Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
5. El Rey Vencedor.
El Salvador de Israel, nacido en Belén (1-6).
1 (14) Ahora rodéate de muros, Bet-Gader. Nos cercan, hieren con la clava las mandíbulas las tribus de Israel 2 (1) Pero tú, Belén de Efratá, pequeño entre los clanes de Judá, de ti me saldrá quien señoreará en Israel, cuyos orígenes serán de antiguo, de días de muy remota antigüedad. 3 (2) Por eso los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá,y el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel. 4 (3) Y se afirmará y apacentará con la fortaleza de Yahvé y con la majestad del nombre de Yahvé, su Dios, y morarán tranquilamente, porque entonces será grande hasta los confines de la tierra. 5 (4)Y así será la paz 2: cuando invada Asur nuestra tierra para hollar nuestros palacios, suscitaremos contra él siete pastores y ocho príncipes3, 6 (5) y regirán la tierra de Asur con la espada, la tierra de Nemrod con la espada desnuda. El nos librará de Asur cuando venga contra nuestra tierra para hollar nuestras fronteras. El v.1 de la Vulgata es el v..14 del c.4 en el TM. El profeta parece contraponer dos situaciones: una de crisis, en que se halla Judá, y otra de liberación por efecto de un misterioso Libertador. El profeta quiere hacer un juego de palabras con el verbo hebreo, que traducimos por
rodéate de muros, y así escoge
Bet-Gader, localidad de Judá que será como el símbolo de la nación en peligro. Judá no debe desfallecer al verse rodeada de enemigos, sino que debe resistir, porque al fin saldrá victorioso. La crisis es momentánea, pues las tribus
de Israel, ahora humilladas, volverán a recuperar su antiguo esplendor, porque Yahvé hará surgir un líder victorioso que será el libertador de sus compatriotas,
el cual será oriundo de este reino de Judá ahora en peligro de desaparecer. En efecto, de una de las localidades más modestas saldrá el
que señoreará en Israel (v.2/1). Ese lugar, que ahora es considerado como
pequeño entre los clanes de Judá, lleva el nombre de
Belén Efrata o de los efrateos. Los habitantes de Belén procedían de
Efratá, en la tribu de Benjamín, al norte de Jerusalén. De ahí que el profeta puntualice
Belén de Efratá, sin duda para distinguirlo de otro Belén que estaba en el norte en la tribu de Zabulón4.
Belén aparece aquí en paralelo con
Bet-Gader, simbolizando al reino de Judá. De hecho sabemos que los habitantes de ambas localidades tenían un mismo antepasado, Caleb
5. Se comprende así bien por qué escogió el profeta a
Bet-Gader para simbolizar al reino de Judá en peligro, contraponiéndolo a la gloria inmensa que había de surgir de otra localidad de Judá,
Belén de Efratá, la patria del
que señoreará en Israel, que no es otro que el Mesías, como veremos después. Los rabinos judíos dijeron a Herodes, cuando fueron consultados, que Belén sería la patria del Mesías, citando el texto de Miqueas. San Mateo lo cita
ad sensum, dando por cumplida la profecía, y así aparentemente parece en contradicción con el texto de Miqueas, pero en el fondo significa lo mismo. En
Mat_2:6 se dice: Y tú, Belén, de
ningún modo eres pequeña entre los príncipes de Judá. El evangelista se pone en la perspectiva de la profecía ya cumplida, y así, al citar el texto, constata que Belén ha dejado de ser pequeña para ser muy gloriosa. Miqueas, en cambio, contrapone la situación modesta de Belén en su tiempo (
eres pequeña entre los clanes de Judá),
pero llegará un día en que será muy grande, por el gran personaje que ha de nacer en ella. Es interesante esta confrontación de textos para ver cómo los autores del N.T. citan el A.T. libremente
ad sensum, sin preocupaciones literalistas exegéticas.
La nueva dignidad de Belén consistirá, pues, en ser la patria del gran personaje que habría de
señorear en Israel, al que se le considera perteneciente a una familia de antiguo y glorioso linaje:
cuyos orígenes serán de antiguo, de días de muy remota antigüedad (v.2/1). La Vg traduce
a diebus aeternitatis, y, conforme a esta versión, los exegetas y teólogos antiguos veían en esta frase una alusión al origen
divino del Mesías. Sin embargo, la palabra hebrea
O'olam, que la Vg traduce por
aeternitatis, tiene un sentido amplio en hebreo y generalmente significa un largo lapso de tiempo. En concreto, el profeta con su frase
cuyos orígenes son de antiguo parece aludir a la dinastía gloriosa de David, procedente de Belén 6.
