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¡Por ti velo, fuerza mía,
pues es Dios mi ciudadela!
(Salmos 59, 10) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

אֱלֹהֵ֣י‎(אֱלֹהִים)

Hebrew|ʔᵉlōhˈê|god(s)

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H430] [a.dl.ad] [93c]
[אלהים] [GES407] [BDB437] [HAL452]

חַסְדִּ֣י‎(חֶסֶד)

Hebrew|*ḥasdˈî|loyalty

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2617] [h.ed.ab] [698a]
[חסד] [GES2530] [BDB2835] [HAL2824]

יְקַדְּמֵ֑נִי‎(קָדַם)

Hebrew|yᵊqaddᵊmˈēnî|be in front

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: pi“el


[H6923] [s.al.ac] [1988]
[קדם] [GES6885] [BDB7576] [HAL7506]

אֱ֝לֹהִ֗ים‎(אֱלֹהִים)

Hebrew|ˈʔᵉlōhˈîm|god(s)

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H430] [a.dl.ad] [93c]
[אלהים] [GES407] [BDB437] [HAL452]

יַרְאֵ֥נִי‎(רָאָה)

Hebrew|yarʔˌēnî|see

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il


[H7200] [t.ab.aa] [2095]
[ראה] [GES7166] [BDB7891] [HAL7810]

בְ‎(בְּ)

Hebrew|vᵊ|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

שֹׁרְרָֽי‎(שֹׁורֵר)

Hebrew|šōrᵊrˈāy|foe

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8324] [v.cb.ac] [2354a]
[שורר] [GES7748] [BDB8532] [HAL8459]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Salmo 59 (Vg 58): Suplica de Auxilio de un Justo Perseguido.
T ambién este poema tiene el aire de una lamentación individual a causa de peligros que sobre el salmista se ciernen. Se divide en dos partes (i-n y 12-18) que terminan con un estribillo. Cada una tiene dos estrofas, separadas por un selah. Literariamente es una mezcla de plegaria confiada a Dios y de enérgica imprecación contra los enemigosl. El estilo es vigoroso y original, aunque algunas veces las frases resultan oscuras por la mala conservación del texto. El salmista no tiene conciencia de haber ofendido a sus enemigos; éstos le atacan injustamente movidos de su malicia y deslealtad e insolencia. Son gentes que no tienen temor de Dios, y así calumnian al que procura vivir según la ley divina. Pero su hostilidad quedará sin efecto, porque por encima de ellos está el Omnipotente, que es el refugio seguro del atribulado justo. La confianza, pues, del salmista es plena, exige justicia, y sabe que se le hará. También aquí la perspectiva es viejotestamentaria, y por ello la postura del justo doliente y perseguido está por debajo de las exigencias del mensaje evangélico.
También este salmo es atribuido a David en la indicación preliminar actual; y se da como circunstancia histórica de su composición el envío de gentes por Saúl para vigilarle 2. Como en otras indicaciones cronológicas, ésta ha de atribuirse al glosista erudito, que ha procurado relacionar gran parte del Salterio con la vida azarosa del gran rey, que había sido también gran poeta. Nada en el salmo nos obliga a mantener una época tardía de composición, pero tampoco nada insinúa que pueda relacionarse con la vida de David.

Súplica de auxilio (1-6).
1 Al maestro del coro. Sobre No destruyas. Miktam. De David cuando mandó Saúl vigilar la casa para matarle 3. 2 ¡Líbrame de mis enemigos, Dios mío! ¡Protégeme contra los que se alzan contra mí! 3 ¡Líbrame de los que obran iniquidad, sálvame de los hombres sanguinarios! 4 Porque he aquí que ponen asechanzas a mi vida y se conjuran contra mí los poderosos; 5 sin crimen ni pecado de parte mía, ¡oh Yahvé! sin culpa (mía) corren y se preparan. ¡Despierta, ven a mi encuentro y mira! 6 Porque Tú, ¡oh Yahvé de los ejércitos! eres Dios de Israel. Despierta para castigar a todas las gentes, no tengas piedad de los que obran pérfidamente. Seldh.

