para agradar a Dios. Ver nota Isa_1:11-17.

16-22. Ver Rom_2:17-24.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 50.1 El Dios de los dioses: Esta es una forma hebrea de expresar el superlativo, como cuando se llama a Dios Rey de reyes y Señor de los señores. Cf. Dt 10.17; Sal 95.3; 136.2; Dn 2.47. Véase también Sal 97.7 n.

[2] 50.5 Alusión al sacrificio con que fue sellada la alianza del Sinaí (Ex 24.5-8).

[3] 50.7-14 Véase 40.6 n.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*50 Primera parte de un pleito judicial entre Dios y el pueblo, cuya segunda parte es Sal 51:1-19. Dios no echa en cara a su pueblo los sacrificios, sino sus pecados contra el prójimo. Si el pueblo no se arrepiente, sufrirá un castigo inexorable.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Sal 24:1; 1Co 10:26

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_24:1

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_24:1

Torres Amat (1825)



SALMO 50 (49)

[3] La aparición de Dios en Jerusalén es una manifestación esplendorosa o teofanía.