4:24 Relato misterioso por su brevedad y la ausencia de un contexto; no se nombra a Moisés y no se sabe a quién se refieren los pronombres personales. Se puede conjeturar que la incircuncisión de Moisés le atrae la cólera divina; ésta queda aplacada cuando Seforá circuncida realmente a su hijo y simula una circuncisión de Moisés tocando su sexo («sus pies», ver Isa_6:2; Isa_7:20) con el prepucio del niño. Sobre la circuncisión, ver Gén_17:10+.