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Dichoso el que aguarde hasta que pasen mil trescientos treinta y cinco días. (Daniel  12, 12) © La Biblia de Nuestro Pueblo (2006)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

אַשְׁרֵ֥י‎(אֶשֶׁר)

Hebrew|ʔašrˌê|happiness

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H835] [a.gj.ab] [183a]
[אשר] [GES813] [BDB873] [HAL891]

הַֽ‎(הַ)

Hebrew|hˈa|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

מְחַכֶּ֖ה‎(חָכָה)

Hebrew|mᵊḥakkˌeh|wait

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: pi“el


[H2442] [h.ce.aa] [645]
[חכה] [GES2378] [BDB2656] [HAL2651]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יַגִּ֑יעַ‎(נָגַע)

Hebrew|yaggˈîₐʕ|touch

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il


[H5060] [n.aw.aa] [1293]
[נגע] [GES4973] [BDB5560] [HAL5445]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

יָמִ֕ים‎(יֹום)

Hebrew|yāmˈîm|day

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3117] [j.ay.aa] [852]
[יום] [GES3012] [BDB3361] [HAL3338]

אֶ֕לֶף‎(אֶלֶף)

Hebrew|ʔˈelef|thousand

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H505] [a.dt.aa] [109a]
[אלף] [GES486] [BDB512] [HAL533]

שְׁלֹ֥שׁ‎(שָׁלֹשׁ)

Hebrew|šᵊlˌōš|three

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7969] [v.du.ab] [2403a]
[שלש] [GES7980] [BDB8778] [HAL8715]

מֵאֹ֖ות‎(מֵאָה)

Hebrew|mēʔˌôṯ|hundred

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3967] [m.ac.aa] [1135]
[מאה] [GES3908] [BDB4351] [HAL4303]

שְׁלֹשִׁ֥ים‎(שָׁלֹשׁ)

Hebrew|šᵊlōšˌîm|three

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7969] [H7970] [v.du.ab] [2403a]
[שלש] [GES7980] [BDB8778] [HAL8715]

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

חֲמִשָּֽׁה‎(חָמֵשׁ)

Hebrew|ḥᵃmiššˈā|five

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2568] [h.dr.ab] [686a]
[חמש] [GES2491] [BDB2790] [HAL2779]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



12. Triunfo del Pueblo Elegido.
Este breve capítulo puede dividirse en dos partes: a) anuncio de la salvación de los fieles judíos y de la resurrección de sus muertos (1-4); b) epílogo a la revelación comenzada en 11:2 y al libro en general, con la confirmación de lo antes dicho.

Salvación de los justos y resurrección de los muertos (1-4).
1 Entonces se alzaré. Miguel, el gran príncipe, el defensor de los hijos de tu pueblo, y será un tiempo de angustia, tal como no lo hubo desde que existen las naciones hasta ese día. Entonces se salvarán los que de tu pueblo estén escritos en el libro. 2 Las muchedumbres de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la eterna vida, otros para eterna vergüenza y confusión. 3 Los sabios brillarán con el esplendor del firmamento, y los que enseñaron la justicia a la muchedumbre resplandecerán por siempre, eternamente, como las estrellas. 4 Tú, Daniel, ten en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos lo leerán y acrecentarán su conocimiento.

El profeta anuncia un último gran ataque contra el judaísmo, en el que los fieles serán protegidos por Miguel, el valedor de los intereses religiosos del pueblo judío. La perspectiva profética se extiende en un período no muy definido, pero parece que el contexto exige que el tiempo de angustia sea el de la época macabea, como veremos en seguida. No obstante, este tiempo de prueba puede considerarse como tipo de la aflicción de los justos al fin del mundo, y, en este sentido, la perspectiva puede ser de algún modo escatológica 1.
Después de esta prueba purificatoria para los justos, se salvaran los que de tu pueblo están escritos en el libro (v.1). En los capítulos anteriores, el autor sagrado habla reiteradamente del reino de los santos, que sustituirá a los imperios históricos. Sin duda que el hagiógrafo piensa aquí en la nueva teocracia mesiánica, de la que serán ciudadanos sólo los que han sido fieles, los sabios, que han vencido la prueba de la persecución y que han enseñado con su conducta y consejos a otros a vencerla. De este modo, como triunfadores, se salvarán. los escritos en el libro (v.2), o registro de la vida, en el que están inscritos los que han de sobrevivir 2. Dios lleva la contabilidad de las acciones de los judíos, y, conforme a su conducta, los inscribe o rechaza del libro de la vida. Y de esta salvación no sólo participarán los judíos que sobrevivan a la persecución después de haber sido fieles a la ley de Dios, sino que aun los muertos resucitarán, unos para recibir el galardón de la vida eterna y otros para eterna vergüenza (v.2).
La perspectiva parece limitada en este texto a los judíos y a los perseguidores, si bien no se excluye la extensión de la resurrección en un sentido más universal. Se trata de una resurrección individual, no colectiva, nacional. En Isa_26:19 hemos visto que se anunciaba una resurrección de los individuos para participar en la era mesiánica de la nueva teocracia. Ahora el autor del libro de Daniel anuncia también una resurrección de los judíos que han sufrido la persecución, leales a su ley religiosa, para participar de una vida eterna, que no se concreta más; al contrario, los que no han sido fieles a su ley o quizá los perseguidores resucitarán para eterna vergüenza y confusión. Entre los resucitados para la vida eterna destacarán los sabios, que con su palabra y ejemplo han enseñado la conducta que se debe seguir en los tiempos de persecución. Ellos han enseñado la justicia, es decir, el camino del temor de Dios y de la lealtad a sus preceptos, y como tales brillarán en la nueva era luminosa, que se abre con un fulgor comparable al de las estrellas.
Después de anunciar la distinta suerte de los justos y de los culpables, Daniel recibe la orden de mantener ocultas las revelaciones que le acaba de hacer hasta el tiempo del fin (v.4), es decir, hasta el tiempo de su cumplimiento. Esta orden, redactada en el lenguaje de los libros apocalípticos, pretende excitar la curiosidad del lector. No es necesario, pues, urgir el sentido misterioso de estas palabras. El libró puede referirse a las diversas visiones contenidas en el actual libro de Daniel o sólo a la última, que acaba de explicar, iniciada en el c. 11. Los libros apocalípticos judíos tenían un carácter esotérico, para que sólo los iniciados pudieran entenderlos. Daniel debe, pues, tener en secreto lo que acaba de ver y oír hasta que llegue la hora de su manifestación. En 8:26 se hace la misma recomendación esotérica. A medida que los hechos se vayan desenvolviendo, muchos lo leerán y acrecentarán su conocimiento 3.

Confirmación detallada de la revelación anterior (5-13).
5 Yo, Daniel, miré y vi a dos hombres que estaban en pie, el uno al lado de acá del río, el otro del lado de allá, 6 y uno de ellos dijo al varón vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin y sucederán esas maravillas? 7 Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, que, alzando al cielo su derecha y su izquierda, juró por el que eternamente vive que eso será dentro de un tiempo, de tiempos y de la mitad de un tiempo, y que todo esto se cumplirá cuando la fuerza del pueblo de los santos estuviera enteramente quebrantada. 8 Yo vi, pero, no entendiendo, pregunté: Mi señor, ¿cuál será el fin de estas cosas? 9 Y él respondió: Anda, Daniel, que esas cosas están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos serán purificados, emblanquecidos y depurados; los impíos seguirán el mal, y ninguno de los malvados entenderá, pero los que tienen entendimiento comprenderán, 11 Después del tiempo de la cesación del sacrificio perpetuo y del alzar de la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. 12 Bienaventurado el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. 13 Y tú camina a tu fin y descansarás, y al fin de los días te levantarás para recibir la heredad.

