Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
3. Cuarta visión.
Rehabilitación del sumo sacerdote (1-5).
1 Y me hizo ver a Josué, el sumo sacerdote, que estaba en pie delante del ángel de Yahvé y tenia a su diestra a Satán para acusarle. 2 Y (el ángel de) Yahvé dijo a Satán: ¡Que Yahvé te reprima, oh Satán, que Yahvé te reprima, pues El ha elegido a Jerusalén! ¿No es por ventura ése un tizón que acaba de ser arrebatado a la hoguera? 3 Porque estaba Josué vestido de vestiduras inmundas, y así en pie delante del ángel. 4 Este mandó, hablando a los que estaban delante de él: Quitadle las vestiduras inmundas y vestidle las vestiduras de ceremonia, 5 y poned sobre su cabeza una tiara pura. Ellos pusieron la tiara sobre su cabeza y le vistieron de las vestiduras de ceremonia, y el ángel de Yahvé, puesto en pie, le dijo: Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te he vestido de las vestiduras de ceremonia. Después de anunciar el castigo de los pueblos opresores de Judá y la rehabilitación gloriosa de ésta, el profeta concreta en esta visión cómo debe organizarse la sociedad. Tres personajes intervienen en esta escena 1: el
ángel de Yahvé, que preside la escena; el Sumo
sacerdote Josué, que es presentado como un
tizón que acaba de ser arrebatado de la hoguera (v.2), rescatado del exilio. Al lado de él aparece
Satán o el
Adversario, pues éste es significado específico de la palabra hebrea, y su oficio es probar a los hombres, acusándolos ante Yahvé2. En la escena que estudiamos parece que quiere oponerse a que se invista a Josué de nuevas vestiduras.
El
sumo sacerdote simboliza aquí a la
comunidad judía, que debe quitarse sus
vestiduras inmundas, o vicios inveterados, y revestirse de otras nuevas,
conforme a las exigencias de la nueva teocracia. Y particularmente,
Josué simbolizaba la
clase sacerdotal, cuya apostasía y olvido de sus deberes había sido causa principal del desvarío del pueblo y, en consecuencia, de la catástrofe nacional. En el nuevo estado de cosas,
el sacerdocio debe aparecer purificado ante Yahvé, que se encargará de orillar las dificultades que puedan oponerse a la instauración del nuevo orden de cosas:
Que Yahvé te reprima, ¡oh Satán! (símbolo de la oposición al pueblo elegido). (v.2). Es inútil que Satán se obstine en oponerse a la implantación de la nueva teocracia, pues Yahvé
ha elegido a Jerusalén. Pero esto exige un nivel de vida religiosamente incontaminado: por eso le quita las
vestiduras inmundas, cambiándoselas por testiduras
de ceremonia (v.4). Es la investidura solemne de Josué como sumo
sacerdote, con lo que se indicaba la restauración oficial y plena de la clase sacerdotal con sus derechos y privilegios. Contra esta resurrección plena del sacerdocio, como base de la nueva teocracia, lucha
Satán, que simboliza aquí a los enemigos del pueblo elegido. No debemos perder de vista que nos hallamos
ante dramatizaciones ideales creadas por el profeta en función de ideas a expresar.
Promesa a Josué, sumo sacerdote (6-10).
6 El ángel de Yahvé conjuró a Josué, diciendo: Así habla Yahvé de los ejércitos: 7 Si andas por mis caminos y eres fiel a mi ministerio, administrarás también mi casa y guardarás mis atrios, y yo te daré puesto entre estos que están aquí. 8 Escucha, pues, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti, pues son varones de presagio. He aquí que yo hago venir a mi siervo Germen. 9 Pues he ahí la piedra que yo he puesto ante Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos, y labraré yo mismo su escultura, dice Yahvé de los ejércitos, y aquel mismo día quitaré de la tierra la iniquidad. 10 Aquel día, dice Yahvé de los ejércitos, convidaréis cada uno a su vecino bajo la parra y bajo la higuera. Una, vez revestido de atuendos de ceremonia sacerdotales, el ángel de Yahvé invita a Josué a ser fiel a su vocación de sacerdote, administrando la
casa o templo de Yahvé; y como premio se le da un
puesto entre los que están con el
ángel de Yahvé (v.7). ¿Quiénes son estos misteriosos
asistentes? La frase es oscura y, dado el ambiente angeológico apocalíptico del fragmento, parece se insinúa que Josué, como sumo sacerdote, tendrá una misión análoga a la de los
ángeles, que rodean a Dios en el sagrado ministerio. A continuación el ángel de Yahvé se dirige enfáticamente a Josué y a sus compañeros
que se sientan delante (v.8), e.d., sus colegas de inferior grado en el sacerdocio, y les dice que serán
varones de presagio, en cuanto que simbolizan ahora la restauración plena del culto sacerdotal.