Isaías habla de un
retoño de Isaí (padre de David), que será el
Niño misterioso que tendrá sobre sus hombros la soberanía, y se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte, príncipe de la paz, para dilatar el imperio y para una paz ilimitada, sobre el trono de David y sobre su reino, para afirmarlo y consolidarlo en el derecho y la justicia desde ahora para siempre jamás 7. Es el mejor comentario a la expresión
señoreará en Israel del texto de Miqueas, profeta contemporáneo de Isaías.
En el v.3/2 encontramos un nuevo paralelo con la profecía de Isaías sobre el
Emmanuel. Miqueas, después de anunciar la situación privilegiada de que gozará Belén como lugar de nacimiento del que
señoreará en Israel, alude de nuevo a la triste situación en que ahora se encuentra el reino de Judá, sometido a un ataque enemigo: Por
eso los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá (v.3/2). El castigo a que entregará Yahvé a su pueblo, anunciado en 4:14, durará poco tiempo, hasta que una mujer misteriosa dé a luz a un Niño también misterioso, que el profeta parece relacionar con el que
señoreará en Israel del v.2. En este supuesto, vemos aquí un perfecto paralelo con la
virgen o doncella que va a dar a luz un niño admirable, que ha de ser el Salvador de Judá frente a los asirios 8. Las dos profecías se completan y explicitan mutuamente.
En la profecía de Miqueas, además de insinuarse que la aparición del que señoreará
en Israel señalará la salvación de Judá de sus enemigos asirios, se indica expresamente que con él tendrá lugar el restablecimiento del pueblo israelita en su integridad primordial:
el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel (v.3/2). La frase parece aludir a la reincoporación de los
hermanos cismáticos del reino de Samaría al reino de Judá.
Sobre este reino, con inclusión de todas las tribus israelitas, se
afirmará el que ha de ser
Dominador en Israel, el cual gozará de la protección especial de Yahvé. Su dominio,
con la fortaleza de Yahvé, se extenderá
hasta los confines de la tierra (v.4/3). Con esta frase, el profeta recalca la perspectiva
mesiánica del vaticinio. Toda la tierra está sometida a ese que señoreará
en Israel, que no parece ser otro que el hijo de la que
ha de dar a luz. Bajo su égida, los subditos
morarán tranquilamente, sin temores a enemigos invasores, porque le protegerá
la fortaleza de Yahvé. Es el paralelo de
principe de la paz del vaticinio de Isaías 9.
La frase del v.5/4, y asi será la paz: cuando invada Asur nuestra tierra para hollar a nuestros palacios, suscitaremos contra él siete pastores y ocho príncipes, y regirán la tierra de Asur con la espada, la tierra de Nemrod con la espada desnuda, es considerada por no pocos autores como glosa explicativa de la expresión siguiente: El nos librará de Asur cuando venga contra nuestra tierra para hollar nuestras fronteras (v.6/5) 10. Asur aquí aparece como tipo de los enemigos de Israel, que han de ser vencidos por el que señoreará en Israel 11. Los profetas, al describir la victoria del Mesías sobre los enemigos del pueblo elegido, presentan como enemigo concreto al que constituía el peligro inmediato para Judá e Israel en su tiempo.
Las perspectivas proféticas se superponen, y el juicio profético cabalga sobre la realidad histórica concreta de los tiempos del profeta. Por eso Miqueas presenta al futuro Mesías venciendo a Asur
cuando venga contra nuestra tierra. En los c.1-3 la invasión asiría se presentaba como inminente y se exhortaba a la defensa; ahora la perspectiva se alarga, y se supone que vendrá otro gran ataque contra Judá de parte del enemigo tradicional,
Asina; pero este pueblo invasor será derrotado por un personaje misterioso que gozará
de la fortaleza de Yahvé. El glosista, que habla de
siete pastores y ocho principes que se opondrán al invasor, piensa en los numerosos jefes 12 con que contará Judá para cuando llegue el momento crítico del ataque. Su victoria será tan completa, que no sólo el país de Judá se verá libre, sino que hasta la misma
tierra de Asur o país
de Nemrod 13 caerá bajo la férula de los
jefes salvadores de Judá. Esta intervención de los
siete pastores y ocho principes, o caudillos militares de la glosa, parece minimizar el papel que jugará en la victoria sobre los asirios el que
señoreará en Israel, la gran figura excepcional nacida en Belén.
La crítica racionalista supone que los c.4-5 del libro de Miqueas son de tiempo posterior al exilio 14. El anuncio de la cautividad de Babilonia
Deu_4:10 puede explicarse teológicamente suponiendo que Miqueas, por especial revelación divina, vio de antemano un hecho que habría de cumplirse siglo y medio más tarde. Pero también
Babilonia puede aquí ser sinónimo de Mesopotamia; por otra parte, sabemos que el rey asirio Sargón II (721-705 a.C.) llevó a muchos de sus cautivos hasta la misma Babilonia.
