Comentario de Santo Toms de Aquino
Lección 2: 1Co 6,7-13
Da otra mano a los Corintios porque entre si litigaban, y exhortalos a que toleren, mas bien que a pelear, las injurias, y en fin, concluye que no todo es conveniente, aunque sea licito todo.7. Ya por cierto es una falta en vosotros el andar con pleitos unos contra otros. ¿Por qué no toleráis antes el agravio? ¿Por qué antes no sufris el fraude?8. Mas vosotros sois los que agraviáis y defraudais, y eso a vuesros propios hermanosi9. ¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No queráis cegaros. Ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adulteros,10. ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avarientos, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los que viven de rapina han de poseer el reino de Dios.11. Tales habéis sido algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y por el Espíritu de nuestro Dios.12. Si todo me es licito, no todo me es conveniente; no porque me es licito me haré yo esclavo de ninguna cosa.13. Las viandas son para el vientre, y el vientre para las viandas; mas Dios destruira a aquél y a éstas; pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; como el Señor para el cuerpo.Luego de haber reprendido el Apóstol a los Corintios sus litigaciones ante los jueces infieles, repréndeles ahora sus pleitos mismos, haciéndoles ver en qué pecaban con eso; y reprende primero en ellos lo que es licito, pero no conveniente; segundo, lo que es de todo punto ilicito. Reprende y ataja una disculpa que pudierán dar.Dice, pues: ya esta declarado que hermanos con hermanos litigan, y eso en el tribunal de los infieles claro esta que no es bueno, mas después de convertidos "ya del todo es un delito", esto es, como tal se os imputa, "el pleitear unos con otros", que debéis andar en paz; porque "al siervo del Señor no le conviene altercar, sino ser manso con todos" (2Ti
2,24). Por donde parece -según la Glosa sobre San Agustín- que es pecado entablar contra alguno un pleito; pero eso es falso; porque, si fuese pecado, pecado también seria, por logica consecuencia, establecer tribunales, lo cual es dar ocasión a que haya litigación, ni tampoco se dijera: "oidios y haced justicia... porque es un juicio de Dios" (
Dt 1,16).A la objeción de la Glosa la Glosa misma responde que a los flacos e imperfectos permiteseles reclamar, poner a pleito sus cosas, pero a los perfectos no; reclamar pueden, si quieren, mas no en forma judicial. A propósito de lo cuai es de saber que hay cosas ilicitas para los perfectos, y cosas ilicitas para todos. Los perfectos, por serlo, no tienen cosa propia, según lo de San Mateo: "si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y ven y sigueme" (19); por consiguiente, no es licito que reclamen como propio lo que licitamente no tienen como propio; pero las cosas que son comunes pueden reclamarlas entablando un juicio; que no pecan, si esto hacen, sino mas mérito tienen; que es obra de caridad defender o recobrar los haberes de los pobres, según aquello del Salmo: "librad al oprimido y al menesteroso; arrancadle de las garras de los impios" (81,4).Mas para que unv litigio a todos esté vedado 3 cosas son menester:a) de parte de la causa, que haya avaricia y codicia. De ahí que cuando del gentio uno le dijo al Señor: "Maestro, dile a mi hermano que me dé la parte que me toca de la herencia; el Señor le respondio: loh hombrel ¿quién me ha constituido a mi juez, o repartidor entre vosotros?" Con esta ocasión les dijo: "estad alerta y guardaos de toda avaricia" (
Lc 12).b) de parte de1! modo, si el pleito se va siguiendo con porfia y con daño de la paz; porque, como dice Santiago: "donde hay tal celo o envidia y Espíritu de discordia, allí reinan el desorden y todo género de vicios" (II!,16); y esto es lo que parece que el Aposto;l censura en ellos, como parece de lo antedicho: "hermano con hermano, uno con otro pleitea".c) de parte del pleito mismo si echa por senda torcida, como si uno, por ejemplo, lleva, al obrar, de vencida, con él fraude, la justicia, según lo dice Is : "para oprimir a los pobres en juicio, y hacer violencia a los desvalidos" (10,2); que es lo que también les echa en cara el Apóstol, como se ve por lo que añade: "mas vosotros sois los que agraviáis y defraudais".Lo cuarto, también es ilicito por el escandalo que de ahí se sigue. Por lo cual manda el Señor: "al que quiera armarte pleito para quitarte tu tunica, alargale también la capa" (
