“
a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia, habiendo pasado por alto los pecados cometidos anteriormente, ”
3:25 (b) Lit.: «propiciatorio», Éxo_25:17+; ver Heb_9:5. En el gran Día de la Expiación, Lev_16:1+, el propiciatorio recibía la aspersión de sangre, Lev_16:15. La sangre de Cristo ha llevado a cabo realmente la purificación del pecado que aquel rito no podía sino prefigurar. Ver también la sangre de la Alianza, Éxo_24:8+; Mat_26:28+.
3:25 (c) Este cuasi-perdón, una especie de no imputación (páresis) , no tenía sentido más que en orden al perdón definitivo, destrucción total del pecado por la justificación del hombre. -Otra traducción: «en orden a perdonar los pecados».