II Samuel  . 19,1


Dolor de David.
Entonces el rey se estremeció. Subió a la estancia que había encima de la puerta y rompió a llorar. Decía mientras caminaba: «¡Hijo mío, Absalón; hijo mío, hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!»

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