Mt 5,40). Pero si es por caridad, uno puede reclamar lo suyo ante el tribunal. De ahí lo de San Gregorio: cuando por necesidad nos vemos en el apremio de cuidar de nuestras cosas, a los que nos ponen pleito o solo hay que tolerarlos, o por caridad atarlos, no sea que pongan las manos en \o no suyo y se pierdan.Mas, ya que pudierán decir: por necesidad nos vemos embarcados en litigios, esto es, para oponer a las injurias y fraudes de los demás resistencia, quitales también esa excusa, al anadir: "¿por qué no toleráis mas bien el agravio" manifiesto?, soportandolo con paciencia, según lo que dice el Señor: "antes, si alguno te hiriere en la mejilla derecha, ofrécele también la otra" (
Mt 5,39).Cuanto a lo segundo, agrega: "¿por qué no el ser defraudados?", con trampantojo enganoso, según lo de San Mateo: "a quien te forzare a ir cargado mil pasos, ve con él otros dos mil" (5,41). Mas, como explica San Agustín, estos preceptos del Señor no hay que observarlos siempre en la ejecución de una obra, pero tenerlos siempre en la preparación del animo, para estar siempre dispuestos a hacer o soportar esto antes que faltar, en la mas minima cosa, a la caridad fraterna.Pasa luego a reprender lo que en ellos hay de ilicito en todo punto; y primero la injusticia manifiesta, al decir: "mas vosotros sois los que agraviais", esto es, hablando injusta y descaradamente contra los demás, sea en juicio, o fuera del tribunal (
Si 9).Segundo, el engaño mañoso, al añadir: "y defraudáis (
Pr 12).Tercero, con la circunstancia agravante de que una cosa y otra son en perjuicio de "los propios hermanos", esto es, los fieles, a quienes nos corre mayor obligación de hacerles bien, según aquello de los Gálatas: "así que, mientras tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y mayormente a aquellos que son, mediante la fe, de la misma familia del Señor que NOSOTROS"; a quienes no debiera decirse lo de Jeremías: "guardese cada uno de su prójimo, y nadie se fie de sus hermanos; porque todo hermano hara el oficio de traidor, y todo amigo procedera con fraudulencia" (9)."¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios?" Manifiesta lo que había dicho tocante a lo que es de todo punto ilicito, y a lo que es licito, pero no conveniente. Dice, pues: ya denuncié que hacéis agravios y fraudes, que es lo mismo que obrar la iniquidad; mas ¿por ventura ignoráis que los inicuos no tendrán parte en el reino de Dios?", como si dijera: al parecer lo ignorais, pues de la iniquidad no os apartais, siendo por el contrario, que el Salmista y San Mateo claramente sentencian: "¡Apartaos de mi todos los obradores de la iniquidad!"Luego les puntualiza y determina la verdad, al decirles: "no queráis cegaros. Ni los fornicarios, ni los idolatras... han de poseer el reino de Dios"; y primero les r.".estra el riesgo que corren los malvados, y como ellos mismos escaparon de este peligro, para que teman no volver a las andadas. Dice, pues: "no os llaméis a engano", lo cual dice señaladamente, porque acerca de la impunidad de los pecados había una multitud de errores (
Sg 2). Unos -filosofos- desatinaron creyendo que en Dios no había providencia que cuidase de las cosas humanas, según \o de Sofonias: "el Señor no hace bien ni hace mal a nadie" (I,12).Otros, por creer que para salvarse bastaba la fe sola, según San Juan: "el que cree en Mi no morira para siempre" (XI).Otros, por creer que con solos los Sacramentos serian salvos: "quien creyere y se bautizare sera salvo" (
Mt 28); "el que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna" (6).Otros, por ser de opinión que, para poder pecar, sin tener cuenta que dar, basta con la devoción de las Obras salvadoras de sola Misericordia; por no haber bien entendido que lo que dice San Lucas (XI,41) de que la limosna limpia no tiene ningun sentido, ni es de provecho lo hecho si se hace sin caridad. "Aun cuando yo tuviera toda la fe posible y distribuyese todos mis bienes para sustentar a los pobres, mas caridad no tuviese, no me sirve de provecho todo lo que hubiese hecho" (
