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«En cuanto al malvado, si se aparta de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirá sin duda, no morirá. ”
18:21 El hombre no sólo no está abrumado por las culpas de sus antepasados, sino que puede sustraerse al peso de su propio pasado. Se subraya la noción de conversión (y también de perversión), no colectiva, sino estrictamente personal. Únicamente la actitud actual del alma determina el juicio de Dios, ver Eze_14:12+ y Mat_3:2+.