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Cuando me presentaron la mesa, con numerosos manjares, dije a mi hijo Tobías: «Hijo, ve a buscar entre nuestros hermanos deportados en Nínive a algún indigente que se acuerde del Señor y tráelo para que coma con nosotros. Te esperaré hasta que vuelvas, hijo mío.» (Tobías 2, 2) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

(2:1) καὶ ἐπὶ Σαχερδονος βασιλέως κατῆλθον εἰς τὸν οἶκόν μου καὶ ἀπεδόθη μοι ἡ γυνή μου Αννα καὶ Τωβιας ὁ υἱός μου καὶ ἐν τῇ πεντηκοστῇ τῇ ἑορτῇ ἡμῶν ἥ ἐστιν ἁγία ἑπτὰ ἑβδομάδων ἐγενήθη μοι ἄριστον καλόν καὶ ἀνέπεσα τοῦ ἀριστῆσαι
(2:2) καὶ παρετέθη μοι ἡ τράπεζα καὶ παρετέθη μοι ὀψάρια πλείονα καὶ εἶπα τῷ Τωβια τῷ υἱῷ μου παιδίον βάδιζε καὶ ὃν ἂν εὕρῃς πτωχὸν τῶν ἀδελφῶν ἡμῶν ἐκ Νινευητῶν αἰχμαλώτων ὃς μέμνηται ἐν ὅλῃ καρδίᾳ αὐτοῦ καὶ ἄγαγε αὐτὸν καὶ φάγεται κοινῶς μετ’ ἐμοῦ καὶ ἰδὲ προσμενῶ σε παιδίον μέχρι τοῦ σε ἐλθεῖν
(2:3) καὶ ἐπορεύθη Τωβιας ζητῆσαί τινα πτωχὸν τῶν ἀδελφῶν ἡμῶν καὶ ἐπιστρέψας λέγει πάτερ καὶ εἶπα αὐτῷ ἰδοὺ ἐγώ παιδίον καὶ ἀποκριθεὶς εἶπεν πάτερ ἰδοὺ εἷς ἐκ τοῦ ἔθνους ἡμῶν πεφόνευται καὶ ἔρριπται ἐν τῇ ἀγορᾷ καὶ αὐτόθι νῦν ἐστραγγάληται
(2:4) καὶ ἀναπηδήσας ἀφῆκα τὸ ἄριστον πρὶν ἢ γεύσασθαί με αὐτοῦ καὶ ἀναιροῦμαι αὐτὸν ἐκ τῆς πλατείας καὶ εἰς ἓν τῶν οἰκιδίων ἔθηκα μέχρι τοῦ τὸν ἥλιον δύειν καὶ θάψω αὐτόν
(2:5) ἐπιστρέψας οὖν ἐλουσάμην καὶ ἤσθιον τὸν ἄρτον μετὰ πένθους
(2:6) καὶ ἐμνήσθην τοῦ ῤήματος τοῦ προφήτου ὅσα ἐλάλησεν Αμως ἐπὶ Βαιθηλ λέγων στραφήσονται ὑμῶν αἱ ἑορταὶ εἰς πένθος καὶ πᾶσαι αἱ ᾠδαὶ ὑμῶν εἰς θρῆνος καὶ ἔκλαυσα
(2:7) καὶ ὅτε ἔδυ ὁ ἥλιος ᾠχόμην καὶ ὀρύξας ἔθαψα αὐτόν
(2:8) καὶ οἱ πλησίον μου κατεγέλων λέγοντες οὐ φοβεῖται οὐκέτι ἤδη γὰρ ἐπεζητήθη τοῦ φονευθῆναι περὶ τοῦ πράγματος τούτου καὶ ἀπέδρα καὶ πάλιν ἰδοὺ θάπτει τοὺς νεκρούς
(2:9) καὶ αὐτῇ τῇ νυκτὶ ἐλουσάμην καὶ εἰσῆλθον εἰς τὴν αὐλήν μου καὶ ἐκοιμήθην παρὰ τὸν τοῖχον τῆς αὐλῆς καὶ τὸ πρόσωπόν μου ἀνακεκαλυμμένον διὰ τὸ καῦμα
(2:10) καὶ οὐκ ᾔδειν ὅτι στρουθία ἐν τῷ τοίχῳ ἐπάνω μού εἰσιν καὶ ἐκάθισεν τὸ ἀφόδευμα αὐτῶν εἰς τοὺς ὀφθαλμούς μου θερμὸν καὶ ἐπήγαγεν λευκώματα καὶ ἐπορευόμην πρὸς τοὺς ἰατροὺς θεραπευθῆναι καὶ ὅσῳ ἐνεχρίοσάν με τὰ φάρμακα τοσούτῳ μᾶλλον ἐξετυφλοῦντο οἱ ὀφθαλμοί μου τοῖς λευκώμασιν μέχρι τοῦ ἀποτυφλωθῆναι καὶ ἤμην ἀδύνατος τοῖς ὀφθαλμοῖς ἔτη τέσσαρα καὶ πάντες οἱ ἀδελφοί μου ἐλυποῦντο περὶ ἐμοῦ καὶ Αχιαχαρος ἔτρεφέν με ἔτη δύο πρὸ τοῦ αὐτὸν βαδίσαι εἰς τὴν Ἐλυμαΐδα
(2:11) καὶ ἐν τῷ χρόνῳ ἐκείνῳ Αννα ἡ γυνή μου ἠριθεύετο ἐν τοῖς ἔργοις τοῖς γυναικείοις
(2:12) καὶ ἀπέστελλε τοῖς κυρίοις αὐτῶν καὶ ἀπεδίδουν αὐτῇ τὸν μισθόν καὶ ἐν τῇ ἑβδόμῃ τοῦ Δύστρου ἐξέτεμε τὸν ἱστὸν καὶ ἀπέστειλεν αὐτὸν τοῖς κυρίοις καὶ ἔδωκαν αὐτῇ τὸν μισθὸν πάντα καὶ ἔδωκαν αὐτῇ ἐφ’ ἑστίᾳ ἔριφον ἐξ αἰγῶν
(2:13) καὶ ὅτε εἰσῆλθεν πρός με ὁ ἔριφος ἤρξατο κράζειν καὶ ἐκάλεσα αὐτὴν καὶ εἶπα πόθεν τὸ ἐρίφιον τοῦτο μήποτε κλεψιμαῖόν ἐστιν ἀπόδος αὐτὸ τοῖς κυρίοις αὐτοῦ οὐ γὰρ ἐξουσίαν ἔχομεν ἡμεῖς φαγεῖν οὐδὲν κλεψιμαῖον
(2:14) καὶ λέγει μοι αὐτή δόσει δέδοταί μοι ἐπὶ τῷ μισθῷ καὶ οὐκ ἐπίστευον αὐτῇ καὶ ἔλεγον ἀποδοῦναι τοῖς κυρίοις καὶ προσηρυθρίων χάριν τούτου πρὸς αὐτήν εἶτα ἀποκριθεῖσα λέγει μοι καὶ ποῦ εἰσιν αἱ ἐλεημοσύναι σου ποῦ εἰσιν αἱ δικαιοσύναι σου ἰδὲ ταῦτα μετὰ σοῦ γνωστά ἐστιν