El optimismo que se refleja en estos c.4-7 puede explicarse en un tiempo en que los habitantes de Judá, bajo Ezequías, emprendieron el camino de retorno a Yahvé impresionados por las amenazas de Miqueas 15. De momento, el peligro asirio se alejó después de conquistada Samaría por Sargón (721 a.C.); luego el nuevo rey tuvo que hacer frente a dificultades políticas y militares en la zona de Babilonia, y por ello tuvo que interrumpir sus campañas en la costa siró-fenicio-palestina. Podemos suponer en este lapso de tiempo la composición de estos vaticinios de salud de Miqueas.
La tradición judaica y cristiana ha visto siempre en este fragmento Deu_5:1-6 un claro vaticinio mesiánico. Los rabinos judíos, consultados por Heredes, dicen claramente que el Mesías debe nacer en Belén, porque así lo ha anunciado Miqueas 16. Y los interlocutores judíos dicen que Jesús de Nazaret no puede ser el Mesías, porque dice la Escritura que del linaje de David y de la aldea de Belén, de donde era David, había de venir el Mesías17. Esta creencia aparece también en el Talmud 18.
La tradición cristiana es unánime desde el principio en reconocer
el carácter mesiánico del texto de Miqueas 19. Este misterioso
Dominador en Israel que salva a su pueblo de los asirios y reúne a los dispersos del pueblo elegido para establecer un dominio
hasta los confines de la tierra, no es otro que el
Emmanuel de las profecías de Isaías, contemporáneo de Miqueas; y la
mujer que ha de dar a luz no es sino la
virgen de
Isa_7:14, que da a luz un Niño misterioso adornado de cualidades excepcionales y vencedor del invasor asirio 20.
Israel, señor de las naciones (7/6-9/8).
7 (6) Y el resto de Jacob será en medio de numerosos pueblos como rocío de Yahvé, como lluvia sobre la hierba, que no tiene que esperar de nadie ni necesita nada de los hijos de los hombres. 8 (7) Será el resto de Jacob entre las naciones, en medio de numerosos pueblos, como león en medio de las bestias de la selva, como cachorro de león en medio de rebaño de ovejas, que pasa, pisa y desgarra (la presa), sin que haya quien (se la) arranque. 9 (8) Se alzará tu mano sobre tus enemigos, y todos tus contrarios serán exterminados.
Después del triunfo sobre los enemigos se anuncia la prosperidad de Israel entre los pueblos. El pueblo elegido será como un
rocío de Yahvé, que hace brotar la
hierba sin concurso del hombre:
no tiene que esperar de nadie. (v.7/6). Israel vivirá de la fortaleza que le dé Yahvé y prosperará como
la hierba que ha recibido el rocío bienhechor. El pueblo elegido será dotado de un vigor especial entre los pueblos y será temido como
león en medio de las bestias de la selva, como cachorro en medio de un rebaño de ovejas (v.8/7). El triunfo sobre sus enemigos será como el animal señor de la selva, que
pasa, pisa y desgarra sin que nada se oponga a su poder. Las expresiones son duras, conforme a la mentalidad de revancha del A.T. El profeta quiere hacer ver a sus oyentes que Israel triunfará totalmente de sus enemigos y se convertirá en señor de las naciones: Se
alzará tu mano sobre tus enemigos, y todos tus contrarios serán exterminados (v.9/8).
La paz religiosa de los tiempos mesiánicos (10/9-14).
10 (9) Y sucederá en aquel día oráculo de Yahvé que quitaré de en medio de ti tus caballos, y destruiré tus carros, 11 (10) y abatiré las ciudades de tu tierra, y arrasaré todas tus fortalezas. 12 (11) Y te quitaré de las manos tus hechicerías y no habrá más agüeros en ti. 13 (12) Y destruiré tus esculturas y tus cipos de en medio de ti, y nunca más te prosternarás ante la obra de tus manos. 14 (13) Y arrancaré de en medio de ti tus asneras, y destruiré tus ciudades, 15 (14) y haré con ira y furor venganza en las gentes que no quisieron escuchar. Con la victoria militar vendrá el triunfo de la religión en toda su pureza. Una vez vencidos los enemigos de Israel, éste no tendrá necesidad ya de sus
caballos y carros de guerra. La paz será total. Yahvé mismo se encargará de desmontar las
fortalezas y ciudades fortificadas (v.11/10). En el orden religioso, las prácticas quedarán libres de todas las
hechicerías y agüeros, que eran la lacra de la religión popular, contaminada con los usos cananeos. Todo vestigio de idolatría desaparecerá: los cipos o
masseboh (piedras o postes verticales, que constituían el elemento de culto esencial en el templo cananeo al aire libre) desaparecerán21.
