32:23 En este relato misterioso, yahvista probablemente, se trata de una lucha física, cuerpo a cuerpo, con Dios, y al principio parece triunfar Jacob. Cuando éste ha reconocido el carácter sobrenatural de su adversario, le fuerza a bendecirle. Pero el texto evita el nombre de Yahvé, y el agresor desconocido se niega a descubrirse. El autor utiliza una antigua historia para explicar el nombre de Penuel por peni'el «cara de Dios», y dar un origen al nombre de Israel. Al mismo tiempo la llena de sentido religioso: el Patriarca se agarra a Dios, lucha con él hasta conseguir una bendición por la que Dios queda obligado a mostrar su favor a los que más tarde llevarán el nombre de Israel. De este modo la escena ha podido convertirse en la imagen del combate espiritual y de la eficacia de una oración perserverante (San Jerónimo, Orígenes).