5:43 La segunda parte de este mandamiento no se encuentra así en la Ley, ni podría encontrarse. Esta expresión forzada de una lengua pobre en matices (el original arameo) equivale a: «No tienes por qué amar a tu enemigo». Compárese con Luc_14:26 y su paralelo Mat_10:37. Encontramos, no obstante, en Sir_12:4-7 y en los escritos de Qumrán (1 QS 1:10, etc. ) una detestación de los pecadores que no está lejos del odio, y en la que Jesús ha podido pensar.