“
Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne, ”
3:3 (a) Var. (Vulg. ): «nosotros que damos culto a Dios en espíritu».
3:3 (b) La carne designa aquí todo el régimen de la antigua Ley, con sus observancias carnales de las que la circuncisión es como símbolo, ver Rom_7:5+. Pablo ha recordado en varias ocasiones su pasado judío, 2Co_11:21+, pero nunca con tantos detalles.