1Co 13).. Por tanto, si sola la caridad da entrada al reino de Dios, luego los vicios contrarios excluyen de entrar allí, como él añade diciendo: "ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adulteros (
He 13), ni los muelles, esto es, afeminados, ni los sodomitas (
Gn 18), ni los avarientos, ni los ladrones (Stg. 5), ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los que viven de rapina han de poseer el reino de Dios"; porque, como dice Is : "allí habra una senda y camino real, que se llamara, o sera, camino santo; no lo pisara hombre inmundo" (35,8); y el Apocalipsis: "no entrara en esta ciudad cosa sucia, ni quien comete abominacion" (21,27). Y es de advertir que hace aquí una lista de los mismos vicios que había enumerado en d capitulo antecedente; pero añade otros 3: dos que pertenecen al género de la lujuria: el adulterio y el vicio contra naturaleza, y uno al género de la injusticia, el hurto.Vicios de cuyo riesgo escaparon, que es lo que aquí indica diciendo: "tales habéis, sido"; y les trae a la memoria que otrora fueron escoria: "y tales habéis sido en otro tiempo", es a saber, fornicarios e idolatras... Hace mención de estos dos de; modo muy especial, porque en ellos se excedieron sin limite ni medida. "Fuisteis en otro tiempo tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor" (
Ep 5)."Muestra, en segundo lugar, como por dentro se vieron libres, al decir: "pero fuisteis lavados, por virtud de la sangre de Cristo en el bautismo (
Ap 1); fuisteis santificados; en virtud de la misma sangre de Cristo fuisteis consagrados por la gracia (
He 13); fuisteis justificados", para vivir en estado de justicia y de virtud, como dice en Romanos: "a quienes llamo también los justifico".Anadase la causa de estos beneficios, y primero de parte de la humanidad de Cristo, al decir: "en el nombre de nuestro Señor Jesucristo", esto es, por la fe en la invocación del nombre de Cristo, según aquello: "pues no se ha dado a los hombres otro nombre debajo del cielo, por el cual debamos salvarnos" (
Hch 4,12). Segundo, de parte de la divinidad, al agregar: "y por el Espíritu de nuestro Dios" (
Ez 37). Ya, pues libres os veis de aquellos vicios, pero a costa de cuantos sacrificios, en gratitud por tantos beneficios, no debéis nunca mas tornar a ellos.-"Si todo me es licito, no todo me es conveniente". Manifiesta lo que había dicho de los pleitos judiciales vedados, mostrando en qué sentido los desaprobo, es a saber, no porque fuesen del todo ilicitos, sino como inconvenientes y nocivos. Así que primero propone lo que había reprendido ser licito, pero no conveniente, diciendo: "si todo me es licito, no todo me es conveniente". Lo que un hombre puede hacer, y no le esté prohibido, es lo que llamamos licito. Hay doble prohibición, una de coacción, otra de precepto, y a tenor de esta división, por licito entendieron algunos lo que no esta prohibido por ninguna necesidad de coacción; y porque en el hombre el libre albedrio no esta sujeto a esa coacción, pensaron que el Apóstol hablaba en ese sentido, al decir: todo me es licito, es a saber, por quedar a discreción del libre albedrio del hombre todas las cosas, obuenas, o malas, según dice el Eclesiastico: "delante del hombre están la vida y la muerte, el bien y el mal; lo que escogiere le sera dado" (15,1 8). Pero este modo de hablar es ajeno de la Escritura Sagrada, donde se dice que lo que la ley divina prohibe no es licito, como aquello del Bautista: "no te es licito tener por mujer la de tu hermano" (