El tono con que el salmista inicia su súplica y lamentación da a entender que se halla en grave peligro de perder la vida en manos de sus enemigos 4. Yahvé es el único refugio contra tales adversarios5, que son descritos como sanguinarios y fraudulentos. Muchas veces han tramado asechanzas y conjuras contra él, pero ahora parece que se preparan para un ataque definitivo y abierto 6. Por otra parte, esta hostilidad no tiene justificación, pues el salmista perseguido no tiene conciencia de haberles herido en sus derechos7. Consciente de su inocencia y de la justicia de su causa, urge a Dios para que-salga a su encuentro a ser testigo de la opresión injusta de que es objeto: ¡Despierta..., mira! (v.5b). Yahvé de los ejércitos es el Juez supremo y, además, Dios de Israel. El salmista ensancha la perspectiva, y pide no sólo el castigo de los impíos que le persiguen, sino la intervención justiciera sobre los que comprometen los destinos históricos de Israel corno nación. Este tránsito de lo personal a los problemas colectivos no es raro en determinados salmos, bien sea porque el salmista sienta su vida vinculada a una sociedad con proyección universal, o bien porque algún glosista o compilador haya interpretado sus problemas personales en sentido colectivo nacional. Los salmos han sido muy retocados según las exigencias litúrgicas, y los redactores posteriores se han permitido muchas veces adaptar un salmo de índole personal a los problemas análogos angustiosos de toda la nación.

La hostilidad de los malvados (7-10).
7 Vuelven por la tarde ladrando como perros y dan vueltas en torno a la ciudad. 8 He aquí que están borbotando a boca llena, y en sus labios tienen espadas: ¿Quién oye? 9 Pero tú, ¡oh Yahvé! te ríes de ellos, haces burla de todas las gentes. 10 A ti recurro, fortaleza mía, porque, tú, Dios, eres mi refugio.

El salmista compara a sus enemigos a perros hambrientos que andan merodeando todas las tardes por los alrededores de la ciudad en busca de los desperdicios; la hostilidad es permanente, y día tras día vuelven a la carga en busca de la víctima inocente. En su insolencia borbotan palabras insultantes a boca llena. Sus labios son como tajantes espadas, e impudentemente se permiten decir que Dios no les oye y tiene abandonado a su fiel servidor: ¿Quién oye?. Es la exclamación del necio: ¿Dónde está tu Dios?8 Pero el justo se siente seguro, porque Yahvé está por encima de ellos, inaccesible a sus ataques; desde la altura de los cielos se ríe de ellos 9. De nuevo el salmista asocia a sus enemigos personales a las gentes que hostigan a Israel. La perspectiva personal y la nacional se junta y aun mezcla; porque el justo perseguido es el tipo del pueblo elegido Israel , incomprendido y hostigado por los pueblos gentiles. Su suerte va unida en su mente a la de la sociedad israelita en su parte más selecta, la de los yahvistas, fieles a la Ley. Con toda confianza recurre a Dios como único refugio. Su alma profundamente religiosa no encuentra otra salvación segura que la sombra protectora de Yahvé 10.

Imprecaciones contra los perversos (11-14).
11 La merced de mi Dios me precederá 11; Dios me hará ver a mis enemigos (humillados). 12 No los mates, para que mi pueblo no olvide; hazlos andar vagabundos por tu poder 12 y abátelos, ¡oh Señor, escudo nuestro! 13 Cada palabra de sus labios es un pecado en su boca. Pero quedarán presos en su arrogancia y en las maldiciones y mentiras que profieren. 14 Acábalos en tu furor, acábalos y dejen de ser, y sepan que hay un Dios que domina en Jacob hasta los confines de la tierra. Seláh.