La perspectiva de persecución, que antes se presentaba nebulosa, se concreta ahora al tiempo de los Macabeos. Es la conclusión de la visión precedente. Ahora aparecen dos interlocutores en el estilo convencional apocalíptico. Los dos hombres deben de ser dos testigos oficiales de lo que acaba de decirse y de lo que se dirá con juramento solemne 4. Estos dos aparecen a ambos lados del río Eufrates 5. El personaje famoso vestido de lino, personificación del designio de Dios en la historia, como hemos visto anteriormente, con gesto solemne (alzando al cielo su derecha y su izquierda, ?.7) responde con juramento 6 que todo ello ocurrirá dentro de un tiempo, de tiempos y medio tiempo (v.7), es decir, tres años y medio, que es justamente lo que duró la persecución de Antíoco IV, tal como se describe en 11:31-36. La expresión es idéntica a 7:25 y se ha de entender en el mismo sentido, y así la entendió ya San Jerónimo.
En el v.11 concreta más este período de persecución, que se caracterizará por la cesación del sacrificio perpetuo y la erección de la abominación desoladora, o ídolo de Júpiter Olímpico. La persecución durará mil doscientos noventa días, un poco más que los tres años y medio (mil doscientos setenta y siete días en 7:25 y 12:7). En 8:14 se habla de mil ciento cincuenta días de persecución (mil trescientas tardes y mañanas). Globalmente, la cifra es la misma y designa el tiempo que duró la profanación del templo de Jerusalén desde mediados del 168 a.C. hasta fines del 165 a.C., en que fue purificado el templo por Judas Macabeo.
El hagiógrafo termina llamando bienaventurado al que asista al cumplimiento de todo esto después del fin de la persecución. En su perspectiva profética se añaden nuevos días para que pueda ser testigo de la nueva era venturosa: bienaventurado el que llegue a mil trescientos treinta y cinco días (v.12). La cifra puede ser convencional, apocalíptica, para expresar que después del fin de la persecución aún hay que esperar algo más antes de entrar en la plena edad mesiánica. La perspectiva profética, pues, se alarga, e insinúa que Daniel no asistirá vivo al cumplimiento de todo esto, pero que resucitará para recibir la heredad (v.15). Con estas palabras se cierra la parte protocanónica del libro de Daniel.

1 Cf. San Jerónimo, In Dan. 12:1; San Crisóstomo, Adv. lud. Hom. 5:7. - 2 Sobre la expresión libro de la vida cf. Exo_32:21 : Perdónales su pecado o bórrame de tu libro, del que tú tienes escrito. Isa_4:3; Eze_13:9; Sal_69:29 : Sean borrados del libro de la vida. En la literatura apócrifa es común esta concepción (cf. Jub 30,23; Henoc 81:4; 4 Esd_6:20, etc.). La imagen pasa al Í. Ô. (Filp 4:3; Rev_3:5). - 3 La traducción de la última parte de este verso no es segura. - 4 Cf. Deu_19:15; Mat_18:19; 2Co_13:1. - 5 En hebreo, yeor, que significa primitivamente el Nilo, pero después significó río en general. Y aquí es el del 10:4, es decir, el Eufrates. - 6 Sobre este modo de jurar cf. Deu_32:40; Dan_4:31; Rev_10:6.




13. Historia de la Casta Susana.
Este capítulo y el siguiente pertenecen a la parte deuterocanó-nica del libro de Daniel, y han llegado a nosotros sólo en griego. En la Vulgata y los LXX aparece este relato de Susana después del c.12, pero en la traducción de Teodoción está al principio del libro. Se ha discutido si el texto que tenemos griego es traducción de otro semítico o si, más bien, el relato ha sido escrito ya en griego desde el principio.

Presentación de la virtuosa Susana (1-9).
1 Moraba en Babilonia un varón cuyo nombre era Joaquín. 2 Había tomado por mujer a una llamada Susana, hija de Helcías, muy hermosa y temerosa de Dios, 3 pues sus padres, que eran justos, la habían educado según la ley de Moisés. 4 Era Joaquín muy rico y tenía contiguo a su casa un jardín. Concurrían a su casa los judíos por ser él el más ilustre de todos. 5 Aquel año habían sido designados jueces dos ancianos, de los que dijo el Señor: Salió la iniquidad de Babilonia, de los ancianos constituidos en jueces, que parecían gobernar al pueblo. 6 Frecuentaban éstos la casa de Joaquín, y a ellos venían cuantos tenían algún pleito. 7 Hacia el mediodía, cuando el pueblo se había retirado, entraba y se paseaba Susana en el jardín de su marido, 8 y, viéndola cada día los dos ancianos entrar y pasearse, sintieron pasión por ella. 9 Y, pervertido su juicio, desviaron sus ojos para no mirar al cielo ni acordarse de los justos juicios.

El autor no nos dice nada de la fecha en que tuvo lugar lo que va a narrar. Los nombres de Joaquín y de Releías eran muy comunes entre los judíos. El de Susana (lirio, azucena, muy en consonancia con su conducta pura) aparece sólo aquí en el A.T. Como perteneciente a una familia de alta posición social, había recibido una esmerada educación, según las tradicionales leyes judías (v.3). Su casa se convirtió en centro de reunión de los exilados por ser su marido muy considerado entre ellos. La expresión aquel año parece indicar que se ha perdido algún versículo en el que se aludiría a las circunstancias cronológicas del hecho. Puede también tener el sentido de en cierto año. Nada sabemos de la institución de los ancianos como jueces entre los exilados, aunque es muy verosímil. En el libro de Ezequiel se habla reiteradamente de los ancianos como representantes de los intereses de los exilados 1. Los judíos en el destierro tuvieron que improvisar un régimen judicial propio, conforme a sus leyes mosaicas, y pudieron muy bien tomar como modelo la institución de los ancianos de la época del desierto.
Por lo que aquí se insinúa, cada año se nombraban dos ancianos para presidir los tribunales propios judíos. El lugar de reunión de éstos era la casa de Joaquín, que por su amplitud se prestaba a ello. La tradición judía los ha identificado con los dos falsos profetas Acab y Sedecías, de que habla Jeremías en 29:23. La cita del v.5 (salió la iniquidad de Babilonia, de los ancianos contituidos en jueces.) nos es desconocida en la Biblia, pero puede ser una frase de algún profeta que no haya sido consignada en las actuales Escrituras canónicas, o quizá una alusión parafraseada al pasaje de Jer_23:145. De hecho, los dos ancianos se dejaron seducir por la belleza corporal de Susana y sintieron una ardiente pasión sexual por ella. La descripción de lo que sigue es muy pormenorizada y realista, no exenta de ironía. Llevados de sus malos deseos, olvidaron los justos juicios de Dios sobre los prevaricadores, a pesar de ser los representantes de la justicia de la Ley de Moisés.

Intento de violación de Susana (10-27).
10 Ambos estaban heridos de amor por Susana, pero no se lo habían comunicado entre sí, n porque sentían vergüenza de confesarse uno a otro su pasión y el deseo que tenían de unirse a ella, 12 y a porfía buscaban cada día ocasión de verla. 13 Dijéronse, pues, el uno al otro: Vamos a casa, que ya es la hora de comer. Y, saliendo, se separaron el uno del otro. 14 Pero, dando la vuelta, vinieron al mismo sitio. Preguntándose la causa, se declararon su pasión, y en común espiaron el momento de poder hallarla sola. 15 Y sucedió que, mientras esperaban el día oportuno, entró Susana al jardín, como el día anterior, acompañada sólo de dos doncellas, para bañarse en el jardín, porque hacía calor. 16 Nadie había allí, fuera de los dos ancianos, que, escondidos, la acechaban. 17 Y dijo a las doncellas: Traedme el aceite y los ungüentos y cerrad las puertas, que voy a bañarme. 18 Hicieron ellas como se les había dicho, y, cerrando las puertas del jardín, salieron por la puerta lateral para traer lo que se les había mandado, y no vieron a los ancianos que estaban escondidos. 19 En cuanto salieron las doncellas, se levantaron los ancianos y se precipitaron hacia ella, 20 diciéndole: Las puertas están cerradas, nadie nos ve, y nosotros sentimos pasión por ti; consiente, pues, y entrégate a nosotros; 21 de lo contrario, daremos testimonio contra ti de que estabas con un joven y por esto despediste a las doncellas. 22 Rompió a llorar Susana, y dijo: Por todas partes me siento en angustia, porque, si hago lo que proponéis, vendrá sobre mí la muerte, y si no lo hago, no escaparé a vuestras manos. 23 Mas prefiero caer inculpable en vuestras manos a pecar ante el Señor. 24 Y levantando Susana la voz, la levantaron también los dos ancianos contra ella. 25 Corrió uno de los dos a abrir las puertas del jardín. 26 Apenas oyeron los gritos los que estaban en casa, se precipitaron a entrar por la puerta lateral para ver lo que pasaba, 27 y luego los ancianos se explicaron, quedando los siervos grandemente confundidos, porque jamás semejante cosa se había dicho de Susana.

El hagiógrafo, irónicamente, destaca el contraste entre la mala conducta de los ancianos, que debían dar ejemplo de virtud por su edad y su calidad de jueces, y la virtud heroica de la bella Susana, que 110 quiso consentir a sus vergonzosas propuestas. Esta sabía que, si consentía, debía ser condenada a muerte 2. La amenaza calumniosa de los ancianos hizo que ella prorrumpiera en gritos de auxilio como único modo de salvar la situación. La narración está cuidada al detalle, y los contrastes se suceden con gran efecto literario.