Después la atención de la escena se fija en otro personaje misterioso:
He aquí que yo hago venir a mi siervo Germen (v.8b). ¿Quién es este
Germen que aparece en plan paralelo con la clase sacerdotal, simbolizada en
Josué? El contexto parece sugerir que ese
Germen es
Zorobabel, representante de la autoridad civil y principal promotor de la reconstrucción del templo. Por el v.9 se ve que la preocupación del profeta es el remate de la obra del templo, pues se habla de una
piedra puesta por Dios
ante Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos. Es la piedra cimera del templo, objeto de la especialísima solicitud de Yahvé (
y labraré yo mismo su escultura).
Esta piedra está bajo la protección de Dios. Los
siete ojos simbolizan la atención extrema con que Yahvé la considera como objeto de su predilección 3.
Los anhelos del profeta eran la terminación del templo, lo que sería el preludio de los tiempos mesiánicos:
aquel día quitaré de la tierra la iniquidad. Después sigue el consabido cuadro idílico de los tiempos mesiánicos:
Aquel día convidaréis cada uno a su vecino bajo la parra y la higuera (v.10).
Se ha discutido el carácter
mesiánico del fragmento. Unos autores entienden la palabra
Germen en sentido estricto
mesiánico directo, como si este vocablo designara expresamente al
Mesías personal futuro 4. Estos autores alegan que la palabra
Germen en otros textos proféticos designa al
Mesías propiamente tal5. Por otra parte, Zacarías parece que habla del futuro, mientras que Zorobabel ya existía cuando hablaba; y, además, supone
que al aparecer el Mesías vendrá la inauguración mesiánica: desaparecerá la iniquidad de la tierra (v.9).
No obstante, los que sostienen que aquí
Germen se aplica a
Zorobabel6 observan legítimamente que en
Zac_6:12 la palabra
Germen se aplica ciertamente a
Zorobabel, que tiene por misión reedificar el templo. Por otra parte, el que el profeta hable en futuro es un artificio literario apocalíptico, y el hecho de que se presente la inauguración mesiánica después de terminarse el templo se ha de explicar por la falta de perspectiva histórica que es característica de la revelación profética.
No obstante, los autores católicos que sostienen que
Germen aquí designa primariamente a
Zorobabel le consideran como
tipo del
Mesías y aun su antepasado real. En
Zac_6:12 se dice: He aquí que el varón cuyo nombre es
Germen (Zorobabel) y del cual se producirá
germinación.. Sin duda que el profeta consideraba a Zorobabel como el anillo de una cadena que había de desembocar en el
Mesías1. Zorobabel era uno de los grandes representantes de la dinastía davídica, y por su misión de reorganizador de la comunidad de repatriados del exilio era tipo del gran organizador de la nueva teocracia mesiánica definitiva.
1 El texto es oscuro; hemos preferido el de los LXX, como menos retocado. En el v.2, en vez de
Yahvé, leemos con la mayoría
ángel de Yahvé, exigido por el contexto, pues de lo contrario no podría explicarse que
Yahvé dijera en
tercera persona: Que Yahvé te reprima. 2
Cf.
Job_1:6;
1Cr_21:1. 3 Hoonacker, siguiendo a Wellhausen, traduce, en vez de ojos del TM,
caras; pero parece una acepción muy rebuscada. Según su versión, las
siete caras simbolizarían la perfección de la escultura de la piedra preciosa. Nuestra versión coincide con la de la
Bible de Jérusalen. 4 Así M. J. Lagrange,
Les propheties messianiques des derniers prophétes: RB 15 (1906) p.70-72. De la misma opinión son San Jerónimo, Trochen, Crampón, Knabenbauer. 5 Cf.
Jer_23:5;
Jer_33:15. 6 Hoonacker, J. Touzard, D. Buzy (o.c., p.362-368.402-405), E. Tobac, F. Ceuppens. 7 Sobre esta profecía véanse M. J. Lagrange,
Les propheties messianiques des derniers prophétes:RB 15 (1906) p.7o-72; A. Van Hoonacker, o.c., p.6i2s; D. Buzy, Les
symboles de l'A.T. P.362s; E. Tobac,
Les prophétes d'Israel (1921) p.494s; J. Touzard: RB 12 (1913) p.28ys; L. Dennefeld,
Messianisme: DTG 10 (1920) 1486; F. Ceuppens,
De. prophetiis
messianicis ¡n Aniiqno Testamento (Roma 1935) p.435s; J, Chaine, /ntroduction
á la lecture des prophétes p.226.