Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 72 (Vg 71): Los Días Venturosos del Mesías.
L a ocasión de composición de este bello poema parece ser la entronización de algún rey. El poeta desea al nuevo soberano los mejores augurios, y en sus expresiones se reflejan las esperanzas mesiánicas del pueblo israelita, que veía en los reyes de la dinastía los eslabones que llevaban al gran Rey de los tiempos ansiados del futuro ideal y glorioso. Por eso, en la perspectiva del salmista se mezcla la realidad presente y la del futuro mesiánico. Las frases son por ello hiperbólicas, y las situaciones se idealizan. En este sentido, el salmo es sólo indirectamente mesiánico, en cuanto que el poeta ve en el nuevo rey entronizado el eslabón que lleva hacia la culminación de la dinastía davídíca en la persona del Mesías.
Podemos distinguir cuatro partes en este salmo:
a) deseo para el rey de una justicia perfecta y una paz indefectible (1-4);
b) descripción del reino eterno y universal mesiánico (5-11);
c) especial solicitud con los humildes y menesterosos (12-15);
d) fertilidad edénica y gloria del rey (16-17). Finalmente, se añade la doxología a la colección de salmos davídicos (18-19).
Literariamente, el poema es una mezcla de plegaria y de manifestaciones oraculares sobre el futuro mesiánico, y así, los verbos oscilan entre el optativo y el futuro. El estilo es vivido, salpicado de matáforas frescas y expresivas; pero el ritmo es poco regular.
El título lo atribuye a Salomón. Como hay concomitancias con diversos textos bíblicos de diferentes épocas1, los autores más bien retrasan la composición del poema, aunque en general no hay dificultad en admitir un núcleo primitivo anterior al exilio, cuando la monarquía israelita sintetizaba las esperanzas de grandeza del pueblo elegido.
La justicia perfecta y la paz indefectible (1-4).
1
De Salomón. Otorga, ¡oh Dios! al rey tu juicio, y tu justicia al hijo del rey, 2
para que juzgue a tu pueblo con justicia, y a tus oprimidos con equidad. 3
Aporten los montes la paz para el pueblo, y los collados la justicia. 4
Haga justicia a los oprimidos del pueblo, salve a los hijos del menesteroso y quebrante a los opresores. Al desfilar el cortejo de la entronización de un nuevo rey, el poeta llevado de los íntimos sentimientos que embargan a las almas justas desea en nombre del pueblo lo más ansiado del corazón humano:
justicia y
paz. El rey, como representante de Dios, es el encargado de dar a cada uno lo que le pertenece,
juzgando con
equidad y protegiendo contra los opresores a los
menesterosos y desvalidos de la sociedad 2. El salmista, pues, pide a Dios que otorgue al joven soberano el sentido de la equidad. Consecuencia de la justicia es la
paz: el orden que surge del equilibrio de derechos y deberes entre los ciudadanos; el poeta ansia que esta
paz y esta justicia broten como floración espontánea y abundante en las laderas de las colinas de Judá. Los hagiógrafos con gran sentido poético de la naturaleza- suelen asociar las manifestaciones de ésta a la vida social de su pueblo. En los tiempos mesiánicos, todo se transformará en beneficio de los ciudadanos de la nueva teocracia 3. El salmista ansia que la
paz y la
justicia surjan espontáneamente como un producto natural del suelo4. Las expresiones son poéticas, pero incluyen un sentido profundo moral, ya que expresan las ansias de equidad y de tranquilidad del pueblo, que serán características de los tiempos mesiánicos5. En
Isa_11:3-9 se dice del Mesías: No juzgará por vista de ojos ni argüirá por oídas de oídos, sino que juzgará en justicia al pobre y en equidad a los humildes de la tierra. Y herirá al tirano con los decretos de su boca, y con su aliento matará al impío. La justicia será el cinturón de sus lomos, y la fidelidad el ceñidor de su cintura. El salmista, pues, se hace eco de estas esperanzas de justicia, tan arraigadas en el corazón del hombre y en las ansias de rehabilitación del pueblo oprimido. Sus versos son así una invitación al nuevo rey a reflexionar sobre sus deberes primordiales como juez del pueblo y representante de Yahvé. En su actuar
debe acercarse al ideal de los tiempos mesiánicos.
La idealización del reino mesiánico (5-11).