Susana es acusada de adulterio (28-41).
28 Al día siguiente todo el pueblo concurrió a la casa de su marido, Joaquín, y vinieron asimismo los dos ancianos, llenos de perversos pensamientos contra Susana, a quien pretendían hacer morir. Ante el pueblo dijeron: 29 Enviad por Susana, hija de Helcías y mujer de Joaquín. Y la mandaron llamar. 30 Llegó Susana, y con ella sus padres, hijos y todos sus parientes. 31 Era Susana muy delicada y hermosa de aspecto. 32 Iba cubierta, y aquellos malvados mandaron que se descubriese para saciarse de su hermosura. 33 Lloraban entretanto los suyos y todos cuantos la veían. 34 Levantáronse los dos ancianos en medio del pueblo, pusieron sus manos sobre la cabeza de Susana, 35 que, llorando, miraba al cielo, lleno su corazón de confianza en el Señor. 36 Los ancianos dijeron: Mientras nos paseábamos solos por el jardín, entró ésta con dos doncellas y, cerrando la puerta, despidió a las dos doncellas. 37 En seguida se acercó un joven que estaba escondido en el jardín y se acostó con ella. 38 Y hallándonos nosotros en un ángulo del jardín, vimos la maldad y corrimos a ellos, y los vimos que estaban pecando, 39 pero no pudimos detener al joven, por ser más fuerte que nosotros, y abriendo las puertas, se escapó. 40 Pero sorprendimos a ésta, y preguntándola quién fuese el joven, no quiso decírnoslo. De esto damos nosotros testimonio. 41 Y la asamblea, como se trataba de ancianos del pueblo y, por añadidura, jueces, los creyó y la condenaron a muerte.

El supuesto adulterio de Susana corrió por toda la comunidad de exilados. Susana pertenecía a lo más escogido de la sociedad y era conocida por su honestidad. La acusación, pues, conmovió a la muchedumbre. Susana fue presentada al tribunal acompañada de sus parientes e hijos, avergonzados. La acusada era hermosa en extremo; como todas las mujeres, iba con la cabeza cubierta. Los ancianos, para saciar su sensualidad, la descubrieron c.32). Según la Ley, a la mujer sospechosa de adulterio debía quitársele el velo de la cabeza 3, pero en época posterior se exceptuaba de esto a las mujeres que eran extremadamente hermosas4. De ahí la observación del hagiógrafo sobre la mala intención de los lujuriosos ancianos.
Estos la acusaron públicamente poniendo sus manos sobre la cabeza de Susana (v.34), según era costumbre, pues los ancianos ahora actuaban no como jueces, sino como testigos 5. La simpatía de los asistentes estaba por Susana, por la buena reputación que tenía; pero, ante el hecho consumado, se vieron obligados a dar la razón a los dos inicuos ancianos, que ejercían de jueces en el pueblo por aquel entonces. La honorabilidad de los mismos era una garantía de su veracidad. La acusación de éstos está urdida con todo detalle para hacerla más verosímil ante la muchedumbre.
El éxito fue completo, ya que la asamblea los creyó, y el mismo pueblo dio el veredicto: Susana debía ser condenada a muerte (v.41). A la infortunada mujer no le quedó sino encomendar su inocencia al cielo, para que Dios la manifestara ante todos (v.35). Por encima de todos los tribunales humanos apeló al infalible y supremo de Dios, que, como veremos, hará resplandecer su inocencia. Los dos ancianos habían actuado como testigos y, por tanto, no podían dar sentencia de jueces. Es el clamor popular el que la da, convencido de la culpabilidad de Susana. Pero Dios hará que de nuevo el clamor popular exija la rehabilitación de la pobre acusada y la condenación de los falsos testigos.

Daniel defiende la inocencia de Susana (42-64).
42 Levantó entonces Susana la voz y dijo: ¡Dios eterno, conocedor de todo lo oculto, que ves las cosas todas antes que sucedan ! 43 Tu sabes que han declarado falsamente contra mí. Tú sabes que muero sin haber hecho nada de cuanto éstos han inventado inicuamente contra mí. 44 Oyó el Señor su voz, 45 y mientras era llevada a la muerte, despertó Dios el espíritu santo de un jovencito llamado Daniel, 46 que con voz fuerte gritó:Yo soy inocente de esta sangre. 47 Y todo el pueblo se volvió a él, diciéndole: ¿Qué significan esas palabras que has proferido? 48 Y él, puesto en medio de ellos, dijo: ¿Tan insensatos sois, hijos de Israel, que, sin inquirir ni poner.en claro la verdad, condenáis a esa hija de Israel? 49 Volved al tribunal, porque éstos han testificado falsamente contra ella. 5o Y todo el pueblo a gran prisa se volvió. Los ancianos le dijeron: Ven, siéntate en medio de nosotros y decláranoslo, porque el Señor te ha dado el don de la ancianidad. 51 Díjoles Daniel: Separadlos lejos uno de otro, que voy a interrogarlos. 52 Así que los hubieron separado uno de otro, llamó a uno de ellos y le dijo: Viejo envejecido en la maldad, ahora vienen sobre ti las maldades que tantas veces hiciste, 53 juzgando injustamente, condenando a los inocentes y absolviendo a los culpables, cuando Dios dice: No matarás al inocente y al justo. 54 Dinos, si viste a ésta, ¿bajo qué árboles los viste acariciarse? El contestó: Bajo un lentisco. 55 Replicó Daniel: Muy bien, has mentido contra tu propia cabeza, pues ya el ángel de Dios ha recibido la orden de partirte por medio. 56 Y haciéndole retirar, mandó traer al otro y le dijo: Raza de Canaán y no de Judá, la belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón. 57 Así hacíais a las hijas de Israel, y ellas de miedo se os rendían; pero esta hija de Judá no consintió en vuestra iniquidad. 58 Ahora, pues, ¿bajo qué árbol los habéis sorprendido acariciándose mutuamente? Contestó él: Bajo una encina. 59 Díjole Daniel: Muy bien, has mentido tú también contra tu cabeza, pues el ángel de Dios tiene pronta ya la espada para rajarte por medio, para aniquilaros. 60 Y toda la asamblea levantó la voz bendiciendo a Dios, que salva a los que en El esperan. 61 Y se lanzaron contra los dos viejos, a quienes Daniel había convencido por su propia declaración de haber falsamente testificado. 62 Y, según la Ley de Moisés, les hicieron como ellos mismos habían maquinado contra su prójimo. Diéronles muerte, y se salvó en aquel día la sangre inocente. 63 Helcías y su mujer alabaron a Dios por la salvación de su hija, y con ellos Joaquín, su marido, y todos sus parientes, porque no fue hallada en ella torpeza. 64 Y desde aquel día en adelante, Daniel se hizo famoso en su pueblo.

Susana apeló al tribunal de Dios para que en última instancia declarase públicamente su inculpabilidad. La oración de la virtuosa mujer fue oída al punto. Dios tomó como instrumento para declarar la inocencia de Susana a un jovencito llamado Daniel. Sobre él envió el espíritu santo (v.45), o carisma de adivinación y discernimiento, para declarar la verdad oculta. Impulsado por una fuerza superior, el niño dijo a gritos que él era inocente de la sangre de la infortunada mujer (v.46). La intervención del jovencito causó sensación, y tan decididas eran sus palabras, que vieron en su grito un mensaje divino. Daniel les reprochó la ligereza en condenar a Susana sin haber probado totalmente su culpabilidad. La muchedumbre estaba bien dispuesta a favor de la condenada, y por eso la invitación a una revisión del proceso pareció muy bien a todos.
Los que formaron el tribunal, unos ancianos diferentes de los dos viejos lujuriosos que habían actuado de testigos, vieron en Daniel a un enviado de Dios y le invitaron a declarar la verdad, como si tuviera ya el don de la ancianidad (v.52), es decir, la madurez de juicio requerida para intervenir en una decisión judicial. Lo que va a hacer Daniel es lo primero que debían haber hecho los que condenaron a Susana para comprobar la veracidad de la acusación de los dos viejos calumniadores. A la pregunta del joven sobre la clase de árbol en que vieron a Susana pecar con el supuesto joven, la respuesta es discorde: uno dice que debajo del lentisco, mientras que el otro dice que bajo la encina 6. Daniel a uno le llama raza de Canaán, porque imita sus costumbres corrompidas7, y anuncia que el ángel del Señor va a cumplir la sentencia de muerte sobre cada uno de ellos para que expíen la calumnia que acaban de hacer y las anteriores iniquidades cometidas, abusando de su calidad de jueces del pueblo de Israel.
La sentencia del joven Daniel fue confirmada por el pueblo, y los dos viejos lujuriosos fueron ejecutados, conforme estaba prescrito en la Ley mosaica en caso de la falsa acusación 8. La inocencia de Susana quedó así públicamente reconocida, y todos alabaron a Dios porque había manifestado la verdad por su siervo Daniel, que desde entonces se hizo famoso en su pueblo (v.64). Los familiares de la acusada vieron rehabilitada la fama de ésta, y con ello se salvó la honorabilidad de toda la parentela.

