Exodo  . 3,13


Revelación del Nombre divino.
Contestó Moisés a Dios: «Si voy a los israelitas y les digo: “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros”; y ellos me preguntan: “¿Cuál es su nombre?”, ¿qué les responderé?»

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

3:13 La tradición yahvista hace remontarse el culto de Yahvé a los orígenes de la humanidad, Gén_4:26, y emplea este nombre divino en toda la historia patriarcal. Según la tradición elohísta, a la que pertenece este texto, el nombre de Yahvé no fue revelado más que a Moisés, como el nombre del Dios de los Padres. La tradición sacerdotal, Éxo_6:2-3, concuerda con ella precisando únicamente que el nombre del Dios de los Padres era El Sadday; ver Gén_17:1+. Este relato, uno de los pasajes culminantes del AT, plantea dos problemas: el primero, filológico, atañe a la etimología del nombre de «Yahvé»; el segundo, exegético y teológico, atañe al sentido general del relato y al alcance de la revelación que trasmite. 1º Se ha tratado de explicar el nombre de Yahvé por lenguas distintas a la hebrea o por diversas raíces hebraicas. Ciertamente debe verse en él una forma arcaica del verbo «ser». Algunos reconocen aquí una forma factitiva de este verbo: «hace ser», «trae a la existencia». Con mucha mayor probabilidad se trata de una forma de tema simple, y la palabra significaría «es». 2º En cuanto a la interpretación, la palabra se explica en Éxo_3:14, que es una adición antigua de la misma tradición. Se discute sobre el sentido de esta explicación: 'ehyeh 'aser 'ehyeh. Dios, hablando de sí mismo, no puede emplear más que la primera persona: «Yo soy». El hebreo puede traducirse literalmente: «Yo soy lo que yo soy», y esto querría decir que Dios no quiere revelar su nombre; pero precisamente Dios da aquí su nombre que, según la mentalidad semítica, parece definirlo de alguna manera. Pero el hebreo también puede traducirse literalmente «Yo soy el que soy», y según las reglas de la sintaxis hebrea, esto corresponde a «Yo soy el que es», «Yo soy el existente»; así lo entendieron los traductores de los Setenta: Egô eimi ho ôn. Dios es el único verdaderamente existente. Ello significa que es trascendente y sigue siendo un misterio para el hombre, y también que actúa en la historia de su pueblo y en la historia humana a las que él dirige hacia un fin. Este pasaje contiene potencialmente las ampliaciones que le dará el resto de la Revelación, ver Apo_1:8 : «Aquel que es, que era y que va a venir, el Todopoderoso.»
Exodo  3, 13

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