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Tobit reanuda sus obras de misericordia (2:1-9).
1 Al volver a mi casa me fueron devueltos Ana, mi mujer, y Tobías, mi hijo. Era por la fiesta de Pentecostés, la fiesta santa de las siete semanas; y habiéndome sido preparado un banquete, me recosté para comer. 2 Al ver tantos manjares, dije a mi hijo: Vete y trae al primer necesitado que encuentres de nuestros hermanos, que me recuerde al Señor; yo espero por ti. 3 Cuando volvió, dijo: Padre, uno de nuestro linaje yace en la plaza estrangulado. 4 En seguida, sin probar bocado, me lancé a la calle, le tomé y le metí en una habitación hasta que se puso el sol. 5 Vuelto a casa, me lavé y comí con tristeza, 6 porque me vino a la memoria la profecía de Amos: Vuestras fiestas se convertirán en duelo, y vuestras alegrías, en lamentaciones. 7 Lloré, y en poniéndose el sol fui a cavar una hoya en que sepultar el cadáver. 8 Los vecinos se reían de mí, diciendo: Aún no ha escarmentado; ya tuvo que huir por eso, y ahora vuelve a enterrar a los muertos. 9 Aquella misma noche, cuando acabé de darle sepultura, aun antes de purificarme, me dormí en el atrio junto al muro, quedando con el rostro descubierto.

Sobre el fondo general del cuadro histórico trazado en el capítulo I, en el cual se sigue un orden pragmático más que cronológico, desenvuelve el autor sagrado el drama que la divina Providencia dispuso en torno a la persona de Tobit. Trátase de algunos episodios particulares, que ponen en evidencia la virtud de Tobit y la Providencia divina, que no le abandona en medio de sus tribulaciones. Como prueba de que el autor no sigue un orden estrictamente cronológico, tenemos el hecho de que en la narración Deu_2:4-5 se describe una situación histórica que corresponde al reinado de Senaquerib. Para celebrar Tobit su regreso a casa y el encuentro con su mujer e hijo, dispuso un gran banquete. Al mismo tiempo que celebraba su rehabilitación, quiso Tobit solemnizar la fiesta de Pentecostés (nuestra fiesta, dice el cód. Sin.), llamada también de las Semanas (Deu_16:10; 2Cr_8:13). La fastuosidad del banquete da a entender que tuvo lugar en los días en que gozaba Tobit de una situación económica desahogada, antes de la confiscación de sus bienes (2Cr_1:20). Por otra parte, el episodio del judío muerto violentamente y abandonado en la plaza, o lugar público, recuerda los días de persecución de Senaquerib. No dice 1 texto que Tobit escondiera el cadáver en su casa, con lo cual se hubiera contaminado (Lev_11:32-35; Num_19:14), sino en una casucha (oikema, B; oikídion, Sin.), o local vecino al lugar donde yacía el muerto. Esperó a sepultarlo una vez puesto el sol, para no quebrantar el reposo del día de Pentecostés. Vuelto a su casa, se lavó sus manos y comió con tristeza de los manjares preparados en un ambiente de alegría, por recordar las palabras de Amos (Num_8:10) cuyo mensaje se reproduce libremente.

