Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 8. Himno al Creador.
E l salmista contempla las maravillas de la creación: el cielo estrellado, el reflejo plateado de la luna, los animales al servicio del hombre, y las bocas de los tiernos infantes, que, pendientes de los pechos de sus madres, proclaman la grandeza y providencia del Creador. Es como un comentario poético a la obra de la creación narrada en Genesis..
El ser humano es el representante de Dios en la obra de la creación. Todo ha sido creado al servicio del hombre, y éste al servicio de Dios, por estar hecho a imagen y semejanza suya 1. El salmista, lejos de reconocer como divinidades a los astros y a la misteriosa transmisión de la vida, lo presenta todo como obra del único Dios del universo, que gobierna todas las cosas con número, peso y medida. 2 El poeta, extasiado ante tanta grandeza cósmica, se admira de que el Creador omnipotente
se preocupe de un ser tan insignificante como el ser humano. Sin embargo, éste es el rey de la creación por llevar el sello de lo divino en su alma.
El título atribuye esta composición también a David. Sin embargo, no pocos críticos, por razones estilísticas (empleo de la frase nuestro Señor..., consideran el salmo de la época persa 3. La división estrófica es cuatripartita, teniendo cada estrofa dos dísticos.
La grandeza de Yahvé en toda la tierra (1-3).
1
Al maestro del coro. A la getea. Salmo de David, 2
Yahvé, Señor nuestro, ¡cuan magnífico es tu nombre en toda la tierra! ¡Tú, cuya majestad es celebrada sobre los cielos! 4
3
Por la boca de los niños y de los que maman has dado argumento contra tus adversarios, i para reducir al silencio al enemigo y al rebelde 5
. La Vg, siguiendo a los LXX, traduce: In finem pro torculari-bus. En ese supuesto, este salmo se debía recitar al son de una conocida canción que se cantaba cuando se pisaban los racimos o aceitunas en el-lagar, o que empezaba con la palabra
haggittoth, que significa lagares de vino o de aceite. Si se lee
hagghittith, entonces puede aludirse a una canción de la ciudad filistea
Geth o a un instrumento músico procedente de la misma.
El himno se abre con una antífona, cantada sin duda por un coro general en los oficios litúrgicos: los cielos y la tierra proclaman la grandeza de su ser personal6. Esta antífona introductoria parece ser adición redaccional litúrgica, pues aquí parece que habla la comunidad (Señor
nuestro),
mientras que en las estrofas siguientes es un individuo el que habla. Por otra parte, la estructuración estrófica del poema se organiza prescindiendo de esta antífona inicial (v.2a).
Esta gloria y magnificencia de Dios reflejada en los cielos y la tierra es tan manifiesta que hasta los mismos niños y aun los que
maman se dan cuenta de ello, dando con ello un
argumento o prueba de su existencia a los
adversarios, que, confundidos ante este clamor universal, quedan reducidos al silencio. La expresión del salmista es hiperbólica, pero bien significativa para dar a entender la esplendorosa magnificencia de la obra de la creación, que a su vez es reflejo de la grandeza del Creador: hasta los niños de pecho se dan cuenta de ello. Fina ironía contra los esprits forts y autosuficientes de su tiempo, que cerraban los ojos a tanta grandeza. Jesús, al entrar triunfante en Jerusalén, recuerda este texto para confundir a los escribas y fariseos, que obcecados por el orgullo y sus intereses personales no sabían reconocer al Mesías, mientras lo proclamaban tal los niños de la calle 7.
Grandeza del firmamento y pequeñez del hombre (4.-5)
4
Cuando contemplo los cielos, obra de tus manos; la luna y las estrellas, que tú has establecido... 5
¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que de él te cuides? El poeta se extasía ante la grandeza de los cielos en una noche estrellada. La
luna y las
estrellas, lejos de ser divinidades, son unas simples lámparas puestas por Dios al servicio del hombre para separar el día de la noche y servir de señales a estaciones, días y años...8 Son un reflejo del poder y sabiduría divinos, puesto que las
ha establecido con una finalidad concreta, que no han de traspasar. La belleza de una noche estrellada es el reflejo de la gloria y grandeza de Dios, que se asienta sobre los astros en los cielos de los cielos 9, desde donde contempla a los hombres, pequeños como langostas10. Y, sin embargo,
el Dios omnipotente, que dirige el curso de los astros como Dios de los ejércitos siderales, se
acuerda del hombre, que es todo debilidad e inconsistencia n. En
Job_7:17-18 se recoge el mismo pensamiento, si bien se da una argumentación irónica: ¿Qué es el hombre para que en tanto le tengas y pongas en él tu atención, para que le visites cada día y a cada momento le pruebes? Esto indica que esta consideración de la Providencia divina sobre el hombre era uno de los temas de los círculos sapienciales, de los que se hace eco aquí el salmista.
