Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
7. Invitación a la vida religiosa interior.
La Importancia del ayuno (1-7).
1 Sucedió que el año cuarto del rey Darío llegó la palabra de Yahvé a Zacarías, el día cuarto del noveno mes, que es el mes de Casleu. 2 Y envió Bet-El Sareser a Reguem-Melek con sus hombres para implorar el favor de Yahvé 3 y hablar con los sacerdotes de la casa de Yahvé de los ejércitos y con los profetas, diciéndoles: ¿He de afligirme yo el quinto mes y guardar la abstinencia como de tantos años lo he hecho? 4 Y llegó palabra de Yahvé de los ejércitos, diciendo: 5 Habla a todo el pueblo de la tierra y a todos los sacerdotes, diciendo: Cuando hace setenta años ayunasteis el quinto y el séptimo mes, ¿ayunasteis para mí? 6 Cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros? 7 ¿No son ésas las palabras que proclamó Yahvé por medio de los profetas primeros, cuando Jerusalén estaba habitada y tranquila, y habitadas las ciudades de en derredor suyo, el Negueb y la Sefela? Los discursos de los c.7-8 están datados casi dos años después de las visiones de los capítulos anteriores:
el año cuarto de Darío., día cuarto del mes noveno (v.1), e.d., hacia el 517 a.C., en los meses noviembre-diciembre. El c.7 se abre con una consulta que un judío 2 hizo a los representantes de la vida religiosa
(sacerdotes y
profetas) sobre la obligatoriedad del ayuno del
quinto mes (v.3), instituido para hacer luto por la destrucción de Jerusalén en 586 a.C. 3 Como había terminado el exilio, parece que debían también darse por terminadas las manifestaciones de duelo.
Zacarías responde solemnemente al enviado en nombre de Dios, pero públicamente, para que lo oigan
todo el pueblo y todos los sacerdotes. Y recuerda a los consultantes no sólo el ayuno que hacían setenta años atrás, el
quinto mes, sino también el del
séptimo mes, en memoria de la muerte de Godolías 4, gobernador de Judá, que había intentado reorganizar la nación bajo la tutela de los babilonios. La respuesta es un tanto despectiva para la práctica del ayuno como tal. En realidad, si en otro tiempo ayunaron los judíos, no era en beneficio de Yahvé, sino de ellos mismos, como, cuando comen y beben, para ellos es el provecho, no para Yahvé:
Cuando ayunasteis., ¿ayunasteis para mí? Cuando coméis., ¿no coméis para vosotros? (v.6). La interrogación es una invitación a reflexionar a los solicitantes sobre si, dadas las circunstancias actuales, deben o no prescindir de los ayunos. Ya los
profetas primeros habían hablado de la utilidad del ayuno para los que lo realizaban, y esto subsiste aún, si bien ellos daban más importancia a las disposiciones interiores del corazón respecto de Dios y del prójimo, como indica a continuación.
Beneficencia y misericordia, más importantes que el ayuno (8-14).
8 Y fue palabra de Yahvé a Zacarías, diciendo: 9 Así habla Yahvé de los ejércitos: Juzgad conforme a verdad, practicad la piedad y la misericordia hacia vuestro prójimo; 10 no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero y al pobre; no maquinéis el mal en vuestros corazones el uno contra el otro, n Pero no quisieron atender, y se hicieron hombres rebeldes y endurecieron sus oídos para oír.12 Se hicieron un corazón duro como el diamante, para no escuchar las enseñanzas y palabras que Yahvé de los ejércitos les mandaba por medio de los profetas primeros, y estalló la gran indignación de Yahvé de los ejércitos, 13 y sucedió que, así corno El los llamaba y ellos 110 quisieron oírle, llamaron luego ellos, y El no los oyó, dice Yahvé de los ejércitos, 14 y los dispersé entre todas las gentes que ellos 110 conocían, y tras ellos quedó la tierra devastada, hasta no haber quien fuese ni viniese, y tornaron en desierto la tierra deleitosa. El profeta recuerda las causas de la gran catástrofe. Dios, por sus antiguos profetas, había dado a entender que lo que más interesaba eran los sentimientos de amor y comprensión para los pobres y desvalidos, y no las meras manifestaciones exteriores de culto y aun de penitencia. Pero las exhortaciones de los antiguos profetas fueron en vano, y por ello vino la ruina de la nación 5. Siempre los enviados de Dios urgieron el cumplimiento de los deberes ético-sociales en su mayor pureza. Zacarías, pues, al declarar esto a sus contemporáneos, no hace sino colocarse en la línea de los primeros profetas, orgullo de la nación y admiración de todos. En nombre de ellos pide de nuevo que los caminos
se dirijan hacia Dios y hacia el prójimo como mejor medio de propiciación, muy superior al de los ayunos y penitencia.
1 El verso es oscuro en el original. Nuestra versión se ajusta lo más posible al TM. La
Bib. de Jér. traduce: Betel envió a Sereser con sus gentes. 2
Algunos autores han pretendido ver en ese nombre un nombre babilónico,
Bei-til-sar-usur, y en vez de
Reguem-Melek, siguiendo a la versión siríaca, algunos han leído
Rabmag, que es título de oficial en el ejército (véase S. Bullough,
Verbum Dei, II S49b). 3 Cf. Jer 52,c12s. 4 Cf. Jer 41;
2Re_25:253. 5 Cf.
Amo_5:143;
Miq_6:8;
Isa_1:16s;
Jer_5:28;
Jer_21:12;
Eze_8:18.