Mt 14). Por tanto, lo que aquí dice el Apóstol: "todo me es licito" no puede entenderse absolutamente tal como suena, sino de modo que lleve entranado este sentido: todo me es licito, si, con ta!! que no esté prohibido por la santa ley de Dios.Y esto de !la licitud puede referirse a 3 cosas:a) a lo ya dicho de los pleitos, es a saber, que todo mundo puede reclamar judicialmente lo suyo, ya que no es cosa prohibida por la ley divina.b) a lo que, dice mas adelante del uso indiferente de los manjares, en este sentido: me es licito comer manjares de todo género, según aquéllo de Tito: "todo es puro para los puros".c) a lo que dira también de recibir dinero, asimismo en tal sentido todo me es licito, es a saber, recibir para vivir lo que necesitamos yo y los otros Apostoles companeros mios.-"pero no todo me es conveniente"; y conveniente cj aquello que no es remora ni estorbo para conseguir ü\ fin. Mas aunque de todo punto la consecución del fin no la excluyan ciertas cosas, mas ponenie alguna traba, como el matrimonio, porque, como mas adelante se dira, la mujer casada piensa en las cosas del mundo y en como ha de agradar al marido. De ahí que dijerán Jos discipulos: "si tal es la condición del hombre con respecto a su mujer, no tiene cuenta el casarse" (
Mt 19,10). La fornicación, por el contrario, ni es licita ni conveniente, pues da de mano totalmente al fin, que es la vida eterna.Así pues, a estilo del matrimonio, que es licito, pero no conveniente, las reclamaciones judiciales, las comidas indiferentes de manjares, los estipendios de los fieles para los gastos de los sacerdotes, son cosas licitas, ya que ni están prohibidas ni van contra la justicia, pero no son convenientes, o porque impiden la paz con el prójimo, o porque por ellas a los flacos en la fe se da escandalo u ocasión de soltar la maldita. "No todo es conveniente a todos".Puede entenderse de otra manera, no absoluta, sino condicionada, de suerte que el sentido sea éste: dije que ni los fornicarios, ni los adulteros... poseerán el reino de Dios; por tanto, ni el adulterio ni la fornicación son cosas licitas, porque excluyen el fin; mas dado que lo fuesen, "no todo es conveniente", porque hay cosas que son trabas para la vida humana. De ahí que en persona de los impios diga la Sabiduría: "nos hemos fatigado en seguir la carrera de la iniquidad y de la perdición; andado hemos por senderos fragosos" (5,7).Muestra, en segundo lugar, que es pernicioso eso del "todo me es licito", del modo arriba explicado; porque, aunque licito fuese, "no por eso me haré esclavo o estaré a merced de nadie"; que el que de algo se sirve, o licito o no, en cierto modo a esa cosa o al hombre reconoce el Señorio. A la cosa, porque el que mucho la ama se hace de alguna manera siervo suyo, como dice a los Romanos: "pues los tales no sirven a Cristo Señor nuestro, sino a su propia sensualidad" (16,18). Al hombre, pues cuando uno hace aquello que no conviene, de algún modo se sujeta a ser juzgado por otros; de modo especial aquel que reclama al tribunal, sujeto al poder del juez queda, pidiendo \o suyo. "Pues ¿por qué me he de exponer a que sea condenada por la conciencia de otro esta libertad que tengo?"Por ultimo da razón de lo que estaba diciendo, es a saber, lo primero, de por qué es licito todo, quiere decir: "la comida para el vientre", para que cocida ahí se convierta en alimento de todo el cuerpo; "y el vientre para las comidas", esto es, sirve para recibirlas y cocerlas. Por tanto, pues, porque así lo tiene dispuesto Dios que ande solicito el vientre por recibir la comida, y el blanco de la comida es ir a parar al vientre (
Gn 1,29-30); por esta necesidad perentoria de comer o para comer de todo, no le es ilicito al hombre poner a pleito sus cosas, o que reciba estipendios él padre predicador.Mas dice también por qué no conviene siempre todo; pues trocar lo corruptible -aquí el vientre y la comida- por lo que nunca ha de estar sujeto a la corrupción -alla el reino celestiales de tal daño y perjuicio que, ya se ve, no conviene; porque, después de esta vida, cesara toda comida, pues, por el poder de Dios, los cuerpos resucitados, para estar bien conservados, no habrán menester comer, que es lo que dice: "mas Dios destruira, o hara que cese, aquél, el vientre -no que haya dejar de ser, sino de ser como ahora- y a éstas, las viandas, en cuanto al uso del hombre, porque en la resurrección los hombres serán como angeles (
Mt 22).