5
Que dure tanto como el sol y (permanezca) ante la luna de generación en generación. 6
Que descienda como la lluvia sobre el césped, como aguaceros que riegan la tierra. 7
Florezca en sus días la justicia y haya mucha paz mientras dure la luna, 8
Que domine de mar a mar, del río hasta los confines de la tierra6
. 9
Ante El se inclinarán los habitantes del desierto7
y sus enemigos morderán el polvo. 10
Los reyes de Tarsis y de las islas le ofrecerán sus dones, y los soberanos de Sheba y de Sabá le pagarán tributo. 11
Postraránse ante él todos los reyes y le servirán todos los pueblos. El entusiasmo del poema le hace desear al nuevo soberano largos días de vida, tantos como el sol y la luna 8. Las expresiones son hiperbólicas y encajan dentro del estilo áulico poético de las conmemoraciones solemnes de la vida del rey. Pero la mente del salmista que tiene una visión teológica de la historia de su pueblo y ve en el actual nuevo rey un paso hacia el Rey ideal de los tiempos mesiánicos se proyecta hacia la etapa definitiva del pueblo elegido, y su imaginación oriental se dispara incontrolada para describir idealmente la futura época tanto tiempo anhelada por los yahvistas, que vivían de las promesas divinas: abundantes lluvias, paz edénica duradera, conforme a los vaticinios de los profetas 9; su dominio se extenderá de
mar a mar (desde el mar Muerto al Mediterráneo) 10 y
desde el río (el Eufrates) n
hasta los confines de la tierra. La perspectiva se amplía, y la mente del salmista se proyecta sobre el universalismo de los tiempos del Mesías. Los pueblos paganos
bestias del desierto le rendirán pleitesía, y los que se obstinen en hacerle oposición tendrán que
morder el polvo 12. Los reyes de la lejana
Tarsis en la desembocadura del Guadalquivir: Tartessos de los griegos 13 y los de las
islas o ciudades costeras del Mediterráneo 14, juntamente con los soberanos árabes de
Sheba y Soba 15, vendrán a entregar sus tributos. Es justamente lo que se anuncia en los vaticinios gloriosos de la segunda parte del libro de Isaías: el reconocimiento universal de la preeminencia mesiánica del pueblo judío, simbolizado
en su Rey ideal, el Mesías.
Especial solicitud por los menesterosos (12-15).
12
Porque salvará al indigente que implora y al pobre que no tiene quien le ayude. 13
Tendrá piedad del débil y del menesteroso y salvará las almas de los pobres. 14
Rescatará sus almas de la opresión y de la violencia, y será preciosa su sangre a los ojos de él. 15
Que viva, pues, y désele oro de Sheba; que se ore por él continuamente y que se le bendiga todo el día. Llevado del sentido de la equidad, el Rey ideal sabrá salir por los derechos de los desvalidos 16; no será altanero, a pesar de sentirse honrado por todos los reyes de la tierra, sino que, al contrario, estará al servicio de los más necesitados de la sociedad. Su brazo estará siempre dispuesto a
salvar ¡as almas o las vidas de los necesitados (v.13), librándolos
de los opresores y exactores. Los déspotas orientales favorecen a los ricos que les adulan y ofrecen presentes; en cambio, el Rey futuro de Israel se preocupará justamente de los que no pueden ofrecerle nada. No permitirá que se les oprima, y menos que se les quite la vida, porque
será preciosa su sangre, ante sus ojos l7, y no permitirá que se derrame impunemente 18. Con esta su conducta magnánima y generosa, el Rey se granjeará la estimación de los humildes, los cuales
oraran por él incesantemente y le
bendecirán 19.
Fertilidad edénica y gloriosa del rey (16-17).
16
Habrá abundancia de trigo en el país; en las cimas de los montes ondularán las mieses como (árboles del) Líbano y florecerán en las ciudades como la hierba de la tierra 17
Será su nombre bendito por siempre; durará mientras dure el sol, i y se bendecirán en él todas las familias de la tierra 20
, y todas las naciones le aclamarán bienaventurado. Los vaticinios profetices hablan de abundancia de cosechas en los tiempos mesiánicos21. El salmista recoge esta tradición y, con bella hipérbole, presenta los trigos altos como árboles del Líbano, dominando las colinas y valles, mientras la población se multiplicará en las ciudades como la
hierba de la tierra. Todos se sentirán felices en la nueva situación y
bendecirán al que atrae la
excepcional protección de Dios sobre el pueblo; y en él se bendecirán todas las familias de la tierra, según la antigua promesa hecha a Abraham 22.
Nadie se sentirá ajeno a la felicidad de los tiempos mesiánicos.
Doxología final (18-20).
18
Sea bendito el nombre de Yahvé, Dios de Israel, el único que hace maravillas. 19
Y bendito sea por siempre su glorioso nombre, y llénese de su gloria toda la tierra. Amén. Amén. 20
Aquí acaban las preces de David, hijo de Jesé. Esta es la doxología acostumbrada, que cierra cuatro libros o colecciones del Salterio, y por eso se considera añadida al salmo. Con ella se cierra el
segundo libro o colección de salmos, davídicos en su mayor parte 23.
Yahvé es el Dios único, que, como tal, hace portentos y
maravillas en favor de su pueblo y de los que le son fieles 24. Su
nombre glorioso es el reflejo de su majestad y es prenda de salvación para el que en El se confía.
Toda la tierra debe dejarse penetrar e invadir de
su. gloria o manifestación esplendente de su poder y magnificencia. A estas aclamaciones del coro respondia
el pueblo;
Amén. Amén, que incluyen la idea de asentimiento y entrega 25.