1 Cf. Eze_14:1; Eze_20:1. - 2 Cf. Lev_20:10; Deu_22:21-22; Jua_8:4-5. - 3 Cf. Núm_5:18. - 4 Cf. Mishna, Sota 1:5. - 5 Cf. Lev_24:14· - 6 En griego hay un juego de palabras entre lentisco (ó÷Àíïí) y partir por medio (ó÷ßóåé) del v.55, y encina (rrpívov) y rajar (êáôÜðñßïô)). Esta paranomasia fue ya puesta de relieve por Julio el Africano y Porfirio para probar que el relato había sido escrito originalmente en griego. Cf. San Jerónimo: PL 25:492.582. - 7 Sobre la corrupción de los cananeos cf. Gen_15:16; Lev_18:24-30; Sab_12:3-6; Sab_14:23-26; Eze_16:3.45. - 8 Cf. Deu_19:16-21.




14. Bel y el Dragón.
Es un nuevo apéndice a la ya compleja antología de narraciones del libro de Daniel. Se trata ahora de poner en ridículo ante los creyentes israelitas el culto idolátrico de la omnipotente Babilonia, objeto de admiración de los pequeños pueblos del antiguo Oriente. En los LXX se dice que la narración está tomada de la profecía de Ambacum (o Habacuc), hijo de Jesús, de la tribu de Leví, lo que parece indicar que formaba parte de otra colección de relatos. él fondo histórico es nebuloso.

Daniel rehusa adorar al ídolo Bel (1-7).
1 Reunióse Astiages con sus padres, sucediéndole en el reino Ciro el persa. 2 Era Daniel uno de los comensales del rey y el más honrado de todos sus amigos. 3 Tenían los babilonios un ídolo llamado Bel, que cotidianamente consumía doce altabas de harina, cuarenta ovejas y seis metretas de vino. 4 El rey le veneraba e iba cada día a adorarle, pero Daniel adoraba a su Dios. Díjole el rey: ¿Por qué no adoras a Bel? 5 A lo que Daniel respondió: Porque yo no adoro ídolos hechos por manos de hombres, sino al Dios vivo, Hacedor del cielo y de la tierra y soberano de toda carne. 6 El rey le replicó: ¿Crees que Bel no es un dios vivo? ¿No ves cuánto come y bebe cada día? 7 Le contestó Daniel, riendo: No se deje engañar el rey; éste, que por dentro sólo es barro y por fuera sólo bronce, no ha comido jamás.

La datación del v.1 no aparece en los LXX. Se ha supuesto que esta narración debía seguir a la del c.6, pues es muy análoga por su contenido. El v.1 es casi idéntico al 6:28, cambiando en Astiages el nombre de Darío. Astiages fue el último rey de Media, vencido y suplantado por Ciro 1, que anexionó el reino de aquél al imperio persa que éste creó. El rey de que se habla en este capítulo parece ser Ciro, aunque no se especifica expresamente. Bel era la divinidad patronal de Babilonia, llamada también Marduk2. Las ofrendas eran muy considerables. De ellas nos hablan los textos cuneiformes y el mismo Herodoto 3. Las cantidades que da la Biblia son exorbitantes: doce artabas de flor de harina (seis hectolitros)4, que correspondía a la oblación al ídolo; cuarenta ovejas (sacrificio cruento) 5 y seis metretas de vino (libaciones), es decir, unos dos hectolitros de vino 6.
Ciro fue muy condescendiente con los cultos religiosos de los pueblos vencidos. Aquí aparece como muy devoto del dios babilonio Bel. Naturalmente, Daniel, como en el c.6, no admite más Dios que el de sus padres, Creador de todo y soberano de toda carne (v.5), es decir, de todos los hombres. Sólo Yahvé es el Dios vivo, mientras que el ídolo de Babilonia es de barro por dentro y de bronce por fuera. El rey le replica que también es vivo, puesto que come grandes cantidades de ofrendas. La respuesta de Daniel es irónica y da lugar a una apuesta ofrecida por el mismo rey.

Daniel prueba que Bel no es un dios (8-22).
8 Encolerizado el rey, llamó a los sacerdotes y les dijo: Si no me decís quién consume todas estas provisiones, moriréis; 9 pero, si me hacéis ver que es Bel quien las consume, morirá Daniel por haber blasfemado contra Bel. Contestó Daniel al rey: Hágase según tu palabra. 10 Setenta eran los sacerdotes de Bel, fuera de sus mujeres e hijos. Vino el rey con Daniel al templo de Bel, 11 y le dijeron los sacerdotes: Nosotros saldremos fuera, y tú, rey, pondrás los alimentos y el vino mezclados y -cerrarás la puerta y la sellarás con tu anillo, 12 y si al venir por la mañana no hallamos que los alimentos han sido consumidos por Bel, moriremos; en caso contrario, Daniel nos habrá calumniado. 13 Estaban ellos muy confiados, porque debajo de la mesa habían hecho una entrada secreta, por la cual se introducían siempre para consumir las provisiones. 14 Pero así que salieron ellos y el rey colocó las provisiones, ordenó Daniel a sus siervos que trajeran ceniza, y en presencia del rey solo, la extendieron por todo el pavimento del templo. Después salieron y cerraron las puertas; luego de sellarlas con el sello real, se retiraron. 15 Por la noche vinieron, como de costumbre, los sacerdotes con sus mujeres e hijos y comieron y bebieron todas las provisiones. 16 Madrugó el rey muy de mañana, y Daniel con él, 17 y dijo el rey: Daniel, ¿están intactos los sellos? Daniel contestó: Intactos, rey.18 Abrió luego las puertas y miró el rey a la mesa, y dijo en alta voz: Grande eres, Bel, y no hay en ti engaño alguno. 19 Se sonrió Daniel, y deteniendo al rey para que no entrase dentro, le dijo: Mira el pavimento y ve de quién son estas pisadas. 20 Respondió el rey: Veo pisadas de hombres, de mujeres y de niños. E irritado el rey, 21 hizo prender a los sacerdotes, a sus mujeres e hijos, que le mostraron la puerta secreta por la que entraban a consumir lo que se colocaba sobre la mesa, 22 y los mandó matar. Después entregó Bel a Daniel, que lo destruyó, así como su templo.

El rey sospechó algún fraude de parte de los sacerdotes y propuso una comprobación del hecho. Los sacerdotes y Daniel aceptan. Aquéllos habían hecho una puerta oculta para entrar sin romper el sello que el rey puso en la entrada oficial. La sagacidad de Daniel sospechó esto, y sin que los sacerdotes supieran nada, mandó echar ceniza por el pavimento. Por la noche los sacerdotes y sus familias entraron en el templo y se llevaron las provisiones. El rey, al día siguiente, constata con Daniel que las provisiones han desaparecido sin que el sello de la puerta haya sido roto. Cuando empieza a cantar un himno de reconocimiento a Bel, Daniel le hace observar las pisadas en el pavimento. El rey se convence del fraude y manda matar a los impostores y destruir el ídolo y el templo.
No consta en los documentos profanos que Giro haya destruido el famoso templo de Bel-Marduk de Babilonia, como se indica en el v.22. Por Herodoto sabemos más bien que fue saqueado por Jerjes en el siglo V a.C., mucho tiempo después de Ciro. Estas imprecisiones históricas son frecuentes en el libro de Daniel, cuyos relatos, de muy diversa índole, han sufrido muchos retoques redaccionales. De su historicidad ha de juzgarse teniendo en cuenta la índole literaria midráshica del mismo, como en páginas anteriores hemos anotado reiteradamente. El hagiógrafo ha querido recoger relatos tradicionales en los que brilla el poder del Dios único para edificación de sus lectores. Y muchas veces, no siempre, el sentido de precisión histórica preside sus relatos de índole netamente religiosa.

