Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
2. La Restauración de Jerusalén.
Visión del varón con la cuerda de medir (1-9).
1 (5) Alcé de nuevo los ojos, miré, y vi a un varón que tenía en la mano un cordel de medir, 2 (6) y le pregunté: ¿Adonde vas? El me respondió: A medir a Jerusalén para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud. 3 (7) Apareció el ángel que hablaba conmigo, y vi que venía a su encuentro otro ángel, 4 (8) que le dijo: ¡Corre! Di a ese joven: Sin murallas será habitada Jerusalén; tal será en ella la muchedumbre de hombres y animales. 5 (9) Y yo seré para ella, dice Yahvé, muro de fuego en derredor, y seré su gloria en medio de ella. Después de anunciar el castigo sobre las naciones paganas opresoras de Judá, el profeta nos presenta otra visión en la que se simboliza plásticamente la futura grandeza de Jerusalén. El profeta contempla en visión a un joven con un
cordel de medir, pues quiere saber cuánta es la anchura y la longitud de Jerusalén (v.2/6). El profeta aquí le pregunta, sin intermediario, al joven qué es lo que pretende hacer. Después de oír su respuesta, entra en escena el
ángel intérprete, dispuesto a citar explicaciones más amplias al profeta, aunque un nuevo
ángel explica al intérprete el verdadero sentido simbólico de la acción del joven: Jerusalén será tan grande en el futuro, que no tendrá murallas, y, por tanto, es inútil querer medir su perímetro. Jerusalén será una inmensa ciudad abierta guardada por el mismo Yahvé, que formará en torno a ella como
un muro de fuego infranqueable a los posibles invasores (v.5/8).
Zacarías no podía presentar a sus compatriotas, que se ocupaban penosamente en reconstruir su ciudad, un horizonte más optimista.
Jerusalén superará el esplendor antiguo y estará bajo la especialísima y personal protección de su Dios. Como siempre, los profetas proyectan su mirada hacia los
tiempos mesiánicos, conforme a las promesas recibidas. Su misión era sostener y fomentar el fuego de la esperanza en sus compatriotas para que no se dejaran llevar del desánimo y de la desesperación ante tantas pruebas y contrariedades. Los profetas anteriores al exilio anunciaban la era venturosa mesiánica después del cautiverio babilónico, pero la realidad en los tiempos de Zacarías era muy otra, y la perspectiva de una inmediata inauguración de los tiempos mesiánicos se alejaba indefinidamente a menos que hubiera una intervención súbita de Dios.
Llamamiento a los exilados (6-17).
6 (10) ¡Hala, hala! Huid de la tierra del aquilón, oráculo de Yahvé, pues a los cuatro vientos del cielo os aventaré, oráculo de Yahvé. 7 (11
) ¡Hala, Sión! ¡Ponte a salvo, tú que habitas en Babel! 8 (12) Porque así dice Yahvé de los ejércitos: Después de la aflicción me ha enviado a las gentes que os despojaron, porque el que os toca a vosotros toca a la niña de mis ojos2. 9 (13) Porque he aquí que yo agito mi mano contra ellos, y serán presa de quienes fueron sus esclavos, y sabréis que Yahvé de los ejércitos me ha enviado. 10 (14) Jubila y regocíjate, hija de Sión, porque llegaré y habitaré en medio de ti, oráculo de Yahvé. 11 (15) Aquel día se unirán a Yahvé muchas gentes, que serán mi pueblo, y yo habitaré en medio de ti, y sabrás que Yahvé de los ejércitos me ha enviado a ti. 12 (16) Yahvé poseerá a Judá, su heredad, en la tierra santa, y será Jerusalén su elegida. 13 (17) Calle toda carne ante Yahvé, que se ha despertado de su santa morada. La exhortación a salir de Babilonia,
la tierra del aquilón, tiene mucho de semejante con
Isa_48:205 : Salid de Babilonia, huid de los caldeos con cantos de alegría.. Es frecuente la dependencia ^ de Zacarías de oráculos proféticos anteriores. El profeta, por ficción literaria, se traslada a los tiempos de la cautividad, y anuncia la liberación gloriosa de sus compatriotas. En la visión anterior se hablaba del castigo que iban a infligir los
cuatro artesanos (instrumentos -de la justicia divina) a los
cuatro cuernos, o conjunto de potencias enemigas del pueblo israelita. Ahora en los v. 10-13 se concreta más el castigo sobre la gran potencia opresora, Babilonia.
Ha llegado la hora de la justicia divina para el opresor y de la liberación para los exilados, que van a abandonar en masa a la gran metrópoli:
a los cuatro vientos os aventaré (v.6/10). Dios va a castigar a las
gentes que despojaron a Israel, su pueblo predilecto, al que no se puede tocar impunemente:
el que os toca a vosotros toca a la niña de mis ojos (v.8/i2b). Es la hora de la revancha para los exilados, condenados hasta ahora a la esclavitud:
serán presa de quienes fueron sus esclavos (v.9/13). Se abre la nueva era gloriosa para Judá, en laqueYahvé volverá a habitar en Sión (v. 10/14), y se formará la nueva teocracia de los tiempos mesiánicos, de la que participarán también los gentiles:
aquel día se unirán a Yahvé muchas gentes, que serán mi pueblo (v. 11/15).
Es el anuncio del universalismo mesiánico, característico de los grandes vaticinios mesiánicos 3.
Sin embargo, Judá conservará su rango de nación predilecta, pues en ella morará Yahvé como en su
heredad en la tierra santa, la primogénita y predilecta de las naciones:
será Jerusalén su elegida (v.12/i6). Ante el gran acontecimiento que se avecina, el juicio sobre las naciones, el profeta invita a un silencio respetuoso:
calle toda carne ante Yahvé, que se ha despertado de su santa morada (v.13/17). Yahvé estaba aparentemente dormido, y había permitido a las naciones opresoras que descargaran su rabia sobre Judá; pero de repente ha
despertado de su santa morada, la ciudad de Jerusalén o los cielos superiores donde especialmente reside, desde donde dirige el curso de la historia humana.
1
Aflicción, traducción de Hoonacker cíe la palabra Kabod, que suele significar
gloria. 2 El TM dice de sus ojos. Pero el cambio de persona parece exigido por el contexto. 3 Cf.
Miq_4:1s; Zac 8:2os.