Conforme a la dramatización literaria corriente en estos salmos deprecatorios, el poeta pasa de la súplica a la expresión de confianza en el cumplimiento de sus deseos. Está seguro de que Yahvé le prestará ayuda, de forma que su merced y benevolencia le irán abriendo camino, como precursoras del triunfo: me precederá. El justo hostigado tendrá la satisfacción de ver a sus enemigos abatidos 13. No quiere que sean destruidos súbitamente, sino lentamente, para que el pueblo tome lección de la intervención justiciera de Yahvé: No los mates, para que mi pueblo no olvide... (v.1a). Para lección permanente de su pueblo propenso al olvido , desea que anden vagabundos impulsados por el poder de Dios 14, para caer después abatidos y humillados. Por sus múltiples pecados son acreedores a esta triste suerte. Ahora, en pago a su arrogancia y a causa de sus insolencias y mentiras, serán presos en sus propias redes de pecado: la justicia divina les dará el merecido.
Así, con todo énfasis, el poeta urge a Dios para que lleve a cabo la obra de exterminio de los pecadores: ¡acábalos...! Su castigo será la ocasión de que los demás sepan que hay un Dios en Jacob o pueblo israelita, cuyo dominio se extiende hasta los confines de la tierra (v.14). Es justamente lo que dice David a Goliat: Hoy sabrá toda la tierra que Israel tiene un Dios 15. La frase toda la tierra tiene en la Biblia un sentido hiperbólico para indicar muchos pueblos y tierras. Los israelitas tenían conciencia de su elección como pueblo, y sabían que Yahvé era el Dios del universo, aunque estaba especialmente vinculado a Israel por un pacto 16; por eso en los salmos y escritos profetices abundan estas proyecciones de los hechos dturridos en Israel hacia toda la tierra. Israel es el quicio de la historia universal, y lo que en este pueblo sucede tiene repercusión en los demás según la perspectiva teológica de los escritores del A.T. Así, pues, el salmista ve en el castigo de los impíos una lección no sólo para los israelitas, sino para todas las gentes.

El triunfo de la causa del justo (15-18).
15 Vuelven por la tarde, ladrando como perros, y dan vueltas en torno a la ciudad. 16 Andan errantes aquí y allá en busca de comida; si no se sacian, aullan. 17 Mas yo cantaré tu poder y de mañana alabaré tu benevolencia, porque fuiste mi refugio y mi amparo en el día de la angustia. 18 A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, porque eres, ¡oh Dios! mi refugio. Dios mío, todo benevolencia para mí.

El v.15 es una repetición del v.7. Por artificio literario, el poeta repite la actitud hostil de sus adversarios, que le andan rondando como perros hambrientos en torno a la ciudad todas las tardes, para contrastarla con su triunfo y liberación, expresada en su acción de gracias a Dios, su Salvador. Los enemigos del salmista le buscan ansiosamente como los canes hambrientos, que andan errantes de un lado para otro buscando saciar su necesidad, y si no lo logran, aullan y refunfuñan protestando. La descripción es realista y sangrante. El salmista termina cantando su liberación, prometiendo alabar a Dios cada mañana a la hora, de la oración.

1 J. Calés, o.c., I 572. 2 Cf. Sam 19:8$. 3 Cf. Sam 19:11-17. Sobre el sentido de los otros títulos véase com. a Sal_4:1; Sal_57:1; Sal_16:1. 4 Cf. Sal 72. 5 Cf. Sal_18:3; Sal_46:8.11. 6 Cf. Prov i.ii; Miq_7:2; Sal_54:4?Sal_56:8.u. 7 Cf. Sam 20,1; Sal_24:11. 8 Cf. Sal_10:5.12; Sal_64:6; Sal_73:12; Sal_94:8. 9 Cf. Sal_2:5; Sal_37:141 Isa_37:22. 10 Cf. Sal_17:3; Sal_17:30.4; Sal_31:7; Jer_16:19. 11 Así según el qeré. El kethib lee: Mi Dios (con) su merced me precederá. Así los LXX y Vg. 12 Así según el texto hebreo, seguido de los LXX y Vg. Muchos críticos modernos, para sintonizar el contexto con lo que se dice en el v.14, 13 El rey Mesa de Moab, en su famosa estela, dice que erige el altar a Gamos porque ha permitido ver mí deseo por encima de todos los que me odian. 14 En algunos textos, la palabra hebrea jeil, que traducimos por poder, significa el ejército de los seres celestiales al servicio de los designios divinos en el mundo. Cf. Joe_2:25; Joe_3:11; Sal_35:6-7. Algunos autores, por ello, suponen que aquí el poder de Dios, que lanza a los pecadores como vagabundos, es el ejército celestial. 15 Sam 17:46. 16 Cf. Exo_24:15. 17 Cf. Sal_5:41Sal_57:91Sal_92:3.