Daniel mata al dragón (23-31).
23 Había también un gran dragón, muy venerado de los babilonios. 24 Dijo el rey a Daniel: ¡No dirás de éste que es hecho de bronce! Mira que está vivo y come y bebe; de éste no podrás decir que no es dios vivo. Adórale, pues. 25 A lo que Daniel contestó: Al Señor, mi Dios, adoraré, porque El solo es Dios vivo. 26 Si tú, rey, me lo permites, yo mataré a este dragón sin espada ni palo. Respondióle el rey: En tu poder está. 27 Y tomando Daniel pez, grasa y pelos, lo hirvió todo junto, e hizo unas bolas, que luego dio al dragón, el cual las comió, reventando con ellas. Y dijo: Mirad lo que venerabais. 28 Cuando esto oyeron los babilonios, se irritaron sobremanera y se amotinaron contra el rey, diciendo: El rey se ha hecho judío. Ha derribado a Bel, ha matado al dragón y ha degollado a sus sacerdotes. 29 Y llegándose al rey, le dijeron: Entréganos a Daniel; si no, te mataremos a ti y a tu casa. 30 Y viéndose el rey muy acosado, les entregó a Daniel a la fuerza, 31 y le arrojaron al foso de los leones.

Sigue la narración apologética para destacar la omnipotencia del Dios de los judíos y la inanidad de los ídolos paganos. Ahora es un dragón, el adorado como dios por los babilonios, la víctima de la intransigencia monoteística de Daniel. Las serpientes eran muy veneradas entre los babilonios (la teriolatría), y parece que hay indicios de que se daba culto a serpientes vivas7. El dragón era símbolo de Tiamat, el dragón-océano de la antigua mitología mesopotámica.
Daniel, despectivamente, se compromete a matar sin armas al dragón venerado por los babilonios; en efecto, le da de comer cosas indigeribles, y el dragón muere al punto 8. La noticia de la muerte del dragón irritó a los habitantes de Babilonia, que van a pedir cuentas al rey, al que consideran convertido al judaismo por consentir en todo lo que pedía Daniel. El rey, atemorizado, les entrega a Daniel, el cual fue arrojado de nuevo al foso de los leones.

Daniel, auxiliado por Dios en el foso de los leones. (32-39)
32 Había allí siete leones y allí estuvo Daniel siete días. Daban a los leones cada día dos cuerpos humanos y dos ovejas. Pero durante aquellos días no les dieron nada para que devorasen a Daniel. 33 Vivía entonces en Judá el profeta Habacuc, el cual, cocida la comida y mojado el pan en la cazuela, se iba al campo para llevarlo a los segadores. 34 Pero el ángel del Señor dijo a Habacuc: Lleva la comida que tienes preparada a Daniel, que está en Babilonia en el foso de los leones. 35 Y contestó Habacuc: Señor, nunca he visto a Babilonia y no sé qué es el foso de los leones. 36 Y tomándole el ángel del Señor por la coronilla, por los cabellos de su cabeza, le llevó a Babilonia, encima del foso, con la velocidad del espíritu. 37 Y gritó Habacuc: ¡Daniel,.Paniel! toma la comida que Dios te envía. 38 Y contestó Daniel: En verdad, ¡oh Dios! te has acordado de mí, pues no abandonas a los que te aman. 39 Y levantándose, comió, y al instante el ángel de Dios restituyó a Habacuc a su lugar.

El relato se desarrolla siempre con recargo de lo milagroso, muy en consonancia con el género literario midrdshico (novela edificante al estilo de la leyenda dorada de Jacobo de Vorágine). Los prodigios se multiplican: Daniel estuvo siete días en el foso con siete leones hambrientos, a los que se privaba de la ración diaria de dos cuerpos humanos 9 y de dos ovejas; y, sin embargo, se abstuvieron de tocarle; por fin, Dios le envió desde Judea al profeta Habacuc para que le trajera la comida 10. Daniel la recibe y da gracias a Dios, que no le abandonó en el foso de los leones.

El rey da gloria a Dios (40-43).
40 Al día siguiente vino el rey a llorar a Daniel, y, llegando al foso, miró y vio a Daniel sentado. 41 Entonces, levantando la voz, dijo: ¡Grande eres, Señor, Dios de Daniel, y no hay otro fuera de ti! 42 Y le sacó del foso y arrojó en él a los causantes de su condena, que al instante en su presencia fueron devorados. 43 Entonces el rey dijo: Teman todos los moradores de la tierra al Dios de Daniel, porque es el verdadero salvador, que hace milagros y maravillas en la tierra y ha librado a Daniel del foso de los leones.

La conclusión del episodio es en todo similar a la Deu_6:25. Allí Nabucodonosor fue a ver lo que había pasado a su amigo; aquí es Ciro el persa. La situación es en todo semejante, y el estilo convencional del relato, el mismo: Daniel es liberado, y el rey reconoce públicamente la omnipotencia del Dios de Daniel y arroja en el foso a los que le habían condenado. Todo ello cae dentro del género literario midráshico, que es una de las características del libro de Daniel.

1 Cf. Herodoto, I 130. - 2 Bel equivale al Baal (señor) de los semitas occidentales. - 3 Cf. Herodoto, I 183. - 4 La arlaba era una medida persa de medio hectolitro de capacidad. - 5 Los LXX ponen cuatro ovejas. Hemos seguido la lección de Teodoción, admitida en la Vg como más apropiada en consonancia con las otras medidas. - 6 La metreta equivalía a unos 39 litros. Cf. Jua_2:6. Los LXX leen aceite en vez de vino. - 7 Cf. Landersdorfer, Der Orache von Babylon: Biblische Zeitschrift (1913) p-3- - 8 Herodoto habla de algo parecido (Jua_8:41). - 9 Los LXX añaden de condenados a muerte. - 10 La palabra profeta falta en los LXX. Conocemos un profeta de este nombre entre los profetas menores, pero la identidad de nombre no basta para su identificación con este del libro de Daniel. En la Biblia se habla de otros traslados milagrosos por el aire (cf. 1Re_18:12; 2Re_2:11.16; Eze_8:3; Mat_4:5.8; Hec_8:39-40).


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XII.

1 Michael shall deliuer Israel from their troubles. 5 Daniel is informed of the times.
1 And at that time shall Michael stand vp, the great Prince which standeth for the children of thy people, and there shalbe a time of trouble, such as neuer was since there was a nation, euen to that same time: and at that time thy people shalbe deliuered, euery one that shalbe found written in the booke.
2 And many of them that sleepe in the dust of the earth shall awake, [ Mat_25:45; Joh_5:29.] some to euerlasting life, and some to shame and euerlasting contempt.
3 And they that be [ Or, teachers.] wise shall [ Mat_13:43.] shine as the brightnesse of the firmament,

[The resurrection. Of the times.]

and they that turne many to righteousnesse, as the starres for euer and euer.
4 But thou, O Daniel, shut vp the wordes, and seale the booke euen to the time of the ende: many shall runne to and fro, and knowledge shall bee increased.
5 Then I Daniel looked, and behold, there stood other two, the one on this side of the banke of the riuer, and the other on that side of the [ Hebrew: lip.] banke of the riuer.
6 And one said to the man clothed in [ Dan_10:5 .] linnen, which was [ Or, from aboue.] vpon the waters of the riuer; How long shall it bee to the end of these wonders?
7 And I heard the man clothed in linnen, which was vpon the waters of the riuer, when he [ Rev_10:5 .] held vp his right hand, and his left hand vnto heauen, and sware by him that liueth for euer, that it shalbe for a time, times, and [ Or, part.] an halfe: and when hee shall haue accomplished to scatter the power of the holy people, all these things shall bee finished.
8 And I heard, but I vnderstood not: then said I, O my Lord, what shalbe the end of these things?
9 And he said, Goe thy way, Daniel: for the wordes are closed vp and sealed till the time of the end.
10 Many shalbe purified, and made white and tried: but the wicked shall doe wickedly: and none of the wicked shall vnderstand, but the wise shall vnderstand.
11 And from the time that the dayly sacrifice shalbe taken away, and [ Hebrew: to set vp the abomination, etc.] the abomination [ Or, astonisheth.] that maketh desolate set vp, there shalbe a thousand two hundred and ninetie dayes.
12 Blessed is he that waiteth, and commeth to the thousand, three hundred and fiue and thirtie dayes.
13 But goe thou thy way till the end be: [ Or, and thou, etc.] for thou shalt rest, and stand in the lot at the end of the dayes.

The historie of Susanna, set apart from the beginning of Daniel, because it is not in Hebrew, as neither the narration of [ Greek: Bels Dragon.] Bel and the Dragon.

Chapter I.

16 Two Iudges hide themselues in the garden of Susanna to haue their pleasure of her: 28 which when they could not obteine, they accuse and cause her to be condemned for adulterie, 46 but Daniel examineth the matter againe, and findeth the two iudges false.

