Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 109 (Vg 108): Oración Imprecativa Contra los Impíos.
E l salmista se presenta como perseguido por un enemigo que tiene un cargo público. Después de pedir el auxilio divino para que le saque de la apurada situación en que se halla (1-5), se desahoga en imprecaciones contra él y su familia (6-20); solicitando de nuevo la protección divina (21-29), termina con una promesa de acción de gracias (30-31). El argumento es similar al de los salmos 35, 55, 69 y 70, aunque las imprecaciones son más vehementes y cargadas de tremenda acritud. Para nuestra
sensibilidad cristiana resultan intolerables, pero han de entenderse a la luz de la inferior sensibilidad moral de las gentes del A.T. El ideal del
amor fraterno y del perdón a los enemigos, predicado en los Evangelios, es característico de una etapa de revelación que supera y corrige las perspectivas del A.T. El título atribuye la composición a David, pero nada en el salmo insinúa que el salmista sea de posición alta con autoridad, sino, al contrario, más bien da la impresión de pertenecer a la clase de los humildes y despreciados, cuyos derechos son sistemáticamente preteridos. Parece que hay dependencias literarias del libro de Job, lo que nos lleva a una época tardía de composición, ciertamente después del exilio. Discuten los autores sobre el sentido del salmo; así, para unos el salmista es símbolo de la clase oprimida y piadosa; en cambio, para otros el salmo aludiría a la situación de Israel, perseguido y oprimido por otros pueblos; pero nada en la composición sugiere este sentido colectivo. Hay muchas analogías conceptuales de este salmo con el 25 y el 69.
Súplica del auxilio divino (1-5).
1
Al maestro del coro. Salmo de David 1
. Dios, alabanza mía, no calles, 2
porque la boca del impío y del doloso se abre contra mí. Me hablan con lengua engañosa. 3
Rodéanme de palabras de odio y me combaten sin causa2
4
En pago de mi amor me acusaban, y yo no hago más que orar2
. 5
Me vuelven mal por bien, y odio por amor. El salmista, asediado por múltiples enemigos, acude al único que puede aliviarle de la situación, y así, con toda confianza, le dice que no permanezca mudo ante tantos atropellos, sino que intervenga con sus juicios punitivos para defender su causa, que es la de la justicia 3. Dios es el objeto permanente de su
alabanza, y, por tanto, no le puede ahora desamparar. Es el blanco de las calumnias y engaños que amenazan su reputación social4. En su conciencia nada le reprocha, pues siempre ha procurado hacerles
bien, y en pago le devuelven una hostilidad sañuda y sistemática 5.
Imprecaciones contra los agresores (6-20).
6
Suscita contra él al malvado y esté a su diestra el acusador6
. 7
Cuando se le juzgue, salga condenado, y por pecado sea tenida su plegaria. 8
Sean pocos sus días y otro ocupe su empleo. 9
Sean huérfanos sus hijos, y su mujer viuda. 10
Vaguen errantes sus hijos y mendiguen, sean arrojados de sus (casas) arruinadas7
. 11
Enrede el acreedor cuanto tiene y róbenle extraños (el fruto de) su trabajo. 12
No tenga nadie que le favorezca ni quien tenga compasión de sus huérfanos; 13
sea dada su posteridad al exterminio, bórrese su nombre en una generación. 14
¡Venga en memoria ante Yahvé la culpa de sus padres y no sea borrado el pecado de su madre 15
Estén siempre presentes a Yahvé, y extirpe de la tierra la memoria de ellos. 16
Porque no se acordó de hacer misericordia, sino que persiguió al mísero y al desvalido, y al de atribulado corazón para llevarle a la muerte. 17
Amó la maldición, venga sobre él; no quiso la bendición, aléjese de él. 18
Vista la maldición cual un vestido, penetre como agua en sus entrañas y como aceite en sus huesos. 19
Sea para él como vestido que le envuelva y como cinto que siempre le ciña. 20
Tal sea la recompensa de Yahvé para los que me acusan y para los que hablan malamente contra mi alma. Llevado de un arranque de despecho por tan injustas persecuciones, el poeta desea los mayores males a sus enemigos. Las imprecaciones son extremosas y han de medirse conforme al módulo de la hipérbole oriental: que sus enemigos sean llevados al tribunal y allí encuentren un duro
acusador, de modo que sean hallados culpables (v.7); que el fin de su vida sea prematura 8, y que les sucedan pronto en su
empleo o cargo de autoridad, desde el que persigue a los desvalidos 9; que sea víctima de un usurero despiadado (v.11), y pierda así toda se hacienda10. Las imprecaciones se siguen de modo impresionante, llegando a desear que Dios no les perdone los pecados (v.15). La razón de esto estriba en sus injusticias y atropellos sobre los desvalidos; por ellos se atrajo la
maldición divina, y ya es hora de que reciba su merecido. Deliberadamente buscó su perdición, y ahora debe sobrevenir la recompensa a sus obras (v.20). Nuestra sensibilidad cristiana se rebela contra estos desahogos extremosos y apasionados del poeta hebreo, pero no dehemos perder de vista que ante sus ojos no existía aún la esperanza de la retribución en ultratumba, y, por otra parte, las luces evangélicas de la caridad fraterna estaban todavía muy lejos de los espíritus más selectos del A.T.
