Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 87 (Vg 86): La Gloria de la Jerusalén Mesianica.
E sta composición tiene el aire de un himno procesional, en el que intervienen las voces de los peregrinos que se sienten dichosos al pisar el suelo sagrado de la ciudad santificada por la presencia de Yahvé y centro de la comunidad teocrática israelita. Iluminados por los antiguos vaticinios mesiánicos, la ciudad aparece a sus ojos como centro de la nueva teocracia futura mesiánica, a la que tendrán acceso gentes nacidas en Mesopotamia, Egipto, Filistea y Etiopía. Las expresiones tienen un aire profético, y se distinguen por el estilo vigoroso, lleno de lirismo arrebatador. Es terso, abrupto, enigmático, semejante a un oráculo profético...1 Sión es presentada como la metrópoli del reino universal de Yahvé, al que los miembros de todas las naciones tienen acceso como ciudadanos de la teocracia gloriosa: la ciudadanía de Sión es conferida a todos como si hubieran sido nacidos en la ciudad santa. La perspectiva, pues, del salmista empalma con las grandes profecías universalistas mesiánicas 2.
Los eternos rivales de Israel reconocerán la soberanía de Yahvé y se sentirán dichosos de formar parte de la nueva teocracia, con Sión por capital. Jerusalén se convierte así en la ciudad de Dios y madre de los pueblos: la orgullosa Egipto, la antigua Babilonia, Tiro, la reina del comercio, y hasta la lejana Etiopía se sentirán llamadas a formar parte del nuevo orden de cosas. Este universalismo empalma con las más brillantes profecías mesiánicas. Aunque no pocos críticos modernos traten de minimizar este horizonte universalista, proponiendo que el salmista piensa sólo en los judíos de la diáspora, sin embargo, la mención de Etiopía y de Tiro parecen más bien suponer que el pensamiento del hagiógrafo se dirige a los gentiles de estas regiones, en otro tiempo hostiles al pueblo de Dios,
En los vaticinios de la última parte del libro de Isaías se alude a esta vinculación de todos los pueblos a Sión como madre de todas las naciones; es la perspectiva del salmo, cuya composición habrá de ponerse en la época persa, justamente en los tiempos en que fueron redactados los vaticinios del Trito-Isaías.
El universalismo se va abriendo paso frente al particularismo judaico, como se reflejará en la literatura sapiencial didáctica de los últimos tiempos del judaísmo.
Sión, ciudad de Dios y madre de los pueblos.
1
De los hijos de Coré. Salmo-cántico 3
. Fundación suya sobre los santos montes. 2
Ama Yahvé las puertas de Sión más que todas las moradas de Jacob. 3
Muy gloriosas cosas se han dicho de ti, ciudad de Dios. Selah. 4
Contaré a Rahab y a Babilonia entre los que me conocen; he aquí a la Filistea y a Tiro juntamente con Etiopía. ¡Estos allí nacieron! 5
Y Sión dirá: Este y el otro han nacido en ella4
, y es el Altísimo el que la sostiene. 6
Inscribirá Yahvé en el libro de los pueblos: Este nació allí. Selah. 7
Y cantarán saltando de júbilo: En ti están mis fuentes todas. Jerusalén tiene un título único de honor: ha sido fundada por el propio Dios sobre los
montes santos, las colinas de Sión y Moría, sobre las que se asentaba la primitiva ciudad 5. Para el salmista, la vida de la ciudad santa comienza con el establecimiento de Yahvé en la colina de Sión6. Jerusalén, en realidad, es una ciudad muy antigua, que en las cartas de Tell Amarna (s.XV a.C.) se la llama Urusalimu. Al ser tomada a los jebuseos por David, se le cambió el nombre en ciudad de David.7 Después de la edificación del templo de Salomón, se convirtió en centro religioso excepcional para todos los israelitas. Más tarde, en el 621 a.C., Josías lo declaró
santuario único nacional 8.
El salmista desahoga líricamente sus sentimientos de devoción para con la ciudad santa por excelencia, y contempla las
puertas de Sión rebosantes de peregrinos procedentes de todas partes. Es en ellas en las que Yahvé tiene sus complacencias por encima de todas las
moradas o localidades de Jacob-Israel.
