“
Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder. ”
5:16 (a) La confesión de las faltas, aquí asociada a la oración, debía recomendarse a los enfermos, v. Stg_5:15; lo mismo se pide a todo cristiano, especialmente en el marco de la liturgia. No se da aquí ninguna precisión sobre la confesión sacramental.