1 There dwelt a man in Babylon, called Ioacim.
2 And hee tooke a wife, whose name was Susanna, the daughter of Chelcias, a very faire woman, and one that feared the Lord.
3 Her parents also were righteous, and taught their daughter according to the Law of Moses.
4 Now Ioacim was a great rich man, and had a faire garden ioyning vnto his house, and to him resorted the Iewes: because he was more honourable then all others.
5 The same yeere were appointed two of the Ancients of the people to be iudges, such as the Lord spake of, that wickednesse came from Babylon from ancient iudges, who seemed to gouerne the people.
6 These kept much at Ioacims house: and all that had any suits in lawe, came vnto them.
7 Now when the people departed away at noone, Susanna went into her husbands garden to walke.
8 And the two Elders saw her going in euery day and walking: so that their lust was inflamed toward her.
9 And they peruerted their owne mind, and turned away their eyes, that they might not looke vnto heauen, nor remember iust iudgements.
10 And albeit they both were wounded with her loue: yet durst not one shew another his griefe.
11 For they were ashamed to declare their lust, that they desired to haue to doe with her.
12 Yet they watched diligently from day to day to see her.
13 And the one said to the other, Let vs now goe home: for it is dinner time.
14 So when they were gone out, they parted the one from the other, and turning backe againe they came to the same place, and after that they had asked one another the cause, they acknowledged their lust: then appointed they a time both together, when they might find her alone.
15 And it fell out as they watched a fit time, she went in [ Greek: as yesterday and the day before.] as before, with two maids onely, and she was desirous to wash her selfe in the garden: for it was hot.
16 And there was no body there saue the two Elders, that had hid themselues, and watched her.
17 Then she said to her maids, Bring me oile and washing bals, and shut the garden doores, that I may wash me.
18 And they did as she bad them, and shut the garden doores, and went out themselues at [ Or, side doores.] priuie doores to fetch the things that she had commaunded them: but they saw not the Elders, because they were hid.
19 Now when the maids were gone forth, the two Elders rose vp, and ran vnto her, saying,
20 Behold, the garden doores are shut, that no man can see vs, and we are in loue with thee: therefore consent vnto vs, and lie with vs.
21 If thou wilt not, we will beare witnesse against thee, that a young man was with thee: and therefore thou didst send away thy maides from thee.
22 Then Susanna sighed and said, I am straited on euery side: for if I doe this thing, it is death vnto me: and if I doe it not, I cannot escape your hands.
23 It is better for me to fall into your hands, and not doe it: then to sinne in the sight of the Lord.
24 With that Susanna cried with a loud voice: and the two Elders cried out against her.
25 Then ranne the one, and opened the garden doore.
26 So when the seruants of the house heard the crie in the garden, they rushed in at a priuie doore to see what was done vnto her.
27 But when the Elders had declared their matter, the seruants were greatly ashamed: for there was neuer such a report made of Susanna.
28 And it came to passe the next day, when the people were assembled to her husband Ioacim, the two Elders came also full of mischieuous imagination against Susanna to put her to death,
29 And said before the people, Send for Susanna, the daughter of Chelcias, Ioacims wife. And so they sent.
30 So she came with her father and mother, her children and all her kinred.
31 Now Susanna was a very delicate woman and beauteous to behold.
32 And these wicked men commanded to vncouer her face (for she was couered) that they might be filled with her beautie.
33 Therefore her friends, and all that saw her, wept.
34 Then the two Elders stood vp in the mids of the people, and laid their hands vpon her head.
35 And she weeping looked vp towards heauen: for her heart trusted in the Lord.
36 And the Elders said, As we walked in the garden alone, this woman came in, with two maides, and shut the garden doores, & sent the maides away.
37 Then a young man who there was hid, came vnto her & lay with her.
38 Then we that stood in a corner of the garden, seeing this wickednesse, ran vnto them.
39 And when we saw them together, the man we could not hold: for he was stronger then we, and opened the doore, and leaped out.
40 But hauing taken this woman, we asked who the young man was: but she would not tell vs: these things doe we testifie.
41 Then the assembly beleeued them, as those that were the Elders and Iudges of the people: so they condemned her to death.
42 Then Susanna cried out with a loud voice and said: O euerlasting God that knowest the secrets, and knowest all things before they be:
43 Thou knowest that they haue borne false witnesse against me, and behold I must die: whereas I neuer did such things, as these men haue maliciously inuented against me.
44 And the Lord heard her voice.
45 Therefore when she was led to be put to death: the Lord raised vp the holy spirit of a young youth, whose name was Daniel,
46 Who cried with a loud voice: I am cleare fro the blood of this woman.
47 Then all the people turned them towards him, & said: what meane these words that thou hast spoken?
48 So he standing in the mids of them, said, Are ye such fooles ye sonnes of Israel, that without examination or knowledge of the truth, ye haue condemned a daughter of Israel?
49 Returne againe to the place of iudgement: for they haue borne false witnesse against her
50 Wherefore all the people turned
againe in hast, and the Elders said vnto him, Come sit downe among vs, and shew it vs, seeing God hath giuen thee the honour of an Elder.
51 Then said Daniel vnto them, Put these two aside one farre from another, and I will examine them.
52 So when they were put asunder one from another, hee called one of them, and said vnto him, O thou that art waxen old in wickednesse: now thy sinnes which thou hast committed aforetime, are come [to light.]
53 For thou hast pronounced false iudgement, and hast condemned the innocent, and hast let the guiltie goe free, albeit the Lord saith, [ Exo_23:7 .] The innocent and righteous shalt thou not slay.
54 Now then if thou hast seene her: tell me, Under what tree sawest thou them companying together? Who answered, Under a [ Greek: lentiske tree.] masticke tree.
55 And Daniel said, Uery wel; Thou hast lied against thine owne head: for euen now the Angel of God hath receiued the sentence of God, to cut thee in two.
56 So hee put him aside, and commanded to bring the other, & said vnto him, O thou seed of Chanaan, and not of Iuda, beauty hath deceiued thee, and lust hath peruerted thine heart.
57 Thus haue yee dealt with the daughters of Israel, and they for feare companied with you: but the daughter of Iuda would not abide your wickednesse.
58 Now therefore tell mee, Under what tree didst thou take them companying together? Who answered, Under a [ Or, kinde of oake.] holme tree.
59 Then said Daniel vnto him, Well: thou hast also lied against thine owne head: for the Angel of God waiteth with the sword to cut thee in two, that he may destroy you.
60 With that all the assembly cried out with a lowd voice, and praised God who saueth them that trust in him.
61 And they arose against the two Elders, (for Daniel had conuicted them of false witnesse by their owne mouth)
62 And according to the Law of Moses, they did vnto them in such sort as they [ Deu_19:19 ; Pro_19:5 .] malitiously intended to doe to their neighbour: And they put them to death. Thus the innocent blood was saued the same day.
63 Therefore Chelcias and his wife praised God for their daughter Susanna, with Ioacim her husband, and all the kinred: because there was no dishonestie found in her.
64 From that day foorth was Daniel had in great reputation in the sight of the people.

The history of the destruction of [ Greek: Bels Dragon.] Bel and the Dragon, cut off from the end of Daniel.

Chapter I.

19 The fraud of Bels Priests, is discouered by Daniel, 27 and the Dragon slaine, which was worshipped. 33 Daniel is preserued in the Lions denne. 42 The King doeth acknowledge the God of Daniel, and casteth his enemies into the same denne.