Es la ciudad de Dios, que tiene los destinos más gloriosos, conforme a lo que se dice en
Sal_48:3 : El monte de Sión, delicia de toda la tierra, se yergue bello al lado del aquilón de la ciudad del gran rey. El salmista piensa en las profecías mesiánicas que hablan del esplendor de la futura Jerusalén 9, y por eso dice con énfasis:
Muy gloriosas cosas se han dicho de ti, pues es la
ciudad de Dios 10. Siguiendo el estilo oracular profético, habla Dios, declarando la universalidad de las gentes que acuden a la ciudad santa. De todas partes le
conocen y admiten su soberanía: de Egipto, designado con el nombre de
Rahab monstruo marino que personificaba a la nación del Nilo 11 ; de
Babilonia, de Fenicia (Filistea y Tiro) y de
Etiopía se acercarán a Sión para rendir homenaje a Yahvé como único Dios. Es el eco de los vaticinios mesiánicos universalistas de los profetas 12. Yahvé los reconoce solemnemente como nacidos en Sión: Estos
allí nacieron (v.4c). Por este decreto adquieren todos los derechos y privilegios de los oriundos de Jerusalén: son ciudadanos de Sión.
El salmista, haciéndose eco de las palabras divinas antes formuladas, comenta el gran honor que han recibido todos:
Este y el otro han nacido en ella. Esta nueva ciudadanía es obra del propio Dios, y por ello indestructible, como la misma ciudad: es
el Altísimo el que la sostiene (v.5).
Para que nadie pueda disputar los derechos a los nuevos ciudadanos, Yahvé los inscribirá en el
registro de los pueblos: Este nació allí (v.6). Con un bello antropomorfismo, el poeta presenta a Dios haciendo cuidadosamente el censo de los pueblos y declarando públicamente el cambio de ciudadanía de los prosélitos que se. acercan a Sión para recibir los derechos de los nacidos en ella. Uno detrás de otro, escribe: Este
nació allí13.
Los nuevos ciudadanos responden a esta iniciativa de Dios con un canto de alabanza:
En ti están mis fuentes todas (v.7). La expresión es enigmática, y hay que relacionarla con las fuentes de salvación de
Isa_12:3 14 Yahvé, y por El la ciudad santa, es la fuente de alegría y de felicidad de los que se acercan a El y le reconocen como Soberano. La expresión de los nuevos ciudadanos tiene eco en los peregrinos de todos los tiempos, que se suman a las manifestaciones profesionales y cantan la gloria de Jerusalén, morada de Yahvé.
1 A. F. Kirkpatrick, o.c., 518. 2 Cf.
Isa_2:2-4;
Miq_4:1-3; Ts ?? ,?? ;
Miq_18:7;
Miq_18:19, tos; 44:5; 6o:1s;
Sof_2:2-3, ? -?? ;
Zac_2:11;
Zac_2:8.20-23. 3 Sobre el sentido de los Títulos véase ccm. a 84:1; 73:1; 75:1, 4 La.s /i/6.
de Jet., siguiendo a los J_XX: Mas a Sión le dirá cada uno: Madre, porque en ella es nacido cada uno. Calés: A Sión se dirá: Madre, ¡cuántos hombres han nacido! 5 Quizá santos montes sea un plural poético para designar al monte por excelencia, Sión. 6 Cf.
2Sa_6:1. 7 Cf. 2 Sam 5:1s. 8 Cf.
2Re_23:1s;
Sal_68:17;
Sal_132:13;
Sal_48:2-3;
Sal_76:3. 9 Cf.
Isa_2:2s;
Isa_51:9;
Isa_11:10;
Isa_16:205; Sal 6o:1s. 10 Cf.
Sal_48:3. 11 Cf.
Isa_30:7.
Rahab es símbolo también del caos primitivo (
Sal_89:11), 12 La conversión de las gentes ha sido anunciada en
Isa_2:2-4;
Miq_4:1-2; Is éé,éï;
Miq_19:25;
Miq_44:5;
Miq_44:49.12.21. 13 Sobre los registros de los ciudadanos véase
Sal_69:27;
Isa_4:3;
Eze_13:9;
Esd_2:62. 14 Cf.
Sal_36:8s;
Sal_84:5;
Eze_47:1;
Joe_3:18;
Zac_14:8.