Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
4. La Corrupción de la alta sociedad de Samaria.
Lujo y desenfreno de las Mujeres (1-5).
1 Oíd esto, vacas de Basan, que moráis en la montaña de Samaría, las que oprimís a los débiles, maltratáis a los pobres y decís a vuestros señores: ¡Traed que bebamos! 2 Yahvé, el Señor, ha jurado por su santidad que vendrán días sobre vosotros en que os levantarán con bicheros, y a vuestros descendientes con arpones, 3 y saldréis por las brechas cada una frente a sí, y seréis arrojadas hacia el Hermón, oráculo de Yahvé. 4 Id a Betel a prevaricar, a Guilgal a multiplicar vuestras prevaricaciones. Ofreced vuestros sacrificios matinales y cada tres días vuestros diezmos. 5Pregonad el sacrificio de alabanza i. Proclamad las ofrendas voluntarias, pregonadlas, pues que así lo queréis, hijos de Israel, oráculo de Yahvé. El profeta se encara con las mujeres disolutas y lascivas de Samaría, a las que despectivamente llama
vacas de Basan (v.1), la región fértil de TransJordania, famosa por sus pastos y ganados bien alimentados 2. Estas mujeres opulentas de Samaría oprimen a los débiles y se entregan ininterrumpidamente a la bebida con sus
señores o amantes:
¡Traed que bebamos! Este estado de cosas no puede continuar indefinidamente, pues se colma la copa de la ira divina y se acercan días en que serán enterradas entre las ruinas de sus palacios, de donde tendrán que sacarlas
con bicheros. y arpones (v.2). Tendrán que salir por las
brechas de los muros de la ciudad o de su casa
cada una delante de sí (v.3), es decir, sin poder volverse ni a derecha ni a izquierda. Y después no les quedará otro camino que el cautiverio en Asiría (
seréis arrojadas hacia el Hermón).
El monte
Hermón se hallaba en la ruta caravanera que por Damasco se dirigía hacia Mesopotamia.
Irónicamente, el profeta les invita a asistir a los tradicionales lugares de culto cismáticos del reino del norte:
Id a Betel., a Guilgal. (v.4). Esas mujeres son tan cumplidoras de sus deberes religiosos en esos lugares de culto, que ofrecen
sacrificios matinales, es decir, todos los días, cuando sólo estaban obligadas a hacerlo algunas veces al año, y lo mismo presentan sus
diezmos cada tres días (v.4), cuando sólo les obligaba hacerlo cada
tres años 3. Irónicamente les dice que proclamen los
sacrificios de alabanza y ofrendas voluntarias que prescribía la Ley, puesto que son muy propensos a guardar los actos de culto:
pues que así lo queréis (v.5).
Ceguera del pueblo israelita (6-13).
6 Pero yo os he hecho estar a diente limpio en vuestras ciudades, y a falta de pan en todos vuestros lugares, y no os habéis vuelto a mí, oráculo de Yahvé. 7 También os negué la lluvia desde tres meses antes de la siega; hice llover en una ciudad y no hice llover en otra, llovió en una parte y en otra no llovió y se secó. 8 Venían dos o tres ciudades a otra para beber el agua, sin poder saciarse, y, con todo, no os convertisteis a mí, oráculo de Yahvé. 9 Os herí con añublo y con tizón, devasté vuestras huertas y vuestras viñas, la langosta devoró vuestras higueras y vuestros olivos, pero no os convertisteis a mí, oráculo de Yahvé. 10 Os castigué con plagas a modo de las de Egipto, maté a vuestros mancebos a la espada, di al cautiverio a vuestros caballeas, y en mi furor abrasé con el fuego vuestros campos, pero no os convertisteis a mí, oráculo de Yahvé. 11 Os trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y Gomora; fuisteis como tizón sacado del fuego, pero no os convertisteis a mí, oráculo de Yahvé. 12 Por tanto, mira lo que voy a hacerte, Israel; mira lo que te haré. Apréstate a comparecer ante tu Dios, Israel, 13 el que formó los montes y creó los vientos y pone al desnudo ante el hombre los pensamientos de éste; el que del alba hace tinieblas y marcha por las alturas de la tierra; Yahvé, Dios de los ejércitos, es su nombre. Yahvé ha probado con diversas adversidades a su pueblo para hacerle volver al buen camino, pero ha sido todo en vano. Les ha enviado la sequía y el hambre (v.6-8); y los moradores de una ciudad han tenido que ir a otra en busca del agua, que se les acabó en las propias cisternas. Además, les envió toda clase de plagas: el añublo, el tizón, las langostas (v.9), y por fin los sometió a la terrible prueba de la guerra (v.10). Y aún les envió terremotos (1:1), trastornando el país, como en otro tiempo lo hizo con Sodoma y Gomorra (v.10) 4.
Israel se ha escapado de la ruina total a duras penas, como un
tizón sacado del fuego (v.11). Todo ha sido en vano, y por eso Yahvé va a someter a Israel a un castigo definitivo y supremo:
apréstate a comparecer ante tu Dios, Israel (v.12). El Dios de los ejércitos, cuyo poder es sin límites, es el mismo que formó
los montes y los vientos y que dirige el curso de la naturaleza
(hace
del alba tinieblas., v.13) y en su majestad se pasea sobre las
alturas de la tierra. El profeta describe enfáticamente a Yahvé como Señor del universo para infundir mayor terror a Israel, que debe presentarse ante el juicio divino 5. Yahvé es Dios
de los ejércitos, es decir, Señor de las constelaciones celestiales, que avanzan como un ejército en orden, y el Señor de las batallas, cuya victoria está garantizada por mil gestas de la historia del pueblo hebreo. La expresión les recordaba a los israelitas la protección que en otro tiempo les había dispensado Yahvé frente a los enemigos tradicionales del pueblo elegido. Amos acumula los epítetos y los títulos de la grandeza divina para impresionar al auditorio, que sigue impenitente. La ira divina será terrible, pues proviene del Señor de todo lo creado; por tanto, es una locura desafiarla insolentemente con una conducta depravada.
1 Así según una reconstrucción de Hoonacker. El TM dice: sacrificad del fermento, la alabanza. Según
Lev_7:12, el sacrificio de alabanza era a base de pan sin levadura. Supuesta la lectura del TM, el profeta les echaría en cara que ofrecieran esos sacrificios con panes
fermentados, lo que era ilegal. 2 Cf.
Deu_32:14;
Eze_39:18;
Isa_2:13, etc. 3 Cf.
Deu_14:28-29;
Deu_26:12-13. 4 La misma comparación aparece en
Deu_29:22;
Isa_13:19; Jer 49:18:
Jer_50:4. 5 Cf.
Miq_1:3;
Isa_19:1;
Sal_104:3;
Amo_5:8-9;
Amo_9:5-6.