Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 56 (Vg 55): Firme Confianza en Dios.
T ambién este poema tiene el aire de lamentación de un justo perseguido que pone toda su confianza en la protección divina. Bajo este aspecto, este salmo tiene gran similitud con el que sigue, ya que
en ambos la confianza en Dios es la nota dominante. A pesar de los peligros graves inminentes, la fe en la liberación permanece en el ánimo del salmista.
Podemos dividir esta composición poética en tres partes:
a) lamentación y confianza en Dios (1-5);
b) lamentación y plegaria (6-9);
c) actitud confiada y promesa de acción de gracias (10-14). Cada parte tiene dos estrofas. El estilo es vigoroso, aunque se repiten muchas frases estereotipadas, predominando el paralelismo sintético.
El título asigna este poema también a David y da como circunstancia histórica su huida a la tierra de los filisteos, en tierra de Gat1. En ese supuesto, el poeta, futuro rey de Jerusalén, se dirigiría desde la tierra extranjera a su Dios, lamentándose de la persecución injusta de que es objeto y pidiendo la victoria y la liberación. Sin embargo, aunque por la lengua y el estilo puede sostenerse que es anterior al exilio, no pocos críticos modernos creen que es abiertamente postexílico 2. Como otros salmos, éste está compuesto después de la liberación de un peligro, y por ficción literaria poética se describe como presente la angustia pasada. Todo esto no es más que un pretexto para cantar la providencia divina en la asamblea litúrgica de los fieles.
La experiencia personal del salmista es que Yahvé no abandona a los suyos, y, por eso, en una ceremonia de acción de gracias, lo declara para edificación de los fieles también postergados por su fidelidad a la Ley de Yahvé.
Lamentación y confianza en Yahvé (1-5).
1
Al maestro del coro. Sobre la paloma muda de las lejanías. De David, Miktam: cuando los filisteos le prendieron en Gat3
. 2
Apiádate de mí, ¡oh Dios! porque me persiguen los hombres, me oprimen y combaten constantemente. 3
Sin cesar me persiguen mis enemigos, pues son muchos los que me combaten. 4
Oh Altísimo Cuando yo temo4
, en ti confío. 5
Con el favor de Dios celebraré su promesa, en Dios me confío y nada temo, ¿Qué podrá hacer un hombre contra mí? 5
Como en otros salmos, el poeta inicia su exposición apelando al poder de Dios para que le libre de la hostilidad de los muchos que le
persiguen. Algunos autores pretenden que este poema se ha de entender en sentido
colectivo, como si el salmista expresara los sentimientos de Israel como nación cercada de enemigos; pero todo el contexto del salmo insinúa que es un problema personal, y todas las alusiones a
combates se han de tomar en sentido metafórico. La hostilidad contra el justo es sistemática y constante, como la de fieras que están al acecho 6; pero, con todo,
la confianza en Dios se aumenta en los momentos de peligro, porque está seguro el salmista perseguido que llegará a
celebrar el cumplimiento de la
promesa de liberación 7. Dios no puede desamparar a los suyos en los momentos críticos, y, en ese supuesto, no hay hombre que pueda oponerse al justo (v.5). Sus maquinaciones humanas están condenadas al fracaso, porque no cuentan con la ayuda del Omnipotente, que está a disposición del justo. El ser humano
es sólo carne frágil y perecedera
y no puede competir con el que es eterno y omnipotente 8.
Lamentación y plegaria (6-9).
6
Todo el día abominan mis palabras 9
, contra mí sus maquinaciones van al mal. 7
Se conjuran, están al acecho, espían mis pasos, como esperando (acabar con) mi vida. 8
Pésalos, ¡oh Dios! en la medida de su iniquidad 10
, tú que abates a los pueblos en tu cólera. 9
Tú que tienes cuenta de mi vida errante, pon mis lágrimas en tu redoma. ¿No están (escritas) en tu libro? En torno al salmista hay una conjura organizada. Calumniadores sistemáticos, interpretan mal o
abominan de sus palabras 11. Morosamente describe el salmista las tentativas hostiles de sus adversarios, aunque no concreta la causa de esta animadversión sistemática e injusta. Están
al acecho como cazadores dispuestos a caer sobre la presa; incluso buscan ocasión para quitarle la vida a traición 12. En un arranque vindicativo,
el justo asediado pide a Dios que los castigue según merecen: pésalos en la medida de su iniquidad (v.8). Yahvé es el Juez supremo y está sobre todos los pueblos, a los que
abate según sus altos e inescrutables designios, que exigen también la manifestación de su
cólera. Parece como si el salmista atribulado apelara al juicio general sobre todos los pueblos y pecadores, conforme a la expectación general de los últimos tiempos del A.T.
La justicia de Dios había de manifestarse solemnemente antes de la inauguración mesiánica 13, y las almas justas perseguidas suspiraban por este día de vindicación de la virtud de los fieles yahvistas. Conforme a esta perspectiva, el salmista
une su causa a la de los justos perseguidos y apela al Dios del juicio sobre los pueblos y pecadores para que adelante la manifestación de su justicia y castigue a los impíos que le persiguen.
