Jueces 3,7


Historia de los jueces

1.OTNIEL
Los israelitas hicieron lo que desagradaba a Yahvé. Se olvidaron de Yahvé su Dios y dieron culto a los Baales y a las Aserás.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jue_2:13+

NOTAS

3:7 (a) Es costumbre llamar «mayores» a los Jueces cuya historia se refiere con más o menos detalles: Otniel, Ehúd, Débora (y Barac), Gedeón, Jefté, Sansón; y «menores» a los Jueces mencionados brevemente: Sangar, Tolá, Yaír, Ibsán, Elón, Abdón. Esta distinción no la hace el texto, pero corresponde poco más o menos a dos tipos diferentes de personajes que presenta. A los primeros los suscita Dios para librar al pueblo de la opresión: son jefes carismáticos y salvadores. Los segundos, evidentemente ejercen un cargo, pero es difícil concretar sus atribuciones. «Juzgar» incluye la administración de la justicia, pero la rebasa. El mismo verbo, rara vez en hebreo, pero con más frecuencia en otras lenguas semíticas del oeste, significa «gobernar», y «juez» es sinónimo de «rey». Al «Juez» (Sofet) se le puede comparar los «Suffetas» de Tiro y Cartago. Las cifras precisas que se dan para el tiempo que ejercieron su cargo indican una buena fuente histórica, pero la extensión de su autoridad a todo Israel y su sucesión cronológica parece ser una elaboración secundaria. El autor del libro de los Jueces extiende el nombre de esta función a los héroes libertadores cuyas historias recoge. Se los representa como si también ellos hubieran «juzgado» a Israel, y su lista, completada con la de los jueces «menores» para alcanzar la cifra de las doce tribus, le sirve para llenar el tiempo que ha pasado entre la muerte de Josué y la unción del rey Saúl. En realidad, el régimen de los Jueces fue, a nivel de ciudad y de distrito, una etapa entre el gobierno tribal y la monarquía.

3:7 (b) Este pequeño relato es enigmático. Ciertamente, Otniel es el mismo que conquistó Debir en el momento del establecimiento. El opresor es Cusán Risatáin, rey de Aram. Naharáin según el hebr., es decir, la Alta Mesopotamia. Así presentado, el episodio es inverosímil. La solución más probable es que la palabra Aram es corrupción de la palabra Edom (cuya grafía es muy parecida en hebreo), y que se ha añadido Naharáin según los recuerdos del Génesis. No sería sorprendente un intento de los edomitas para establecerse en el sur de Palestina. Todo el pasaje denota la mano de un redactor deuteronomista, que parece haberse valido de una antigua tradición del sur para otorgar a Judá (que había incorporado a los calebitas) un puesto en su galería de los jueces.
Jueces 3, 7

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