King James Version (KJVO) (1611)



Psalm LIX.

1 Dauid prayeth to be deliuered from his enemies. 6 Hee complaineth of their cruelty. 8 Hee trusteth in God. 11 He prayeth against them. 16 He praiseth God.
To [ Or, in the chiefe Musician, destroy not, a golden psalme of Dauid.] the chiefe musician Al-taschith, Michtam of Dauid: [ 1Sa_19:11.] when Saul sent, and they watcht the house to kill him.
1 Deliuer me from mine enemies, O my God: [ Hebrew: set me on high.] defend mee from them that rise vp against me.
2 Deliuer mee from the workers of iniquitie, and saue me from bloodie men.
3 For loe, they lye in waite for my soule; the mighty are gathered against

[The wickeds furie.]

me, not for my transgression, nor for my sinne, O Lord.
4 They runne and prepare themselues without my fault: awake [ Hebrew: to meete me.] to helpe me, and behold.
5 Thou therefore, O Lord God of hostes, the God of Israel, awake to visite all the heathen: be not mercifull to any wicked transgressours. Selah.
6 They returne at euening: they make a noise like a dogge, and go round about the citie.
7 Behold, they belch out with their mouth: [ Psa_10:11; Psa_73:11; Psa_94:7.] swords are in their lippes; for who, say they, doeth heare?
8 But thou, O Lord, shalt laugh at them; thou shalt haue all the heathen in derision.
9 Because of his strength will I wait vpon thee: for God is [ Hebrew: my high place.] my defence.
10 The God of my mercy shall preuent me; God shall let mee see my desire vpon [ Hebrew: mine obseruers.] mine enemies.
11 Slay them not, lest my people forget: scatter them by thy power; and bring them downe, O Lord our shield.
12 For the sinne of their mouth, and the words of their lips, let them euen be taken in their pride: and for cursing and lying which they speake.
13 Consume them in wrath, consume them, that they may not be: and let them know that God ruleth in Iacob, vnto the ends of the earth. Selah.
14 And at euening let them returne, and let them make a noise like a dogge, and goe round about the citie.
15 Let them wander vp and downe [ Hebrew: to eate.] for meate, [ Or, if they be not satisfied, then they will stay all night.] and grudge if they be not satisfied.
16 But I will sing of thy power; yea I will sing alowd of thy mercy in the morning: for thou hast bene my defence and refuge, in the day of my trouble.
17 Vnto thee, O my strength, wil I sing: for God is my defence, and the God of my mercy.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Salmo 59. Maxima Seguridad

Este Salmo consta de dos partes (1– 10, 11– 17). La primera empieza con una oración pidiendo liberación (1, 2), extendiéndose para incluir una oración pidiendo el juicio mundial (5); la segunda, con una oración pidiendo el desquite (11– 13b) como algo que proveería una revelación mundial (13cd). Cada oración va seguida por el tema de perros que merodean (6 y 7, 14 y 15) y esto a su vez lleva a Pero tú (8– 10) y Pero yo (16 y 17).

El relato que sirve de antecedente en 1 Sam. 19:10– 12 sugiere una emboscada cierta noche en la casa de David, pero dicha historia se cuenta sin detalles y todo el período empezando en 1 Sam. 19:10 deja bastante tiempo para la amenaza persistente de la cual habla el Salmo (6, 14). En algún momento de su huida de Saúl, David logró burlar a los guardias y salir de su casa con Mical. Saúl tenía que actuar con cuidado por la popularidad de David, pero esperaba al principio librarse de David por medio de un homicidio que no se le podría atribuir. Cuando la huida de David hizo que esto fuera imposible, se dispuso la emboscada.

El tema que se repite en el Salmo es que la máxima seguridad se encuentra en Dios: ponme a salvo (1), ponme en lo alto; fortaleza (9, 16, 17), refugio alto, de una altura inaccesible a los enemigos. Nótese que David avanza en su plegaria: Sé mi máxima seguridad (1), a un clímax de confianza: Tú eres mi máxima seguridad (17).