1 And King Astyages was gathered to his fathers, and Cyrus of Persia receiued his kingdome.
2 And Daniel [ Or, liued with the King.] conuersed with the king, and was honored aboue all his friends.
3 Now the Babylonians had an Idol called Bel, and there were spent vpon him euery day twelue great measures of fine flowre, and fourtie sheepe, and sixe vessels of wine.
4 And the king worshipped it, and went daily to adore it: but Daniel worshipped his owne God. And the king said vnto him, Why doest not thou worship Bel?
5 Who answered and said, Because I may not worship idols made with hands, but the liuing God, who hath created the heauen, and the earth, and hath soueraigntie ouer all flesh.
6 Then saide the King vnto him, Thinkest thou not that Bel is a liuing god? seest thou not how much he
eateth and drinketh euery day?
7 Then Daniel smiled, and said, O king, be not deceiued: for this is but clay within, and brasse without, and did neuer [ Sir_30:19 .] eate or drinke any thing.
8 So the king was wroth, and called for his Priests, and said vnto them, If yee tell me not who this is that deuoureth these expenses, ye shall die.
9 But if ye can certifie me that Bel deuoureth them, then Daniel shall die: for hee hath spoken blasphemie against Bel. And Daniel sayd vnto the king, Let it be according to thy word.
10 (Now the Priests of Bel were threescore and tenne, beside their wiues and children) and the king went with Daniel into the temple of Bel.
11 So Bels Priests said, Loe, wee goe out: but thou, O king, set on the meate, and make ready the wine, and shut the doore fast, and seale it with thine owne signet:
12 And to morrow, when thou commest in, if thou findest not that Bel hath eaten vp all, wee will suffer death; or else Daniel, that speaketh falsely against vs.
13 And they little regarded it: for vnder the table they had made a priuie entrance, whereby they entred in continually, and consumed those things.
14 So when they were gone forth, the king set meates before Bel. Now Daniel had commanded his seruants to bring ashes, and those they strewed throughout all the temple, in the presence of the king alone: then went they out and shut the doore, & sealed it with the kings signet, and so departed.
15 Now in the night came the Priests with their wiues and children (as they were woont to doe) and did eate and drinke vp all.
16 In the morning betime the king arose, and Daniel with him.
17 And the king said, Daniel, are the seales whole? And he said, Yea, O king, they be whole.
18 And assoone as he had opened the doore, the king looked vpon the table, and cried with a loude voice, Great art thou, O Bel, and with thee is no deceit at all.
19 Then laughed Daniel, and helde the king that he should not goe in, and sayd, Behold now the pauement, and marke well whose footsteps are these.
20 And the king said, I see the footsteps of men, women and children: and then the king was angry,
21 And tooke the Priests, with their wiues and children, who shewed him the priuy doores, where they came in, and consumed such things as were vpon the table.
22 Therefore the king slewe them, and deliuered Bel into Daniels power, who destroyed him and his temple.
23 [ Some adde this title: Of the Dragon.] And in that same place there was a great Dragon, which they of Babylon worshipped.
24 And the king said vnto Daniel, Wilt thou also say that this is of brasse? loe, he liueth, he eateth and drinketh, thou canst not say, that he is no liuing God: therefore worship him.
25 Then said Daniel vnto the king, I will worship the Lord my God: for he is the liuing God.
26 But giue me leaue, O king, and I shall slay this dragon without sword or staffe. The king sayde, I giue thee leaue.
27 Then Daniel tooke pitch, fat, and haire, and did seethe them together, and made lumpes thereof: this hee put in the Dragons mouth, and so the Dragon burst in sunder: and Daniel said, [ Or, Behold what you worship.] Loe, these are the gods you worship.
28 When they of Babylon heard that, they tooke great indignation, and conspired against the king, saying, The king is become a Iew, and he hath destroyed Bel, he hath slaine the Dragon, and put the Priests to death.
29 So they came to the king, and said, Deliuer vs Daniel, or else we will destroy thee and thine house.
30 Now when the king sawe that they pressed him sore, being constrained, he [ Dan_6:16 .] deliuered Daniel vnto them:
31 Who cast him into the lions den, where he was sixe dayes.
32 And in the den there were seuen lyons, and they had giuen them euery day [ Or, two slaues.] two carkeises, and two sheepe: which then were not giuen to them, to the intent they might deuoure Daniel.
33 Now there was in Iury a Prophet called Habacuc, who had [ Or, sodde.] made pottage, & had broken bread in a boule, and was going into the field, for to bring it to the reapers.
34 But the Angel of the Lord said vnto Habacuc, Goe carrie the dinner
that thou hast into Babylon vnto Daniel, who is in the lions denne.
35 And Habacuc said, Lord, I neuer saw Babylon: neither do I know where the denne is.
36 Then the Angel of the Lord tooke him by the crown, and [ Eze_8:3 .] bare him by the haire of his head, and through the vehemencie of his spirit, set him in Babylon ouer the den.
37 And Habacuc cryed, saying, O Daniel, Daniel, [ 1Ki_17:4 .] take the dinner which God hath sent thee.
38 And Daniel saide, Thou hast remembred mee, O God: neither hast thou forsaken them that seeke thee, and loue thee.
39 So Daniel arose and did eate: and the Angel of the Lord set Habacuc in his owne place againe immediatly.
40 Upon the seuenth day the king went to bewaile Daniel: and when he came to the den, he looked in, and behold, Daniel was sitting.
41 Then cried the king with a loud voyce, saying, Great art thou, O Lord God of Daniel, and there is none other besides thee.
42 [ Jer_37:17 .] And he drew him out: and cast those that were the cause of his destruction into the den: and they were deuoured in a moment before his face.

Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

(12:1) καὶ κατὰ τὴν ὥραν ἐκείνην παρελεύσεται Μιχαηλ ὁ ἄγγελος ὁ μέγας ὁ ἑστηκὼς ἐπὶ τοὺς υἱοὺς τοῦ λαοῦ σου ἐκείνη ἡ ἡμέρα θλίψεως οἵα οὐκ ἐγενήθη ἀφ’ οὗ ἐγενήθησαν ἕως τῆς ἡμέρας ἐκείνης καὶ ἐν ἐκείνῃ τῇ ἡμέρᾳ ὑψωθήσεται πᾶς ὁ λαός ὃς ἂν εὑρεθῇ ἐγγεγραμμένος ἐν τῷ βιβλίῳ
(12:2) καὶ πολλοὶ τῶν καθευδόντων ἐν τῷ πλάτει τῆς γῆς ἀναστήσονται οἱ μὲν εἰς ζωὴν αἰώνιον οἱ δὲ εἰς ὀνειδισμόν οἱ δὲ εἰς διασπορὰν καὶ αἰσχύνην αἰώνιον
(12:3) καὶ οἱ συνιέντες φανοῦσιν ὡς φωστῆρες τοῦ οὐρανοῦ καὶ οἱ κατισχύοντες τοὺς λόγους μου ὡσεὶ τὰ ἄστρα τοῦ οὐρανοῦ εἰς τὸν αἰῶνα τοῦ αἰῶνος
(12:4) καὶ σύ Δανιηλ κάλυψον τὰ προστάγματα καὶ σφράγισαι τὸ βιβλίον ἕως καιροῦ συντελείας ἕως ἂν ἀπομανῶσιν οἱ πολλοὶ καὶ πλησθῇ ἡ γῆ ἀδικίας
(12:5) καὶ εἶδον ἐγὼ Δανιηλ καὶ ἰδοὺ δύο ἕτεροι εἱστήκεισαν εἷς ἔνθεν τοῦ ποταμοῦ καὶ εἷς ἔνθεν
(12:6) καὶ εἶπα τῷ ἑνὶ τῷ περιβεβλημένῳ τὰ βύσσινα τῷ ἐπάνω πότε οὖν συντέλεια ὧν εἴρηκάς μοι τῶν θαυμαστῶν καὶ ὁ καθαρισμὸς τούτων
(12:7) καὶ ἤκουσα τοῦ περιβεβλημένου τὰ βύσσινα ὃς ἦν ἐπάνω τοῦ ὕδατος τοῦ ποταμοῦ ἕως καιροῦ συντελείας καὶ ὕψωσε τὴν δεξιὰν καὶ τὴν ἀριστερὰν εἰς τὸν οὐρανὸν καὶ ὤμοσε τὸν ζῶντα εἰς τὸν αἰῶνα θεὸν ὅτι εἰς καιρὸν καὶ καιροὺς καὶ ἥμισυ καιροῦ ἡ συντέλεια χειρῶν ἀφέσεως λαοῦ ἁγίου καὶ συντελεσθήσεται πάντα ταῦτα
(12:8) καὶ ἐγὼ ἤκουσα καὶ οὐ διενοήθην παρ’ αὐτὸν τὸν καιρὸν καὶ εἶπα κύριε τίς ἡ λύσις τοῦ λόγου τούτου καὶ τίνος αἱ παραβολαὶ αὗται
(12:9) καὶ εἶπέν μοι ἀπότρεχε Δανιηλ ὅτι κατακεκαλυμμένα καὶ ἐσφραγισμένα τὰ προστάγματα ἕως ἂν
(12:10) πειρασθῶσι καὶ ἁγιασθῶσι πολλοί καὶ ἁμάρτωσιν οἱ ἁμαρτωλοί καὶ οὐ μὴ διανοηθῶσι πάντες οἱ ἁμαρτωλοί καὶ οἱ διανοούμενοι προσέξουσιν
(12:11) ἀφ’ οὗ ἂν ἀποσταθῇ ἡ θυσία διὰ παντὸς καὶ ἑτοιμασθῇ δοθῆναι τὸ βδέλυγμα τῆς ἐρημώσεως ἡμέρας χιλίας διακοσίας ἐνενήκοντα
(12:12) μακάριος ὁ ἐμμένων καὶ συνάξει εἰς ἡμέρας χιλίας τριακοσίας τριάκοντα πέντε

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Resurrección y salvación: Los versículos 1-4 son de obligatoria referencia cuando se quiere buscar el fundamento bíblico de la resurrección de los muertos. Para muchos comentaristas este pasaje constituye el punto culminante de la revelación contenida en el libro de Daniel. Dios concede la victoria final a su pueblo, haciendo que, tanto vivos como muertos, participen de ella. Quienes se mantuvieron fieles al Señor, aun en los peores momentos de la historia, serán premiados por Dios con la vida eterna.
Pero hay otra intuición: el castigo eterno que sobrevendrá a los impíos. A su manera, el libro de Daniel resuelve el interrogante sobre la suerte del justo que sufre y el malvado que prospera (cfr. Sal 37).
¿Cuándo se cumplirán estas cosas maravillosas? (5.8) La respuesta sigue siendo misteriosa y vedada, pero para los lectores contemporáneos de Daniel está claro que el fin de la crisis es inminente. Recordemos que la literatura apocalíptica utiliza imágenes y símbolos a veces tomados del pasado pero que aluden a un presente crítico con el fin de animar, consolar y sobre todo confortar e invitar a no desfallecer ante los embates del mal.

