II Cró . nicas  . 26,16


Orgullo y castigo del rey.
Mas, una vez fortalecido en su poder, se ensoberbeció hasta acarrearse la ruina, y se rebeló contra Yahvé, su Dios, pues entró en el templo de Yahvé para quemar incienso sobre el altar del incienso.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

26:16 2 R habla del castigo, la lepra, pero no de su causa. Los reyes han ejercido ciertas funciones cultuales sin provocar protestas. Solamente después del Destierro se llegó a la ofuscación en este asunto, y la ofrenda del incienso llegó a ser privilegio exclusivo de los descendientes de Aarón, ver Núm_17:5 [Núm_16:40]; 1Cr_23:17.
II Crónicas  26, 16

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