Empezó con oración (1– 5). Tenía verdadera confianza en la suficiencia de la oración: sabiendo de los poderes en su contra (3) de todas maneras le bastaba con decir: Líbrame ... ponme a salvo ... salvo ... despierta para venir a mi encuentro. La apelación a Dios para que efectuara, aun ahora, el juicio final, mundial (5) es prueba del sentido que David tenía de su propia inocencia (3, 4) de los cargos en su contra: aun ante ese tribunal nada tenía que temer. Pero su confianza no es en su inocencia sino en la oración.

Continuó con fe (6– 10). Los perros que merodeaban vuelven al anochecer (6) pero al espiar David por la celosía, no lo hace por temor a ellos sino esperando la llegada de Dios (9), seguro de su dirección (10) y de que sobrevivirá el peligro hasta ver el final de sus difamadores.

Mantuvo rigor y compromiso moral (11– 13). En el v. 11 David habla de mi pueblo porque en principio, aunque no todavía de hecho, él es su rey. Como tal, no busca un mero alivio personal sino que quiere que Dios actúe de manera que el mundo note la providencia moral de Dios en acción sobre la tierra (13). De la misma manera, su preocupación no es que le devuelvan lo suyo sino que pecados ... soberbia ... maldición ... mentiras (12) sean castigados.

En lo peor de las dificultades, Dios puso un canto en el corazón de David. Los perros aún merodeaban (14, 15), Pero (16) en cuanto a mí, canto ... (17) hago música. ¡Qué sorpresa debe haber sido para los que acechaban escuchar a David y Mical en su culto matutino y vespertino!

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Esta lamentación y súplica individual se caracteriza por el doble estribillo (7.15 y 10.18). No son nuevos los imperativos de la introducción (2s), pero sí insistentes, acaso porque los enemigos son «sanguinarios» (3). Para una visión de conjunto, pueden servirnos los ámbitos y personajes: los perros, la ciudad y el atardecer. Los perros, vagabundos y famélicos, babean, y, con la boca abierta, sus colmillos afilados relucen como «espadas». Algo así son los enemigos: no se retirarán hasta que no sacien su sed de sangre. En el trazado de la ciudad descuella la fortaleza o el alcázar en el que la gente puede refugiarse en los momentos de peligro. ¿No es Dios fortaleza y alcázar? El atardecer es la hora de retirarse a la casa o al alcázar. Es también el momento del asedio y del peligro. En este momento preciso se le pide a Dios que «vea» (8), no sólo el babeo de los perros, sino también la espada desenvainada, y que escuche la pregunta blasfema: «¿Quién nos oirá?» (8b). Dios reacciona con la risa despiadada para quien no mostró piedad, pero alcázar y fortaleza para quien se refugia en Él. Cuando llegue la mañana, destruidos ya los agresores (14), el salmista proclamará el amor de Dios (17) y otros reconocerán quién gobierna «desde Jacob hasta los confines de la tierra» (14b). Sólo Jesús puede decir con propiedad de sí mismo los versículos 4s del salmo (cfr. 1Pe_2:22). Las ciudades están llenas de «perros» y la gente vive en un permanente sobresalto. Es el momento de orar con todos los perseguidos, condenados y asesinados.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_54:9 [Sal_54:7]

NOTAS

59:11 «fuerza mía», «mi... fiel» mss y versiones, ver Sal_59:18 [Sal_59:17]; «su fuerza», «su fidelidad» hebr.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_54:9 [Sal_54:7]

NOTAS

59:11 «fuerza mía», «mi... fiel» mss y versiones, ver Sal_59:18 [Sal_59:17]; «su fuerza», «su fidelidad» hebr.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. Ver 1Sa_19:11-17.

7. Estas palabras se vuelven a repetir en el v. 15, a la manera de un estribillo. Algo similar sucede con los vs. 10 y 18.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] Salmo 59 1 S 19.11-17.

[2] 59.11 No les tengas compasión: traducción probable. Heb. no los mates.

[3] 59.13 Jacob: Véase 47.4 n.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*59 Lamentación y súplica individual. Dios es alcázar del salmista ante los perros que merodean por la noche y siembran el terror con sus aullidos.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Sal 54:7.

Torres Amat (1825)



SALMO 59 (58)

[6] Invocación contra los enemigos, confiando en el poder de Dios.

Jünemann (1992)


10 g. Lo.