Nueva súplica del auxilio divino (21-29).
21
Pero tú, Yahvé, mi Señor, obra en mi favor por tu nombre, líbrame según la bondad de tu misericordia; 22
pues yo soy un mísero desvalido, y mi corazón está herido en mi interior. 23
Me voy como sombra que declina, soy sacudido como la langosta. 24
Mis rodillas se debilitan por el ayuno, y mi carne, enflaquecida, desfallece11
. 25
Soy el oprobio de ellos; me miran y mueven la cabeza. 26
¡Ven en mi socorro, Yahvé, Dios mío; sálvame en tu piedad! 27
Conozcan que en esto está tu mano, que eres tú, Yahvé, quien lo ha hecho. 28
Maldicen ellos, pero tú bendices; ellos se yerguen, pero serán confundidos, y tu siervo se alegrará. 29
Se vestirán de ignominia los que me acusan y se cubrirán de vergüenza como con un manto.
En contraposición a la suerte que les espera a los impíos y opresores, el salmista espera para él la protección divina 12, pues está seguro de su benevolencia, ya que Yahvé tiene predilección por los oprimidos y míseros 13: se siente desfallecer como sombra que se alarga hasta que se oculta el sol en el horizonte 14. Oprimido por el dolor y el sufrimiento moral, se siente desfallecer, sin apetito (v.24). Todos
mueven la cabeza con gesto despectivo e irónico, como considerándole maldito de Dios 15. Su esperanza está ahora en el auxilio divino: es la hora de manifestar su predilección por él, mostrando que su
mano está a su favor y que es Yahvé el que ha obrado su salvación. En ese caso las
maldiciones de sus enemigos quedan compensadas
con las bendiciones de Dios, y, a pesar de su altanería e insolencia, serán
confundidos y avergonzados cuando les llegue el castigo divino. Será entonces la hora del triunfo de su
siervo, que se alegrará al verse rehabilitado y vindicada la justicia divina 16.
Promesa de acción de gracias (30-31).
30
Yo alabaré grandemente a Yahvé con mi boca y le loaré en medio de la muchedumbre; 31
porque se pone a la derecha del pobre, para salvarle de los que le juzgan su alma. Como es ley en estos salmos deprecativos, el poeta termina su composición prometiendo una solemne acción de gracias, porque con su experiencia ha comprobado que Yahvé no abandona al desvalido cuando se halla ante los tribunales que buscan perder su
alma o vida. Dios es su abogado en los momentos difíciles
y le salva de los que conspiran contra su vida. El impío, en cambio, se encontrará desamparado ante los tribunales y atacado por un implacable acusador, y así será inexorablemente declarado culpable.
1 En el discurso de San Pedro, relatado en
Hec_1:16-20, se atribuye este salmo a David, conforme a la creencia prevalente entonces entre los judíos, sin que esto prejuzgue el problema de su autenticidad crítica. 2 Lit. yo soy una oración. 3 Cf. Sai 35:2j; 39.13; 50:41 83:2. 4
Sal_35:8.19-20;
Sal_69:5;
Pro_1:11. 5 Cf.
Sal_35:13;
Sal_38:21;
Jer_18:20. 6 Acusador: en hebreo satán, que en
Job_1:6 aparece como el ñscal que tiene Dios para acusar y probar la virtud de los hombres. Más tarde designó al demonio. 7 Que
se les arroje: así los LXX. El TM: que busquen. 8 Cf.
Sal_37:36-37;
Sal_55:23. 9 Cf.
Isa_22:193. 10 Cf.
2Re_4:1s;
Neh_5:1-7. 11.Lit. el TM: Mi carne está debilitada por falta de aceite. Así traduce la Bib.
de Jér. Aceite sería en ese caso sinónimo de grasa, de fuerza. 12 Cf.
Sal_119:126; Jer 14,? 13 Cf. 40,18; 55:5- 14 Cf.
Sal_102:11. 15 Cf.
Sal_22:8;
Sal_59:12-13;
Lam_2:15;
Job_16:4. 16 Cf.
Sal_71:14;
Sal_35:27.