2:7 Después de los rebeldes, Sal_2:3, y después de Yahvé, Sal_2:6, toma la palabra el Mesías. Al consagrarlo rey de Israel, Sal_2:6, Dios le ha declarado «su hijo», según la fórmula habitual en el Antiguo Oriente, pero que, recogida ya por la promesa mesiánica de 2 S 7, recibirá un sentido más profundo; Sal_2:7 será aplicado por Heb_1:5, y luego por la tradición y la liturgia, a la generación eterna del Verbo.