Y las
asheras o bosques artificiales, en los que se daba culto a la fuerza generadora de la naturaleza (simbolizada en Astarté), serán arrancadas, quedando sólo el culto puro a Yahvé en su templo 22. La idolatría era el vicio capital de los israelitas anteriores al destierro. Los profetas lucharon contra todas las prácticas idolátricas como base de un retorno de los corazones a Yahvé. En los tiempos mesiánicos desaparecerán todos los vestigios politeístas; con ello Israel podrá presentarse como señor de todas las naciones, y los pueblos que no quieran aceptarle como soberano, sufrirán la
ira y venganza de Yahvé, protector del pueblo elegido.
1 Esta traducción está hecha a base de la reconstrucción propuesta por Hoonacker. El texto es oscuro.
Bet-Gader significa casa del vallado), o lugar fortificado. El TM lee: hija de ladrón, como traduce la Vulgata. La Bib.
de Jér.: ¡Ahora fortifícate, Fortaleza! Han establecido un cerco sobre nosotros. A golpes de vara golpean la mejilla del juez de Israel. 2 El TM dice literalmente: y éste será la paz. Así traducen la Bib.
de Jér. y Cantera. Nuestra traducción es la de Hoonacker y Ceuppens. 3 Bib.
de Jér.: ocho jefes de hombres. 4 Cf.
Jos_19:15. Los habitantes de Belén son llamados
efrateos en
Rut_1:2; 1 Sam 17; 12 y en
Jos_15:19 (LXX). 5 Cf. 1 Grón 2:50-51. 6 Bien Parece en el á· ô· como localidad sin importancia en muchos lugares:
Jos_15:59 (LXX);
Esd_2:21;
Neh_7:26. Así, en Flavio Josefo es llamado ÷ùñßïí, ï vülorrio
(Ant. Jud. 5:2.5). 7
Isa_9:6. 8 Cf.
Isa_7:14. 9 Cf.
Isa_9:6. 10 Cf. Hoonacker, O.C., p.39I. 11
Es el mismo caso que el Emmanuel de
Isa_8:8-9. 12 La expresión siete pastores y ocho príncipes para indicar multitud es paralela a la de
tres y cuatro. de
Amo_1:3. 13
Nemrod (probablemente el Gilgamés de la literatura mesopotámica, robustus venatpr coram Domino) aparece como antepasado de los reinos de Senaar o Mesopotamia (cf.
Gén_10:8-9). 14 Así B. Stade y K. Martí. 15 Cf.
Jer_26:18-19. 16 Cf.
Mat_2:5. 17 Cf.
Jua_7:41-42. 18 Cf.
Talmud, tr. Pesajim y Ned fol51 c-.1arim fol.39 c.2. 19 Cf. San Justino,
Dial, cum Tryph. 78: PG 6:658; Tertuliano,
Adv. lud. c.12: PL 2:673; Eusebio,
Demonstr. Evang. 2:4:51: PG 22:107; Cirilo Jer.,
Catech. n,
de Filio unigénito n.2o: PG 33:715; Crisóstomo,
Homil in diem Natalem n.2: PG 56:389. 20 Además de los comentarios generales citados para el estudio del profeta Miqueas, véanse los estudios particulares sobre el tema siguientes: W. E. barnes, ?
messianic Pro-phecy Mich: 4:8-5:6: The Expositor (1904) p.376s; E. Tobac,
Commentaeire de Michée V 3:
Et tu Bethlehem-Ephrata: Vie Diocesaine (Malinas 1909) 130-133; S. Protin,
La Vierge mere chez Michée V 2: Revue Augustin., 15 (1910) 589-592; E. Kónig,
Die messian. Weissagungen: Der Herrscher aus Bethlehem, Micha 5:1 (Stuttgart 1923) 191-201; L. Den-Nefeld,
Messianisme: DTC 10 (1921) 1444-1446; J. chaine,
L'introduction a la lecture des Prophétes (París 1932) 79-84; F. Ceuppens,
De prophetiis messianicis in Antiquo Testamento (Roma 1935) 339-357; K. Smyth,
Verbum Dei II p.745s (Barcelona 1956). 21 Sobre los
masseboth o estelas, objeto de culto, véase
Ose_3:4;
Ose_10:12. 22 Sobre los
ashera véase
Deu_16:21;
1Re_14:23;
2Re_17:10. Cf. Lagrange,
Etudes sur les religions sémitiques 2.a ed. (1905) p.102s; H. Vincent,
Canaan d'aprés l'exploration recente (1907) p.i41s.