12:8 El libro concluye como había comenzado, pero se mide el camino recorrido. Ha enseñado al hombre su miseria, pero también su grandeza, mostrándole que este mundo no es digno de él. Le incita a una religión desinteresada, a una oración que sea la adoración de la criatura consciente de su nada en presencia del misterio de Dios. Ver el Sal 39.