La grande prueba (Num_2:10).
10 No sabía yo que había pájaros en el muro, y, teniendo los ojos abiertos, los pájaros dejaron caer en mis ojos su estiércol caliente, que me produjo en ellos unas manchas blancas que los médicos no fueron capaces de curar. Por este tiempo, Ahikar proveía a mi sustento, hasta que partió para Elimaida.

Esta prueba de Tobit constituye el punto álgido de la composición literaria de esta primera parte del libro (Miller). A las penalidades que tuvo que sufrir de parte de los gobernantes y de los que se mofaban de sus obras de caridad, se añade la pérdida de la vista, con la consiguiente imposibilidad de atender a la manutención de su familia y de consagrarse, como hasta entonces, al servicio de los menesterosos.Era el día de Pentecostés por la noche. Habiendo dado sepultura a un muerto, Tobit quedóse a dormir en el patio para no contaminar su casa (Num_19:22). Otro motivo de haberse quedado en el patio fue a causa del calor sofocante, como sugiere el otro detalle de que, en contra de la costumbre general entre los orientales, durmiera con el rostro descubierto. Ignoraba Tobit que en lo alto del muro junto al cual habíase acurrucado, bajo el alero del tejado, había pájaros (strouzia, golondrinas según la Vulgata). Sucedió que, teniendo los ojos abiertos (detalle exclusivo de B), los pájaros dejaron caer sobre mis ojos su estiércol caliente, que me produjo en ellos unas manchas blancas (leukomata). El contacto de los excrementos cargados de sales amoniacales, dice Vaccari, determinaron la formación de escamas o manchas blancas en la córnea del ojo, opacándola (Num_11:12) y causando de este modo la ceguera.
Tobit considera esta circunstancia como la primera causa que contribuyó a la pérdida total de la vista. Pero, según el texto, la ceguera no se produjo instantáneamente. Los excrementos mancharon sus ojos, y, como consecuencia, notó Tobit fuerte irritación en los mismos, que fue en aumento a pesar de las curas de los médicos. Según otra versión, fueron los médicos los que, con sus intervenciones, agravaron el estado del ojo. Con el tiempo sobrevino la grave enfermedad que terminó con la ceguera total. Aquélla se manifestó por unas manchas blancas (albugo, leukoma, macula cornea) terminando por la ceguera, que Tobit sufrió por espacio de cuatro años.
El texto Sin. hace notar que la desgracia de Tobit entristecio a todos sus compatriotas. Movido a compasión Ahikar, proveyó a su mantenimiento por espacio de dos años, hasta que partió para Elitnaida (Num_1:6). Se halla esta región, con Susa por capital, entre el Tigris, las orillas del mar Pérsico y el límite sudeste de la meseta del Irán 1.

Penuria extrema y burlas de su mujer (Num_2:11-14).
11 Entonces Ana, mi mujer, se ocupaba de su casa en trabajos femeniles 12 y llevaba su labor a los amos. Estos, al pagarle una vez su salario, le regalaron un cabrito. 13 Cuando volvio a casa. yo le dije: ¿De dónde viene ese cabrito? ¿No será robado? Devuélvelo a los amos, que no es lícito comer cosa robada, 14 Ella me contestó: Es un regalo que han agregado a mi salario. Pero yo no la creía, y la instaba a que lo devolviese a los amos, enojado contra ella. Mas me replicó: ¿Dónde están tus limosnas y tus buenas obras? Ya lo ves ahora.