Grandeza del hombre frente al universo (6-7).
6
Y lo has hecho poco menor que Dios 12
, le has coronado de gloria y honor. 7
Le diste el señorío sobre las obras de tus manos, todo lo has puesto debajo de sus pies. A pesar de su pequenez, Dios le ha asociado a su dominio sobre las criaturas, haciéndole
poco menor que Dios. En
Gen_1:26, el hagiógrafo pone en boca de Dios la siguiente afirmación: Hagamos al hombre a
nuestra imagen y
semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todas las bestias de la tierra y sobre cuantos animales se mueven sobre ella. Dios, pues, creó al hombre como
vicario suyo y representante por encima de todos los seres creados. En esto se funda su
imagen y semejanza con el Creador, según la interpretación de los Padres griegos, aunque este poderío y semejanza con lo divino hay que buscarlo en su naturaleza racional, dotada de las facultades de dominio por excelencia, la inteligencia y la voluntad. Esta es la
corona de honor y de gloria por la que se acerca a lo divino:
hecho poco menor que Dios. La frase es hiperbólica, y en la mentalidad monoteística escrita del A.T. encuentra su sentido aproximativo dentro de una expresión entusiasta de un poeta. Como lugarteniente del mismo Dios en la creación,
tiene el señorío sobre todo lo creado, pues todo ha sido puesto debajo de sus pies. Esto indica la grandeza espiritual del hombre frente a todo, a pesar de su insignificancia corporal13.
El reino animal bajo el dominio del hombre (8-10).
8
Las ovejas, los bueyes, todo juntamente, y todas las bestias del campo; 9 las aves del cielo, los peces del mar, todo cuanto corre por los senderos del mar. 10
Yahvé, Señor nuestro, ¡cuan magnífico es tu nombre en toda la tierra! Es una explicitación de la declaración anterior, pues se concreta en qué consiste el
señorío o
corona de gloria del hombre: su dominio sobre el reino animal que está a su servicio. Es la reiteración de la proclama solemne de
Gen_1:28 : Creced y multiplicaos y henchid la tierra, sometedla, y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra.
Ante el despliegue grandioso de la Providencia divina sobre el hombre, rey de la creación, el salmista repite la antífona o estribillo con que se inició la composición: grande es el
nombre de Dios en toda la tierra (v.10). La frase tiene el aire de adición o adaptación al servicio litúrgico, y parece reflejar la respuesta del coro o pueblo, que con esta proclamación solemne se unía al canto del salmista, desbordante de lirismo y religiosidad.
1
Gen_1:27. 2 Sab 11:21. 3 Así E. Podechard, o.c., 46. 4 Lit. el TM: Tú que das tu alabanza sobre los cielos. 5 Podechard traduce: Tu gloria sobre los cielos es cantada por la boca de los niños y de los que maman; tú has edificado una
fortaleza a causa de tus agresores para reducir al enemigo y al rebelde. Así, más o menos, la
Bib. de Jér. En este supuesto,
fortaleza aludiría a la bóveda celeste, inaccesible a los enemigos de Dios, y, por tanto, es inexpugnable. De ahí la inutilidad de los esfuerzos de éstos por oponerse a él. 6 Cf.
Sal_148:73;
Sal_96:73;
Sal_97:6;
Sal_98:43. 7 Cf.
Mat_21:15-16. 8
Gen_1:14. 9
Sal_113:16. 10
Isa_40:22. 11 Las palabras heb.
'enosh (hombre),
ben-'adam (hijo de hombre), aluden a su complexión débil, como formado de la arcilla
('adamah). 12 Los LXX y la Vg traducen
'elohim por ángeles. En realidad, la palabra heb.
'elohim ne el sentido genérico de ser divino en general, y sólo cuando va acompañada de artículo igna al Dios verdadero de los hebreos. Sin artículo, en la Biblia puede designar ángeles u nombres, que por sus funciones públicas, como los jueces, representan a la divinidad 13 p45:17; 29:l 14 Cf. y autor de la EPístola a los Hebreos aplica el texto a Cristo, siguiendo la versión de 'S i -ËË: Hicístelo poco menor que a los
ángeles.