El salmista perseguido lleva una vida
errante, y esta situación angustiosa es bien conocida del propio Dios. Por eso pide que sus
lágrimas no sean echadas en olvido, sino guardadas cuidadosamente en la
redoma en que Dios guarda lo más precioso. El salmista juega con la creencia de que Dios lleva el registro de los actos humanos en el Libro de la Vida 14, y, conforme a ello, supone metafóricamente que tiene también un recipiente para recoger las lágrimas de los justos perseguidos 15, para acordarse de ellos y hacerles justicia. San Bernardo dirá bellísimamente, dentro ya de la perspectiva evangélica:
Lacrimae paenitentium vinum angelorum. Del mismo modo, las lágrimas de los justos perseguidos del A.T. son guardadas cuidadosamente, porque ellas
claman a Dios por la justicia y muestran la fidelidad de los suyos; por eso son cuidadosamente guardadas, de modo que no se pierdan.
Confianza en Dios y promesa de acción de gracias (10-14).
10
Entonces volverán la espalda mis enemigos, en el día en que te invoque; así sabré que Dios está en mi favor 16
. 11
Con (el favor) de Dios celebraré su promesa 17
, con la ayuda de Yahvé alabaré su palabra. 12
En Dios me confío y nada temo. ¿Qué podrá hacer un hombre contra mí? 13
Yo te debo, ¡oh Dios! mis ofrendas votivas, te ofreceré ofrendas de alabanza, 14
Porque libraste mi vida de la muerte, y mis pies de la caída 18
, para que pueda andar en la presencia de Dios, en la luz de los vivientes. Después de implorar
la intervención justiciera de Dios sobre los impíos, el salmista expresa su seguridad en la afrentosa derrota de ellos. Ello será una confirmación de que tiene a Dios a su favor (v.10) 19. Entonces llegará el momento de la acción de gracias por el cumplimiento de su
promesa, o palabra solemnemente empeñada, de ayudar a los que le son fieles 20. Cumplirá sus
ofrendas votivas y sacrificios de
alabanza o de acción de gracias: durante sus horas de opresión
ha hecho votos a su Dios, y ahora llega el momento de cumplirlos 21. Yahvé le ha otorgado el mayor de los dones,
pues le ha librado de la muerte, de forma que pueda continuar en la presencia de Dios, disfrutando de la
luz de los vivientes, en contraposición a la región tenebrosa del S
eol, adonde hubiera ido si hubiera muerto 22. Aunque los muertos estaban sujetos al dominio de Yahvé 23, sin embargo, no había comunicación afectiva entre ellos y su Dios,
y sólo entre los vivos se podía alabar a Dios 24. Por eso habla el salmista de
andar en la presencia de Dios, es decir, participar de las intimidades de la vida litúrgica en el templo,
donde Yahvé se manifiesta de un modo particular a sus fieles 25. El mejor comentario dentro de la nueva perspectiva evangélica son las palabras de Jesús: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida 26.
1 Cf. Sam 21:10s. 2 Así E. Podechard, o.c., I 249. 3 El título que traducimos sobre la paloma... debe aludir a alguna canción que empezara por estas palabras en hebreo. La Vg, siguiendo a los LXX: Pro populo, qui a sanctis longe factus est. Sobre las otras indicaciones véase com. a
Sal_4:1;
Sal_16:1; Sam 21:10-15; 27:23. 4 La palabra que traducimos por Altísimo es
marom del verso anterior. Así NP. 5 Lit. ¿Qué me hará la carne? Aquí
carne es sinónimo de hombre frágil y perecedero. 6 Cf.
Sal_57:4;
Sal_9:20;
Sal_9:10,
Sal_9:19;
Sal_42:10. 7 Cf.
Sal_130:6;
Sal_44:9. 8 Cf.
Sal_78:40;
Gen_6:3;
Job_10:4;
Isa_40:5-6;
Jer_17:5. 9 Verso oscuro. Nuestra traducción se aproxima a la de los LXX. Lit. el TM: angustian mis palabras. 10 Verso oscuro, muy diversamente traducido. El TM: Por encima de su iniquidad, ¿salud para ellos? La Vg, siguiendo a los LXX: pro nihilo salvos facies illos (lee
'ein en vez de
'awen). Nuestra traducción, muy generalizada entre los críticos, se basa en el cambio de
pallet (salvar) en
palles (pesar, medir). Así NP. 11 Cf.
Sal_7:45. Btb.
de Jer.: desfiguran mis palabras. 12 Cf.
Sal_119:96; Sam 23:22;
Sal_59:4;
Sal_10:9. 13 Cf. Jl3:1s. 14 Cf.
Exo_32:32;
Sal_69:29;
Sal_139:17;
Mal_3:16. 15 Cf.
Jos_9:34; Sam 16:20;
Sal_119:84. 16 Kirkpatrick: Cuando clame, mis enemigos se volverán atrás; esto lo sé, pues Dios está a mi favor. 17 Lit. palabra. La segunda parte del verso es considerada como repetición innecesaria de un glosista que quería mantener el nombre de
Yahvé. 18 Lit el TM: ¿No (has librado) mis pies? 19 Cf.
Sal_9:4;
Sal_118:7. 20 Cf
Pro_13:13;
Pro_16:20. 21 Cf.
Sal_66:4; Aet 21:23. 22 Cf.
Job_33:28-30;
Ecl_4:15;
Ecl_6:5; 1:
Ecl_1:7;
Ecl_18:18;
Lam_3:6. 23 Cf.
Job_26:6;
Pro_27:20. 24 Cf.
Sal_88:12. 25 Cf.
Sal_36:10;
Sal_16:11. 26
Jua_8:12.