La situación económica de Tobit llegó a tal extremo, que su mujer Ana vióse obligada a trabajar en un lanificio para recibir un sueldo. Ana entregaba sus labores, por las cuales recibía el precio de su trabajo. Cierto día le regalaron también un cabrito. Nuestro texto no indica si Ana trabajaba en casa o fuera de ella; únicamente hace notar que, una vez terminada el trabajo, la mandaba a sus clientes. Tampoco se deduce claro si el cabrito le fue entregado como sueldo normal de su trabajo o como regalo.
Al oír Tobit los balidos del cabrito, sospechó que el animal había llegado a su casa o por extravío o por robo. Descartaba la suposición de que su mujer hubiera podido comprarlo. En ambas hipótesis, el animal debía restituirse a su dueño (Exo_23:4; Deu_22:1-3). No obstante las explicaciones de Ana justificando la procedencia del cabrito, Tobit no le daba crédito, acaso por constarle la conciencia poco escrupulosa de su mujer (Deu_5:18; Deu_10:4), en contraste con su modo recto de proceder. En la discusión, Ana se refiere a la concepción corriente entonces de que las desgracias son castigo del pecado. Con ello hiere en lo más íntimo a su marido, porque detrás de sus palabras se esconde la sospecha de que es él un pecador y de que sus buenas obras son pura hipocresía. Es manifiesto el parecido de la mujer de Tobit con la de Job; ambas, con sus impertinencias, contribuyeron a agrandar los sufrimientos de sus respectivos maridos, tan duramente probados por Dios.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter II.

1 Tobit leaueth his meate to bury the dead, 10 and becommeth blinde. 11 His wife taketh in worke to get her liuing. 14 Her husband and she fall out about a kidde.
1 Now when I was come home againe, and my wife Anna was restored vnto me, with my sonne Tobias, in the feast of Pentecost, which is the holy Feast of the seuen weekes, there was a good dinner prepared me, in the which I sate down to eate.
2 And when I saw abundance of meate, I sayd to my sonne, Goe and bring what poore man soeuer thou shalt finde out of our brethren, who is mindfull of the Lord, and loe, I tarie for thee.
3 But he came againe and said, Father, one of our nation is strangled, and is cast out in the market place.
4 Then before I had tasted of any meate, I start vp and tooke him vp into a roume, vntill the going downe of the Sunne.
5 Then I returned and washed my selfe, and ate my meate in heauinesse,
6 Remembring that prophesie [ Amo_8:10.] of Amos, as hee said; Your feasts shall be turned into mourning, and all your mirth into lamentation.
7 Therefore I wept: and after the going downe of the Sunne, I went and made a graue, and buried him.
8 But my neighbours mocked me, and said, This man is not yet afraide to be put to death for this matter, [ Jdt_1:19.] who fledde away, and yet loe, he burieth the dead againe.
9 The same night also I returned from the buriall, and slept by the wall of my court yard, being polluted, and my face was vncouered:
10 And I knewe not that there were [ Or, Swallowes.] Sparrowes in the wall, and mine eyes being open, the Sparrowes muted warme doung into mine eyes, and a [ Or, white filmes.] whitenesse came in mine eyes, and I went to the Physicians, but they helped me not: moreouer Achiacharus did nourish mee, vntill I went into Elymais.
11 And my wife Anna [ Or, was hired to spinne in the womens rooms.] did take womens workes to doe.
12 And when shee had sent [ Or, her worke.] them home to the owners, they payd her wages, and gaue her also besides a kid.
13 And when it was in mine house, and beganne to crie, I said vnto her, From whence is this kidde? is it not stollen? render it to the owners, [ Deu_22:1.] for it is not lawfull to eate any thing that is stollen.
14 [ Job_2:9.] But shee replyed vpon me, It was giuen for a gift more then the wages: Howbeit I did not beleeue her, but bade her render it to the owners: and I was abashed at her. But she replyed vpon me, Where are thine almes, and thy righteous deedes? [ Or, loe all things are knowen to thee.] behold, thou and all thy workes are knowen.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

La desgracia de Tobit. Sobre Tobit se abaten las desgracias en tres olas sucesivas: la fiesta turbada, la pérdida de la vista, la pérdida de la paz familiar. La primera provoca los comentarios burlones de los vecinos, la segunda excita la compasión de los parientes y la tercera hace estallar los reproches de su mujer. El primer comentario podría debilitar la fe de Tobit si la Escritura recordada no fortificara su convicción (2,5). El tercero, que afronta el problema de la retribución, pone a dura prueba la fe de Tobit (2,14). De la profundidad de su dolor brotará la súplica del capítulo 3. El relato procede con fluidez, velocidad y eficacia. En este capítulo, con la plegaria de 3,1-6, confluyen dos influjos patentes: El de Job, honrado e inocente, sobre quien se abaten desgracias; y las confesiones postexílicas, que en boca de un inocente adquieren nuevo sentido. Con esto se aclara la función del capítulo precedente. Tenía que quedar claro que Tobit es inocente, que sufre sin culpa, que es probado por Dios y supera la prueba. El principio de la retribución no actúa inmediata ni mecánicamente.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Deu 16:12; Deu 16:14; Deu 26:11.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



6. Amo_8:10.

10. "Elimaida" era una provincia de Persia.

14. Ver Job_2:9.

Torres Amat (1825)



[6] Am 8, 10.