Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
35. Felicidad de los Tiempos Mesiánicos.
Este capítulo constituye un deslumbrante contraste con el anterior, con el que, sin embargo, forma unidad literaria. Frente a la desolación de Edom, efecto de la maldición divina por haber oprimido a Judá, el profeta presenta el cuadro deslumbrador de los tiempos mesiánicos en la tierra de Israel, transformada en el más bello de los vergeles. La imaginación poética no tiene límites en esta descripción, y la hipérbole es llevada hasta el extremo. En realidad, todo este cuadro deslumbrador no es sino un pálido reflejo de la realidad sobrenatural del mundo de la gracia en los tiempos mesiánicos, y si la naturaleza material no se transformó con el advenimiento del Mesías, el alma de los ciudadanos de la nueva teocracia mesiánica recibió un germen divino que va transformando como un fermento la humanidad. De ahí que podemos decir que las descripciones arrebatadoras de los profetas se quedaron cortas respecto de la grandeza y belleza de los tiempos mesiánicos.
Desde el punto de vista literario, este fragmento tiene mucho parecido con los c.40-66. Por ello, no pocos autores suponen que es del mismo autor, posterior a Isaías. No obstante, debe notarse que aquí no hay alusiones explícitas al exilio babilónico.
Transformación de la naturaleza (1-2).
1 Exultará el desierto y la tierra árida, se regocijará la estepa como un narciso, 2 Florecerá y exultará y dará cantos de triunfo; le será dada la gloria del Líbano, la magnificencia del Carmelo y del Sarón; ellos verán la gloria de Yahvé y la magnificencia de nuestro Dios. Palestina, tierra tradicionalmente árida como el
desierto y la estepa (v.1), se revestirá de exuberante vegetación, tachonada de narcisos y de flores de toda clase (
Can_2:1), pudiendo competir en feracidad con
la gloria del Líbano, la magnificencia del Carmelo y del Sarán (v.2), regiones famosas por su pujante vegetación de todas clases: el Líbano con sus cedros, el Carmelo con sus feraces pastos y Sarón con su policromía de flores a lo largo de la costa desde Jafa al Carmelo. Los futuros ciudadanos (
ellos, v.2) serán testigos de esta manifestación gloriosa de Yahvé,
nuestro Dios: el profeta se pone en la perspectiva de los futuros israelitas, ciudadanos de la nueva teocracia.
Exhortación a los pusilánimes y liberación (3-10).
3 Fortaleced las manos desfallecidas y afianzad las rodillas vacilantes. 4 Decid a los apocados de corazón: ¡Valor! No temáis, he ahí nuestro Dios. Viene la venganza, viene la retribución de Dios, viene El mismo, y os salvará, 5Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, se abrirán los oídos de los sordos. 6Entonces saltará el rengocomo un ciervo, y la lengua de los mudos cantará gozosa. Porque brotarán aguas en el desierto, y torrentes en la estepa. 7Y la tierra abrasada se convertirá en estanque, y el suelo árido en fuentes. Lo que fue morada y cubil de chacales, se cubrirá de cañas y juncos. 8 Y habrá allí una calzada y camino, que se llamará la vía santa; nada impuro pasará por ella. El mismo guiará al caminante, y los simples no se descarriarán. 9 No habrá allí leones, ni fiera alguna subirá. Por ella marcharán los redimidos 10 y volverán los rescatados de Yahvé. Vendrán a Sión con gritos de júbilo, y alegría eterna será sobre sus cabezas. Gozo y alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y los llantos. Los contemporáneos del profeta estaban apesadumbrados y pesimistas, sumidos en la mayor pusilanimidad por efecto de tantas calamidades. Esta profecía, pues, no tiene otro fin que fortalecer a los pusilánimes (v.1) con la esperanza de la pronta manifestación de Yahvé.
La venida de Dios traerá la salvación y la liberación definitiva. Su aparición será el principio de una transformación de los hombres y de la misma naturaleza. Nada defectuoso formará parte del nuevo estado de cosas, pues todo el que esté tratado será automáticamente corregido en su defecto: verán los ciegos, oirán los sordos, hablarán los mudos, saltarán los rengos con la ligereza del ciervo. Todo esto se cumplió materialmente en las curaciones realizadas por nuestro Señor, el Mesías ansiado de los profetas. Con todo, la imaginación profética no siempre se atiene a la realidad escueta, sino que va sembrando esperanzas y, en ansias del futuro, se desborda en imágenes que muchas veces no tendrán realidad histórica; pero el mensaje sustancial de los oráculos permanece, es decir,
su contenido espiritual.
En esa naturaleza transformada del desierto (
tierra abrasada)
habrá una
vía santa o calzada sagrada para los peregrinos que retornen a Sión. Se llama
santa porque nada pecaminoso o impuro podrá transitar por ella. Por otra parte, será una avenida sagrada tan clara y sin obstáculos, que ni los más simples se extraviarán (v.8); y para facilitarles el viaje y hacerles agradable el itinerario brotarán estanques y
fuentes (v.7) a lo largo de ese desierto transformado. Las fieras y chacales, moradores del desierto, no les harán daño alguno, ni se acercarán a esa
vía sacra por donde han de pasar los
redimidos (v.8),
o repatriados, camino de Jerusalén. Los
rescatados darán gritos de júbilo y adornarán sus cabezas, como era usual, para manifestar la alegría cuando divisen la ciudad santa de Sión. Con esta descripción deslumbradora y poética del retorno de los exilados termina la primera parte del libro de Isaías.
Apéndice histórico (c.36-39).
Estos c.36-39 constituyen un apéndice histórico a la primera parte del libro de Isaías. Se leen literalmente en
2 Re 18:13-20:10 con ligeras divergencias. Parece que el texto de Isaías depende del relato del libro de los Reyes. Al menos hay algunos indicios que insinúan esto, como la mención de la muerte de Senaquerib (681 a.C.), ocurrida probablemente cuando ya no existía Isaías. Generalmente se admite también que el relato del libro de los Reyes depende de un documento anterior común a ambosl
. 1 El texto hebreo dice literalmente: Y él por ellos, viajando. Con una ligera corrección letras, tenemos el sentido arriba expuesto, que se adapta bien al contexto.