13s Relatos griegos. El texto hebreo de Daniel termina en el capítulo 12. Sin embargo, cuando se tradujeron los textos del Antiguo Testamento a la lengua griega (LXX) fueron añadidos estos relatos, de origen hebreo, pero compuestos en griego, donde se resalta la personalidad de Daniel. Se trata de relatos populares que tienen un carácter ejemplar. La enseñanza que quieren transmitir es sumamente simple y sencilla, para que cualquier lector u oyente de la época pudiera captarla sin dificultad.

13:1-64 Susana y Daniel. Con el relato de Susana se quiere alabar la sabiduría limpia y justa de Daniel; pero más que eso, se trata de inculcar en el creyente la convicción de que Dios no abandona ni deja en manos de malhechores a quien confía en Él y que, por su parte, los inicuos serán irremediablemente castigados.

14:1-42 Bel o el fraude descubierto. Otras dos historias ejemplares buscan ilustrar la vanidad de los ídolos. Son prácticamente dos sátiras: una contra quienes confían en divinidades de hechura humana (1-22), y la otra es contra la divinidad misma (23-27). Daniel queda en peligro por desenmascarar la falsedad idolátrica, pero el Dios vivo en quien él confía no lo abandona (28-40), al punto que los mismos idólatras tienen que reconocer al Único y verdadero Dios (41s).

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



el Reinado de Dios y el Reposo de Sus Siervos

La exquisita conclusión se enfoca de nuevo en Daniel mismo (cf. 10:2-18). El ve a otros dos, que posiblemente deben considerarse como testigos confirmatorios (Deut. 19:15), parados cada uno en cada orilla del río. Daniel o uno de ellos (ver nota de la RVA) hace la pregunta que ciertamente estaba ya en la mente de Daniel, y que es frecuentemente hecha por el pueblo de Dios cuando está en angustia: ¿Cuándo será el final de estas cosas ... ? (cf. 8:13; Apoc. 6:10). La figura divina (cf. 10:5, 6) levanta ambas manos indicando la solemnidad y confiabilidad de lo que va a decir. Como antes, un tiempo, tiempos y medio tiempo (cf. 7:25) expresa un período general y extenso y también un sentido de que esos períodos son conocidos y limitados por Dios. Justo cuando al pueblo de Dios no le quedan defensas, Dios mismo interviene (7).

Es comprensible que Daniel estuviera perplejo y buscara mayor iluminación sobre el final de esos eventos (8). En forma significativa (para todos los intérpretes posteriores y también para Daniel) le informaron que la revelación del significado de la visión esperaría su cumplimiento histórico; enton ces la división entre los sabios y los malvados será aclarada (10). Los primeros, con el libro de Daniel en la mano, entenderán el verdadero significado de los eventos por los cuales están pasando. Los impíos sólo conocerán confusión y perplejidad.

La figura provee una explicación final (que se funda en 11:31). Desde el tiempo de la abominación desoladora (11) el tiempo de angustia (1) durará aprox. tres años y medio, y se extenderá un mes y medio más (11, 12). Esto puede tener el propósito de un microcosmos del tiempo, tiempos y medio tiempo finales (7) y relacionarse con el sufrimiento bajo Antíoco Epífanes. Parece probable, sin embargo, que también ve más allá a los días finales, esos tres años y medio que completan las setenta semanas, de las cuales solamente sesenta y nueve y media se habían cumplido en 9:24-27.

Apropiadamente las palabras finales son de promesa para el mismo anciano Daniel. El también debe perseverar hasta el fin. Entonces entrará en su reposo. Sus obras continúan siguiéndole hasta su resurrección (v. 13; cf. Apoc. 14:13).

Sinclair B. Ferguson

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. Ver Mat_24:21; Apo_16:18. "El Libro": se trata del "Libro de la Vida". Ver Sal_69:29; Apo_20:12.

2. "Se despertarán", es decir, volverán a la vida. Este es el primer pasaje del Antiguo Testamento donde se afirma con toda claridad la fe en la resurrección de los muertos. Ver 2Ma_7:9; Jua_5:29.

3. Ver Mat_13:43.

7. Ver Apo_10:5-6.

12. El libro de Daniel propone cuatro cifras distintas para referirse a la llegada del tiempo final. En el v. 7 y en 7. 25, habla de tres años y medio, mientras que en el v. 11, en 8. 14 y en este versículo, menciona 1.290, 1.150 y 1.335 días respectivamente. Es evidente que estas cifras tienen un valor simbólico, cuyo significado aún no se ha logrado descifrar satisfactoriamente. Ver nota Apo_11:2.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 12.1 En ese momento: es decir, en el tiempo final (cf. Dn 11.40).

[2] 12.1 El libro o el libro de la vida (Sal 69.28; Ap 3.5) es el registro donde están escritos los nombres de las personas vivas. Estar anotado en el libro significa vivir, y ser borrado de él es lo mismo que morir. cf. Ex 32.31-32.

[3] 12.2 El empleo de la palabra muchos, en oposición a todos (v. 1), puede indicar que este pasaje no se refiere aún a la resurrección universal, sino que encierra una promesa de salvación para los israelitas fieles que habían muerto víctimas de la persecución religiosa (cf. Dn 11.40-41), y también de condenación para los que habían renegado de la alianza (cf. Dn 11.30,32).

[4] 12.7 Tres tiempos y medio: Ap 12.14.

[5] 12.11 Horrible sacrilegio: Dn 9.27; 11.31.

[6] 12.11-12 Es muy difícil determinar con precisión a qué acontecimientos se refieren estas dos cifras. Según algunos intérpretes, la primera (1290 días a partir de la profanación del templo) estaría relacionada con la fecha en que se compuso la gran profecía de Dn 10--12; la segunda, en cambio, podría indicar el momento en que el libro mantenido en secreto (Dn 12.9) debía ser publicado para que los sabios lo comprendieran todo (Dn 12.10).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10-12 Es la última y gran visión, en la que se dan los elementos propios del género literario de «anuncios angélicos». Ya no se habla de los personajes en forma simbólica, sino directamente de los reyes protagonistas de la historia. Incluye el pasado (Dan 11:2-20), el presente (Dan 11:20-39) y el futuro (Dan 12:13 - Dan 13:4), presentado todo ello como profecía.

Torres Amat (1825)



[1] Ex 32, 32; Luc 10, 20; Ap 3, 5; 13, 8.

[12] Dan 7, 25; 12, 7; 8, 14.

CAPITULO 13

[1] El texto hebreo de Daniel termina en 12, 13. La Vulgata incluye otros relatos de Daniel tomados del texto griego de Teodoción. En Qumran se han encontrado fragmentos del ciclo de Daniel.

[5] Nabucodonosor permitió a los judíos continuar con su culto religioso, sus leyes y costumbres, aun estando entre los caldeos.

[34] Lev 1, 4; 4, 24; 16, 21.

[41] Lev 20, 10.

CAPITULO 14

[1] El relato es una sátira judía contra la insensatez de la idolatría y una caricatura del culto pagano.

[2] Más de doce fanegas, unas mil ochenta libras.

[22] Los gentiles respetaban las serpientes grandes y las creían inmortales.

[30] Antes había sido arrojado en ella, solamente una noche. Dan 6, 16.

[35] Ez 8, 3.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_7:25+

NOTAS

12:12 La diferencia entre las cifras de Dan_8:14 (1.150), de Dan_12:11 (1.290) y Dan_12:12 (1.335) queda sin explicación.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_7:25+

NOTAS

12:12 La diferencia entre las cifras de Dan_8:14 (1.150), de Dan_12:11 (1.290) y Dan_12:12 (1.335) queda sin explicación.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— ... días: La cifra dada en este versículo contrasta con la ofrecida en el versículo anterior; en ambos casos se refiere a un período de tiempo de valor indeterminado.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

Se sigue LXX → §194.