El compilador añade:
Aquí acaban las preces de David, sin duda para distinguirlas de los salmos que siguen, adscritos a la familia de Asaf. En los libros cuarto y quinto vuelven a aparecer salmos da vícheos;
La tradición judeo-cristiana ha entendido este salmo en sentido mesiánico. Así se declara en el Targum26.
Los Santos Padres comúnmente ven en este rey cantado en el salmo al Mesías 27. Los autores católicos, sin embargo, no convienen en determinar si ha de entenderse su mensaje mesiánico en sentido directo literal o indirecto típico 28. Por nuestra parte, creemos que el salmista, con ocasión de la entronización de un nuevo rey, ha proyectado
sus esperanzas mesiánicas, conforme a la tradición de los vaticinios proféticos, viendo en él la continuación de la dinastía davídica, que habría de culminar en la aparición del
Mesías, el Rey por excelencia, a quien únicamente se pueden aplicar las expresiones universalistas del poema.
1 Cf,
Gen_12:3;
Gen_18:16;
Gen_22:18;
Exo_23:31;
Job_29:12;
Isa_32:1;
Isa_60:6-9; Zae 9:10. 2 Cf. Is-11 3s; 32:1s. En el prólogo del
Código de Hammurabi dice éste: Entonces El y Bel me llamaron... para promover el bien de los hombres, para hacer valer el derecho en el país, para exít uuinar al prrverso, para impedir que t-l podrioso oprima al débil, para aparecer ante los hombre3 Cf, )1 4:111; Ara 9:11. 5 Cf,
Isa_2:4;
Isa_9:5-6;
Isa_11:7 ;
Isa_12:15-20;
Zac_9:10, 4 Cf.
Isa_45:8;
Isa_65:11;
Sal_85:12. c Cf.
Zac_9:10. 7 Lit. el
TM: <'Las bestias del desierto. LXX y Vg: Aetiopes. Cf.
Isa_13:21;
Isa_34:14;
Jer_50:39;
Eze_34:28 : en estos textos se aplica a los estados vencidos paganos. 8 Cf.
1Re_1:31 : ¡Viva el rey por siempre!; fraseología áulica asirobabilónica encontramos frases similares: ... Que Asaradón viva largos días...; tía a su trono la solidez de la roca, mientras que existan el cielo y Id tierra haz estable bu reino (C. Jean,
Le Milieu Biblique II p.soy). Cf. ibid., p.395. 9 Cf.
Ose_6:3;
Isa_55:10-11;
Deu_32:2;
Job_29:22-23. 10 Cf. Ex 23:31- 11 Cf. Gen 15.18;
1Re_5:1.4; Zar ojo; Fíelo 44:21. 12 Cf. Is 4g,23;
Miq_7:17. 13 Cf. A, Vaccari (Roma 1025) p.135, 14 Cf.
Isa_23:6;
Sal_96:1;
Isa_42:4;
Sof_2:11;
Jer_31:10. 15 Cf.
Gen_10:7;
1Re_10:1s;
Isa_60:6;
Jer_6:2;
Eze_27:22;
Isa_43:3;
Isa_45:14. 16 Cf.
Sal_40:2;
Sal_82:4;
Isa_10:2;
Amo_4:1. 17 Los LXX, Teod. y Vg leen su nombre en vez de su sangre (cf. Sal 9,ô). 18 Cf.
Sal_116:14; Sam 26:21;
2Re_1:13. 19 Cf.
Sal_20:1s;
Sal_61:7-8;
Sal_63:12. 20 Familias de la tierra falta en el Ttvf, pero está en los LXX. 21 Cf.
Isa_30:23;
Exo_34:26; ; Jl 4,T8;'
Amo_9:13. 22 Cf.
Gen_12:3. 23 Cf.
Sal_41:14; Sq.qr;
Sal_106:47. 24
Cf.
Sal_86:9;
Sal_136:3;
Job_9:1 25 Cf.
Sal_106:47. 26 Véase
Paráfrasis caldea, com. al v.1. 27 Cf. San Atanasio,
Expos. in Ps. 71: PG 27:323; San Jerónimo,
In Ps. 71: PL 26, 1089; San Agustín,
Enarrat. in Ps, 71: PL 36:901. 28 Véase M. J. Lagrance: RB 14 (1905) 45; L. Dennefeld: DTCh X (1929) 1456; E. Ceuppens,
De prophetiis messianicis in ?.?. (Roma 1935) 417; J. Calés, o.c., I 687; E. Po-Dechard, O.C., í 313.
Libro Tercero.
L a mayor parte de esta nueva colección de salmos lleva el nombre de Asaf, que era uno de los músicos levitas de los tiempos de David 1. En general, se caracterizan por ser poco personales, pues se interesan, sobre todo, por lo común de la nación. Además, tienen un marcado sello profetico, con lo que implica esto de vida interior no formalista: Dios es el Juez que gobierna la historia de los pueblos. Se destaca el esquema teológico de la historia de Israel, sin aludir mucho a la legislación sinaítica.
Yahvé es el Pastor de Israel. Como tal, le condujo a través de la estepa y le guía después como nación organizada. Suspira por la unión de todas las tribus* para constituir de nuevo el único rebano de Yahvé.